Introducción
Cabe decir, en este contexto, que la intervención del alumnado con déficit motórico no puede quedar a disposición de la improvisación educativa. Es necesario organizar una respuesta educativa que incluya la identificación y valoración de las capacidades y necesidades del alumno, ofreciendo una propuesta curricular adaptada a las mismas, con los apoyos y servicios necesarios para ello.
Por ello, trataremos en primer lugar, las nociones básicas sobre la deficiencia motora. Seguidamente, expondremos los aspectos diferenciales en las distintas áreas del desarrollo de estos alumnos y las nee que presentan. En tercer lugar, hablaremos sobre las posibles deficiencias asociados que pueden presentarse para, finalmente, establecer las líneas generales sobre el proceso de identificación de las nee de estos alumnos.
1. La deficiencia motora
En este apartado conceptualizaremos la deficiencia motórica empleando, para ello, una de las definiciones más utilizadas en el campo que abordamos. Además trataremos de exponer brevemente una de las clasificaciones sobre la deficiencia motor.
1.1. Conceptualización
Tal y como plantean numerosos autores, entre ellos Babio et al (1991), el alumno con deficiencia motórica es todo aquel que presenta de manera transitoria o permanente alguna alteración del aparato motor, debido a un deficiente funcionamiento en el sistema óseo-articular, muscular y/o nervioso, que en grado variables limita algunas de las capacidades que pueden realizar el resto de los niños de su misma edad.
1.2. Clasificación
Las deficiencias motóricas se pueden dividir según los miembros afectados, en cuyo caso la gravedad vendrá indicada por los sufijos plejia (si es grave) y paresia (si es leve) como por ejemplo tetraplejia y diplejia; y según el origen de la lesión (encefálico, medular, muscular y óseo-articular).
Deficiencias motóricas de origen encefálico:
Falta origen
Parálisis cerebral: Es un desorden permanente y no inmutable de la postura y el movimiento, debido a lesión cerebral antes de que su desarrollo (el sistema nervioso central es todavía modificable) y crecimiento sea completo. No se cura, pero se puede mejorar con fisioterapia y otro tipo de intervenciones. No es evolutiva, es decir, no se va deteriorando, a no ser que no se estimule. Se produce normalmente en las vías eferentes (motoras) piramidal o extrapiramidal. No se detecta en el embarazo, pues no tiene componente genético.
Existen distintos tipos de Parálisis Cerebral:
Espástica: consiste en una lesión en la zona cerebral que coordina la actividad motora. Lo concretamente afectado son los haces o vías piramidales. Esa lesión produce un tono muscular elevado en el individuo (hipertonía). Tienen graves problemas para controlar los movimientos voluntarios, para relejarlos,…
Atetósica: lesión en los haces extrapiramidales. Se producen movimientos lentos, con relativa hipotonía.
Atáxica: lesión en el cerebelo. Se produce afectaciones en los movimientos de precisión, coordinación, control postural,… Inestabilidad en el equilibrio, suele estar disminuido el tono muscular.
Nota: Se suele dar la forma mixta atetoide y espástica. No obstante, de estos tipos, el más habitual es la espasticidad.
Traumatismo craneoencefálico: lesión cerebral debido a un golpe, caída, accidentes de tráfico (lo más habitual en los jóvenes). Aunque es difícil buscar características comunes, suelen estar más relentizados en los movimientos, en el lenguaje (se producen anartrias o problemas para articular todos los fonemas; y disartrias o problemas para articular algunos de esos fonemas; también afasias, concretamente la adquirida).
Deficiencias motóricas de origen medular:
Espina Bífida: Es un trastorno congénito y que consiste en una ausencia o incompleto cierre de las vértebras. Hay dos tipos básicos:
§ Oculta: la más habitual, donde no hay manifestaciones de meninges, del sistema nervioso central… A veces, se detecta por la aparición de lunar y vello.
§ Manifiesta: donde a su vez distinguimos tres tipos:
ü Meningocele: cierre incompleto de las vértebras que permite salir al exterior las meninges (recubiertas de piel) (piamadre, duramadre, aracnoides).
ü Mielomeningocele: es más peligrosa, ya que salen al exterior la capa meníngea y parte del sistema nervioso central; por lo que quedan expuestas terminales nerviosas a la contracción de enfermedades. Cuanto más arriba se produzca la lesión, más miembros quedan afectados.
ü Lipomeningocele (= que meningocele pero aquí el quiste es de tejido lipomatoso)
Suele estar asociada a la deficiencia mental, además de acompañarse de hidrocefalia (exceso o acumulación de líquido cefalorraquídeo en el cerebro) Suelen tener secuelas neurológicas. Por tanto, suelen ser operados colocándoles una válvula en el cerebro que reduzca este líquido, pasándolo a la sangre.
Lesiones medulares degenerativas: hacen referencia a una degeneración de las células nerviosas de la médula que actúa en las astas motoras de la misma. Entre ellas, se pueden diferenciar varios tipos según la gravedad:
Enfermedad de Werdin-Hoffman: es una enfermedad infantil que evoluciona rápidamente hacia la muerte. En la etapa juvenil, su evolución es más lenta.
Ataxia de Friedreich: presenta una evolución variable, y se caracteriza por una desviación del raquis. Podemos diferenciar tres tipos de desviaciones:
Ø Escoliosis: desviación lateral de la columna. Su gravedad se establece a partir de los 50 grados.
Ø Lordosis: desviación anterior en la zona lumbar.
Ø Cifosis: desviación hacia la zona posterior a nivel dorsal (joroba).
Enfermedad de Charcot-Marie-Tooth: se trata de una atrofia de los miembros inferiores y de una paralización de los nervios del peroné. Utilizan aparatos ortopédicos.
Deficiencias motóricas de origen muscular o miopatías: se trata de una afectación de las fibras musculares esqueléticas, de los músculos simétricos y de una afectación proximal. Tiene origen y causas muy variadas. Los jóvenes que padecen este tipo de deficiencias, no presentan deficiencia mental; sí existe en ellos una apatía que degenera en un desinterés por las actividades intelectuales. Entre los síntomas más característicos podemos destacar: Fatigabilidad excesiva. Debilidad muscular de tipo proximal. Masas musculares muy fláccidas. Dolores musculares en reposo, espontáneamente o palpación. Calambres musculares en metabólicas y endocrinas. Contracciones musculares.
Distrofia muscular de Duchenne de Boulogne: hereditaria ligada al cromosoma X y recesiva. Afecta al varón siendo la mujer portadora. Comienza sobre los 2-4 años de edad. Evolución rápida. Afecta a la marcha y la postura corporal.
Distrofia muscular de Landouzy-Dejerine: manifestación sobre la adolescencia. Evolución más lenta. Afecta músculos de la cara y cuello. Luego afecta a los hombros y parte superior del tronco.
Deficiencias motóricas de origen óseo-articular: En la mayoría de los casos se da por lesiones uterinas.
Malformaciones congénitas:
ü Luxación congénita de cadera: malformación estructural de los extremos óseos del coxis y el femoral.
ü Artogriposis: Desarrollo insuficiente de la musculatura esquelética.
Distrofias óseas:
ü Osteogénesis imperfecta: retardo del crecimiento por insuficiente mineralización. “Enfermedad de los huesos de cristal”.
ü Condodistrofia: enanismo de origen genético. Pobre desarrollo óseo.
Microbianas o infecciosas:
ü Tuberculosis óseoarticulares (artritis tuberculosa): Frecuentemente afecta a una sola articulación.
2. Aspectos diferenciales en las distintas áreas del desarrollo
Siguiendo las aportaciones de diversos autores, entre ellos Seron y Aguilar (1992), los problemas motores pueden llegar a condicionar diversas áreas del desarrollo, en este sentido podemos hacer mención de la motricidad, el lenguaje, la cognición, la interacción social y el desarrollo emocional.
2.1. Área de motricidad y lenguaje
Generalmente los alumnos con dificultades motrices presentarán dificultades en la comunicación. En este sentido, autores como Tardieu (1972) plantea que en un 75% los niños con parálisis cerebral necesitarán una reeducación ortofónica.
En la mayoría de los casos, las alteraciones del lenguaje serán producidas por una perturbación más o menos grave de los órganos bucofonatorios. De este modo pueden generar disartrias (ejecución) o apraxias (organización motriz). En algunos casos también es posible que se presente una ausencia del habla.
En cuanto a las dificultades motoras, características más evidentes entre esta población, cabe decir que son causa de múltiples problemas que afectan a la coordinación, lateralidad, orientación, hábitos de autonomía,… todas estas dificultades aumentan debido fundamentalmente a la presencia de actitudes sobreprotectoras, idea que guarda relación con el concepto de indefensión aprendida propugnado por Weiner en 1986.
2.2. Área cognitiva
A menos que existan trastornos asociados como el retraso mental, las anomalías o retrasos que pueden observarse son una consecuencia del déficit motor que altera las posibles experiencias del niño en relación tanto con el mundo físico como social. También pueden ocasionarse por las dificultades en la comunicación y en el lenguaje, aspectos considerados como instrumentos de máxima importancia para la construcción del conocimiento.
2.3. Interacción social y desarrollo emocional
Las limitaciones en el plano motor y lingüístico originan que el desarrollo social de los niños y jóvenes con déficit motor no tenga lugar de forma adecuada. Además, las actitudes de sobreprotección o la frustración que generan algunas situaciones en estos chicos, limitan la motivación para emprender y perseverar el esfuerzo personal. Es por ello, que debamos prestar especial atención a la adquisición de una autoestima positiva y un conocimiento realista de sí mismo. Suelen mostrar retraso en la madurez afectiva.
3. Los alumnos con deficiencia motora y otras deficiencias asociadas
Es frecuente que los trastornos del movimiento puedan ir asociados a otras alteraciones: lenguaje, audición, visión, desarrollo mental, personalidad, atención o percepción, entre otras.
3.1. Trastornos del lenguaje
Como hemos expuesto anteriormente, los problemas motores, como por ejemplo la parálisis cerebral, suelen ir acompañados de dificultades en el lenguaje. Generalmente se ven afectadas la expresión como la mímica, los gestos o la palabra por el tipo de respiración y el mal funcionamiento de los órganos fonatorios, y la comprensión, debido a la falta de estimulación o trastornos auditivos.
3.2. Trastornos sensoriales
Por lo general, en estos casos, los trastornos auditivos no suelen provocar una sordera total. Pero sí pueden generar un problema de distorsión en las palabras, influyendo de este modo en el lenguaje y la comunicación del alumno. Pues los sonidos que no percibe bien no los pronunciará, los omitirá, los sustituirá o los pronunciará incorrectamente.
Entre las múltiples deficiencias visuales que pueden llegar a presentar podemos mencionar el estrabismo, el nistagmus, el déficit en la agudeza visual y los trastornos de la elaboración central, entre otros.
Además, suele estar alterada la coordinación de los músculos oculares, mostrándose una coordinación insuficiente en ambos ojos y un desdoblamiento de la imagen, influyendo en el uso de un solo ojo, que puede llegar a provocar una pérdida del relieve.
3.3. Trastornos del desarrollo mental
Una lesión cerebral no afecta siempre a la inteligencia. Entre niños con distinto grado de déficit físico, nos encontramos casos con inteligencia normal y otros con un nivel intelectual muy bajo. Debemos señalar que, a raíz de los tratamientos precoces, la deficiencia mental asociada en estos niños se ha atenuado en gran medida.
3.4. Trastornos de la personalidad
Los alumnos con parálisis cerebral, dificultad motora más frecuentemente presente en los centros escolares, son con frecuencia muy sensibles. En aquellos con deficiencia mental asociada se observa un menor control emocional con frecuentes cambios de humor, risas, llantos…
En este sentido, cabe hacer mención de la necesaria intervención a niveles de autoestima y autoconcepto general.
3.5. Trastornos de la atención y la percepción
Se observa en algunos casos dificultad en mantener la atención, tendencia a la distracción y reacciones exageradas ante estímulos insignificantes.
Los problemas descritos sobre la motricidad y el desarrollo sensorial condicionan la percepción. Pues el niño con déficit motor, desde la primera etapa del desarrollo presenta dificultades en la manipulación y la exploración del entorno, lo que influirá los siguientes períodos evolutivos.
De igual modo, presenta déficit en la elaboración de los esquemas perceptivos como el esquema corporal, la orientación, la lateralidad… y manifiestan dificultades para los juegos constructivos (puzzles, rompecabezas…), para la representación gráfica (monigotes, casas, caras…) y problemas para desenvolverse en el espacio.
4. Identificación de las nee de estos alumnos
Para identificar las nee que presenta un alumno debemos poner en marcha un proceso de evaluación psicopedagógica. Esta debe incluir la información relativa al alumno y al contexto en el que se desarrolla.
En este sentido, del alumno debemos conocer las condiciones personales de discapacidad; el desarrollo general que presenta; el nivel de competencia curricular, el estilo de aprendizaje y la historia educativa y escolar, entre otros aspectos. Por otro lado, en cuanto al contexto se analizarán concretamente el contexto familiar, el escolar y el social.
Dicho proceso de identificación y valoración de estas nee, es competencia de los EOEP de zona en colaboración con el específico especializado en la discapacidad motora, siendo el responsable de su realización el Orientador del centro con la participación de los docentes y el maestro de educación especial.
La Orden de 7 de abril de 1997, recoge el procedimiento para realizar la evaluación psicopedagógica, cuya finalidad será la de dictaminar el tipo de respuesta educativa y los recursos necesarios.
Esta evaluación se utilizará cuando:
– Se prevea la necesidad de realizar una adaptación curricular significativa o una muy significativa.
– Vayan a tomarse decisiones sobre la escolarización y su período de duración.
– Se aporten informes que constaten alguna discapacidad, motora en este caso.
– Se tengan que determinar recursos y apoyos específicos complementarios.
Las conclusiones de la evaluación se recogerán en un Informe Psicopedagógico que culminará en un Dictamen o propuesta que se referirá al tipo de adaptación curricular individual (significativo o muy significativa) y a la modalidad de escolarización. El dictamen lo firma el equipo, los padres y la inspección educativa.
5. Necesidades Educativas que presentan los alumnos con deficiencia motora
Los alumnos con deficiencia motora van a necesitar una ayuda distinta a la del resto de los compañeros de su edad para conseguir el desarrollo de las capacidades expresadas en los objetivos educativos.
En este sentido, cada alumno con déficit motor presentará unas necesidades diferentes que deberán ser atendidas con los servicios y ayudas adecuadas. De modo, algunas de las necesidades comunes o más frecuentes en este tipo de casos pueden ser las siguientes:
– Necesitan aumentar la funcionalidad de sus órganos sensoriales.
– Necesitan desarrollar el conocimiento de su entorno próximo mediante la estimulación plurisensorial.
– Necesitan desarrollar estrategias para focalizar su atención.
– Necesitan conocer y emplear sistemas y ayudas para mejorar su capacidad de comunicación.
– Necesitan desarrollar una imagen ajustada y positiva de sí mismos conociendo sus capacidades y limitaciones.
– Necesitan aumentar sus posibilidades comunicativas mediante el desarrollo de diferentes lenguajes (oral, escrito, plástico, gráfico, musical, gestual)
– Necesitan la valoración y atención de diferentes profesionales: EOEP zona y específico, profesor de PT, logopeda, fisioterapeuta, auxiliar educativo.
– Necesitan materiales específicos y adaptaciones en el entorno como la supresión de barreras arquitectónicas.