1.- INTRODUCCION.
2.- INFORMACION PROFESIONAL EN LA ORIENTACION: CONCEPTO, ENFOQUES TEORICOS Y AREAS DE INFORMACION.
2.1.- ENFOQUES TEORICOS DE ORIENTACION.
2.1.1.- ENFOQUES SOCIOCULTURALES.
2.1.2.- ENFOQUES PSICOLOGICOS.
2.1.3.- ENFOQUES INTEGRALES O GLOBALES.
2.2.- PRINCIPALES AREAS DE INFORMACION.
2.2.1.- INFORMACION PERSONAL/SOCIAL.
2.2.2.- INFORMACION ACADÉMICA.
2.2.3.- INFORMACION PROFESIONAL.
3.- METODOS: BUSQUEDA, SELECCION Y TRATAMIENTO DE LA INFORMACION.
4.- SISTEMAS Y FUENTES PARA LA INFORMACION EN ORIENTACION PROFESIONAL Y LABORAL.
4.1.- FUENTES.
4.2.- SISTEMAS.
5.- CONCLUSION.
1.- IN½ŒODUCCION.
Las personas tomamos a lo largo de nuestras vidas pluriformes decisiones, que poco a poco acaban por configurar nuestro futuro. Este continuo proceso de elección se ve afectado por múltiples factores y un de los más importantes es el dominio de la información sobre el contenido, forma y posibles consecuencias de las opciones a tomar. También al ámbito de la orientación es aplicable el conocido tópico de quien posee la información, dispone de más posibilidades para desarrollar mejor su proyecto de futuro.
Esta realidad, asumida por la orientación desde sus orígenes, ha propiciado en la práctica un amplio despliegue de medios, encaminados a desarrollar el conocimiento de alternativas académicas y profesionales. Hoy, casi ningún programa de orientación olvida la necesidad de ayudar a sus usuarios a la búsqueda, selección y tratamiento de la información.
El desarrollo de estas capacidades es ineludible en la sociedad post-industrial, porque, si bien nunca fue fácil obtener y utilizar la información, menos lo es ahora, sobre todo por el rápido crecimiento de las fuentes de datos, el aumento de ofertas de formación reglada y no reglada, la compleja división del trabajo y la creciente flexibilización de las relaciones laborales.
Esta es la paradoja del momento. Ninguna sociedad ha dispuesto de tantas oportunidades de información como la nuestra, pero su volumen es de tal magnitud y el acceso a la misma tan variado, que las principales dificultades son ahora saber qué información se necesita, de qué forma obtenerla que se desea y cómo aprovechar la que se posee.
En el momento actual es imposible conocer de una vez por todas cuantos datos se requieren para elegir correctamente entre las diversas opciones académicas y profesionales. Esto obliga al desarrollo de aptitudes de búsqueda, discriminación crítica y utilización contrastada de la información, a ejercitar desde la más temprana edad y a lo largo de toda la vida.
Por todo ello, ha pasado a ser un objetivo fundamental de la orientación dotar a las personas de esta capacidad selectiva para recoger observaciones significativas, reflexionar sobre ellas, contrastarlas e integrarlas en su yo. Es un proceso complejo con el sobreañadido natural de las diferencias de intereses, posibilidades, obstáculos y limitaciones personales y del entorno.
2.- LA INFORMACION PROFESIONAL EN LA ORIENTACION: CONCEPTO, ENFOQUES TEORICOS Y AREAS DE INFORMACION.
La información es un valor en alza dentro de los factores influyentes en la elección de estudios y profesiones, aunque la necesidad de información profesional ya fue propuesta por Parsons (1909) y ha sido una constante en la práctica de la orientación desde sus inicios, basándose en la noción de que la información profesional facilita la elección al presentar los hechos pertenecientes a las diferentes profesiones.
Según Polier «la información debe contribuir a formar un individuo capaz de desarrollar sus facultades cognitivas, relacionales, psicomotoras, afectivas y creativas; a determinarse libremente en las elecciones individuales y colectivas y a contribuir al desarrollo y a las orientaciones fundamentales de la sociedad».
Desde esta perspectiva, Hayes y Hopson han atribuido a la información funciones adaptadoras, motivacionales y distributivas.
La función de adaptación ha sido descrita por Isaacson (1966) como una ayuda al sujeto para promover un equilibrio más apropiado entre él mismo y sus planes vocacionales de tanteo.
La función motivacional vendrá dada por el estímulo que un mayor conocimiento del mundo laboral ejerce sobre los sujetos, promoviendo un mayor deseo de información, a la vez que les estimula a tomar parte activa en la adopción de decisiones vocacionales ampliando el abanico de posibles campos de elección.
La función distributiva irá destinada al momento del ingreso en el empleo y ayuda al sujeto a localizar actuaciones laborales que cubran sus necesidades.
Si bien la información ha sido considerada, en los diferentes enfoques teóricos, como una variable influyente en la elección profesional ha sido distinto el sentido y significado que se le ha dado en cada uno de ellos.
¿Cuál ha sido este sentido y significado que se le ha dado a la información profesional en cada uno de los enfoques teóricos de Orientación que lo han tratado?. ¿Cuáles son estos enfoques teóricos de Orientación?. Siguiendo a Rodríguez Espinar y Hernández Fernández, contestaremos a estos interrogantes.
2.1.- ENFOQUES TEORICOS DE ORIENTACION.
2.1.1.- ENFOQUES SOCIO-CULTURALES.
En general, todos ellos, pero de forma especial el de factores económicos (oferta-demanda) son los más reduccionistas, al considerar que la función esencial de la intervención orientadora es facilitar al individuo información precisa sobre las características del mercado ocupacional.
El estudio de los determinantes de niveles de ingresos y su relación con los niveles educativos («capital humano»), así como el de costes y beneficios de las opciones («utilidad») son considerados ejes esenciales del proceso de orientación.
2.1.2.- ENFOQUES PSICOLOGICOS.
Estos priorizan los procesos internos al sujeto y relativizan más que los anteriores la función informativa. No obstante, reservan desde sus diferentes perspectivas funciones específicas a la información sobre uno mismo, el mundo laboral y el entorno académico.
a) Los enfoques de rasgos y factores tienden a reservarlas para los análisis personales (capacidades, intereses,…) y de tareas (requisitos, oportunidades de trabajo, etc).
Así, nos encontramos con que el modelo del counselling insiste en la ayuda a los sujetos, para que éstos logren una adecuada comprensión de la información académica y profesional en relación a sus propias aptitudes, intereses y perspectivas de futuro.
b) Los enfoques psicodinámicos consideran que la información profesional, en orientación, debe basarse, principalmente, en conseguir un mayor ajuste personal del sujeto.
En este apartado cabe destacar el enfoque del concepto de sí mismo que si bien enfatiza la importancia de que cada individuo asuma la información que estime adecuada, considera indispensable para la traslación del autoconcepto a la imagen profesional los siguientes aspectos:
– Explorar las exigencias de las distintas profesiones.
– Identificar campos ocupacionales de cierta congruencia con el concepto de sí mismo.
– Valorar el grado de concordancia entre este y los requisitos y exigencias de la profesión que se piensa elegir.
c) Los enfoques evolutivos o de desarrollo, que plantean la elección académico-profesional en términos de «desarrollo vocacional» y resaltan su carácter continuo y dinámico, conceden notable valor a la información acumulada y asignan a la retroinformación un papel esencial en el constante ajuste entre las necesidades del sujeto y las realidades del mundo laboral. De estos presupuestos surgirá la necesidad de desarrollar programas que posibiliten el mayor número de experiencias posibles en los campos de interés de las personas y de potenciar el uso de guías de información, tan extendidas en nuestros días.
d) Los enfoques de Toma de Decisiones son, según Rodriguez Espinar y Hernández Fernández, los que más resaltan la función de la información profesional dentro del proceso de «desarrollo vocacional», considerándola indispensable para la toma de decisiones responsables. Algunos de estos enfoques llegan a contemplar este «desarrollo» como consecuencia lógica de la información que las personas tienen sobre ellas mismas y sobre el mundo exterior. Otros añaden la necesidad de procesos de aprendizaje que permitan adquirir las destrezas necesarias para la toma de decisiones. Pero, todos asumen que la fuente de alimentación continua del «desarrollo vocacional» es la información.
Así, el modelo de Hilton, basado en mecanismos de procesamiento de la información, se activa con la captación del ambiente en términos de entradas que alteran y distorsionan las premisas y planes del sujeto. Este pone a prueba si la nueva información modifica el estado interno del sujeto y produce disonancia. Si es así y supera el umbral de tolerancia, el sujeto examina sus premisas y si éstas no se resienten, continua la acción que tenía prevista. En caso contrario deberá modificar sus planes. El proceso es cíclico.
A su vez, modelo de Gelatt considera la información pertinente como el mejor medio para clarificar disyuntivas y organiza la misma en tres sistemas: a) Predictivo, que implica información sobre diferentes alternativas y posibles resultados; b) Valorativo, que relaciona preferencias con resultados posibles y probables; c) Criterial, en función del cual se evalúa las consecuencias de las decisiones.
Pero es el modelo de Katz el que mayor énfasis pone sobre la información. En síntesis, ésta es su concepción: «la libertad de elección y la intervención orientadora son realzadas, cuando el conocimiento de todas las opciones se hace accesible a los sujetos».
Según Katz, al procesar la información la Orientación tiene la función, ante todo, de:
– Ayudar a los estudiantes a seleccionar la información que pueda ser importante para elegir una carrera.
– Velar porque dicha información sea lo más exacta y completa posible.
– Facilitar el acceso a dicha información.
– Asesorar a los estudiantes para que la empleen de modo razonable.
En estos momentos la mayoría de estos modelos han ido más allá del soporte papel -libros, revistas, folletos- y utilizan nuevos medios audiovisuales e informáticos.
2.1.3.- ENFOQUES INTEGRALES O GLOBALES.
Estos enfoques, en su intento de superar el carácter parcial de las anteriores aportaciones teóricas, recogen buena parte de las funciones informativas antes descritas, pero integrándolas en una visión global del proceso de orientación.
En el modelo de Blau la información profesional y el conocimiento de las oportunidades y requisitos de las ocupaciones son considerados «determinantes inmediatos» a la entrada laboral, en estrecha relación con el resto de aspectos personales («Atributos socio-psicológicos», «Desarrollo de la personalidad») y sociales («Organización socioeconómica», «Evolución histórica»).
El modelo de Holland en sus características tipologías, directamente no añade nuevos elementos a la función informativa, pero sí desarrolla importantes estrategias de acción para la selección de la información, al poner en relación en su conocido hexágono la consistencia y diferenciación entre tipos de personalidad-ambientes ocupacionales y la congruencia entre persona-medio.
Entre los elementos nucleares del modelo de Super el conocimiento de las «normativas ocupacionales» se considera esencial para el ajuste laboral en su triple función de: Incrementar el rango de ocupaciones conocidas, identificar los tipos de estudios relacionados con las distintas profesiones y examinar funciones y requisitos de ambos.
En el modelo de Krumboltz reunir la información necesaria para cada alternativa y determinar qué fuentes de información son fiables y seguras son dos de las siete destrezas básicas para la toma de decisiones.
Especialmente interesante para la confección de cualquier programa de información académica-profesional son las áreas recogidas dentro de la categoría de «Condiciones y acontecimientos ambientales» (Krumboltz):
– Cantidad y naturaleza de oportunidades de trabajo.
– Cantidad y naturaleza de oportunidades de formación.
– Procedimientos de selección.
– Proporción coste/logro.
– Legislación del mercado laboral.
– Acontecimientos que alteran el marco físico laboral.
– Desarrollo tecnológico.
– Cambios en la organización social.
– Formación y recursos familiares.
– El sistema educativo.
– El medio social próximo (barrio, ciudad).
2.2.- PRINCIPALES AREAS DE INFORMACION.
Como hemos podido observar a lo largo de nuestra exposición, la información profesional no sólo hace referencia al mundo profesional y laboral, sino que es necesario, para realizar una adecuada elección, atender a otras áreas de información.
Este hecho queda reflejado en las funciones principales de la información profesional que, en esencia, son, según Rodríguez Espinar, las siguientes:
a) Conocer:
– Las realidades y posibilidades de uno mismo en contraste con el entorno social y laboral.
– Las vías habituales de inserción socio-académicas-profesionales.
b) Relacionar sendos ámbitos.
De las mismas se derivan las tres grandes áreas de información sobre las que habitualmente toda persona debe interrogarse, consultar, asesorarse, reflexionar y experimentar, antes de tomar decisiones sobre las opciones académicas y profesionales ofertadas por su sociedad. La interrelación entre ambas es estrecha y sus efectos en la mayoría de los casos son interdependientes.
En concreto, estas tres áreas de información son:
– Información personal/social.
– Información académica.
– Información Profesional.
2.2.1.- INFORMACION PERSONAL/SOCIAL.
La búsqueda de respuestas a interrogantes como ¿Quién soy yo? ¿cómo soy?, ¿qué sé hacer? y ¿qué realizo más a gusto?, son esenciales ante cualquier decisión responsable en la elección profesional.
El objetivo de la información personal/social es facilitarle un mejor conocimiento de sí mismo y en el medio en el que se desenvuelve el sujeto.
Este conocimiento personal/social es un requisito imprescindible para enfrentarse con una elección profesional, pero también es imprescindible para la adaptación al medio.
2.2.2.- INFORMACION ACADÉMICA.
La información académica tiene dos objetivos prioritarios. En primer término ayudar a que el alumno seleccione aquellas materias que están más de acuerdo con sus habilidades y más relacionadas con sus áreas de intereses. En segundo término ayudarle a conectar los estudios con las posibilidades profesionales futuras.
Según Rodríguez Espinar, los ámbitos que debe cubrir la información académica son los siguientes:
1.- Materias optativas que componen el curriculum de la Secundaria Obligatoria.
2.- Titulación al finalizar esta etapa educativa.
3.- Ofertas de Secundaria Postobligatoria en los centros de la zona.
4.- El plan de estudios de Bachillerato y las Enseñanzas Técnico Profesionales.
5.- Módulos profesionales.
6.- Vías de acceso a la Universidad desde los diferentes bachilleratos y ETP.
7.- Becas y ayudas para el estudio.
8.- Enseñanzas no regladas.
2.2.3.- INFORMACION PROFESIONAL.
Dentro de la Información Profesional nos encontramos con dos tipos en función del objetivo perseguido.
Por un lado, nos encontramos con la Información Profesional destinada a los alumnos que quieren continuar estudios, en este caso dicha información se dirigirá a que los alumnos conozcan las profesiones en que desembocan cada tipo de estudios.
Por otro lado, está la Información Profesional que han de tener los alumnos que vayan a incorporarse al mundo del trabajo, esta información ha de ser más exhaustiva sobre las profesiones, mercado de trabajo, demandas de empleo, naturaleza de las distintas profesiones, requisitos de acceso, preparación que se requiere: física, aptitudinal, de personalidad, ambiente de trabajo, horarios, sueldos, etc.
Con estos alumnos es importante trabajar también las vías de acceso al trabajo y cómo encontrar trabajo. En el primer apartado se incidirá en la elaboración de un curriculum, en la preparación de oposiciones, o en la entrevista de selección. Sobre las vías para encontrar trabajo han de saber dónde aparecen las ofertas: oficinas del INEM, diarios. Con relación a estos últimos se trabajará con ellos el aprender a leer lo que subyace en los anuncios del periódico para no generar falsas expectativas. Es importante también ofrecerles información sobre los cursos de capacitación profesional que convoca periódicamente el Ministerio de Trabajo; y también sobre los fondos destinados a la creación de empleo juvenil de que disponen muchos ayuntamientos.
Los alumnos que van a incorporarse al trabajo necesitan una información sobre las formas de contratos existentes, sus ventajas y desventajas, así como también los derechos del trabajador. Una información sobre los sindicatos y su papel en la defensa de los derechos de los trabajadores se ha de considerar en este momento.
La información se puede ofrecer a través de diversas actividades. Se procurará que no sean las de lápiz y papel o las charlas las más predominantes.
De cara a una información profesional es importante que los alumnos conozcan «in situ» los lugares de trabajo y el tipo de actividades que se realizan en cada profesión. Las visitas a Centros productivos pueden ser provechosas si se preparan debidamente y van seguidas de un trabajo posterior de reflexión y análisis.
Las encuestas a profesionales son otro medio de poner a los alumnos en contacto con el mundo del trabajo. Requieren una cuidadosa preparación anterior para seleccionar aquellas cuestiones que son de vital interés y no confeccionarlas con muchas preguntas. El trabajo previo de elaboración de la encuesta es válido también para que los alumnos reflexionen sobre los aspectos importantes que han de considerar a la hora de hacer una elección: estudios requeridos, formas de acceso, promoción, sueldo, condiciones de trabajo, dificultades, satisfacciones, requisitos personales, etc. Una primera aproximación al conocimiento del mundo profesional puede hacerse también a través del material escrito publicado o de los programas informáticos existentes.
3.- METODOS: BUSQUEDA, SELECCION Y TRATAMIENTO DE LA INFORMACION.
Si bien hasta ahora hemos analizado la Información Profesional en la Orientación, en este momento debemos plantearnos: ¿Cómo conseguir esta información?, ¿cómo sabemos qué información es la que debemos conseguir?, ¿En función de qué vamos a seleccionar la información?, ¿Cómo la vamos a seleccionar?. Una vez seleccionada ¿Qué tratamiento le vamos a dar?…
Rodríguez Espinar indica que tanto la búsqueda, como la selección, el tratamiento de la Información Profesional ha de estar bien planificada si se quiere obtener una Información Profesional adecuada, coherente y ajustada con la realidad, con el fin de que, a partir de ella, podamos llevar a cabo la elección más acertada.
Es por ello, por lo que este autor propone un Programa de Información académico-profesional para realizar la búsqueda, selección y tratamiento de la información de forma planificada y estructurada.
Rodríguez Espinar indica que todo Programa de Información ha de contar, como mínimo con:
a) Una exploración inicial de las necesidades, problemas y oportunidades de información de las personas a quienes van dirigidos, así como el contexto donde se producen.
b) Delimitación de objetivos en función de las necesidades y los recursos.
c) Desarrollo de la metodología de trabajo más acorde al medio donde se desarrolla.
d) Continua evaluación, tanto del proceso como de los resultados obtenidos.
¿En qué consisten cada una de estas fases?, ¿Qué tareas debemos realizar en cada una de ellas?.
A) VALORACION DE NECESIDADES.
Tres son los objetivos más importantes de esta fase:
– Analizar las condiciones reales que caracterizan el medio donde se van a desarrollar los programas.
– Evaluar las necesidades, problemas y oportunidades de información.
– Descubrir posibles formas de «satisfacción» o aprovechamiento de las mismas.
En esta primera etapa los esfuerzos se dirigen a detectar el grado de información de toda la comunidad educativa, porque el campo de intervención no puede reducirse exclusivamente a los alumnos. Padres, profesores y entorno comunitario mantienen continua relación con ellos y sus conocimientos y/o deficiencias informativas acaban por transferirse a aquéllos directa o indirectamente.
La amplitud del campo y el hecho de que las necesidades suelen ser superiores a los recursos obliga a establecer prioridades, para hacer confluir los esfuerzos en los aspectos con mayores deficiencias y/o menores disponibilidades.
Esta valoración de necesidades se realiza, principalmente en el ámbito personal/social y en el académico/profesional.
Personal/social.
Con la determinación de cuáles son las necesidades en este ámbito se pretende ayudarles a contrastar el yo ideal y el real, partiendo de un análisis previo de las preferencias, destrezas, valores, intereses, motivaciones, etc, que al final facilita la selección de información sobre diferentes grupos ocupacionales.
Rodríguez Espinar nos dice que para esta determinación y valoración de necesidades es preciso realizar tres tipos de tareas:
– Conocer rasgos definitorios de los principales grupos ocupacionales.
– Identificar alternativas que bajo el punto de vista del usuario configuran su tipología personal-académica-profesional, tras previas elecciones.
– Contrastarlas y valorarlas.
Académicas/profesionales.
Para identificar y evaluar las lagunas informativas de estas áreas, se ha de contrastar al unísono las necesidades:
– Normativas. Niveles deseables de información, según el juicio de expertos.
– Percibidas o experimentadas por personas y/o grupos especialmente sensibles (Equipos: directivos, psicopedagógicos; Tutores, Consejo Escolar, Asociaciones de Padres, Asociaciones de Ex-alumnos, etc).
– Expresadas por los alumnos.
En este caso debemos informarnos sobre los siguientes aspectos:
– Académicos:
* Tipo de estudios y características del sistema educativo.
* Requisitos personales exigidos por los diferentes tipos de estudios.
* Naturaleza y alcance de las reformas educativas.
* Relación de los estudios con los profesiones y oficios.
* Alternativas de formación para un continuo desarrollo.
– Profesionales.
* Conocimiento del mercado laboral.
* Características y requisitos de las diferentes ocupaciones.
* Exigencias profesionales de los nuevos desarrollos tecnológicos.
Asimismo, también es conveniente conocer y analizar otros aspectos instrumentales como pueden ser:
* Conocimiento de los canales de información.
* Conexión de la escuela con otros centros educativos y laborales.
* U|lización de los recursos culturales y sociales del entorno.
B) DETERMINACIÓN DE OBJETIVOS.
Identificadas las necesidades, así como la amplitud y alcance de las mismas, la delimitación de objetivos no puede pasar por alto el hecho de que éstas suelen ser siempre superiores a los recursos, por lo que se ha de utilizar criterios como los siguientes, si se quiere determinar correctamente los objetivos:
– Frecuencia. Número de personas afectadas por determinadas deficiencias informativas.
– Intensidad. Diferencia entre el estado real de información y el idealmente deseable.
– Mérito. Modelo o «patrón» de dominio de información, asumido por los expertos.
– Valor. Características, expectativas, etc. de los beneficiarios de los programas.
– Intrínseco. Valoración de programas, materiales de información, etc, por sí mismos.
– Extrínseco. Valoración de aquellos por los efectos producidos en los usuarios.
En resumen, funcionalidad, eficiencia y eficacia son los principales criterios para la delimitación de objetivos.
¿Cuáles pueden ser estos objetivos?. Bisquerra plantea una serie de objetivos tanto para alumnos como para profesores:
1.- Alumnos.
* Explotar las inclinaciones naturales o predisposiciones hacia algún campo profesional.
* Descubrir reacciones personales ante profesiones concretas.
* Descubrirse a sí mismo: intereses, aptitudes, expectativas, aspiraciones, motivaciones, etc.
* Integrar las informaciones posibles antes de elegir.
* Dominar la estructura del sistema educativo.
* Conocer las posibilidades en que desemboca el final de un ciclo educativo.
* Comprender los requisitos para acceder a cada tipo de estudios.
* Prever las interconexiones y sistemas de convalidación entre niveles educativos.
* Identificar centros de formación y sus condiciones.
* Localizar becas y ayudas de estudio.
* Conocer profesiones principales del entorno.
* Descubrir principales oportunidades de empleo.
* Valorar la situación del mercado de trabajo.
* Explorar la estabilidad de los empleos.
* Aprender a utilizar fuentes de información: bibliografía, etc.
2.- Profesores.
* Incluir en el desarrollo de las materias contenidos de información académico-profesional.
* Coordinar y facilitar conexiones con centros educativos y lugares de trabajo.
* Propiciar consultas y entrevistas con padres y alumnos.
* Realizar estudios de seguimiento de los ex-alumnos.
* Facilitar la creación de fondos documentales de información.
C) METODOLOGIA DE TRABAJO.
En función de esta realidad, la metodología de trabajo más acorde es obvio que será aquella que permita a aquél captar e incorporar la información pertinente. Y esto supone en la práctica el desarrollo de al menos las siguientes capacidades, a través de unas estrategias de trabajo eminentemente activas:
– Búsqueda o localización. ¿Dónde encontrar la información?.
– Selección. ¿Cuál de ellas interesa?.
– Tratamiento de la información. Lo cual supone:
* Contraste. ¿De qué forma contraponerla-diferenciarla?.
* Integración. ¿Cómo incorporarla?.
1.- Localización o búsqueda.
Conocer dónde se encuentra la información necesaria, requiere en la mayoría de ocasiones:
a) Observar la evolución del mundo académico-profesional, obtener pistas, detectar informaciones ambiguas y/o inciertas, avivar expectativas.
– Actividades.
* Oportunidades y problemas académicos-profesionales, vividos por ex-compañeros de estudios.
* Tipos de estudios y profesiones de diferentes entornos socio-económicos y culturales.
* Análisis de determinadas informaciones desde diferentes puntos de vista.
* Preguntas incitadoras que exijan nuevas maneras de examinar la información disponible.
b) Preguntar para ubicarse frente a la realidad del mundo académico y profesional y obtener la mejor información posible.
– Actividades.
* Autovaloración del historial personal (actitudes, intereses, etc) y académico.
* Interrogatorio y puesta en común de la experiencia formativa y laboral de padres y familiares.
* Encuestas sobre posibilidades de formación y trabajo, prioritariamente del entorno próximo.
* Ubicación de centros de documentación, oficinas de información, etc.
c) Recopilar de manera sistemática cuantos elementos y posibilidades del mundo académico y profesional se necesiten.
– Actividades.
* Informaciones de interés aparecidas en los medios de comunicación.
* Materiales impresos y audiovisuales de información académica-profesional.
* Estudios sobre la evolución de las profesiones y del mercado de trabajo.
2.- Seleccionar.
Ineludible capacidad a desarrollar ante el aumento progresivo de información, su rápida evolución y creciente facilidad de acceso a los canales de difusión. Conviene al respecto:
a) Consultar medios experimentados que favorezcan la creación de un estado de opinión objetivo sobre las opciones académico-profesionales.
– Actividades.
* Fuentes de información (local, regional, estatal).
* Guías y folletos de información académico-profesional.
* Catálogos de centros de estudios y profesiones.
* Anuncios de prensa sobre ofertas laborales y de formación.
b) Asesorarse a través de profesionales de la educación, de especialistas del mundo del trabajo y de sistemas técnicos creados con tal finalidad.
– Actividades.
* Conferencias, mesas redondas, debates.
* Cursos sobre profesiones (materias de estudio, costes, salidas profesionales, ingresos).
* Entrevistas con empleadores y responsables de formación.
* Programas audiovisuales e informáticos de asesoramiento.
3.- Tratamiento de la información.
Como ya hemos indicado el Tratamiento hace referencia al hecho de contrastar e integrar la información:
– Contrastar.
Reorganizar la información, identificar lagunas, establecer analogías y diferencias entre distintas situaciones, para poder:
a) Comprobar en la práctica -simulada o real- diferentes posibilidades formativas y laborales.
– Actividades.
* Visitas a centros de estudio y trabajo.
* Estudio de casos (presentación, búsqueda de alternativas, plan de acción).
* Estudio de laboratorio sobre determinadas profesiones de interés mayoritario.
* Experiencias cortas de trabajo.
b) Evaluar las posibilidades detectadas en función del grado de satisfacción personal que comporta y el potencial disponible.
– Actividades.
* Especificación de valores ocupacionales prioritario.
* Autoevaluación de aptitudes e intereses.
* Balance cruzado de posibilidades-actitudes-capacidades.
– Integrar.
Combinar y/o agregar los mensajes recibidos que posibiliten tomas de decisiones conscientes y concentración de esfuerzos en el plan de acción que se piensa seguir.
– Actividades.
* Reflexión sobre el plan de acción (¿qué?, ¿cuándo?, ¿de qué forma?, ¿con qué medios?).
* Identificación de consecuencias y obstáculos para su realización.
* Elaboración de itinerarios formativos y laborales más acordes con los fines perseguidos.
* Planteamiento de nuevos interrogantes sobre los itinerarios previstos.
La revisión y verificación de estos pronósticos retroalimenta a su vez no sólo ya la metodología de los programas de información profesional propuesta, sino también su integración en los currículos escolares que puede iniciarse con análisis detenidos sobre las posibilidades profesionales derivadas más directamente de las materias que están estudiando.
D) EVALUACION DEL PROGRAMA.
Esta última fase interactúa con todas las anteriores, mientras alimenta un constante feed back entre ellas. Sólo de esta forma es posible detectar la funcionalidad, eficiencia y eficacia de los programas en cada una de sus fases de desarrollo y no centrar la evaluación sólo en los resultados, sino también en el proceso.
Evaluación de contexto.
Su finalidad es delimitar el marco donde se piensa desarrollar los programas, identificar las principales lagunas de información y valorar tanto las necesidades de los usuarios y los problemas que subyacen a éstas, como los oportunidades y medios de satisfacer las primeras y de solucionar los segundos.
Sólo así se puede comprobar si los objetivos propuestos son suficientemente coherentes con las necesidades valoradas y disponer de criterios objetivos para juzgar los resultados en el momento de la «Evaluación sumativa».
Las técnicas de trabajo más acordes para este tipo de evaluación suelen ser: consultas de expertos en información profesional, revisión de documentos legales, sondeos de opinión entre todos los grupos implicados, reuniones monográficas de diagnóstico de necesidades con sus representantes, entrevistas, cuestionarios de necesidades y test diagnósticos.
Evaluación de diseño.
Su finalidad es identificar y valorar las estrategias de los programas de información más acordes a las características y capacidades de las personas e instituciones implicadas en los mismos, teniendo en cuenta sus necesidades y las circunstancias ambientales que les son propias.
Las técnicas de trabajo más habituales son: búsqueda de documentación especializada en el tema, resúmenes de las principales ideas extraídas de la literatura consultada, registro y conocimiento de programas de información de reconocida valía, inventario y análisis de los recursos humanos y materiales disponibles así como de posibles dificultades a contrarrestar, discusión en pequeños grupos del personal responsable sobre las diferentes estrategias programáticas y medios para implicar a los beneficiarios directos del programa.
Evaluación formativa.
Bajo la finalidad común de este tipo de evaluación, que es la de facilitar durante el desarrollo de los programas posibles mejoras y/o modificaciones, cuando de detecten defectos de planificación, procedimiento o realización.
Las técnicas de trabajo más aconsejables para este tipo de evaluación son: registros anecdóticos de las sesiones de información, descripciones sobre las principales desviaciones del plan original, informes estandarizados sobre limitaciones y logros, actas de reuniones con el personal responsable, balances de gastos derivados del programa, cuestionarios de opinión sobre la marcha del programa, entrevistas con representantes de los grupos implicados.
Evaluación sumativa.
Su finalidad esencial es la de valorar, interpretar y juzgar los resultados positivos y negativos obtenidos con el programa, permitiendo identificar tanto los efectos deseados y no deseados, como el grado de satisfacción de las necesidades del grupo al que se ha dirigido, para finalmente determinar si el programa debe prolongarse, repetirse y/o ampliarse.
Las técnicas de trabajo suelen variar según la evaluación se realice a corto o largo plazo. En este último caso las más utilizadas son las entrevistas y cuestionarios telefónicos o por correo. Estas mismas también se emplean en la evaluación a corto plazo junto a test, cuestionarios paralelos de inicio y final del programa, recopilación de juicios, fichas de seguimiento e inventarios de resultados.
4.- SISTEMAS Y FUENTES PARA LA INFORMACION EN ORIENTACION PROFESIONAL Y LABORAL.
4.1.- FUENTES.
Se configuran como los emisores de la información y su diversidad está en función de su categoría y procedencia. Interesa destacar las competencias específicas de cada uno, los medios de que disponen y su utilización, la influencia que ejercen, las expectativas que crean, etc. Las diferentes categorías de informadores son, entre otras, las siguientes:
– Técnicos orientadores.
– Profesores-tutores.
– Familia.
– Informadores ocasionales.
– Empresas.
– Asociaciones y sindicatos.
– Medios de comunicación social.
– Servicios de documentación e información.
a) Técnicos orientadores.
Son una de las fuentes más especializadas puesto que están formados para llevar a cabo un serie de funciones, entre la que se encuentra la función de informar.
b) Profesores-tutores.
Son los que por su contacto permanente con los alumnos, realizan normalmente la orientación e información. Los medios de que disponen suelen ser escasos y aun éstos, muchas veces, son desconocidos para ellos. Les correspondería, según las circunstancias, coordinar las acciones del resto de los informadores y, sobre todo, mantener un estrecho contacto con los servicios de orientación y centros de documentación e información, que son los que deben suministrarles documentos y asesorarles en las técnicas específicas de transmisión de la información, de selección de la misma y otras estrategias.
c) La familia.
En algunos casos y circunstancias los padres pueden informar oportunamente a sus hijos respecto a las posibilidades de estudio y trabajo que se les ofrecen, pero sólo disponen de una información parcial que enlaza con una actitud impositiva respecto a la elección de estudios o de trabajo de sus hijos. De todas formas, aunque se dé en la familia una actitud de «indiferencia positiva», su influencia es muy grande, interviniendo en ello la profesión de los padres, su status social, sus posibilidades económicas, …
d) Informadores ocasionales.
Los propios compañeros y amigos del sujeto o de los padres aportan informaciones relativas a sus respectivos trabajos, experiencias y posibilidades de ayuda. También son valiosas las informaciones que representantes de organismos profesionales de campos diversos pueden aportar mediante charlas, conferencias, …
e) Empresas.
Las grandes empresas suelen disponer de un servicio de información profesional, integrado en un gabinete técnico, que informa sobre especialidades de la empresa, acceso a ellas, promoción, etc. Información muy apreciada, por ser rigurosa y concreta.
Sería deseable una estrecha relación entre las empresas y los servicios y gabinetes de orientación e información de los Ministerios de Educación y de Trabajo, informando sobre las demandas de empleo, sus características, cambios y transformaciones en los procesos de producción, etc. Los tutores deberían tener fácil acceso a esta información.
f) Asociaciones y sindicatos.
Tanto de las asociaciones patronales como de los sindicatos de trabajadores cabría esperar una mayor atención a este respecto de la información de gran interés para los propios asociados, para sus familias y, en general, para toda la sociedad.
g) Medios de comunicación social.
La prensa diaria y revistas especializadas adquieren muchas veces la categoría de informadores, suministrando datos valiosos, bien de forma ocasional o a través de secciones fijas. De la misma manera, la radio y la televisión, a través de programas específicos, podrían hacer más de lo que hacen en este campo, proporcionando informaciones diversas y rigurosas sobre las profesiones y actividades humanas. Interesa conocer estas iniciativas de los medios de comunicación social y no desaprovecharlas, pues suelen aportar datos y conocimientos más vivos y actuales, además de ejercer un gran influjo en la audiencia.
h) Servicio de documentación e información.
Cada vez son más variadas y complejas las opciones y oportunidades educativas, profesionales y socioculturales que se ofrecen a los jóvenes. Conocer, acopiar, sistematizar y presentar adecuadamente los numerosos materiales escritos y audiovisuales que se publican y distribuyen actualmente por organismos oficiales, estatales, provinciales, locales y empresas privadas es una tarea que requiere la existencia de servicios y de personas especializadas que se encarguen de ello, lo que justifica la existencia de estos servicios, incluso a nivel de centros grandes.
4.2.- SISTEMAS.
El término Sistemas, según Tolbert, hace referencia a cualquier procedimiento normalizado para obtener, archivar y recabar información.
Alvarez y Fernández han realizado una recopilación de diferentes sistemas para la obtención de la información.
a) Visitas a centros de trabajo.
Estas van a poner al alumno en contacto con el ejercicio de una serie de profesiones.
b) Charlas informativas.
Las cuales pueden ser dadas por el técnico orientador, tutores, padres o personas pertenecientes a diferentes profesiones. Estos pueden informarnos sobre todos aquellos aspectos que interesen de cada una de las profesiones.
c) Entrevista colectiva.
Realizada por todos los alumnos a un profesional, quien responderá de sus experiencias en el trabajo, características, aspectos a destacar.
d) Debate.
Dada una profesión se puede debatir sobre ella en el aula.
e) Encuesta de información local.
Tolbert considera que es una técnica muy útil, puesto que permite el estudiar aquellas profesiones más frecuentes en su entorno, el obtener información sobre oportunidades locales de empleo.
f) Campos de trabajo.
Estos campos de trabajo pueden permitir al estudiante ejercitar una determinada profesión.
Esta actividad depende de las delegaciones provinciales de Cultura o de las distintas Consejerías de Cultura de las diferentes Comunidades Autónomas.
g) Estudio de las profesiones de los padres.
Estudiar algunas de las profesiones de los padres y analizar el grado de satisfacción que aporta el padre, repercusión en el entorno familiar …
h) Las áreas, materias y módulos como base de un programa de información profesional.
Tanto Tolbert como Bisquerra indican que todas las áreas, materias y módulos poseen alguna significación profesional. Los profesores pueden aprovechar estas para hablar de profesiones y ocupaciones. Se trata de facilitar al alumno el que conozca todas las posibilidades profesionales de las materias que están estudiando.
i) Documentación escrita.
– Folletos de información elaborados por organismos oficiales, entidades, empresas. De contenidos breve.
– Carteles, láminas y cuadros, de información breve, pero precisa y visualizada mediante gráficos, imprescindibles a veces.
– Diapositivas, películas y vídeos, que pueden obtenerse en forma de préstamos.
– Libros, que ofrecen una visión sistemática y global sobre opciones de estudio y trabajo para distintos niveles.
– Monografías profesionales: material muy valioso por ofrecer información descriptiva de cada profesión o campo profesional.
– Manual del estudiante: información intraescolar de cada centro.
– Folleto de información social: informan de los diferentes aspectos sociales que pueden interesar.
j) Información asistida por ordenador.
Este sistema permite explorar alternativas profesionales por parte del alumno. Le ayuda a explorar sus capacidades y a coordinar y contrastar sus metas con las oportunidades culturales y profesionales.
Algunos de los sistemas informáticos más utilizados son los siguientes:
– SIGI de M. Katz, este promueve un sistema destinado a ayudar a los estudiantes en el proceso y contenido de toma de decisión profesional.
– DECIDES de Krumboltz, se encuentra en la misma línea que el anterior.
– SIMCEP, ofrece información objetiva, actualizada, precisa sobre las diferentes profesiones.
5.- CONCLUSION.
La información tiene por objeto proporcionar a los alumnos datos objetivos sobre la realidad, a fin de orientarles antes de decidir. Es un hecho objetivo y momentáneo que necesita una constante actualización de los datos. La Orientación prepara al sujeto para aprovechar mejor la información al proporcionarle un buen conocimiento de sí mismo y de sus posibilidades. A su vez, la información es base de la Orientación al despertar el interés, la motivación y concienciación de muchos individuos en orden al mejor conocimiento de su entorno y como preparación en la toma de decisiones.
Asimismo, la información es esencial e imprescindible en nuestros días por la progresiva complejidad de la vida, particularmente en sus aspectos sociales, laborales, económicos,…
Es por todo ello por lo que se hace necesario estructurar y planificar adecuadamente la información que realmente se requiere y necesita. Así como acudir a aquellas fuentes y sistemas de información más adecuados con el objeto de poder tomar la decisión profesional más acertada.
BIBLIOGRAFIA.
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– Repetto Talavera, Elvira (2003): Orientación educativa e intervención psicopedagógica: Cambian los tiempos, cambian las responsabilidades profesionales.
Editorial: Ediciones pirámide
– AA.VV. (2002): La educación profesional en España. Editorial: fundacion santillana
– AA.VV. (2002): Cuaderno informativo: opciones al acabar la Educación Secundaria Obligatoria. Editorial: Comunidad de Madrid
– Gutierrez-Crespo Ortiz, Ernesto (2002): Aprendiendo a buscar empleo desde el aula. Cuaderno del alumno: taller de orientación laboral. Editorial: CCS
– Gómez de Agüero, José Luis, Trigueros, Juan A. y Del Valle,Vicente (2001): Formación y Orientación Laboral. Editorial: Mcgraw Hill
– Blasco Calvo, Pilar y Pérez boullosa, Alfredo (2001): Orientación e inserción profesional: competencias y entrenamiento para su práctica. Editorial: Nau libres
– Ríos, Joaquín (2000): Orientación Vocacional. Editorial: Ministerio de Educación y Ciencia
– Valles Arandiga, Antonio (2000): Formación y Orientación Laboral. Transición a la vida activa. Editorial: EOS
– Reina, José Luis (2000): El espejismo de la formacional ocupacional: reflexiones sobre su vinculación con el empleo. Editorial: Los libros de catarata.