1 INTRODUCCIÓN.
La Economía es la ciencia que estudia la manera en la que las sociedades utilizan los recursos escasos para producir mercancías valiosas y distribuirlas entre las diferentes personas y grupos sociales. La Economía Política se divide en:
1) Microeconomía: es la parte de la ciencia económica que se ocupa de las unidades económicas elementales: las familias, las empresas y el gobierno. Etimológicamente viene de micros que significa pequeño.
2) Macroeconomía: es la ciencia que estudia las principales tendencias del conjunto de la economía. Estudia el comportamiento de la economía en su conjunto. Examina el nivel global de la producción, del empleo, de los precios y del comercio exterior de un país.
Para evaluar los resultados macroeconómicos, el Estado suele plantearse cuatro objetivos fundamentales:
1) Nivel de producción: capacidad para suministrar un elevado nivel de producción de bienes y servicios a su población.
2) Elevado empleo, bajo desempleo o pleno empleo: para ocupar a la mayor parte de la población..
3) Precios estables: garantizar que haya estabilidad en los precios de los bienes y servicios, en el tiempo, de forma que no suban o bajan constantemente.
4) Equilibrio exterior: que equilibre exportaciones e importaciones, poniendo cuidado en los tipos de cambio (buscando la estabilidad en los mismos).
Para conseguir éstos el Estado instrumenta una serie de políticas: como la política fiscal, la monetaria, la de rentas, y la exterior. En este tema vamos a analizar uno de los grandes problemas que arrastran las economías de mercado de los países desarrollados, LA INFLACIÓN, que. Analizaremos los diversos tipos de inflación, veremos las teorías que las explican y estudiaremos las principales políticas económicas que se suelen llevar a cabo para luchar contra este problema.
2 LA INFLACIÓN: NATURALEZA, CLASES Y EFECTOS.
2.1 Concepto.
Se define inflación como el crecimiento continuo y generalizado de los precios de los bienes y servicios existentes en una economía. La inflación es medida a través de la evolución de algún ÍNDICE DE PRECIOS. Un ÍNDICE DE PRECIOS es una media de precios actuales de bienes y servicios, calculados en términos relativos respecto del año base y ponderados para saber la proporción del gasto efectuado en cada bien. También puede ser visto como el coste que supone comprar en el año actual un conjunto de bienes que, adquiridos en al año base, representaban un gasto de 100. Dado que no se pueden estudiar todos los bienes de una economía, debe elegirse un conjunto representativo del total. Los índices más utilizados son el IPC y el deflactor del PIB. El índice de precios al consumo (IPC) representa el coste de una cesta de bienes y servicios consumida por una economía doméstica representativa. La inflación, medida por el IPC, es la tasa de variación porcentual que experimenta este índice en el periodo de tiempo considerado. Para el cálculo de la inflación se utiliza la siguiente: I = (IPCn-IPCn-1)/IPCn-1
El deflactor del PIB es el cociente entre el PIB nominal y el PIB real expresado en forma de índice. La magnitud nominal se deflacta separando la variación debida al crecimiento de los precios de la atribuida al aumento de los factores reales. Este índice es el más adecuado para indicar la evolución de todos los precios de los bienes y servicios de la economía. El deflactor es un índice de precios con el que se convierte una cantidad nominal en otra real.
2.2 Naturaleza
¿Por qué se produce la inflación?. Se suele partir del supuesto de que la inflación surge cuando la DA es superior a la producción (exceso de demanda), lo que llevaría a una reducción no deseada de las existencias, lo que estimula a las empresas a incrementar la producción. También se suele plantear el problema de la inflación desde una situación de nivel de producción potencial o de pleno empleo. Si aumenta la DA a través del consumo, las empresas no podrán producir más sin que aumenten los costes, ya que todos los recursos productivos están plenamente empleados. Desde este punto de vista, la inflación sería una reacción del mercado, ya que las empresas al no poder incrementar la producción lo suficiente, suben los precios para llegar a un nuevo equilibrio.
Sin embargo, hay procesos inflacionarios en países que no llegan al pleno empleo, por lo que hemos de considerar otros factores (costes, factores estructurales, etc). Algunos autores plantean un único proceso inflacionario en el que se distinguen una serie de fases características:
1) Época de expansión: con síntomas de una inflación motivada por exceso de demanda. Los salarios aumentan y la producción y empleo son elevados.
2) Fase descendente: caen la producción y el empleo, pero los precios y salarios siguen subiendo. (inflación de costes).
El aumento de los precios tendría que originar una disminución de la demanda, lográndose frenar la inflación (proceso autoajustable), salvo que se produzcan interferencias ajenas al mismo, como una expansión acomodante de la oferta monetaria, o la lentitud en el ajuste de los salarios debido a las expectativas inflacionistas que se incorporan en las tasas normales de subidas salariales a través de los convenios colectivos laborales.
2.3 Clases de inflación.
1) Clasificación según las causas:
a) Monetarista: hay un crecimiento excesivo de la cantidad de dinero que supera proporcionalmente al valor de los bienes producidos en el periodo.
b) De demanda: aumento excesivo de la demanda sobre la oferta.
c) De costes: debida a un aumento del precio de los factores productivos.
d) Estructural: debida a los desequilibrios del sistema económico y social. Propia de los países en vías de desarrollo.
2) Clasificación según su importancia:
a) Moderada: por debajo del 10%. Se da mucho en los países desarrollados.
b) Galopante: entre 10% y 1000%. Si no se ataja se puede descontrolar.
c) Hiperinflación: superior al 1000%. Ligada a problemas sociales (ejemplo: la Chile con el golpe de estado de Augusto Pinochet).
d) Estanflación: combinación de inflación y recesión
e) Deflación: disminución del nivel de precios (que puede ser problemática).
3) En función de su significado estadístico:
a) Inflación subyacente: la que se determina sin tener en cuenta las variaciones de precios y los combustibles (es la más incontrolable).
b) Inflación anual: inflación medida desde el 1 de enero al 31 de diciembre.
c) Inflación interanual: se acumula desde un año atrás hasta hoy.
d) Inflación acumulada: es la inflación acumulada en varios periodos.
2.4 Efectos de la inflación.
La inflación tiene unos costes reales, que dependen básicamente de dos factores: que la inflación sea o no esperada y que la economía haya ajustado sus instituciones para hacerla frente.
2.4.1 Inflación esperada.
En este caso las instituciones se adaptan para compensar sus efectos o costes:
1) Los derivados de acudir con frecuencia a las intituciones financieras a recoger dinero para poder adaptar sus saldos reales deseados a la pérdida de poder adquisitivo del dinero motivada por el alza de precios.
2) Tener que adaptar los precios marcados para ajustarlos a la inflación.
Cuando las instituciones no logran ajustar su comportamiento al alza de precios surgen costes adicionales, derivados principalmente de las distorsiones fiscales que afectan a los presupuestos del estado. Los efectos de una inflación imprevista sobre el sistema económico son mayores, no solo van a afectar a magnitudes aisladas, como puedan ser los salarios o los tipos de interés, sino que afectan a aspectos globales de la economía, como la distribución de la renta o la actividad.
2.4.1.1 Inflación esperada e impuestos.
Se produce un deslizamiento de los tramos impositivos al aumentar la proporción de impuestos que se pagan por una cantidad dada de renta real (debido a la progresividad del impuesto estaremos más gravado que antes). Es decir, no aumenta su renta real pero sí lo hacen los impuestos satisfechos.
2.4.1.2 Inflación y el mercado financiero.
A los prestamistas les preocupa el valor real del montante que van a percibir. Para ello tratarán de cobrar una tasa de interés real que sea igual a la tasa nominal menos la tasa de inflación esperada. En periodos inflacionistas los prestamistas exigen una compensación por la pérdida de poder del dinero que prestan, que se ve también perjudicado por el efecto de los impuestos en los intereses.
Ti nominal = ti real + Prima o tasa esperada de inflación
2.4.2 Inflación imprevista.
En este caso hay dos grupos de efectos: efectos sobre la distribución de la renta y la riqueza y efectos sobre la asignación de recursos productivos. Así mismo, también hay efectos de la inflación sobre la producción y el empleo.
2.4.2.1 Efectos sobre la distribución de la renta.
La inflación perjudica a las personas que reciben rentas fijas en términos nominales y a las que perciben rentas que se incrementan en un porcentaje inferior a la inflación. También perjudica a los acreedores en términos monetarios (porque el valor real de la renta pagada desciende). Siempre que el prestamista no pueda revisar el tipo de interés o el importe nominal perderá con la inflación.
La inflación supone un aumento de las recaudación impositiva, aunque por otra parte, con alta inflación, como existe un desfase entre la exigibilidad de los impuestos y su recaudación existirá una pérdida (Hacienda es acreedor), y además el aumento de la presión fiscal consecuencia de la inflación puede dar lugar a una recesión en la actividad que haga disminuir los ingresos públicos. En cuanto a la deuda pública, el Tesoro sale perdiendo, si hay alta inflación, porque es deudor del poseedor (aunque la deuda pública tiende cada vez más a indexada.
La inflación supone una disminución del valor del dinero, y por tanto, esto supone una reducción del valor real de los ahorros y afectará a los agentes económicos en función de la proporción de riqueza que mantengan en dinero o activos de valor nominal fijo. A nivel internacional, los países que la sufren ven como pierden competitividad, incidiendo negativamente en sus exportaciones (malo para su balanza
2.4.2.2 Efectos sobre la actividad económica.
La inflación distorsiona la actividad económica, porque supone la alteración de la estructura de precios relativos, ya que no todos los bienes incrementan su precio en igual proporción. Puede surgir el problema cuando ciertos empresarios con demanda insuficiente presionan para que los costes sean superiores a los precios sean superiores a los costes de producción, para cubrir costes reales. Se suele utilizar la inflación como excusa para elevar los precios (para ocultar su ineficiencia comercial).
2.4.2.3 Incertidumbre.
Que se crea en los agentes económicos afecta negativamente a la producción, porque dificulta los controles y cálculos de rendimiento de las inversiones. La incertidumbre provoca que la inversión se retraiga. El inversor, por otra parte, querrá además del rendimiento normal, una prima de riesgo por la inflación. Esto afectará en mayor medida a las inversiones a largo plazo.
2.4.2.4 Efectos sobre los salarios.
Si los trabajadores aceptan un determinado salario nominal y los precios aumentan, su poder adquisitivo se reduce. Si los trabajadores prevén esto, presionarán para elevar su salario nominal para que su poder adquisitivo no se vea afectado. Esto tiende a formar una espiral inflacionaria precios-salarios (porque a su vez los empresarios reaccionan subiendo los precios).
2.4.2.5 Efectos sobre el empleo. La curva de Phillips.
comercial).
El desempleo global depende de la DA, que no es suficiente para conseguir el pleno empleo. El problema estriba en que los aumentos en la DA suelen traer consigo procesos de inflación (por tanto hay conflicto en los objetivos).
Phillips relacionó el crecimiento de los precios y la disminución de la tasa de desempleo. También descubrió una relación estable entre los porcentajes de paro y las tasas de crecimiento de los salarios monetarios, de forma que cuánto más bajo es el porcentaje de desempleo existente, mayor es el porcentaje de crecimiento de salarios. La justificación de esta relación se argumentó que en todo mercado el crecimiento del precio es mayor cuanto mayor es el exceso de demanda.
La curva de Phillips recoge la relación inversa entre tasa de inflación y tasa de desempleo. La pendiente de la curva es mayor cuando en los niveles más bajos de desempleo (más se intensifica la inflación), reflejando que los aumentos de DA se traducen cada vez más en tensiones inflacionista en lugar de en reducciones de paro.
Luchar contra la inflación supone agravar el desempleo, y viceversa. Este problema es difícil de resolver, teniéndose que escoger en que punto de la curva se sitúa la economía.. Sin embargo hay situaciones en las que ambas tasas han aumentado simultáneamente, originando procesos de estanflación.
La curva de Phillips se explica de forma que cuando hay inflación imprevista aumenta el producto real y el empleo pues aunque las empresas incrementan los salarios nominales, se reducen los reales. Pero si las negociaciones salariales se realizan sin que exista ilusión monetaria, se elimina el posible intercambio entre inflación y desempleo. Por tanto, a largo plazo la curva de Phillips se convertiría en una línea vertical (tasa natural de paro), teniendo pendiente negativa, en el corto plazo, debida a una información errónea y a ajustes incompletos de los individuos.
3 TEORÍAS SOBRE LA INFLACIÓN.
3.1 Inflación de demanda.
Gira en torno a la DA. Si los sectores de la economía deciden gastar más de lo que la economía es capaz de producir, tendremos un EXCESO DE DEMANDA, de forma que los mecanismos del mercado harán que suban los precios. Sin embargo, puede que el incremento de la DA se satisfaga en parte por medio de un incremento de las M. Esta situación depende de la capacidad del país para financiar el déficit exterior, y del grado de aperturismo-proteccionismo del mismo. En cualquier caso, keynesianos y monetaristas estaban de acuerdo con la importancia DA en la inflación.
3.2 Teoría monetarista.
Para los monetaristas la causa que explica el comportamiento de la DA es el aumento de la cantidad de dinero, más que el crecimiento de la producción. Si en un país donde no hay inflación, tiene lugar un incremento de la cantidad de dinero, los agentes económicos tendrán mayor liquidez, y podrán gastar el exceso de dinero en la compra de activos rentables o aumentando la demanda de bienes y servicios. Si además, la economía se encuentra en una situación de total ocupación de los recursos productivos, la producción no podrá aumentar en el corto plazo y en consecuencia los precios tenderán a subir.
Al incrementarse la cantidad de dinero y consecuentemente reducirse los tipos de interés, se incrementa la DA y la curva de demanda se desplaza a la derecha de forma que lo único que tiene lugar es un aumento en los precios (y no en la producción). Los monetaristas sostienen que sin un aumento de la cantidad de dinero, ninguna de las otras causas puede llevar a alzas continuadas y sostenidas de los precios.
3.3 Teoría keynesiana
Los keynesianos parten de la base de que el dinero no solo se demanda para transacciones, sino también como activo. En este caso, la demanda de dinero puede absorber parte de los incrementos en la oferta monetaria sin que aumenten los precios. La relación entre oferta monetaria y nivel de precios deja de ser directa.
Para esta teoría si la DA excede a la producción de pleno empleo tendrá lugar un aumento en los precios. Si partimos de una situación de pleno empleo y por cualquier causa de produce un incremento en alguno de los componentes de la demanda, se originará un exceso de demanda que será absorbido por un incremento de los precios tal que el incremento del gasto quede cubierto. Es decir, la causa de la inflación es que la demanda en términos monetarios es mayor que la oferta limitada de bienes y servicios. La incidencia en los precios del aumento de DA dependerá del nivel de recursos desempleados (mayor efecto cuanto menor sea dicho nivel).
Así, si nos encontramos lejano al nivel de pleno empleo, los incrementos de demanda son absorbidos íntegramente en incrementos de producción. En niveles cercanos al pleno empleo o producción potencial, los incrementos de DA llevan consigo aumento simultáneo de producción y precios.
3.4 Inflación de costes.
Se considera que son los grupos de presión los causantes de las elevaciones de precios, tales como sindicatos, en los convenios colectivos, cuando imponen subidas salariales superiores a la productividad.
Si mantenemos el resto de factores constantes, el precio de un bien será mayor:
1) Cuanto mayor sea la cuantificación de trabajo por unidad de producto (menor sea la productividad)
2) Cuanto mayor sea el salario monetario.
3) Cuanto más alto sea el margen empresarial
Por tanto, un incremento de los salarios no tendría porque suponer un incremento de los costes, siempre que fuera acompañado de un aumento de la productividad. Lo que suele provocar el proceso inflacionista es el espiral de precios-salarios motivado por la presión sindical para que los trabajadores obtengan una mayor proporción de renta nacional, desde los convenios colectivos. Este aumento es costa de la renta de los empresarios, que reaccionan aumentando los precios, lo que da lugar a nuevas subidas salariales y así sucesivamente.
Hay otro modelo similar: los incrementos salariales conseguidos en las industrias más dinámicas o de mayor poder sindical irradian al resto del mercado de trabajo, lo que produce una elevación del nivel total de salarios.
También pudiera ser que los empresarios decidieran subir los beneficios (elevando. los precios). Un ejemplo de esto lo vemos cuando las entidades financieras deciden subir las comisiones que cobran.
Los incrementos en los costes se traducen en desplazamientos de la curva de OA hacia arriba-izquierda, provocando la subida de precios y la disminución de la producción.
La subida de precios también puede venir de los mercados internacionales, vía importaciones. (piénsese en la crisis del petróleo en los 70).
3.5 Inflación estructural
Se suele dar en los países en vías de desarrollo, y la inflación se da por causas inherentes al tejido productivo y social y de los factores monetarios, siendo una manifestación más del problema estructural que padecen algunas sociedades. En estos casos la oferta de productos intermedios, y la de bienes de capital y de productos alimenticios es rígida (es decir, es muy inelástica, por lo que al incrementar la demanda con el desarrollo general, aumentan mucho los precios. Por otra parte, el crecimiento de estos países depende en gran medida de sus X, las cuales fluctúan bastante y no están diversificadas. Ello provoca inestabilidad en el crecimiento económico, de forma que cuando caen las X se generan tensiones inflacionarias en un intento de mantener la actividad económica. Se suele expandir el crédito y así se mantiene la demanda vía monetaria, la posibilidad de realizar M es sostenida artificialmente incrementándose aún más el endeudamiento externo.
La solución está en prevenir los efectos de la contracción con reformas estructurales que reduzcan el límite del desarrollo impuesto por la dependencia de las X y por la poca diversidad de producción.
Pero en algunos países desarrollados también hay inflación estructural. La razón estriba en la distinta tasa de crecimiento de la productividad de los distintos sectores de la economía. Los salarios crecen uniformemente, siendo el sector de crecimiento más rápido el que determina la evolución de los salarios en el resto, que unido al desfase de productividad, lleva al proceso del alza en los precios.
4 LAS POLÍTICAS ANTIINFLACIONISTAS.
La estabilidad de precios como objetivo económico, no consiste en la congelación de precios, perdiendo de esta forma su mecanismo o función de asignación, sino que algunos precios de algunos productos aumenten y otros disminuyan, habiendo en términos globales un nivel de precios constante.
4.1 Política de controles directos.
La política de controles directos supone la prohibición de subida de precios. A corto plazo pueden tener un cierto efecto, pero si no se corrigen las causas o los desequilibrios subyacentes, en cuanto se levanten los controles la inflación resurgirá con más fuerza. En cualquier caso el control directo sólo puede ser una medida a corto plazo; si se prolongase en el tiempo aparecería el mercado negro y se provocarían distorsiones en la producción con lo que el remedio podría ser peor que la enfermedad.
4.2 Política monetaria
La contención de la OM y la eliminación del exceso de liquidez no suele ir acompañada de una reducción en la producción y el empleo. Harrod decía que la PM en unión de otras políticas económicas, debería ser regulada de forma que igualara la demanda total de bienes y servicios con la oferta potencial de la economía, teniendo en cuenta las potencialidades de crecimiento.
Con el tipo de redescuento (tercera medida o instrumento de PM expuesto en temas anteriores) y con las OMA`s, las autoridades reducen la OM y elevan los ti. Pero las autoridades monetarias deben vigilar el enorme crecimiento de la deuda pública (para financiar los déficits), la cual influye en la PM. Una PM restrictiva podría ser la que permite que los ti crezcan para ajustar el mercado monetario, pero eso redundaría en un mayor coste de la deuda pública del Estado (pero el BE debe ser independiente en este sentido). El Tesoro le gustaría tener ti bajos, para financiar sus necesidades, pero en ese caso debe permitir una subida de la OM que asegure el equilibrio.
Las dificultades en el control de la OM y el ti antecede a la cuestión de en qué medida las variaciones de estos instrumentos operan efectivamente sobre el nivel de demanda monetaria.
La corriente keynesiana centro su atención en el ti como arma de PM, pero en los 50 se puso énfasis en la disponibilidad del crédito, más que en su coste. Una expectativas de alza en los rendimientos futuros reducirían los efectos de una política de incremento de los ti.
4.3 La política fiscal.
La expansión del déficit público y sus necesidades de financiación han supuesto un problema de control de la OM, de forma que la reducción del gasto ayudaría en el uso de la PM. Se ha considerado que una PF con presupuesto equilibrado era la ideal, basada en los déficits presupuestarios que han creado tensiones inflacionistas por la tentación de financiarnos con expansiones en la OM. Otro motivo era el supuesto carácter improductivo de los G, pero dichos G suponen el cumplir unas prioridades sociales y revestidas de equidad.
Dados que recorte en el G no son aceptados socialmente, el nivel de impuestos se presenta como el instrumento principal mediante el cual las autoridades pueden obtener los recursos necesarios y pueden reducir la demanda del sector privado lo suficiente para mantener en equilibrio demanda y oferta agregadas. Pero:
1) ¿En qué proporción ha de distribuirse la carga del ajuste entre consumo e inversión privados?
2) ¿Qué instrumentos de política han de emplearse?
Parece más razonable la reducción del consumo, porque una reducción absoluta de renta necesitaría un porcentaje mucho menor de reducción de consumo que el efectuado en la inversión para lograr igual resultado. Además, la I es el motor de la economía. Pero el campo de maniobra para presionar en la división entre consumo e inversión es limitado.
La imposición de renta puede afectar al consumo, a través de estructuras de progresividad y los cambios en los gastos de transferencias que varían con el nivel de empleo, actúan como estabilizadores automáticos en épocas de inflación e incrementos de la actividad económica. Pero el efecto de estos estabilizadores no es suficiente.
La imposición indirecta puede ayudar a reducir el consumo, sobre todo en ciertos sectores (tabaco, alcohol, etc), pero el consumo, en ese caso, se puede dirigir a otros. El problema es que se puede determinar la dirección que los cambios en la imposición, las transferencias o los gastos públicos puede tener sobre el consumo, pero no se puede precisar con exactitud su intensidad.
4.4 Política de rentas.
Ahogar el exceso de demanda puede llegar a crear una presión deflacionista que pare la subida de precios y salarios a costa de un alto nivel de paro (Curva Phillips). Pero el pleno empleo es un objetivo básico, por lo que se deben buscar políticas alternativas que hagan compatible la estabilidad de precios y el crecimiento, junto con el empleo.
El establecimiento de un marco en el que aumente la sensibilización a los movimientos de la demanda puede ser muy positivo. Por ejemplo, las medidas para aumentar la competencia, pero suele haber problemas a la hora de conseguir flexibilizar los precios (por temas de dinámica de mercados y por legislación).
En cuanto a los salarios, los sindicatos ejercen mucho poder en algunos sectores y es difícil operar en ese terreno. La política de salarios está enfocada hacia la intervención de las autoridades para lograr establecer un nivel de salarios, jugando con los intereses de carácter nacional. Una de las medidas en este terreno consiste en la intervención del gobierno en las negociaciones de los distintos convenios colectivos.
Las autoridades deben fijarse una cifra objetivo para el incremento de la renta monetaria conjunta en un año determinado, y en base a la elevación estimada en la productividad media, las autoridades estiman la elevación máxima de las rentas monetarias que prevén dejaría invariable el nivel general de precios. Esta aproximación se describe como “principio de la luz orientadora”. La efectividad de una política como esta pasa por:
1) Un objetivo oficial como directriz de rentas, que establezca la norma general para las negociaciones.
2) El Gobierno tiene amplio poder como oferente de empleo, debiendo no agravar la mala distribución de la renta desde un punto de vista social, haciendo disminuir la oferta de mano de obra para aquellas ocupaciones que produce beneficio social.
3) El Gobierno puede utilizar amenazas vía impuestos, para extraer los incrementos en las rentas conjuntas por encima de la cifra prescrita. Pero si tuviese que incrementar los impuestos afectaría a la demanda real, porque el nivel general de salarios y precios habría crecido antes de hacerse efectiva la imposición adicional.
En cualquier caso, la política de rentas debe estar orientada bajo la representación del interés nacional, estableciendo acuerdos de rentas, jugando siempre entre los dos principios de equidad y eficiencia.
Una política de rentas comprende dos elementos:
1) El volumen de incremento que se permitirá en la renta monetaria conjunta.
2) Su distribución dentro de la economía: este campo de actuación es complicado, y sólo cabe llevar a cabo actuaciones de tipo permisivo.
También se debe ocupar de la política de dividendos y beneficios. Los beneficios se articulan en función de las variaciones de la demanda y la productividad. Se ha de tratar de actuar con medidas de restricción de dividendos.
En cualquier caso, trabajadores y empresarios serán reacios a renunciar a parte de su soberanía con respecto a la determinación de las rentas, en cuyo caso se derrumbará el control de rentas basado en el acuerdo mutuo. Muchos países industriales necesitarían de amplios cambios institucionales y sociales para hacer efectiva la política de rentas, porque en el fondo el problema tiene un transfondo político además de económico.
La estabilidad de precios puede conseguirse a costa del desempleo, y el mantenimiento de la libre negociación colectiva y el pleno empleo a costa de cierta inflación. Pero siempre será necesaria una política de rentas activa que trate de conseguir una distribución de los recursos de manera equitativa y eficiente socialmente.
4.5 Política comercial exterior.
Se puede llevar una Balanza de pagos saneada y tener estabilidad de precios, porque las medidas llevadas a cabo para estabilizar los precios, que incluyen combinación de eliminación de exceso de demanda, es probable que permitan mejorar la balanza de pagos.
La política cambiaria puede ser utilizada en la lucha contra la inflación. Si se permite la libre importación de ciertos productos de forma que sean vendidos en el mercado nacional a un precio aproximadamente igual a los producidos en el interior se estará aumentando la competitividad interior, impidiendo o ralentizando las subidas de precios. Pero las consecuencias de esa política sobre el comercio exterior puede ser grave: las subidas de precios interiores deteriorarán gravemente el equilibrio en la balanza de mercancías.
Por otra parte, una moderación de la tasa de inflación, acorde con la de los países con los que más se comercia, no sólo mejorará la balanza, sino que es probable también que actúe en el sentido de crear un mayor deseo de entrada de capital extranjero para inversiones en el país.
5 CONCLUSIÓN.
Los precios de los bienes y servicios de una economía están sujetos a un proceso de subida constante, llamado inflación. Este proceso no es dañino en sí mismo, si está controlado. Para evitar procesos inflacionarios perjudiciales se llevan a cabo las políticas anti-inflacionarias.