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Tema 20 – El conocimiento histórico. Tiempo y categorías temporales. El historiador y las fuentes. Explicación y comprensión de la historia.

INTRODUCCIÓN

Etimológicamente “Historia” procede del término griego historien, que significa curiosear, investigar, inquirir. De forma concisa se podría definir el objeto de la historia como la narración de los hechos del pasado y que en sentido estricto abarca los hechos realizados por la Humanidad en el transcurso de los siglos. Lucien Febvre, Carr, Huizinga, y muchos otros han tratado de definir la historia.

Se plantea la pregunta sobre si la historia es una ciencia. Se puede decir que es una ciencia cuyo campo de estudio es el pasado humano y su metodología es la investigación de los hechos, la reconstrucción del pasado y, la exposición de estos hechos. En ocasicones se rebaja el carácter científico de la historia por la ausencia de leyes de regimiento de los sucesos históricos y el carácter subjetivo de la metodología histórica.

EL CONOCIMIENTO HISTÓRICO

El conocimiento histórico tradicionalmente se ha concebido de dos maneras. La Concepción lineal de la historia, según la cual la historia es un proceso de evolución hacia una meta. De raíz bíblica, se desarrolla en el providencialismo, marxismo y positivismo. La Concepción cíclica de la historia, donde la historia sigue un ciclo de tipo biológico. Lo plantea Polibio con la sucesión de regímenes políticos y finalmente Spengler realiaza una teoría moderna.

Antigüedad: Grecia y Roma

En un principio el objeto de la historia son los hechos mismos. Existía antes una historia con un sentido oficial. Se consideró la historia un arte, con una musa: Clío. Hasta el siglo V a.C., los griegos consideran la historia como una degeneración a partir de una edad de oro. El ámbito cronológico es siempre reciente y emplean como sistema de investigación la entrevista con protagonistas de los sucesos. Los griegos siempre buscan en todos los acontecimientos una aoposición entre orden y caos. Herodoto (484-426 a.C.) es considerado como el padre de la historia, él mismo consideraba a sus antecesores como meros narradores (logógrafos). Escribe Historias, compuesta de nueve libros, uno para cada musa. Tratan de Persia y las Guerras Médicas, llega hasta la batalla de Micala (479 a.C.). Expone verdades. Comprende un ámbito cronológico reciente. Narra en torno a un hecho único, la oposición entre oriente y occidente. Tucídides (455-395 a.C.), autor de Sobre la Guerra del Peloponeso busca conocer las causas de los hechos. Su tema es la oposición entre democracia y oligarquía. Escribe también Singraphe. Aplica un sistema cíclico a la historia de Grecia, que divide en cuatro edades: Edad primitiva o de Hierro, Edad de los Héroes, Edad de las migraciones y los tiranos, Edad de las Guerras Médicas. Jenofonte (435-355 a.C.), discípulo de Sócrates, sirvió con Ciro “el joven”. Escribe Helénicas, complementando a Tucídides; Ciropedia, de carácter biográfico; Anábasis, donde narra su expedición militar con los diez mil mercenarios griegos, del Tigris al Mar Negro, está llena de referencias geográficas y etnográficas.

Roma fue heredera directa de la civilización griega y su primer gran historiador es el griego Polibio (210-127 a.C.). Llevado a Roma como rehén entra en el círculo intelectual de los escipiones. Historias narra la historia de Roma desde la segunda guerra púnica (218 a.C.) a la derrota de Perseo de Macedonia (168 a.C.). De sus cuarenta libros se conservan cinco. Basa su cronología en la era olímpica, que había fijado Eratóstenes. Crea la teoría de la sucesión cíclica y lógica de los regímenes. El hombre solo es protagonista de un proceso repetitivo. Tito Livio (59 a.C. – 17 d.C.) Escribe Ab Urbe Condita tratando la historia de Roma como universal. Se ordenaron sus 142 libros en “décadas”, se conservan 35. Es más un literato que historiador. Tácito (55-117), Historia del Imperio romano, obra pesimista que augura la decadencia romana.

El conocimiento histórico bíblico y el cristianismo

La Biblia, además de ser un libro religioso, es un libro de eminente carácter histórico. Hay en él dos elementos fundamentales para la comprensión de la historia: la cronología y, un mito interpretativo del sentido de la existencia humana. La Biblia es la primera historia universal, ya que toma la Humanidad como única. El esquema cristiano de la historia se basa en tres premisas: el tiempo es lineal e irreversible, la historia se ordena en torno a un hecho central, la venida de Jesucristo y que la historia se forma por un plan preestablecido por Dios.

San Agustín (354-430). En La Ciudad de Dios, contrapone la “civitas dei”, donde habitan los que aman a Dios, con la “civitas terrena”, donde viven los que se aman a si mismos. Divide la historia en seis etapas: De Adán al Diluvio, del Diluvio a Abraham, de Abraham a David, de David a la caída de Jerusalem, del cautiverio en Babilonia a la venida de Cristo, de la venida de Cristo a la segunda venida del Mesías. Discípulo de San Agustín es Paulo Orosio quien escribió en el 418, Siete Libros de Historia contra paganos. El plan divino de la historia se basa en la sucesión de cuatro imperios: Babilonia, Macedonia, Cartago y Roma. En la misma línea Hidacio escribe una historia donde considera que la entrada de los pueblos germánicos en el Imperio Romano es una advertencia de la próxima vuelta del Mesías.

Del siglo V al XII la producción histórica se basa en historias locales, donde la voluntad de Dios es quien marca los sucesos. Es en este período de la historia cuando se fija una base cronológica única, contar los años desde Jesucristo. Joaquín de Fiore (1131-1202). Elabora la teoría del Evangelio eterno, por el cual no solo hay dos revelaciones (Antiguo y Nuevo Testamento), sino que Dios da una tercera a los monjes, a partir de ese momento. Santo Tomás (1225-1274) convierte la historia en un pensamiento filosófico, en virtud del aristotelismo. El conocimiento histórico se ejerce sobre el pasado, que es la materia; mediante un proceso psíquico se organiza estos datos en la forma.

Edad Moderna

Maquiavelo (1469-1527). Durante el humanismo se resucita el interés por las obras clásicas y por los protagonistas de la historia, desarrollándose el género biográfico. Maquiavelo busca causas y leyes del acontecer histórico. En su Historia de Florencia retoma el esquema cíclico de la historia de Polibio. Es un ciclo que depende de la propia libertad del hombre. También escribio unos comentarios a las primeras décadas de Tito Livio.

El pensamiento histórico-filosófico cambia radicalmente con Descartes, quien niega toda validez a la historia, diciendo que los acontecimientos nunca han sucedido como se nos relatan. Contra esto reaccionan los cristiano-providencialistas, y la escuela de Locke. Esta disputa sienta las bases de la crítica histórica, y establece las premisas para la investigación histórica: la información para ser tomada por cierta ha de ser contrastada y que los testimonios documentales deben contar con el apoyo de medios no documentales.

Montesquieu, Voltaire y Rousseau, son los tres más destacados ilustrados franceses, para los cuales la historia del hombre es la del progreso ininterrumpido de la razón humana. El hombre así se libera de las tinieblas y va hacia la verdad. Montesquieu escribe Cartas persas e, Ideas acerca de las causas de la grandeza y decadencia de los romanos. Los estados como los hombres son todos iguales, basta con estudiar uno para conocer a todos los demás. El estado se origina en la psicología del hombre, influyendo en esta psicología pueden modificarse las instituciones. Voltaire, exige la secularización total del pensamiento. El siglo de Luis XIV, representa un momento cultural, no un personaje. Se plantea la filosofía de la historia en Ensayo sobre las costumbres y el espíritu de los pueblos. Turgot defiende que el cristinanismo y la filosofía son factores fundamentales de la evolución de la humanidad a través de la historia. Condorcet, al contrario, explica como la religión y el exceso demográfico obstaculizan el progreso humano. Tres son las aportaciones de la Ilustración a la historia: sienta las bases de historia universal, la humanidad progresa por el esfuerzo continuado de las sucesivas generaciones. En los primeros años del siglo XVIII hay una historia ajena a la ilustrada, representada por Juan Bautista Vico, basada en los “corsi-ricorsi”, un planteamiento de la historia cíclico según el cual el progreso se realiza en espiral.

Edad contemporánea

El inicio de la época es la convulsión debida a la Revolución Francesa y su contagio al resto de Europa por la acción de Napoleón. Pronto surge una serie de historiadores que consideran a la burguesía como protagonista de la historia, es la historiografía liberal. Simultáneamente el romanticismo, corrientede origen alemán, considera que el protagonista de la historia son los pueblos. La tercera corriente del siglo XIX es el positivismo, que pretende aplicar métodos de las ciencias naturales y depurar lo subjetivo y dejar solo el estudio de los documentos históricos. La cuarta y más importante aprotación al conocimiento histórico es el marxismo y el materialismo histórico. Elabora una teoría de la evolución social basada en los modos de producción. El materialismo histórico explica la evolución humana a través de unas etapas de progreso que vienen marcadas por las relaciones de producción.

En el siglo XX se renuevan las teorías cíclicas de la historia, con Spengler y Toynbee, este último planteando la historia como una sucesión de civilizaciones que todas pasan por las mismas fases de desarrollo. La mayor renovación llegará con la Escuela de Annales, que se agrupa en torno a la revista Annales, siendo Bloch y Febvre sus primeros directores, sucedidos después por Braudel. Realizan una historia integral, uniendo los acontecimientos sociales, económicos. Rompen con los esquemas temporales tradicionales y plantean una periodización en función del tiempo, largo, medio y corto. Hay, por otra parte, una renovación del marxismo, sobre todo desde la Revolución Rusa. Prestan mucha atención a lo económico pero acaban supeditándolo a los social. Por último, la Nueva Historia Económica, también llamada historia cuantitativa, analiza un gran volumen de datos estadísticos para elaborar la historia.

TIEMPO HISTÓRICO Y CATEGORÍAS TEMPORALES

Las categorías temporales para unos tienen un valor meramente instrumental, mientras otros consideran que la periodización presupone un juicio de valor.

La cronología histórica

El hombre para fijar los acontecimientos históricos en el tiempo necesitó crear un sistema de datación. La más básica es la sucesión de los años que se basan en la alternancia de las estaciones. En las sociedades hidraulicas de Mesopotamia y Egipto era fundamental el conocimiento de la sucesión del tiempo para poder organizar la agricultura. La elaboración de los calendarios estuvo en manos de los sacerdotes. Después los años hay que distinguirlos unos de otros, para lo cual se numeran desde un origen Los griegos usaron la Era olímpica, cuyo inicio está 23 años antes de la fundación de Roma. La Era de la Fundación de Roma, se usó en la Antigüedad, fijada entre 751 y 754 a.C, aunque los romanos llamaban a los años con el nombre del consul senior de ese año. La Era Cristiana, se basa en la fecha del nacimiento de Cristo, fijada según Dionisio el exiguo en el 750 de la fundación de Roma, si bien hoy se sabe que se equivocó en cuatro años.

Durante la Edad Media, en los distintos reinos europeos, el año se iniciaba el 25 de Marzo, 1 de Marzo, o 25 de Diciembre. No es hasta el XVI que se empieza a generalizar el 1 de Enero. El calendario que actualmente empleamos los occidentales y que se ha generalizado a todo el mundo, tiene su origen en el romano que transformó Julio Cesar, y que luego fue enmendado en el siglo XVI por Gregorio VII. De aquí que se le llame calendario juliano o gregoriano.

La periodización de la historia

Desde los griegos, los historiadores han tratado de agrupar periodos más o menos largos de tiempo, que sean de alguna forma homogeneos. Tucidides ya divide la historia de Grecia en cuatro edades. El sistema de las eras que se emplea en la actualidad data del XVII, cuando Voetius divide la historia de la Iglesia en tres edades:

A Antiquitas ecclesiae. Del origen al siglo VI.

A Intermedia aetas. Hasta Lutero (1517).

A Nova o recens aetas. El momento del autor.

A fines del XVII esta división tripartita la asume para la historia europea Cristóbal Keller: Historia Antiqua, Historia medii aevi, Historia nova. Según avance el tiempo, se van a añadir dos periodos nuevos, la Prehistoria y la Edad Contemporánea. De esta forma la Prehistoria agrupa los hechos de la humanidad hasta la aparición de la escritura, la Antigua llega hasta la caída del Imperio Romano (en Hispania el año 410, en general el 476), la medieval llega hasta el siglo XVI (caída de Constantinopla en 1453 y en España 1492 por el fín de la Reconquista y el descubrimiento de América), la moderna llega hasta la Revolución Francesa (en España hasta 1808), la Contemporánea llega hasta nuestros días. Esta es una visión eurocéntrica, ya que fuera de nuestro ámbito los límites cronológicos y el número de edades carece de sentido. Incluso dentro de Europa, los ingleses no contemplan la contemporánea y siguen en la edad moderna.

Esta división cronológica ha sido puesta en cuestión, en especial por la Escuela de Annales y el materialismo histórico. Braudel propone una periodización en la que desaparecería Edad Moderna, para englobarse en la Media. El materialismo histórico por su parte periodizan la historia según modos de producción De esta forma hay una primera etapa en la que el hombre vive depredando sobre el medio, de tal forma que no hay propietario del medio de producción, es el salvajismo. Después vienen el esclavismo donde la propiedad del medio de producción incuye la de la fuerza de trabajo. En el feudalismo hay una relación entre siervo y señor de explotación extraeconómica. En el capitalismo la fuerza de trabajo es libre pero carece de acceso a la propiedad de los medios de producción. La historia acaba en la última etapa, el socialismo, donde la fuerza de trabajo se convierte en propietaria del medio de producción.

EL HISTORIADOR Y LAS FUENTES

Fuente histórica es todo aquello que nos pueda transmitir un conocimiento total o parcial del pasado. Se han tratado de clasificar las fuentes. Mabillon, padre de la Paleografía, separó primero las fuentes veraces de las falsas. El estudio filológico que realiza en el siglo XV Lorenzo Valla de la Donación de Constantino demuestra la importancia que tiene saber valorar como auténtico o falso un documento. Topolsky distingue entre fuentes directas e indirectas. Cuando el historiador ha recogido las fuentes, su siguiente paso es la sistematización de los datos obtenidos. El último paso será la síntesis interpretativa, que desarrollará una hipótesis fundamentada en los datos recogidos. El historiador debe seleccionar entre las fuentes, empezando aquí el primer subjetivismo.

Hasta la renovación de Annales la única fuente histórica era el documento escrito. Ahora van a considerar que todo objeto hecho por el hombre es susceptible de convertirse en una fuente histórica.

Historia y ciencias auxiliares. Hoy las llamadas ciencias auxiliares de la historia, han adquirido una metodología científica propia, que las hace dejar de estar supeditadas a otras ciencias, para tomar carácter propio. Se distingue entre ciencias auxiliares que colaboran en la fase inicial del trabajo histórico, y ciencias colaboradoras que muestran nuevas posibilidades de métodos de investigación.

EXPLICACIÓN Y COMPRENSIÓN EN LA HISTORIA

El objetivo del historiador es la comprensión del pasado. Para ello debe tratar de siturase en la época de estudio y tratar de entender desde los parámetros de la época. Lo contrario es el llamdo actulismo, interpretar con los parámetros de hoy los acontecimientos del pasado.

Causalidad frente a multicausalidad. Bloch rechaza el automatismo de la causa única, construyendo haces de hondas causales. Para cada suceso existen innumerables causas. Duby cuestiona el principio de causalidad y dice que es preferible hablar de correlaciones e influencias de unos sucesos sobre otros.

Individuo frente a sociedad. Durante el siglo XIX se hace la historia de los héroes, donde un solo hombre puede cambiar la historia. Serán los historiadores marxistas los que resten importancia al individuo, quien no puede variar la tendencia general de los acontecimientos. Para Pierre Vilar la iniciativa histórica parte del individuo socializado.

Historia como relato y como problema. Desde que funciona la Escuela de Annales, sobre todo con Lucien Febvre, ya no hay que preguntar quién y cuándo, sino por qué. Se rechaza en el relato lo anecdótico, pero subrrayando la importancia del proceso narrativo para la comprensión del hecho histórico.

BIBLIOGRAFIA

BERMEJO Y BARRERA,J.C.: Fundamentación lógica de la Historia. Madrid, 1991.

FEBVRE, L.: Combates por la historia. Barcelona, 1975.

FONTANA, J.: Historia: análisis del pasado y proyecto social. Barcelona, Crítica, 1982.

SÁNCHEZ PRIETO: )Qué es la historia?. Madrid, Siglo XXI, 1995.

TOPOLSKY, J.: Metodología de la Historia. Madrid, 1982.

VILAR, P.: Iniciación al vocabulario del análisis histórico. Barcelona, 1980.

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