Plano pragmático.- El autor, para conseguir llevar a cabo todas las intenciones que hemos venido señalando se apoya en la organización del texto. En el nuestro encontramos en la franja narrativa cómo el primer párrafo alude a la entrada del camarero en el café y a las sensaciones físicas que le produce.
Tras una transición de dos renglones dialógico y narrativo, que sirven de enlace, se nos plantea un diálogo donde se recrea la dueña en una agresión. Esta conversación refleja el ambiente degradado de la España de posguerra de un modo práctico: se nos pone un ejemplo de tal atmósfera.
Tras unos renglones donde el narrador ya no narra, sino que reflexiona acerca de la esencia de los personajes. Si fuese un hombre decidido, hubiera ahogado a la dueña; afortunadamente no lo es, la voz narrativa extrapola las conclusiones de un ejemplo concreto a un marco general en el que éste se integra: el de las gentes. Es decir, el autor ha seguido un esquema sintético: la idea general se expone en la última parte del texto: la sociedad degradada de la España de posguerra. Finalmente alude a Doña Rosa como figura sintetizadora de ella. De ahí ese final de suspensión que intensifica la crueldad de aquellos tiempos: Doña no llega ni a esa categoría. Doña prefiere la emoción a domicilio, ese temblor,…