1.‑ INTRODUCCIÓN.
2.‑ LA ORIENTACIÓN COMO ACTIVIDAD EDUCATIVA.
2.1.‑ Orígenes y definición de la Orientación
2.2.‑ Orientación Educativa.
2.3.‑ Objetivos de la Orientación.
2.4.‑ Campos de la Orientación.
2.5.‑ Fases del proceso orientador.
2.6.- Organización de la Orientación en Educación Secundaria y Formación Profesional.
3.‑ PRINCIPIOS BÁSICOS COMUNES A LOS DISTINTOS MODELOS DE ORIENTACIÓN EN LA ENSEÑANZA SECUNDARIA Y EN LA FORMACIÓN PROFESIONAL.
3.1.‑ Modelos en orientación en la Educación Secundaria y Formación Profesional..
3.2.‑ Principios básicos.
4.‑ TECNICAS MÁS UTILIZADAS.
5.- CONCLUSIÓN
BIBLIOGRAFIA:
– Ley Orgánica 1/1990 de 3 de Octubre de Ordenación General del Sistema Educativo.
– Real Decreto 83/1996 de 26 denero, por el que se aprueba el Reglamento Orgánico de los Institutos de Educación Secundaria.
– Resolución de 30 de abril de 1996, de la Dirección General de Renovación Pedagógica, por la que se dictan instrucciones sobre el Plan de actividades de los departamentos de Orientación de los Institutos de Educación Secundaria.
– RESOLUCIÓN de 29 de abril de 1996 a de la Dirección General de Centros Escolares, sobre organización de los departamentos de orientación en Institutos de Educación Secundaria.
– RODRIGUEZ ESPINAR, S. (1993): Teoría y práctica de la Orientación Educativa, Ed. Promociones y Publicaciones Universidad, S. A.
– «La orientación escolar», Revista Educación n° 270, Mayo ‑ Agosto 1982.
– MEC (1992): Orientación y Tutoría. En Cajas Rojas de Educación Secundaria Obligatoria.
– AA. VV. (1992): Orientación e Intervención Educativa en Secundaria, Ed. Aljibe, Málaga.
1.‑ INTRODUCCIÓN.
Mediante el desarrollo de este tema vamos a ver en primer lugar cuáles fueron los orígenes de la orientación, es decir, ¿cómo surge la Orientación?, ¿a qué necesidad responde la orientación?. Así como también iremos avanzando en la concreción de una definición integradora de las distintas aportaciones que a lo largo del tiempo han ido elaborando los distintos profesionales que han ahondado en el estudio y práctica de la orientación.
Así también, profundizaremos en la relación existente entre el campo de la orientación y de la educación estableciendo los elementos comunes de actuación, así como su concreción dentro del sistema educativo español en la Reforma, materializándose en el cumplimiento de unos objetivos, de una estructura organizativa con unas funciones a llevar a cabo, bajo unos principios a tener en cuenta, para terminar dando un repaso a los recursos que se pueden poner en práctica para la labor de la orientación como actividad educativa.
2.‑ ORIENTACIÓN COMO ACTIVIDAD EDUCATIVA.
2.1.‑ ORÍGENES Y DEFINICIÓN DE LA ORIENTACIÓN:
Los historiadores de la orientación coinciden en señalar que la primera década del siglo XX marca los inicios de la práctica de la orientación, como una actividad organizada y dirigida al logro de específicos objetivos.
Fueron los efectos del proceso de industrialización y la propia estructura social del siglo XIX, promoviendo la especialización en el trabajo y exigiendo mayor capacidad de adaptación al individuo ante los complejos cambios que se estaban dando, lo que propició determinadas iniciativas en el campo de la orientación, aunque sólo en el ámbito de lo profesional. Ahora bien, ¿cuáles fueron esas iniciativas y cómo se desarrollaron?.
La búsqueda de una metodología suficientemente objetiva y científica que permitiera el conocimiento del individuo a fin de orientarle hacia la profesión más adecuada determina que la orientación profesional abra sus puertas a la conquista de la psicología aplicada en el campo de la medición y diagnóstico del individuo.
A) El Movimiento Psicométrico y Modelo de Rasgos y Factores: Desde el punto de vista de la orientación escolar caben citar las aportaciones de Binet con la elaboración de la primera Escala Mental aplicada al campo escolar y con la posterior revisión que de ésta hizo Terman, se introduce el concepto y cálculo del C.I.
Por otro lado, los estudios factoriales de la inteligencia de Thurstone y los estudios y test de Strong sobre intereses vocacionales van a dotar a la orientación de unos instrumentos de diagnóstico que consolidarán el modelo de rasgos y factores en orientación.
Este modelo girará en torno a la necesidad que tiene el orientado de conocer y comprender sus aptitudes, habilidades, intereses, ambiciones, necesidades y limitaciones a la hora de tomar una decisión.
Ahora bien, si su contribución fue desarrollar el conocimiento científico del sujeto mediante la utilización de instrumentos psicométricos, lo que no se consiguió fue permitir que el individuo pusiera en relación personal, por un lado, alternativas, y por otro, las características individuales. En definitiva, no se logró desarrollar las estrategias adecuadas para que se produjera la acción orientadora.
B) Movimiento de «Counseling»: Habrá que esperar a 1931, para que aparezca por primera vez el término «Counseling», (asesoramiento) como señala Aubrey (1977, 1980), término que fue empleado para definir el proceso psicológico dirigido a ayudar al sujeto para que logre la adecuada comprensión de la información educativa y vocacional en relación a sus propias aptitudes, intereses y perspectivas.
Y aunque fue ligado especialmente a las funciones de orientación académica ‑ vocacional, el desarrollo del movimiento de higiene mental y la obra de Carl Rogers (1942), pone de manifiesto la especial atención que hay que prestar a las dimensiones afectivas de la persona y conflictos personales que las mismas pueden generar, para que amplíen las funciones de la orientación a nuevos campos y surja la atención individualizada.
Sin embargo, se genera la polémica entre asesoramiento y orientación, al elevar a teoría o modelo de orientación, lo que inicialmente fue atendido como una técnica, provocando la diversificación de los esfuerzos, pues los orientadores centraron su atención en la búsqueda de técnicas y estrategias más útiles para la resolución de problemas individuales que se les planteaban.
De esta manera, podemos comprobar que estas aportaciones tienen una característica en común y es el hecho de la desvinculación, de tales iniciativas, de los sistemas educativos formales, es decir, su carácter extraescolar pese a su intencionalidad educativa. Ello constituyó un gran obstáculo para que la orientación profesional se insertara en los programas educativos.
C) Orígenes estrictamente educativos de la Orientación: A principios de siglo surgió el intento de integrar la orientación, de los alumnos en el propio programa escolar. Jesse Davis fue el pionero al introducir en las escuelas secundarias el primer programa de orientación.
Pero ¿qué caminos siguió el ejercicio de la práctica de la orientación en el contexto del sistema educativo?.
Por un lado, fue entendida como un medio de distribución y ajuste de los alumnos en los diferentes niveles de los sistemas educativos, pues se reconocía que no todos ellos pueden seguir iguales vías académicas o profesionales, y por otro, que las causas de desadaptación escolar están en los alumnos y que por tanto hay que corregirlos.
Así que, la Orientación fue utilizada en los diferentes niveles educativos como instrumento para resolver la distribución de los alumnos en los diferentes grupos, ramas, vías, como paso previo a la distribución de la población entre las distintas actividades que imponía la técnica del trabajo.
De esta forma, la orientación aparecía como algo marginal y sólo necesaria en ciertos momentos o etapas educativas, así como fue una tarea desarrollada al margen de los otros agentes educativos directamente implicados en el proceso.
En consecuencia, después de haber visto cómo ha evolucionado y se ha desarrollado la orientación, podemos deducir lo complejo que es establecer una definición unívoca del concepto de orientación.
No obstante en términos generales, todas las definiciones que se han dado sobre la misma, coinciden en señalar la orientación como «un proceso de ayuda profesionalizada hacia la consecución de promoción personal y madurez social» (Pérez Boullosa, 1985).
2.2.‑ ORIENTACIÓN EDUCATIVA.
2.2.1.‑ ORIENTACIÓN Y EDUCACIÓN.
Fue John Brewer, en la década de los treinta, uno de los máximos defensores en concebir el proceso orientador indisolublemente unido la proceso educativo y de desarrollo humano. Con esta afirmación, las funciones y los objetivos de la orientación vocacional, escolar y personal, desarrollada hasta el momento, quedan subsumidos en las funciones y objetivos de la educación. El equipo docente se convierte en el agente natural de lgßorientación y el currículum constituye la vía natural a través de la cual han de lograrse las metas y objetivos de la orientación Educativa, en sus distintos campos.
La necesidad de interrelacionar Educación y orientación, se pone de manifiesto en cuanto a las dimensiones educativas que desarrolla la orientación. Como así son recogidas en las Cajas Rojas de la Enseñanza Secundaria.
a) Un primer elemento es el concepto de la propia educación como orientación para la vida. La educación es orientación en tanto que preparación para la vida, por lo que los aprendizajes han de ser funcionales, estar en conexión con el entorno de los alumnos y guardar relación con el futuro posible.
b) La Orientación puede verse además como asesoramiento sobre caminos diferentes. Hay casos en los que el alumno ha de elegir, y en otros, cuando se plantea la promoción de un alumno de un ciclo a otro, la evaluación de las capacidades del sujeto ha de ir acompañada de la orientación respecto a las posibilidades más interesantes de futuro.
c) La Orientación, en el Currículo de la Educación Secundaria Obligatoria, significa también educar en la capacidad para tomar decisiones propias, sobre todo aquellas que tienen mayor transcendencia personal o que comprometen el futuro.
d) La Orientación psicopedagógica consiste en la educación sobre el propio proceso educativo: en la instrucción y capacitación de los alumnos para sus procesos de aprendizaje. Que va desde la metacognición hasta el manejo de técnicas de estudio, capacidad de aprender a aprender, buscar y organizar la información, autocorrección, autoevaluación y en general aprender por uno mismo.
2.3.‑ OBJETIVOS DE LA ORIENTACIÓN EDUCATIVA.
Una vez visto cómo se desarrolla la orientación, qué es la orientación y su interrelación con la educación, podemos plantearnos ¿qué objetivos específicos persigue?:
a) Contribuir a la personalización de la educación.
b) Ajustar la respuesta educativa a las necesidades educativas de los alumnos, mediante las oportunas adaptaciones curriculares y metodológicas, en un intento de adecuar la escuela a los alumnos y no los alumnos a la escuela.
c) Favorecer los procesos de madurez personal, de desarrollo de la propia identidad y de la progresiva toma de decisiones.
d) Prevenir las dificultades de aprendizaje, y en su caso, asistirlas.
e) Asegurar la continuidad educativa a través de las distintas áreas, ciclos, grados, etapas, modalidades del sistema educativo.
f) Contribuir a la adecuada relación entre los distintos integrantes de la comunidad educativa: profesores, alumnado y familias, así como entre la comunidad educativa y entorno social, asumiendo el papel de mediación y negociación entre los conflictos o problemas que puedan plantearse entre los distintos integrantes.
g) Contribuir a toda clase de innovaciones que redunden en una mejora de la calidad de la enseñanza.
2.4.‑ CAMPOS DE LA ORIENTACIÓN.
¿En qué campos se van concretando estos objetivos?
Podemos hacer las siguientes diferenciaciones:
‑ Orientación personal: Proceso de ayuda a un sujeto para que llegue al suficiente conocimiento de sí mismo y del mundo que le rodea, para ser capaz de resolver sus propios problemas.
‑ Orientación escolar: Aquella ayuda que se establece para mejorar el rendimiento académico, desarrollo de aptitudes, así como su adaptación al centro docente constituyendo su ámbito la instrucción educativa y el aprendizaje significativo.
‑ Orientación profesional: Intenta ayudar al alumno a elegir y prepararse adecuadamente para una profesión, atendiendo a las demandas y necesidades sociales.
‑ Orientación familiar: Es necesario asesorar y colaborar con la familia en la educación de sus hijos, haciéndoles más partícipes en el proceso educativo, dada la importante contribución e influencia que tienen para su desarrollo personal y social
2.5.‑ FASES DE LA ORIENTACIÓN EDUCATIVA.
1.‑ Evaluación Inicial: El orientador debe recabar la información necesaria para efectuar una primera evaluación del problema, puesto que cuando se solicita su colaboración por algún miembro de la comunidad educativa (padre, profesor…) éstos suelen presentar los problemas de forma parcial.
Así también, es necesaria para elegir el modelo de orientación a seguir y tratamiento más oportuno.
2.‑ Período Exploratorio: Se trata de llegar a un conocimiento lo más completo posible de las múltiples facetas que integran la personalidad del sujeto, cuyas disfunciones o anomalías generan el problema o casos de estudio.
El objetivo fundamental de esta fase no son los diagnósticos sino los pronósticos, ya que sólo a partir de ellos se podrá elaborar el plan de actuación apropiado.
Para ello, habrá que centrarse, por un lado, en el área de la personalidad a que hace referencia la exploración y el modelo de diagnóstico y/o orientación elegido como más apropiado.
2.1.‑ Parte diagnóstica: Que se lleva a cabo, por un lado, a través de la exploración biológica, psicológica y socio‑ambiental del sujeto, y por otro, mediante el diagnóstico pedagógico fundamentalmente, puesto que los problemas o casos que debe atender un orientador escolar tienen relación directa con el rendimiento, madurez, adaptación, trastornos en el aprendizaje, entre otros, ya que no sólo es el motivo que determina la actuación, sino que además es el tipo de diagnóstico que específicamente le corresponde a nivel de competencia profesional.
Especialmente deberá preocuparse de realizar un buen diagnóstico pedagógico en las siguientes áreas:
‑ Rendimiento académico y madurez general del alumno.
‑ Dominio de las materias instrumentales y técnicas.
‑ Procesos de pensamiento, lenguaje.
‑ Mundo de intereses, actitudes, valores y rasgos personales.
‑ Los procesos deFUabituación y adaptación.
‑ Análisis de anomalías y trastorno’; del aprendizaje.
2.2.‑ Parte Predictiva: Debemos establecer qué es lo que queremos predecir (éxito en determinadas materias, mayor ajuste emocional, cambio de conductas) por otra parte, clarificar cómo efectuar tal pronóstico, es decir, a base de qué datos y con qué criterios de referencia o validez.
La dificultad en esta fase, radica en que las variables seleccionadas como predictoras, en ciencias humanas, tienen una fiabilidad limitada.
No obstante, la estabilidad y posibilidades de cuantificación de ciertos rasgos de comportamiento hace posible que puedan elaborarse pronósticos a partir de modelos teóricos, siempre que se enuncien los mismos en términos de probabilidad.
3.‑ Fase orientadora: Pretende poner en práctica las medidas oportunas que posibilitan superar las dificultades e inadaptaciones que perturban el desarrollo normal del sujeto.
Ahora bien, esta intervención adquiere matices diversos, según el tipo de respuestas que exige cada problema específico, según su finalidad, se pueden agrupar en tres grandes bloques
3.1.‑ Información y asesoramiento: Cuando al facilitar información tenemos en cuenta la situación y características de los sujetos, implícitamente estamos efectuando una valoración de los datos, lo que puede entenderse como asesoramiento.
Tanto la información como el asesoramiento, tratan de prestar al sujeto una ayuda que le facilite un mejor conocimiento y comprensión de su persona y lo que le rodea, y consecuentemente, la elección de opciones coherentes con su situación.
3.2.‑ Función terapéutica: Consiste en introducir las estrategias oportunas que posibiliten el cambio de conductas que en el alumno deben modificarse, dependiendo del ámbito en el que se actúa (psicológico, pedagógico o social).
Otras veces, no estará en su mano aplicar directamente la terapia apropiada al caso, pero siempre dependerá de él, la selección de las estrategias y la orientación de los procesos intervinientes en la misma.
3.3.‑ Función de investigación y evaluación: La investigación debe estar presente en el ejercicio de la actividad orientadora, pues es el único medio de profundizar y aportar soluciones a los diversos problemas que se generan a partir de la actividad diaria. La evaluación de los programas de orientación por el orientador, para asumir una autocrítica de su tarea como medio de perfeccionamiento y eficacia.
En conclusión, podemos llegar a afirmar que la orientación es una actividad propiamente educativa, porque de lo expuesto hasta el momento se deduce que:
‑ Toda Orientación es educativa porque con ella no se pretende resolver los problemas al alumno, sino ayudarle a que sea capaz de resolverlos.
‑ La Orientación es un elemento inherente al sistema educativo porque se reconoce como un derecho del alumno.
‑ Porque la Orientación en la LOGSE se recoge como parte de la función docente en su art. 60.1
‑ Porque al igual que la educación, la orientación es un proceso, un aprendizaje y su objetivo último es contribuir al desarrollo integral de la persona.
2.6.- ORGANIZACIÓN DE LA ORIENTACIÓN EN EDUCACIÓN SECUNDARIA Y FORMACIÓN PROFESIONAL
¿Cómo se integra y organiza la Orientación en nuestro actual sistema educativo?
Con la Ley General de Educación de 1970 se introduce, en sus artículos 125 y 127, el derecho del alumno a recibir orientación y tutoría. Esto dio lugar a que se creasen en 1977 los SOEV, para la orientación educativa y vocacional, y con la Ley de Integración Social para el Minusválido (LISMI), aparecieron en el marco educativo en el año 1982, los equipos Multiprofesionales, que se ocuparon de la escolarización, valoración diagnóstica y atención a los niños con deficiencias.
Sin embargo, la actuación puntual de los servicios de orientación creados, la escasa integración de sus intervenciones dentro del marco global de la escuela con la que actuaban, así como los escasos recursos institucionales puestos en práctica, no posibilitaron el que hiciera extensivo este derecho a todos los alumnos.
Actualmente, con la Ley Orgánica 1/1990 de Ordenación General del Sistema Educativo, además de seguir constatando el derecho del alumno a recibir orientación, se ha puesto de manifiesto lo siguiente:
– Que la orientación educativa y profesional es un factor que favorece la calidad y mejora de la enseñanza (art. 55 apartado e)
– La tutoría y orientación de los alumnos forman parte de la función docente (art. 60.1)
– Las Administraciones Educativas garantizarán la orientación académica, psicopedagógica y profesional de los alumnos, especialmente en lo que se refiere a las distintas opciones educativas y a la transición del sistema educativo al mundo laboral (art. 60.2)
Así pues, ¿cómo se organizan estos planteamientos en el sistema educativo?
Según el Libro Blanco para la Reforma del Sistema Educativo, la Organización de la Orientación se ha distribuido en tres niveles:
1. Nivel de aula o grupo de alumnos. A través de la función tutorial y orientadora que corresponde a todos los profesores y en particular al profesor tutor, cuyas funciones vienen establecidas en el R.D. 83/1996 de 26 de enero, por el que se aprueba el Reglamento Orgánico de los Institutos de Educación Secundaria.
2. Nivel de Escuela o Centro Educativo, como institución integrada por el equipo docente y por los recursos materiales a su disposición, institución que conviene dotar con una unidad o Departamento de Orientación, cuyas funciones se recogen en el citado R.D. 83/1996 de 26 de enero.
3. Nivel de sistema educativo como tal, concretado en la demarcación de distrito o sector, que ha de contar con un Equipo de Orientación Educativa y Psicopedagógica (E.O.E.P.) y desde donde, en coordinación con otros programas y servicios del sistema, ha de dar respuesta adecuada y completa a las necesidades que en el sector aparecen, colaborando y asesorando, cuando sea necesario, a los dos primeros niveles de organización de la Orientación.
3.‑ PRINCIPIOS BÁSICOS COMUNES A LOS DISTINTOS MODELOS DE ORIENTACIÓN EN LA ENSEÑANZA SECUNDARIA Y EN LA FORMACIÓN PROFESIONAL.
Toda práctica educativa debe sustentarse en una base teórica y en cuanto a la orientación, aunque han habido distintas reflexiones que han dirigido su práctica, no existe una formulación integradora que sirva de base para una teoría de la orientación. No obstante, lo necesario no es una teoría única, sino tener el conocimiento teórico suficiente para poder tener una marco conceptual sobre el que hacer una reflexión sobre como estamos llevando a cabo nuestra actividad orientadora, una representación de la realidad sobre la que hay que intervenir y que va a influir en los propósitos, los métodos y los agentes de dicha intervención.
3.1.- MODELOS DE ORIENTACIÓN EN LA ENSEÑANZA SECUNDARIA Y EN LA FORMACIÓN PROFESIONAL.
Siguiendo a Rodríguez Espinar (1986), podemos establecer varios grupos de modelos, adoptando una clasificación basada según los tipos de intervención, es decir, en la forma de afrontar la acción orientadora.
A) Modelo de intervención directa e individualizada (Modelo Counseling):
Este modelo es de carácter eminentemente terapéutico y centrado en la acción directa sobre el sujeto. Se basa en la relación personal orientador-orientado. Esta acción suele ser de tipo puntual. Tiene como objetivo prioritario el satisfacer las necesidades específicas del sujeto. Es el orientador el que dirige el proceso, pasando el profesor‑tutor a un segundo plano, siendo solamente receptor de la información o interviniendo bajo la supervisión y asesoramiento del especialista.
B) Modelo de intervención directa grupal.
Dentro del cual podemos diferenciar tres submodelos:
B.1) Modelo de Servicios: Hasta los 70 tuvieron un planteamiento eminentemente clínico y prácticamente desligado de la escuela, para pasar a un modelo más psicopedagógico y con mayor implicación en los centros.
Sus principales aspectos son:
‑ Intervienen sobre un grupo reducido de sujetos con dificultades.
‑ Actuan sobre el problema y no sobre el contexto que lo genera.
‑ Suelen estar ubicados fuera de los centros educativos.
‑ Su implantación es zonal y sectorial.
‑ Actúan por funciones y no por objetivos.
B.2) Modelo de Servicios pero actuando por Programas: Tienen en cuenta un análisis de necesidades y a partir de ahí elabora los programas de intervención para que el profesor o bien el propio servicio las desarrolle en la práctica.
Su planteamiento es más de tipo preventivo y de desarrollo, dirigido a todos los alumnos.
El orientador se configura como un asesor de los procesos de intervención educativa en lugar de ser técnico exterior.
Este planteamiento supone un cambio de actitud, de preparación y de rol de especialista en orientación, e implica un nuevo modelo organizativo que afecta al centro en su globalidad y a Ios servicios de orientación del centro y a los diferentes agentes del proceso educativo y orientador. Concretamente el profesor‑tutor habrá de ser el responsable de la tarea orientadora en su clase. Para ello contará con la ayuda y asesoramiento del especialista en orientación (servicio interno) y los equipos de orientación de la comunidad (servicios externos).
B.3) Modelo de programas: Se defienden el enfoque de programas frente al de servicios porque las funciones no pueden determinarse a priori, si no son consecuencia del proceso racional y científico que ha de presidir toda intervención programada.
Los aspectos más relevantes son:
‑ El programa se desarrolla en función de las necesidades del centro.
‑ El programa se dirige a todos los alumnos.
‑ La unidad básica de intervención es el aula.
‑ El individuo es considerado como un agente activo de su propio proceso.
– Se actúa sobre el contexto con un carácter más preventivo y de desarrollo que terapéutico.
‑ Se lleva a cabo un seguimiento y evaluación de lo realizado.
‑ Implicación de todos los agentes educativos.
‑ Colaboración de otros profesionales en el diseño y elaboración del programa.
C) Modelo de intervención indirecta, individual y/o grupal (Modelo de consulta):
Realiza una actividad encaminada a afrontar y resolver no sólo los problemas o deficiencias que una persona, institución, servicio o programa tiene, sino de prevenir y desarrollar iniciativas y ambientes que mejoren cualitativamente y capaciten a los orientadores en el desempeño de sus tareas profesionales.
Uno de los objetivos prioritarios es la de formar y capacitar al profesorado para que sea uno de los agentes principales de la intervención orientadora.
El orientador debe compaginar la acción directa sobre el sujeto y la acción indirecta sobre el resto de agentes educativos y de orientación (familia, profesores, tutores).
Aubrey (1990) ha definido la consulta como un servicio indirecto que se produce entre dos profesionales de status similar.
Los orígenes del concepto de consulta y los campos en que se ha desarrollado ha dado lugar a diferentes modelos y tipos de consulta en el ámbito de la orientación (de salud mental, conductual, de desarrollo de las organizaciones y el enfoque psicoeducativo). Unos se dirigen a la propia organización o bien al individuo. Al mismo tiempo pueden tener carácter terapéutico o bien preventivo y de desarrollo, la consulta puede centrarse en el consultante o en los programas, servicios e instituciones. En cuanto a las estrategias, éstas pueden ser conductuales, cognitivas y relacionales.
Actualmente comienza a tomar protagonismo el modelo de consulta con un planteamiento ecológico que tiene en consideración la intervención en el ámbito de la organización y del individuo, dotando a éste de una serie de habilidades y competencias que le permitan afrontar sus propios problemas.
Hemos de ser conscientes que la función del orientador en la nueva concepción de la orientación y el nuevo modelo organizativo de la misma en nuestra Reforma educativa va a adquirir nuevas dimensiones:
1.‑ Consultor‑educador de profesores.
2.‑ Consultor‑educador de padres.
3.‑ Consultor‑educador en la organización educativa y en la comunidad.
Así pues, el profesional de la orientación habrá de asumir su función de agente de cambio. Se concreta en que ha de ser consultor del equipo docente y directivo, una pieza básica en la relación familia ‑ institución escolar y un agente que intenta aproximar y relacionar el ámbito educativo con los elementos sociales, establecer canales de comunicación, intercambio y colaboración .
D) Intervención a través de medios tecnológicos (Modelo Tecnológico):
Este modelo se basa en sistemas y/o programas autoaplicables por medio de nuevas tecnologías multimedia y asistidas por ordenador, que se han centrado mayoritariamente en el campo de la información y de la orientación vocacional. Ello no elimina la‑figura y funciones del orientador, que habrá de estar presente en el proceso, desempeñando la función de consultor, aclarando dudas, orientando en la resolución de problemas, comentando, informando y ayudando al sujeto en su labor de síntesis y reflexión. Estos sistemas pretenden liberar al orientador de tareas informativas para que tenga más tiempo libre para desempeñar funciones de consulta y asesoramiento.
De todo lo anterior, si lo aplicamos al campo de la Orientación Educativa, podemos establecer los siguientes PRINCIPIOS BÁSICOS sobre los que se sustenta la práctica orientadora.
3.2.- PRINCIPIOS BÁSICOS
Son los siguientes:
1.‑ La Orientación se preocupa sistemáticamente, al igual que la Educación, del desarrollo de las personas. La orientación es un agente activador y facilitador de ese desarrollo, considerando al individuo en continuo crecimiento personal. Intenta conseguir el máximo funcionamiento de las potencialidades de las personas. La orientación ha de ser PROACTIVA, es decir, favorecer los procesos de madurez personal, de desarrollo de la propia identidad y sistema de valores y a la vez prevenir las dificultades de aprendizaje, anticipándose a ellas. También la orientación debe ser INTEGRADORA y atender a todos los aspectos del desarrollo humano.
2.‑ Los procedimientos de orientación descansan en los procesos de conducta. La orientación se centra en las posibilidades humanas, tratando de resolver carencias, flaquezas o debilidades. Debe atender a las peculiaridades de los individuos, acentuar el carácter personalizador de la Educación en sus dos sentidos, integración e individualización y debe partir de las potencialidades y deficiencias de las personas a las que va dirigida.
3.‑ La Orientación se centra en un proceso continuo de encuentro y confrontación consigo mismo por parte del alumnos. Desde este principio se subraya que el sujeto de la orientación es ACTIVO. La orientación debe tender a conseguir la Autoorientación de los alumnos y la toma de decisiones responsables y fundamentadas sobre el propio futuro.
El orientador debe hacerse prescindible y la Orientación entendida como incentivadora, estimulante o alentadora, y nunca como directiva o determinante.
4.‑ Sentido cooperativo de la orientación, nunca obligatoria o aislada. En ella participan tutores, profesores, padres y alumnos. El orientador es un colaborador del sistema educativo, un especialista y un consultor o asesor de la plantilla docente. El maestro así se beneficia de los hallazgos del orientador, y a su vez le proporciona los resultados de la observación del proceso Enseñanza Aprendizaje. Tarea docente y orientadora se contemplan en el marco de orientación integrada en el currículo.
5.‑ La Orientación es un proceso continuo. El carácter procesual y continuo de la orientación está justificado por diversos motivos:
‑ El propio acto de la orientación encierra fases o etapas: inicial, de diagnóstico, intervención orientadora y evaluación.
‑ El carácter evolutivo de los sujetos a los que ha de atender la orientación.
‑ El carácter de sistema de la orientación: es unitaria y global.
‑ Como actividad educativa es un proceso como lo es también la Educación.
6.‑ La Orientación es un proceso de ayuda en «momentos críticos»: a pesar de ser un proceso continuo no es uniforme ni homogéneo. Pueden darse momentos cruciales que requiera una intervención especial. Según Lázaro y Asensi (1978) en:
1.‑ Comienzo de la escolaridad.
2.‑ Comienzo de la escolaridad obligatoria.
3.‑ Superación de las técnicas instrumentales.
4.‑ Superación del período de escolarización obligatoria.
5.‑ Iniciación a la sistematización científica de los contenidos.
6.‑ Final o abandono de los estudios medio o secundarios.
7.‑ Iniciación de la enseñanza superior.
8.‑ Final o abandono de los estudios superiores.
Común a todos los escolares se sitúan los que corresponden a los números 2,3 y 4.
7.‑ La Orientación va dirigida a todos los alumnos, tiene como objetivo el desarrollo de las personas y la prevención de los problemas. En este sentido va dirigida a todos los alumnos y no sólo a los que presentan necesidades educativas especiales o problemas de aprendizaje. Debe promover el desarrollo personal de todos los alumnos, reconociendo su valía y derecho a elegir.
4.‑ TÉCNICAS MÁS UTILIZADAS.
Debemos partir de que las técnicas que se utilizan en orientación, toman cuerpo en relación a situaciones y casos concretos y está en función del marco de trabajo del orientador dentro de las instituciones educativa, especificando sus tareas o competencias en función de las cuales se justifica el empleo de diversas técnicas.
Así también, no podemos olvidar el hecho de que estos soportes tecnológicos, desde una concepción de la orientación como proceso, deben ser empleados en conexión con el objetivo que se persigue en cada momento.
4.1.‑ Entrevista:
Hay diversas formas de clasificar los tipos de entrevista, aquí en concreto nos interesa diferenciarlas según la finalidad que pretenden.
4.1.1.‑ Entrevista de diagnóstico: Se entiende como un proceso de recogida de información, proporcionada por el propio sujeto o por personas allegadas a él, para elaborar el historial personal del alumno y establecer las relaciones entre los datos para averiguar las causas del problema actual y preparar la intervención.
En este tipo de entrevista la relación es asimétrica, el entrevistador marca los roles y ejerce el control sobre la secuencia de la entrevista.
4.1.2.‑ Entrevista en la relación de ayuda: Quedan englobadas en este epígrafe las entrevistas con finalidades diferentes a la del diagnóstico. La diferencia fundamental que se establece viene determinada por el marco teórico del orientador, que condiciona a su vez el grado de estructuración.
Vemos pues, que desde el modelo de consulta la entrevista se concibe como una relación personal de ayuda en el que el orientador facilita las condiciones para que el sujeto, a través de la autoexplicación y autocomprensión, ponga en acción las adecuadas estrategias de cambio personal.
Ahora bien, independientemente del marco teórico en que se sitúe el tutor, orientador, en esta relación de ayuda existen variables que condicionan su desarrollo, como son las características personales y actitudes del entrevistador y el contexto comunicativo en el que se realiza.
4.2.‑ Observación:
Se utiliza para obtener información sobre hechos a los que no es posible acceder a través de otras técnicas estandarizadas.
Pueden ser:
‑ anecdotarios.
‑ relatos, informes.
‑ listas de control.
‑ escalas de valoración, actitudes, de producción.
‑ cuestionarios.
4.3.‑ Programas:
4.3.1.‑ Técnicas de estudio: Encaminados a la mejora del aprendizaje y estudio, a través de la adquisición de determinadas estrategias, integradas y a desarrollar en el propio proceso enseñanza ‑ aprendizaje.
Estos programas deberán contemplar las siguientes áreas de intervención:
‑ Área de habilidades cognitivas (comunicación).
‑ Área de habilidades conductuales (planificación y autocontrol).
‑ Área de la dinámica personal de estudio (motivación, autoestima).
‑ Área de cambio del contexto institucional (planificación de la docencia, material de estudio y acción familiar).
4.3.2.‑ Toma de decisiones: Programas que pretenden ayudar en la toma de decisiones a través del desarrollo de las siguientes capacidades: localización, selección y uso de la información.
Esta toma de decisiones en el ámbito escolar se refieren fundamentalmente a desarrollar el conocimiento de alternativas académicas y profesionales que el alumno se va a encontrar a lo largo de su escolaridad.
Las principales áreas a trabajar son:
‑ Información personal y social: Descubrir lo que uno es capaz de hacer, le gusta hacer y saber hacer.
‑ Información académica: No sólo del organigrama del sistema educativo, sino también de los requisitos académicos exigidos en los diferentes niveles de estudio, destrezas y aptitudes personales necesarias, oportunidades de apoyo.
‑ Información profesional: A través de la exploración de distintas profesiones, aproximarse a la realidad en las que normalmente se desarrollan.
4.3.3.‑ Programas de Enseñar a Pensar.
4.4.‑ Técnicas de grupo:
Van dirigidas a favorecer los procesos de creación, consolidación y mantenimiento de un grupo. Se persigue incrementar la participación de todos en la tarea de aprendizaje, mejorar la interacción entre los alumnos.
4.4.1.‑ Sociogramas: Permite analizar la estructura informal de la clase, observar los alumnos líderes, aislados o rechazados. Aunque es fácil medir la distribución de las inclinaciones en el grupo, es difícil explicar esta distribución por lo que habrá que atender a la combinación de las relaciones reales e ideales del conjunto del grupo clase.
4.4.2.‑ Diagnóstico de roles: Nos proporciona conocimiento sobre los papeles o funciones que desempeñan los alumnos en la estructura informal de la clase. Puede realizarse por el tutor o por los propios alumnos.
4.4.3.‑ Dinámicas de grupo: Con ellas se persigue el desarrollo de actitudes cooperativas y el aprendizaje de la toma de decisiones consensuada.
Existen multitud de dinámicas de grupo, aquí las relacionaremos en función del objetivo que persiguen:
‑ Mejorar las relaciones.
‑ Mejorar la organización.
‑ Mejorar el conocimiento mutuo.
‑ Mejorar la comunicación.
‑ Mejorar el aprender a trabajar en pequeño grupo.
‑ Resolución de conflictos.
4.5.- Técnicas Psicométricas
5.- CONCLUSIÓN
Para concluir y tras ofrecer una visión global de lo que es la Orientación educativa, solo resta destacar la unidad existente entre Orientación y Educación: Toda Orientación es Educativa porque con ella no se pretende resolver los problemas a un sujeto sino ayudarle a que sea capaz de resolverlos (García Hoz, 1982). De esta forma el Equipo Docente y toda la Comunidad educativa se convierten en los agentes naturales de Orientación, y el currículo constituye la vía natural a través de la cual han de lograrse las metas y los objetivos orientadores. Objetivos éstos centrados en la consecución, por parte del alumno, de una mayor autonomía personal y madurez social que le permita actuar en la sociedad como un hombre creativo, proactivo y, en definitiva, democrático.