LA RELAJACIÓN: TECNICAS NECESARIAS PARA LA ACTIVIDAD MUSICAL VOCAL, INSTRUMENTAL Y DE MOVIMIENTO. LA DANZA EN LA EDUCACIÓN MUSICAL.
I. EL CUERPO Y EL MOVIMIENTO COMO MEDIOS DE EXPRESIÓN MUSICAL.
Jaques Dalcroze resumió en una frase la relación entre música y movimiento: “La música llega a través del oído al alma, y ésta transforma el cuerpo en movimiento”
En la vida cotidiana, en el trabajo, en el deporte, etc, está presente el movimiento, pero siempre bajo una finalidad práctica: lo que importa es el resultado de la acción que realiza el cuerpo.
Sin embargo en la danza, el interés se centra en el propio movimiento y en sus distintas combinaciones, con el fin de transmitir algo a quien lo contempla; es decir, tiene una finalidad expresiva. Esto es lo que convierte a la danza en el arte del movimiento.
Pero los seres humanos estamos convirtiendo nuestro cuerpo en un caparazón hermético, en el que simplemente guardamos nuestra parte intelectual. Mientras la capacidad verbal va en aumento, las capacidades expresivas de nuestra parte física decrecen. La vida que llevamos en las ciudades lo fomenta: no nos desplazamos andando casi nunca, hablamos normalmente por teléfono, el trabajo se realiza en muchos casos individualmente y delante de un ordenador.
Todo ello se refleja en nuestra personalidad y en nuestra manera de relacionarnos con el mundo que nos rodea. Por supuesto, la comunicación existe y es intensa (televisión, prensa, internet, radio…), pero el cuerpo ha pasado a un segundo plano en esta tarea. Nos llega mucha información, pero la mayoría de las veces no se espera una respuesta física por nuestra parte. Pero todavía existe un estímulo lo suficientemente fuerte como para generar una respuesta de este tipo, es decir, movimiento, en el ser humano, y más concretamente en el niño: la música. La música penetra en nuestro cuerpo a través del oído y nos comunica movimiento. En el niño se constituye como un impulso de tal ímpetu que le empuja a realizar acciones corporales “inútiles”, cuyo objeto es simplemente experimentar el placer del movimiento.
Veremos cómo la reflexión sobre el uso expresivo de los movimientos del cuerpo nos introducirá el lenguaje de la danza que, como todo arte, posee su propio vocabulario y formas.
Análisis del cuerpo
El cuerpo como conjunto puede desplazarse, girar, saltar y realizar otro tipo de acciones que técnicamente llamamos gestos. Analizaremos cada una de éstas acciones básicas del cuerpo, totalmente naturales en cualquier ser humano, descubriendo su utilización como elemento expresivo:
Desplazamientos:
Existen numerosas formas de desplazarse, pero siempre se produce un traslado de un lugar a otro. Con nuestros pies podemos das pasos, andando o corriendo, o dar saltos. Pero también otras partes del cuerpo pueden desplazarse sobre el suelo mediante acciones de deslizamiento, giro o arrastre. La relación entre el cuerpo y el suelo aumenta la variedad de los desplazamientos, con sus posiciones boca arriba, boca abajo, de costado etc.
Saltos:
Hay muchas maneras de elevarse sobre el suelo dependiendo de la forma en que se realiza en despegue y aterrizaje. El salto puede ser fuerte o suave, grande o pequeño. Las caídas también pueden ser muy variadas y cambiar el carácter de la acción.
Asimismo, los saltos pueden expresar alegría, energía, fuerza, dominio o, al contrario, sobresalto, miedo. Si añaden caídas pueden significar debilidad, derrota o tristeza.
Giros:
Son rotaciones alrededor el propio eje del cuerpo, de pies o sentados, tumbados o moviendo diferentes partes del cuerpo. Los giros pueden ser completos o parciales; un ángulo recto, por ejemplo, supondría un cuarto de vuelta. También pueden ser simétricos o asimétricos, rápidos o lentos, etc.
Cuando se asocia un giro a una persona u objeto puede expresar rechazo. Si los giros son rápidos y repetidos, pueden expresar búsqueda, sensación de inquietud, o incluso de inseguridad y miedo.
Gestos:
Se llama así al movimiento que no implica desplazamiento, salto o giro. A esta categoría pertenecen las distintas posiciones o formas que el cuerpo puede adoptar.
La acción más simple de la vida cotidiana, como saludar o lavarse los dientes, adquiere nuevo significado cuando la convertimos en gesto, pues el movimiento ha perdido su función práctica para convertirse en expresión.
En la danza, estas acciones corporales básicas se suelen dar combinadas unas a otras; así encontramos giros asociados a desplazamientos, saltos o gestos.
Movimiento de las partes del cuerpo:
Las actividades descritas anteriormente ponen en juego la totalidad del cuerpo y, realizadas de forma continuada, producen cansancio y resultan monótonas. Sin embargo, descubrimos que los distintos segmentos corporales también se pueden mover de forma aislada e independiente. Estas nuevas posibilidades dan una mayor variedad y riqueza a la danza, que permite desarrollar otros elementos de contraste como:
Simetría y asimetría:
La simetría se produce cuando los dos lados del cuerpo realizan el mismo movimiento, contribuyendo a crear sensación de equilibrio y seguridad. La asimetría, por el contrario, nos conduce a una sensación inestable, de mayor movilidad.
Extensión y contracción:
La extensión y contracción de los músculos está presente hasta en el movimiento más mínimo. En la danza se exageran mucho estas acciones musculares, realizando grandes extensiones que nos trasmiten apertura hacia el mundo, o recogimiento de todo el cuerpo, que puede reflejar sentimientos de miedo y soledad.
Dibujos en el espacio:
Además de las acciones corporales y de los movimientos aislados de las partes del cuerpo, existen otros aspectos del movimiento presentes en el lenguaje de la danza:
El espacio, que, unido al tiempo, nos informa sobre la velocidad del movimiento; el peso o la forma en que el cuerpo se enfrenta a la gravedad.
Todos estos aspectos se multiplican cuando, en vez de un individuo en movimiento, tenemos una danza en grupo
La expresión corporal es una disciplina moderna que permite la adquisición de un lenguaje corporal y la puede practicar cualquier persona, sin distinción de edad o forma física (esto la convierte en un gran recurso para la atención a la diversidad).
La expresión corporal se basa en el principio de la libre expresión, a partir de la vivencia del cuerpo en el espacio y en el tiempo, llegando a crear un espíritu crítico.
La expresión corporal toma pues, como instrumento, al cuerpo propio. A través de ella se desarrollan actitudes, capacidad de búsqueda, de toma de conciencia de las posibilidades personales. Favorece:
– El equilibrio psicofísico partiendo de un conocimiento y control muscular: ayuda a sentir confianza en el propio cuerpo y transmitir sentimientos e ideas sin temos al ridículo. Ningún cuerpo está carente de belleza ni de armonía si cada cual aprende a controlar su propio esquema corporal.
– La creatividad personal con un movimiento corporal diferente y expresión diferente: Todo ser humano se manifiesta a través de su presencia física. El cuerpo le sirve de relación entre su mundo interior y el que le rodea.
Toda experiencia vivida a través del propio cuerpo, es formativa, habiendo una interacción entre lo intelectual y lo afectivo.
Las facultades sensoriales le ayudan a afrontar el aprendizaje, llevándole al campo expresivo, fomentando su imaginación creadora en relación con el mismo, los demás y los objetos que le rodean.
– La superación de las dificultades psicomotrices.
Asimismo, el movimiento supone un medio de expresión corporal.
En los primeros momentos, se dará más importancia al hecho de que se muevan y sigan el movimiento mientras duren los sonidos, que a la propia calidad del movimiento.
Con el movimiento se comprenden e interpretan los conceptos musicales rítmicos (pulso y acento) y se relacionan con el espacio y el tiempo, llegando a adquirirse la estructuración espacio-temporal necesaria para un buen desarrollo que contribuye a una formación equilibrada.
Para sentir el movimiento acórdico se pueden usar acordes de una marcha vibrante o el aire alegre de una danza popular de ritmo binario.
Debemos recordar que las actividades lúdicas poseen un gran potencial motivador para el aprendizaje, y debemos por tanto incluirlas siempre. Así, los juegos ritmico-motrices, por la amplitud de objetos que cubren, son un planteamiento adecuado para la actividad escolar. El juego permitirá al niño explorar y experimentar sus posibilidades en cuanto al movimiento.
Al plantear las actividades hemos de tener el cuenta:
– Que no se contenga la acción. Muy al contrario, debe pretenderse que se puedan exteriorizar todas las vivencias dando la oportunidad de llegar al conocimiento de sí mismo y que se puedan entablar relaciones con los demás y el mundo que le rodea, de una forma espontánea.
– Que exista un equilibrio entre lo que se informa y enseña y lo que es capaz de descubrir y asimilar por sí mismo.
– Que el niño observe, piense, descubra, analice y construya, para desarrollar sus capacidades adaptándolas a su “yo”, proporcionándole desarrollo motor y psíquico. En este sentido Rivas García y otros (Actividades musicales preescolares) dicen acerca de la Expresión Corporal:
“…no es un espectáculo teatral, tiene fines psicopedagógicos. Es una manifestación espontánea, gestual motora, que expresa sentimientos personales; es una forma dancística, apoyada en varios materiales que dan forma rítmica y dinámica del movimiento, y motivada la mayoría de las veces por la música o por ritmos y otros incentivos (verbales, de imaginación etc).”
Las actividades de expresión corporal deben realizarse en un lugar espacioso y tranquilo, y antes de empezar, habrán de efectuarse ejercicios de relajación y de calentamiento físico para evitar lesiones musculares y poder usar el cuerpo en buenas condiciones físicas.
Antes de iniciar un trabajo se puede proponer: caminar, correr, avanzar, saltar, sin especificar el tiempo. Con este movimiento libre en su realización, se puede descubrir que cada cual tiene su tempo natural, así se podrán destacar las características individuales motrices y de tempo interior.
Más tarde se les hará seguir unos pasos, un esquema rítmico sencillo, que les hará descubrir sus capacidades de adaptación rítmica y como consecuencia desarrollarán su capacidad auditiva.
La relación directa entre música, movimiento y expresión corporal se constata en muy diferentes cuestiones:
– Seguir un tempo
– Expresar los matices: Forte – piano
– Expresar a través del movimiento todos los aspectos musicales: pulso, acento, timbres, melodías…
A través del cuerpo fomentaremos:
– La expresión individual y colectiva.
– La atención
– La memoria
– La audición
– La organización del espacio.
– El uso del cuerpo como instrumento musical.
Dalcoze, promueve el estudio musical vivenciando los elementos musicales, de forma que la sensación de movimiento reforzara el conocimiento intelectual. Todo ritmo es movimiento, por tanto, perfeccionar el movimiento lleva a desarrollar el sentido rítmico musical. Desarrolló una serie de ejercicios para introducir al alumnado en el movimiento de la marcha y de orientación espacial.
Por su parte, el Decreto E.P. de Andalucía expone:
“La expresión corporal como resultado de la percepción reflexiva y del movimiento expresivo, permite manifestar de forma gestual una idea, un sentimiento, una sensación, una situación o una forma de la naturaleza. A través del gesto corporal, el niño y la niña explorará y percibirá de forma autónoma sus propias sensaciones internas, y a otras personas, objetos y materiales. Se pueden elaborar y representar escenas, personajes y situaciones utilizando el cuerpo como principal recurso”.
A continuación se hace una especial mención a la importancia del factor rítmico:
“ Una atención especial merece la interiorización rítmica, en la que la exploración y la percepción de las sensaciones internas deben ocupar un lugar destacado. La coordinación y el control del movimiento permiten la adecuación a distintos ritmos y hacen posible la iniciación en danzas sencillas. Se trata, en definitiva, de facilitar a los niños y a las niñas el descubrimiento de nuevas vías de comunicación y relación con el espacio y con los demás.
La improvisación de patrones rítmicos, espaciales y de estados anímicos a través del mismo, constituyen procedimientos adecuados para lograr el desbloqueo o desinhibición y espontaneidad de gestos y movimientos, así como para expresar y elaborar escenas, personajes y situaciones de la vida cotidiana”.
II. LA RELAJACIÓN: TÉCNICAS NECESARIAS PARA LA ACTIVIDAD MUSICAL, VOCAL, INSTRUMENTAL Y DE MOVIMIENTO
Relajación.
Relajarse es ponerse en situación de distensión muscular con el fin de suavizar las tensiones que se pueden originar antes o después de una actividad.
Criterios sobre relajación:
Comenzar con una buena técnica respiratoria, de modo que inspiración y espiración no produzcan trabajo muscular.
Iniciar espirando, imitando el desinflado de un globo, y a continuación se llena con una inspiración profunda y silenciosa, se retendrá por unos segundos y se espirará suavemente con una respiración abdominal. Esta respiración debe ser natural, fisiológicamente igual a cuando se duerme
Este ritmo respiratorio es resultado de una buena salud física y mental, de modo que cuando el estado de ánimo cambia, cambia la velocidad del ritmo respiratorio. La relajación se inicia con respiraciones profundas que disminuyan toda la tensión que se pudiese tener.
Elementos básicos para una buena relajación:
– Buscar un ambiente de tranquilidad.
– Buscar un ritmo respiratorio lento
– No hacer interrupciones
– Acostumbrase, haciéndola diariamente.
– Permanecer con los ojos cerrados.
– Usar música sedante.
– Practicar la relajación sin música, haciendo una reflexión.
– La sesión durará de 5 a 8 minutos.
Violeta H. De Gainza (1964), establece una graduación de actividades donde los juegos con representación corporal son partes fundamentales, al igual que el canto, la rítmica, la audición y la respiración y la relajación. En este sentido dice:
“ Después del movimiento, para equilibrar la agitación producida por el mismo, los niños realizan algunas inspiraciones profundas. Para motivarlas recurrimos a imágenes: Aspirar una flor, tomar aire para inflar un globo o soplar una vela, etc.”.
“ También se sugieren imágenes para que el niño aprenda a relajar su cuerpo: así se transforma en un muñeco de trapo, o se siente bolsa de arena (que pesa) o el sobretodo que está colgado en la percha con las mangas (brazos) completamente caídas a los costados”.
II.A. LA RELAJACIÓN COMO TÉCNICA NECESARIA PARA LA ACTIVIDAD MUSICAL VOCAL.
Tomando las palabras de O. Aguirre y A. De Mena: “teniendo en cuenta que la voz es la consecuencia de la adaptación y asociación de distintos órganos del cuerpo humano, en la medida que nos sea posible debemos poner a punto estos órganos para una correcta emisión de la voz”. Por lo tanto, la relajación está relacionada con la actividad musical vocal en cuanto es una técnica necesaria para buscar rendimiento óptimo de todos lo elementos físicos y psíquicos que intervienen en dicha actividad
De este modo, la relajación predispone positivamente al mejor aprovechamiento de la actividad vocal que se va a desarrollar inmediatamente después.
Para conseguir una buena técnica vocal es necesario efectuar actividades de cuidado de la voz, logrando:
– Buena emisión.
– Buena respiración.
– Buena dicción
– Buena articulación.
Todo ello habrá de obtenerse siempre adoptando una postura relajada. Por ello, si el cuerpo se encuentra en tensión, provocará una mala postura corporal, una mala orientación de la resonancia, mala vocalización y colocación de los órganos que intervienen en la producción del sonido y un malestar general. En consecuencia, no debemos comenzar el trabajo vocal hasta no haber logrado una adecuada preparación mediante ejercicios de relajación. En este sentido el primer elemento que debemos tener en cuenta es:
La postura
El correcto ejercicio del canto adquiere una postura determinada del cuerpo que evite tensiones y consiga una adecuada relajación general que favorezca una buena emisión de la voz. Por ser el cuello y los hombros algunas partes del cuerpo que sienten especialmente la tensión y donde se concentra el órgano fónico, la educación vocal no consiste únicamente en realizar una serie de ejercicios antes de cantar o hablar sino en el control de la respiración, de las emociones, del estado de salud. Para ello es necesario que el canto, como el habla, sea distendido a través de la expresión corporal y gestual: para los niños, que no han desarrollado todavía la capacidad postural idónea y a los que no se puede pedir que se estén quietos para concentrarse solamente en la voz que emiten, será ideal que en el canto se puedan mover ya que así distenderán las partes del cuerpo que en él intervienen. Los cantantes profesionales saben que la tensión deben desviarse hacia partes del cuerpo que no afecten a la emisión de la voz, como por ejemplo las piernas, que a menudo se sienten como verdaderas columnas de hormigón.
Ello exige en primer lugar:
– Realizar una serie de ejercicios de pie con el tronco recto y la cabeza un poco inclinada hacia delante.
– Realizar ejercicios de respiración:
– Diafragmática
– Costal
– Completa
Estos ejercicios se realizarán en distintos tiempos, teniendo en cuenta de que el niño no inspire entrecortadamente.
Los tiempos para inspirar y espirar pueden ser iguales pero también es conveniente realizar la inspiración en un solo tiempo y la espiración en varios, ya que cuando hablamos y cantamos lo hacemos así.
En cuanto a los ejercicios indicados para la relajación en la actividad vocal, podemos distinguir:
Ejercicios para desarrollar los músculos del torax:
1. Mover los hombros describiendo con ellos círculos lo más amplios posibles, con los brazos relajados a lo largo del cuerpo.
2. Colocados los brazos a lo largo del cuerpo:
a) Elevarlos despacio, lateralmente, hasta alcanzar la altura de los hombros
b) Momento de suspenso del aire. Girar las manos colocando las palmas hacia arriba.
c) Alzar los brazos hasta que las palmas lleguen a tocarse por encima de la cabeza sin doblar los codos. Durante el movimiento de ascenso, se efectuará una inspiración cortándola al suspenso pero sin espirar. Los pulmones deberán estar llenos al llegar las manos a la cabeza.
d) Bajar los brazos hasta la altura de los hombros
e) Movimiento suspenso sin espirar. Girar las manos hacia abajo.
f) Bajar los brazos a lo largo del cuerpo. Deben ser ejecutados con energía imaginando un gran peso en cada mano.
3. Ligeramente separadas las piernas, aflojar los brazos enganchándose al espirar y enderezándose al inspirar.
4. Inclinados hacia delante con los brazos estirados, imaginar que tenemos un cuerpo flexible entre las manos, apretar y aflojar éstas. Repetir estos ejercicios hacia atrás.
Ejercicios para el aparato fonador:
1. Con el cuello muy relajado, inclinar la cabeza hacia delante y volver a la posición inicial.
2. Inclinar la cabeza hacia un hombro y hacia otro.
3. Con el cuello muy relajado, hacer medio círculo de un hombro a otro.
Ejercicios de relajación facial y lingual:
1. Sacar el maxilar inferior hacia delante, hacia la derecha y hacia la izquierda.
2. Con la boca en posición de bostezo, abrir y cerrar sin juntar las mandíbulas.
3. Sacar la lengua por fuera de los labios como para mojarlas, de derecha a izquierda y al contrario.
4. Sacar la lengua dirigiéndola a tocar la punta de la nariz.
5. Con la boca abierta como para pronunciar la “a” colocar la punta de la lengua hacia los dientes superiores y proyectarla hacia fuera.
6. De la misma manera colocando la lengua en los dientes inferiores.
Será importante dirigir la voz hacia los resonadores y cantar con suavidad.
Como hemos comprobado, los ejercicios vocales deberán permitir el descubrimiento paulatino del funcionamiento del cuerpo respecto a la expresión vocal (diafragma, pulmones, espalda, cuello, hombros, y cabeza) y de el control de esas partes para desarrollar la capacidad de expresión en volumen (sin gritar), extensión (debe ampliarse elásticamente hacia los agudos y los graves), timbre y matices. Todo ello habrá de realizarse a través del juego, transformando los ejercicios en principio austeros y aburridos en un elemento motivador para el niño.
II.B. LA RELAJACIÓN COMO TÉCNICA NECESARIA PARA LA ACTIVIDAD MUSICAL INSTRUMENTAL.
La presencia en la clase de instrumentos musicales despierta un deseo innato de manejarlos y tocarlos.
La expresión instrumental a partir de las posibilidades del propio cuerpo debe seguir directrices semejantes a las del campo vocal: No forzar pero extender metódicamente el campo del conocimiento de los recursos expresivos corporales con el objetivo de conocerlos y usarlos, pero también prepararlo para la ejecución con instrumentos de expresión musical extracorporales.
Como observa Gregorio Simkin (1983) el cuerpo constituye, desde un punto de vista mecánico, “un sistema de palancas”. Así pues, ante un medio de expresión material, como puede ser un instrumento musical, ese sistema de palancas que es el propio cuerpo debe encontrarse en su estado más natural y relajado, contrayendo solamente aquellos músculos que entren en funcionamiento sin ir más allá de lo verdaderamente necesario pues, como afirma el mismo autor: “usamos instintivamente el sistema de palancas anatómicas, pero ello no implica que lo usemos eficazmente”.
El conocimiento de ese mecanismo es lo que puede permitir usarlo de forma ventajosa. La ejecución instrumental precisa de un entrenamiento comparable al de un deportista, no se puede adquirir en los libros sino con la recia y voluntaria práctica diaria, y con el profundo conocimiento del uno mismo (Casella, 1942)
La mayoría de los estudios acerca de lo que llaman ejecución instrumental ofrecen unos principios aplicables a todos los instrumentos:
– Relajamiento de los músculos (contracción consciente de los que intervienen y relajación instintiva de los que no intervienen).
– Posición del cuerpo y de las manos (como caminar, siguiendo la curvatura natural).
– Independencia y articulación de los dedos.
En definitiva, todas las obras defienden una postura natural e inciden más en el análisis de las acciones, por mecánicas que estas deban ser, que en la repetición inconsciente de los mecanismos que intervienen en la ejecución: la repetición consciente de unos mismos pasajes puede llegar a convertirse en música pero nunca convertirá a quien los repita en intérprete, de la misma forma que una caja de música no puede ser consciente de lo que hace sonar.
Así pues, el desarrollo de las capacidades expresivas corporales, (es decir, la adquisición de ciertas habilidades) permitirá llegar de forma óptima al momento de tomar entre las manos un instrumento que no forma parte del cuerpo sino que resulta añadido.
El maestro debe saber aprovechar el interés de los niños por esta actividad y saber estimularlos llevándolos a situaciones y experiencias satisfactorias con los instrumentos, consiguiendo así una mejor utilización con los mismos y un deseo de seguir trabajando y haciendo música con ellos.
Siguiendo a Orff, quien utiliza los instrumentos desde un principio, introduciéndolos por la rítmica corporal en la que todo el cuerpo del niño participa y se transforma en elemento percusivo para paulatinamente pasar a la pequeña percusión y los instrumentos de sonido determinado.
Vemos cómo todo el cuerpo entra a formar parte de esta actividad instrumental. Por ello, será conveniente, tanto los ejercicios de relajación global (todo el cuerpo) como los de relajación segmentaria (parte del cuerpo). Así como una correcta posición corporal de todo el cuerpo en general, como de los segmentos corporales que se estén utilizando para tocar un determinado instrumento.
Un buen conocimiento de la técnica para la utilización de los instrumentos por parte del niño le llevará a realizar esta actividad de forma relajada y gratificante, evitando las tensiones que podrán ocasionarle el temor ante un posible fracaso.
Estas actividades requieren una disposición física y psíquica adquiribles realizando previamente ejercicios de relajación, es decir, actividades de distensiones musculares que preparen para nuevas actividades.
La práctica instrumental va a perfeccionar el dominio psicomotor, especialmente la digitación, que le va a servir para llegar a conseguir un buen nivel interpretativo, además de perfeccionar una postura correcta para la ejecución.
Teniendo en cuenta que para utilizar los instrumentos es necesario:
– Conseguir una situación de relajación corporal.
– Explicar el manejo del instrumento.
– Realizar ejercicios sencillos de imitación.
– Observar una postura correcta y una técnica adecuada al instrumento.
– Realizar actividades básicas en forma de juegos.
El educador deberá en todo momento usar la relajación como elemento previo a cualquier actividad instrumental.
II.C. LA RELAJACIÓN COMO TÉCNICA NECESARIA PARA LA ACTIVIDAD MUSICAL DE MOVIMIENTO.
La interpretación libre de la música mediante el movimiento adecuado a su carácter, adquirirá mayor calidad expresiva en cuanto mayor sea el conocimiento, dominio y control tenga el niño de las posibilidades de su cuerpo como instrumento de expresión corporal.
Así tendremos en cuenta lo dicho anteriormente en cuanto a la relajación del cuerpo, y en este caso con un gran interés, puesto que un cuerpo tensionado puede dar lugar a lesiones musculares con no poca facilidad u originar problemas que pueden convertirse en crónicos de no atajarse a tiempo.
Serán necesarias actividades de relajación que faciliten al niño la elegante realización y coordinación de movimientos, mediante relajaciones globales y segmentarias con distintos estímulos y motivaciones.
III. LA DANZA EN LA EDUCACIÓN MUSICAL
A) LA IMPORTANCIA DE LA DANZA EN LA EDUCACIÓN MUSICAL
Vimos en la primera parte de este tema cómo en la vida cotidiana está presente el movimiento, pero siempre bajo una finalidad práctica: lo que importa es el resultado de la acción que realiza el cuerpo. Y vimos también como en la danza, el interés se centra en el propio movimiento y en sus distintas combinaciones, con el fin de transmitir algo a quien lo contempla; es decir, tiene una finalidad expresiva. Esto es lo que convierte a la danza en un arte, en el arte del movimiento.
Asimismo, a través de la danza la música se enriquece con otros medios de expresión con un claro efecto integrador.
Por ello, la danza juega un papel de gran importancia en la educación musical al ser vehículo de esa integración de los diferentes tipos de expresión musical, (la expresión vocal e instrumental) junto a otros elementos como la audición en actividades de danza y movimiento tales como:
– Canciones. – Danzas tradicionales. – Danzas para piezas instrumentales.
– Representación escénica de canciones.
– Improvisación de danzas sobre músicas seleccionadas.
– Improvisaciones con objetos e instrumentos no convencionales
En las danzas se trabajan elementos de gran ayuda en la educación estética. Así, en una sola danza pueden intervenir aspectos como:
– Conocimiento del propio cuerpo.
– Coordinación del movimiento.
– Conocimiento del espacio.
– Expresión a través del movimiento.
La práctica de la danza favorece el desarrollo de:
– El sentido rítmico – El sentido métrico.
– El sentido armónico.
– Clarifica la idea concreta de la forma en el espacio y en la propia música.
El concepto de danza abarca un campo muy extenso. La palabra danza proviene del sánscrito y significa anhelo de vivir. Es una necesidad espiritual y emotiva, que se expresa mediante la acción corporal.
El hombre se ha manifestado mediante la danza desde sus orígenes. Durante milenios las danzas se transmitieron de generación en generación, siendo su aprendizaje fruto más de la observación que de la existencia de una práctica de la enseñanza. Con el paso del tiempo aparecerán las escuelas de danza y personas preparadas para esa enseñanza. En la sociedad actual se reducen las ocasiones y motivaciones para danzar. Debido a esto, la escuela es un lugar idóneo para estimular esta actividad, de suma importancia en la educación del niño.
B) METODOS DE ENSEÑANZA Y APRENDIZAJE DE UNA DANZA Y FORMAS DE DANZA.
Los aspectos que debemos observar son:
– Evitar los entrenamientos y repeticiones forzosas.
– Audición de la música descubriendo sus características rítmicas, sus cadencias y sus formas.
– Realizar diferentes movimiento y desplazamientos improvisando a partir de la música que trabajemos.
– Ir sugiriendo distintos pasos que el niño va incorporando a sus improvisaciones.
– Encadenar los diferentes pasos de la coreografía.
Si bien es cierto que en la Educación Primaria no es lo más importante el tipo de movimiento, una técnica depurada de la danza. El maestro deberá vigilar ciertos aspectos, encaminados no a la excelencia técnica sino a una correcta educación corporal, que evite lesiones y favorezca un desarrollo integral. Así, cuidaremos especialmente las posturas de las rodillas, tobillos, columna, cabeza y brazos.
Es conveniente mover a los niños en grupos de distintos tamaños, variar los ritmos y cambiar las direcciones. Para trabajar mejor se pueden hacer grupos y moverse por turnos. Este sistema desarrolla el sentido de la frase musical, ya que cada grupo comienza el ejercicio al desarrollarse una frase nueva. Ello evitará la necesidad de contar cada tiempo en voz alta, costumbre que tiende a mecanizar los movimientos y apagar la expresión.
Espacio físico.
Tanto la expresión corporal como la danza, se realizan dentro de un tiempo y un espacio. El educador comenzará su trabajo iniciando al niño en la relación y el conocimiento de estos movimientos que dan lugar a descripciones espaciales tales como:
Los espacios totales:
Aquellos que requieren un desplazamiento. Podrían ser:
Líneas curvas
– Círculos grandes:
– Desplazarse sobre la circunferencia
– Entrar y salir desde el centro de ésta
– Círculos pequeños
– Círculos concéntricos
– Círculos que se interpenetran
– Figuras en 8.
– Espirales en caracol
Líneas rectas
– Líneas en distintas direcciones.
– Paralelas.
– Líneas que se penetran.
– Líneas que se cruzan
– Diagonales
– Triángulos, cuadrados.
– Zig-zag
Los espacios parciales:
Aquellos que no hacen necesario un desplazamiento:
– Arriba – abajo.
– Derecha – izquierda.
Cuando los niños se mueven ya con mayor fluidez podemos enriquecer estos ejercicios, ordenándolos en forma de danza. El uso del espacio tanto total como parcial estará implícito en estas danzas.
Este será el momento para iniciar a los niños en el aprendizaje de los pasos apropiados para sus danzas.
Estos pasos serán:
– Paso deslizado – Paso de polka – Paso vasco – Paso de vals.
– Paso lateral – Paso cruzado y cualquier otro considerado apropiado.
– Por ejercicios de preguntas y respuestas corporales.
– Cadena de movimientos (cada niño aporta un movimiento nuevo).
Cada serie de movimientos debe tener una misma duración, lo cual establece un orden y predispone a los niños para percibir la frase musical.
Estos trabajos de creación también se podrán realizar sobre estímulos propuestos (cuentos animados, instrumentos de percusión…) y la libre interpretación que a los niños les sugiera la música para crear la danza.
FORMA DE DANZA Y EDUCACIÓN MUSICAL
Formas musicales y diseños espaciales.
En la relación entre formas musicales y formas de composición coreográfica el manejo del espacio juega un papel importante, sobre todo si deseamos visualizar la estructura musical.
Por ejemplo un tema A de música repetido como A1 se puede representar repitiendo la misma serie de movimientos y el mismo diseño en el espacio.
Otras formas musicales que podemos representar mediante la danza en formas coreográficas son:
– Lied.
– Rondó
– Canon
Para la creación de danzas en el aula se pueden trabajar:
– Por imitación simultánea
– Por imitación en eco.
Formas de danza universales
La danza es un medio extraordinario para el trabajo musical y para las relaciones de grupo y socialización, ya que integra la actividad de todo un grupo en una actuación conjunta. Esto requiere una capacidad de adaptación y colaboración con los demás.
Existen muchas danzas conocidas universalmente, su selección para utilizarlas en la escuela la deberá realizar el maestro, según las características de los niños, los medios con que cuente, etc.
Entre la más apropiada citamos:
– Minué: danza de compás ternario y ritmo tranquilo. Originaria de Francia, llegó a ser muy popular durante el siglo XVII.
– Polka: Originaria de la región de Bohemia, durante el siglo XIX. Compás binario y aire animado.
– Vals: Originada en Alemania y Austria hacia finales del siglo XVIII.
– Habanera: Antigua danza originaria de Cuba. Compás binario, aire moderado lento. Alcanzó gran popularidad en España y resto de Europa.
– Tango: Baile cuyo origen acostumbra a situarse en Argentina, aunque determinadas investigaciones parecen indicar que su origen es africano. Compás binario.
– Pasodoble: de origen español, compás binario.
Danzas del folclore español.
La danza tradicional es una de las maneras más gratificante de acceder a la cultura propia. Ayuda a los niños en un conocimiento más profundo de su propio contexto sociocultural.
Cada danza lleva consigo una tradición, una forma distinta, una canción, unos pasos, unos ritmos…
Es probablemente España el país en que existe una mayor variedad y número de danzas. Estas con frecuencia llevan el nombre del lugar de origen. Como dato de esta variedad cabe citar cómo los bailes del norte de España suelen ejecutarse realizando movimiento de traslación y en el sur se realizaban sin apenas necesitar espacios de ejecución.
Bailes más representativos del Estado español:
– Aragón: Bolero, Jota aragonesa.
– Asturias: Danza Prima, la Giraldilla, Pericote.
– Baleares: El Copeo y Curta.
– Cataluña: la sardana.
– Murcia: la parranda
– Valencia: las Folies y la jota valenciana
– Canarias: Isas.
– Galicia: La muñeira
– País Vasco: Zortzico, Espatadanza, Porusalda y jota vasca.