0.- INTRODUCCIÓN
1.- DESARROLLO EVOLUTIVO
1.1.El desarrollo motor
1.1.1. El desarrollo somático-motor
1.1.2. El desarrollo senso-perceptivo
1.1.3. El desarrollo psicomotor
1.2. El desarrollo cognitivo
1.2.1. El desarrollo de la inteligencia senso-motora
1.2.2. El desarrollo de la inteligencia preoperacional
1.3. El desarrollo lingüístico
1.3.1. Aspectos del lenguaje oral
1.3.2. Etapas del desarrollo
1.4. El desarrollo afectivo
1.4.1. Factores de influencia
1.4.2. Etapas del desarrollo afectivo
1.4.3. La construcción de la personalidad
1.4.3.1. Hitos en el desarrollo de la personalidad
1.5. El desarrollo social
1.5.1. La socialización con los iguales
1.5.2. La socialización con los adultos
2.- ALTERACIONES EN EL DESARROLLO
2.1. Trastornos graves de la infancia
2.1.1. Retraso mental
2.1.2. Psicosis infantiles
2.1.3. La depresión infantil
2.1.4. La disfunción cerebral mínima (DCM)
2.2. Trastornos de la conducta en la infancia
2.2.1. La conducta alimenticia
2.2.2. El sueño
2.2.3. La eliminación
2.2.4. Otros trastornos
2.3. Deficiencias psicomotoras
2.3.1. Apraxias
2.3.2. Los tics
2.4. Alteraciones del lenguaje
2.4.1. Factores que pueden alterar el desarrollo del lenguaje
2.4.2. Trastornos del lenguaje
2.4.3. Trastornos de la voz y trastornos del habla
3.- BIBLIOGRAFÍA
TEMA 10
LOS ALUMNOS Y ALUMNAS DE EDUCACIÓN INFANTIL. DESARROLLO EVOLUTIVO EN LOS DIFERENTES ÁMBITOS, MOTOR, COGNITIVO, LINGÜÍSTICO, AFECTIVO Y SOCIAL. ALTERACIONES DEL DESARROLLO.
0.- INTRODUCCIÓN
El desarrollo evolutivo del niño no puede dividirse en distintas facetas independientes. Existe una estrecha relación de interdependencia entre individuo y ambiente. El desarrollo somático, psicológico y social se producen de forma simultánea, y a la vez, interactúan con las peculiaridades del entorno en el que vive el niño.
Cualquier anormalidad en una faceta del desarrollo o en el ambiente puede producir consecuencias en otros ámbitos evolutivos. En este tema se intenta, por criterios expositivos, diferenciar los ámbitos fundamentales del desarrollo así como sus más comunes alteraciones. No por ello, hemos de olvidar que el individuo es un todo y que la suma de sus partes está lejos de reflejar la integridad de la persona.
1.- DESARROLLO EVOLUTIVO
1.1.El desarrollo motor
Para evaluar la capacidad del niño y la evolución del sistema nervioso en los primeros meses tenemos que recurrir al desarrollo motor y sensorial. El recién nacido presenta una motricidad no coordinada, generalizada, espontánea y sin finalidad alguna.
1.1.1. El desarrollo somático-motor.- En el crecimiento físico y en la maduración del sistema nervioso del bebé se producen importantes modificaciones durante los primeros años de vida. El desarrollo postural, que permite pasar a la posición bípeda y posteriormente a la deambulación y la aparición de la prensión, que posibilitará coger y soltar objetos voluntariamente, son los dos grandes ejes sobre los que se asiente el desarrollo motórico.
El desarrollo motor evoluciona en los dos primeros años de vida desde la presencia de unos reflejos generales (reflejo de succión, del andar automático, etc.) a movimientos diferenciados. Así podemos distinguir el sistema motórico grueso que controla los movimientos de la cabeza, el cuerpo, los brazos y las piernas y el sistema motórico fino que regula los movimientos de las manos y los dedos de las manos y los pies, los pies, los ojos y los labios. El crecimiento del niño va acompañado de un mayor control sobre ambos sistemas.
El ritmo de crecimiento que es muy intenso durante los dos primeros años disminuye progresivamente y tienda a estabilizarse entre los 3 y 6 años. Característica fundamental del crecimiento es la variación proporcional de las dimensiones del cuerpo. La longitud de la cabeza corresponde a la cuarta parte de la longitud total del cuerpo en los recién nacidos y las piernas son cortas en comparación con el tronco. En años posteriores el crecimiento de la cabeza se reduce y los miembros inferiores y superiores experimentan un notable crecimiento.
La maduración ósea comienza antes del nacimiento y se manifiesta externamente con la aparición de los primeros dientes, hacia el sexto mes. El esqueleto cobra firmeza a los años aunque el proceso de calcificación continúa.
El tono muscular, que sirve de base ala emergencia del movimiento, permite apreciar la edad madurativa del bebé y detectar anomalías del sistema nervioso. Los músculos del bebé a las cuatro semanas adquieren tonicidad, se contraen cuando alguien lo levanta, y la cabeza deja de balancearse. El grado de extensibilidad muscular hace distinguir dos estilos motóricos. En el hipotónico se desarrollan más las habilidades manipulativas. En el hipertónico se alcanza antes la posición bípeda y la marcha.
1.1.2. El desarrollo senso-perceptivo.- El recién nacido posee un equipamiento de base que le permite percibir a partir de todos los sentidos. Aunque en el momento del nacimiento la visión es el sentido menos desarrollado el bebé es capaz de reaccionar ante estímulos luminosos y de movimiento. Existe constancia de la audición en la vida intrauterina. El gusto y el olfato son funcionales en el nacimiento y las reaccionas al tacto aparecen desde el nacimiento.
El niño progrese en la maduración de los reflejos sensoriales que le permiten recibir información tanto del medio físico como del entorno que le rodea, la utilización de los sentidos y la coordinación de informaciones de cada fuente sensorial.
El rostro humano resulta muy atractivo ya que ofrece estímulos auditivos, de movimiento, contrastes de relieve, color y forma, y es fuente de relaciones afectivas. En los dos primeros meses de vida, el bebé, se fija en el contorno de la cara y los ojos. A partir de los cuatro meses reacciona al conjunto de rasgos de la cara. A los cinco o seis meses compara unas caras con otras y reacciona ante expresiones distintas de un mismo rostro.
A los 15 días se observan conductas de seguimiento visual ante contrastes de color. A los tres meses, el bebé, puede discriminar de la misma forma como lo hacemos los adultos.
A los tres meses es capaz de identificar un objeto independientemente del ángulo en que aparece en su campo visual.
Es muy sensible a las canciones pudiendo discriminar ritmos y melodías distintos a los cinco meses. Puede irritarse o calmarse dependiendo del tono de voz que se utilice. La voz de la madre tiene un efecto muy precoz.
1.1.3. El desarrollo psicomotor.- La evolución psicomotriz depende fundamentalmente de la maduración neurológica y pasa de una fase de automatismo en los primeros meses, a una fase receptiva en el segundo trimestre, que coincide con la mayor capacidad discriminatoria en los órganos de los sentidos y se sigue de una fase de experimentación o adquisición de conocimientos que se va a prolongar a lo largo de la vida.
A continuación se detallan una serie de adquisiciones psicomotrices del niño que no han de tomarse de forma rígida pero sí necesitarán atención cuando un conjunto de ellas no estén presentes en su momento:
* Al nacer: reflejos primarios, postura fetal y no mantiene la cabeza.
* Al primer mes: intenta movilizar la cabeza y cierra la mano ante un estímulo en el interior de ésta.
* A los dos meses: levanta y endereza la cabeza de vez en cuando.
* A los tres meses: levanta los pies tumbado boca arriba, abre totalmente las manos y coge objetos situados enfrente de él.
* A los cuatro meses: permanece sentado con ayuda, sostiene la cabeza y extiendo totalmente los brazos.
* A los cinco meses: intenta coger los objetos de forma vacilante e insegura y la cabeza está erguida.
* A los seis meses: permanece sentado en la silla bastante tiempo y se vuelve sólo en la cama.
* A los siete meses: se sienta sólo en la cuna o en el suelo y agarra los objetos con toda la mano.
* A los ocho meses: se pone de pie, se arrastra y coge objetos o poniendo el pulgar.
* A los nueve meses: permanece de pie sujetándose a un mueble, y cogiéndole por debajo de los brazos efectúa movimientos de marcha.
* A los diez meses: gatea y da pasos laterales.
* A los once meses: anda con ayuda y estando de pie, se sienta sólo en el suelo.
* Al año: se sostiene de pie sin apoyo, comienza a caminar con desplazamientos vacilantes y arrítmicos y realiza la pinza digital.
* A los quince meses: anda solo y sube escaleras a cuatro patas; juega agachado.
* Al año y medio: se sienta y levanta a discreción y su andar adquiere el ritmo y balanceo de los brazos.
* A los dos años: corre, sube y baja escaleras solo; salta con los dos pies; da patadas a un balón; monta en un triciclo de pedales.
* A los tres años: copia un círculo y puede comer solo
* A los cuatro años: se mantiene sobre un pie y trepa, anda de puntillas y da patadas a una pelota con soltura.
* A los cinco años: alcanza un gran sentido del equilibrio y el ritmo y escribe algunas letras y dibuja figuras.
* A los seis años: su maduración cerebral es prácticamente completa y puede valorar el relieve de los objetos al completarse la visión esteroscópica y ya está capacitado para el aprendizaje escolar.
1.2. El desarrollo cognitivo
El desarrollo perceptivo, como el conjunto de habilidades selectivas de información, es la base del desarrollo cognitivo. Pero este último, va más allá, lleva al plano de la acción del sujeto sobre el mundo exterior y al establecimiento de interacciones entre el niño y el entorno.
Para Piaget existen tres períodos de desarrollo de la inteligencia: período sensomotor (0-18/24 meses); período de preparación y organización de las operaciones concretas (18/24 meses a 11/12 años) con dos subperíoros: preoperatorio (18 meses a 7 años) y subperíodo de las operaciones concretas (hasta los 12 años); período de las operaciones formales (11/12 – 15/16 años).
1.2.1. El desarrollo de la inteligencia senso-motora.- Se extiende desde el momento del nacimiento hasta el final del segundo año de vida. Piaget estableció seis estadios de desarrollo sensorio-motor:
* ESTADIO I. Desde el nacimiento hasta la sexta semana se caracteriza por la ejercitación de reflejos.
* ESTADIO II. A partir del segundo o tercer mes aparecen conductas no directamente reflejas ya que incorporan elementos nuevos exteriores a los mecanismos reflejos (por ejemplo succionar en el vacío sacando la lengua).
* ESTADIO III. A partir del cuarto mes hay una primera diferenciación de la acción y su resultado. Es un estadio intermedio hacia los verdaderos actos intencionales. Se produce la búsqueda del objeto cuando éste deja de estar presente en su campo perceptivo.
* ESTADIO IV. Se inicia a finales del octavo mes y termina hacia los 14 meses. Los esquemas de acción aprendidos se coordinan y aparece una diferenciación entre ellos: unos servirán para la finalidad de la acción y otros para los medios. Existe, pues, una clara intencionalidad y una capacidad de utilización coordinada de los esquemas aprendidos. El niño, así, podrá utilizar un objeto que le servirá de ayuda para alcanzar otro.
* ESTADIO V. De los doce a los dieciséis meses. El niño se encuentra con efectos no previstos debido a su interés por los resultados. Así, adquiere un carácter de experimentador empírico con los objetos y situaciones del entorno.
* ESTADIO VI. Hasta el final del segundo año de vida. Por combinación mental, sin necesidad de tantear resuelve el mismo tipo de problemas que en estadio anterior.
Al final del período sensoriomotor el niño ha adquirido los siguientes aprendizajes:
– La permanencia de los objetos porque posee la representación mental de los mismos.
– El control del espacio circundante, mediante la interiorización de todas sus dimensiones y la utilización de las habilidades de retorno y desvío del punto inicial en sus desplazamientos.
– Ordenación temporal, mediante la secuenciación de acciones en función del objetivo final de la actividad.
– La causalidad, al darse cuenta de la estrecha relación entre determinadas acciones y sus efectos.
1.2.2. El desarrollo de la inteligencia preoperacional.- La función simbólica que aparece entre los dos y los cuatro años de edad cobra entidad con los significantes diferenciados de lo que significan. La función simbólica conlleva la aparición de cinco conductas que se producen más o menos simultáneamente: la limitación diferida, el juego simbólico, el dibujo, la imagen mental y el lenguaje.
El razonamiento en estos momentos del desarrollo es trasductivo, va de lo particular a lo particular, y el pensamiento del niño no utiliza la deducción ni la inducción.
De los cuatro a los siete años aparece el pensamiento intuitivo, centrado en la acción egocéntrica y carente del equilibrio entre la asimilación (el niño modifica la información externa para adaptarla a él) y la acomodación (el niño modifica sus esquemas para poder adaptarse al mundo exterior). Una mayor descentración progresiva conducirá a la reversibilidad y a la organización operatoria de la inteligencia.
Las características generales del pensamiento preoperatorio señaladas por Piaget son las siguientes:
YUXTAPOSICION. Carece de coherencia en la exposición de un relato o explicación. Se presenta afirmaciones fragmentarias e incoherentes sin relaciones causales, temporales ni lógicas.
SINCRETISMO. Razonamiento deductivo que pasa directamente, por intuición, de una premisa a la conclusión.
EGOCENTRISMO. El niño no se adapta al punto de vista del otro, remite todo a sí mismo.
CENTRACION. Tiende a seleccionar y atender perfectamente a un solo aspecto de la realidad, sin coordinar diferentes perspectivas.
IRREVERSIBILIDAD. Es incapaz de ejecutar una misma acción en los dos sentidos del recorrido, conociendo que se trata de la misma acción.
1.3. El desarrollo lingüístico
En las dos últimas décadas se han sucedido cuantiosos estudios empíricos sobre el desarrollo del lenguaje. Hay quienes ven el paso de unas ciertas funciones a otras, generalmente las expresivas (afectivas, lúdicas, etc.) a las representativas e ideacionales (tesis de Ombredadne). En segundo lugar está la postura de quienes ven la evolución del lenguaje como recorrido a través de un único vector o cualidad, llamesela simplicidad, individualismo o sistematicidad. Después pondríamos la postura de quienes ven en la evolución un número muy concreto o limitado de fases: en este caso estarían Pvlov y Gorski, con el lenguaje como primer sistema de señales y segundo sistema de señales, o en su correlato lingüístico, primera articulación y segunda articulación; o en el paso de un lenguaje concreto a otro abstracto y formalizado, etc. Por último, cabría un análisis, por diversos factores, de la evolución del lenguaje: evolución del lenguaje hablado, del escrito, del complejo sintáctico y, sobre todo, del significado o evolución semántica.
Al lado de estos estudios de la evolución del lenguaje cabe un estudio de la evolución ontogenética del mismo. En los estudios de Piaget se clasifican las siguientes fases: vagidos, balbuceos, silábica, jargonofosia, ampliación de vocabulario y estructuración verbal. Junta a esta clasificación cabría otra que tuwiera en cuenta este mismo desarrollo ontogenético, pero relacionado con los aspectos sociales del individuo, es decir, el animismo infantil, el realismo nominal, el artificialismo espontáneo, etc., teniendo en cuenta las peculiaridades del lenguaje tales como los monólogos infantiles, la verbalización de ciertas conductas, etc. Hoy es posible constatar la presencia de tendencias teóricas consolidadas que apuntan un camino integrador tanto de aspectos orgánicos como psicológicos, formales como funcionales.
Por desarrollo del lenguaje entendemos la serie de etapas a través de las cuales se adquiere el lenguaje oral. Aunque el desarrollo del lenguaje no tiene límites, la etapa fundamental de dicho desarrollo se suele situar entre los primeros meses de vida y la adolescencia. El niño no habla en el momento de nacer, pero todos los niños aprenden una lengua, dada la rapidez con que adquieren la capacidad de hablar. Los factores principales que condicionan la adquisición y el desarrollo del lenguaje son el equipo anatómico-fisiológico y la capacidad de imitación.
a) El equipo anatómico-fisiológico. Será imprescindible el funcionamiento de ciertos centros nerviosos, pues, si no existe un desarrollo y una maduración del equipo neurofisiológica, el niño no podrá hablar. Pero esto aún no es suficiente, sino que tiene que desarrollar también la maduración del aparato fonatorio (laringe, glotis, lengua, velo del paladar, etc.); también son imprescindibles una serie de contracciones musculares para producir los sonidos.
b) La imitación permite que se forme la función simbólica o semiótica y el vocabulario. La imitación (tal como indica Piaget) es de inmediato una prefiguración de la representación; es decir, constituye, en el curso del período sensomotor, una especie de representación en actos materiales, todavía no en pensamiento.
Esta imitación de actos materiales hace que el niño, alrededor de los dos años, haya adquirido ya la capacidad de imitar, hasta el punto de poder efectuar una imitación diferida; es decir, no inmediata del modelo directo que tenga delante, sino incluso en ausencia de ese modelo.
Sobre estas bases de evolución neurológica y psicológica, la estimulación del medio cultural y social permitiría la comunicación con los demás y con uno mismo a través de los símbolos y signos adquiridos.
1.3.1. Aspectos del lenguaje oral.- En el lenguaje podemos distinguir los siguientes aspectos:
a) La función semiótica, que es la evocación representativa de objetos o de acontecimientos no percibidos actualmente (Piaget). El niño puede simbolizar cuando es capaz de representar una cosa mediante otra. Esto supone la existencia de un sistema simbólico, en el que lo significado esté representado por un significante.
Esta función semiótica la ejerce, además de por la imitación diferida, por otros tipos de conductas simultáneas, que son:
* El juego simbólico o de ficción.
* El dibujo o imagen gráfica (que al principio es un intermediario entre el juego simbólico y la imagen mental).
* La imagen mental o imitación interiorizada.
* El lenguaje, que permite así la evocación verbal de los objetos y acontecimientos no actuales.
b) El aspecto mental del lenguaje. La función semiótica es la base del aspecto mental del lenguaje. El lenguaje oral supone un inmenso avance para el niño, pues le posibilitará la comunicación con el medio que le rodea.
c) El aspecto motor del lenguaje. El aspecto motor del lenguaje oral (capacidad de emitir sonidos que sean palabras reconocibles por los otros), efectuado de un modo comprensible para el propio niño, depende de las veces que vez un objeto en el momento en que se pronuncie su nombre; es decir, depende de que asocie lo que ve, lo que oye y lo que él mismo pronuncie.
Esta asociación se hace en distintos pasos:
* Oir: a sí mismo y a los demás.
* Ver lo que oye; es decir, el niño no solo oye, sino que también ve el objeto sobre el que se habla en su presencia (cuantas más veces repitamos correctamente ante el niño cómo se nombra un determinado objeto, mejor aprenderá, tanto su comprensión, como su pronunciación).
* Finalmente, debido a esta repetición, el niño llega a asociar significado y significante, o sea, objeto y nombre, para emplearlo no sólo en ausencia del adulto, sino incluso en ausencia del objeto.
Por medio de este proceso queda establecido, en principio, el lenguaje oral.
1.3.2. Etapas del desarrollo.- La adquisición del lenguaje y la comunicación se desarrolla según unas etapas de orden constante, aunque el ritmo de progresión pueda variar de un niño a otro. Las adquisiciones en cualquiera de los diferentes niveles lingüísticos (fonológico, léxico, morfológico o sintáctico) no debe ser interpretada de manera aislada sino en función del carácter global del lenguaje y de los mecanismos que éste comporta.
Principales aspectos del desarrollo prelingüístico:
1. Establecimiento de los mecanismos básicos de la comunicación
6 primeros meses:
– Gritos y lloros
– Pueden determinar aparición del adulto y por lo tanto satisfacción de las necesidades, comodidad, presencia, contacto.
– Adulto, interlocutor privilegiado.
– Valor interpersonal e instrumental de la expresión vocal; sirve para la relación entre personas y para valorar el instrumento de acción sobre los demás.
– 4 o 5 mes: el niño es capaz de seguir con los ojos la dirección de la mirada adulta. A partir de ahí, miles de episodios de atención y de observación conjuntas emparejados con las verbalizaciones referenciales del adulto que capacitan al niño para captar gradualmente la relación entre ciertas verbalizaciones específicas y las personas, objetos y acontecimientos familiares.
de 7 a 12 meses:
– Se pasa, en relación interpersonal no verbal, de una modalidad de requerimiento, anteriormente dominante, a una modalidad de intercambio y de reciprocidad.
– Aparecen diversos juegos y rutinas que están organizados según un modo de intercambio y de reciprocidad (por ejemplo, dar y tomar, ir y venir, rutinas alimentarias, higiene, saludos, etc.).
– Captación conductual de los roles de ser conducido, ser paciente, y correlativamente de conductor, de agente, a los cuales se superponen los de locutor y receptor en el plano vocal y verbal.
– Los intercambios vocales se organizan según un principio de sucesión y de reciprocidad. Se habla de “protoconversación” en el sentido de que la organización conversacional con distribución de turno y evitación de toma de la palabra simultánea parece establecida en lo esencial.
2. De la expresión global e indiferenciada al laleo controlado y a un inicio de compresión verbal.
6 primeros meses:
– Hacia el segundo mes, identificación posible por el adulto familiar de los lloros y del os gritos del niño según la razón que los determina: hambre, dolor, incomodidad.
– Hacia el tercero o cuarto mes, inicio de laleo (producción de sonidos y no simplemente de lloros, gritos, ecos, etc.). Los sonidos de tipo vocálico son los más frecuentes durante mucho tiempo e incluso los únicos al principio. Pero la actividad vocal sigue siendo poco diferenciada y es inútil intentar reconocer en ella elementos fónicos de la lengua hablada en el entorno.
de 7 a 12 meses:
– Aparición progresiva en el laleo del niño de elementos de tipo consonántico con bloqueo y posterior liberación de la corriente de aire espiratorio a nivel de la boca y de la nariz.
– Hacia los 8 meses, combinaciones posibles de consonantes y vocales, con mayor frecuencia en el orden CV, pero también en VC.Los elementos obtenidos tienen un burdo parecido con las sílabas del lenguaje, reduplicación de sílabas (por ejemplo “bababa”, “mamama”).
– Hacia el final del primer año, el laleo del niño gana en claridad articulatoria, vocalizaciones más cortas y más numerosas.
– Reproducción de los perfiles de entonación del lenguaje oído y repetición de elementos vocales del mismo.
– Comprensión de ciertas entonaciones (adulto bienintencionado/adulto malintencionado) y de ciertas palabras y expresiones verbales producidas en el contexto y con el acompañamiento no verbal apropiado (por ejemplo “ven”, “toma”, “a dormir”, “papá”…)
PRELENGUAJE
De 0 a 2 meses: Se discriminan los sonidos que pertenecen al habla y los que no pertenecen.
De 2 a 4 meses: Realiza sonidos de gritos y gorgoreos llamados generalmente arrullos.
De 4 a 6 meses: Responde a los sonidos humanos volviendo la cabeza y con movimiento ocular para buscar la persona que le habla. Los arrullos vocálicos comienzan a ir acompañados por sonidos más consonánticos.
De 6 a 9 meses: los arrullos se cambian por balbuceos que recuerdan enunciados de una sílaba como “mu”, “da” o “di”. las vocalizaciones comienzan a adquirir algunas características del lenguaje como entonación, ritmo, tono, etc.
De 9 a 10 meses: Se da una preconversación; el niño vocaliza más durante los intervalos dejados libres por el adulto e intenta espaciar y acortar las vocalizaciones para dejar lugar a la respuesta del adulto. Parece querer imitar los sonidos, aunque sin mucho éxito.
De 11 a 12 meses: Comprende algunas palabras familiares, como “mamá”, “papá”, “nene”.Agrupa palabras y sílabas repetidas a voluntad. Utilización de sustantivos e interjecciones.
PRIMER DESARROLLO SINTÁCTICO
De 1 a 1,5 años: Tiene un repertorio de palabras definido (más de tres y menos de cincuenta), que son funcionales. Se da en estas palabras por lo general una sobreextensión semántica. Existe un crecimiento cuantitativo a nivel de comprensión. Comienza la utilización de verbos.
De 1,5 a 2 años: Tiene un repertorio de 50 a 200 palabras. Aparecen las frases con dos elementos. Suele hacerse una pausa entre las palabras. Comienzan a aparecer las primeras flexiones como el plural. Empiezan a utilizarse laso raciones negativas y la interrogativa qué? y dónde?. Existe un incremento definido de la conducta comunicativa e interés en el lenguaje.
De los 2 a los 2,5 años: Maneja unas 500 palabras. Aparecen secuencias de tres elementos, con la estructura principal de N-V-N. A este período se le denomina “de habla telegráfica”. Al final de este período aparecen las principales palabras función, como artículos, preposiciones, tiempos verbales y flexiones de número y persona. Se frustra si los adultos no le entienden. Parece entender todo lo que se le dice.
EXPANSIÓN GRAMATICAL
De los 2,5 a los 3 años: Maneja unas 1000 palabras. Aparecen frases de cuatro elementos y las primeras frases coordinadas. Se hacen presentes formas rudimentarias de los verbos ser y estar. Se usan sistemáticamente los pronombres personales y los artículos determinados. Empiezan a aparecer los adverbios de lugar. Sobre un 80% de los enunciados es inteligible incluso para los extraños.
De los 3 a los 3,5 años: Aparecen las oraciones complejas con el uso de la conjunción “y”, las subordinadas y las comparativas. Existe un uso de los relativos. Aumenta la complejidad de las frases interrogativas. Uso correcto de los auxiliares “ser” y “haber”. Aparecen las perifrásticas de futuro. Al final de este período el niño ha aprendido los recursos esenciales de su lengua, aunque comete una serie de errores y necesita todavía un aprendizaje de estructuras gramaticales.
De 3,5 a 4 años: Se utilizan los pronombres posesivos y verbos auxiliares. hay una disminución progresiva de errores sintácticos y morfológicos. Comienzan su aparición las estructuras de pasiva. Existe un uso correcto de las principales flexiones verbales: infinitivo, presente, pretérito perfecto, futuro y pasado. Las preposiciones de temporales y espaciales con frecuencia, aunque se cometen errores.
ULTIMAS ADQUISICIONES
De los 4 a los 6 años: Maneja unas 2500 a 3000 palabras. Utiliza estructuras sintácticas complejas, condicionales, circunstanciales de tiempo y perfecciona las de la etapa anterior. Comienza a apreciar los efectos distintos de una lengua al usarla (adivinanzas, chistes…) y a juzgar la correcta utilización de su propio lenguaje. Se inician las actividades metalingüísticas. El lenguaje está bien establecido; las desviaciones de la norma tienden a darse más en el estilo que en la gramática.
De los 6 a los 7 años: Es capaz de producir todos los patrones de contrastes fonéticos de la lengua. Termina el aprendizaje de la gramática fundamental.
1.4. El desarrollo afectivo
La conducta emotiva se va diferenciando, a partir de un estado inicial específico de excitabilidad general, merced a la maduración y el aprendizaje. El aprendizaje del comportamiento afectivo está vinculado estrechamente al desarrollo de las funciones cognitivas, necesarias para la aparición y elaboración de las percepciones respectivas. En estrecha relación con el desarrollo afectivo han surgido los estudios relacionados con el desarrollo ulterior de la personalidad y del proceso de socialización.
El psicoanálisis ha sido durante muchos años el único modelo global del desarrollo sexual-afectivo. Ha puesto de relieve el significado que tienen las experiencias tempranas de los niños en la personalidad del adulto tanto en su dimensión consciente como inconsciente. Distingue tres períodos en el desarrollo, la infancia temprana que se extiende hasta el final del quinto año, el período de latencia hasta los 12 o 13 años y la pubertad que desemboca en la adultez.
1.4.1. Factores de influencia
FORMACION DEL VÍNCULO AFECTIVO: La construcción de la persona es un proceso que se efectúa en relación con el otro, de modo que el descubrimiento de sí mismo correlaciona con el descubrimiento del otro. La existencia del otro se construye a partir de los cuidados de la madre con su hijo. El vínculo afectivo emerge de la satisfacción de las necesidades biológicas.
LA MANIFESTACIÓN DE EMOCIONES: Facilitan las reacciones frente a eventos externos y sirven para comunicarse. La aparición de emociones como la sonrisa ante el rostro de la madre, o la angustia frente a un desconocido prueban que el niño identifica a la madre como objeto de amor diferenciado.
1.4.2. Etapas del desarrollo afectivo
* Recién nacido.- La conducta emotiva se manifiesta únicamente en forma de respuestas completamente inespecíficas. Existe una excitabilidad o irritabilidad general.
* Del medio mes al segundo.- Aparecen dos tendencias básicas de conducta emocional, de tono desagradable y placentero. El comportamiento de desplazacer presenta una diferenciación de reacciones específicas: miedo, repugnancia, etc.
* Entre el segundo y tercer mes.- Presencia de vivencias de alegría y place.
* A partir del cuarto mes.- Los modos de comportamiento permiten deducir la existencia de emociones específicas.
* Al final del primer año.- Se observan muestras de conducta que dejan entrever la presencia de emociones tales como la “elación” (un estado de ánimo elevado y alegre) o el cariño por ciertas personas.
1.4.3. La construcción de la personalidad
Es el proceso mediante el cual el niño se diferencia de sí mismo respecto al mundo social que le rodea, se identifica psicológicamente autónomo y avanza hacia la construcción de su propia identidad.
Es preciso destacar las aportaciones de dos modelos teóricos en el desarrollo de la personalidad:
A) PSICOANALISIS
La estructura de la personalidad está compuesta por tres instancias: por ELLO (regido por el principio del placer), el YO (regido por el principio de la realidad) y el SUPERYO (depositario de las normas y prohibiciones que rigen en la sociedad). Cuando el cuidado materno es adecuado, la maduración biológica garantiza que el acceso a nuevas etapas del desarrollo del YO se produzcan en los plazos previstos, pero si el cuidado es insuficiente, el desarrollo del YO sufre un retraso y las etapas se alcanzan más lentamente.
Pone de relieve las relaciones que mantienen los niños con sus padres y con las imágenes de los padres, y en los conflictos que se generan, dado el grado de dependencia afectiva que los niños tienen con respecto a sus padres durante los primeros años de vida. El conflicto tiene un valor estructurante en el desarrollo de la personalidad.
A partir de los 6 años los niños resuelven los primeros problemas derivados del conflicto Edípico. En este proceso el niño es ayudado por la internalización de las normas morales y sociales asumidas por las figuras parentales, lo que conlleva a la emergencia del SUPERYO. Los niños no se identifican con la persona de los padres sino con la imagen que tienen de ellos.
B) APRENDIZAJE SOCIAL
Los niños adquieren los patrones de la personalidad mediante la imitación activa de las actitudes y conductas de los padres, aún cuando los padres no intenten, de forma voluntaria, enseñar este tipo de conductas a los niños (Bandura, 1967). Se trata de un aprendizaje por observación que se produce por medio de procesos simbólicos durante la exposición a las actividades del modelo antes de realizar cualquier tipo de respuesta. Si los modelos son gratificados, se imita a los mismos. La imitación se hace extensiva a otro tipo de conductas tales como la expresión de miedos, o la cooperación.
El aprendizaje por observación permite establecer conductas normativas. Los sujetos aprenden cuáles son las conductas aceptadas y cuáles son rechazadas a tenor de los contextos y situaciones, también aprenden las consecuencias que acarrean determinados comportamiento.
1.4.3.1. Hitos en el desarrollo de la personalidad
* De 2 a 3 años.- Se autoetiqueta como niño o niña, aunque no diferencia sexualmente a los demás.
* De 3 a 6 años.- Es la etapa más relevante en la construcción de la personalidad. Wallon (1956) la definió como la del “personalismo”. Comienza con la crisis de oposición y negativismo, en la que el niño desea hacer prevalecer sus deseos por encima de todo. hacia los 4 años, la “edad de la gracia” se caracteriza por el empleo del narcisismo para atraer el interés y el afecto de los demás. Finalmente a partir de la imitación ejecuta los papeles sociales que tienen mayor impacto para él. La utilización del pronombre personal en primera persona es indicativo del conocimiento de sí mismo.
1.5. El desarrollo social
La socialización facilita la adquisición del conocimiento, las habilidades y actitudes que permitirán al niño actuar de forma eficaz como miembro de un grupo. Las bases del desarrollo social se encuentran en el tipo de cuidado e interacción con el niño desde el momento de su nacimiento. Es necesario que el ambiente que le rodea le proporcione durante los primeros años la protección frente a peligros físicos, la satisfacción de las necesidades biológicas y afectivas, la educación, el juego y la interacción entre otras.
Los elementos que interactúan de forma recíproca y dinámica en el desarrollo social del niño son: la base biológica, el ambiente y el propio niño.
Existen dos procesos fundamentales en la socialización: el de adquisición, por él se adoptan determinadas pautas de comportamiento y se ponen en práctica en el momento adecuado (por ejemplo, el padre que indica al niño que dé las gracias a otra persona); y el de interiorización por el que el niño hace suyas estas pautas de comportamiento (el niño da las gracias sin indicación alguna). Mediante la interiorización se pasa de un control externo a un autocontrol.
La tendencia seguida en los estudios del desarrollo social del niño han pasado de establecer, el conjunto de habilidades sociales adquiridas por el individuo, a centrarse, en los procesos socializadores de diada o de relaciones “uno a uno” (madre-hijo, hermano-hermano, etc.), para finalmente, llega a la poliada (niño-familia-adultos-escuela infantil-etc.).
1.5.1. La socialización con los iguales
A) LOS HERMANOS
La influencia del hermano tiene lugar antes de su nacimiento cuando los padres modifican la calidad y el tiempo de cuidado del primer año. La llegada del hermano puede provocar resentimiento y rivalidad en el hermano mayor. La socialización entre hermanos depende, por una parte, de factores tales como, el orden de nacimiento, el sexo, la edad, el tamaño familiar y, por otra, del tipo de interacción social que se establece.
En términos generales podemos establecer diferencias en cuanto a las características sociales de los hermanos teniendo en cuenta la edad y el sexo. Las características, que aparecen a continuación deben relativizarse en función de variables diversas: número de hermanos, estímulos de otros miembros familiares, medio, escuela, etc.
El hermano mayor: al asignarle el rol de cuidar al pequeño, se erige en modelo y proporciona consejo y apoyo al pequeño en momentos de tensión emocional. Tiende a identificarse más fácilmente con los padres que con los hermanos más pequeños. Mantiene mayores niveles de exigencia para sí mismo. Es más dependiente de los demás, más conformista a la autoridad y a la presión social. Más inclinado a tener sentimientos de culpa. Se preocupa por la cooperación y la responsabilidad. Profesionalmente suele elegir roles sustitutos del padre que le lleven a tener éxito. Desarrolla más conductas directivas y asertivas. Suele dedicar parte de su tiempo a enseñar a los pequeños las relaciones entre objetos, así como las habilidades sociales.
El hermano pequeño: se ve menos competente que su hermano. Es más realista en su autoevaluación. Es más arriesgado en su comportamiento. Suele tener mejores habilidades sociales.
Las parejas del mismo sexo: tienen mayor porcentaje de interacciones positivas y más bajo de negativas que las parejas de distinto sexo.
Los varones primogénitos: utilizan más técnicas de poder y son más agresivos que las niñas primogénitas.
Las niñas primogénitas: son más prosociales, utilizan técnicas exploratorias, preguntando, cediendo la vez… Son más sensibles y habilidosas en la interacción y mejores profesoras en la solución de problemas.
B) LOS COMPAÑEROS
Las bases de la relación entre los niños hay que buscarlas en el primer año de edad en los patrones de interacción con los objetos. Los niños suelen tratar a los otros niños de la misma manera que suelen tratar a los juguetes. Al cumplir el primer año todos los niños manifiestan conductas prosociales.
La adaptación social requiere tanto buscar ayuda como ofrecerla; ser pasivo y se sociable: atacar y controlar la hostilidad propia. El tipo de interacción con compañeros de edades semejantes y diferentes cumple funciones diversas.
Entre los efectos socializantes de los compañeros pueden subrayarse: la transmisión de información que puede ser explícita o implícita; el desarrollo de la personalidad especialmente el autoconcepto: la agresión con la adquisición de habilidades agresivas eficaces y de control de la agresión; el comportamiento típico del sexo con la elección de juegos y juguetes; el comportamiento positivo de simpatía y ayuda; y la inteligencia social con la puesta en práctica de habilidades sociales.
Los niños que asisten a guarderias o escuelas infantiles tienen más competencias sociales con el grupo de iguales e interactúan más a menudo con sus padres que los educados exclusivamente en casa.
1.5.2. La socialización con los adultos
La calidad y el tipo de relaciones que los hijos establecen con sus padres, influyen profundamente en los estilos sociales que desarrollarán en otros ambientes.
Las relaciones con los adultos adquieren cierta conflictividad durante el segundo año de vida. Los niños suelen, rechazar las pautas y normas que les quieren imponer, tolerar mal las prohibiciones impuestas, sentir la necesidad de controlar y dominar al adulto, utilizar con mucha frecuencia la palabra “no” tanto para indicar lo que quieren como lo que no quieren, rechazar las demoras entre sus demandas y el cumplimiento de las mismas y mostrarse posesivos en relación con los adultos.
2.- ALTERACIONES EN EL DESARROLLO
La disciplina que más se dirige al estudio de las alteraciones en el desarrollo infantil es, sin duda, la psicopatología infantil.
En un intento de poder establecer una clasificación expositiva, las alteraciones del desarrollo infantil se agruparán en: aquellas que se producen en la infancia y tienen continuación o repercusiones en la etapa adolescente y adulta (trastornos graves de la infancia); y las que pueden ser superadas en la infancia (trastornos de la conducta en la infancia, deficiencias psicomotoras y alteraciones del lenguaje).
2.1. Trastornos graves de la infancia
2.1.1. Retraso mental
Se presenta en las personas que procesan de forma poco eficiente la información ambiental, tienen problemas para codificarla de forma organizada, y tienen dificultades para producir estrategias adecuadas a las tareas que tienen que resolver.
Según el DSM-III-R (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales) existen cuatro niveles de gravedad que reflejan el grado de deterioro intelectual: leve (CI de 50-55 a 70), moderado (de 35-40 a 50-55), grave (de 20-25 a 35-40) y profundo (por debajo de 20-25).
2.1.2. Psicosis infantiles
Podemos destacar dos tipos: el autismo infantil y la esquizofrenia infantil
A) AUTISMO.- Aparece antes de los primeros 30 meses de vida, lo más relevante es el aislamiento total del mundo que rodea al niño y presenta la mayoría de las siguientes características:
* El aislamiento social es profundo: se tiende a ignorar los sentimientos de los demás, en períodos de estrés no hay búsqueda de apoyo o ésta es anómala; existen dificultades o incapacidades para imitar; el juego social está ausente o es anómalo; y hay un déficit considerable para hacer amigos.
* La actividad imaginativa está ausente: no se simulan el papel del adulto, personajes imaginarios y animales.
* Grandes dificultades en la comunicación: a veces, no existe forma de comunicación, como balbuceo, expresión facial, gestualidad, mímica o lenguaje hablado.
* Deterioro importante en las habilidades conversacionales.
* Anomalías graves en la producción del habla: alteraciones de volumen, de tono, ritmo y entonación.
* Anomalías graves en la forma o contenidos del lenguaje: ecolalias (repetición de palabras o frases escuchadas); y uso del pronombre “tu” cuando se habría de utilizar el pronombre “yo”.
* Alteraciones conductuales: movimientos corporales estereotipados; excesiva preocupación por detalles o formas de distintos objetos; vinculación a objetos peculiares; frente a pequeños cambios del entorno, malestar importante y seguimiento de rutinas.
B) ESQUIZOFRENIA INFANTIL.- Se aplica generalmente a la conducta de un niño mayor de cinco años y presenta, como relevantes, las siguientes características:
* Trastornos del pensamiento: existen ideas delirantes e incoherencia en el pensamiento.
* Dificultades graves y persistentes en las relaciones emocionales.
* Antecedentes de graves retraso en la mayoría de actividades, con un funcionamiento intelectual normal en ciertos aspectos.
* Experiencias perceptuales anormales. Se dan respuestas exageradas, disminuidas e imprevisibles ante estímulos sensoriales.
* Ansiedad aguda e ilógica, a veces manifestada con un terror irracional hacia objetos comunes.
2.1.3. La depresión infantil
Algunos autores consideran que la edad influye en la manifestación de los síntomas depresivos. Así, los lactantes y los niños de edad preescolar manifiestan su depresión con síntomas psicosomáticos y los niños de edad escolar por síntomas cognitivos.
Hoffmann (1976) destaca los siguientes síntomas presentes en la depresión:
* Manifestaciones emocionales: infravaloración, visión negativa del futuro, descontento con el medio, dificultad para concentrarse, suspicacia, preocupación por la salud, sentimientos de culpa, visión distorsionada del propio cuerpo, debilidad de la memoria y deseo y expectativas de castigo.
* Manifestaciones motivacionales: pérdida de interés, cansancio, intentos de suicidio, incapacidad de tomar decisiones y retraimiento social.
* Manifestaciones vegetativas: tensión, labilidad emocional, dolencias somáticas específicas, llanto y alteraciones del sueño.
* Manifestaciones motoras: retardo y agitación.
2.1.4. La disfunción cerebral mínima (DCM)
Es práctica extendida, llamarle también síndrome hiperquinético o desorden mental orgánico. Entre las características más destacadas de los niños con DCM encontramos:
* En la atención y control: baja capacidad atencional, hiperactividad, impulsividad y fracaso en la terminación de tareas.
* En el aprendizaje no verbal: incapacidades para captar aspectos importantes de una situación, impercepción social, dificultad de aprendizaje gráfico, defecto de aprendizaje de las pautas motoras e imagen corporal y orientación espacial incorrectas.
* En el aprendizaje verbal: inversión de letras y palabras, deficiencia en la capacidad de copiar, dificultades en el recuerdo de instrucciones verbales, baja habilidad en la discriminación de sonidos semejantes.
* En la afectividad: trastornos como la labilidad emocional, disforia, agresividad, etc.
2.2. Trastornos de la conducta en la infancia
Los trastornos de la conducta en la infancia constituyen un conjunto de comportamientos muy amplio. Por criterios de importancia y de espacio los agrupamientos en trastornos de la conducta alimenticia, del sueño, de la eliminación de la ansiedad y otros trastornos.
2.2.1. La conducta alimenticia
A) ANOREXIA NERVIOSA.- Este trastorno puede poner en peligro la vida del sujeto. Está caracterizado por una limitación autoimpuesta de la dieta, que se acompaña de una pérdida considerable de peso y de múltiples alteraciones orgánicas. No se encuentra ninguna enfermedad somática que justifique la pérdida de peso, que al menos debe ser de un 25% del peso original. Es más frecuente en las niñas que en los niños y por lo general se desencadena debido a un incidente en el que el sujeto fue calificado erróneamente de obeso por sus compañeros.
B) BULIMIA.- El sujeto con bulimia, presenta episodios recurrentes de ingesta voraz en los que ingiere cantidades abusivas de alimento en un período de tiempo inferior a dos horas, tiene un sentimiento de falta de control sobre la conducta alimentaria durante los episodios de voracidad, se empeña en provocarse el vómito, y tiene una preocupación persistente por la silueta y el peso.
C) PICA.- Consiste en el empleo de sustancias no nutritivas (cartón, corcho, esponja…) de forma reiterativa durante al menos un mes, sin que coexista con ningún trastorno mental (autismo, retraso mental, etc.) Es normal en niños de 3 o 4 meses de edad, pero la persistencia de esta conducta después del segundo año de edad, debe ser atendida desde criterios psicopatológicos.
D) OTROS TRASTORNOS.-
* Mericismo: El individuo vuelve a la boca los alimentos ya deglutidos y a medio digerir, sin que exista enfermedad gastrointestinal.
* Potomania: Existe un impulso obsesivo de ingerir líquidos.
* Dipsomania: Está presente un impulso morboso e irresistible por las bebidas alcohólicas fuertes.
* Coprofagia: Se ingieren materias fecales.
2.2.2. El sueño
A) TERROR NOCTURNO.- Es un episodio dramático en el que el niño grita, llora, gesticula, suda, lucha contra seres imaginarios y es muy difícil establecer un contacto con él para explicarle que nada está ocurriendo. Al día siguiente el niño no recuerda nada de lo que ha ocurrido.
Puede producirse a consecuencia de algún accidente lejano, de castigos violentos, etc. Generalmente no se repiten los mismos episodios y es un trastorno pasajero.
Frente a las pesadillas, los terrores nocturnos aparecen en el primer tercio de la noche y se acompañan de una actividad emocional mucho más intensa.
B) SONAMBULISMO.- En este estado el individuo, durmiendo, se levanta, camina con rigidez de autómata, con los ojos muy abiertos, la mirada fija, las pupilas contraídas y puede llevar a cabo actividades habituales de la vida como vestirse, escribir, beber, etc. Se produce después de haber estado durmiendo entre treinta y doscientos minutos. En la edad de 7 a 8 años es cuando aparece más frecuentemente.
C) OTROS TRASTORNOS.-
* Somniloquio: El niño habla mientras duerme y aparece frecuentemente en la primera fase del sueño.
* Bruxismo: Es el hábito de hacer rechinar los dientes
* Narcolexia: Se caracteriza por un sueño brusco e irresistible.
2.2.3. La eliminación
A) ENURESIS.- Consiste en la falta de dominio de los esfínteres uretrales que provoca el vaciado involuntario y repetido de la vejiga urinaria, de día o/y de noche, durante al menos dos veces mensuales, en niños con edades de 5 a 6 años, o de al menos una vez al mes en niños mayores de 6 años. Es más frecuente en niños que en niñas (2/1). Desaparece espontáneamente antes de la pubertad y sólo en casos muy raros perdura más allá.
B) ECOPRESIS:_ Consiste en la emisión repetida de heces de consistencia normal, en lugares inapropiados, durante al menos una vez mensual, a partir de los 4 años de edad y no relacionado con un enfermedad orgánica. la incontinencia fecal es normal antes de los 3 años de edad. Es más común en niños que en niñas (5/1).
2.2.4. Otros trastornos
A) COMPORTAMIENTO AGRESIVO.- Se manifiesta, a veces en edades muy tempranas, en forma de rabietas, oposicionismo, negativismo, emisión de gritos, etc. El niño agresivo rechaza enérgicamente toda disciplina. Los padres pueden contribuir de forma negativa a sostener estos comportamientos con su propia agresividad, asumiendo un modelo incoherente de autoridad y disciplina. El empleo de castigos inoportunos en el ámbito familiar contribuye a consolidar las iniciales respuestas agresivas en los niños.
B) EVITACION SOCIAL.- Se produce una evitación excesiva del contacto con las personas desconocidas que interfiere en las relaciones sociales con los compañeros. Sólo se desean mantener relaciones sociales con los compañeros. Sólo se desean mantener relaciones interpersonales con gente conocida, y relaciones cálidas y satisfactorias con los miembros de la familia y otros parientes, este comportamiento se manifiesta durante un período de seis meses o más.
C) APATIA.- El niño con apatía es, en apariencia, un niño bien adaptado y dócil. El rendimiento escolar generalmente es bajo y presenta timidez, inseguridad y lentitud motora. Existen dificultades para despertar y levantarse, así como también un cansancio general.
2.3. Deficiencias psicomotoras
Los trastornos motores se localizan en el esquema corporal, en la estructura temporoespacial, torpeza del movimiento del cuerpo y la forma de reconocer los objetivos
2.3.1. Apraxias
Desde el punto de vista médico apraxia significa dificultad para realizar una acción. Apraxia y dispraxia definen el conjunto de dificultades para ejecutar movimientos complejos destinados a un fin y también para coordinar esos movimientos.
2.3.2. Los tics
Se caracterizan por la ejecución de movimientos involuntarios, rápidos y repetidos, especialmente de la cara, y las extremidades superiores. Los tics motores más frecuentes son el parpadeo, la sacudida del cuello, el encogimiento de hombros y las muecas faciales. Los tics aparecen en los niños a partir de los 6 o 7 años de edad y desaparecen, por lo general espontáneamente.
2.4. Alteraciones del lenguaje
2.4.1. Factores que pueden alterar el desarrollo del lenguaje.
El desarrollo de la comunicación y el lenguaje puede verse alterado por algunos factores negativos. Por un lado tenemos los de carácter orgánico (de orden genético, neurológico o anatómico), y por otro, los llamados factores psicológicos.
En principio, aunque una alteración del lenguaje tenga una causa conocida de origen orgánico, el desarrollo del lenguaje ya queda afectado, alterándose los procesos psicológicos normales de dicho desarrollo y sin que el remedio de la alteración orgánica suponga el restablecimiento inmediato del proceso evolutivo.
En el niño, a diferencia de lo que ocurre en el adulto, cuando se produce un “daño” en las estructuras orgánicas en las que se apoya la adquisición del lenguaje, no sólo se ve alterada o suprimida una función ya establecida, sino que además queda comprometido el curso de actividades futuras que aún no se han desarrollado. Por esta razón, aunque haya etiologías orgánicas, ni el diagnóstico ni el tratamiento pueden efectuarse sólo desde el punto de vista orgánico puesto que las alteraciones del lenguaje no son una enfermedad.
Entre los factores psicológicos a los que venimos refiriéndonos incluimos dos tipos diferenciados:
1. Los tradicionalmente considerados como tales: ansiedad por rechazo, por sobreprotección materna o por separación prolongada de ella.
2. Los que alteran los procesos de transmisión/adquisición del lenguaje, sin que necesariamente comprometan la comunicación social y afectiva del niño. Estos factores afectan tanto a la calidad como a la cantidad de la enseñanza/aprendizaje que, en contactos como la familia y la escuela hacen posible el desarrollo lingüístico.
Ante las alteraciones del desarrollo del lenguaje caben, por tanto, dudas y preguntas respecto a los factores que las provocan y en muchos casos es difícil pasar más allá de las hipótesis. Ante esta situación, los tratamientos deben ser forzosamente plurales y globales, para no errar en los tratamientos preventivos y rehabilitadores.
2.4.2. Trastornos del lenguaje
Diferenciaremos las alteraciones del lenguaje oral en trastornos del lenguaje y trastornos de la voz y el habla.
A) RETRASO SIMPLE DEL LENGUAJE.- Consiste en un desfase cronológico del conjunto de los aspectos del lenguaje fonético, léxico y sintáctico en niños que no tienen alteraciones importantes a nivel mental, sensorial, motor y relacional.
Las características principales del trastorno son: Aparición de las primeras palabras después de los 2 años; las primeras frases de dos o tres palabras se producen después de los 3 años, persisten cuantiosas dificultades fonéticas después de los 3 años; vocabulario menor de 200 palabras a los 3,5 años; y pobre estructuración sintáctica a los 4 años.
B) DISFASIA INFANTIL.- Consiste en un déficit, no producido por alguna lesión, en el que se manifiestan dificultades específicas para la estructuración del lenguaje añadidas al retraso cronológico en la adquisición.
Las características más relevantes son: la presencia de la ecolalia antes de contestar; uso erróneo de los pronombres personales después de los 4 años de edad; dificultades en la repetición y en el recuerdo de enunciados largos; y uso de enunciados complejos sin nexos y sin marcadores en los verbos.
C) AFASIA CONGENITA.- El sujeto, que presenta este trastorno, no desarrolla el lenguaje oral o se expresa de forma limitada con unas cuantas palabras después de los cuatro años de edad sin que sea explicable por la sordera, la deficiencia mental profunda, la parálisis cerebral, el autismo, la psicosis precoz o la afasia adquirida.
D) AFASIA ADQUIRIDA.- Consiste en una pérdida total o parcial del lenguaje debido a una lesión cerebral producida generalmente a consecuencia de un traumatismo craneal o proceso infeccioso que afecta áreas relacionadas con algún aspecto del lenguaje.
2.4.3. Trastornos de la voz y trastornos del habla
A) DISONIA.- Es una alteración de una o más características acústicas de la voz que generalmente va unida al incorrecto uso de las mismas o a una respiración insuficiente o mal coordinada con la emisión de los sonidos. El niño que la presenta puede tener una voz ronca, grave, con altibajos en el tono, sorda o de escasa potencia.
B) DISLALIA.- Consiste en la presencia de errores en la articulación de los sonidos del habla en personas que no muestran patología relacionada con el sistema nervioso central o con los sentidos, pero sí con los órganos fonoarticulatorios en un niño mayor de 5 años.
C) INMADUREZ ARTICULATORIA.- Se refiere a las dificultades en la pronunciación de palabras y frases cuando existe una correcta pronunciación de fonemas y sílabas aislado, en personas mayores de 5 años.
D) DISARTRIA.- Es un trastorno de la expresión verbal causado por una alteración en el control muscular de los mecanismos del habla. El niño no puede realizar el movimiento o postura requerida por el fonema debido a una parálisis.
E) DISGLOSIA.- Difiere de la disartria en que la causa de la alteración en el control muscular puede ser debida a una malformación ósea o muscular de los órganos articulatorios.
F) TAQUILALIA Y TARTAMUDEZ.- La precipitación y rapidez en el habla es la causa común en ambos trastornos y hace producir errores en el habla. La diferencia entre ambas radica en el nivel de conciencia y el control del habla. Así, mientras la persona con taquilalia es poco consciente de su forma de hablar y es capaz de controlarse si se lo propone, la persona que tartamudea es excesivamente consciente y si se esfuerza en controlar el habla comete más errores.
3.- BIBLIOGRAFÍA
– CERDA MARÍN, M.C. (1990) “Niños con necesidades educativas especiales”. Promolibro. Valencia.
– CLARIZO, H, McCOY, G. (1981). “Trastornos de la conducta en el niño”. Manual moderno. México.
– DAVINSON, G., NEALE, J. (1983). “Psicología de la conducta anormal”. Limusa. México.
– GARCIA SICILIA, J y Otros. (1989) “Psicología evolutiva y educación infantil”. Aula XXI-Santillana. Madrid.
– PEÑA-CASANOVA, J. (1994). “Manual de logopedia”. masson. Barcelona.
– PIAGET, J. (1979). “Seis estudios de psicología”. Seix Barral. Barcelona.
– PICHOT, P. (1989). “Brevario DSM-III-R. Criterios diagnósticos”. Masson. Barcelona.
– PICQ, L., VAYER, P. (1985) “Educación psicomotriz y retrasomental”. Ed. Científico-Médica. Madrid.
– SERRA DESFILIS, E. (1983). “Textos de Psicología Evolutiva”. Tomo I. Promolibro. Valencia.
– SILVESTRE, N., SOLE, M. (1993) “Psicología evolutiva, infancia, preadolescencia”. Ceac. Barcelona.
– SPITZ, R. (1980) “El primer año de la vida del niño”. Fondo de Cultura Económica. Madrid.
CUESTIONES BÁSICAS
1.- POSIBILIDADES QUE OFRECE LA ESCUELA INFANTIL AL DESARROLLO SOCIAL DEL NIÑO.
La escuela infantil ofrece posibilidades distintas a las que establece el medio familiar en el desarrollo social del niño con el adulto y con los compañeros.
El PEC y PCC deben delimitar tiempos y espacios que permitan la realización de actividades individuales de cada alumno, interindividuales, en pequeños grupos con el educador, y en gran grupo con todos los miembros de la comunidad educativa.
El establecimiento de relaciones enriquecedoras entre familia y comunidad escolar producirá efectos positivos en la socialización del niño. Los estilos educativos que el alumno recibe en los dos ámbitos deben ser los más afines posibles en tal de garantizar una armonía en desarrollo social.
2.- CRITERIOS PEDAGÓGICOS A TENER EN CUENTA EN LA ATENCIÓN EDUCATIVA DEL ALUMNO DE 4 A 5 AÑOS.
Aunque a esta edad todavía existen dificultades para comprender procesos complejos, se da un cambio importante en l alumno en su capacidad de organizar secuencias temporales y causales. Teniendo en cuenta las aportaciones de la corriente piagetiana, podemos explicitar los siguientes criterios:
. Animar al niño a que cada vez sea más autónomo en relación con los adultos.
. Potenciar la relación entre los alumnos y la resolución de conflictos entre ellos.
. El objeto de aprendizaje debe resultar significativo.
. Partir de centros de interés reales.
. El aprendizaje debe ser enfocado de una forma global.
3.- PAPEL DEL PROFESOR DE EDUCACIÓN ESPECIAL ANTE LOS EFECTOS DEL ETIQUETADO DE LAS ALTERACIONES EN EL DESARROLLO
Todos los alumnos atendidos por el maestro de EE pueden ser susceptibles de ser identificados de forma implícita o explícita, no por su nombre, sino por la etiqueta diagnóstica que explica su trastorno. A veces, en el centro escolar podemos oír la etiqueta diagnóstica de un alumno para referirse a él aunque sea sin “mala intención”.
Desde el proyecto curricular de centro se deben planificar una serie de actividades de las que participe toda la comunidad educativa con el objetivo de eliminar las actitudes que identifican al alumno con el trastorno.
4.- RAZONE SI SE DEBE SOLICITAR LA ATENCIÓN DEL PROFESOR ESPECIALISTA EN AUDICION Y LENGUAJE PARA UN ALUMNO DE 4 AÑOS QUE PRONUNCIA CON GRANDES DIFICULTADES.
En un principio debe realizarse una entrevista con la familia para conocer el desarrollo del lenguaje del alumno antes de su escolarización y para descartar posibles problemas de tipo anatómico.
Se puede realizar una exploración articulatoria de todos los fonemas para determinar el nivel de competencia que posee el alumno.
Si su nivel de competencia alcanza casi todos los fonemas podemos estar ante un retraso simple del lenguaje que requerirá una mayor estimulación oral, y por lo tanto, deberíamos estar atentos a los progresos que alcanza el alumno sin tener que recurrir al apoyo de un servicio especializado.
Si su nivel de competencia es bajo debemos solicitar la atención del especialista que evaluará y, posiblemente, apoyará el desarrollo del lenguaje en el alumno.
5.- IDENTIFIQUE LOS ASPECTOS EVOLUTIVOS A TENER EN CUENTA EN LA ELABORACIÓN DEL PROYECTO CURRICULAR DE LA ETAPA INFANTIL.
Los objetivos generales de la educación infantil hacen referencia al desarrollo de las capacidades.
Las capacidades motoras, cognitivas, lingüísticas, afectivas y sociales son las principales del desarrollo evolutivo del alumno de educación infantil.
En la elaboración del PCC debemos tener en cuenta todas las capacidades anteriores para establecer el qué, cómo y cuándo enseñar y evaluar.