1. La Educación Musical en Educación Infantil.
1.1. El niño y la música.
1.2. La expresión musical en el Currículo de Educación Infantil.
2. El descubrimiento del sonido y del silencio.
3. Características y criterios de selección de las actividades musicales.
3.1. Actividades.
3.1.1. Actividades para trabajar el sonido y sus cualidades.
3.1.2. Actividades para trabajar los elementos del ritmo.
3.1.3. Melodías.
3.1.4. Audición musical.
3.1.5. Ejercicios de respiración.
3.1.6. Con instrumentos.
4. Recursos.
4.1. Las canciones.
4.2. Los instrumentos.
4.3. La danza.
4.4. El juego.
5. Folclore.
1. La Educación Musical en Educación Infantil.
La música está en el hombre y la educación musical despierta y desarrolla las facultades humanas. No está reservada a un núcleo de personas, sino que está al alcance de todos; para participar de ella no se exige poseer unas aptitudes especiales. Está comprobado que las capacidades de percibir, sentir y expresar la música existen en todas las personas en un grado normal, y es imprescindible desarrollar estas capacidades desde la edad más temprana. Kodaly, ante la pregunta : “¿ Cuándo conviene comenzar con la educación musical?” respondió: “ Nueve meses antes del nacimiento”.
La música, además de un lenguaje que sirve para expresar sentimientos, impresiones y estados de ánimo, es un importante factor de desarrollo. La expresión musical es un recurso educativo, por ejemplo, en la creación de actitudes y hábitos que son básicos e imprescindibles para la educación integral del niño, pues ayuda a saber disfrutar y a ser capaz de respetar el sentir y el hacer de los demás.
En Educación Infantil, no se trata de aprender música desde un punto de vista técnico, sino de desarrollar progresivamente una capacidad para servirse de ella como un medio de expresión y representación al servicio de los objetivos educativos. Lo fundamental será que niños y niñas disfruten, elabores, se expresen utilizando su propio cuerpo y los materiales que tienen a su alcance.
1.1 El niño y la música.
El niño es sensible a los estímulos sonoros desde muy temprano. Pero, dado que estos estímulos le llegan mezclados con otros visuales – gestos, movimientos – y afectivos – sonrisas, tactos, besos -, habrá que juzgar cautamente sus respuestas a estos estímulos sonoros. Aunque no podemos olvidar que la simple percepción pasiva del sonido, por lógica, tiene que ser anterior a cualquier respuesta concreta del niño.
El niño, en el mismo momento del nacimiento, empieza a gritar. El grito es su primera manifestación sonora, ni lingüística ni musical. Los sonidos que produce son indiscriminados y no intencionados. Durante semanas el grito es su única manifestación sonora. Se encuentra el niño en lo que se ha dado en llamar el período del grito.
Sin haber superado totalmente el grito, aparece el gorjeo o balbuceo, que da comienzo a una etapa más larga: es el período de lalación. Esta actividad aparece a veces durante el primer o segundo mes de vida del niño. Este se entrega a un juego sonoro por el que produce constantemente, incluido el momento de reposo, una especie de canturrero ( auauá, apapá … ) que poco a poco se va articulando. La lalación constituye un ejercicio de maduración lingüística que empezará a declinar cuando el niño comience a pronunciar las primeras palabras, o sea, cuando cuenta ya alrededor de doce meses de edad. Entre los doce y los dieciocho meses el niño empieza ya a imitar el lenguaje del adulto.
Ni el grito ni el balbuceo pueden considerarse como musicales. Pero si el balbuceo propio del periodo de lalación se han considerado como manifestación prelingüistica, por las mismas razones podrá considerarse premusical. Sobre todo si tenemos en cuenta que los segmentos sonoros, gorjeos, que de manera constante emite el niño ( apapupi, amamamá, ababubi ) , podemos rastrear la presencia de elementos rítmicos, clarísimos en la repetición de sonidos, y elementos melódicos, en su incipiente entonación.
Se puede decir, si riesgos de exageración, que estamos ante las muestras del primer tarareo. Todo esto lo produce el niño de forma espontánea, pero también de manera insistente, entregándose a un juego que le agrada sobremanera.
Todos los psicolingüistas coinciden en valorar este permanente ejercicio de gorjeto o lalación como ejercitación de los órganos de fonación. Hay que admitir, en consecuencia, que lo que tiene de preparación para el lenguaje oral también lo es para la futura expresión musical del niño.
1.2 . La expresión musical en el currículo de Educación Infantil
Por medio de la expresión musical, el niño tiene acceso a la cultura, le llegan las tradiciones de su entorno cultural.
Los contenidos de este bloque temático tienen un carácter eminentemente procedimental. Están en relación con el sonido, sus cualidades, el ruido, las propiedades sonoras del cuerpo y los objetos, las canciones, etc. Se refieren a la exploración y utilización de estas propiedades para expresarse a través del sonido hasta llegar a la música, y al descubrimiento e interés por esta forma de expresión.
La secuenciación en ambos ciclos será la siguiente:
En el primer ciclo el niño descubrirá, experimentará y usará las propiedades sonoras del cuerpo y los objetos de su entorno, así como los recursos básicos de expresión corporal, que se irán enriqueciendo paulatinamente con el desarrollo de las habilidades perceptivo-motrices, afectivas, cognitivas y relacionales recogidas en el primer ámbito de experiencias. De este modo, va tomando conciencia de que puede ir controlando su cuerpo y de las posibilidades expresivas que esto le ofrece.
El proceso de utilización de diferentes propiedades sonoras y su relación con el silencio será, al final del ciclo, un nuevo instrumentos de expresión y comprensión de algunos sentimientos y emociones. Así, la producción de sonidos que se realizan con la boca, palmadas, ruidos de objetos, canciones, ritmos, etc., le va a permitir observar, reconocer, manipular o expresarse en situaciones de la vida cotidiana, e ir desarrollando el gusto e interés por este tipo de actividades.
El pequeño descubre las posibilidades sonoras de su cuerpo en relación y contraste con las de los instrumentos de su entorno.
En el primer año , el bebé manifiesta sus necesidades con el llanto, gestos y vocalizaciones, es decir, con los medios de expresión que están a su alcance. Por ello, el educador debe estar atento a sus expresiones y saber interpretarlas. Le hablará y le cantará canciones para tranquilizarle.
En esta época, hay que fomentar el interés del niño por participar en situaciones de comunicación y de interacción con adultos y con otros niños y niñas. Se considerarán todos los medios expresivos que tienen a su alcance y las intenciones comunicativas del adulto.
En el segundo ciclo, y respecto a las propiedades expresivas de su cuerpo, el niño profundizará en su utilización y en la experimentación con él, en especial con su voz y con las características sonoras de objetos cada vez más elaborados, tanto de forma individual como en grupo. Así, ampliará la capacidad de expresarse y de comprender los sentimientos y emociones a través de los sonidos y en contextos muy diferentes.
La interpretación de canciones progresivamente más complejas, la modulación de la voz, las combinaciones de sonido y ritmo corporal, la discriminación de contrastes sonoros ( como agudo-grave, fuerte-suave, etc. ) , posibilitan que el niño amplíe su capacidad comunicativa.
Todo esto le permite acercarse al concepto de música como la relación entre sonido y tiempos, al de distintas fuentes de sonidos y también al de algunas producciones musicales de su medio.
2. El descubrimiento del sonido y del silencio.
Se entiende por sonido la sensación que percibimos por medio del oído cuando éste es impresionado por vibraciones sonoras en cantidad y potencia adecuadas.
Se puede distinguir dos tipos de vibraciones sonoras:
– Las que producen sonidos musicales, que son periódicas y regulares.
– Las que ocasionan ruidos, que no son periódicas y son irregulares.
Para escuchar un sonido se precisan tres elementos:
– Una fuente productora.
– Un medio transmisor.
– Un órgano receptor.
Los sonidos, tanto los producidos por la voz como los originados por los instrumentos, se caracterizan y diferencian entre sí por las siguientes características o parámetros del sonido:
– Tono o altura.
– Intensidad.
– Timbre.
– Duración.
· Tono
El tono es el elemento más característico del sonido, y depende del mayor o menor número de vibraciones por segundo de un cuerpo. Así, los sonidos pueden ser:
. Agudos: tienen un gran número de vibraciones por segundo.
. Graves : la cantidad de vibraciones por segundo es reducida.
· Intensidad
La intensidad depende de la amplitud de las vibraciones, y oscila entre el fuerte y el suave. Se puede decir que es la fuerza con que se produce el sonido. Esta característica es independiente de la altura del sonido.
· Timbre
El timbre depende de la cantidad y la calidad de vibraciones que componen un sonido determinado. Es la cualidad por la que varios sonidos de igual altura se diferencian entre sí según el instrumentos que los produce. Es lo que en música se llama color. Por esta cualidad distinguimos también las voces de las personas.
· Duración
La duración es el espacio de tiempo dado a un sonido. En música se indica mediante unos signos llamados figuras musicales.
La ausencia de sonido intercalada en una cadena es el silencio o pausa. Es importante prestarle atención por el equilibrio natural que produce en la música. Con los niños se realizan juegos en los que se pasa alternativamente de situaciones de ruido a silencio; por ejemplo, se les manda moverse y hacer todo el ruido que puedan y, cuando vean una señal previamente determinada, se han de quedar quietos y sin hacer ruido; cuando vean otra señal, también convenida, comenzarán de nuevo a hacer ruido, repitiéndose la secuencia. Con estos ejercicios se les habitúa a que cuando en algunos momentos se requiere silencio, lo hagan al indicarlo el educador.
3. Características y criterios de selección de las actividades musicales.
En los primeros años, las música se debe identificar con los sentimientos y con las ideas de juego, alegría, movimiento, orden y expansión.
Una necesidad del pequeño hace que sus canciones sean monótonas, rítmicas y muy sencillas en la línea tonal. Después de conocer el ritmo del niño, le ayudaremos a crear sus canciones. Las canciones que canta no deben ser una imposición externa del adulto, sino que han de ser canciones con las que se sienta libre, creador, actor, como si se tratara de un juego, de forma que pueda rimarlas y vivirlas. Pretendemos que siga el ritmo y la entonación.
El educador será un mago de la música y tendrá presentes estas dos reglas fundamentales:
1ª. No se debe exigir al niño o niña un esfuerzo superior a su capacidad mental.
2ª. No se ha de enseñar sistemáticamente sólo lo que le gusta, sino también lo que le conviene, pero buscando siempre la motivación.
El educador intentará que el niño descubra los elementos sonoros, creará en él el hábito de escuchar poniendo en juego la atención, el silencio y el respeto.
Los elementos de la educación musical se presentarán como si se tratase de un juego. Las actividades será motivadoras, que despierten el interés por ellas y hacia los elementos de la música, serán un juego.
Desde muy pequeño, se pondrá al niño en contacto con la música, que la oiga y la baila según sus posibilidades de movimiento.
Por otra parte, la expresión musical no se debe considerar como actividad de relleno y complemento, sino como parte fundamental del currículo.
Es conveniente que, en las actividades propuestas, se alternen movimientos rítmicos, juegos excitantes con canto ( periodo de agitación ) y audición ( tranquilidad ), para evitar una superposición de estímulos que no daría buen resultado. El educador tendrá que preocuparse especialmente por acomodar la duración de las actividades al límite de atención de los niños. Estas se acompañarán de gestos que, poco a poco, los niños asociarán e identificarán, consiguiendo así realizarse de forma ordenada.
Además, los materiales empleados para la educación musical deben ser manipulados libremente antes de que se utilicen en la forma correcta.
En definitiva, no se trata de que los niños y niñas aprendan música, sino de que la puedan emplear como recursos expresivo, que se expresen con ritmo.
3.1. Actividades
En la iniciación a la educación musical tiene una gran importancia la educación sensorial, de forma que los ejercicios de discriminación sensorial y de memoria visual y auditiva que se llevan a cabo para otros aspectos del Currículo contribuyen a constituir las bases para el desarrollo de la expresión musical. Contribuyen a lo mismo los ejercicios de orientación espacial y los relacionados con la percepción del cuerpo de forma global y segmentaria.
3.1.1. Actividades para trabajar el sonido y sus cualidades
§ Colocar carillones en la cuna.
§ Manipular sonajeros. Mover el sonajero delante del bebé y dejar que lo pare él con la mano.
§ Nos quedamos todos en silencio y, cuando escuchemos un sonido o un ruido, dirigimos la mano en la dirección en que lo hemos percibido.
§ Los niños y niñas señalan con los ojos tapados el lugar donde se encuentra el educador, que irá dando palmadas en distintos sitios de la sala.
§ Jugar con nuestro nombre diciéndolo con fuerza y después, poco a poco, más suave; decirlo con voz más grave y más aguda; tratar de alargarlo y de decirlo deprisa.
· Timbre
– Los niños y niñas se sientan en círculo y manipulan distintos objetos para familiarizarse con sus sonidos.
– Los pequeños se ponen de espaldas y deben adivinar qué objeto es el que mueve otro niño el educador.
– Repartir entre los niños objetos iguales a los que tiene el educador. Éste mueve uno, de espaldas al grupo, y el niño que tiene el mismo objeto lo hace sonar. Hacer el mismo ejercicio con instrumentos musicales.
– Preparar dos series iguales de objetos llenos de variados materiales. Los niños deben juntar los que suenen igual.
– Reconocer las voces de los compañeros o compañeras.
– Grabar en una cinta ruidos de distintos objetos del entorno. Disponer para cada niño de una lámina con los dibujos que representan los objetos cuyos sonidos están grabados y otros que no lo están. Poner la cinta; los niños van señalando o pintando los objetos cuyo sonido escucha.
– Hacer el ejercicio anterior con animales.
· Tono
– Asociar movimientos con sonidos agudos ( intentar tocar la lámpara, las nubes, darle un caramelo al sol…) y graves ( recoger piedrecitas, señalar el camino, el caracol según camina, probar con la mano cómo está el agua del río )…
– Con la consigna de que somos ascensores, los niños y niñas se ponen de pie o de rodillas, según suba o baje el tono de una melodía.
– Expresar estados de ánimo, como la alegría, con sonidos agudos y de enfado o tristeza con sonidos graves.
– Dibujar en papel líneas ascendentes o descendentes ( subir o bajar una escalera, pintar montañas), según los tonos que se escuchan.
– Utilizar una flauta de émbolo y hacer que el niño observa cómo, al subir o bajar, emite distinto sonido (grave a agudo).
– Repetir versos, como el de este ejemplo, en el que se pude establecer una relación entre el contenido y el tono de voz:
El que tiene voz muy gorda, es papà … ( grave )
Quien la tiene muy finita , es mamá … ( aguda )
Luego tengo un hermanito, que es llorón ( agudo )
Y mi perro que está en casa, es gruñón ( grave )
· Intensidad
– Dejar caer sobre una bandeja metálica una pequeña cantidad de diversas sustancias, como azúcar, sal gorda, arena, piedras, garbanzos o monedas. Prestar atención y diferenciar la intensidad del ruido en cada caso.
– Representar, abriendo más o menos las manos, los sonidos que produzca el educador según sean fuertes o suaves.
– Caminar con fuerza con las plantas de los pies, o de puntillas, suavemente, según seamos elefantes o pájaros, respectivamente.
– Colocados en círculo, cada uno tiene un trozo de papel de periódico. Por orden, empezamos a moverlo de forma que produzca ruido. Primero lo hace un niño, luego se agrega otro, luego otro, y así sucesivamente, hasta que todos mueven su hoja de papel. El ruido se va haciendo paulatinamente más fuerte. A una orden, paran todos a la vez.
· Duración
– Dibujar puntos o líneas al oír sonidos cortos o largos.
– Representar una línea imaginaria en el aire siguiendo con la mano el sonido escuchado según lo que este dure.
– Representar con movimientos la duración de las notas; por ejemplo, en las negras, caminar; en las blancas, caminar despacio; en las corcheas, correr.
– Recordar e imitar animales y objetos cuyos sonidos sean largos o cortos.
3.1.2. Actividades para trabajar los elementos del ritmo
§ Emplear algunos ejemplos del repertorio de canciones y juegos populares.
§ Al cantar, balancear a los bebés hacia atrás y hacia delante.
§ Al cantar, palmear las canciones que se canten y separar las manos en cada tiempo de compás; o tocar dos partes distintas del cuerpo del niño; o la cara del educador y la cara del niño; tocar una parte del cuerpo o de la cara en el acento.
§ Saltar.
§ Realizar ejercicios rítmicos en eco con sonidos corporales ( pitos, palmas… ) El educador hace una serie corta de sonidos y los niños lo repiten. La secuencia rítmica va variando.
§ Caminar a un compás marcando:
Uno dos / uno dos ( binario )
Uno dos tres / uno dos tres ( ternario )
Dar una palma para marcar un acento
§ Marcar el acento con palmas en la siguiente nana. El acento se marca con este símbolo >.
Marcamos el ritmo con movimiento balanceo del cuerpo:
Pajarillo que cantas
> >
en un almendro,
> >
no despiertes al niño
> >
que está durmiendo
> >
§ Acompañar con palmas el ritmo de este juego
§ Marcar el ritmo en trabalenguas, juegos de suerte o adivinanzas.
§ En la siguiente canción:
Mi barba tiene tres pelos,
Tres pelos tiene mi barba
Si no tuviera tres pelos
Ya no sería mi barba
. Decir el texto completo
. Sustituir la palabra “barba” por un gesto que la represente.
. Sustituir la palabra “ pelos” por un gesto.
. Sustituir ambas palabras.
Se puede aumentar el número de palabras sustituidas por gestos según la dificultad que se busque, eligiendo otra canción o fórmula.
§ Partiendo de la canción “ Antón Pirulero”.
. Cada niño escoge una profesión o una acción ( peinar, tocar un instrumento… ).
. Todos cantan la canción acompañándose rítmicamente con algún instrumento de percusión corporal.
. El educador o educadora dirá los nombres de los oficios o acciones elegidos por los niños y hará el gesto; entonces, cada uno abandona su acción y acompaña la canción con un gesto acordado previamente al comienzo del juego.
3.1.3. Melodías
§ Realizar ecos melódicos.
§ Aprender canciones para diferentes situaciones: saludos, despedidas, cumpleaños, fiestas locales, épocas del año, refuerzo de contenidos.
§ Acompañar los juegos con fórmulas sencillas con melodía.
§ Poner melodía a algunas poesías o retahílas.
§ Inventar canciones para: saludar, despedirse, cumpleaños, Navidad, fiestas locales o canciones de nuestro grupo.
3.1.4. Audición musical
§ Expresar las sensaciones que produce la música: con colores, con gestos o verbalmente.
§ Representar corporalmente lo que se oye.
3.1.5. Ejercicios de respiración.
Respirar bien es primordial para hablar y para cantar sin realizar un esfuerzo innecesario. La respiración es un aspecto educativo que se trabaja desde distintos bloques del currículo. Trataremos de que el pequeño inspire por la nariz y espire tanto por la nariz como por la boca.
Los ejercicios estarán encaminados a fraccionar, a dosificar el aire expulsado, a espirar voluntariamente por la boca o la nariz, a ser conscientes, en la medida en que la edad lo permita, de la respiración abdominal.
Proponemos los siguientes ejemplos de actividades:
– Acompañar espiración e inspiración con caídas y levantamiento de brazos.
– Colocar saquitos en el abdomen e inspirar tratando de levantarlos con la tripita.
– Inflarse y desinflarse como globos.
– Hacer carreras sopando bolitas de papel de seda.
– Soplar una vela procurando que no se apague; después soplar más fuerte para apagarla.
– Oler una flor; imitar a un perro que olfatea.
3.1.6. Con instrumentos
– Ecos con sonidos corporales.
– Ecos con sonidos producidos con claves, u otros instrumentos sencillos.
– Hacer acompañamientos de los ejercicios de ritmo.
– Acompañar las canciones sencillas.
4. Recursos
En la expresión musical, los recursos empleados son las canciones, los textos orales ( nanas, retahílas, fórmulas de sorteo), las adivinanzas, la voz, el cuerpo, los instrumentos musicales, la danza y otros recursos auxiliares como las grabadoras.
4.1. Las canciones
El repertorio de canciones para estas edades está compuesto de:
– Canciones de niños.
– Canciones de folclore.
– Canciones contemporáneas, que también gustan a los niños y que aprenden de los medios de comunicación.
– Canciones didácticas creadas con algún objetivo educativo.
Las primeras canciones que los niños oyen son las nanas. Se puede afirmar que son monótonas en su rima; por eso y porque se suelen cantar con dulzura, tranquilizan a los bebés, por lo que se emplean para dormirlos.
Las canciones que cantan los niños y niñas tienen frases muy reiterativas, son breves, de esquemas rítmicos iguales. Las melodías tendrán dos-tres tonos. La forma que mantienen es estribillo-estrofa-estribillo.
Los educadores infantiles emplean la forma de eco para aprender canciones, verso a verso y estrofa a estrofa; asimismo, se acompañan de gestos corporales relacionados con el texto de la canción.
Se procura que los pequeños canten en voz baja, ya que suelen hacer lo contrario.
4.2.Los instrumentos
Siguiendo los principios metodológicos en Educación Infantil, lo lógico es empezar acompañando la música con el movimiento y con sonidos producidos por alguna parte del cuerpo. Los más asequibles son los denominados instrumentos naturales o de percusión corporal:
– Pitos. Son chasquidos producidos por los dedos medio y pulgar, con las dos manos o alternativamente. Tienen especial dificultad en niños pequeños.
– Palmas. Se golpea una mano sobre otra, sobre la palma, el dorso, sobre un dedo o dos, etc., con la mano hueca o plana. Así se producen diferentes efectos tímbricos o de intensidades.
– Rodillas. Se trata de percutir con las manos sobre los muslos, de forma alternativa o simultánea.
De cualquier manera, el primer instrumento que el niño emplea es la voz, con lo que le gusta jugar desde que descubre sus primeras vocalizaciones. El educador aprovechará este interés, lo estimulará.
Los objetos del entorno también se pueden emplear como instrumentos para acompañar la música y realizar ejercicios de ritmo. Son elementos muy rudimentarios, como piedras, palos, latas, chapas o conchas, pero producen sonidos muy variados. Con ellos es posible confeccionar algunos instrumentos caseros, como los que se proponen a continuación y, aunque no todos los puede realizar el niño, si se puede colaborar con los educadores en su confección.
· Instrumentos caseros.
– Sonajeros. Meter semillas, piedrecitas, etc., en cajitas de cartón.
– Coser unos cascabeles a una tira de cuero.
– En un círculo de lata o cartón, colgar botones, conchas o chapas de un hilo.
– Maracas. Introducir en un vaso de yogur o en botellas pequeñas de plástico semillas, legumbres o arena, y cerrar bien con pegamento o cinta adhesiva. Poner un mango y decorar.
– Castañuelas, con dos cucharas de madera, con el palo cortado y haciendo dos agujeros con un berbiquí. Sujetar posteriormente con una cinta.
– Botellas llenas de líquido a distinta altura.
– Colgar de un palo tubos de metal de distintas longitudes.
– Hacer agujeros del tamaño de varias latas de diverso diámetro en una caja de cartón. Introducir las latas en estos orificios.
– Atar papel vegetal o celofán a un tambor de detergente.
– Partir en trozos un palo de escoba y golpear unos con otros.
– Rodear una lata con cartón ondulado para rascar.
– Acoplar mangueras a un embudo.
– Hacer un agujero a un vaso de yogur para soplar.
– Soplar en el interior de una botella a través de la mitad de su abertura.
– Poner gomas de lado a lado de una caja de cartón.
4.3.La danza
Realmente, la danza comienza en los juegos en los que, de forma natural, se asocia el movimiento a canciones o sonidos. Lo observamos en las primeras canciones que se acompañan de gestos.
El trabajo con la danza se realiza buscando gestos, que pueden estar relacionados con los sonidos que los sugieren y que coordinan dando lugar a una serie de movimientos que evolucionan originando una composición. Los niños y niñas pueden participar de forma muy activa en la invención de estos movimientos.
El educador o educadora tiene que conocer bien la melodía y sus componentes. Los gestos o movimientos deben quedar determinados totalmente cuando los niños los realizan por primera vez, no hay que introducir variaciones.
4.4.El juego
Los juegos se emplean en la educación musical porque aportan la motivación que supone siempre para el niño jugar, la riqueza de sus canciones, las fórmulas que posibilitan la rima, el acompañamiento de ritmo y otras posibilidades.
Los juegos a los que se puede recurrir para realizar actividades musicales son éstos:
– Los tomados de los juegos populares: los de corro, suerte, pasacalles, comba…
– Los inventados por el educador con un objetivo, específico de expresión musical, o los globales que trabajan otras áreas.
– Los que inventan los propios niños, enteros o desarrollados con una propuesta del educador.
5. Folclore
Entendemos por folclore el conjunto de tradiciones, ciencias y costumbres de un pueblo, nacidas de sus vivencias y de las características propias de sus circunstancias.
– Artesanía
– Danza
– Fiestas
– Gastronomía
– Instrumentos musicales
– Juegos
– Lenguaje
– Literatura
– Música
– Ritos
– Vestimenta
Este conjuntos de aspectos son las raíces culturales de los puebles. No nos cansamos de repetir que la función de “la raíz” es dar frutos nuevos. Para ello es necesario:
– Conocerla
– Respetarla y valorarla
– Conservarla viva
Una de las funciones del educador, también en la escuela infantil, es conocer, revitalizar y transmitir estas fuentes culturales, en las que encontrará un inagotable material pedagógico.
Dentro del campo que nos ocupa, lógicamente acentuaremos más los aspectos vinculados a la música, sin olvidar los restantes.
El movimiento, la danza y en canto son expresiones espontáneas de sensaciones internas y externas, que todo ser humano ha vivido en algún momento de su existencia.
Viendo las características de las danzas – juegos y cantos de un pueblo, conocemos muchas facetas y circunstancias de él. Su fuerza es capaz de canalizar nuestras necesidades motoras, desarrollar el estar apoyada en elementos básicos de la música como:
– Ritmo
– Parámetros
– Elementos
– Formas
Desde su más temprana edad, el niño recibe su primera clase de canto, al ser acunado al son de una cancioncilla popular.
Kodaly, pedagogo musical húngaro, afirma que la educación musical de un niño “ empieza nueve meses antes de nacer su madre”. Efectivamente, la madre, que, en su gestación, se ha sentido rodeada de un ambiente familiar en el que estaba presente la música, será la primera profesora de música de su hijo.
Como educadores, no podemos quitar a los niños las posibilidades de enriquecerse con el caudal de juegos, danzas y canciones de nuestro folclore. Insistimos en que, de este caudal, debemos sacar mucho material idóneo para nuestro trabajo, teniendo siempre en cuenta que las dificultades de cada actividad sean asequibles a las posibilidades del niño.
Empezaremos por descubrirle los juegos, cantos y danzas de su ambiente, para paulatinamente llevarle a otros menos cercanos.
Recordemos que la educación musical en la Escuela Infantil está basada en vivenciar contenidos motrices, sensoriales, de la palabra y de la música; que en todo momento forman parte de un proyecto educativo global cuyos objetivos centrales son descubrir cauces de expresión, crear hábitos y actitudes, desarrollar destrezas y adquirir conocimientos.
La atenta observación del desarrollo de dichas capacidades nos permitirá hacer un estudio de la evolución de cada niño.
DANZAS POPULARES | ||
En grupo | Corro Fila Pareja Trio | |
Acompañándose con instrumentos | Palmadas Pitos Panderos Panderetas Palos Cascabeles Sonajas Castañuelas Crótalos Vieiras Piedras Cañas Zuecos | |
Rituales | Oficios | Remeros Pescadores Segadores Vendimiadores Leñadores |
Tradición local | Festivas | Petición Boda Bautizo |
Conmemorativas | Litúrgicos | Patronal Entierro Cuaresma |
Ciclos de la naturaleza y fenómenos |
ANEXO
CONTENIDOS DE EDUCACIÓN MUSICAL EN EL D.C.B.
Expresión musical.
· Conceptos
1. Ruido, silencio, música, canción.
2. Las propiedades sonoras del cuerpo, de los objetos de uso cotidiano, de instrumentos musicales.
3. Canciones del folclores, canciones contemporáneas, danzas populares, bailes…
· Procedimientos
1. Discriminación de los contrastes básicos: largo – corto , agudo – grave , fuerte – suave , subida – bajada; imitación de sonidos habituales.
2. Interpretación de un repertorio de canciones sencillas siguiendo el ritmo y la melodía.
3. Participación en el canto en grupo y respeto a las indicaciones gestuales que lo modulan.
4. Exploración de las propiedades sonoras del propio cuerpo, de objetos cotidianos y de instrumentos musicales y producción de sonidos y ritmos sencillos.
5. Participación en danzas sencillas con iniciativa, gracia y precisión de movimientos.
6. Utilización adecuada de instrumentos musicales sencillos para acompañar el canto, la danza, el movimiento
· Actitudes
1. disfrute con el canto, el baile, la danza y la interpretación musical.
2. Actitud relajada y atenta durante las audiciones seleccionadas y disponibilidad para escuchar piezas nuevas.
3. Valoración e interés por el folclore del ambiente cultural al que pertenece.
ANEXO
LA EDUCACIÓN MUSICAL EN EL PRIMER CICLO
· Expresión musical
Estos mismos recursos e instrumentos corporales van a permitir al niño descubrir, experimentar y utilizar las propiedades sonoras que tienen el cuerpo y los objetos del entorno. Este proceso de utilización de diferentes propiedades sonoras y su relación con el silencio será, al final del ciclo, un nuevo instrumentos de expresión y comprensión de algunos sentimientos y emociones. Así, producción de sonidos que se realizan con la boca, palmadas, imitación de sonidos de animales, producción de “ ruido “ con diferentes objetos, silencios, canciones o ritmos sencillos, uso de algunos instrumentos sencillos, etc., que le van a permitir observar, reconocer, manipular o expresarse, etc., en situaciones de la vida cotidiana, e ir desarrollando el gusto e interés por este tipo de actividades.
LA EDUCACIÓN MUSICAL EN EL SEGUNDO CICLO
· Expresión musical
Entre las posibilidades expresivas de su cuerpo, el niño ha descubierto en el primer ciclo las sonoras, en relación y contraste con las de los instrumentos de su entorno. En este ciclo, y también en estrecha relación con otras propiedades expresivas del cuerpo, el niño va a profundizar en la utilización y experimentación de su cuerpo, es especial la voz, y con las propiedades sonoras de objetos cada vez más elaborados, tanto individualmente como en grupo; de este modo va a ampliar considerablemente su capacidad de expresarse y comprender sentimientos y emociones a través de los sonidos y en contextos muy diferentes.
De este modo, la modulación de la voz, la interpretación de canciones más complejas, las combinaciones de sonido y ritmo corporal, la discriminación de contrastes sonoros como agudo / grave, fuerte / suave, etc., son algunos de los ejemplos que en este ciclo posibilitan que el niño amplíe su capacidad comunicativa.
Todo ello le acercará al concepto de música como peculiar relación entre sonido y tiempos, al de las diferentes fuentes de sonidos y al de algunas producciones musicales presentes en su medio.
Esta comprensión y experimentación de lo que puede ser el sonido, producido por el cuerpo y los objetos, y la música, permitirá profundizar e incorporar a este ciclo nuevas actitudes de relajación, atención, preferencia, etc., ante el hecho musical sencillo y el propio folclore.