Tema 20 – Expresión de la aserción, la objeción, la opinión, el deseo y la exhortación.

Tema 20 – Expresión de la aserción, la objeción, la opinión, el deseo y la exhortación.

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0. INTRODUCCIÓN

El planteamiento de este tema se ha basado principalmente en la gramática tradicional y en aquellos autores que han sido aceptados mayoritariamente dada la variedad de expresiones que hay que tratar.

En primer lugar y antes de abordar cada una de las expresiones que se enuncian en el título del tema, parece conveniente explicar la distinción entre el dictum y el modus o modalidad con el fin de apreciar las dificultades que se pueden encontrar en su relación y que son las que van a aparecer en la explicación de las expresiones citadas en el título. También se enuncian, a grandes rasgos, por su variedad, elementos lingüísticos para la expresión de la modalidad.

En el segundo punto, tratamos ya la expresión de la aserción, diferenciando en la misma la afirmación de la negación y sus rasgos comunes, las características de la afirmación, por un lado, y las de la negación, por otro, así como las oraciones afirmativas que implican negación. A continuación, la expresión de la objeción por medio de las oraciones adversativas y concesivas. Así como, la expresión de la opinión por medio de dos procedimientos: los verbos parentéticos en la aseveración y de presuposiciones ligadas a la opinión. En el punto siguiente se trata la expresión del deseo a través de procedimientos desiderativas y del modo verbal. Y, en último lugar, las expresiones exhortativas y procedimientos exhortativos diversos. (Anadir índice)

1. LA MODALIDAD

Los hablantes no permanecemos ajenos a lo que decimos, sino que siempre presentamos una posición y una actitud ante nuestras palabras puesto que, además de aportar una información también, pretendemos influir o expresar, con una u otra intención algo más. A esta cuestión la llamamos “modalidad”. Pero estudiar la modalidad es algo complejo por diversos factores, a veces es difícil distinguir esa actitud especial de modo.

Así, siguiendo la tradición clásica, se distingue, en un acto de enunciación, un contenido representativo, dictum, y una actitud adoptada por el sujeto hablante respecto de ese contenido: modus o modalidad.

Podemos influir en los interlocutores de diversas maneras, tanto con una serie de elementos extralingüísticos como otros lingüísticos:

Œ Una forma evidente de hacerlo es utilizando recursos léxicos en los que va explícito el acto que enunciamos. Te aseguro que entregaré las cartas a la policía”, pero también podemos decir “entregaré las cartas a la policía.

 También hay que tener en cuenta otros factores como la actitud del interlocutor. Sin embargo, tenemos que considerar la posibilidad de que el hablante puede expresar en un mismo enunciado diferentes intenciones, que no siempre tienen que coincidir con el contenido que expresa; incluso en algunas ocasiones puede llegar a ser totalmente diferente. Y es que no siempre existe univocidad entre un acto de habla y la estructura gramatical. Tomemos como ejemplo la oración “Ruégale que se detenga” podemos obviamente expresar un ruego, pero también una orden o mandato.

Ž Entonación del hablante.

 Otro factor importantísimo son los modos verbales, la utilización del indicativo, subjuntivo o imperativo.

 El uso de determinadas conjunciones o adverbios que pueden actuar como operadores oracionales.

El orden de palabras, los distintos tiempos verbales e incluso factores textuales son determinantes.

2. LA EXPRESIÓN DE LA ASERCIÓN

Desde el punto de vista teórico una aseveración o aserción se correspondería con la función descriptiva de la lengua, es decir, para describir empleamos oraciones enunciativas o aseverativas. Así pues, una aserción tiene la forma de una oración declarativa simple (en la que un hablante se compromete con la verdad de la proposición, la asevera).

Marcan la conformidad o no del sujeto con el predicado. Pueden ser:

clip_image001 Afirmativas (las más numerosas del lenguaje, sin presentar características formales específicas).

clip_image001[1] Negativas (uno o más adverbios de negación: no, nunca, jamás…).

Ignacio Bosque pone de relieve en 1980 (Sobre la negación) la diferencia en la construcción de oraciones afirmativas y negativas, es decir, la estructura de una oración negativa es el resultado de operar sobre una oración positiva. Una oración afirmativa existe a partir de un objeto, contemplamos una realidad y emitimos un juicio acerca de esta realidad. Pero una oración negativa existe no a partir de un objeto, sino de una oración afirmativa. Atribuimos un valor de falsedad a esa oración afirmativa.

En otras palabras, la aserción de una proposición negativa es equivalente a la negación de la correspondiente proposición positiva, y se realiza sobre esta proposición. Las oraciones afirmativas son, por lo tanto, un juicio sobre un estado de cosas en el mundo y las oraciones negativas son un juicio sobre una oración afirmativa.

Así pues, aseverar es enunciar algo de forma descriptiva de manera afirmativa como negativa:

clip_image010 El lunes presentaré el nuevo trabajo literario del famoso periodista.

clip_image010[1] El lunes no presentaré el nuevo trabajo literario del famoso periodista.

CARACTERÍSTICAS DE LA ASERCIÓN AFIRMATIVA

Con frecuencia, se afirma que no tiene forma especial (RAE, Gili Gaya), sin embargo, pueden llevar elementos lingüísticos explícitos para reforzar enfáticamente la afirmación: sí, claro que, pues, por supuesto que

CARACTERÍSTICAS DE LA ASERCIÓN NEGATIVA

Determinadas expresiones y palabras sólo son sintácticamente compatibles con entornos negativos, por lo que se dice que poseen polaridad negativa:

  • Pronombres y adverbios negativos en posición postverbal: nadie, nada, nunca, ninguno. No he visto a nadie. No lo hace nunca.
  • Los adverbios todavía y aún con verbos no durativos: Juan no ha llegado todavía.
  • Ciertos superlativos relativos o partitivos: No tengo la menor idea; No observo el más mínimo error.
  • Las preposiciones hasta y desde cuando introducen cláusulas temporales que funcionan como términos de predicados no durativos: Pepe no ha salido del cuarto desde las cuatro.
  • Conjunciones: ni, sino, más que, (ni) siquiera: No llamaste por teléfono siquiera.
  • Ciertos comparativos: SN + igual, semejante, construcciones comparativas que dejan sin explicar el segundo término: No he visto cosa igual.

ORACIONES AFIRMATIVAS QUE IMPLICAN NEGACIÓN

Determinadas oraciones formalmente afirmativas podrían considerarse como semánticamente negativas con respecto a verbos o expresiones antónimas:

Negó haberlo hecho. = Dijo que no lo había hecho.

Se me quitan las ganas de hacerlo. = No tengo ganas de hacerlo.

Impidió que saliera. = Logró que no saliera.

3. LA EXPRESIÓN DE LA OBJECIÓN

Dentro del contexto de la comunicación, en la relación hablante/oyente se pueden dar diversas relaciones (como es obvio). Una de ellas es la objeción, mediante la cual el oyente corrige, opone, o simplemente contrasta una información. Por lo tanto se tiene que dar una interacción comunicativa, es evidente que para que alguien objete sobre alguna cuestión, tiene que haber sido pronunciada tal cuestión anteriormente.

En este caso existe un cierto enfrentamiento entre emisor y receptor, que a su vez se convierte en emisor para oponerse (en mayor o menor medida) o para precisar la información recibida.

Dentro de la objeción podemos oponernos mediante:

clip_image003 Giros más o menos coloquiales, que constituirían un primer nivel de análisis: no digo que no, puede ser, mejor...

clip_image003[1] Una serie de fórmulas unidas a la coordinación o subordinación, es decir, con una relación entre las dos parte. Hablamos de las proposiciones adversativas y de las concesivas.

En cuanto a este último grupo tenemos que decir que en ambos tipos de oraciones se mencionan dos elementos de información que contrastan fuertemente entre ellos, por lo que uno de los dos no deberá ser posible a la luz de lo expresado por el otro. Ahora bien, estos dos elementos tienen una importancia distinta según la oración sea adversativa o concesiva. En las oraciones concesivas la importancia se centra en uno de los dos elementos frente al otro que sólo se menciona por arriba (A pesar de estar lloviendo, yo salí a dar un paseo por el parque); mientras que en las oraciones adversativas los dos elementos tienen la misma relevancia (Estaba lloviendo pero yo salí a dar un paseo por el parque).

No hay que olvidar en ningún momento que en estas oraciones una proposición corrige a la otra, pero tenemos que tener en cuenta que no todas las oraciones pueden oponerse, es decir, necesitamos una relación de oposición para poder coordinarlas o subordinarlas.

Oraciones adversativas

Oponen parcial o totalmente sus significado (“estudia, pero no aprueba“).

  • Excluyentes: expresan significados contrapuestos. He estudiado toda la semana, pero no ha sido suficiente – Esa no es mi opinión, sino la tuya.
  • Restrictivas: presentan incompatibilidad entre los dos juicios. Es pobre pero honrado.

· Enlaces: pero, más, sino, aunque, sin embargo.

· Poseen matiz adversativo sintagmas como: no obstante, salvo, fuera de, excepto.

Oraciones concesivas

Oponen una dificultad o un obstáculo al cumplimiento de la proposición principal: Aunque estoy cansado, iré a trabajar.

clip_image004 Pueden llevar el verbo en indicativo o subjuntivo (“Aunque trabaja / trabaje mucho, no ganará mucho dinero“).

clip_image004[1] Enlaces: aunque, así, si bien, aun cuando, a pesar de (que).

clip_image004[2] Fórmulas sintácticas: diga lo que diga, sea cual fuere, sea como sea.

clip_image004[3] Otros nexos:

→ Con + infinitivo. Con ser rico, es muy roñoso.

→ Con lo + adjetivo. No le gusta la tarta con lo rica que está.

→ Con + artículo + sustantivo + que. Con el dinero que tiene, nunca invita.

→ Aún + gerundio. Aún sabiendo su defecto, no lo admite.

→ Gerundio, participio o adjetivo + y todo. Cojeando y todo, ganó la carrera.

→ Futuro + Y. Lo matarán y seguirá hablando.

4. LA EXPRESIÓN DE LA OPINIÓN

La opinión consiste en mostrar nuestro juicio sobre un estado de cosas, por lo tanto será importante la subjetividad y en consecuencia la modalidad, en cuanto a actitud subjetiva del hablante u oyente respecto de lo enunciado. Está de vacaciones visitando París, creo. Como se ve, tras el enunciado, hace un comentario personal.

La expresión de la opinión tiene muy diversos grados, ya que podemos expresar que consideramos algo probable, posible, expresar sorpresa, extrañeza…

Normalmente, la opinión es expresada a través de oraciones enunciativas o exclamativas:

==> Oraciones enunciativas: Opinión objetiva. Estructuras simples o complejas (subordinadas sustantivas de OD dependientes de verbos de entendimiento, temor y emoción: suponer, creer, pensar, parecer…).

==> Oraciones exclamativas: La expresión subjetiva de la opinión, es decir, la enunciación de las emociones, se distingue principalmente por la entonación, muy modulada por los grandes intervalos que recorre la voz. A ello hay que añadir un aumento frecuente de la intensidad y la cantidad de las sílabas acentuadas e incluso de la palabra entera que se siente como más expresiva.

La oración exclamativa se presenta en distintas formas:

Interjección: Es el recurso lingüístico que mejor marca la expresión. Ejemplo: ¡Alto!

Frases exclamativas: ¡Qué belleza!

Oraciones exclamativas I: ¡Qué buen día hace!

Oraciones exclamativas II: ¡Hace un frío insoportable!

Algunas fórmulas más, entre otras:

clip_image012 Probabilidad: Seguramente, seguro, probablemente, a lo mejor + verbo, quizás, tal vez, puede (ser) que, posiblemente, deber (de), tener que + infinitivo, parecer, parece ser que, al parecer, por lo visto…

clip_image012[1] Posibilidad: Igual + verbo; Capaz que + subjuntivo; Puede (incluso) que + subjuntivo.

clip_image012[2] Actitud de escándalo: Desde luego; Hay que ver; Será posible.

clip_image012[3] Actitud de sorpresa o extrañeza: ¿Sí?; ¿Verdad?; No me digas; Que raro; no puede ser…

5. LA EXPRESIÓN DEL DESEO

Las expresiones de deseo se emplean para expresar el deseo de que ocurra o no algo. Las formas que adoptan estos enunciados son muy variadas:

Ø Encabezados por marcas léxicas, expresivas del énfasis desiderativo: que, ojalá, si, así,... Con frecuencia estas oraciones se pronuncian como exclamativas.

Ø Expresiones con ausencia total de un verbo: “Buena suerte”.

Ø El adverbio optativo así, en frases exclamativas con subjuntivo y en contextos de polaridad negativa: Así te caigas.

Ø La conjunción enunciativa que dependiente de un verbo volitivo: Que te mejores. Que te vaya bien.

Ø Oraciones exclamativas con quién + tiempo pasado: ¡Quién tuviera veinte años!

Ø Oraciones independientes perfectamente estructuradas con verbo en subjuntivo: ¡Ojalá venga! ¡Vivan los novios!

Ø Las oraciones finales que implican voluntad o deseo de que se realice lo expresado por la subordinada: Vengo a que me paguen.

Ø Oraciones interrogativas cuando el hablante enfatiza su propia persona mediante, por ejemplo un pronombre: ¿Vienes conmigo? ¿Me llamas luego?

También se puede expresar deseo mediante el uso de un tipo de verbos que se denominan volitivos o de la voluntad, como son los siguiente: desear, querer, apetecer etc., y sus opuestos, despreciar, desagradar, odiar, etc.

Deseo que todo le salga bien – Me desagrada que todo le salga bien.

En este sentido, no podemos olvidar que las expresiones de deseo abarcan varías líneas más de actuación comunicativa: el ruego y el mandato e incluso el consejo que mediaría entre ambos. Asimismo, en una comunicación directa desde el emisor hasta el receptor toda forma de expresión repercute en verbos y pronombres siendo ,además, importante tener en consideración otros condicionantes como pueden ser el contexto y la situación.

6. LA EXPRESIÓN DE LA EXHORTACIÓN

Indican exhortación, mandato o prohibición.

La exhortación es un mandato atenuado, que a la vez incluye ruego y por eso es habitual su expresión con el subjuntivo: “Tengamos la fiesta en paz”.

La forma, no obstante, más frecuente de mandato es aquella que se sirve del imperativo: “Venid aquí ahora mismo”.

La prohibición es lo contrario del mandato. Para la prohibición utilizamos el modo subjuntivo (Te prohibo que hables con él, -subjuntivo-; también puede utilizarse el futuro de indicativo cuando indica prohibición en modo absoluto: “Esos nunca entrarán en esta casa”), mientras que para el mandato el imperativo.

En las oraciones exhortativas suelen unirse las funciones conativa, representativa y expresiva, aunque destaca la primera.

Fórmulas:

clip_image011 Instamos a hacer algo a alguien mediante preguntas en presente o condicional ¿Quiere probarse el vestido?

clip_image011[1] Enunciados afirmativos del tipo poder (en presente o condicional) + Infinitivo:

Podría comer usted un poco más.

clip_image011[2] Importar a alguien (en presente o condicional) + infinitivo. ¿Le importaría comer esto?

clip_image011[3] A + infinitivo. Es claramente familiar. A callar.

clip_image011[4] Que + subjuntivo. Lo usamos indistintamente para realizar una orden o una petición: ¡Que te calles!

clip_image011[5] No + presente de subjuntivo de ir + infinitivo. No vaya a resultar un fracaso.

clip_image011[6] Ir (imperativo) + gerundio. Id comiendo.

clip_image011[7] Perífrasis de obligación. Haber que, tener que, deber + infinitivo.

clip_image011[8] Para aconsejar, sugerir o recomendar. Yo que tu, yo en su lugar + Condicional

7. CONCLUSIÓN

Como se acaba de ver, la expresión de la aserción, la objeción, la opinión, el deseo y la exhortación es muy variada y no sólo se sirve de las modalidades oracionales sino que también se utilizan otras construcciones, giros, tiempos verbales, perífrasis, adverbios, conjunciones… dependiendo de la expresión analizada.

Por otro lado, hay que tener presente la distinción entre la estructura gramatical de una oración y la clase de acto comunicativo que se lleva a cabo, por medio del enunciado de dicha oración, en una situación determinada (la interacción comunicativa en la expresión de la aserción, la objeción, de la opinión, del deseo y de la exhortación, que les confiere sus características peculiares), con el fin de apreciar el verdadero significado de lo que se dice, de la intención del enunciado en concreto y de su efecto en el receptor.

8. BIBLIOGRAFÍA

ALARCOS LLORACH, Emilio. (1994) Gramática de la lengua española. Espasa-Calpe: Madrid.

ALCINA FRANCH, JUAN y JOSÉ M. BLECUA. (1979) Gramática Española. Ed. Ariel: Madrid.

BOSQUE Y DEMONTE. (1999) Gramática descriptiva de la lengua española. Espasa-Calpe: Madrid.

MARCOS MARIN, F. (1980): Curso de Gramática Española. Cincel-Kapelus: Madrid.