Tema 14 – Principios básicos para el adecuado desarrollo de la condición física (continuidad, progresión, individualización, etc.).

Tema 14 – Principios básicos para el adecuado desarrollo de la condición física (continuidad, progresión, individualización, etc.).

INTRODUCCIÓN.

La teoría y metodología de entrenamiento tiene sus propios principios basados en las ciencias biológicas, psicológicas y pedagógicas. Estas guías y reglas que sistemáticamente dirigen el proceso global de entrenamiento se conocen como Principios de Entrenamiento. Todos ellos se relacionan entre sí y garantizan la aplicación correcta de todo el proceso de entrenamiento.

Pero estos principios del entrenamiento no datan de la época actual, sino que ya en la Antigua Grecia los Helenos conocían el principio del sobreesfuerzo y de la adaptación del entrenamiento al estado físico individual. Pero fue en la época de los movimientos en la que, aunque con carácter intuitivo, aparecen los principios de forma muy parecida a la actual en el manual Atletik (1930).

Centrándonos en el currículum de Bachiller podemos resaltar que el contenido de este tema queda reflejado en la introducción, en donde se hace mención en el RD 113 de la CCAA de Murcia, y en los distintos elementos que configuran el mismo. A continuación expongo brevemente esta implicación:

Introducción.

En la introducción de este decreto podemos observar que una de las finalidades de la etapa de bachiller es la contribución a la consolidación de la autonomía plena del alumnado para satisfacer sus necesidades motrices. El profesor deberá facilitar al alumno los conocimientos, métodos y procedimientos necesarios para que éste, utilizando los fundamentos adquiridos, pueda diseñar el plan de actividad física que necesita. Siendo necesario para ello, complementar los conocimientos referidos al saber con los relativos al saber-hacer, de forma que la teoría fundamente y oriente una práctica correcta y adecuada de la actividad física. Los alumnos deberán estar capacitados para planificar, organizar y dirigir sus propias actividades.

En referencia a los Objetivos generales de área podemos encontrar los 2 primeros que están directamente relacionados con el bloque de contenidos de la condición física y con los principios de entrenamiento, son:

Ø Conocer y aplicar instrumentos que le permitan planificar, organizar y practicar actividades físicas y deportivas para satisfacer sus propias necesidades y le sirvan como recurso para ocupar su tiempo libre, valorándolas como un elemento que favorece el desarrollo personal y facilita la mejora de la salud y calidad de vida.

Ø Elaborar y poner en práctica un programa de actividad física y salud, conociendo su nivel de condición física y con el objeto de incrementar las capacidades físicas implicadas, adoptando una actitud de autoexigencia y responsabilidad en su desarrollo.

En relación a los contenidos impartidos en Bachiller, nos encontramos en el bloque de Condición Física y Salud dos puntos directamente relacionados con el tema que aquí desarrollamos. Estos apartados son:

A La práctica de ejercicios y aplicación de sistemas para el desarrollo de las capacidades físicas. Aceptación de la responsabilidad en el mantenimiento y/o mejora de la condición física.

A La planificación del trabajo de las capacidades físicas relacionadas con la salud. Principios y factores a considerar. Elaboración de programas personales de actividad física y salud, atendiendo a la frecuencia, intensidad, volumen y tipo de actividad.

En cuanto a los criterios de evaluación relacionados con los principios de entrenamiento en la etapa de Bachiller, encontramos:

A El desarrollo progresivo de las capacidades físicas relacionadas con la salud, acercándose a los valores normales del entorno de referencia.

Este criterio de evaluación trata de comprobar si el alumno ha mejorado sus capacidades, teniendo como referencia su valores iniciales y los de sus compañeros y si es autoexigente en su esfuerzo por lograr dicho progreso. Para ello, deberá conocer y aplicar instrumentos que le permitan realizar una evaluación del estado de sus capacidades.

A La planificación y realización de manera autónoma de un programa de actividad física y salud, utilizando las variables de frecuencia, intensidad, volumen y tipo de actividad.

Este criterio verifica si el alumnado es capaz de elaborar un plan personal de desarrollo de las capacidades físicas relacionadas con la salud, marcándose unos objetivos, realizando una temporalización y aplicando en su confección los conocimientos adquiridos sobre frecuencia, intensidad, volumen y tipo de actividad. También si conoce los diferentes sistemas que pueden emplear para mejorar las capacidades físicas y eligen el más adecuado a sus características y a los medios y recursos de que dispone.

Finalizada la introducción, paso a exponer los aspectos más destacados de la estructura de este tema.

En el apartado 1, realizo una conceptualización del término principios del entrenamiento, y comento que según el autor que se consulte, se encontraran diferentes clasificaciones.

El apartado 2,tras decantarme por la clasificación que los organiza en biológicos y psicológicos paso a desarrollar cada uno de ellos.

PRINCIPIOS BIOLÓGICOS

P. de unidad funcional

P. del desarrollo multilateral

P. de estímulo eficaz de carga

P. de incremente progresivo de la carga

P. de la variedad o versatilidad de carga

P. de relación óptima entre carga/recuper.

P. de repetición y continuidad

P. de individualización

P. de especificidad

PRINCIPIOS PEDAGÓGICOS

P. de periodización

P. de participación activa y consciente

P. de calentamiento

P. de transferibilidad

En el apartado 3 finalizo en tema con unas conclusiones.

Por último indico la bibliografía que me ha servido de referencia para en desarrollo del presente tema.

1. CONCEPTO DE PRINCIPIOS DEL ENTRENAMIENTO.

Conocer la dinámica de los efectos de la carga de entrenamiento, la relación que existe entre el estímulos, la adaptación, la recuperación etc, permite establecer algunos principios importantes que hay que respetar cuando se va a planificar la distribución de las cargas de entrenamiento.

Los principios del entrenamiento son reglas, normas, directrices a seguir para ordenar sistemáticamente los pasos y fases del entrenamiento hasta alcanzar la adaptación necesaria para elevar el grado de rendimiento deportivo.

Según el autor que consultemos encontraremos distintos principios del entrenamiento que debemos tener en cuenta al planificar el entrenamiento.

Según Navarro 1994, se deben respetar los siguientes principios de entrenamiento:

PRINCIPIOS BIOLÓGICOS

PRINCIPIOS PEDAGÓGICOS

P. de la unidad funcional

P. de la multilateralidad

P. de la especificidad.

P. de la sobrecarga

P. de la supercompensación

P. de la continuidad

P. de la individualidad

P. de los retornos en disminución

P. de la recuperación

P. de participación activa y consciente

P. de transferencia

P. de periodización

P. de accesibilidad

Grosser, Brüggemann, Zintl y Weineck, hablan de principios biológicos y los agrupa en principios para:

Æ Iniciar la adaptación: sobrecarga, progresión variedad y optimización entre caga y descanso

Æ Asegurar la adaptación: repetición, continuidad, reversibilidad, periodización y regeneración.

Æ Orientar la adaptación: individualidad, especificidad y especialización.

Para el desarrollo de este tema hemos optado por la clasificación, que diferencia entre principios pedagógicos y principios biológicos.

2. CLASIFICACIÓN.

Para el desarrollo de este tema nos hemos decantado por la clasificación que diferencia entre principios biológicos y principios pedagógicos. A continuación pasamos a desarrollar cada uno de los principios que se integra en dicha clasificación.

2.1. Principios biológicos.

En los últimos años se ha dado una especial importancia al aspecto biológico en la teoría del entrenamiento sobre otros enfoques posibles (Grosser, Starischka, y Zimmermann, 1988; Maglischo, 1993; Martin, Carl, y Lehnertz, 1991). La posible razón de esta tendencia está en la importancia de la adaptación biológica y su notable implicación en el rendimiento deportivo. El conjunto de principios que llevan implícito la adaptación del organismo humano a unos esfuerzos determinados es lo que denominaremos principios biológicos.

2.1.1. Principio de la unidad funcional.

Hay que partir del principio de que el organismo funciona como un todo indisoluble. Habrá que prestar atención a la evolución y desarrollo de todos los sistemas (circulatorio, respiratorio, endocrino, digestivo, nervioso, etc), para trabajar todos simultáneamente y de forma paralela incidiendo más en una u otra función o en uno u otro sistema en función de las características del deportista (edad, desarrollo biológico, nivel de entrenamiento, época del año, preparación y metas a conseguir). También habrá que tener cuidado en no generar transferencias negativas entre las distintas cualidades, para que no estemos produciendo el efecto contrario al que pretendemos en una cualidad determinada. Por ejemplo: si se prolonga demasiado el trabajo de carrera continua de baja intensidad en un individuo, aunque sea positivo para el desarrollo de su resistencia aeróbica, estaremos incidiendo negativamente sobre su velocidad.

2.1.2. Principio del desarrollo multilateral.

A veces se puede observar a deportistas que llevan un desarrollo de su entrenamiento excesivamente rápido. Es necesario evitar la especialización prematura. Antes de la especialización, es necesario pasar por una fase de entrenamiento multilateral que produzca un buen desarrollo físico. El acondicionamiento físico general es uno de los requerimientos necesarios para alcanzar un nivel altamente especializado de preparación física.

El principio de desarrollo multilateral parte de la interdependencia entre todos los órganos y sistemas del cuerpo humano y entre los procesos fisiológicos y psicológicos. Parte de que el cuerpo humano funciona como una unidad, un desarrollo unilateral de alguna capacidad o parte del organismo, lleva a la larga a afectar negativamente al funcionamiento del resto.

Este principio afecta especialmente a los niños y jóvenes deportistas. En sus entrenamientos deben predominar el entrenamiento multilateral. También se debe tener en cuenta en el deportista de alto rendimiento, especialmente en el periodo de preparación general.

Cumplir el principio de multilateralidad implica que el entrenamiento debe ir dirigido a trabajar:

Ø Todas las capacidades físicas. No se desarrolla sólo la capacidad física más importante en la especialidad que se practica. Se busca el desarrollar las otras capacidades equilibradamente.

Ø Todos los grupos musculares. No se desarrollan sólo los grupos musculares importantes en la especialidad (musculatura específica), se trabaja de forma que no se produzcan desequilibrios musculares que puedan originar malformaciones de columna vertebral, desarrollo superior en unas partes del cuerpo sobre otras, etc. Trabajar todos los grupos musculares implica el trabajar: músculos agonistas y antagonistas, zona frontal y dorsal, parte derecha e izquierda, etc.

Ø Una gran variedad de movimientos para mejorar la coordinación neuromuscular y el trabajo de una articulación en todos los ángulos de los movimientos posibles.

La especialización lleva a alteraciones morfológicas y funcionales relacionadas con la especificidad del deporte. Esta adaptación es aplicable también a aspectos técnicos, tácticos y psicológicos.

Según Ozolín (1983), en el entrenamiento especializado deben distinguirse dos partes:

1. Ejercicios para mejorar el rendimiento en el deporte practicado.

2. Ejercicios especiales para la educación de las capacidades biomotoras, el perfeccionamiento de la técnica, etc.

En algunas especialidades los ejercicios para mejorar el rendimiento en el deporte practicado, ocupan casi el 100% del volumen de entrenamiento especial, ej. : fondistas.

En equipos de fútbol, baloncesto, voleibol, etc., un 60-80% del volumen de entrenamiento corresponde a su deporte. En esgrima, actividades de lucha, etc., el porcentaje es más alto.

La obsesión por alcanzar resultados y marcas lo antes posible hace que algunos entrenadores den a sus jóvenes atletas cargas de entrenamiento demasiado grandes, con grandes exigencias fisiológicas, excesivas para la capacidad de recuperación de los deportistas, que pueden ejercer una influencia negativa sobre la formación del organismo en crecimiento. Además, a veces, un entrenamiento forzado produce rápidos éxitos deportivos, pero el descenso llega también rápido por disminución de la capacidad de trabajo, incluso de la salud. Por ello la relación ente el entrenamiento multilateral, general, y el entrenamiento especializado tiene que ser cuidadosamente planificada, sobre todo por la tendencia a bajar la edad de maduración atlética, la edad en la que el rendimiento máximo debe darse.

2.1.3. Principio de estímulo eficaz de carga.

Para que el entrenamiento produzcan efectos de adaptación en el organismo, los estímulos deben superar un determinado umbral de esfuerzo. Su fundamento biológico es la ley de Arnodt y Schultz, o Ley de los niveles de estímulo.

C Estímulos inferiores al umbral, no tienen ningún efecto

C Estímulos débiles, llegan hasta el umbral o se quedan muy cerca, se repiten muchas veces mantienen el nivel funcional.

C Estímulos fuertes, por encima del umbral, son los óptimos y provocan los mecanismos de adaptación.

C Estímulos muy fuertes, sobrepasan el nivel de tolerancia máxima, provocan daños en el organismo.

Según Grosser (1989):

A Las cargas inferiores al 20% del rendimiento actual, son de una intensidad muy baja y no producen adaptación.

A Intensidades y volúmenes elevados, con poco descanso, producen sobreentrenamiento.

A Una relación óptima entre el volumen, la intensidad y los descansos producen los fenómenos de adaptación (estímulos adecuados).

UMBRAL DE ESTIMULACIÓN MINIMA

VELOCIDAD

Sólo 100% Vel. Max.

 

RESISTENCIA

50% del VO2

130ppm

FUERZA

30-40% de 1RM. Principiantes.

70% de 1RM. Avanzados.

 

Las cargas de entrenamiento se relacionan con el nivel de rendimiento del deportista, en la medida que éste mejora la carga deberá aumentarse incrementando su volumen, intensidad, frecuencia, densidad, etc., en la forma adecuada, para que siga siendo un estímulo óptimo de entrenamiento. Supongamos un sujeto sedentario, con exceso de peso, que realiza carrera continua a 6 min./km, durante 30 minutos a 160 ppm, conforme pasan las semanas su organismo se adaptará, los 30 minutos, le resultarán muy fáciles, las pulsaciones al mismo ritmo descenderán a menos de 140 ppm, el entrenamiento tiene cada vez menos efecto y se estanca progresivamente, para mejorar tiene que correr durante más tiempo, 40 minutos, y luego 50 minutos, o correr los 30 minutos iniciales a un ritmo mayor, 5,30 o 5 minutos/km. En relación con la magnitud de la carga, varios son los aspectos a tener en cuenta:

A) Las capacidades de rendimiento dependen de las condiciones genéticas y de las capacidades individuales.

B) El umbral de rendimiento para las personas no entrenadas es de aproximadamente un 70% de su capacidad de rendimiento absoluto.

C) Mediante el entrenamiento es posible desplazar este umbral hasta el 90-95% de sus energías. Normalmente, el porcentaje restante no puede utilizarse ya que es usado para el mantenimiento de las funciones del sistema vegetativo: respiración, frecuencia cardiaca, etc.

D) A través de una influencia psíquica muy intensa (el miedo, la emoción, etc), y las drogas, es posible utilizar las reservas protegidas.

2.1.4. Principio de incremento progresivo de la carga.

Cuando la carga de entrenamiento es mantenida durante largo tiempo, el organismo se adapta, de tal forma que los estímulos no actúan por encima del umbral, son inferiores al mismo, y no producen entrenamiento.

Esto significa que la carga de entrenamiento debe ser revisada constantemente, después de determinado tiempo de aplicación, e incrementada de forma gradual. Para aumentar la carga se aumenta: el volumen, la intensidad la complejidad de los ejercicios, etc.

Cuando las cargas se mantiene iguales, pierden paulatinamente su efecto de “entrenabilidad”. La consecuencia de un estímulo constante es: inicialmente de evolución o mejora, seguido de un estancamiento y finalmente de una involución o disminución del rendimiento.

Este principio define cómo tiene que elevarse la carga, de manera progresiva, gradual, y cómo puede plantearse esa progresión. Se puede generalizar este principio diciendo que la carga debe ser mayor y más intensa a medida que vaya aumentando la capacidad de rendimiento, en términos generales, primero se aumenta el volumen y después se aumenta la intensidad. Grosser (1989), considera que se debe emplear el siguiente orden metodológico en el aumento de la carga:

1. Aumento de la frecuencia de entrenamiento, hasta llegar a un entrenamiento diario.

2. Aumento del volumen de carga por unidad de entrenamiento (sesión), con igual densidad de estímulo.

3. Aumento de la densidad de estímulo en la unidad de entrenamiento.

4. Aumento de la intensidad del estímulo.

En la progresión de la carga se pueden distinguir dos tipos de aumento:

Ø Lineal o aumento continuo.

Ø No lineal o discontinuo. Dentro del incremento no lineal se distingue entre: ondulatorio y de choque.

El incremento de la carga de entrenamiento no se produce en cada sesión. Las sesiones de entrenamiento de las mismas características pueden planificarse en un microciclo completo, seguido de otro en el que se aumenta la carga de forma gradual y cuidadosamente.

El aumento está en relación con las características físicas de cada deporte:

Æ Deportes de resistencia. Especialmente en los cíclicos, el aumento de la carga es pequeño (3-6%de la velocidad máxima), Ozolín (1971), si aumenta mucho habría que reducir el volumen de entrenamiento y la capacidad de trabajo individual no aumentaría de acuerdo con las necesidades de las pruebas de distancia, entraría dentro del entrenamiento de pruebas más cortas.

Æ Deportes de alta complejidad que exigen un gran dominio técnico y táctico, el aumento de la carga se basa en la elevación de la coordinación motora a través de:

A La variación en la ejecución del movimiento e introducción de nuevas destrezas.

A La alteración de las condiciones externas (ej: ejercicios con balones más pesados, pesos en las muñecas, tobillos o cintura, etc)

A La combinación de diferentes elementos técnicos y tácticos.

A La modificación del ritmo en la ejecución de los elementos técnicos.

Un aumento progresivo de las cargas debe respetar, según Navarro, F., (1994):

Æ Especialización relativamente tardía

Æ Paso progresivo de preparación general a específica

Æ Aumento progresivo del numero de sesiones de entrenamiento

Æ Aumento progresivo del volumen de trabajo en la sesión

Æ Aumento progresivo del número de sesiones con carga máxima pro microciclo aumento progresivo de las sesiones selectivas que exigen una gran solicitación de las capacidades funcionales:

C Sesiones destinadas a aumentar la resistencia especifica. Aumento progresivo en el número de competiciones.

C Utilización progresiva de tratamientos fisioterapeúticos, psicológicos y farmacológicos, para aumentar la capacidad de trabajo durante el entrenamiento y acelerar los procesos de recuperación.

Un aumento lineal y gradual de la carga no es tan efectivo para el desarrollo del rendimiento con aumento ondulatorio, donde existe una fase de descarga después del aumento de la carga de entrenamiento. Es decir, la carga aumenta en los primeros tres microciclos, seguida de una fase de descarga que permite al organismo regenerarse, para que el deportista pueda acumular las reservas fisiológicas y psicológicas como base para nuevos incrementos de la carga. La fase de descarga suele ser el escalón más bajo de un nuevo mesociclo (fase de entrenamiento de 2 a 6 semanas).

El sistema ondulatorio de aumento de las cargas se presenta también en el mesociclo (entrenamiento en 2-6 meses), debido a las continuas alteraciones de aumento y disminución de los componentes de entrenamiento.

Las capacidades físicas y las funciones orgánicas no tienen el mismo ritmo de fuerza de semana en semana, la velocidad de mes en mes y la resistencia de años en año.

En cuanto al tiempo requerido para el aumento de la carga, también es diferente:

C Para la flexibilidad, 2-3 días aproximadamente.

C Para el desarrollo de la fuerza, aproximadamente un microciclo.

C Para el desarrollo de las bases funcionales de resistencia, aproximadamente un macrociclo.

2.1.5. Principio de la variedad o versatilidad de la carga.

El deporte de alto rendimiento exige muchas horas de dedicación y entrenamiento. El volumen y la intensidad es muy alto y los ejercicios se repiten muchas veces. En halterofilia se superan las 1200 – 1600 horas/año, un gimnasta hace 4 -6 horas diarias, etc.

Un volumen muy alto de entrenamiento lleva a que ciertas habilidades técnicas específicas o ejercicios, se repitan muchas veces, y esto conlleva a la monotonía y al aburrimiento, que provocan un estancamiento en la progresión del deportista. Esto es más acusado en aquellos deportes cíclicos donde predomina el factor resistencia y el repertorio de elementos técnicos es muy reducido (carrera, natación, remo, ciclismo, esquí de fondo, etc)

Para superar este problema el entrenador debe disponer de una buen repertorio de medidas para modificar el estímulo de carga, tales como: cambios en la intensidad, alternancia de los contenidos, de la dinámica del movimiento, de los métodos de entrenamiento, etc. Los ejercicios similares a la acción técnica del deporte practicado, o que desarrollen las mismas capacidades, que le permita una alternancia periódica, son cambios excelentes en los contenidos del entrenamiento que consiguen darle la variedad necesaria, mejorar la motivación y elevar el nivel de rendimiento. Ej: un jugador de voleibol o saltador de altura, no necesita saltar todos los días, puede utilizar otros ejercicios: sentadillas, multisaltos, saltos con chaleco lastrado, etc., que le permiten alternar los ejercicios periódicamente para evitar el aburrimiento, manteniendo el mismo efecto de entrenamiento.

Este principio es aplicable no sólo en el alto rendimiento, también es muy útil en niños, jóvenes y adultos. En niños es especialmente interesante porque la atención prolongada en una misma tarea les resulta difícil, las cargas prolongadas y monótonas no las permiten, se aburren muy rápido.

2.1.6. Principio de relación óptima entre carga/recuperación.

La carga y la recuperación van íntimamente unidas en el entrenamiento. El fundamento biológico de ello es el fenómeno de supecompensación ya descrito.

Esto significa que se necesita un cierto tiempo de recuperación después de una carga (sesión de entrenamiento), con el fin de poder soportar nuevamente una carga parecida en condiciones favorables.

En función de cómo se relaciona la carga y la recuperación pueden darse tres situaciones:

Ø Hay entrenamiento. Hay supecompensación.

Ø No hay entrenamiento.

Ø Descenso del rendimiento.

Los procesos de regeneración son diferentes según en cuanto al tiempo y a las cargas que se apliquen.

Si situamos las nuevas cargas de entrenamiento de una forma óptima hay una mejora constante del nivel de rendimiento.

Colocando las nuevas cargas antes o después de la cima de sobrecompensación sólo se obtiene un mantenimiento de la forma deportiva.

Si las cargas se aplican con una recuperación incompleta, se produce una disminución del nivel de rendimiento.

Cuando se aplican varias cargas antes de la cima de sobrecompensación, seguidas de una mayor fase de recuperación se puede producir una sobrecompensación más elevada, aprovechando más intensamente las reservas energéticas.

TIPO DE ORIENTACIÓN

RECUPERACIÓN COMPLETA

ANAEROBICO-ALACTICO

5-8H

ANAERÓBICO GLICOLITICO

48-72H

ANAEROBICO-AEROBICO

48-72H

AERÓBICO

48-100H

FUERZA RAPIDA Y EXPLOSIVA

8-12

FUERZA MÁXIMA

24-72H

FUERZA RESISTENCIA

24-72H

2.1.7. Principio de repetición y continuidad.

Este principio está basado en la necesidad de acciones repetidas para la mejora del rendimiento bajo la influencia del entrenamiento. Sólo la repetición garantiza la fijación de los hábitos y conocimientos, la estabilidad de la técnica y la adquisición de experiencia y los resultados deportivos. Sin repetición de las sesiones de entrenamiento, sin repetición de los ejercicios físicos y de otro tipo no puede haber desarrollo y perfeccionamiento en le deporte.

La adaptación definitiva sólo se consigue cuando, además del aumento de los sustratos energéticos, se producen también cambios en otros sistemas funcionales, tales como el sistema enzimático y hormonal, pero principalmente el sistema nervioso central como elemento director del rendimiento motriz.

Por lo tanto podemos decir que todo esfuerzo que se interrumpe por un periodo prolongado, o es realizado sin continuidad, ni crea hábito ni entrena.

Un entrenamiento muy distante de otro, no producirá ningún efecto positivo en el proceso de adaptación al entrenamiento porque no es posible la supercompensación debido a que se han perdido los efectos del primer entrenamiento.

El entrenamiento (estímulo), produce adaptaciones en el organismo motivadas por una continua repetición, que hacen que se eleve el nivel de las capacidades motoras. Si el estímulo que causa estas adaptaciones falta, por interrupciones del entrenamiento, se origina una pérdida de las capacidades motoras conseguida, que es diferente según la capacidad. Las técnicas se pierden más lentamente (montar en bicicleta, botar o tirar a canasta, etc), no se olvidan, pero un alto nivel de desarrollo de las capacidades físicas se pierde rápidamente. En las capacidades de resistencia y fuerza-resistencia se da una pérdida rápida y sustancial. La fuerza máxima, la fuerza-velocidad y las capacidades de velocidad, son más estables.

Se sabe que la adaptación del metabolismo es relativamente rápida (2 – 3 semanas), los cambios morfológicos requieren más tiempo (de 4 a 6 semanas como mínimo) y las estructuras directoras y reguladoras del sistema nervioso central necesitan un tiempo bastante largo de adaptación (meses) (Grosser, 1992).

Por lo tanto, ante una falta de estímulos de carga regulares y a largo plazo, se produciría una desadaptación, es decir, un retroceso de los cambios funcionales y morfológicos. Como consecuencia, es sistema de dirección y regulación pierde su estabilidad.

Podemos concluir diciendo que el principio de la continuidad se basa en:

C La necesidad de acciones repetidas para la mejora del rendimiento bajo la influencia del entrenamiento.

C La repetición garantiza la fijación de los hábitos y conocimientos y la estabilidad la técnica.

C La repetición garantiza la adquisición de experiencia y ésta los resultados deportivos.

C La necesidad de que la repetición sea óptima en cuanto a alternancia trabajo/descanso, o alternancia trabajo intenso/ligero, depende de la preparación de los deportistas, edad, tipo de ejercicio, etc.

Las reglas a tener en cuenta son:

A Evitar toda interrupción del entrenamiento

A Asegurar la continuidad del desarrollo complejo de todos los factores del rendimiento.

A En caso de lesión, debe evitarse interrupciones completas del entrenamiento.

A Asegurar las fases de recuperación para evitar la tensión excesiva que luego podría obligarnos a restricción en el entrenamiento.

2.1.8. Principio de individualización.

Cada persona responde de forma diferente al mismo entrenamiento por alguna de las siguientes razones:

Ø Herencia. El tamaño del corazón y pulmones, la composición de las fibras musculares, el biotipo, etc., son factores de gran influencia genética. Los más favorecidos en ese sentido responderán mejor a los distintos estímulos de entrenamiento.

Ø Maduración. Los organismos más maduros pueden utilizar mayores cargas de entrenamiento, lo cual no es conveniente para los atletas jóvenes que están utilizando sus energías para su desarrollo.

Ø Nutrición. Una buena o mala alimentación incide de forma diferente en el rendimiento.

Ø Descanso y sueño. Cuando se introduce a un deportista en un programa de entrenamiento intensivo, los más jóvenes necesitan más descanso.

Ø Nivel de condición. Se mejora más rápidamente cuando el nivel de condición física es bajo. Por el contrario, si es alto, se necesitarán muchas horas de entrenamiento para lograr sólo unos pequeños cambios.

Ø Motivación. Los atletas que obtienen mejores beneficios son aquéllos que ven la relación entre el duro trabajo y el logro de sus metas personales. Aquellos que participan para satisfacer los objetivos de sus padres, generalmente no alcanzan logros elevados.

Ø Influencias ambientales. Las respuestas al entrenamiento pueden verse influidas si el deportista se ve sometido a situaciones tanto de estrés emocional en su casa o en la escuela como de frío, calor, altitud, polución, etc. El entrenador debe darse cuenta de la situación y suspender la práctica cuando las condiciones ambientales lleguen a ser demasiado severas o una amenaza para la salud.

Según Ozolin (1983), “el principio de individualización exige que los objetivos y tareas de la preparación del deportista, es decir, los ejercicios físicos, su forma, su carácter, intensidad y duración, los métodos de realización y muchos otros aspectos de la preparación que debe realizar el deportista, se seleccionen en correspondencia con el sexo y la edad de los practicante, del nivel de sus posibilidades funcionales, de su preparación deportiva y estado de salud, teniendo en cuenta las peculiaridades de su carácter, las cualidades psíquicas, etc.” Sin esto es muy difícil alcanzar un elevado dominio deportivo.

Así pues, en el rendimiento deportivo pueden darse resultados idénticos en base a diferentes capacidades individuales.

La base fundamental para realizar este principio es la confección de planes individuales de entrenamiento (mensuales, anuales y a largo plazo). En las sesiones de entrenamiento, la parte principal se debe llevar a cabo según planes individualizados o con planes para grupos homogéneos o de características similares.

Harre (1987) propone las siguientes reglas para la estructuración del proceso de entrenamiento:

1. Analizar la capacidad de rendimiento y desarrollo de los deportistas.

Sólo un análisis profundo hace posible estructurar individualmente el proceso de entrenamiento. Los factores que influyen en la carga individual son:

Ø La edad: el entrenamiento de los jóvenes debe ser muy variado para asegurar una carga elevada, y, además, se evita un esfuerzo excesivo de los músculos, huesos y articulaciones, etc. Debido a que el organismo infantil y el adolescente están aún en crecimiento y no están totalmente consolidadas. También se debe atender a las denominadas “fases sensibles”, que son etapas de mayor adaptación (entrenabilidad) para las capacidades de condición física y de coordinación. De este modo, se entiende que la edad y la individualidad se traten conjuntamente en el entrenamiento.

Ø Los años de entrenamiento. La carga aumenta en la medida que avanzan los años de experiencia de entrenamiento. Los talentos que alcanzan rápidos rendimientos sin un entrenamiento previo no se deben someter a cargas tan elevadas como los deportistas del mismo nivel de rendimiento, pero con varios años de entrenamiento.

Ø La capacidad individual de rendimiento y de carga. No todos los deportistas que alcanzan los mismos resultados deportivos en una competición, tienen la misma capacidad de carga debido a las diferencias en el estado general del organismo.

Ø El estado de entrenamiento y de salud. El estado de entrenamiento repercute sobre todo en la dosificación de cada una de las características de la carga. El nivel de fuerza muscular, resistencia, velocidad o técnica pueden ser muy diferentes en deportistas con los mismos resultados deportivos. Por esta razón, hay que desarrollar individualmente el rendimiento competitivo y someter a los deportistas a cargas individuales. También requieren una carga individual los deportistas que tienen diferentes cualidades de voluntad, los que son propensos a lesiones o enfermedades, y los que comienzan el entrenamiento después de interrupciones (enfermedad) del mismo.

El estado de salud y la posibilidad de carga de cada uno de los órganos y sistemas funcionales del organismo determinan el límite superior individual de la carga. Reconocer este límite es una de las tareas fundamentales del trabajo conjunto entre el deportista, entrenador y el médico.

Ø La carga total y la posibilidad de recuperación. En la dosificación de la carga hay que tener en cuenta también aquéllos factores que constituyen una carga para el deportista fuera del entrenamiento (profesión, estudio, escuela, exámenes, familia, obligaciones sociales, trayectos al lugar de entrenamiento, etc.) y que determinan considerablemente el rito de recuperación después de cargas de entrenamiento.

Ø El tipo de constitución y características del sistema nervioso. La práctica muestra que a veces se pueden alcanzar máximos rendimientos similares con cargas de diferente estructura. El tipo de constitución individual y las características del sistema nervioso desempeñan aparentemente un gran papel. Generalmente se tiene la impresión de que el tipo astérico-atlético es el que se puede someter a mayores cargas. El mejor modo reconocer la capacidad de carga individual es comparando constantemente la carga con el desarrollo del rendimiento.

Ø Diferencias específicas del sexo. Un entrenador debe saber que durante la prepubertad se desarrolla un tipo de constitución física determinada, una capacidad específica de rendimiento de cada uno de los sistemas orgánicos y funcionales y la facultad de rendimiento deportivo de ambos sexos. Es necesario tener en cuenta también las diferencias en la anatomía, composición del cuerpo y de sus órganos, que influyen en la capacidad de rendimiento y de carga de las mujeres.

2. Adaptar la carga externa a la capacidad individual de rendimiento de un deportista.

El sistema de cargas depende de los factores que ya se han descrito y de los últimos conocimientos científicos sobre la capacidad de carga del deportista. Por ejemplo:

Ø Los niños y adolescentes tiene una gran capacidad de adaptación y soportan una caga de entrenamiento relativamente alta.

Ø El sistema neurovegetativo en los jóvenes es más propenso a trastornos. Esto requiere una combinación cuidadosa de la carga de entrenamiento y la carga escolar y la utilización de medios muy variados de entrenamiento.

Ø El entrenamiento de los jóvenes debe tener variedad, debe existir un intercambio correcto entre carga de entrenamiento y descanso para facilitar la adaptación y dosificar cuidadosamente el volumen de cargas de fuerza, resistencia y velocidad.

3. Tener presente las características del organismo femenino en el entrenamiento de las mujeres.

En relación con el entrenamiento muscular se debe atender a una rigurosa continuidad en la aplicación de los métodos de entrenamiento, fortalecer principalmente la faja abdominal y la musculatura baja de la espalda, aplicar preferentemente ejercicios que relajen la columna vertebral y fortalecer el anillo pélvico de las mujeres que han parido.

En el entrenamiento de resistencia, el tiempo de descanso y el tiempo de entrenamiento puede ser igual en hombres y mujeres.

Existen autores que opinan que las fluctuaciones rítmicas del rendimiento, típicas de la mujer, están estrechamente ligadas al ciclo de la menstruación. El ejercicio no parece afectar significativamente a los desórdenes menstruales (Mathews & Fox, 1976), si bien en las más jóvenes se observen cambios más desfavorables que en las de mayor edad (Elderyi, 1962). Sí una deportista en el periodo de menstruación debe participar o no en una competición o entrenamiento, es una cuestión que se debe determinar en cada caso. El rendimiento se comporta de distintas maneras en la menstruación. En muchas deportistas se da el caso de un aumento del rendimiento en la fase postmenstrual y una bajada de rendimiento unos días antes de la menstruación.

2.1.9. Principio de especificidad.

Es uno de los principios básicos del entrenamiento moderno en deportistas formados.

A veces nos encontramos con que en la preparación de determinados deportes de asociación, el acondicionamiento físico se hace con métodos solamente atléticos, sin adaptarlos a las peculiaridades de cada especialidad. Esto es aceptable como base de la preparación genérica, pero no como el único modelos de trabajo.

Brohua, realizó un experimento con corredores de fondo y remeros aplicando a ambos los mismos test de esfuerzo. La primera prueba consistió en correr en cinta rodante a una velocidad de 7 millas/hora (11,200km/h), durante 5 min. el segundo se realizó en un canal de remo con una frecuencia de 22 paladas/min. se controló la frecuencia cardiaca y la acumulación de ácido láctico en sangre. Tanto los remeros como los corredores obtuvieron peores resultados, acumulaban mayores cantidades de ácido láctico en sangre. Tanto los remeros como los corredores obtuvieron peores resultados, acumulaban mayores cantidades de ácido láctico, cuando realizaban el test que no era de su especialidad. Esto demuestra la importancia de la especificidad del entrenamiento. La aparición de la fatiga es más precoz cuando se realiza un trabajo para el que el sujeto no está preparado. La reacción cardiovascular fue similar, lo que indica que los dos tipos de esfuerzo, aunque sean específicos de su especialidad y diferentes, elevan la máxima capacidad de trabajo de los deportistas.

En un entrenamiento, los efectos son específicos al tipo de estímulo de entrenamiento que se emplee. Para aumentar el rendimiento en un deporte es necesario que una buena parte del entrenamiento sea específico del deporte que se practica. Específico en cuanto:

Ø Al sistema energético que se utiliza. Los entrenamientos deben orientarse a mejorar los sistemas energéticos que son importantes en cada especialidad.

Ø A los grupos musculares más utilizados y forma en que se contraen. Los ejercicios que se utilizan deben desarrollar la musculatura importante en la especialidad y en la misma forma de trabajo.

Ø Al tipo de movimiento en cada articulación en los ejercicios de entrenamiento que se utilizan, deben de realizarse los mismos movimientos articulares que en los movimientos del deporte practicado.

Platonov (1984), estima que la preparación específica sólo se puede desarrollar eficazmente si el organismo ha sido sometido previamente a una preparación general. Una preparación exclusivamente específica, conduce a un debilitamiento de los grupos musculares que no están directamente afectados por los ejercicios.

2.1.10. Principio de alternancia de componentes.

Este principio es fundamental para el desarrollo hacia el rendimiento máximo individual específico de un deporte, puesto que los distintos elementos del entrenamiento pueden tener efectos positivos y negativos entre sí.

Su fundamento es la reacción inespecífica y específica del organismo frente a los diferentes estímulos y sus interrelaciones. Las adaptaciones inespecíficas, o generales, afectan primordialmente al sistema cardiovascular, respiratorio y al metabolismo; las adaptaciones específicas afectan en primer lugar al ámbito nervioso-muscular directamente implicado en la actividad motriz.

De las interrelaciones entre la adaptación inespecífica o general, y la específica, se deduce que para alcanzar o mantener un elevado nivel de rendimiento deportivo, se requieren cargas de entrenamiento alternantes entre los tipos específico y general.

A) Efectos de la alternancia en el ámbito de la condición física, Grosser,1992:

El desarrollo de la capacidad de rendimiento en el ámbito de la condición física es difícil cuando el deportista necesita varias capacidades físicas. En el sentido de la alternancia reguladora se pueden formular varas hipótesis:

Ø Los deportistas que necesitan resistencia aeróbica y anaeróbica, deben desarrollar una amplia base de resistencia aerobia antes de desarrollar la anaerobia.

Ø Los deportistas que necesitan fuerza y resistencia, deben desarrollar cuantitativamente ambas capacidades por separado, luego desarrollar la forma combinada (específica para el deporte), acentuando una u otra de las dos capacidades.

Ø Los deportistas que necesitan velocidad de reacción, velocidad de movimiento y fuerza-resistencia (local), entrenarán primero las capacidades de forma aislada, para mejorarlas después evolucionando de forma combinada.

Ø Los deportistas que requieren sobre todo capacidades de fuerza, han de tener siempre en cuenta el efecto inhibidor del incremento de la fuerza frente a la flexibilidad/movilidad, es decir, que se han de complementar adecuadamente los ejercicios de fuerza y de flexibilidad.

Ø Los deportistas que necesitan velocidad cíclica máxima y fuerza, deben distinguir a tiempo los límites del aumento de la fuerza: una fuerza excesiva aumenta la masa corporal y puede inhibir la flexibilidad y la coordinación intermuscular (técnica motriz).

B) Efectos de alternancia entre condición física y coordinación.

En los deportes con implicación elevada de las capacidades de condición física y de coordinación se debe proceder de la siguiente forma:

Ø Todas las componentes (capacidades físicas, técnica, psíquicas, etc), interaccionan entre sí.

Ø La técnica ha de ser adaptada continuamente a la mejora física debido a que los cambios en la condición física (aumento o diminución) influyen en la técnica de forma cuantitativa y cualitativa.

Ø Se debe entrenar la técnica antes o conjuntamente con la condición física, ya que el entrenamiento de la condición física, previo al de la técnica influye a menudo en este último de forma negativa.

Ø Todos los ejercicios y cargas específico-deportivas (parecidos al gesto deportiva) han de corresponder a las particularidades biomecánico-funcionales, morfológico-anatómicas y fisiológicas.

3.1.11.Principio de regeneración periódica.

Se necesitan de unos 8 a 12 años para desarrollar el rendimiento de un deportista de élite. Una vez que los deportistas alcanzan el alto rendimiento habrán de trabajar con cargas máximas en entrenamiento y competición para estabilizarlo. Entre el segundo y sexto año de entrenamiento se presentarán pequeños descensos de rendimiento, atribuidos a causas como barreras de coordinación, estancamientos técnicos, sobrecargas en los diferentes sistemas del organismo(sistema nervioso central, sistema vegetativo, musculatura, etc.), estancamiento de la adaptación y/o causas psíquicas (desinterés hacia el entrenamiento y la competición, falta de voluntad), a pesar de seguir esforzándose muchísimo en los entrenamientos (Grosser, 1989)

Una fórmula empleada por muchos deportistas de nivel internacional para superar estas fases en la introducción de un mayor tiempo de regeneración, descansando de las competiciones durante 6 – 12 meses, después de 3-5 años de rendimientos máximos, entrenando durante este tiempo con una intensidad muy inferior, dando mayor importancia a tareas de regeneración. Es por ello por lo que algunos autores consideran necesario que los deportistas de alto rendimiento necesitan una fase de regeneración de éstas características de forma periódica (Grosser,1989).

3.2 Principios pedagógicos.

Los principios pedagógicos han sido destacados por varios autores de la antigua ex-DDR y ex-URSS (Harre, 1987; Matveyev, 1965; Ozolín, 1983) resaltando la importancia de “enseñar y aprender” durante el proceso de entrenamiento. Ante el papel determinante que desempeña el entrenador como pedagogo, son varios los autores que enuncian diversos principios pedagógicos relacionados con el entrenamiento (Bompa, 1983,; Harre, 1987; Manno, 1991). Dado que las capacidades condicionales se desarrollan y las habilidades motoras se adquieren por medio de un planteamiento metodológico que se adapta al deportista por medio de la adecuada comunicación y las instrucciones y directrices didácticas más acertadas, estos autores consideran fundamental la creación de un buen proceso pedagógico, la motivación del atleta y en particular en el deportista joven (Manno, 1991, 61). Por lo tanto, es posible identificar, dentro de la relación pedagógica y de la enseñanza, algunos principios que favorecerán la eficacia de la actividad del entrenador y, en consecuencia, del entrenamiento sobre el deportista.

B.1.1. Principio de periodización.

El entrenamiento debe estar estructurado a lo largo de un tiempo determinado, a través de periodos lógicos que comprenden las regulaciones del desarrollo de la preparación del deportista (Forteza y Ranzola 1988; Gracía Manso y cols. 1996; Matveiev 1977 – 1982), mediante un sistema cíclico de la carga, alternada y modificada en ciclos periódicos (García Manso y cols. 1996).

Si el orden de sucesión de las cargas a lo largo de una temporada no es el apropiado, se puede echar por tierra todo el trabajo realizado, porque será imposible alcanzar los picos de forma en el momento que habíamos elegido de acuerdo con los objetivos de la temporada.

Motivos por los que se debe estructurar el entrenamiento en periodos:

Ø Que el deportista, a causa de sus limitaciones biológicas, no puede mantener la forma por mucho tiempo.

Ø Que es necesario cambiar la estructura y los contenidos del entrenamiento para que nos se produzcan estancamientos.

Recomendaciones:

Ø Repetir de forma sistemática los principales contenidos del entrenamiento y modificarlos de acuerdo con la alternancia lógica en función de las fases, etapas y periodos de entrenamiento.

Ø Utilizar los medios y métodos del entrenamiento en los momentos oportunos, pues fuer de lugar pierden su eficacia y pueden interferir en el rendimiento.

Ø La estructuración de un microciclo se realizará en función de los objetivos del mesociclo en el que se encuentra enmarcado y, a su vez, la de un mesociclo en función de la etapa superior y así sucesivamente.

Los ciclos de ordenación del entrenamiento son: la sesión; el microciclo, el mesociclo y el macrociclo.

En la práctica la periodización consta de:

C La división de un año (macrociclo)

C (n) períodos de preparación

C (n) periodos de competición

C (n) períodos de transición

Divisiones dentro de los distintos periodos:

C Mesociclos (entre 2 y 6 semanas)

C Microciclos (entre 7 y 10 días)

C Ciclos de un día (1 a 4 unidades)

C Una unidad de entrenamiento (1 a 4 horas).

B.1.2. Principio de la participación activa y consciente.

Se debe procurar la total implicación del atleta en el proceso de entrenamiento. Para ello es necesario que sea consciente de lo que hace, cómo lo hace y para qué lo hace.

Este es uno de los motivos de la importancia de la elaboración conjunta (entrenador y deportista) de los objetivos. Además, es importante su capacidad de autocrítica, de reflexión y auto-evaluación en sus progresos dentro de las metas propuestas. Una elevada consciencia, una relación activa hacia la preparación, un estudio profundo de la teoría y la metodología del entrenamiento, posibilita a los deportistas acumular un gran conocimiento para el análisis de sus experiencias de entrenamiento, que les permitirá contribuir a la planificación y ejecución de los entrenamientos con más efectividad y mejorar su participación a las competiciones

Harre (1987) propone las siguientes reglas:

C Guiar al deportista hacia el objetivo a alcanzar

C Proveer al deportista de conocimientos vinculados a las tareas del entrenamiento.

C Formularle exigencias que requieran su reflexión, iniciativa y responsabilidad.

C Hacerle participar en la preparación, estructuración y evaluación del entrenamiento.

C Educarle para que sea capaz de evaluar su propio rendimiento.

C Confiar responsabilidades de condición pedagógica a los deportistas apropiados.

C Capacitarle para efectuar un control consciente de su propia secuencia de movimientos.

C Llevar un continuo registro de los resultados y compararlos con los planes anticipados y el entrenamiento real.

B.1.3. Principio de calentamiento.

El calentamiento debe preceder a toda actividad intensa con el fin de:

Ø Aumentar la activación fisiológica( temperatura del cuerpo, frecuencia respiratoria, frecuencia cardiaca…)

Ø Prevenir lesiones.

Un tiempo de activación progresiva (calentamiento) es imprescindible en cada sesión.

B.1.4. Principio de transferencia.

La realización de determinados gestos técnicos en el entrenamiento puede tener tres tipos de influencia sobre el gesto técnico específico:

Ø Nula: no existe transferencia alguna

Ø Positiva: el aprendizaje o ejecución de una tarea se ve facilitado por el aprendizaje o la ejecución de una segunda tarea. Puede ser a su vez de dos tipos:

A Lateral: la transferencia se produce a una tarea similar y del mismo nivel de dificultas (ejm. Patinar sobre ruedas y sobre hielo; natación en piscina y en aguas abiertas).

A Vertical: la transferencia se produce a una tarea similar pero más compleja (el mortal en gimnasia es una buen base par el aprendizaje del mortal con giro; la práctica de bodyboard es un buen comienzo para la práctica del surf).

Ø Negativa: el aprendizaje o ejecución de una tarea es motivo de interferencia respecto al aprendizaje o la ejecución de la segunda tares. Dos formas de interferencia:

A Combinaciones coordinativas viejas que molestan en la formación de combinaciones nuevas (ejm: haber jugado al badminton y pasarse a tenis).

A Combinaciones coordinativas nuevas que influencian negativamente en las anteriores (ejm: un lanzador de jabalina que aprende a jugar balonmano puede alterar su técnica de lanzamiento y entorpecer al gesto inicial).

En ambos casos, el deportista suele conservar el movimiento original y le resulta difícil resolver la misma tarea motora con otro movimiento técnico diferente del que utilizaba hasta ese momento. Cuanto más asimilada esté una destreza técnica, más complicado se hace corregirla (vicios técnicos).

Pinon (1973) propone la siguiente clasificación:

Ø Transferencia proactiva (el aprendizaje anterior modifica el posterior)

A Con un efecto positivo (facilitación proactiva).

A Con efecto negativo (interferencia proactiva).

Ø Transferencia retroactiva (el aprendizaje actual modifica el anterior)

A Con un efecto positivo (facilitación retroactiva).

A Con un efecto negativo (interferencia retroactiva).

3. CONCLUSIONES.

A La teoría y metodología de entrenamiento tiene sus propios principios basados en las ciencias biológicas, psicológicas y pedagógicas.

A Estas guías y reglas que sistemáticamente dirigen el proceso global de entrenamiento se conocen como Principios de Entrenamiento.

A Todos ellos se relacionan entre sí y garantizan la aplicación correcta de todo el proceso de entrenamiento.

A Conocer la dinámica de los efectos de la carga de entrenamiento, la relación que existe entre el estímulo, la adaptación, la recuperación etc., permite establecer los principios que hay que respetar a la hora de planificar la distribución de las cargas de entrenamiento.

4. BIBLIOGRAFÍA.

& GARCIA MANSO, J. M.; NAVARRO VALDIVIELSO, m. et al (1996). Bases teóricas del entrenamiento deportivo. Madrid. Gymnos.

& GROSSER, M., P. BRÜGGEMANN et al (1989). Alto rendimiento deportivo. Barcelona. Martínez Roca.

& HARRE, D. (1987). Teoría del entrenamiento y del acondicionamiento físico. COPLEF Andalucía.

& PADIAL PUCHE, PAULINO. Apuntes de Teoría y práctica del entrenamiento deportivo. Granada. FCCAF.

& WEINECK, J. (1988). Entrenamiento óptimo. Barcelona. Hispano Europea.

& ZINTL, F. (1991). Entrenamiento de la resistencia. Barcelona. Martínez Roca.