El término literatura deriva del latín litteratura, cuya raíz es littera (la letra del alfabeto). Como ocurre con cualquier definición, esta ha cambiado dependiendo del contexto cultural y el momento histórico concreto en que se ha formulado.
En términos simplificados cabe definir la literatura como «el producto hecho con el lenguaje que en cada contexto y momento histórico es considerado artístico» o, si se prefiere aún más reducido, «el arte hecho con palabras». La literatura es pues un producto lingüístico —su materia prima es el lenguaje—, estético —considerado bello y elevado a categoría de arte— y social —en cuanto que es un proceso de comunicación dentro de unas determinadas coordenadas temporales y espaciales—.
A lo largo de la historia de la teoría literaria no siempre se ha mostrado el mismo interés por estos tres elementos. Hasta el siglo XX las reflexiones se centraban en lo estético y el autor. En la primera mitad del siglo XX se da paso a la “poética” del texto desde un punto de vista lingüístico. En la segunda mitad del mismo siglo se pasa del texto a las condiciones en que éste se produce y como el lector lo percibe.
Hablamos usando modelos y formas lingüísticas estereotipadas captadas por nuestro interlocutor. El lenguaje literario, en cambio, explora las posibilidades significativas de una lengua, la realidad aparece deformada por la especial recombinación de palabras, códigos y registros.
Principales escuelas y teorías.
A) La retórica: en la Antigüedad nace como una ciencia del discurso oratorio. Corpus de retórica clásica:
! Inventio: búsqueda de argumentos almacenados en la memoria.
! Dispositio: distribución ordenada de estas ideas.
! Elocutio: expresión de estas ideas de una forma apropiada a las circunstancias.
! Memoria: técnica de aprendizaje del discurso
! Actio: ejecución oral o gestual del discurso
Del siglo XVI al XVIII la retórica se centra en la elocutio, se distinguen tres estilos: humilde, mediocre y grave. En el siglo XX se retoma la retórica clásica.
B) Desvío y Teoría del Estilo: el lenguaje literario es básicamente un apartamento del lenguaje estándar.
Las teorías desviacionistas enfatizan las estructuras, formas, recursos y procedimientos que hacen que el lenguaje literario se desvíe del ordinario.
Estas teorías son:
? Formalismo ruso:
Se proponen estudiar la literariedad “lo que hace que una obra dada una obra literaria”. Según ellos lo literario se halla en la divergente forma del lenguaje artístico, lleno de artificios, frente al ordinario (distingue entre lenguaje poético y cotidiano).
El lenguaje ordinario está automatizado, la relación signo-palabra se convierte en habitual, el artista pretende contrarrestar este acto y comunicar algo más de lo que las palabras dicen.
El formalismo llega a querer “desautomatizar” hasta las convenciones normativas de la tradición literaria.
? Estructuralismo:
No todos los estructuralismos son desviacionistas, los que lo son se centran en los siguientes aspectos:
a. Lo que hay de desviado en el lenguaje poético como estilo.
b. El texto en sí, margina los fenómenos extratextuales.
c. Los recursos verbales conforman la desviación como un sistema.
La poética estructuralista intenta descubrir las formas desviadas de la lengua literaria frente al conjunto de la no literaria.
En los años 70 la concepción del lenguaje literario como desvío del común fue cayendo ya que no hay un texto sin estilo, el desvío no crea “per se” un efecto poético y en muchos textos literarios no se separa del lenguaje coloquial.
No se pueden separar desde un punto de vista lingüístico los discursos literarios de los que no lo son.
? Teoría de la comunicación:
Roman Jakobson, en su conferencia Lingüística y poética se pregunta “¿qué hace que un lenguaje verbal sea una obra literaria?”
Lázaro Carreter y Jakobson distinguen entre:
· Actos de comunicación lingüística:
Emisor: usuario de un lenguaje no creado por él.
Receptor: capaz de responder inmediatamente.
Canal: aire, hilo telefónico,…
Código: la lengua (el idioma)
Mensaje: contenido de la información.
Contexto: compartido por el emisor y el receptor.
· Actos de comunicación literaria:
Emisor: es el autor.
Receptor: público. No responde inmediatamente.
Canal: libro.
Código y subcódigos. Ej.: “verde” = muerte en Lorca
Contexto: No compartido
Mensaje: Estético. No informa necesariamente.
Cada uno de estos elementos determina una función del lenguaje:
1. Emisor (escritor) ————————- FUNCIÓN EMOTIVA
2. Mensaje ———————————– FUNCIÓN POÉTICA
3. Receptor (lector) ————————- FUNCIÓN APELATIVA
4. Referente ———————————- FUNCIÓN REFERENCIAL
5. Mantenimiento de la comunicación — FUNCIÓN FÁTICA
6. Código ———————————— FUNCIÓN METALINGÜÍSTICA
Para Jakobson la función poética es la más sobresaliente y determinante que posee el arte.
? Teoría de la connotación:
Para una dirección teórica del estructuralismo no existe una lengua abstracta, neutra de la que la literatura se aparte, todo acto de comunicación es un enunciado, dice algo más que la mera información del mensaje.
Toda lengua es necesariamente connotativa en mayor o menor grado, estudiar el lenguaje literario es analizar las connotaciones porque estas son las que marcan la literariedad.
Podemos inferir que la lengua literaria está basada en el uso de los signos connotativos pero no es otra lengua, sino que se constituye con los mismos materiales expresivos y los contenidos de los signos denotativos.
Según Coseriu lo que distingue el lenguaje poético es que actualiza, usa, hace funcionar las connotaciones implícitas en cualquier lenguaje.
Cuando leemos una novela esperamos “algo” distinto a cuando leemos un manual de historia, esperamos algo bello. Afirmar la capacidad que reconocemos al texto literario de comunicar la belleza a través de la palabra es trasladar el problema a otra esfera, no menos complicada: la estética. Y es que el discurso literario se caracteriza por el predominio de la función poética, que expresa belleza en el lenguaje, y la forma del lenguaje se convierte en el objeto de la comunicación. En su función de comunicación no lleva a nada que este fuera del discurso tradicional, es su función estética lo que lo diferencia de los otros textos. En la función estética del discurso podemos encontrar todos los recursos de la lengua, entre ellas: sonoras, sintácticas, semánticas, gráficas, morfológicas, las metáforas. etc.
Cualquier estudio de sobre la definición de literatura deber ser diacrónico, el criterio de “belleza” en la obra literaria cambia en cada momento histórico.
2.1. Cronología de la concepción de finalidad de la literatura como discurso estético.
ARISTÓTELES
En la Poética la literatura y el arte son medios necesarios para alcanzar la perfección moral mediante el placer puro y elevado. Placer que produce la “purificación del alma”, la catarsis ligada a la tragedia. La catarsis produce la concienciación del espectador que viendo las desgracias que pueden pasar a cualquiera hace que se comporte como una persona sensata.
La literatura es catarsis porque conmueve, nos hace conscientes del dolor y nos reconoce humanos en nuestra tragedia.
LITERATURA COMO IMITACIÓN DE LA REALIDAD
Desde la antigüedad hasta el siglo XVIII se ha creído en la cultura occidental que la creación poética se basa en la imitación de la realidad.
Para Aristóteles la imitación es principio constituyente del arte, la imitación es la aprehensión de lo que en la naturaleza hay de universal y perenne.
ESCOLÁSTICA
La idea de que la mimesis es el eje central de la creación poética permaneció en la antigüedad helénica y romana y de ahí pasó a la escolástica.
SIGLO XVI
Aparecen las primeras discordancias con la concepción mimética del arte, se argumenta que el autor puede y debe enmendar la naturaleza.
SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XVIII
El ideal estético pasará de la imitación a la expresión de sentimientos del poeta.
ROMANTICISMO
Se pasa de la imitación a la creación de una segunda naturaleza.
ESTÉTICA MODERNA
Rechaza la interpretación del arte a partir de la mimesis enfatizando el carácter simbólico e imaginario de la literatura.
2.2. Estética del arte por el arte.
Hasta el siglo XVIII la literatura se concebía en función de sus valores pedagógicos y hedonistas.
· Baumgarten, autor del vocablo “estética”, fue uno de los primeros en considerar el arte como un campo específico.
· Kant en la Crítica del Juicio contrapone el sentimiento estético al interés práctico.
· Para Hegel el poeta debe crear no imitar, debe representar la idea. Nada es menos poético que la naturaleza, el mundo es fragmentario, el mundo se hace bello a través del arte.
Durante el romanticismo se condensan todas estas ideas en el “leitmotiv”: “El arte por el arte” (1804) hace referencia a la autonomía artística, el arte tiene la capacidad de desvelar un mundo de fantasías y misterios.
Estas ideas del siglo XIX sobre la belleza y el concepto del arte por el arte surgen del escepticismo hacia el progreso de la ciencia y de la técnica, si algo puede aportar la literatura a la humanidad es belleza.
2.3. Literatura como ficción.
Hasta el siglo XVIII no se interpreta la literatura como una “ficción digna de ser contada a gentes sensatas” Diderot.
Los ideales románticos transferían la teoría imitativa del plano de la realidad objetiva a la subjetiva.
Hay autores como Baudelaire que superan esta teoría imitativa y abrirán el camino de la ficción. “El poema es una creación imaginaria no es ni verdadera ni falsa”.
La ficción comenzó a verse como un ideal superior a la imitación ya que nos hace disfrutar de la realidad en un plano más profundo y elevado.
En la modernidad el debate sobre la validez de la ficción no tiene sentido ya que ésta es una de las claves de la literatura moderna.
2.4. Literatura como forma de conocimiento.
Aristóteles en la Poética plantea que la poesía es más filosófica que la historia ya que la primera habla de lo que puede ocurrir al hombre universal.
En el Romanticismo la literatura se entiende como vía de conocimiento de las profundidades psicológicas humanas del ser. El poeta se entiende como profeta, visionario capaz de remover el interior del alma, capaz de interpretar la naturaleza.
En el siglo XX la literatura se entiende como un lenguaje simbólico capaz de revelar lo oculto. La etnoliteratura usa las obras literarias para conocer el mundo.
2.5. Literatura como evasión.
Goethe entiende que la poesía es una vía idónea para escapar del mundo cotidiano y crear uno nuevo.
Esta idea es uno de los ejes del romanticismo, aunque no es una idea exclusiva de esta época pero es en ella cuando se toma como leitmotiv.
2.6. Literatura como protesta.
Sartre afirma que el escritor debe asumir su papel como desvelador de los comportamientos humanos para transformarlos. En la obra literaria se desvela la realidad para transformarse en objetiva al ser recibida por el lector también comprometido por los mismos problemas dialécticos.
Esta idea del compromiso entronca con la concepción pedagógica de la antigüedad, pero la concepción sartriana del compromiso, se entiende como militancia.
Al leer un texto tenemos en cuenta otros textos previos. Además en la coherencia de un texto descubrimos los códigos que revelan la densidad de los signos, muchos de los cuales no están en el mismo texto (lingüísticamente hablando) sino que se anclan en las convenciones de una determinada época.
Cabe analizar el acto de lectura, lo literario no viene marcado por la literariedad sino por la sanción social.
La literatura tiene unos códigos y unas formas de comunicación que preexisten a cada texto literario en particular y que el lector ha de conocer de antemano.
La semiótica literaria define el discurso literario como una serie de signos estratificados y jerarquizados conectados entre sí de acuerdo con múltiples códigos variables histórica y culturalmente.
Cada momento histórico, cada género, cada escritor va dejando en las palabras su paso de significaciones que las cargan de sentido.
Cualquier acto de lectura es un acto de desciframiento de unos códigos a través de los cuales el mensaje literario dice más de lo que el mensaje ordinario diría.
Como lectores traducimos estos códigos siempre sociales y son compartidos dentro de una determinada cultura en un momento histórico concreto.
4.1. La lengua literaria.
Es especialmente connotativa. Atiende a una mayor complejidad lingüística pues el código del autor y el del público no son siempre idénticos. Sus principales características son:
• Crea una realidad fingida desconocida para el receptor.
• Su función dominante es la poética.
• Posee valor connotativo.
• Crea campos semánticos plurisignificativos.
• Tiene carácter autónomo: crea y estructura su propia realidad.
• Establece nuevas relaciones entre la palabra y su sentido.
• Realiza un juego complejo y sutil del contenido y la forma.
• Se capta como experiencia.
• Permite un mayor número de lecturas.
4.2. Recursos expresivos.
4.2.1. Nivel fónico.
A) En el nivel fónico, comenzamos hablando del “ritmo”. Debemos aclarar que una de las principales diferencias entre prosa y verso es que éste posee más ritmo que aquella. El ritmo se consigue por la repetición periódica de ciertos elementos sonoros: número de sílabas, distribución de sílabas tónicas, las rimas y las pausas, la cantidad (duración del sonido), el tono (altura musical) y la intensidad (energía espiratoria).
t Dentro del verso, diferenciamos por el número de sílabas, los de arte menor y los de arte mayor. Los primeros (más vivos y ágiles) suelen transmitir emoción, desasosiego, sentimientos no contenidos. Los de arte mayor (más ceremoniosos, solemnes y lentos), son más aptos para transmitir sentimientos serenos, elegancia o tristeza.
t Acento: según la distribución de la sílaba tónica podemos distinguir varios tipos de ritmo: yámbico, trocaico, dactílico… Crea distintos ritmos, realza las palabras, enriquece las escalas melódicas, etc.
t Sinalefa: que hace los versos más ondulantes, melodiosos y de un fluir lento.
t Rima: es un fenómeno esencial y sus colores son múltiples. Evoca monotonía y reiteración, o bien cambios de ambiente y personajes, o intenciones irónicas. Distinguimos dos tipos: consonante y asonante. La rima asonante tiene un carácter más popular y la consonante más culto, al igual que la ausencia de rima.
t Tono y entonación expresiva:
Es la repetición de uno o varios esquemas tonales en un texto. Refuerza la riqueza fónica, ayudado por la rima y el acento. La entonación se expresa a través del orden de las palabras, la frecuencia de elementos gramaticales, léxicos, etc. y la distribución de tonemas.
B) Recursos:
t Onomatopeya. Es un caso de imitación directa. Hay una identidad acústica entre el significado y el significante. La onomatopeya pura es muy escasa, pues reproduce literalmente el objeto o hecho nombrado: miau, guau, ¡boom!, ¡riiiing!…
t La aliteración. Es la repetición de un mismo sonido o la reiteración de sonidos fonéticamente próximos que nos evocan lo que se ha nombrado. La aliteración es una “cadena onomatopéyica” lograda mediante el eslabonamiento de elementos expresivos.
t Similicadencia: combinación de dos o más palabras con semejanzas gramaticales, como tiempo, persona, número y género.
t Paranomasia: semejanza de sonidos entre palabras o grupos de ellos. Es un juego de palabras: “vive/bebe”.
t Otros: asonancia, consonancia, aféresis, anagrama y palindromía.
4.2.2. Nivel léxico-semántico.
El lenguaje literario se caracteriza por romper las relaciones normales entre significante y significado. Como consecuencia, aparecen plurisignificaciones, ambigüedades, nuevas connotaciones, cambios semánticos, etc.
t Destacamos las figuras de contenido como el eufemismo, la ironía, la antítesis, la paradoja, la gradación, la hipérbole, la prosopopeya, la interrogación retórica…
t Por otro lado hemos de detenernos en otras figuras de contenido, los tropos. Se conoce como “tropo” todo cambio semántico realizado en una palabra o en una frase. Estos “giros semánticos” son:
* Metonimia: sustitución de un término propio por otro que está en relación de contigüidad con él.
* Sinécdoque: tropo que consiste en la utilización de un término de significación más amplia por otro de significación más restringida, o viceversa.
* Metáfora: traslación del significado propio de una palabra a otro sentido que le contiene en virtud de una relación de semejanza.
* Símil o comparación: asociación sin identificación de dos o más realidades.
* Alegoría: metáfora continuada, en la que cada elemento del plano imaginario se corresponde con un elemento de plano real.
* Parábola: se produce cuando la conexión entre una secuencia de elementos se pone de manifiesto.
* El símbolo: consiste en la asociación de dos planos, uno real y otro imaginario, entre los cuales no existe una relación inmediata.
4.2.3. Nivel morfosintáctico.
En el uso del lenguaje literario no sólo se tiene un especial cuidado en la selección paradigmática (elección de una determinada palabra y no otra) sino que también en la selección sintagmática: orden de palabras, de las frases, de los párrafos; hipérbaton, paralelismos, quiasmos… Las figuras gramaticales son muchas. Cada una aporta un valor determinado.
A)De las figuras creadas por adición o repetición de palabras destacamos:
* Anáfora: consiste en la reiteración de una palabra o grupo de palabras al comienzo de dos o más versos o unidades sintáctica.
* Reduplicación: se produce una repetición entre elementos que están en contacto, sea al principio, al final o en el interior de un verso o unidad sintáctica. También recibe el nombre de geminación y los elementos pueden repetirse tres o más veces.
* Retruécano: consiste en la repetición de los mismos términos de una unidad sintáctica en orden inverso, produciéndose un cambio de significado.
* Polisíndeton: repetición del mismo nexo al comienzo de unidades sintácticas sucesivas.
* Sinonimia: aparición de palabras con significado idéntico o análogo, con un claro matiz intensificativo. La agrupación de sinónimos, no como términos equivalentes, sino haciendo notar la diferencia que entre ellos existe, recibe el nombre de paradiástole.
* Gradación o clímax: se produce cuando existe una especie de progresión entre las palabras que se colocan consecutivamente.
* Pleonasmo: la explicitación innecesaria de un contenido ya expresado implícitamente (“subir arriba”), que en la lengua literaria posee un alto valor de profundización expresiva.
B)De las figuras por supresión, que ofrecen la posibilidad de conseguir una fuerte condensación expresiva o, por el contrario, dejar abierta la interpretación plural de lo omitido, señalamos las siguientes:
* Elipsis: supresión de algún elemento de la oración, que queda sobreentendido contextualmente.
* Asíndeton: omisión de nexos entre oraciones coordinadas o sintagmas coordinados.
* Silepsis: omisión de un elemento que rige unidades diversas semántica o sintácticamente (por ejemplo “su producción consistió en escribir un libro y varios cuadros”). El término silepsis abarca diversas anomalías en la concordancia de género y número (así, “la mayoría piensan”).
C)Por último, señalamos las figuras de disposición, esto es, aquellas motivadas por la “ruptura” de ese “orden natural” de los elementos de la frase (“sujeto + verbo + complementos”), la creación de un orden “artificial”, que vuelve extraña la construcción y subraya determinados elementos que encontramos en lugares que no corresponden a nuestra expectativa:
* Hipérbaton: cambio de disposición de las palabras en relación con el que se supone “orden normal”. Un caso especial de hipérbaton es la anástrofe, o inversión del orden habitual de las palabras.
* Paralelismo: idéntica disposición sintáctica de dos o más unidades diferentes, para insistir en la identidad (paralelismo sinonímico) o subrayar el antagonismo (paralelismo antitético).
La Estilística analiza todos los elementos de una obra o del lenguaje hablado, el efecto que el escritor o hablante desea comunicar al lector o receptor del discurso hablado y los términos, giros o estructuras complejas que hacen más o menos eficaces esos efectos. Intenta establecer principios capaces de explicar los motivos que llevan a un individuo o a un grupo social a seleccionar expresiones particulares en su uso del lenguaje, la socialización de esos usos y la producción y recepción de significados. Comprende la crítica literaria y el análisis del discurso crítico.
Estilística clásica.
Lo que a los clásicos les preocupaba en un principio era el arte de hablar bien. El punto de vista de esta estilística es preferentemente normativo, y bajo estas formas de retórica, poéticas o preceptivas literarias perduró hasta el S. XIX.
Estilística moderna
El estilo no es un conjunto de normas a los que se somete un autor, sino un proceso sometido a leyes psicológicas, sociológicas e históricas. Hoy se considera el estilo como un hecho de uso individual en la lengua. Son elementos fundamentales de la estilística los siguientes:
a. Los recursos literarios de los que se ocupa la Retórica.
b. La expresión: es un realce que se añade al significado como resultante del uso atinado de los recursos estilísticos. Se trata de la expresividad.
c. La elección: el autor debe seleccionar y eliminar los elementos no relevantes. La creación depende de la originalidad de la elección.
d. El estilo: es la manera particular y distinta con que el escritor utiliza los elementos del lenguaje a fin de comunicar el contenido de sus mensajes. Estudiar el estilo de un autor es analizar qué elementos del lenguaje utiliza, cómo los utiliza y cómo selecciona los más expresivos.
Históricamente, la retórica tiene su origen en la Grecia clásica, donde se entendía, en palabras de los tratadistas clásicos, como el ars bene dicendi, esto es, la técnica de expresarse de manera adecuada para lograr la persuasión del destinatario.
La retórica se configura como un sistema de reglas y recursos que actúan en distintos niveles en la construcción de un discurso. Tales elementos están estrechamente relacionados entre sí y todos ellos repercuten en los distintos ámbitos discursivos.
A lo largo de este tema hemos visto el discurso literario como producto lingüístico, estético y social, los recursos expresivos de la literatura y la Estilística y la Retórica. Podría considerarse el “estado de la cuestión” acerca del lugar de la literatura en el amplio conjunto de textos que representa el objeto de estudio del análisis del discurso: presenta una síntesis de algunas tendencias reconocibles en las que se ha ramificado esta disciplina, incluyendo la definición que ha propuesto para la literatura y su relación con lo lingüístico, con lo estético y con lo social.
En definitiva, los discursos literarios son ficciones con todas las características y elementos de cualquier discurso oral o no literario pero que refieren a mundos verbalmente posibles y fundamentados en sí mismos. Estos discursos son intransitivos puesto que se encierran en sí mismos o, lo que es lo mismo, no refieren ni a los objetos ni a los eventos del mundo real. Su personalidad, su belleza y su literariedad dependerán del autor sumergido en una sociedad, en un determinado momento y en sus conocimientos sobre la lengua y su capacidad para elaborarla estéticamente.
AGUIAR E SILVA. (1986). Teoría de la literatura. Gredos: Madrid.
BOUSOÑO, C. (1962). Teoría de la expresión poética. Gredos: Madrid.
TORRE DE GUILLERMO. (1970). Nuevas direcciones de la crítica literaria. Madrid, Alianza Editorial: Madrid.
WARREN Y WELLEK. (1985). Teoría literaria. Gredos: Madrid.