1. INTRODUCCIÓN
Salud y trabajo son, obviamente, conceptos distintos, pero muy relacionados. Es evidente que para trabajar hace falta salud, y que la más evidente manifestación de la falta de salud es la disminución de la capacidad para trabajar.
Vulgarmente se identifica la salud como la ausencia de enfermedad. Este es un concepto negativo de salud., pero aun sigue teniendo vigencia el concepto positivo de salud de la OMS, que la define como “ el estado de bienestar físico, psíquico y social, y no meramente la ausencia de enfermedad”. De la definición se derivan tres características fundamentales:
a) Estado subjetivo de bienestar, de encontrarse bien, difícil de valorar hasta que no se pierde.
b) Equilibrio de la salud total, la salud humana ha de ser entendida como de salud total, considerando al hombre como una unidad psicosomática, individualizada a través de una relación social. Sin la integración de la salud psicosomática y social no podemos hablar de salud humana, de salud total.
c) La salud humana es siempre personal-individual, en las personas existen diferencias somáticas (estatura, facciones, color de piel…), psíquicas (grados de inteligencia, tipos emocionales…) Y sociales (roles diferentes, vivencias, niveles socioculturales…), lo que motiva que para cada individuo exista una salud diferente que integra el equilibrio de sus diferentes características somáticas, psíquicas y sociales.
Este equilibrio individual de la salud, depende del perfecto funcionamiento de todas las estructuras orgánicas heredadas por cada individuo y de la interacción de éstas con el medio ambiente. Cuando las estructuras orgánicas son deficientes por herencia, tenemos las enfermedades hereditarias. Pero la mayoría de las pérdidas de salud, se presentan por la interacción de factores ambientales. enfermedades ambientales.
El hombre posee gran capacidad de adaptación a las agresiones ambientales sin embargo, la capacidad de adaptación del hombre, no es ilimitada. Existen condiciones ambientales ante las cuales el hombre no puede adaptarse y sucumbe.
Por otra parte, el hombre con su trabajo puede modificar el ambiente natural hasta límites desproporcionados, creando ambientes no naturales, artificiales. Estos ambientes nuevos entrañan factores agresivos que ponen a prueba la capacidad de adaptación del hombre. El planteamiento ecológico de la patología del trabajo sería:
Hace falta salud para trabajar.
El trabajo modifica el ambiente del hombre que trabaja.
Las modificaciones ambientales pueden ser agresivas para la salud del trabajador.
Se desequilibra la salud por la incapacidad del hombre de adaptarse a las nuevas condiciones ambientales creadas por el trabajo.
Origen de la Patología del trabajo en el hombre que trabaja.
2. ANALISIS DE LOS FACTORES DE RIESGO LABORAL Y SU INCIDENCIA EN LA SALUD
(Con objeto de no alargar excesivamente el tema, vamos a desarrollar exclusivamente los factores que relaciona el temario de la oposición: físicos, químicos, biológicos y organizativos. Simultáneamente al desarrollo de los factores de riesgo, vamos a indicar su incidencia sobre la salud).
Los factores de riesgo laboral físicos, químicos y biológicos reciben el nombre genérico de contaminantes:
Contaminante físico. Es todo estado energético agresivo que tiene lugar en el medio ambiente. Estos estados pueden ser mecánicos, térmicos, electromagnéticos, radiactivos…; los más habituales en el ámbito laboral son: el ruido, las vibraciones, el estrés térmico, la inadecuada iluminación, los elementos bajo tensión eléctrica, las radiaciones ionizantes y no ionizantes, las presiones y depresiones.
Contaminantes químicos. Es toda materia orgánica o inorgánica carente de vida propia. Según su estado físico pueden presentarse en forma de sólido, líquido o gas; todos ellos estados físicos de la materia en condiciones normales de presión y temperatura: 1 atmósfera y 20º C.
Contaminantes biológicos. Es todo agente vivo, predominantemente microscópico, que estando presente en el ambiente puede producir enfermedades comunes o de las calificadas como profesionales. Entre ellos destacan los microbios, virus, bacterias, protozoos y hongos.
2.1. FACTORES FÍSICOS
El Real Decreto 1299/2006, de 10 de noviembre, por el que se aprueba el cuadro de enfermedades profesionales en el sistema de la Seguridad Social y se establecen criterios para su notificación y registro. Entre los factores físicos que se incluyen en el Grupo 2 del anexo I se incluyen entre otros: Ruidos, vibraciones, energía radiante e iluminación, radiaciones ionizantes y no ionizantes, compresión y descompresión atmosférica, enfermedades provocadas por posturas forzadas y movimientos repetitivos, enfermedades de la voz por motivos profesionales nistagmus de los mineros…
A continuación de desarrollan algunos de estos factores.
2.1.1. EL RUIDO EN EL AMBIENTE DE TRABAJO
El sonido se genera en un movimiento ondulatorio producido en un medio elástico por una vibración. El desplazamiento de moléculas de aire se traduce en una sucesión de variaciones muy pequeñas de la presión (presión sonora). Estas variaciones de presión al llegar al cerebro a través de los sistemas y mecanismos que regulan la audición, son interpretados como sensaciones auditivas, como sonidos. En el avance de una onda sonora no existe transporte de masa sino de energía. Las tres manifestaciones básicas del sonido son el ruido, la conversación y la música. Las cualidades del sonido son intensidad, tono y timbre.
El ruido se ha definido como un sonido no deseado. La intensidad o Nivel de Presión Acústica (NPA) se mide en decibelios (dB). Para las medidas físicas se toma como base una presión acústica de 0,002 microbar y equivale a la menor presión acústica que puede percibir un oído joven en un ambiente calmado. La intensidad nos permite diferenciar sonidos fuertes de débiles y depende de la amplitud de onda.
10 dB……. Ruido de hojas movidas suavemente por el viento. 30 dB……..Murmullos. Talleres de montaje de pequeñas piezas. 50 dB…… Conversaciones próximas al receptor. Oficinas. Recreos. 55 dB…… Conversación normal. 65 dB ….. Pequeñas fábricas. Despacho con mecanógrafos. 70 dB. …. Pequeñas prensas, fresadores, taladros… 80 dB….. Gritos, taller de maquinaria, carpinterías, pitos, claxon… 90 dB….. Maquinaria pesada, claxon agudo. 100 dB…. Sierras continuas de acero… 120 dB….. Motor de avión, martillo pilón muy cerca y con eco. 130 dB….. Ruidos insoportables. |
Si la intensidad dependía de la amplitud de onda, el tono o frecuencia depende del número de ciclos por segundo. La unidad es el ciclo/segundo o Hertzio (Hz). El tono permite distinguir sonidos graves de agudos. El oído humano percibe sonidos de frecuencias comprendidas entre 20 y 20.000 Hz aproximadamente. Los sonidos de frecuencias más elevadas (mayores de 20.000 Hz) reciben el nombre de ultrasonidos y los de menos de 20 Hz son infrasonidos, no son percibidos por el oído del hombre.
Timbre es la característica del sonido que permite diferenciar el instrumento emisor. Se debe a ondas secundarias que se superponen a la principal, haciendo que el registro de cada emisor ofrezca una gráfica distinta a igualdad de intensidad y tono.
Los ruidos pueden ser a su vez continuos discontinuos y de impacto. El ruido continuo se mide con un sonómetro y el discontinuo con un dosímetro. Estos instrumentos miden el nivel de presión acústica (NPA) ponderado A en dB (A). En un ruido continuo, si el NPA (A), se mantiene prácticamente constante (con desviaciones no superiores a 5 dB), el ruido se denomina estable. Los ruidos de impacto se miden con un analizador de impacto o pico que determina el nivel de pico (NP) o intensidad máxima que alcanza el impacto en dB. Un ruido es de impacto cuando el tiempo entre dos máximos consecutivos no sobrepasa un segundo con un tiempo de actuación no superior a 0,2 segundos.
2.1.1.1.- Los efectos de la exposición al ruido
Los cuatro factores más importantes que determinan el riesgo de pérdida auditiva por exposición a ruidos son: Nivel de presión sonora – Tipo de ruido – Tiempo de exposición – Edad
No son los únicos; hay otros factores como: características del receptor, distancia y posición del sujeto en relación al foco emisor, sexo…
El efecto más directo del ruido sobre el organismo es la pérdida de audición. Una breve exposición a un ruido muy intenso puede provocar la rotura del tímpano, se trataría en este caso más de un AT que de una EP. La exposición prolongada a ruidos de intensidad media y alta, provoca la pérdida progresiva de audición, al producirse un desplazamiento permanente del umbral de audición, pudiendo afectar a uno o a los dos oídos dependiendo de la ubicación de la fuente sonora.
Desplazamiento temporal del dintel auditivo: supone una sordera pasajera motivada por una exposición breve a un sonido intenso. Se denomina también fatiga auditiva.
Las audiometrías médicas permiten conocer el grado de pérdida auditiva de las personas. Un 35% de pérdida auditiva comienza a dificultar la comunicación con los demás.
Pero aparte de la pérdida de audición, el ruido intenso puede producir otras alteraciones fisiológicas y psicológicas. Entre las fisiológicas señalamos:
– Acción sobre el sistema circulatorio (aumento de la presión arterial, aumento del ritmo cardiaco o taquicardia…)
– Acción sobre el aparato muscular, aumentando la tensión.
– Acción sobre el aparato digestivo, produciendo malas digestiones, úlceras gástricas…
– Acción sobre el aparato respiratorio, modificando el ritmo de la respiración.
En el orden psicológico, el ruido genera molestias y desagrado, nerviosismo, alteraciones del sueño, desconcentración…
Las técnicas de prevención contra el ruido son:
a) Medidas legales
El R.D. 286/2006, de 10 de marzo, sobre la protección de la salud y la seguridad de los trabajadores contra los riesgos relacionados con la exposición al ruido, transpone al derecho español la Directiva 2003/10/CE. Incluye disposiciones específicas relativas a la utilización por los trabajadores de equipos de protección individual; especifica que los trabajadores no deberán estar expuestos en ningún caso a valores superiores al valor límite de exposición; recoge dos de los derechos básicos en materia preventiva, como son la necesidad de formación y de información de los trabajadores… |
Valores límite de exposición y valores de exposición que dan lugar a una acción (art. 5).
Los valores límite de exposición y los valores de exposición que dan lugar a una acción, referidos a los niveles de exposición diaria y a los niveles de pico, se fijan en:
a. Valores límite de exposición: 87 dB(A) de NPA y 140 dB(C) de NP, respectivamente;
b. Valores superiores de exposición que dan lugar a una acción: 85 dB(A) de NPA y 137 dB (C) de NP respectivamente;
c. Valores inferiores de exposición que dan lugar a una acción: 80 dB(A) de NPA y 135 dB (C) de NP respectivamente.
Al aplicar los valores límite de exposición, en la determinación de la exposición real del trabajador al ruido, se tendrá en cuenta la atenuación que procuran los protectores auditivos individuales utilizados por los trabajadores. En circunstancias debidamente justificadas y siempre que conste de forma explícita en la evaluación de riesgos, para las actividades en las que la exposición diaria al ruido varíe considerablemente de una jornada laboral a otra, a efectos de la aplicación de los valores límite y de los valores de exposición que dan lugar a una acción, podrá utilizarse el nivel de exposición semanal al ruido en lugar del nivel de exposición diaria al ruido. Medidas a adoptar en los puestos de trabajo
En valores sensiblemente más bajos de 80 dB de NPA o 135 de NP, no se exigen las medidas señaladas. El real decreto introduce la excepción otorgada por la directiva para situaciones en que la utilización de protectores auditivos pueda causar un riesgo mayor para la seguridad o la salud que el hecho de prescindir de ellos, en determinadas condiciones y con una serie de garantías adicionales En ningún caso la exposición del trabajador… deberá superar los valores límite de exposición. Si, a pesar de las medidas adoptadas en aplicación de este real decreto, se comprobaran exposiciones por encima de los valores límite de exposición, el empresario deberá: a. Tomar inmediatamente medidas para reducir la exposición por debajo de los valores límite de exposición; b. Determinar las razones de la sobreexposición, c. Corregir las medidas de prevención y protección, a fin de evitar que vuelva a producirse una reincidencia; d. Informar a los delegados de prevención de tales circunstancias. Este real decreto no será de aplicación en los sectores de la música y el ocio hasta el 15 de febrero de 2008. Y no será de ™xlicación al personal a bordo de buques de navegación marítima hasta el 15 de febrero de 2011. |
b) Medidas técnicas.
1. Acciones sobre el foco emisor.
– Adoptar procesos de trabajo menos ruidosos.
– Reducir el ruido en la fuente de emisión. Adecuado mantenimiento
– Lubricación, disminución de velocidad, amortiguadores de vibraciones.
– Sustituir por procesos menos ruidosos.
2. Acciones sobre el medio de transmisión del ruido.
– Aislamiento de focos de ruidos mediante carcasas u otro tipo de encapsulado..
– Utilización de materiales de absorción y aislamiento fónicos.
– Interponer barreras o pantallas entre los focos de ruido y los trabajadores expuestos.
– Limitar el acceso a las zonas ruidosas.
3.Acciones sobre el trabajador expuesto
– Reducir el número de trabajadores expuestos.
– Disminuir el tiempo de exposición.
– Utilización de elementos de protección individual.
c) Elementos de protección personal
Con frecuencia se plantea como única alternativa económico-práctico. Su objetivo es limitar la cantidad de sonido que alcanza el tímpano para reducir el riesgo de molestia y sordera. Hay tres tipos principales de dispositivos:
– Tapones. Suelen ser de algodón hidrófilo, o de plástico blando. Amortíguan entre 20 y 25 dB, siendo recomendables en ambientes ruidosos por debajo de los 100 decibelios y frecuencias elevadas.
– Casquetes, orejeras o guardaoídos. Cubren todo el pabellón auditivo, amortiguando unos 40 dB. Se utilizan en ambientes ruidosos por encima de los 100 dB y frecuencias medias y bajas.
– Cascos. Cubren los oidos y gran parte de la cabeza, amortiguando por encima de los 50 dB, ya que parte del ruido se transmite por la vibración de los huesos de la cabeza.
2.1.2.- EFECTOS DE LAS VIBRACIONES EN EL ORGANISMO
Se dice que un cuerpo vibra cuando sus partículas se mueven alrededor de un punto de equilibrio con un movimiento oscilatorio. Las vibraciones son, por tanto, movimientos periódicos de un sólido que se transmiten directamente por contacto entre sólidos. Se forman por ondas de frecuencia más bajas que las del sonido, no sobrepasando los 100 ciclos/segundo. Estas ondas afectan al cuerpo humano que entra en contacto con un sólido que vibra. En el citado manual Higiene Industrial de FREMAP se clasifican las vibraciones según:
a) La parte del cuerpo afectado:
– Globales y parciales según afecten a todo el cuerpo o parte de él.
b) Sus características físicas:
– Vibraciones periódicas; cuando no existen formas externas que modifiquen la amplitud de las sucesivas ondas.
– No periódicas (choques).
– Aleatorias; en los que fuerzas externas modifican la amplitud de las ondas.
c) Su origen:
– Vibraciones producidas en procesos de transformación (prensas, martillos neumáticos, etc.).
– Por el funcionamiento de la maquinaria (motores, alternadores, percutores, transporte pesado…).
– Por fallos de maquinaria (excentricidades de ejes, desequilibrios de masas…).
– Vibraciones de origen natural (por tormentas, vientos, seísmos…).
Los efectos de las vibraciones sobre el organismo pueden ser mecánicos, fisiológicos y psíquicos. Los factores determinantes de la sintomatología producida por exposición a Vibraciones son:
- La zona del cuerpo afectada. Cuando actúan sobre todo el cuerpo producen: dolor de cabeza, de tórax, abdomen, nudo en la garganta, dificultades en el habla, contracciones musculares… Los martilles neumáticos y herramientas vibrátiles en general afectan al sistema mano-brazo, apareciendo el síndrome de los dedos blancos, sensación de hormigueo, entumecimiento, emblanquecimiento y sensibilidad frente al frío en los dedos afectados.
- Características físicas de la oscilación (dirección, frecuencia y amplitud de las ondas). Las frecuencias muy bajas (menos de 1 Hz) actúan sobre el oído produciendo alteraciones del sentido del equilibrio (mareos, vómitos…). Frecuencias bajas y medias (varias decenas de Hz) afectan más a la columna vertebral (generando lumbalgias, dolores cervicales), al aparato digestivo, a la visión, y a las funciones respiratorias y cardiovasculares. Las altas frecuencias afectan fundamentalmente al sistema mano-brazo.
Otros autores Realizan otra clasificación de las vibraciones:
– De muy baja frecuencia (inferiores a 2 Hz): Aviones, barcos, balanceo del tren. Producen mareos, vómitos, perdida de equilibrio, vértigos, trastornos en el sistema nervioso central…
– De baja frecuencia (de 2 a 20 Hz): Coches, autobuses, tractores, maquinaria de obras públicas, tren, plataformas móviles en general. Producen dolores dorsales, lumbares y abdominales, hernias, pinzamiento discal, trastornos de visión por resonancia, pérdida de equilibrio, mareos, vértigo.
– De alta frecuencia (superiores a 20 Hz). Martillos neumáticos, motosierras, taladros percutores, apisonadora manual, pulidoras… Producen lesiones en las muñecas y otras articulaciones, calambres, descalcificaciones del hueso, artrosis…. Una de las consecuencias de estas vibraciones es el denominado Síndrome Raynaud o enfermedad del dedo blanco o del dedo muerto. Se pierde sensibilidad en los dedos de la mano, provocado por una mala circulación de la sangre.
- Tiempo de exposición prolongada afecta a la región lumbar de la columna vertebral. Un tiempo de exposición breve afecta más al sistema nervioso.
- Posición del trabajador.
- Naturaleza de la actividad industrial.
Las formas de combatir las vibraciones son:
– Actuación sobre el foco productor o activador de las vibraciones, recurriendo a un adecuado mantenimiento de maquinaria para evitar movimientos giratorios desequilibrados (engrase, compensadores de masas, volantes de inercia…)
– Modificación de la frecuencia de resonancia, variando la masa o la rigidez del elemento vibrante.
– Utilización de elementos amortiguadores y antivibratorios (muelles, caucho, rellenos elásticos…).
Las medidas legislativas más precisas vienen recogidas en la Directiva 2002/44/CE, de 25 de junio de 2002, sobre disposiciones mínimas de seguridad y de salud relativas a la exposición de los trabajadores a riesgos derivados de agentes físicos (vibraciones), que se deberá transponer antes del 6 de julio de 2005 al la reglamentación española.. Esta transposición se realiza mediante el R.D. 1311/2005, de 4 de noviembre, sobre protección de las salud y seguridad de los trabajadores frente a riesgos que puedan derivarse se la exposición a vibraciones mecánicas.
El RD 1311/2005, incluye lo que, a los efectos del Real Decreto, debe entenderse por vibración transmitida al sistema mano-brazo y vibración transmitida al cuerpo entero; especifica los valores límite de exposición diaria y los valores de exposición diaria que dan lugar a una acción, tanto para la vibración transmitida al sistema mano-brazo como para la vibración transmitida al cuerpo entero, así como la posibilidad, que la directiva también otorga, de excepcionar determinadas circunstancias y el procedimiento que debe seguirse para ello; prevé diversas especificaciones relativas a la determinación y evaluación de los riesgos, y establece, en primer lugar, la obligación de que el empresario efectúe una evaluación de los niveles de vibraciones mecánicas a que estén expuestos los trabajadores, que incluirá, en caso necesario, una medición; regula las disposiciones encaminadas a evitar o a reducir la exposición, de manera que los riesgos derivados de la exposición a vibraciones mecánicas se eliminen en su origen o se reduzcan al nivel más bajo posible. También incluye la obligación de que el empresario establezca y ejecute un programa de medidas técnicas y/o de organización, además de un listado de los factores que, especialmente, deben ser tomados en consideración; especifica que los trabajadores no deberán estar expuestos en ningún caso a valores superiores al valor límite de exposición e introduce la excepción otorgada por la directiva, de manera que determinadas disposiciones no serán de aplicación en los sectores de la navegación marítima y aérea en lo que respecta a las vibraciones transmitidas al cuerpo entero en determinadas condiciones y con una serie de garantías adicionales; recoge dos de los derechos básicos en materia preventiva, como son la necesidad de formación de los trabajadoresˆÁ la información a estos, así como la forma de ejercer los trabajadores su derecho a ser consultados y a participar en los aspectos relacionados con la prevención; se establecen disposiciones relativas a la vigilancia de la salud de los trabajadores en relación con los riesgos por exposición a vibraciones mecánicas, teniendo en cuenta que su objetivo es la prevención y el diagnóstico precoz de cualquier daño para la salud como consecuencia de la exposición a vibraciones mecánicas y que los resultados de la vigilancia deberán tenerse en cuenta al aplicar medidas preventivas en un lugar de trabajo concreto. La propia directiva reconoce que determinados equipos no permiten respetar los valores límite de exposición, debido fundamentalmente a dificultades tecnológicas. Debido a ello, el Real Decreto ha optado por el mantenimiento de períodos transitorios que, sin embargo, no agotan inicialmente los plazos establecidos por la directiva. Al mismo tiempo, el Real Decreto mandata al Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo para que realice los estudios especializados en materia de vibraciones mecánicas, teniendo en cuenta el estado de la técnica y experiencia obtenida en otros estados. |
2.1.3.- INADECUADA ILUMINACIÓN
Una iluminación defectuosa genera perturbaciones en la vista y diversos grados de tensión nerviosa, además de ser causa principal en la génesis de muchos AT. La iluminación ha sido tradicionalmente uno de los factores de ambientación que mayor atención ha merecido y merece por parte de la Higiene Industrial. Una buena iluminación es agradable y estimuladora, mientras que una deficiente incrementa la frecuencia y la gravedad de la AT. Por otra parte, el exceso o la falta de luz, o las variaciones de intensidad o dirección de la misma obligan a las pupilas a dilatarse o contraerse para adaptarse a la luz, produciéndose fatiga ocular que puede derivar en pérdidas progresivas de capacidad visual. Los factores fisiológicos de la visión que tienen más importancia en relación con la iluminación industrial son:
– La acomodación visual o capacidad del ojo para enfocar los objetos a diferentes distancias, variando el espesor del cristalino por medio del músculo ciliar.
– La adaptación visual, mediante la que el ojo se adapta a distintos niveles de luminosidad. La adaptación es más rápida cuando se pasa de niveles bajos a niveles altos de iluminación, mediante una rápida dilatación de la pupila.
– La agudeza visual es la capacidad de percibir y discriminar visualmente los detalles más pequeños. Este factor varía sensiblemente con la edad.
El campo visual del hombre está limitado a unos 180º en el plano horizontal, y unos 130º en el plano vertical (unos 60º por encima de la horizontal, y unos 70º por debajo.
Las características básicas y las unidades de la iluminación son:
– El Flujo luminoso: Cantidad de luz que emite una fuente luminosa por segundo. La unidad es el lumen –lm-.
– Intensidad de iluminación: Cantidad de luz que recibe una superficie de un metro cuadrado cuando sobre ella se proyecta un lumen de modo uniforme. La unidad es el lux, que equivale a lumen/m2.
– La unidad de intensidad luminosa es la candela –cd-
– Factor de reflexión: porcentaje de luz blanca reflejada por una superficie. Depende del color y del material.
En España las condiciones de iluminación están recogidas en el anexo IV del RD 486/1997 por el que se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y salud de los lugares de trabajo. En el RD entre otros aspectos, se recoge:
– Preferencia de la luz natural sobre la artificial. Combinarlas en caso necesario. Combinar igualmente la iluminación general con la localizada.
– El foco luminoso no debe producir deslumbramientos ni oscilaciones.
– En los lugares en los que la falta de luz pueda generar riesgos, se dispondrá de alumbrado de emergencia de seguridad y de evacuación.
– También se establecen los niveles mínimos de iluminación. Algunos de ellos son:
– Vias de circulación ocasional: 25 lux
– Vias de circulación habitual: 50 lux
– Locales de uso ocasional: 50 lux
– locales de uso habitual: 100 lux
– Tareas con bajas exigencias visuales: 100 lux
– Tareas con exigencias visuales moderadas: 200 lux
– Tareas con exigencias visuales altas: 500 lux
– Tareas con exigencias visuales muy altas: 1000 lux
Estas cifras se duplican cuando existan riesgos apreciables de accidentes.
Los deslumbramientos son casos límites de desequilibrios luminotécnicos. Los deslumbramientos se controlan:
– Colocando pantallas a las fuentes de luz.
– Utilizando difusores en los focos de luminiscencia elevada.
– Disponiendo superficies mates y rugosas que no reflejen o absorban la luz.
2.1.4.-RIESGOS AMBIENTALES DERIVADOS DE AMBIENTES TÉRMICOS
Los trabajos en ambientes térmicos excesivamente altos o bajos generan patologías diversas y específicas, por lo que son objeto de atención por parte de la Higiene Industrial. Frente a ambientes de excesivo frío o calor, el organismo reacciona con su sistema termorregulador mediante mecanismos de defensa fisiológicos y psicológicos de adaptación, para mantener la temperatura del cuerpo en torno a los 36,5º C.
El confort térmico ha sido y sigue siendo objeto de estudio de muchos higienistas, fundamentalmente a partir de los años 60 en que comenzó a desarrollarse la ergonomía de sistemas que aspira a generar confort, no sólo en el puesto sino en el ambiente total de trabajo.
Los factores que determinan el ambiente térmico y como consecuencia los causantes del confort o disconfort del mismo son:
– La temperatura del aire o temperatura seca. Es el valor que señalan los termómetros ordinarios.
– La humedad del aire. Se mide con un psicrómetro.
– La velocidad del aire. Se mide con un anemostro.
– La temperatura radiante se determina con un termómetro de globo, y el valor que señalan viene determinado por la temperatura seca y la velocidad del aire.
Los principales efectos de las temperaturas extremas sobre el organismo
a)Temperaturas bajas.
En un ambiente de bajas temperaturas, el organismo tiende a enfriarse, para evitar el descenso de temperatura basal (hipotermia) pone en marcha una serie de mecanismos de defensa.
– Vaso-constricción sanguínea : disminuir la cesión de calor al exterior.
– Bradicardia: Disminución del ritmo cardiaco.
– Desactivación (cierre) de las glándulas sudoríparas.
– Tiritona: producción de calor (transformación química en mecánica/térmica).
– Autofagia de las grasas almacenadas: transformación química de lípidos (grasas almacenadas) a glúcidos de metabolización directa.
– Encogimiento: presentar la mínima superficie de piel en contacto con el exterior.
Consecuencias de la hipotermia:
– Malestar general.
– Disminución de la destreza manual (reducción de la sensibilidad táctil y anquilosamiento de las articulaciones).
– Comportamiento extravagante ( hipotermia de la sangre que riega al cerebro)
– Congelación de los miembros (los más afectados, las extremidades).
– La muerte se produce cuando la temperatura interior es inferior a 28 C. por fallo cardiaco.
b) Temperaturas altas
En ambientes de excesivo calor, los organismos para combatir la hipertermia ponen en marcha los siguientes mecanismos:
– Vasodilatación sanguínea: aumento del intercambio de calor.
– Taquicardia: Incremento del ritmo cardiaco.
– Activación (apertura) de las glándulas sudoríparas: aumento del intercambio de calor por cambio de estado del sudor de líquido a vapor.
– Aumento de la circulación sanguínea periférica. Puede llegar a 2,6 litros/min/m2.
– Cambio electrolítico de sudor: la pérdida de cloruro sódico (ClNa) puede llegar a 15 g/litro.
Consecuencias de la hipertermia:
– Trastornos psiconeuróticos.
– Trastornos sistemáticos:
– Calambre por calor (agotamiento por calor: deficiencia circulatoria, deshidratación, desalinización y anhidrosis.
– Golpe de calor (hiperpirexia).Se produce cuando se somete el cuerpo a un calor excesivo y se saturan los sistemas de regulación térmica. Se produce una fuerte sensación de agotamiento, pudiendo llegar a producirse la muerte.
– Desvanecimiento por síncope térmico.
– Trastornos en la piel:
– Erupciones. Quemaduras (debido a las radiaciones ultravioletas).
Las condiciones de temperatura, humedad y corrientes de aire en los lugares de trabajo vienen recogidas en el anexo III del RD 486/1997 por el que se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y salud de los lugares de trabajo.
2.1.5. RADIACIONES IONIZANTES Y NO IONIZANTES
Las radiaciones son fenómenos físicos que consisten en la emisión, propagación y absorción de energía por parte de la materia. Por su naturaleza y efectos, se distinguen dos tipos de radiaciones:
– Radiaciones ionizantes, con suficiente energía como para provocar alteraciones en la estructura molecular de los cuerpos en los que inciden, por expulsión de electrones de las órbitas atómicas (fenómeno de ionización). Pueden ser radiaciones ondulatoria (rayos x y gamma), y radiaciones corpusculares (radiaciones alfa y beta y los neutrones)
.
– Radiaciones no ionizantes, que no provocan alteraciones en la estructura molecular de los organismos expuestos a ellas. Son radiaciones no ionizantes las microondas, las radiofrecuencias, los rayos infrarrojos, ultravioleta, láser….
2.1.5.1. RADIACIONES IONIZANTES
Son radiaciones ionizantes (RI) aquellas que por su alto poder energético tienen capacidad para ionizar la materia al incidir en ella. Estas últimas radiaciones se generan en instalaciones radiactivas entendiéndose por tales:
– Las instalaciones de cualquier tipo que contengan una fuente de radiación ionizante.
– Los aparatos productores de radiaciones ionizantes.
– Los locales, laboratorios, fábricas e instalaciones donde se produzcan, manipulen o almacenen materiales radiactivos.
Las radiaciones más importantes por su dimensión y nocividad son: Rayos x y radiaciones alfa, beta y gamma.
a) Los Rayos x, descubiertos por Roentgen en 1895, son ondas electromagnéticas de naturaleza similar a la luz, pero de longitud de onda mucho más corta (de 0,1 a 100 unidades angström), por lo que pueden atravesar espesores opacos a la luz y pueden producir imágenes de estructuras internas.
b) b) La Radiación alfa, consiste en una corriente de partículas alfa que tienen las mismas características físicas que los núcleos de helio (dos neutrones y dos neutrones). Son muy poco penetrantes, ya que pueden detenerlos una hoja de papel o la piel, son por tanto los menos peligrosos.
c) Radiación beta; los rayos beta están formados por electrones dotados de gran velocidad, emitidos por núcleos atómicos. Poseen la centésima parte de poder ionizante de los rayos alfa, pero debido a su velocidad tienen un poder de penetración mucho mayor, siendo absorbidos por un espesor de 3 mm de plomo.
d) Radiación gamma; la longitud de onda de los rayos gamma caracteriza al átomo que la emite. Tienen menor poder ionizante que los rayos beta, pero debido a su alta velocidad (la de la luz) su poder de penetración es mucho mayor, siendo precisos varios centímetros de hierro o plomo para detenerlos.
Los efectos de las radiaciones sobre el organismo son estudiados por la radiobiología, y dependen de una serie de variables como tipo de radiación, edad del afectado, tipo de tejido, dosis absorbida…
UNIDADES
Los conceptos básicos y unidades utilizadas por el CIPR (Comisión Internacional de Protección Radiológica), son las del Sistema Internacional (SI). Hay unidades tradicionales y otras de más reciente aplicación, si bien en los distintos manuales, se utilizan indiferentemente unas y otras.
Dosis o Dosis absorbida
Es la energía absorbida por un objeto por unidad de masa, o relación entre energía absorbida y su unidad de masa (Julio/Kg), independientemente del material de que se trate.. Se expresa en GRAY (Julio/Kg) o RAD (100 Ergios/g). 1 GRAY=100 RAD, 1 RAD = 0,01 gray
Dosis equivalente
Dosis absorbida por el individuo considerando el tipo de radiación y el daño o efecto biológico producido. Se expresa en REM (Roentgen Equivalent Man). El REM es la unidad utilizada en los aparatos de medición. Estos dosímetros de radiación son individuales, pudiendo en trabajador comprobar en cada momento la cantidad de radiación acumulada.
Dosis efectiva
Suma de dosis equivalentes ponderadas en todos los tejidos y órganos del cuerpo por radiaciones. Se expresa en SIEVERT. Un Sievert equivale a 100 RAD
Intensidad de la radiación
Se expresa en ROENTGEN. La intensidad de radiación emitida por el elemento radiactivo es el Roentgen, (1 R es la cantidad de radiación necesaria para ionizar un cm3 de aire).
Dosis máxima permitida
La dosis máxima permitida para el conjunto del cuerpo humano es de 5 REM por año.
La dosis máxima permitida para un trabajador que comenzó a trabajar con 18 años, será D = 5 (N-18) REM.
El efecto de la radiación sobre el organismo no suele ser inmediato, sino que hay un periodo de latencia hasta la destrucción de estructuras orgánicas, con la aparición de vómitos, lesiones cutáneas, diarreas, hemorragias, caídas de pelo… Las radiaciones pueden producir modificaciones en la estructura de las células, pudiendo producir, con efecto tardío, incluso cánceres y leucemias.
Protección contra las radiaciones ionizantes en el ambiente laboral
– Normativa legal:
– La Ley 25/1964 sobre Energía Nuclear constituye el primer instrumento que recoge los principios de energía nuclear y protección radiológica. Se desarrolló en varios Reglamentos y Ordenes Ministeriales.
– La Ley 15/1980 creaba el Consejo de Seguridad Nuclear y modificaba algunos aspectos de la ley anterior.
– Real Decreto 413/1997, de 21 de marzo, sobre protección operacional de los trabajadores externos con riesgo de exposición a radiaciones ionizantes por intervención en zona controlada.
– RD 1836/1999, de 3 de diciembre, que aprueba el Reglamento sobre instalaciones Nucleares y Radiactivas.
– R.D. 783/2001, de 6 de julio, por el que se aprueba el Reglamento sobre protección sanitaria contra las radiaciones ionizantes.
El Reglamento sobre protección sanitaria contra las radiaciones ionizantes establece una serie de medidas de prevención y protección de las que destacamos:
– Dosis máximas de radiación:
– Límites anuales para personas profesionalmente expuestas:
– Exposición total y homogénea del organismo 50 mSv
– Exposición parcial y no homogénea 50 mSv
– Límite total de dosis para el cristalino 150 mSv
– Límite total de dosis para cualquier órgano,tejido, piel… 500 mSv
– Menores de 18 años 3/10 de los valores mencionados
– La dosis máxima del feto de la mujer embarazada no excederá de 10 mSv
– Dosis máximas para miembros del público:
– Exposición total y homogénea del organismo No superará los 5 mSv anuales
– Límite total de dosis para el cristalino 15 mSv
– Cualquier órgano, tejido, piel, extremidades 50 mSv
También se establecen dosis para estudiantes. Aunque la normativa sobre radiaciones ionizantes prohíbe que los menores de 18 años puedan realizar trabajos “Profesionalmente expuestos”, si pueden realizarlos estudiantes menores de 18 con autorización especial. Tampoco las mujeres en periodo de lactancia pueden realizar trabajos con excesivo riesgo de exposición.
A nivel de protección individual o colectiva en las empresas, se recomienda ropa de trabajo aislante, dosímetros de bolsillo, detectores portátiles o fijos conectados a sistemas de alarma, caretas con filtro, exámenes médicos periódicos, recogida y almacenaje de desechos radiactivos, análisis de alimentos, ambiente de trabajo….
Las empresa deben establecer varios tipos de zonas de trabajo que han de estar debidamente señaladas:
– Zona de libre acceso. Es improbable recibir dosis superiores a 1/10 de la dosis máxima anual permitida.
– Zona vigilada. No es improbable recibir dosis superiores 1 mSv o una dosis equivalente superior a 1/10, pero es muy improbable recibir dosis superiores a 3/10 de la dosis máxima anual permitida.
– Zona controladas. No es improbable recibir dosis superiores a 6 mSv o una dosis equivalente superior a 3/10 de la dosis máxima anual permitida.
– Zona de permanencia limitada. Riesgo de recibir dosis superiores a la máxima anual permitida.
– Zona de acceso prohibido. Riesgo de recibir en una única exposición dosis superiores a la máxima anual permitida.
2.1.5.2 RADIACIONES NO IONIZANTES
En los últimos años han aumentado los elementos que emiten radiaciones con menos energía que las anteriores y que no producen la ionización de los átomos de las materias sobre las que inciden. Los rayos láser, los hornos microondas, las telecomunicaciones, las células de infrarrojos… son elementos que emiten radiaciones no ionizantes.
– Rayos ultravioleta
Los rayos de sol emiten este tipo de radiación que es absorbida en su mayor parte por la capa de ozono. En la industria se hayan presentes en los procesos de soldadura eléctrica, fotocopiadoras, tubos fluorescentes, lámparas de descarga de mercurio… Sus efectos son:
– Conjuntivitis con dolor ocular, lagrimeo, lesiones en la córnea.
– Perdida temporal de visión por golpe de arco cuando se mira sin vidrio filtrante la soldadura eléctrica. Se acompaña de dolores oculares y de fotofobia o miedo a la luz.
– Envejecimiento prematuro, quemaduras solares e incluso cáncer de piel.
– Rayos infrarrojos
Energía radiante procedente de objetos calientes como los hornos. Pueden provocar quemaduras, envejecimiento prematuro, cáncer de piel, problemas de visión como cataratas.
La protección contra las radiaciones no ionizantes es el empleo de protecciones colectivas como pantallas aislantes, o filtrantes del espectro de radiación dañino, el aislamiento de los puestos de trabajo en los que estén presentes (cabinas o paneles aislantes), y la utilización de equipos de protección individual por los trabajadores expuestos (pantallas con vidrios o cristales inactínicos).
– Rayos láser
Presentan un alto riesgo en la exposición directa por la elevada concentración de energía que poseen. Pueden provocar quemaduras de importancia, alteraciones celulares en los tejidos orgánicos e incluso perforación o desgarramiento de tejidos.
Las medidas de prevención y protección consisten en señalizar adecuadamente las instalaciones y trayectorias del láser, evitar reflexiones imprevistas que modifiquen la trayectoria del mismo, formación, utilización de prendas de protección individual y fundamentalmente protectores oculares.
– Microondas y radiofrecuencias
Son radiaciones de longitud de onda muy corta, producidas por corrientes eléctricas de alta frecuencia.
La exposición a microondas puede provocar quemaduras internas y daños en el cristalino. También pueden afectar al sistema reproductor.
Los efectos de las radiofrecuencias están siendo estudiados en la actualidad, tanto el impacto sobre la salud de las antenas de telefonía móvil como de las líneas de alta tensión.
2.2. FACTORES QUÍMICOS
Se considera contaminante químico a toda materia orgánica e inorgánica carente de vida propia.
El RD 374/2001, de 6 de abril, regula la protección de los trabajadores contra los riesgos relacionados con la exposición a agentes químicos.
El Real Decreto 1299/2006, de 10 de noviembre, por el que se aprueba el cuadro de enfermedades profesionales en el sistema de la Seguridad Social y se establecen criterios para su notificación y registro, recoge el de las enfermedades producidas por agentes químicos : enfermedades producidas por metales, por metaloides, por ácidos inorgánicos y orgánicos, por alcoholes, fenoles y aldheidos, por el amoniaco, benceno cetonas, nitroderivados, oxidos, sulfuros… |
CLASIFICACIÓN DE LOS CONTAMINANTES QUÍMICOS SEGÚN SU ESTADO FÍSICO
Según su estado físico, pueden presentarse en estado sólido, líquido y gaseoso:
a. Contaminantes sólidos:
– Polvos (dust): Partículas sólidas en suspensión en el aire procedentes de disgregaciones mecánicas. Si la longitud es mayor de tres veces el diámetro se denominan fibras, y son más nocivas para el organismo.
– Humos: Partículas sólidas suspendidas en el aire, producidas al realizar procesos químicos o metalúrgicos o por descomposición de productos mediante el calor. Si las particulas en suspensión son metálicas, se denomina humo metálico o fume.
b. Contaminantes líquidos:
En el estado líquido se incluye la bruma (fog) y niebla (mist), que es una dispersión en el aire de finas partículas líquidas -comprendidas entre 0,01 y 500 micras- originadas por la condensación del estado gaseoso o por la dispersión de un líquido mediante procesos físicos. Se denomina bruma si las partículas son apreciables a simple vista y producidas por un proceso de condensación a partir de un estado gaseoso.
c. Contaminantes gaseosos:
El estado gaseoso conviene distinguirlo del de vapor y de los humos. Se considera gas al estado físico en el que se presentan algunas sustancias en condiciones normales de presión y temperatura; se caracteriza porque no se condensa al ser comprimido isotérmicamente, al contrario de lo que sucede con el vapor, y porque entre las moléculas que lo componen existe una cohesión que no impide que puedan moverse libremente. El vapor es el estado físico de una sustancia que en condiciones normales de presión y temperatura se encuentra en forma de sólido o de líquido, condensándose si es comprimido isotérmicamente.
Complejos:
– Smokes: Humos procedentes de combustiones incompletas como el producido por aglomeraciones de vehículos en las grandes ciudades.
– Smogs: Combinación de smokes con agentes atmosféricos (nieblas, rocíos, etc.), que aumentan su peligrosidad.
2.2.1. Vías de entrada de los contaminantes químicos (Se puede incluir también en el tema 60)
Las vías de entrada de los contaminantes químicos (y biológicos) por orden de importancia son:
– Vía respiratoria: Comprende el sistema formado por nariz, boca, laringe, bronquios y alvéolos pulmonares. Para la Higiene Laboral es tan importante, que los valores de referencia se indican casi en exclusiva para ella. El sistema respiratorio reacciona ante las agresiones con mecanismos reflejos como tos y estornudos, segregación de moco, cilios pilosos…
– Vía dérmica Es la segunda vía a considerar por la Higiene Laboral y alcanza toda la superficie epidérmica del cuerpo. De las tres capas que forman la piel (epidermis, dermis y tejido celular subcutáneo), la epidermis es la que presenta mayor resistencia al paso del contaminante.
– Vía digestiva. Comprende boca, esófago, estómago e intestinos. Hay que considerar los conta-minantes directamente ingeridos y los que llegan al aparato digestivo disueltos en la mucosa de la nariz.
– Vía parenteral. La penetración del contaminante en el organismo es por discontinuidades en la piel (heridas, erosiones…). También se considera parenteral la introducción del contaminante por pinchazos, cortes o por inyección.
– Vía mucótica. A través de las mucosas de nariz, boca o laringe, del humor acuoso. Ocasiona reacciones de tipo local.
Una vez que el contaminante ha penetrado en el organismo, se produce la absorción, distribución y acumulación del mismo en el organismo. Parte del mismo es biotransformado por procesos bioquímicos del propio organismo. Los productos biotransformados sueles ser má fáciles de eliminar, aunque no siempre sucede así, y el nuevo metabolito puede ser más nocivo que el tóxico original. La vías de eliminación del contaminante suelen ser: heces, orina, sudor, bilis, saliva, expiración.
2.2.2. Tipología de los contaminantes químicos según su acción sobre el organismo
Para establecer la tipología de los contaminantes químicos según su acción o efectos sobre el organismo, hemos tomado como referencias la clasificación que realiza Jesús Bernal Herrer en su libro Formación General de Seguridad e Higiene en el Trabajo, y la clasificación que establece el citado RD 374/2001, de 6 de abril). Según su acción sobre el organismo clasificamos los contaminantes en: irritantes, cáusticos o corrosivos, asfixiantes, neumoconióticos, alérgicos o sensibilizantes, narcóticos o anestésicos y cancerígenos.
a) Irritantes
Son aquellos componentes químicos que producen una inflamación, debida a una acción química o física, en las áreas anatómicas con las que entran en contacto, principalmente piel y mucosas del sistema respiratorio. En las intoxicaciones agudas llegan a causar la inflamación y la generación de edema pulmonar. Son sustancias irritantes los compuestos sulfurosos y el amoniaco.
b) Cáusticos o corrosivos
Actúan sobre los tejidos causando la destrucción celular o muerte hística (necrosis). Las lesiones producidas son irreversibles, acabando el daño con la cicatrización del tejido. Químicamente los productos que causan dichos efectos son ácidos o álcalis, los cuales suelen presentarse diluidos y en forma líquida, sean ácidos orgánicos o inorgánicos, cuya acción nociva puede efectuarse también en estado sólido -en forma de polvo- al actuar absorbiendo o, mejor, diluyéndose en el agua de la piel y repitiendo la destrucción de los tejidos, caso del hidróxido sódico o del potásico.
En los contaminantes cáusticos corrosivos, podríamos incluir aquellos que afectan localmente a la piel, produciendo dermatitis (también se conocen como dermitis) de diversa gravedad.
c) Asfixiantes
Los gases asfixiantes actúan sobre los tejidos vivos, impiden el suministro de O2 a los mis
¶s y alteran las reacciones químicas intercelulares. Según el mecanismo de su acción tóxica se distinguen:
1) Asfixiantes simples:
Son sustancias químicas inertes, normalmente gases, que ejercen una acción puramente mecánica desplazando el oxígeno del aire, por lo que la concentración del mismo disminuye. Está estipulado que la concentración del oxígeno en los ambientes industriales nunca debe ser inferior al 18%. Si la concentración es inferior al 16% provoca alteraciones respiratorias; si es inferior al 6% son prácticamente irrespirables, por lo que se produce la muerte por asfixia. Forman este grupo sustancias como el anhídrido carbónico (CO2), nitrógeno (N2), hidrógeno (H2).
2) Asfixiantes químicos
Estos gases impiden la aportación de oxígeno a las células por una acción química sobre la sangre. Pertenecen a este grupo el monóxido de carbono (CO), el ácido cianhídrico (CNH), ácido sulfhídrico (SH2). Su acción tóxica se ejerce de diversas formas en el caso del monóxido de carbono forma con la hemoglobina de la sangre una combinación más estable que la oxihemoglobina, que se denomina carboxihemoglobina, que impide el transporte de oxígeno desde el pulmón hasta la célula.
d) Nosoconióticos
Las enfermedades que tienen su origen en las partículas de polvo reciben el nombre de nosoconiosis. Según el órgano afectado, podemos hablar de otoconiosis (oído), dermaconiosis (piel), rinoconiosis (nariz), osteoconiosis (huesos), neumoconiosis (pulmones)… La nocividad del polvo depende del compuesto, del tamaño de las partículas, de la forma (las más peligrosas son las fibras).
De las enfermedades producidas por el polvo, las más importantes son las neumoconiosis, de las que existe una amplia tipología, dependiendo del origen del polvo. Señalemos algunas:
– Neumoconiosis de origen mineral:. Silicosis (polvo de sílice SiO2), Asbestosis (asbestos o amianto), Antracosis (carbón)
– Neumoconiosis de origen vegetal: Bisinosis (algodón), Lisinosis (lino), neumonías procedentes de trabajo de recolección, trituración y manipulación de cereales y sus harinas.
– Neumoconiosis de origen animal:Manipulación de lana, seda, pelo, pieles..
También existen polvos alérgicos, que son polvos o fibras de naturaleza muy diversa que originan reacciones de tipo alérgico. La acción patológica depende más de la predisposición del individuo que de las características físico-químicas del agente tóxico. Además de las nosoconiosis citadas, el polvo de determinados compuestos puede generar otros riesgos para la salud: el óxido de plomo en polvo puede producir saturnismo; son polvos cancerígenos los de amianto, ácido crómico, arsénico, cadmio, níquel…
e) Alérgicos o sensibilizantes
Generan una respuesta inmunológica que parte del organismo, con la formación de anticuerpos y descarga de histamina, debido a la intromisión de xenobiótico con la estructura de las proteínas, manifestando sus efectos en forma de picores, dermatitis, asma, etc. De hecho, hay sustancias que en sí no son nocivas; sin embargo, pueden ocasionar graves intoxicaciones, e incluso la muerte, a ciertos individuos que estén sensibilizados a ellos; se trata de fenómenos calificados de intolerancia.
f) Narcóticos o anestésicos
Estos gases, al ser respirados y absorbidos por la sangre, producen efectos anestésicos similares a las drogas. Actúan como depresores del sistema nervioso central y originan perturbaciones mentales y de coordinación. Absorbidos en exceso pueden llegar a ocasionar la muerte. La gravedad depende de la cantidad del tóxico que, transportado por la sangre, alcanza el cerebro. A este grupo pertenecen la mayoría de los compuestos orgánicos empleados como disolventes industriales, como hidrocarburos acetilénicos, determinados alcoholes; propano, butano, etc.
g) Cancerígenos
Son las sustancias que actúan sobre el ácido desoxirribonucleico (ADN), moléculas que contienen el código que dirige la actividad cotidiana de la célula y que suministran la información para producir proteínas. La modificación de estos ácidos producen un desorden genético que, en muchos casos, provoca un crecimiento desordenado de las células.
Estas modificaciones pueden producir los siguientes efectos:
-Mutagénicos: alteraciones que se heredan
-Carcinógenos: que no se heredan
-Teratogénicos: malformaciones congénitas
El cáncer se ha definido como un gran grupo de enfermedades caracterizadas por un crecimiento y difusión incontrolado de células. Si esta destrucción es continua existe una destrucción del organismo.
El gran interés en la investigación sobre los agentes cancerígenos origina una corriente continua de información sobre el hallazgo de nuevos cancerígenos.
2.2.3. Medidas de prevención y protección frente a riesgos químicos.
El número de sustancias contaminantes químicas, según el libro Seguridad en el trabajo del INSHT es de unas 600.000, de las cuales unas 70.000 se emplean en actividades laborales. Muchos de estos productos químicos pueden ser nocivos para la salud. El riesgo de un producto va a depender de:
La toxicidad, corrosividad e irritabilidad, inflamabilidad y explosividad, peligrosidad medioambiental y concentración. La posibilidad de conocer el riesgo se complica cuando en el ambiente hay diferentes sustancias, que pueden combinarse o reaccionar entre sí, generando nuevas sustancias tóxicas.
Esta nocividad ha obligado a tomar una serie de medidas. El RD 374/2001, de 6 de abril, que regula la protección de los trabajadores contra los riesgos relacionados con la exposición a agentes químicos, recoge en su artículo 5 una serie de medidas específicas de prevención y protección frente a estos riesgos. En síntesis, estas medidas son:
– Sustitución del agente contaminante o de un proceso químico peligroso, por otro que no lo sea o lo sea en menor medida.
– Cuando no sea posible dicha sustitución en empresario tomará medidas de prevención y protección coherentes con la evaluación de los riesgos. El orden de prioridad de aplicación de estas medidas será:
– Aislar al agente, evitando o reduciendo la posibilidad de escape o difusión por el ambiente.
– Medidas de protección colectiva como ventilación o modificación de la organización del trabajo.
– Medidas de protección individual, cuando las colectivas no eliminen el riesgo.
– Medidas técnicas y organizativas específicas frente a agentes particularmente peligrosos por su inflamabilidad, explosividad, su inestabilidad química o su reactividad con otras sustancias presentes en el lugar de trabajo.
Otras medidas de prevención y protección que recoge el RD citado, suponen la actuación sobre los receptores:
– Formación e información a los trabajadores sobre los riesgos a que están expuestos, las medidas de prevención y protección y la actuación en caso de accidente.
– Limitación de los tiempos de exposición mediante una adecuada rotación de personal.
– Aislamiento del trabajador del foco de riesgo.
– Señalización adecuada.
– Utilización de equipos de protección individual.
Vamos, aunque brevemente, dos medidas de prevención frente a riesgos químicos a las que hemos preferido dar un tratamiento diferenciado:
a. Tabular los contaminantes.
El INSHT ha establecido unas tablas de Valores Límites Ambientales (VLA) para un elevado número de elementos químicos. Los VLA son valores de referencia para las concentraciones de los agentes químicos en la zona de respiración de un trabajador. Estos valores se establecen para riesgo de inhalación. Cuando las cifras se refieren a la absorción por vía cutánea, se especifica en el listado. Los VLA para gases y vapores vienen establecidos en ml/m3 (ppm), valor independiente de las variables de presión y temperatura, o en mg/m3, para 20º de temperatura y una atmósfera de presión.
Se establecen los siguientes VLA:
– VLA- ED (Exposición diaria). Concentración media del agente químico en la zona de respiración del trabajador, referida a una jornada estándar de 8 horas diarias. Representan las concentraciones por debajo de las cuales la mayoría de los trabajadores pueden exponerse de forma reiterada día tras día, en jornadas de 8 horas, si sufrir efectos apreciables.
– VLA- EC (Exposición de corta duración). Concentración media del agente químico en la zona de respiración del trabajador, calculada par aun periodo de 15 minutos a lo largo de la jornada laboral, excepto que se especifique un periodo de referencia inferior a 15 minutos.
Para aquellos contaminantes que tienen asignado VLA- ED, pero no VLA- EC, se establece los Límites de Desviación siguientes:
3 x VLA- ED, que no debe sobrepasarse durante más de de 30 minutos en la jornada laboral.
5 x VLA- ED, que no debe pasarse en ningún momento.
– Valores Límites Biológicos (VLB). Son valores de referencia para los Indicadores biológicos asociados a la exposición global (por todas las vías de entrada) a los agentes biológicos.
Los VLA toman como referencia los valores establecidos en EE.UU por la ACGIH (American Conference of Guvernamental Industrial Hygienist). Cada año publica su relación de contaminantes con los valores límites umbrales –TLV- (Threshold Limit Values), conocidos como teleuves. Estos valores sirven como referencia para los de muchos países occidentales. Se establecen:
– TLV- TWA (Time Weighted Average). Valores para exposiciones de 8 horas.
– TLV- STEL (Short Term Exposure Limit). Valores para exposiciones que no superen los 15 minutos durante la jornada laboral.
– Los Valores techo que se recogen con las siglas TLV- C (Celing).
(Ver anexos de supuestos prácticos)
– Envasado, etiquetado y clasificado de sustancias peligrosas. Está regulado por el R.D. 255/2003, de 28 de febrero, que aprueba el Reglamento sobre clasificación, envasado y etiquetado de productos peligrosos. Este R.D. traspone al Derecho español varias directivaas del Consejo de Europa de los años 1999 y 2001. El R.D. establece que las sustancias peligrosas solamente podrán ser puestas en el mercado, si sus envases responden a una serie de características de envasado y etiquetado. Los envases han de ser herméticos, no susceptibles de ser atacados por el contenido, con cierres estancos…
Los envases estarán etiquetados de forma legible e indeleble en lengua española, debiendo indicar el nombre del producto, la concentración, la razón social del fabricante y/o distribuidor, los pictogramas o indicaciones del peligro, riesgos específicos, recomendaciones de manipulación, etc.
Otras medidas que hay que tomar con los contaminantes químicos tienen que ver con el manipulado, almacenamiento, además de las medidas de prevención, como el control de las concentraciones en los lugares de trabajo, y si es preciso la utilización de prendas o equipos de protección personal que son objeto de estudio en otros temas.
2.3. CONTAMINANTES BIOLÓGICOS
El Real Decreto 1299/2006, de 10 de noviembre, por el que se aprueba el cuadro de enfermedades profesionales en el sistema de la Seguridad Social y se establecen criterios para su notificación y registro, recoge la lista de enfermedades producidas por agentes biológicos: enfermedades profesionales causadas por el trabajo de personas que se ocupan de la prevención y asistencia médica con riesgo de infección, enfermedades derivadas del trabajo con animales o sus productos otras enfermedades infecciosas o parasitarias… |
Los contaminantes biológicos constituyen el tercer grupo que, junto con los físicos y los químicos, son objeto de estudio en la Higiene. De la presencia de dichos contaminantes en el medio laboral y del contacto de los trabajadores con los mismos se puede derivar una situación de riesgo biológico.
En la Directiva del Consejo sobre protección de los trabajadores contra los riesgos relacionados a la exposición de los trabajadores a agentes biológicos durante el trabajo (Directiva 90/679/CE de 26 de noviembre, se define a los agentes biológicos como los microorganismos con inclusión de los genéticamente modificados, los cultivos de células y los endoparásitos humanos susceptibles de originar cualquier tipo de infección, alergia o toxicidad. El RD 664/1997, de 12 de mayo, sobre protección de los trabajadores contra los riesgos relacionados con la exposición a agentes biológicos, transpone la citada directiva y establece una clasificación de estos agentes en cuatro grupos, según su diferente índice de riesgos de infección:
– Grupo 1: aquel que resulta poco probable que cause una enfermedad al hombre.
– Grupo 2: aquel que puede causar una enfermedad al hombre y puede suponer un peligro para los trabajadores, siendo probable que se propague a la colectividad y existiendo generalmente profilaxis o tratamiento eficaz.
– Grupo 3: aquel que puede causar una enfermedad grave al hombre y presenta un serio peligro para los trabajadores, con riesgo de que se propague a la colectividad y existiendo generalmente profilaxis o tratamiento eficaz.
– Grupo 4: aquel que causando una enfermedad grave al hombre, presenta un serio peligro para los trabajadores, con muchas probabilidades de que se propague a la colectividad y no existiendo generalmente profilaxis o tratamiento eficaz.
En un sentido más amplio se pueden considerar los contaminantes biológicos como todos aquellos seres vivos, ya sean de origen animal o vegetal y todas aquellas sustancias derivadas de los mismos, presentes en el puesto de trabajo, y que pueden ser susceptibles de provocar efectos negativos en la salud de los trabajadores. Estos efectos negativos se pueden concretar en procesos infecciosos, tóxicos o alérgicos. De acuerdo con esta definición, y atendiendo a diferencias en la naturaleza y modo de acción de estos agentes, se puede establecer la siguiente clasificación:
a) Organismos vivos
Pertenecen a diferentes grupos microbianos (bacterias, rickettsias, virus, hongos, protozoarios), así como a algunos grupos de invertebrados parásitos (helmintos y artrópodos). Fundamentalmente van a ser causantes de enfermedades infecciosas y parasitarias, aunque también pueden estar implicados en el desarrollo de trastornos de tipo alérgico.
b) Derivados animales o vegetales
Pueden constituir el agente causal de diferentes trastornos de tipo alérgico o irritativo, afectando principalmente a la piel y a las vías respiratorias. Los derivados de animales causantes de este tipo de trastornos son:
. Derivados dérmicos,. anejos cutáneos (pelos, plumas…), sustancias antigénicas (enzimas, proteínas…),.larvas de invertebrados e incluso pequeños invertebrados
Entre los derivados vegetales:
. Polvo vegetal resultante del tratamiento industrial, polen, madera, esporas, micotoxinas
Los medios en los que se pueden encontrar estos agentes en el ambiente laboral son: el agua, el aire, el suelo, los animales, las materias primas
El agua juega un importante papel dentro del ambiente laboral como vía de transmisión de agentes infecciosos y parasitarios, fundamentalmente intestinales, y que van a tener acceso desde este medio al organismo humano, principalmente, por un proceso de ingestión. Hay un elevado número de enfermedades susceptibles de ser transmitidas por el agua: de origen bacteriano, viral, fungoso, amebiano…
El aire actúa como vía de transmisión de los riesgos causados por todos aquellos agentes biológicos que pueden presentarse en suspensión, como es el caso de la mayor parte de los derivados animales o vegetales, así como de determinados microorganismos. El aire, por lo general, no es un medio adecuado para el desarrollo de microorganismos. Aquellos que se encuentran en el aire pueden proceder del suelo, agua, plantas, animales… dependiente del ambiente de que se trate. Los microorganismos en el aire se van a presentar adheridos a pequeñas partículas de polvo o a gotitas de agua
De la toma de contacto del trabajador con el suelo se pueden derivar los siguientes riesgos de carácter biológico:
. Enfermedades infecciosas (tétanos).
. Enfermedades parasitarias (anquilostomiasis)
. Picaduras de animales venenosos: arañas, serpientes, escorpiones…
La vía de penetración de estos agentes en el organismo humano será por contacto o inoculación.
Los animales vertebrados superiores pueden ser agentes transmisores de una serie de enfermedades que se conocen con el nombre de zoonosis, siendo un fenómeno raro el que se transmita de persona a persona. La penetración en el organismo humano de los agentes biológicos transmitidos por animales tiene lugar por contacto o inoculación principalmente.
Las materias primas naturales constituyen muchas veces un medio adecuado para el desarrollo de microorganismos. Se pueden incluir en este grupo: las materias primas de la industria alimentaria (carne, pescado, fruta…), la mayoría de las materias primas utilizadas en la industria textil (algodón, lino, cáñamo, lana…), las de las industrias de pieles y curtidos, la madera y el corcho, los materiales orgánicos utilizados en laboratorios clínicos, farmacéuticos, etc. El acceso al organismo humano de los agentes biológicos transmitidos por este medio, tendrá lugar por: inhalación, ingestión y contacto.
Las medidas de prevención y protección frente a los contaminantes biológicos, podemos clasificarlas:
– Identificación y evaluación de los riesgos. Tomar medidas técnicas y organizativas específicas en caso de contaminantes de los grupos 2,3 y 4, sustituyendo el agente o reduciendo los riesgos.
– Sustitución de agentes biológicos por otros que impliquen menor riesgo.
– Reducir riesgos aplicando medidas similares a las señaladas para agentes químicos (reucción del número de trabajadores expuestos o el tiempo de exposición, adoptar medidas especiales de manipulación, envasado y almacenaje, señalizar y limitar el acceso a zonas de riesgo…)
– Utilización de equipos de protección individual.
– Formación e información a los trabajadores respecto a los riesgos y a la forma de actuación en caso de accidente.
– Medidas higiénicas:
– No consumir alimentos en zonas de riesgo.
– Disponer cuartos de baño con productos de limpieza ûªular y de piel.
– Reconocimientos médicos periódicos o puntuales.
– Taquillas o armarios adecuados para guardar ropa de trabajo y de calle.
– Sistemas de lavado y manipulación de prendas de trabajo…
2.4. FACTORES ORGANIZATIVOS DE RIESGO LABORAL
Además de los factores ambientales citados (físicos, químicos y biológicos) hay que tomar en consideración los factores organizativos, que con frecuencia generan situaciones de riesgo y peligro. La prevención de riesgos derivados de los factores organizativos debe realizarse desde la fase de proyecto de las instalaciones. Estos riesgos pueden derivarse de:
a) Una inadecuada organización de las áreas de trabajo
b) Una inadecuada organización de la señalización
c) Una inadecuada organización de la producción
Los derivados de la inadecuada señalización se estudian en el tema 63, por lo que vamos a referirnos a los factores de riesgo derivados de la organización de las áreas de trabajo, y brevemente a los derivados de la mala organización de la producción, ya que estos son específicos de cada actividad, y escapa del tiempo y espacio de que disponemos.
2.4.1. Riesgos y protección de las áreas de trabajo
Las medidas preventivas en relación a las áreas de trabajo hay que tenerlas en cuenta desde la fase de proyectos en las instalaciones. Proyectando el equipo y las edificaciones de modo que no haya interferencia entre las líneas de producción y teniendo los operarios bastante espacio de trabajo, se ahorra tiempo, se aumenta la producción y se contribuye a la prevención de accidentes.
Cuando se proyecta una instalación hay que investigar, analizar y verificar una serie de aspectos como:
– Proyecto de emplazamiento
– Instalaciones de transporte: muelles y embarcaderos, caminos y carreteras
– Salidas y puertas de paso
– Pisos, pasillos, escaleras, rampas y plataformas
– Locales e instalaciones para almacenamiento, incluyendo los necesarios para materiales explosivos e inflamables, sustancias peligrosas, productos acabados y patio de almacenamiento exterior
– Instalación eléctrica
– Iluminación
– Equipo de manipulación de materiales: grúas, transportadores, vehículos industriales, etc.
– Montacargas y ascensores
– Calderas y otros equipos que trabajen a presión
– Ventilación, calefacción y aire acondicionado
– Control de incendios
– Salud y seguridad: agua, vertido de residuos, primeros auxilios, equipos de protección personal, medios de distribución y reparación, aislamiento para las operaciones ruidosas, etc.
– Suministro de agua adecuado para la lucha contra incendios
– Instalaciones con destino al personal: aparcamiento, comedores, salas de descanso, locales de formación, vestuarios, aseos, etc.
Al planificar el emplazamiento también es preciso analizar las necesidades de espacio, tanto presentes como futuras: almacenes, zonas de aparcamiento, cercado, puertas de acceso, pasos y calles interiores del recinto con sus oportunas señalizaciones, iluminación exterior, etc.
En relación a las instalaciones, es preciso eliminar ciertos riesgos proyectando adecuadamente: pasillos y rampas; escaleras (se evitarán las escalas y las escaleras de caracol); salidas (se proyectarán en número y dimensiones suficientes para asegurar una adecuada y rápida evacuación en caso de emergencia; serán claramente visibles, iluminadas y provistas de señalización); ventanas (prever fácil limpieza y que abatan hacia el interior); materiales para los pisos (el tipo de suelo de las distintas dependencias se adecuará a las características de la actividad que se realice en cada una, teniéndose en cuenta rugosidad, antideslizamiento, porosidad, drenaje, apariencia, mantenimiento, conductividad, capacidad de retener polvo).
Los factores ambientales son también aspectos a considerar en el diseño de las áreas de trabajo. Son: ventilación, temperatura, iluminación, ruido, a los cuales nos hemos referido a lo largo del presente tema.
2.4.2. Organización de los talleres de producción
Se hace preciso habilitar áreas y espacios de seguridad en las máquinas, tanto para el operario que la manipula como para el resto del personal. El tráfico de vehículos y peatonal por el interior de los talleres ha de planificarse de modo que se eviten riesgos e interferencias. En la empresa existen locales e instalaciones que requieren especial atención por los riesgos que se pueden derivar de ellos, son:
– Instalación eléctrica
Debe proyectarse de modo que no ofrezca peligro de incendio o explosión y que exista suficiente protección contra los riesgos de accidente por contactos directos o indirectos.
– Salas de caldera
Suelen estar aisladas del resto de las áreas de trabajo. Se rigen por el Reglamento de Aparatos a Presión del Ministerio de Industria. Hay que prever los espacios para mantenimiento y sustitución/reposición de elementos. Hay que prever la adecuada aireación y evacuación de los productos de combustión. Es conveniente que exista en la sala un cartel con las operaciones a realizar en caso de emergencia.
– Instalaciones contra incendios
Se planifican de acuerdo con las dimensiones y uso de los edificios, de los equipos, de las características de las sustancias utilizadas, del número de personas expuestas. Se preverán las medidas colectivas e individuales de protección y combate necesarias, así como los sistemas de detección y alarma precisos. Estas instalaciones y equipos han de ser objeto de estudios específicos de acuerdo con los reglamentos y normas específicas.
– Escaleras, rampas, muelles de carga, altillos, pasarelas y aberturas en pisos y paredes
Constituyen elementos de especial peligrosidad. Es amplia la normativa en relación a estos elementos, y son objeto de estudio en temas posteriores.
2.4.3. Factores organizativos de riesgo relacionados con la política y cultura empresarial.
– Factores relacionados con la organización temporal del trabajo.
– La jornada de trabajo (partida, continuada, flexible).
– Turnos de trabajo (matutino, vespertino, nocturno, a turnos)
– De la organización del tiempo de trabajo se ocupa la ergonomía temporal.
– Factores relacionados con el contenido del trabajo.
– Actividad exigida o ritmo de trabajo.
– Grado de autonomía funcional, temporal o espacial en el trabajo.
– Grado de automatización de los procesos productivos.
– Grado de responsabilidad.
– Factores relacionados con las relaciones sociales y laborales en el trabajo.
– Estilos de mando y relaciones con superiores y subordinados.
– La participación y la delegación en la empresa.
– Nivel jerárquico y consideración social del trabajo que se realiza.
– Organización de los procesos y redes de comunicación en la empresa.
– …..
Estos factores dependen en gran medida de la cultura y política de la empresa y pueden estar en el origen del estrés e insatisfacción laboral. Las relaciones sociales en el ámbito laboral están en el origen del mobbing o acoso laboral y del burn- out o síndrome de “estar quemado”
ANEXO I
UNIDADES UTILIZADAS EN ILUMINACIÓN
Dos elementos intervienen en la técnica de iluminación: el objeto a iluminar y la fuente productora de luz. Para valorar y comparar las cualidades y los efectos de la fuente de luz se utilizan las siguientes magnitudes lumínicas: – Flujo luminoso – Iluminación o Iluminancia – Intensidad luminosa – Luminancia – Rendimiento luminoso Flujo luminoso: se define como la velocidad de emisión de la luz o como la energía radiante que afecta a la sensibilidad del ojo en la unidad de tiempo (Ф). Su unidad de medida es el Lumen. (1 Lum = 1/680 W lumínico). Iluminación o Iluminancia: es la relación entre el flujo luminoso que recibe la superficie y su extensión, o densidad de flujo por unidad de superficie (E). La unidad de iluminación es el lux, que se define como la iluminación que produce un lumen uniformemente repartido sobre una superficie de 1 m2. Intensidad luminosa: se define la intensidad luminosa de una fuente de lux en una dirección determinada como la relación entre el flujo luminoso contenido en un ángulo sólido, cuyo eje coincida con al dirección considerada y el valor de dicho ángulo sólido expresado en estereorradianes. Su unidad es la candela (cd) y se representa por la letra I. La candela es la unidad de intensidad luminosa que irradia en dirección normal una superfice de 1/60.000 m2 de un cuerpo negro a la temperatura de fusión del platino bajo una presión de 101.325 Newton/m Luminancia: se define como la luminancia de una superficie en una dirección determinada, la relación existente entre la intensidad luminosa en dicha dirección y la superficie aparente. Su unidad es la candela por metro cuadrado (cd/m2), denominada stilb. Rendimiento luminoso: Expresa el flujo que emite una fuente de luz por cada unidad de potencia eléctrica consumida (ή). Su unidad es el lumen por watio (Lm/w). Cantidad de luz: expresa la potencia luminosa o flujo luminoso emitido en una unidad de tiempo (Q). Su unidad es el lumen por hora (Lm/h). De todas las unidades lumínicas definidas la que resulta mas práctica es el lux, ya que es la usada para fijar los niveles de iluminación recomendados en las diferentes normativas. |