Tema 68 – Salud laboral y calidad de vida. Elementos que determinan el grado de satisfacción laboral. Medio ambiente y trabajo. La protección medioambiental.

Tema 68 – Salud laboral y calidad de vida. Elementos que determinan el grado de satisfacción laboral. Medio ambiente y trabajo. La protección medioambiental.

1. SALUD LABORAL Y CALIDAD DE VIDA

Salud y trabajo son, obviamente, conceptos distintos, pero muy relacionados. Es evidente que para trabajar hace falta salud, y que la más evidente manifestación de la falta de salud es la disminución de la capacidad para trabajar. Por tanto la salud laboral viene condicionada por la relación salud-trabajo. Las circunstancias de la actividad humana han establecido entre ambos una inseparable relación, la cual se expresa muy bien en el aforismo “se necesita la salud para trabajar, pero trabajando se puede perder la salud”.

En los últimos años han ido variando los conceptos de trabajo y salud. El estudio de la enfermedad profesional y el accidente de trabajo ha ido cediendo paso al más amplio y ambicioso de la prevención y mejora de la salud y el bienestar en el trabajo. La protección resarcitoria del pago de indemnizaciones por los daños y la aplicación de plus a las situaciones laborales de peligrosidad, penosidad…, cede la prioridad a la protección preventiva tendente a disminuir o eliminar los riesgos derivados de la actividad laboral, en aras a mejorar la calidad de vida del trabajador. Estos planteamientos se encuentran presentes en los principios de acción preventiva recogidos en la LPRL y en las disposiciones reglamentarias que la desarrollan.

Por otra parte y desde el punto de vista fisiológico, el equilibrio individual de la salud humana depende del perfecto funcionamiento de todas las estructuras orgánicas heredadas por cada individuo y de la interacción de estas con el medio ambiente. En el ambiente laboral existen factores agresivos que es necesario controlar para proteger la salud del hombre que trabaja. Sigue siendo válido el clásico planteamiento ecológico de la patología del trabajo:

Hace falta salud para trabajar.

El trabajo modifica el ambiente del hombre que trabaja.

Las modificaciones ambientales son agresivas para la salud del trabajador.

Se desequilibra la salud por la incapacidad del hombre de adaptarse al las nuevas condiciones ambientales creadas por el trabajo.

Origen de la Patología del trabajo en el hombre que trabaja.

Vemos que el ser humano, con su trabajo o a consecuencia del mismo, introduce una serie de factores que modifican las condiciones naturales, creando circunstancias que, en forma de agentes causales, son los culpables de la pérdida de salud laboral. Estos agentes causales (estudiados en tema 58) pueden ser de origen: mecánico, físico, químico, biológico, psicológico y social. Cuando los factores ambientales provocados por el trabajo sobrepasan la capacidad de adaptación del trabajador, nos situamos ante los denominados Riesgos Profesionales.

La calidad de vida del trabajador en relación a su salud laboral estará condicionada por el control sobre los agentes ambientales y sobre los riesgos profesionales.

2. ELEMENTOS QUE DETERMINAN EL GRADO DE SATISFACCIÓN LABORAL

No es fácil precisar cuáles son los elementos que determinan el grado de satisfacción laboral, máxime cuando en su determinación intervienen factores subjetivos. Ante dos situaciones laborales similares, dos trabajadores pueden tener sentimientos personales de satisfacción diferentes, e incluso opuestos.

Según Fisher, Hama y Blum, el sentimiento personal de satisfacción o insatisfacción en el empleo puede relacionarse con tres fuentes:

Las características específicas del puesto: A las características intrínsecas del puesto hay que añadir la formación específica del trabajador para ocuparlo, la consideración social del puesto, las posibilidades de promoción que presenta, la incidencia que tiene en el proceso productivo…

El grado de adaptación al lugar de trabajo y a los compañeros de trabajo: El sentimiento de insatisfacción es, normalmente, un síntoma de mala adaptación al puesto. Suele ir unido a la tendencia hacia críticas inútiles o negativas, a una falta de motivación e interés por el trabajo. Hay que tener en cuenta que una incompleta o inadecuada adaptación al puesto refuerza la tendencia a la insatisfacción profesional y al incremento de accidentes de trabajo.

Las relaciones con los compañeros: Un trabajador insatisfecho puede inducir insatisfacción y desánimo en un grupo de trabajo. A veces el motivo de la insatisfacción no es fruto de las características intrínsecas del puesto, sino del ambiente sociolaboral.

La relación de factores y elementos determinantes del grado de satisfacción laboral, así como sus posibilidades de clasificación son muy amplias, nosotros recogemos a continuación los que nos parecen más significativas, extraídos de los manuales que señalamos en la bilbliografía, y de las encuestas sobre condiciones de trabajo que publica periódicamente el INSHT.

Entre los factores determinantes del grado de satisfacción laboral, y sin ánimo de ser exhaustivos, señalamos los que siguen.

1. Retribución del trabajo

2. Características y condiciones del trabajo

3. La jornada de trabajo

4. La autonomía y responsabilidad

5. La automatización

6. El ritmo de trabajo

7. El status social

8. La identificación con la tarea

9. La iniciativa

10. La estabilidad en el empleo

11. Los agentes de la relación laboral

1. Retribución del trabajo

El salario constituye uno de los elementos básicos que determinan el grado de satisfacción laboral, pues de su cuantía depende que las necesidades materiales (alimento, vivienda, educación, ocio, etc.) del trabajador y su familia sean adecuadamente atendidas. La satisfacción en relación con el salario depende de la percepción de su equidad por parte del trabajador de acuerdo con la teoría de la equidad laboral de Adams. Los trabajadores realizarán una comparación entre sus “aportaciones” (formación, capacidad, esfuerzo, edad…) y sus “recompensas” (salario, cargas sociales, status…). De esta comparación surgirá un sentimiento de equidad o inequidad que influirá en su grado de satisfacción laboral. Por otro lado, autores como Hezberg consideran que el salario no es elemento fundamental en la motivación hacia el trabajo.

2. Características y condiciones propias del trabajo

Peligrosidad: El entorno físico en que se desenvuelve el trabajo puede constituir en sí mismo un factor de insatisfacción laboral. Si el trabajo es peligrosos, si se realiza en un meŒo físico agresivo (temperaturas extremas, ruido, vibraciones, contaminación etc.) o requiere esfuerzos físicos agotadores, difícilmente permitirá la realización humana y profesional del trabajador.

Monotonía: La falta de variedad en los empleos es lo que hace monótonos y aburridos, provocando entre los trabajadores, sentimientos de tedio y rechazo. Todo ello conlleva un nivel de satisfacción bajo. No obstante, se han observado considerables diferencias individuales en la relación entre un trabajo ligeramente repetitivo y el aburrimiento. Hay trabajadores que se sienten descontentos porque su trabajo no representa reto alguno para su capacidad, mientras que para otros el reto resulta excesivo.

Complejidad: La posibilidad de utilizar las capacidades, habilidades y aptitudes que una persona posee en un trabajo desafiante por su nivel de complejidad o dificultad supone un aumento del nivel de satisfacción. Sin embargo, los niveles de desafío muy bajos o muy altos suelen tener efectos de insatisfacción dado que en el primer caso, su ejecución no presenta apenas interés, y en el segundo, el trabajador tiene muy pocas posibilidades de éxito.

La variedad del trabajo: La autonomía de que dispone el trabajador al desempeñarlo, el grado en que puede utilizar sus capacidades y habilidades y el éxito que logra alcanzar en él, son factores intrínsecos al propio trabajo que tienden por lo general a producir satisfacción en el trabajador.

3. La jornada de trabajo.

La ergonomía temposal se ocupa del bienestar del trabajador en relación con los horarios de trabajo. Estudia, por tanto horarios de trabajo, duración de la jornada, ritmos de trabajo, optimización de los períodos de descanso. En el estudio del horario de trabajo óptimo influyen factores físicos (fatiga física) y factores psíquicos (fatiga mental). Es por tanto bastante complejo el establecimiento de un horario de trabajo universal, puesto que han de tenerse en cuenta el tipo de trabajo, la carga y contenido del mismo, el sistema de producción…

El horario general de trabajo puede tener una incidencia apreciable en la productividad de los trabajadores. En la implantación de horarios de trabajo han de tenerse en cuenta los ritmos naturales de la alternancia vigilia- sueño, la alimentación, el facilitar la vida de relación familiar y de grupos sociales, las diversas posibilidades de horarios de trabajo: jornadas continuadas, partidas, jornadas flexibles, trabajo a turnos. Se tiende a jornadas más reducidas y a horarios flexibles, que posibilitan al trabajador decidir las horas de entrada y salida del trabajo, dentro de ciertos límites, y con la obligación de cubrir las horas semanales establecidas.

Al estudiar la jornada de trabajo como factor determinante del grado de satisfacción laboral, debe hacerse especial mención al trabajo nocturno y en turnos rotatorios. Trabajar habitualmente de noche o realizando turnos rotatorios constituye un importante factor de riesgo laboral, ya que puede ocasionar problemas físicos (insomnio, fatiga, trastornos digestivos o cardiovasculares), psicológicos (aislamiento, soledad, depresiones) y sociales (problemas familiares derivados del desajuste horario).

4. La autonomía y responsabilidad

Entendemos por autonomía la posibilidad de organizar la tarea que se realiza, tanto respecto a su contenido (autonomía operacional) como con relación al espacio de trabajo en el que se desarrolla (autonomía espacial).

La autonomía operacional está definida por la mayor o menor libertad del operario para organizar el contenido de su trabajo: herramientas, orden, método, ritmo de trabajo, etc.

La autonomía espacial depende de la libertad de movimientos de que disponga el trabajador , así como la posibilidad de ausentarse o no de su puesto. La autonomía espacial es objeto de la ergonomía geométrica que estudia la relación entre el hombre y las condiciones métricas del puesto de trabajo para conseguir el mayor confort posicional.

El nivel de autonomía depende del ritmo de trabajo, que, a su vez, está condicionado por factores como los siguientes:

– Exigencias externas al trabajador. Por ejemplo, la necesidad de atender al público (y el volumen de éste), número de clientes, flujos variables de trabajo, etc.

– El ritmo de trabajo impuesto por otros compañeros, por ejemplo, en un sistema de trabajo en equipo, o en una cadena de producción.

– El ritmo de trabajo impuesto por el proceso de trabajo o por las máquinas.

– Las exigencias de producción impuestas por la empresa o los sistemas de primas e incentivos.

5. Automatización

En las últimas décadas, la aplicación de nuevas tecnologías, sobre todo en la industria y en los servicios, ha dado lugar a procesos de trabajo autorregulados casi en su totalidad, eliminando en gran medida la intervención humana, que ha quedado reducida a funciones de supervisión y control.

Esta automatización ha implicado algunas ventanas no sólo en cuanto a la cantidad, sino también en cuanto a la calidad del trabajo. pues permite trabajar con menos esfuerzo físico y con menor riesgo de accidentes. Pero, por otra parte, ha conllevado una serie de inconvenientes respecto a la autonomía y a la capacidad de tomar decisiones. Un trabajo automatizado se caracteriza porque implica:

– Operaciones cortas y repetitivas.

– Escaso conocimiento del proceso total de producción.

– Aprendizaje corto y efectuado en el propio puesto de trabajo.

– Intervención de otras personas cuando surge algún problema.

– Dificultad de aplicar al trabajo las capacidades profesionales adquiridas.

– Soledad y aislamiento del operario.

– Pérdida del control de trabajo, dependiendo del ritmo de la máquina.

Todos estos fenómenos pueden convertir el trabajo en monótono y aburrido, sin ningún interés para la persona que lo realiza. En estos casos, para mejorar las condiciones de trabajo, se recomienda adoptar las siguientes medidas.

– Permitir al trabajador intervenir en caso de errores e incidentes, para controlar y corregir las averías de los equipos o los defectos de producción, sin que tenga que depender de un control y asistencia externos.

– Dotar al trabajador de cierta autonomía y capacidad de organización, de modo que puede modificar el orden de las distintas operaciones, establecer su ritmo de trabajo, etc.

– Alargar el ciclo de trabajo, dándole una mayor variedad y aumentando su contenido.

– Establecer sistemas de rotación entre los distintos puestos, de manera, que, al variar de tarea, se evite la monotonía.

6. El ritmo de trabajo.

La velocidad a la que debe realizarse la tarea, unida a su carácter repetitivo y complejidad, define el ritmo de trabajo, factor organizativo cuyo inadecuado diseño puede constituir un riesgo para la salud del operario y una fuente de insatisfacción laboral.

Para determinar los tiempos y ritmos de trabajo, deben tenerse en cuenta tanto las exigencias derivada de la máquina o del proceso productivo, como, especialmente, la de los trabajadores. Si no es así, se causará una sobrecarga física y mental en ellos que incrementará el número de errores y el riesgo de accidente, así como un progresivo grado de estrés en el individuo.

7. Status Social

El Status se refiere a la consideración social. Según el prestigio que la tarea que se realiza tenga para los demás (compañeros, amigos, familia) y para uno mismo, el trabajador más o menos valorado.

El laboratorio de Economía y Sociología del Trabajo (LEST) de Aix-Provence, en su método para evaluar, las condiciones de trabajo, valora el status social relacionándolo con dos indicadores:

– El tiempo de aprendizaje en su puesto de trabajo.

– El nivel de formación requerida.

Un tiempo de aprendizaje largo, significa que la tarea es más compleja y por tanto está más valorada. En este caso, además, es más difícil que el trabajador sea reemplazado por otro.

El nivel de formación se refiere al nivel requerido por el puesto. Cuando mayor es la distancia entre la formación recibida y las exigencias del puesto, mayor será la inadaptación y la sensación de sentirse infravalorado.

Otros indicadores de Status Social serían salario, la ubicación del puesto de trabajo, el cargo dentro de la organización, etc.

8. La Identificación con la tarea

Se refiere a la imagen que el individuo tiene en su trabajo, según la valoración que de su tarea dentro del proceso productivos, es decir, la importancia que su trabajo tiene dentro del contexto total en que se desarrolla. Esta valoración depende de dos criterios:

– El lugar que ocupa el trabajador dentro del proceso.

– La importancia de la modificación efectuada por el trabajador.

Si se efectúa una modificación importante de una pieza o se lleva a cabo el ensamblaje o montaje de un parte del producto final, el trabajo mostrará un mayor interés para la persona que lo realiza.

9. La iniciativa

Puede definirse como la posibilidad que tiene el individuo de organizar su trabajo. se refiere a la posibilidad de que el trabajador pueda intervenir en la elección del método, la determinación del ritmo y el control del tramo efectuado.

Ya hemos visto como la automatización y la producción masiva suelen / dificultar el desarrollo de la iniciativa. Sin embargo, en muchas ocasiones cabe la posibilidad e intervenir en el orden de las operaciones a realizar e incluso en algunos casos es posible idear un nuevo procedimiento.

En todos casos hay que intentar disminuir la monotonía de los puestos de trabajo muy parcelados, porque así aumenta su interés y disminuye la fatiga. Esto se conseguirá en la medida en que el trabajador puede intervenir en los siguientes aspectos:

– Organización del trabajo.

– Modificación del orden de las operaciones.

– Control del ritmo del trabajo.

– Control de la calidad del trabajo efectuado, y realización de algún retoque.

– Regulación de las máquinas.

– Intervención en casos de incidentes.

10. La estabilidad en el empleo.

En cualquier caso, pero sobre todo en el momento económico actual, hay que incluir como factor a tener en cuenta, para la valoración de la situación en el trabajo, el miedo a perder el empleo. A las tensiones relacionadas con el trabajo se añade la incertidumbre de cara al futuro, respecto a la seguridad en el empleo y al poder adquisitivo. En un plazo más inmediato se teme el cambio de actividad, compañeros, mandos, los posibles traslados, fechas de vacaciones, etc.

En estos últimos aspectos puede reducirse la incertidumbre a través de una buena comunicación que permita a los interesados conocer los posibles cambios con la suficiente antelación, de manera que les sea más fácil adaptarse a ellos.

11. Los agentes en la relación laboral

Otro aspecto importante del estudio es el de los agentes en la satisfacción laboral:

a. El propio sujeto. Se puede pensar, que el epicentro u origen en donde se generan y del que parten las radiaciones de la satisfacción se encuentra en el propio sujeto. Es el trabajador el que establece, de acuerdo con su punto de vista, el marco de referencia individual en el que estimará, comparará y decidirá si los resultados percibidos de su trabajo se ajustan a sus aspiraciones y deseos. En caso afirmativo se dará la satisfacción, en caso contrario se dará insatisfacción, o al menos, un estado neutro (Herzberg). Lo que resulta indudable es que, entre los muchos factores que controlan la satisfacción, algunos proceden del mismo individuo. Entre ellos cabe enumerar sus habilidades, su personalidad y las percepciones que tiene de si mismo, por o general una autoestima elevada proporciona más satisfacción en los trabajadores en relación con su trabajo que una autoestima baja.

b. Supervisores, compañeros y subordinados. Es en la interacción con los demás donde el sujeto va elaborando su esquema de conocimiento o marco conceptual y valorativo de si mismo. El supervisor puede ser considerado como el pivote de las relaciones humanas y, por lo tanto, como fuente importante de posibilidades satisfacciones o insatisfacciones de sus subordinados. Los estilos de mando asociados a la actividad jerarquizada que es el trabajo, el establecimiento de las relaciones humanas, pueden producir sentimientos de satisfacción u hostilidad, agresividad, ansiedad… síntomas en definitiva, de un estado de satisfacción o insatisfacción en el trabajo. Se ha llegado a afirmar que la satisfacción que se siente con el trabajo depende aparentemente de cuanto nos estimen los compañeros de trabajo. en relación el grupo de trabajo y los compañeros, los aspectos más destacados para la satisfacción son por lo general la cohesión, la popularidad, el tamaño del grupo y las oportunidades de interacción.

c. Empresa y directivos. Los directivos ejercen control sobre los niveles interiores de la organización, elaboran el tipo de tarea a realizar, establecen el grado de responsabilidad de éstas y determinan el modo y cantidad de compensaciones económicas. Es decir, ejercen una influencia importante sobre las otras fuentes de satisfacción de los trabajadores. Por tanto, desde este nivel se puede considerar a los directivos como factores indirectos de satisfacción, ya que ejercen sus efectos a través de otros factores. Las relaciones de los trabajadores con los directivos son poco frecuentes, en parte impersonales y tienen menos importancia para determinar el grado de satisfacción del empleado.

Por lo que se refiere a la empresa en su conjunto. Argyle recoge tres aspectos que pueden considerarse relacionados con la satisfacción.

– La forma y el tamaño. Se da una mayor satisfacción en el trabajo cuando las organizaciones son pequeñas y además existen pocos niveles en ellas.

– El grado de participación en la dirección. Con ello se fomenta la identificación del empleado con los fines y metas de la organización y se obtiene una mayor sensación de pertenencia.

– Otros aspectos de la empresa como la política de personal, sistema de valoración, las relaciones con los sindicatos, etc.

3. MEDIO AMBIENTE Y TRABAJO

Dada la permanente agresión que la actividad humana produce en el medio ambiente, se están buscando fórmulas a nivel mundial que permitan compatibilizar el desarrollo económico con la conservación del medio ambiente. En los últimos años se tiende al desarrollo sostenible como “un proceso que aspira a optimizar el desarrollo económico duradero, la diversidad de oportunidades para el individuo y el equilibrio ecológico”.

Este desarrollo sostenible requiere la participación de empresarios, trabajadores, consumidores, técnicos y políticos. A nivel macroeconómico exige un cambio en el empleo que se hace de los recursos naturales y de la energía, a costa de las futuras generaciones y deteriorando otras regiones. En el plano microeconómico de las empresas, el desarrollo sostenible pasa por una reducción de elementos contaminantes con el empleo de tecnologías adecuadas. La agresión al medio ambiente en el marco de la empresa puede deberse a factores físicos, químicos y biológicos. Realizamos una clasificación esquemática de estos contaminantes (desarrollado en tema 58, ampliar en este tema si se considera oportuno):

Contaminantes físicos. Es todo estado energético agresivo que tiene lugar en el medio ambiente. Estos estados pueden ser mecánicos, térmicos, electromagnéticos, radiactivos…; los más habituales en el mundo laboral son: el ruido, las vibraciones, el estrés térmico, los campos eléctricos y magnéticos, las radiaciones ionizantes y no ionizantes, las presiones y depresiones.

Contaminantes químicos. Es toda materia orgánica o inorgánica carente de vida propia. Según su estado físico pueden presentarse en forma de sólido, líquido o gas; todos ellos estados físicos de la materia en condiciones normales de presión y temperatura: 1 atf. y 25 C.

Contaminantes biológicos. Lo constituyen otros seres vivos como bacterias, virus o parásitos. Tienen un determinado ciclo de vida y unos procesos de reproducción y crecimiento que, al penetrar en el hombre, determinan en él la aparición de enfermedades de tipo infeccioso y parasitario.

Los daños al medio ambiente derivados del trabajo y de la tecnología empleada como herramienta del mismo, son innumerables:

Contaminación industrial. Atmosférica (emisión de gases tVøicos), del agua (vertidos sin depurar) y del suelo. Dentro de este apartado, conviene destacar por su gravedad los siguientes episodios:

– El exceso de emisiones de CO2 procedente de fábricas, centrales térmicas y vehículos está provocando el llamado “efecto invernadero” o de sobrecalentamiento del planeta, siendo este fenómeno, al parecer, el responsable del paulatino cambio de clima en la Tierra.

– Las emisiones de fluorocarbonados están relacionadas con la disminución de la capa de ozono y el aumento de la radiación ultravioleta recibida en la superficie terrestre.

Deforestación: están desapareciendo rápidamente las principales zonas boscosas del planeta, debido a la tala incontrolada provocada por la incesante demanda de madera del mundo occidental y la necesidad de obtener nuevas áreas de cultivo o de pastos.

Contaminación radiactiva: Aunque en los países occidentales el empleo de la energía nuclear está desapareciendo debido a su potencial peligrosidad, en otros muchos aún se sigue empleando, con frecuencia en instalaciones anticuadas y viejas.

Grandes obras de infraestructuras: presas, carreteras, puertos, etc, modifican y dañan irreparablemente el paisaje, alterando milenarios ciclos naturales y ecosistemas vírgenes. Catástrofes provocadas por el hombre: con demasiada frecuencia, las obras fruto del trabajo humano ocasionan catástrofes irreparables.

Contaminación del suelo: el empleo abusivo de plaguicidas y productos fitosanitarios provoca el envenenamiento de aves y la desaparación de muchas especies animales cada año, los vertidos y lodos procedentes de explotaciones mineras han anegado bahías.

Contaminación del agua: los vertidos sin depurar y la falta de tratamientos de los residuos provocados por la actividad humana, constituyen también una fuente importantísima de deterioro del medio ambiente. Enormes basureros rodean todas las grandes ciudades.

La lista de agravios al medio ambiente derivados de la actividad parece no tener fin. Sin embargo, a pesar de que la situación medioambiental del planeta tierra no invita, en absoluto, al optimismo, existen indicios de un cambio de actitud en algunos países.

En los países industrializados, las normas sobre protección del medio ambiente son cada vez más estrictas, observándose un criticable proceso de desviación de las industrias más contaminantes hacia los países subdesarrollados. A través de acuerdos como la Carta de Río, de 1996, se intentan limitar los niveles de emisiones de CO2; el empleo de la energía nuclear está en clara recesión en muchos países: los avances de la ciencia permiten, por ejemplo, mediante la clonación, cierta esperanza de recuperar parte de la fauna desaparecida; la opinión pública, en fin, es cada vez más sensible ante los problemas medioambientales.

Es preciso racionalizar el desarrollo, frenar el crecimiento abusivo y descontrolado que arrasa y destruye los recursos naturales y sustituirlo por otro modelo de crecimiento respetuoso con el medio ambiente. En definitiva, procurar un “desarrollo sostenible” que no exija como tributo fatídico la destrucción del medio ambiente.

4.- PROTECCIÓN MEDIOAMBIENTAL

Las medidas de protección medioambiental vamos a desarrollarlas a tres niveles. En primer lugar desarrollamos las medidas de protección a nivel técnico y de empresa y que se concretan en medidas de higiene industrial y en segundo lugar veremos las medidas normativas a nivel internacional, nacional y local y en tercer lugar la protección penal del medio ambiente.

4.1. MEDIDAS HIGIÉNICAS DE PROTECCIÓN MEDIOAMBIENTAL

En primer lugar desarrollaremos los sistemas de identificación y medición de riesgos, después la cuantificación de los mismos y finalmente las medidas de corrección del medio y de actuación sobre los trabajadores expuestos.

4.1.1- Identificación y medición del riesgo

De la identificación y medición de los contaminantes presentes en el ambiente laboral se ocupa la Higiene de campo.

En la fase de Identificación del riesgo ha de tenerse en cuenta que la toxicidad de las sustancias no es el único criterio, aunque sea importante, para que se considere la existencia del riesgo higiénico. En el riesgo creado por una sustancia influyen:

– Las características nocivas o tóxicas intrínsecas al propio producto

– La posibilidad de reacción con otros agentes

– El estado en el que se presente (sólido, líquido, gas)

– Tecnología del proceso: manipulación manual, manipulación cerrada o semicerrada

El higienista ha de realizar una observación material del riesgo, comprobando in situ el lugar, la situación y el entorno en el que se genera el riesgo, debiendo precisar:

– La localización de los focos y zonas e riesgo.

– Número de trabajadores a que afecta el riesgo así como el grado y frecuencia del riesgo.

– Identificación de las causas de los riesgos.

– Clase de agentes o problemas que generan los riesgos (gases, humos, polvo, ruido…)

La realización de una buena medición o de un buen muestreo por la higiene de campo, tiene una importancia fundamental, puesto que ello permitirá conocer con la máxima esactitud y aproximación la situación real, la concentración de los diversos contaminantes que pueden existir en el mundo laboral, estimando, con la mayor precisión, el riesgo higiénico.

El muestreo higiénico es un procedimiento cuya finalidad es la obtención de toma de muestras ambientales que representen, con altas garantías, las condiciones del problema higiénico en estudio.

Son numerosos los medios de medición y muestreo utilizables en función del tipo de contaminantes y de la precisión deseada en los resultados; medios de los que se va a hacer un breve resumen:

1. Mediciones orientativas o localizadores (detectores)

– Para detección de gases o vapores: colorimétricos

– Para detección de polvo: conímetro

2. De lectura directa

– Agentes físicos: sonómetro, luxómetro, termómetro, radiómetro, etc.

– Agentes químicos: columbimétricos (de ácido sulfúrico, anhídrido sulforuso, monóxido de carbono, de cloro, de plomo, de oxígeno, etc.).

3. De toma de muestras (de captación y posterior análisis)

4.1.2. Cuantificación del riesgo

De la realización del estudio cuantitativo y cualitativo de los contaminantes presentes en el ambiente laboral, se ocupa la Higiene analítica. Su actividad se centra en el laboratorio, analizando las muestras que le facilita la higiene de campo, proyectando, preparando y aplicando las técnicas que den unos mejores resultados. Las funciones de la higiene analítica, básicamente son:

– Colaborar con la higiene de campo indicando la forma y el soporte material en el que conviene tomar las muestras de contaminantes para conseguir unos mejores resultados analíticos.

– Analizar los contaminantes muestreados y proporcionar los datos cuantitativos y cualitativos.

La actuación de la higiene analítica cae dentro de la dinámica y de las técnicas en las que se mueve habitualmente la química analítica, las cuales se centran en 5 fases:

Indicaciones del procedimiento para la toma de muestra.

Selección del método analítico: la selección resulta fácil si existen unos procedimientos normalizados para el tipo de problema planteado. Si no existe método, el analista podrá optar por aplicar una de estas dos soluciones: adoptar uno de los sistemas existentes, siempre que se prevea un buen resultado, o plantear un método nuevo que resuelva el problema en cuestión.

Preparación de la muestra.

Ejecución del análisis.

Expresión de los resultados: la expresión de los resultados da fin a la actuación de la higiene analítica, los cuales se referirán a los tipos de contaminantes presentes -o detectados y medidos- en la muestra recibida, relacionándolos con los valores extrapolables al medio ambiente laboral objeto del problema, de acuerdo con los parámetros del procedimiento empleado en la toma de muestras. Es habitual que los resultados se presenten como la probabilidad de que el afectado o los afectados sufran un efecto adverso (en un grado previsible) en su salud.

4.1.3.- Medidas de corrección del medio y actuaciones sobre el personal

La Higiene operativa se ocupa específicamente de eliminar, disminuir o controlar los agentes contaminantes presentes en el medio laboral. El estudio de las acciones de protección a llevar a cabo debe efectuarse por el siguiente orden:

A Acciones sobre el foco contaminante

Las acciones sobre el foco contaminante son las más importantes, puesto que ellas pueden impedir cualquier grado de exposición de los trabajadores. Los sistemas posibles son:

Sustitución del tóxico.

Modificación del proceso.

Aislamiento del medio de propagación.

Cerramiento del proceso.

Captación del contaminante en el punto de emisión: Dos métodos:

– Extracción localizada.

– Métodos húmedos: se emplean cuando la contaminación se produce por materia en forma de polvo; consiste en la aplicación de agua u otro líquido sobre la fuente origen de la contaminación. .

Mantenimiento: Un buen mantenimiento puede evitar que se originen averías que impliquen el escape de gases al medio ambiente.

B. Acciones sobre el medio de difusión

Ventilación general.

Aumento de la distancia entre el foco emisor y los trabajadores recptores

Sistemas de alarma. .

C. Acciones sobre la persona receptora

Formación e información.

Rotación de personal

Aislamiento del trabajador.

Utilización de equipos de protección personal.

4.2. MEDIDAS LEGALES DE PROTECCIÓN MEDIOAMBIENTAL

Pascual González y José Antonio Blasco (Formación y Orientación Laboral (Vol. IV) Edit. MAD. Alcala de Guadeira. 2000), recogen un interesante compendio de normas y competencias internacionales, nacionales y locales sobre protección medioambiental.

4.2.1. NORMAS INTERNACIONALES SOBRE PROTECCIÓN MEDIOAMBIENTAL

Entre las declaraciones internacionales proteccionistas destacamos:

Declaración de Estocolmo de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano (1972).

Carta Mundial de la Naturaleza, aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1982.

La Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, aprobada por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo en su reunión de Río de Janeiro de 14 de junio de 1992. . El Convenio Marco sobre Cambio Climático se aprobó en Río de Janeiro, y ha sido firmado y ratificado por 181 países; el Protocolo de Kyoto, que desarrolla el Convenio, se aprobó en 1997.

La Cumbre de Kyoto (diciembre de 1997) concluyó con la adopción del Protocolo de Kyoto, una serie de medidas encaminadas a la reducción de emisiones de gases de invernadero por los 39 países industrializados, incluidos los de la antigua URSS. El compromiso, que empieza a ver la luz al final del túnel para su final ratificación, obliga a limitar las emisiones conjuntas de seis gases (Dióxido de carbono –CO2-, Metano -CH4-, Oxido nitroso -N2O, compuestos perfluorocarbonados (PFC), compuestos hidrofluorocarbonados (HFC) y hexafluoruro de azufre). Las proporciones para según el país, sería la reducción de un 8% para el conjunto de la Unión Europea, un 7% para EE UU y un 6% para Japón. Ucrania, la Federación Rusa y Nueva Zelanda se comprometen a mantener sus emisiones de 1990. En Mayo de 2002, los 15 países de la Unión Europea ratificaron el Protocolo en bloque. Rusia, que emite en torno al 17% de gases lo ratificó en noviembre de 2004. El Protocolo de Kyoto entró en vigor el 16 de febrero de 2005, convirtiéndose en un instrumento jurídicamente obligatorio para los 128 países que lo han ratificado. En el momento de la entrada en vigor no lo habían ratificado EE.UU y Australia, países que emiten un tercio de los gases de efecto invernadero. (Ver más información sobre cumbre de Kyoto en Anexo).

Convención Marco de Naciones Unidas de Cambio Climático que se celebró en Marrakech (Marruecos) en octubre- noviembre de 2001. Se logró el consenso relacionado con el cumplimiento del Protocolo de Kyoto. De nuevo la Unión Europea (UE) se erigió en la protagonista de la reunión, logrando arbitrar el acuerdo de los 180 países, pese a las reticencias de Japón, para que los países industrializados reduzcan sus emisiones de carbono en un 5% en un periodo de cinco años, entre 2008 y el 2012.

– En verano de 2002, se celebró la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible en Johannesburgo. En esta cumbre se ratificaron la mayoría de los Acuerdos de Kyoto, estableciéndose como Puntos principales del Plan de Acción:

– Reducir a la mita hacia 2015, el número de personas en África sin recursos sanitarios básicos.

– Reducir significativamente hacia la misma fecha la pérdida de especies.

– Incrementar sustancialmente la energía renovable; no se establecen objetivos ni plazos.

– Incrementar los vínculos entre comercio, medio ambiente y desarrollo.

– Retomar el tratado de Kyoto, sobre emisión de gases de efecto invernadero (acuerdo alcanzado con el respaldo de Rusia).

Junto a las declaraciones internacionales, son numerosísimos los convenios internacionales bilaterales y multilaterales para la defensa del medio ambiente.

En diciembre de 2005 se celebró otra Cumbre sobre cambio climático en Montreal (Canadá). En esta cumbre se vio un cambio de orientación en postura de Estados Unidos, ya que algunos de sus estados se comprometieron a respetar los acuerdos de Kyoto sobre emisión de gases de efecto invernadero.

Los países desarrollados se comprometieron también a fundar el Mecanismo de Desarrollo Limpio, con más de 13 millones de dólares entre 2006 y 2007, simplificando la metodología, y añadiendo un segundo mecanismo que permite a los países desarrollados invertir en otros países en vías de desarrollo -especialmente Centro América y Europa del Este-, para así obtener derechos de emisión adicionales.

Otro acuerdo que se tomó fue el de establecer un Plan Quinquenal de Acciones de Adaptación para ayudar a los países pobres a adaptarse a los impactos del cambio climático. Este programa asume el hecho de que el cambio climático ya ha comenzado a afectar a los países más pobres, y en el futuro cada vez será peor.

Las cumbres o reuniones internacionales sobre cambio climático son cada vez más frecuentes, ya que las alarmas avisan de que los efectos del cambio climático son cada vez más evidentes y catastrofistas. La última cumbre celebrada en Bangkok capital de Tailandia a primeros de mayo de 2007, y promovida por el panel de expertos de la ONU en cambio climático, arrojó datos muy preocupantes sobre los efectos del cambio. Algunos síntomas del cambio climático ya se comienzan a entrever: en el Ártico, la cubierta de hielo está desapareciendo y algunos estudios apuntan a que dentro de escasos 10 años podría haber desaparecido por completo. En el Atlántico auamenta la cantidad, intensidad y duración delos huracanes; en Europa, se prevén olas de calor cada vez más intensas, lo que probablemente también traería la aparición de enfermedades tropicales, pero también se podría producir el efecto contrario; en Indonesia, las inundaciones son cada vez mayores y se calcula que habrá 50 millones de desplazados debido a la desaparición de las islas bajo las aguas…

LA PROTECCIÓN MEDIOAMBIENTAL EN LA UNIÓN EUROPEA.

En el art. 130 R del Acta Única Europea (1986) se definen los objetivos comunitarios básicos sobre medio ambiente:

– La conservación, la protección la mejora de la calidad del medio ambiente.

– La protección de la salud de las personas.

– La utilización prudente y racional de los recursos naturales.

– El fomento de medidas a escala internacional destinadas a hacer frente a los problemas regionales o mundiales del medio ambiente.

– Conseguir un nivel de protección elevado del medio ambiente.

Para conseguir esos objetivos, se postulan tres principios básicos (art. 130.c Acta Única):

a. Principio de acción preventiva, que permite a las instituciones comunitarias adoptar medidas de tutela del medio ambiente antes de que se produzcan daños al mismo, si existe riesgo de que esos sucedan-

b. Principio de corrección en su origen de los atentados al medio ambiente.

c. Principio de compensación económica “quien contamina, paga”, en virtud del que sea imputable al “agente contaminador” el coste de las medidas necesarias para la eliminación de la contaminación o de su reducción. No obstante, si los costes se consideran desproporcionados, parte de los mismos podrán ser financiados con cargo al Fondo de Cohesión (130 S.5).

La planificación de actividades concretas en materia medioambiental se realiza en el ámbito comunitario a través de Programas Generales de actuación.

Las Directivas comunitarias son el instrumento jurídico a través del cual la Unión desarrolla su política medioambiental. Las Directivas vinculan a los países miembros, a los que corresponde la ejecución de las medidas de actuación concretas que en cada caso procedan.

4.2.2. LA PROTECCIÓN MEDIOAMBIENTAL EN ESPAÑA

La protección del medio ambiente tiene su garantía jurídica en la Constitución de 1978, cuyo artículo 45 determina que: “Todos tiene el derecho a disfrutar de un medio ambiente adecuado para el desarrollo de la persona, así como el deber de conservarlo.

Los poderes públicos velarán por la utilización racional de todos los recursos naturales con el fin de proteger y mejorar la calidad de vida y defender y restaurar el medio ambiente, apoyándose en la indispensable solidaridad colectiva.

Para quienes violen lo dispuesto en el apartado anterior, en los términos en que la Ley fije, se establecerán sanciones penales, o en su caso administrativas, así como la obligación de reparar el daño causado”.

Las competencias en materia medioambiental en nuestro país están distribuidas entre las administraciones central, autonómica y local.

a. Competencias estatales en materia de medio ambiente.

La Constitución reserva el Estado, con carácter exclusivo, las principales competencias en materia de medio ambiente y, en particular, las dos siguientes:

– La legislación básica sobre protección de medio ambiente, sin perjuicio de las facultades de las Comunidades Autónomas de establecer normas adicionales de protección, así como la legislación básica sobre montes, aprovechamientos forestales y vías pecuarias (art. 149, 1,23 de la Constitución).

– La legislación, ordenación y concesión de recursos y aprovechamiento hidráulicos cuando las aguas discurran por más de una comunidad autónoma.

El desarrollo de las competencias que tiene atribuidas la Administración Central, corresponde, fundamentalmente, al Ministerio de Medio Ambiente. Las competencias atribuidas a dicho ministerio son diversas, pudiendo citarse entre otras, las siguientes:

– Propuesta y ejecución de la política del gobierno en materia de agua, medio ambiente, costas, meteorología.

– Elaboración de normativa básica en materia de medio ambiente, así como su aplicación en el ámbito de la Administración del Estado.

– Coordinación y acción concertada con las CC AA, Comunidad Europea y otros organismos oficiales.

– Ejecución de la política hídrica del Gobierno en el ámbito de la Administración del Estado.

– Protección, gestión y administración de los bienes del dominio público marítimo y terrestre.

– Análisis, predicción y seguimiento de los parámetros meteorológicos.

– Elaboración, mantenimiento y actualización de la información cartográfica.

Además del Ministerio de Medio Ambiente, tienen competencias sobre esta materia, los siguientes ministerios:

– Ministerio de Industria y Energía, especialmente en lo relativo a energía nuclear, a través de la Dirección General de la Energía.

– Ministerio de Agricultura. Competencias relativas a modernización de las estructuras agracias, desarrollo rural y forestación, así como sobre protección, mejora y explotación equilibrada de los recursos naturales del medio marino.

– Ministerio del Interior. La ley Orgánica 2/86 de 213 de marzo de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, atribuye a la Guardia Civil la función de velar por el cumplimiento de las disposiciones que tienden a la conservación de la naturaleza y medio ambiente, de los recursos hidráulicos, así como la riqueza cinegética, piscícola, forestal y de cualquier otra índole relacionada con la naturaleza.

b. Competencias de las Comunidades Autónomas en materia medioambiental.

En la actualidad, las más importantes competencias tanto normativas como ejecutivas en materia medioambiental están distribuidas entre el Estado y las Comunidades Autónomas. Las competencias atribuidas por la Constitución (art. 148.1) a las Comunidades Autónomas, son las siguientes:

– La gestión en materia de protección del medio ambiente ( art. 148.1 g).

– Facultad de dictar normas adicionales de protección sobre cuestiones medioambientales de competencia exclusiva estatal.

– Facultad de dictar normas sobre cuestiones medioambientales no atribuidas expresamente al Estado (art. 149.3).

c. Competencias y funciones de la Administración Local

Las competencias ambientales de los Ayuntamientos están contempladas en el artículo 25 de la Ley Reguladora de Bases del Régimen Local (Ley 7/85, de 2 de abril). En dicho precepto se distinguen entre áreas de competencia general, para todos los municipios, y aquellas otras que se ostentan o no según el número de habitantes que tenga cada ayuntamiento.

– Competencias generales:

– Recogida de residuos sólidos urbanos.

– Abastecimiento domiciliario de agua potable.

– Alcantarillado.

– Competencias de los municipios de 5.000 habitantes: tratamiento de residuos sólidos urbanos.

– Competencias de los municipios mayores de 20.000 habitantes: prevención y extinción de incendios.

– Competencias de los municipios mayores de 50.000 habitantes: protección del medio ambiente.

En la práctica, sin embargo, todos los municipios pueden actuar en cualquier tema relacionado con el medio ambiente, independientemente de su población, pues así lo autoriza el artículo 28 de la ley, conforme al cual todos los ayuntamientos podrán realizar actuaciones complementarias a través de ordenanzas sobre diversos temas, entre los que se menciona expresamente las relacionadas con el medio ambiente.

4.3. LA PROTECCIÓN PENAL DEL MEDIO AMBIENTE: EL DELITO ECOLÓGICO.

La insuficiencia de la regulación administrativa para evitar las agresiones ecológica y los daños al medio ambiente provocados por el desarrollo económico e industrial, determina la necesidad de recurrir a la protección penal.

El Código Penal vigente, define el tipo básico de los delitos contra el medio ambiente en el artículo 325, que castiga con penas de prisión de seis meses a cuatro años, multa de ocho a veinticuatro meses e inhabilitación especial para profesión u oficio por tiempo de uno a tres años:

El artículo 326 define otros subtipos agravados, a los que impone la pena superior en su grado a las establecidas para las conductas básicas, siempre que concurran las siguientes circunstancias:

a. Que la industria o actividad funcione clandestinamente, sin haber obtenido la preceptiva autorización o aprobación administrativa de sus instalaciones.

b. Que se hayan desobedecido las órdenes expresas de la autoridad administrativa de corrección o suspensión de las actividades tipificadas en el artículo anterior.

c. Que se haya falseado u ocultado información sobre los aspectos medioambientales de la misma.

d. Que se haya obstaculizado la actividad inspectora de la Administración.

e. Que se haya producido un riesgo de deterioro irreversible o catastrófico.

f. Que se produzca una extracción ilegal de agua en periodo de restricciones.

Otros tipos penales:

– Art. 328: Depósitos y vertederos de residuos nocivos. Se impondrá “la pena de multa de dieciocho a veinticuatro meses y arresto de dieciocho a veinticuatro fines de semana a quienes establecieran depósitos o vertederos desechos o residuos sólidos o líquidos que sean tóxicos o peligrosos y puedan perjudicar gravemente el equilibrio de los sistemas naturales o la salud de las personas.”

– El art. 330 castiga también con la pena de multa de doce a veinticuatro meses a “quien, en un espacio natural protegido, dañare gravemente algunos de los elementos que hayan servido para calificarlo.”

– Art. 332. Atentados contra la flora amenazada. “Al que corte, tale, queme, arranque, recolecte o efectúe tráfico ilegal de alguna especie o subespecie de flora amenazada o de sus propágulos, o destruya o altere gravemente su hábitat, será castigado con la pena de prisión de seis meses a dos años, o multa de ocho a veinticuatro meses”.

– Art. 333. Alteración del equilibrio autóctono: “al que introdujera o liberara especies de flora o fauna no autóctona, de modo que perjudique el equilibrio biológico, contraviniendo las Leyes o Disposiciones de carácter general protectoras de las especies de flora o fauna”, se le castigará con una pena de prisión de seis meses a dos años y multa de ocho a veinticuatro meses.

– Art. 334. Atentados a fauna amenazada: será castigado con pena de prisión de seis meses a dos años o multa de ocho a veinticuatro meses.

ANEXO I. CUMBRE DE KYOTO

LA CUMBRE DE KYOTO (diciembre de 1997) concluyó con la adopción del Protocolo de Kyoto, una serie de medidas encaminadas a la reducción de emisiones de gases de invernadero por los 39 países industrializados, incluidos los de la antigua URSS. El compromiso, que empieza a ver la luz al final del túnel para su final ratificación, obliga a limitar las emisiones conjuntas de seis gases (CO2, CH4, N2O, compuestos perfluorocarbonados (PFC), compuestos hidrofluorocarbonados (HFC) y hexafluoruro de azufre) respecto al año base de 1990 para los tres primeros gases, y 1995 para los otros tres, durante el periodo 2008-2012, con una reducción global acordada del 5,2% para los países industrializados. Las proporciones para según el país, sería la reducción de un 8% para el conjunto de la Unión Europea, un 7% para EE UU y un 6% para Japón. Ucrania, la Federación Rusa y Nueva Zelanda se comprometen a mantener sus emisiones de 1990.

En una fase inicial, el Protocolo no obliga a los países en desarrollo, dadas sus reducidas emisiones por habitante, al igual que ocurre con China e India, pese a ser globalmente grandes potencias contaminadoras. Los países industrializados, con el 20% de la población mundial, son responsables de más del 60% de las emisiones actuales, y de la práctica totalidad de las emisiones históricas. 

La negociación básicamente enfrentó a la UE y al “grupo paraguas” integrado por EEUU, Japón, Canadá, Australia y Rusia fundamentalmente. Excepto EE UU y Australia, los otros países firmaron el protocolo antes de se entrada en vigor el 16 de febrero de 2005. La victoria de la UE es doble,Ͷor cuanto ha tenido que negociar con todos los países pese a contar con la frontal oposición de EEUU.

Por su parte los EEUU, país líder de la economía mundial y también de sus emisiones (20% del total mundial), lejos de aceptar y ratificar el Protocolo de Kyoto, se retiró del mismo en 2003, alegando que el Protocolo supone una carga intolerable para la economía de los EEUU, y que las naciones en desarrollo deberían estar exentas de limitar sus emisiones de CO2, metano y otros gases de efecto invernadero. 

Estados Unidos presentó en febrero de 2002 su alternativa al Protocolo de Kyoto, basado en medidas voluntarias y en una reducción gradual y moderada a largo plazo de los gases contaminantes mediante estímulos fiscales a la industria, que según fuentes de la Casa Blanca permitirá reducir un 18% los gases de efecto invernadero. 

Mecanismo de desarrollo limpio (CDM). El llamado “mecanismo de desarrollo limpio” (Clean Development Mechanism) permitirá a los países industrializados disminuir sus esfuerzos domésticos de reducción de emisiones, mediante las actividades realizadas en los países en vías de desarrollo. El artículo 12 del Protocolo de Kyoto define las características de este instrumento, cuyo propósito declarado es “ayudar a las Partes no incluidas en el Anexo I a lograr un desarrollo sostenible y contribuir al objetivo último de la Convención, así como ayudar a las Partes incluidas en el Anexo I a dar cumplimiento a sus compromisos cuantificados de limitación y reducción de las emisiones“.

La energía nuclear, el llamado “carbón limpio” y las grandes centrales hidroeléctricas no son sostenibles ni deben entrar bajo ningún concepto en el CDM, pues entre otras cosas van contra el espíritu y la letra del artículo 12 del Protocolo.

La contaminación radioactiva no se ve y los accidentes nucleares no son frecuentes. Sin embargo, el rechazo social que se demuestra en sucesivos sondeos de opinión, surge del miedo a un posible accidente o a una exposición continua a la radioactividad. Es cierto que la energía nuclear no contribuye al efecto invernadero, pero el gran problema de la energía nuclear es el desmantelamiento de las centrales nucleares una vez agotada su vida útil, y el confinamiento de los residuos radioactivos durante de miles años.

CONVENCIÓN MARCO DE NACIONES UNIDAS DE CAMBIO CLIMÁTICO QUE SE CELEBRÓ EN MARRAKECH (Marruecos) en octubre- noviembre de 2001. Se logró el consenso relacionado con el cumplimiento del Protocolo de Kyoto. De nuevo la Unión Europea (UE) se erigió en la protagonista de la reunión, logrando arbitrar el acuerdo de los 180 países, pese a las reticencias de Japón, para que los países industrializados reduzcan sus emisiones de carbono en un 5% en un periodo de cinco años, entre 2008 y el 2012.

En verano de 2002, se celebró LA CUMBRE MUNDIAL SOBRE DESARROLLO SOSTENIBLE EN JOHANNESBURGO. En esta cumbre se ratificaron la mayoría de los Acuerdos de Kyoto, estableciéndose como Puntos principales del Plan de Acción:

– Reducir a la mita hacia 2015, el número de personas en África sin recursos sanitarios básicos.

– Reducir significativamente hacia la misma fecha la pérdida de especies.

– Incrementar sustancialmente la energía renovable; no se establecen objetivos ni plazos.

– Incrementar los vínculos entre comercio, medio ambiente y desarrollo.

– Retomar el tratado de Kyoto, sobre emisión sobre emisión de gases de efecto invernadero (acuerdo alcanzado con el respaldo de Rusia).