– Formación de palabras:
– La parasíntesis es propia de los lenguajes cultos y de las jergas técnico-científicas.
– La derivación por la adición de morfemas facultativos (aumentativo, diminutivo y despectivo) sí predomina en los registros coloquial y vulgar con fines estilísticos. Incluso, como ocurre con el uso del diminutivo ponderativo, nos puede llevar a conclusiones diatópicas.
– La composición, es decir, la unión de varios lexemas puede predominar en los textos expositivos científicos, aunque también es una forma de creación de palabras relacionada con el ingenio popular y con palabras que se van lexicalizando: parabrisas.
– Palabras incorporadas:
– Los sustratos se relacionan con las lenguas habladas en época prerromana, de modo que ya han sido integradas a la norma coloquial española. Los latinismos, por su parte, siempre van a pertenecer a un emisor culto, mientras que los préstamos de lenguas posteriores al latín, a pesar de haberse ido integrando en la norma española, pueden tener un interés diastrático –world wide web– , diafásico o diatópico – en el caso del llanito, por ejemplo -.
– Son precisamente las variedades jergales, dialectales, los arcaísmos, los vulgarismos, etc. los que nos van a informar claramente del emisor y del resto de actantes.
– El léxico culto se opone al vulgar y al coloquial por la ausencia y presencia, respectivamente, de precisión léxica, es decir, de la falta de palabras omnibus, o de uso múltiple.
– El registro culto tomará pocos refranes y frases hechas y creará con el lenguaje, mientras que el lenguaje coloquial y más aún el vulgar, se caracterizará por el uso de aquéllos e incluso por el empleo de frases y giros malsonantes.