I. INTRODUCCIÓN
Los indudables beneficios derivados del ejercicio físico no deben hacer olvidar los potenciales riesgos que conlleva, cuya frecuencia e importancia está en relación directa con la independencia del deportista y/o con el desconocimiento de las medidas preventivas más elementales. La ejecución correcta durante la práctica físico-deportiva incluye la adopción de estas medidas preventivas, que todo deportista debe conocer; simples y de fácil seguimiento, que reducen considerablemente tanto la incidencia como la gravedad de los potenciales accidentes.
Por otro lado se debe resaltar que aunque la mayoría de las lesiones que aparecen en las clases de Educación Física inciden en el sistema locomotor no siempre se deben a un mecanismo exclusivamente mecánico, ya que el funcionamiento de otros sistemas y determinadas carencias influyen en el aumento del riesgo de lesión. Por ejemplo: la enfermedad, la inadecuada nutrición, la deshidratación, la falta de descanso, etc., son factores que contribuyen a facilitar las lesiones ante determinadas cargas.
El auxilio del accidentado debe regirse por la actuación limitada a evitar el agravamiento de sus lesiones y tratar de que acceda cuanto antes al servicio médico adecuado. En este sentido es fundamental la atención al mantenimiento de las constantes vitales que aseguren la vida del sujeto hasta que pueda ser correctamente atendido.
II. DESARROLLO DE LOS CONTENIDOS
1. ASPECTOS PREVENTIVOS EN LA PRÁCTICA DE ACTIVIDAD FÍSICA Y ACTUACIÓN EN ACCIDENTES DEPORTIVOS.
La actuación preventiva pasa por conocer los factores de riesgo que, cuando se presentan, incrementan la posibilidad de accidentes y lesiones. Evitar estos factores, será sin duda lo más eficaz de las prevenciones posibles.
1.1. FACTORES DE RIESGO EN LA PRÁCTICA DE LA ACTIVIDAD FÍSICA
Estos factores de riesgo, dependientes casi del propio sujeto se pueden dosificar en factores intrínsecos (características del individuo, biológicas y psicológicas) y factores extrínsecos (características del deporte que se practica y del equipo y servicios en su práctica).
§ FACTORES INTRÍNSECOS PERSONALES DE RIESGO DEPORTIVO
– EDAD: condiciona la fuerza y la resistencia de los tejidos. Desde los 25-30 años, comienza el declive de las capacidades físicas básicas. La actividad lo retrasa.
– CARACTERÍSTICAS DE LA PERSONALIDAD: temperamento, madurez, etc., condicionan la predisposición del sujeto para asumir o evitar riesgos.
– EXPERIENCIA: reduce el riesgo, por lo que los principiantes suelen sufrir más lesiones que los sujetos experimentados.
– NIVEL DE ENTRENAMIENTO: las lesiones más frecuentes se producen al empezar la temporada. El entrenamiento excesivo puede provocar lesiones como resultado del abuso.
– PROBLEMAS DE SALUD: elevan el riesgo de complicaciones; la práctica de algunos deportes está contraindicada en sujetos con determinadas enfermedades.
– ESTILO DE VIDA: reposo y sueño suficientes, evitar el alcohol, tabaco y otras drogas, reducen el riesgo de lesiones.
§ FACTORES EXTRÍNSECOS DE RIESGO DEPORTIVO.
En función de cada deporte, el equipo utilizado y la instalación en que se realiza, deberá prestarse atención a los siguientes aspectos: el calentamiento, que deberá ser el suficiente para reducir el riesgo de lesiones musculares y tendinosas; la recuperación tras el esfuerzo, que si no es suficiente aumenta el riesgo de lesión; la técnica utilizada, que adquiere especial importancia en determinados deportes; el equipo adecuado, no defectuoso y bien diseñado; prendas de protección necesarias, iluminación, que puede afectar a la percepción de distancias, colores, etc.; clima, las condiciones climáticas indeseables aumentan el riesgo de lesiones.
1.2. PREVENCIÓN DE LESIONES Y ENFERMEDADES
Los aspectos preventivos deben basarse en la eliminación o minimización de los factores de riesgo. Hay que tener en cuenta, además, aspectos preventivos específicos acerca de la preparación física, la preparación psicológica, el equipo deportivo y la higiene corporal.
§ ASPECTOS FÍSICOS DE LA PREVENCIÓN: la forma física es el mejor “seguro” para evitar lesiones deportivas. De ahí que el entrenamiento deba ser gradual y con el calentamiento preciso. El reposo y recuperación posterior, tendrá en cuenta el tipo de ejercicio (estático o dinámico). Se deberá buscar una depurada coordinación neuromuscular, que posibilite la técnica correcta.
§ LA PREPARACIÓN PSICOLÓGICA: el equilibrio psicológico y las buenas relaciones entre los miembros de un equipo son imprescindibles. Cada deporte requiere un determinado grado de tensión mental; con el incremento de la tensión mental el cuerpo adquiere un estado superior de disposición a la actividad, al tiempo que aumenta el consumo de energía.
La concentración es importante, sobre todo en deportes que exigen técnicas avanzadas. Para facilitarla deben reducirse la tensión mental hasta el grado óptimo para cada deporte y la ansiedad. Las técnicas de relación y de meditación favorecen la concentración mental.
§ EL EQUIPO DEPORTIVO: el calzado es a menudo la prenda mas importante. Debe adaptarse a la función de soporte del peso corporal por parte del pie, siendo el elemento más importante del vestuario en la mayoría de los deportes. La ropa adecuada es la que mantiene el cuerpo a una temperatura confortable y lo protege de la humedad y del viento.
Las prendas de protección se utilizan con objeto de prevenir o reducir las lesiones de la parte del cuerpo para la que se han diseñado sin impedir la actividad o técnica del atleta. La consiguen al atenuar y redistribuir la fuerza del impacto que recibe la zona protegida.
Los refuerzos de tipo profiláctico, rehabilitador o funcional, son cada vez más utilizados, siendo los de la rodilla los más utilizados. El equipamiento accesorio también debe ser cuidadosamente seleccionado.
§ HIGIENE Y CUIDADO PERSONAL: en las secreciones de la piel queda atrapado el polvo y la suciedad, cuya acumulación es un excelente caldo de cultivo para la proliferación de microorganismos que pueden producir infecciones. Además de la ducha después de cada sesión de ejercicio, habrá que tener en cuenta las normas elementales de higiene corporal y recambio de ropa interior.
§ ACLIMATACIÓN: la temperatura y la humedad, así como en algunos casos la altura, son aspectos a considerar de forma muy especial en las actividades al aire libre o cuando se realizan desplazamientos en lugares con diferente climatología.
§ EL SOBREENTRENAMIENTO: mayor riesgo de lesión en sujetos sobre entrenados.
§ LA HIDRATACIÓN: cuando el organismo sufre una acusada deshidratación se altera la homeostasis interna y las propiedades de los tejidos, favoreciendo las lesiones músculo-tendinosas y las patologías provocadas por el calor.
§ LA INSTALACIÓN: las instalaciones han de cumplir una serie de requisitos que velan por la seguridad de los practicantes, adaptándose a los diferentes tipos de práctica. Existen normativas referentes a protección de vallas y pilares, iluminación, aireación, vestuarios, botiquín, pavimentos, etc.
§ EL MATERIAL: el material utilizado en las diversas prácticas deportivas ha de adaptarse al practicante y a la situación. Las actividades en la naturaleza son un buen ejemplo de la importancia de realizar las prácticas con los materiales adecuados pero existen otras situaciones que suelen pasar desapercibidas y que tienen igual relevancia en cuanto a la prevención de lesiones. Por ejemplo, la utilización de balones de fútbol y básquet para adultos en las prácticas con niños.
§ LAS LESIONES: el sujeto que hace actividad física lesionado, no solo está incidiendo negativamente en el proceso de duración, sino que se expone a sufrir una nueva lesión en otra parte del cuerpo. Cuando el practicante lesionado no ha curado correctamente la lesión o no ha sufrido un proceso en cuestión puede recidivar , complicarse o cronificarse.
§ EL CONTROL MÉDICO: es importante para detectar malformaciones o patologías que puedan verse afectadas negativamente por la práctica de ejercicio físico. Es indispensable cuando se trabaja en el alto rendimiento y trabajo con poblaciones especiales (diabéticos, asmáticos, etc.). el médico además, participa en el proceso de curación de las partes lesionadas, disminuyendo las complicaciones de lesión.
§ LA EDAD BIOLÓGICA: es un factor a considerar sobre todo en los enfrentamientos y competiciones. Se sabe que hay diferencias importantes entre ambos sexos y entre los sujetos del mismo sexo con respecto a la edad biológica. Cuando se enfrentan de igual edad cronológica pero con diferente edad biológica hay riesgo de lesión.
1.3. ACTUACIÓN EN ACCIDENTES DEPORTIVOS
§ NORMAS GENERALES DE ACTUACIÓN
Hay una serie de aspectos que son comunes a lo que sucede en otros accidentes, como son: mantener la calma, no apresurarse a mover al lesionado, no darle líquidos o medicinas sin hacer balance de la situación, etc.
En general, se debe observar la zona que se ha lesionado, el estado general, el pulso, el mecanismo de producción si es posible, etc. para tomar las medicinas adecuadas a cada situación. Se trata de efectuar una valoración inicial del tipo y la gravedad de la lesión.
Los primeros auxilios al accidentado deben ser limitados y cuidadosos cuando los realicen personas no especialistas en el tema. En casos de duda o ignorancia sobre las medidas a tomar, puede ser más peligrosa una actuación errónea que el no hacer nada. Se trata de inmovilizaciones en casos de fracturas o traumatismos, detención de hemorragias leves como la epistaxis, etc. salvo en casos de excepción, toda intervención médica debe ser realizada por el facultativo.
§ ACTUACIÓN INMEDIATA EN EL LUGAR DEL ACCIDENTE
Tras el diagnóstico efectuado, el socorrista o persona adecuada, en caso de gravedad, podrá actuar en las situaciones que así lo requieran, llevando a cabo técnicas de reanimación cardiopulmonar, detención de hemorragias graves de herida abierta (torniquete), reducciones de luxaciones articulares, etc.
Salvo en casos extremos, cuando existe alto riesgo para el lesionado y se requiere de atención urgente sin demora, podrá actuar una persona no facultativa pero con nociones básicas de primeros auxilios.
2. LESIONES MÁS FRECUENTES RELACIONADAS CON EL SISTEMA LOCOMOTOR: PRIMEROS AUXILIOS.
La carga sobre el sistema locomotor se puede incrementar desde un punto de vista teórico por la intensidad o por el volumen. Algunos autores denominan macro-traumatismos a aquellos accidentes en los que la carga se incrementa a expensas de la intensidad y micro-traumatismos a aquellos en los que predomina el volumen. Los macro-traumatismos se relacionan con las lesiones agudas del aparato locomotor, los micro-traumatismos con las crónicas.
Se tratan las lesiones inespecíficas en las que puede verse afectado el aparato locomotor (contusiones y heridas), y las específicas que afectan tanto al elemento activo del movimiento (músculo y tendones) como al pasivo (huesos y articulaciones).
2.1. LESIONES INESPECÍFICAS: CONTUSIONES Y HERIDAS
CONTUSIONES: lesiones producidas por el efecto de una presión sobre el cuerpo, ocasionada por una agresión mecánica, en las que no llega a producirse solución de continuidad en la piel (heridas). Puede solo afectar al tejido celular subcutáneo o afectar a vasos sanguíneos, músculos, articulaciones, tendones, vísceras internas e incluso huesos.
Los primeros auxilios consisten en: reposo de la zona afectada, aplicación de frío sobre la zona, ligera comprensión mediante vendaje y evitar el masaje o calor.
HERIDAS: cualquier solución de continuidad en la piel y que además supone la posible infección la producción de hemorragia. Se pueden clasificar según:
a) el agente causal y el tipo de agresión: abrasiones o rozaduras, punzantes; incisas; contusas o anfractuosas (rotura de la piel, con bordes irregulares, además de contusión o aplastamiento de estructuras subyacentes); heridas en scalp (arrancamiento de parte de la piel) o mixtas.
b) la profundidad: primer grado (afectan a la piel); segundo grado (llega hasta el tejido subcutáneo) tercer grado (afectan a estructuras profundas).
Los primeros auxilios: detención de la hemorragia para evitar el “shock”, presionando sobre la zona o en casos muy extremos mediante torniquete; y prevención de la infección, lavando la herida con agua y jabón y colocando antisépticos y apósitos. El resto de medidas (suturas, vacunas, etc.) las administrará un facultativo.
2.2. TRAUMATISMOS MUSCULARES Y TENDINOSOS
TRAUMATISMOS MUSCULARES: de mayor importancia, pueden ser:
§ DISTENSIÓN, ELONGACIÓN O ESTIRAMIENTO MUSCULAR: sin rotura aparente de fibras musculares.
§ DESGARRO MUSCULAR: se rompen algunas fibras musculares
§ ROTURA MUSCULAR: rotura de todas las fibras. Aparece hueco a la palpación.
Los más frecuentemente afectados son los grandes músculos y el síntoma más típico es la aparición brusca de dolor, muy intenso y localizado que aumenta al contraer el músculo y disminuye al relajarlo.
Los primeros auxilios consisten en reposo absoluto, aplicación inmediata de frío y/o anti-inflamatorio tópico, vendaje compresivo y no administrar masaje ni calor.
LESIONES TENDINOSAS: las lesiones tendinosas más frecuentes son:
§ TENDINITIS: inflamación del tendón, generalmente por micro-traumatismos de repetición. Se manifiesta como engrosamiento del tendón y dolor que aumenta con la contracción muscular y a la palpación. Los más afectados son el de Aquiles, el del cuadriceps y la de los músculos aductores.
Como primeros auxilios: reposo de la zona, frío local y vendaje compresivo
§ TENOSINOVITIS: similar a la tendinitis, pero que además afecta a la vaina que rodea a algunos tendones. Es típica la crepitación cuando se realiza presión digital. Las causas, tendencia a la cronicidad y primeros auxilios son semejantes a las que se han descrito para la tendinitis.
§ ROTURA Y DESINSERCIÓN DEL TENDÓN: poco frecuente debido a la alta resistencia del tendón. Se produce generalmente por un traumatismo único. Existen factores predisponentes, como la hipertrofia muscular no compensada por el entrenamiento simultáneo de la parte conjunta. El tratamiento es siempre quirúrgico, y los primeros auxilios indicados son los mismos que para la tendinitis.
2.3. LESIONES ARTICULARES
LUXACIONES Y SUBLUXACIONES: pérdida permanente del contacto o relación anatómica entre las superficies óseas que constituyen la articulación, debido al desplazamiento y des-ubicación de alguno de los huesos que articulan. En las luxaciones la desconexión anatómica es total, mientras que en las subluxaciones se conserva parcialmente la relación anatómica entre los huesos. En la luxación existe además lesión en las partes blandas de la articulación; en la subluxación este daño es menor pero hay riesgo de cronificación.
Requiere tratamiento, pero esta reducción nunca debe intentarla personal no facultativo, pues la manipulación incorrecta agravará la lesión.
Los primeros auxilios: inmovilización mediante férula si es necesario en la posición menos dolorosa para el accidentado y procurando conservar las relaciones anatómicas.
LESIONES PERIARTICULARES: en estructuras de la articulación que no pertenecen a la actividad articular.
§ BURSITIS: inflamación de bolsas serosas que rodean la articulación. Suele producirse por traumatismos únicos o de repetición.
Los primeros auxilios: reposo funcional, frío local y vendaje compresivo.
§ LESIONES LIGAMENTARIAS: los ligamentos periarticulares se lesionan con frecuencia por traumatismos directos o secundariamente a luxaciones y lesiones capsulares.
– DISTENSIÓN: elongación debida a estiramiento excesivo del ligamento.
– ESGUINCE: rotura parcial del ligamento; la porción indemne permite, generalmente, la capacidad funcional del ligamento.
– ROTURA DE LIGAMENTO: rotura total con separación de los dos extremos.
Aparece dolor muy localizado y posteriormente inflamación. Es más frecuente en mujeres debido a la mayor laxitud de sus ligamentos.
Los primeros auxilios: reposo, aplicación local de frío y vendaje compresivo.
§ LESIONES CAPSULARES: poco frecuentes, suelen ser secundarias a lesiones ligamentosas o a luxaciones. Los primeros auxilios son los indicados para el resto de las lesiones periarticulares.
LESIONES INTRAARTICULARES
§ SINOVITIS: inflamación de la membrana sinovial, por traumatismos únicos o de repetición. Las manifestaciones aparecen unas horas después del traumatismo y su tratamiento es médico, sin requerir medidas urgentes de primeros auxilios.
§ LESIONES LIGAMENTARIAS INTRAARTICULARES: lesión de ligamentos internos de algunas articulaciones. El caso más típico es de los ligamentos de rodilla, que suelen ir acompañados de otras lesiones periarticulares e incluso tendinosas. Las medidas de primeros auxilios consisten en la inmovilización y aplicación de frío local.
§ LESIONES DE MENISCO: también característico de la rodilla, en la que los meniscos cumplen funciones de encaje, fijación, estabilización y sujeción entre los extremos de fémur y tibia. Estará indicado el mismo protocolo de primeros auxilios visto para las lesiones ligamentosas.
2.4. LESIONES ÓSEAS
PERIOSTITIS: inflamación del periostio, generalmente por micro traumatismos de repetición. Se caracteriza por dolor localizado a nivel de la lesión y la inflamación consecutiva a la formación del hematoma localizado entre el periostio y el hueso. Los primeros auxilios: reposo, frío local y vendaje compresivo.
FRACTURAS: lesión ósea de causa traumática en la que se produce solución de continuidad en el hueso, con separación de los bordes. Cuando no llegan a separarse se habla de fisuras. Algunos criterios de clasificación son:
§ Según la existencia de solución de continuidad en la piel o no: cerradas (sin herida) o abiertas (herida por uno de los fragmentos óseos que asoma al exterior).
§ Según la fragmentación ósea que se produce: simple; doble, etc.; conminuta.
§ Según la localización de la fractura: diafisiaria o epifisiaria (en algunas fracturas epifisiarias se produce la separación de un fragmento óseo en el que se inserta el tendón de un músculo potente que ejerce tracción sobre dicho fragmento óseo epifisiario -fractura con arrancamiento-).
§ Según la distancia de los fragmentos óseos de la línea de fractura: fractura con desplazamiento o fractura sin desplazamiento.
§ Según la forma de la línea de fractura: fractura horizontal, fractura en cizalla (fractura oblicua, que favorece el desplazamiento de uno de los fragmentos óseos hacia fuera pudiendo perforar la piel) o fractura en tallo verde (no hay línea de fractura, por lo que no es una autentica fractura, lo que ocurre es que el traumatismo produce el acodamiento o torsión del hueso, que se deforma como si fuese un tallo verde).
Los primeros auxilios consisten en la inmovilización inmediata, que a menudo requiere uso de férula y transporte urgente al hospital. Solo los expertos deberán intentar reducirla en el lugar del accidente. Si se sospecha la existencia de fracturas o lesiones de columna vertebral, está absolutamente contraindicado mover al sujeto. Solo si es imperioso trasladar al accidentado, se hará en decúbito, con algún utensilio que sirva como plano duro de apoyo a la columna para no alterar su posición. En caso de traumatismo cráneo-encefálico se siguen las mismas precauciones para la fracturas vertebrales, prestando especial atención al nivel de consciencia, funciones vitales, hemorragias, etc.
2.5. ACCIDENTES DEPORTIVOS QUE NO AFECTAN DIRECTAMENTE AL SISTEMA LOCOMOTOR
AHOGAMIENTO: el medio acuático es frecuentemente utilizado por los profesores de Educación Física y es por ello que hay que considerar los accidentes que en él se dan, especialmente el ahogamiento. Las causas se relacionan con no tener suficiente habilidad, traumatismo previo, corte de digestión, cansancio, etc.
COMPLICACIONES TÉRMICAS: pueden venir derivadas tanto del calor como del frío
§ POR CALOR: se suelen dar con ejercicio intenso cuando, además se añaden elementos que alteran los mecanismos termorreguladores como humedad, calor ambiental, ropa y falta de hidratación. Se expresas clínicamente de tres formas: calambres por calor, agotamiento por calor y golpe de calor. Los dos últimos se dan en situaciones bastante extremas, afectan al estado general por fallo grave en la termorregulación. Aumentan la temperatura de este y alteran el estado de conciencia del afectado desde ligeros niveles de obnubilación hasta situaciones graves de coma.
§ POR FRÍO: se dan con relativa frecuencia en las actividades del medio natural. Son la congelación y la hipotermia. La primera suele afectar a las partes distales y puede darse en diversos grados que van desde el enfriamiento doloroso a la congelación. La segunda disminuye la temperatura central del organismo y puede tener consecuencias fatales.
TRAUMATISMOS FACIALES: son los más frecuentes en las prácticas deportivas. Entre ellos destacan la contusión nasal con o sin fractura de huesos propios , el traumatismo dentario y las erosiones en la cara.
AFECCIONES DE LA PIEL
§ ERITEMA SOLAR: infamación de la piel en las zonas expuestas a la radiación ultravioleta. Se da con frecuencia en actividades al aire libre y en la naturaleza.
§ MICOSIS: aparece con mayor frecuencia en el pie, pero también puede afectar a las ingles y axilas. El contagio suele ser en duchas y piscina.
DESCOMPENSACIONES EN POBLACIONES CON PATOLOGÍA DE BASE
No se ha de olvidar que el ejercicio físico es practicado incluso por personas que tienen alguna patología orgánica. Los niños diabéticos o asmáticos son un ejemplo de los más jóvenes; los sujetos de la tercera edad se encontrarían en el otro extremo. El ejercicio puede provocar en algunas condiciones descompensaciones sobre estos sujetos como la hipoglucemia del alumno diabético o el bronco espasmo del niño asmático.
2.6. OTROS ACCIDENTES CON ALTERACIÓN DEL ESTADO GENERAL
En estos casos la actuación vendrá determinada por la aparición de los siguientes síntomas: consciencia, respiración, pulso, tos, hemorragia externa.
– Alumno consciente diabético que se siente mal, suda y tiene sensación de inestabilidad. Dar bebidas azucaradas.
– Alumno consciente que súbitamente tose, se pone la mano en el cuello y la piel azul. Probablemente tenga un cuerpo extraño en la vía respiratoria y se aplicará la maniobra de Hemlich.
– Alumno inconsciente diabético que ha sufrido hipoglucemia, respira y tiene pulso. Inyectar glucagón, ponerlo en posición de seguridad. Buscar ayuda y trasladarlo a un centro hospitalario.
– Alumno inconsciente que respira y tiene pulso. Ponerlo en posición de seguridad controlando las hemorragias si las hubiera. Trasladarlo al centro asistencial.
– Alumno inconsciente que tiene pulso pero no respira. Liberar la vía aérea en caso de que estuviese obstruida. Se comienza con la técnica del boca a boca con dos insuflaciones lentas y a partir de ahí, cada 5-6 segundos se va realizando 1 (unas 10-12 veces por minuto). Para menores de 8 años se hace 1 cada 2-3 segundos.
– Alumno inconsciente que no respira y no tiene pulso. Se alternan las compresiones con las insuflaciones, se realiza sobre el tercio inferior del esternón, realizando dos insuflaciones cada 15 compresiones (a un ritmo de 80/100 compresiones por minuto). Con niños menores de 8 años se hace 1 cada 5 compresiones.
III. BIBLIOGRAFÍA
– ALVAREZ, J. A.; PERALES, N. (1996): Guía para la formación en RCP básica. Barcelona. Manson S. A.
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– RODRÍGUEZ, F. A. (1996): Ejercicio y Salud. Barcelona. Ed. Galaxia Gutenberg.