INTRODUCCIÓN
Antes de comenzar a hablar sobre la evolución del hombre tenemos que definir varios conceptos. Todo el período que vamos a estudiar se encuadra dentro del período que en Historia llamamos Prehistoria. Esto es la narración de los hechos del pasado humano anteriores a la aparición de la escritura. El primer problema que se nos plantea entonces es que la Prehistoria va a tener una duración diferente según las áreas geográficas. Fijamos el final de este estudio en el momento denominado Neolítico, cuando se inventa la agricultura, el hombre se hace sedentario y comienza a organizarse en sociedad. También tenemos que plantearnos el inicio, que fijaremos aproximadamente hace entre cinco y siete millones de años, momento en el cual se considera que se separa la rama evolutiva que va a dar lugar al hombre de la del resto de los primates.
Debido a la inexistente información escrita sobre este largo periodo de la historia, se recurre como única fuente a la arqueología. La arqueología es una técnica que se emplea para buscar restos materiales o evidencias fósiles de un pasado remoto. También se emplea para estudiar momentos históricos más recientes, pero en el caso de la prehistoria, se trata del único medio de conseguir información. La Paleontología es la ciencia que estudia las especies animales y vegetales desaparecidas ya de la Tierra y cuyos restos se encuentran en forma de fósiles.
La antropología es la ciencia que estudia al ser humano. Como tal, debe estudiar dos facetas: la biológica y la cultural. Por este motivo esta ciencia se escinde en dos. La Antropología Física, se ocupa de las características físicas y biológicas del ser humano, tanto actual como fósil. La Antropología Cultural o Social, cuyo objeto de estudio es el desarrollo, naturaleza y diversidad de la cultura humana. La Antropología Histórica busca aunar los resultados de las excavaciones arqueológicas como proveedoras de elementos materiales, con los resultados de la Antropología Cultural como proveedora de elementos sociales, ausentes en el registro arqueológico. Su hipótesis de partida es que ciertos procesos socioculturales son independientes del tiempo y espacio, por lo que pueden ser estudiados en los pueblos primitivos actuales. Durante muchos años se utilizó para tratar de explicar distintos aspectos como ritos funerarios y las expresiones artistas. Las teorías del abate Breuil acerca de las pinturas rupestres franco-cantábricas derivan de estudios hechos con la antropología histórica. Hoy en día, muchas de las aportaciones hechas por la antropología histórica han quedado obsoletas por dos razones:
– Inexistencia de verdaderos pueblos primitivos en la actualidad. Por pequeños que sean los contactos, no quedan hoy pueblos que no hayan sido influidos por sociedades modernas.
– Los hombres de hoy en día no pertenecen a las especies desaparecidas en la prehistoria, existen diferencias morfológicas y ambientales muy importantes.
Además de la arqueología y los aportes de la antropología, los prehistoriadores emplean los avances de las ciencias naturales, para clasificar y datar los restos fósiles. La genética nos ayuda gracias al estudio de la acumulación de mutaciones que se producen sobre los genes neutros, es decir, aquellos que no se ven afectados por la selección natural. Según parece, las mutaciones siguen un ritmo constante, que sobre los genes que no otorgan ninguna ventaja ni obstáculo para la evolución, se acumulan a un ritmo constante. Sumando la tasa de mutación podemos averiguar cuanto tiempo hace que se separaron dos ramas evolutivas. Así averiguamos que la evolución del hombre se separa de la del chimpancé hace 4,5-7 millones de años y del orangután hace 13 millones de años.
Cuando se puede asociar los restos fósiles a tobas volcánicas se emplean los métodos del Argón-40 y el Uranio-238, que permiten calcular la edad de la toba. De esta manera se puede aproximar la edad de un fósil sabiendo la edad de la toba inferior y la superior. Otra forma de calcular la edad de los restos es por los espelotemas (estalactitas y estalagmitas), donde el carbonato cálcico se acumula de forma constante. Cuando no vale ninguno de estos métodos, se puede usar la resonancia de espín eléctrico y la termoluminiscencia. En ambas se mide la radiación acumulada en los materiales, en el primer caso en los dientes de mamíferos y en el segundo sobre los instrumentos quemados. También se emplea el paleomagnetismo, buscando la polaridad en las partículas de hierro de un sedimento, que se orientan hacia el norte o el sur según el cron correspondiente.
PROPUESTAS DE EVOLUCIÓN
Creacionistas
Consideran necesario la intervención de un elemento sobrenatural para explicar el origen del hombre. Dentro del mundo cristiano, se divide en teoría monogenista, el origen de todos los hombres está en Adán y Eva, desde los cuales se va degenerando en razas; y la teoría poligenista, según la cual hay diferentes creaciones para las distintas razas. Las teorías catastrofistas, tendrían su origen en la intención de conjugar los avances geológicos y biológicos con la doctrina cristiana. Explicaban las etapas de la evolución con sucesivos diluvios universales.
Evolucionistas
Se basa en que los distintos animales han ido evolucionando desde seres más simples a otros más complejos. En el siglo XVIII Linneo clasifica los seres vivos, poniendo la primera base para fundamentar que los hombres actuales han evolucionada a partir de otros seres, que pueden ser el origen de otras especies animales. Con Linneo se inicia la ciencia conocida como taxonomía, donde se clasifican las especies naturales de animales y plantas desde grupos genéricos hasta los más específicos (reino, filo, clase, orden, familia, género y especie). Será Lammarck quien elabore la primera teoría conocida como Aherencia de los caracteres adquiridos@. Según esta, el esfuerzo de las distintas generaciones para adaptarse a un entorno hace que los descendientes adquieran desde el nacimiento estos desarrollos. Sin embargo, la leyes naturales, en concreto la genética desde Mendel, demuestran que los seres vivos heredan unos genes determinados, independientemente de la actividad de su progenitor.
Será Charles Darwin quien ponga la base definitiva para la teoría evolucionista al elaborar su tesis sobre la selección natural. Después de leer a Malthus, Darwin comprendía que la naturaleza debía de emplear algún sistema para limitar el número de individuos que forman la población de cada especie, y no superar la capacidad de cada entorno para sostener a sus poblaciones de animales. Cuando realiza el viaje con el Beagle a las islas del Pacífico sur observa que animales de la misma especie, que han vivido mucho tiempo separados en distintos lugares, se han adaptado a sus entornos y han evolucionado de maneras diferentes. Elabora entonces su teoría, según la cual, la naturaleza escoge de entre todos los individuos nacidos en una generación, a los más aptos para la supervivencia. Unos mueren antes de alcanzar la edad madura y otros simplemente no consiguen llegar a reproducirse. En el primer caso hay una selección natural y en el segundo una selección sexual. De esta forma solo los mejor adaptados al entorno, los más fuertes o los más atractivos para las hembras, son capaces de transmitir su herencia genética, potenciando de esa forma una determinada característica genética. Las mutaciones genéticas son aleatorias, pero otorgan ventajas evolutivas a unos individuos sobre otros para un determinado entorno. La combinación de los descubrimientos de Mendel en la genética, con los de Darwin, darán lugar a lo que se llama el neodarwinismo. Según esto, los individuos de una generación disponen de genes distintos, de tal forma que con un ambiente inalterable la naturaleza otorga ventajas a unos sobre otros. Al revés, cuando el medio ambiente cambia, lo que antes era adaptativo, ahora ya no lo es, y son otros individuos los que consiguen llegar a adultos, reproducirse y transmitir sus genes adaptativos.
PROCESO DE HOMINIZACIÓN
Características generales de la hominización
Hay una serie de características de los seres humanos que van a marcar su evolución: la encefalización, el bipedismo y la dentición. Podemos apreciar que las diferencias entre los seres humanos y el resto de sus parientes primates son muchas, pero estos tres puntos son los fundamentales para el resto.
Con respecto a la encefalización, se puede observar como el hombre ha ido evolucionando de manera constante hacia un aumento del tamaño del cerebro hasta ser el animal con mayor encefalización. No es tan importante el peso absoluto del cerebro, sino en comparación con el peso del cuerpo. Sin embargo, la división simple entre peso corporal y peso del cerebro no da al hombre como el animal más encefalizado debido a la alometría. Según la alometría los órganos crecen a un ritmo diferente y son en los animales más pequeños, respectivamente más grandes. Comparando el peso esperado del encéfalo en función del peso corporal con el peso real, obtenemos que el hombre tiene un encéfalo siete veces mayor que lo que le corresponde a su peso. )Cómo ha podido el hombre desarrollar tanto el encéfalo, sin aumentar a la vez todo su cuerpo? La explicación la encontramos en la relación proporcional inversa que existe entre el tamaño del cerébro y del aparato digestivo. El hombre tiene un aparato digestivo siete veces menor que lo esperado en un primate de su peso corporal. La razón está en que el balance de energía del cuerpo debe compensar el aumento de un órgano con la reducción de otro que consuma una cantidad similar de energía. Aquí la clave la encontraríamos en el cambio de dieta. Una dieta basada en la carne permite tener un estómago más pequeño, mientras para absorber la misma cantidad de energía con vegetales se necesita un estómago mayor.
El bipedismo es la capacidad del hombre para caminar solo sobre sus extremidades traseras de forma constante. Había una teoría según la cual el bipedismo era una estrategia de supervivencia ante un medio abierto de sabana. Sin embargo, muchas otras especies viven en medios de sabana y no se han adaptado a andar erguidos. Además los antepasados del hombre vivían todavía en medios de pluviselva cuando empezaron a andar erguidos. Parece, más bien, que el bipedismo resultó ser una ventaja adaptativa cuando cambia el clima y el antepasado humano pasa al medio de sabana.
Morfológicamente el bipedismo supone muchos cambios. El primero es el cambio del equilibrio de la cabeza. Se cambia la posición del foramen magnum, de tal forma que el peso de la cabeza se dirige en su totalidad hacia la columna, permitiendo así su aumento sin engrosar los músculos del cuello. Se supone que el cambio de los genitales en las hembras implica pasar de un periodo fértil anual a otro mensual. De esta forma se hace acreedora de la atención del macho, lo cual resulta fundamental ya que el estrechamiento del canal pélvico hace que tengan un parto traumático y doloroso, además de que por el tamaño de la cabeza las criaturas son prematuras. La supervivencia es imposible sin la colaboración de macho y hembra. La fertilidad mensual hace que el macho solo pueda estar seguro de la paternidad de las crías estando permanentemente con la hembra, debido a que no hay signos externos evidentes de la ovulación. Además las crías tienen el periodo más largo de aprendizaje entre todos los animales de la tierra. La liberación de las extremidades superiores permite el transporte de las crías recién nacidas durante el tiempo en que no pueden valerse ellas solas.
La dentición va a evolucionar según la dieta. En función de la forma, el número y la posición de las piezas dentales se puede saber qué tipo de alimentos consumían estas especies. Los incisivos son unos dientes que se usan para partir los tallos frescos o cortar frutas carnosos. Los colmillos tienen una utilidad defensiva o bien ofensiva frente a depredadores o competidores de la misma especie. Los premolares son una evolución de las muelas carniceras. Los molares sirven para triturar los vegetales y reducirlos a una pasta que pueda ser digerida en el estómago. Estas piezas tendrán una corona mayor en función del desgaste, como en el caso del consumo de gramíneas que contienen abrasivos que perjudican el esmalte dental. Los antepasados del hombre combinaban su dieta vegetal con otra carnívora. La ventaja de ser carnívoro es que la dentición limita su función a reducir los trozos de carne para que pasen por el esófago, dejando toda la digestión en manos del estómago. Además la carne posee muchas más proteínas que los vegetales por lo que se precisa un consumo menor que de vegetales para un número igual de nutrientes. Hay otro aspecto importante, el consumo de carne con unas piezas dentales tan débiles obliga al uso de herramientas, lo que va a distinguir al homo del resto de sus antepasados.
Evolución de las especies
Aquí existe un problema muy difícil de resolver. Aunque se han ido identificado a lo largo del último siglo y medio, distintas especies del género homo y de sus antepasados, no todos los científicos están de acuerdo sobre la sucesión de unos sobre otros. Hace algunos años se descubrió que muchos de los restos clasificados como homo erectus, eran en realidad, machos del habilis, que debido al gran dimorfismo sexual se habían clasificado como especies diferentes. Otra gran parte de los restos de erectus pasan a llamarse homo ergaster, y tan solo los restos asiáticos, como el hombre de Java y el hombre de Pekín siguen siendo hoy erectus. Actualmente nadie acepta que el neandertal sea antepasado del Cromagnon, como se dijo hasta no hace tantos años, sino que son descendientes de una especie anterior común. De esta forma vamos a tratar de seguir en líneas generales el árbol filogenético plateando por Arsuaga.
El Ardipithecus Ramidus es el primer género conocido de la familia de los homínidos. Solo conocemos la especie Aramidus@ de este género. Hasta 1996 se consideraba que ramidus era una especie del género australopithecus e incluso hoy en día su separación de este género está muy discutida. Sus fósiles se han datado en 4,4 millones de años. El ardipithecus ramidus fue descubierto en 1992 en el norte de Etiopía, cerca de Hadar. Se caracteriza por ser un primate bípedo y mostrar ya adaptación a la sabana. Sin embargo, a diferencia del australopithecus que ya comía carne, en la dentición del ramidus no se observa adaptación a dieta carnívora. Es precisamente este hecho el que provocó su escisión del género australopithecus.
El australopithecus es el género de los primates que procede por evolución del ardipithecus. El primer fósil fue descubierto en 1924, pero el hallazgo más importante se debe a Donald Johanson y Tom Gray en 1974 en Hadar, Etiopía, donde encontraron un fósil muy completo de una hembra afarensis. Al espécimen de Johanson y Gray se le denomina afectuosamente ALucy@. Los fósiles de australopithecus se datan entre 4 y 1 millón de años, siendo por tanto el homínido conocido que más tiempo ha existido. Los australopithecus se caracterizan por una total adaptación a la bipedestación, una dentición adaptada al cereal y la carne, y un cerebro mayor que sus antecesores y el resto de los primates. Las especies conocidas de este género son, por orden de antigüedad: anamensis, afarensis, bahrelghazali y africanus. La hipótesis más aceptada sobre su origen es conocida como Aeast side story@. Cuando en África central se eleva la cordillera conocida como montes Mituma (en cuyo extremo se encuentra el Kilimanjaro), cambió el clima de tal forma que, donde antes todo era pluviselva, el lado este se transformó en sabana debido a que no llegaban ya las lluvias tropicales. Los animales que quedaron en el lado este debieron adaptarse al nuevo hábitat y entre estos animales, los primates evolucionaron hacia unas especies menos adaptadas a los árboles y más adaptadas a las largas distancias de la sabana. Esto dio origen a los ardipithecus y los australopithecus. Excepción hecha del bahrelghazali, descubierto en el Chad, todos los demás australopitecos habitaban en el este de África.
Homo es el nombre del género al que pertenece la especie humana cuyo nombre taxonómico es homo sapiens. El homo proviene evolutivamente del australopithecus anamensis, o bahrelghazali, según autores, y se diferencian nítidamente de ellos porque entre los fósiles de homo se han encontrado piedras talladas, mientras que no se han encontrado entre los restos de australopithecus. Consideramos homo al individuo capaz de fabricar instrumentos. Este género se inicia hace 2,4 millones de años y su aparición marca el inicio de la era cuaternaria. Su capacidad craneal es superior a los 660 c.c. y el resto de su esqueleto apenas muestra diferencia con el del hombre actual. Tradicionalmente se consideran las especies: habilis, ergaster, neandertalensis, cro-magnonensis (o sapiens) y hombre actual (o sapiens sapiens). Hasta hace no mucho tiempo se consideraba que entre el habilis y el neandertal se encontraba la especie llamada erectus, que hoy en día se considera como la variante asiática del ergaster. Los descubrimientos de Atapuerca indican la existencia de otra nueva especie que, habiendo evolucionado del ergaster, es antepasado común de neandertales y cro-magnones. A esta especie se le denomina antecessor.
Homo hábilis es descendiente evolutivo de los australopithecus, probablemente de la especie anamensis o bahrelghazali, según autores. Sus restos solo se encuentran en África. La mayor diferencia con los australopithecus es que, junto con los fósiles de homo habilis se encuentran utensilios de piedra tallada. La industria lítica asociada al homo habilis se denomina olduvayense o abbevillense. El homo habilis aparece hace 2,4 millones de años, definiendo su aparición como el principio de la era cuaternaria y del pleistoceno. Su extinción debió producirse hace 1,5 millones de años. A partir de sus fósiles se puede decir que medían 1,5 metros, sus brazos median lo mismo que las piernas, totalmente adaptados a la bipedestación, su columna vertebral mantenía cierta curvatura hacia delante, su capacidad craneal estaba entre 660 y 715 c.c. y por sus dientes deducimos que la carne ya formaba una parte muy importante de su dieta. Estudios recientes han asociado a esta especie algunos de los restos fósiles de homo erectus. Esto conduce a suponer que el homo habilis mostraba un gran dimorfismo sexual entre machos y hembras.
Homo ergaster es el descendiente evolutivo del homo habilis, y heredero de la mayor parte de los restos clasificados antes como erectus. Sus fósiles se caracterizan por tener un esqueleto (sin contar el cráneo) prácticamente igual que el del hombre actual, es decir, su caminar es totalmente erguido y sus piernas más largas y fuertes que los brazos. Esta característica le hace poder recorrer largas distancias y ser así la primera especie del género homo en salir de África. Probablemente, pasando por la península del Sinaí llegaron primero a Asia y posteriormente a Europa. Su columna erguida redistribuye el peso del cráneo: al tener la base del occipital totalmente horizontal, se aumenta su capacidad craneal siendo esta entre 880 y 1.000 c.c.. La industria lítica asociada a esta especie es el achelense. Ergaster es una de las especies de homo más altas, con sus 180 centímetros, contrasta con cierta ligereza de sus huesos. Esta forma esbelta se debe a que, al haber surgido en el sur, sus cuerpos estaban preparados para disipar calor. Vivieron hace 1,7 millones de años y se extinguieron hace 500.000 años.
El homo antecessor, nueva especie identificado por Arsuaga en el yacimiento de Atapuerca (Burgos) es el último antepasado común entre la línea de los neandertales y la de los cromagnones. Tiene una antigüedad de 800.000 años y una capacidad craneal de más de 1000 c.c.
A partir del homo ergaster, o del antecessor para Arsuaga, surgen tres variantes. La variante europea, llamada homo heidelbergensis, que habitó el continente europeo hace unos 700.000 años. Medía 180 centímetros, con 100 kilos de peso y 1300 c.c. de capacidad craneal. La variante mayor dentro del ergaster. Sería el antepasado del neandertal. La variante africana es el protocromagnon, con 175 centímetros de altura y 1400 c.c. Disponen de caderas más estrechas, cabezas de los fémures más próximos lo que le permite caminar distancias más largas que otros tipos de ergaster. Aumentan el cerebro a la vez que configuran un cuerpo más estilizado, con lo que su índice de encafalización es mayor que sus contemporáneos de otros continentes. La variante asiática es el homo erectus, que según las mediciones de Anderson hechas al hombre de Pekín, alcanza 1225 cc. de capacidad craneal. Estas mediciones se hicieron en 1926 y no pudieron contrastarse debido a la desaparición de sus restos durante la invasión japonesa de China en 1934.
Homo Neandertalensis u hombre de neandertal es el fósil de homo no actual más común en Europa. Descendiente evolutivo del homo hedelbergensis o del antecessor (según Arsuaga y Martínez), es una rama colateral al homo sapiens, es decir, sapiens no proviene evolutivamente del neandertal. Los primeros fósiles de neandertal se descubrieron a mediados del siglo pasado. Al principio se supuso que se trataba de restos de personas deformes. Sin embargo, el progresivo aumento en el número de estos restos obliga a dar otra explicación más sólida. En 1886 se propone por primera vez el término de Ahombre de neandertal@ en honor al descubrimiento de 1856 en el valle de Neander, Alemania. Inicialmente se creyó que se trataba de un antecesor del hombre actual, pero la no continuidad en el registro fósil así como el corte brusco en la técnica de tallado de piedra hace pensar que en realidad se trata de una rama colateral. Neandertalensis se caracteriza por mantener la robustez de su antecesor pero disminuir su estatura siendo esta de 1,65 metros. Su cráneo se diferencia del actual en que mantiene los toros supraorbitales, el frontal está inclinado hacia atrás y su occipital grande permite contener un gran cerebro mayor incluso que el del hombre actual. Sin embargo, este dato no indica que su grado de encefalización sea superior al del homo sapiens, puesto que debido a la gran corpulencia de los neandertales, la proporción entre peso del cerebro y peso corporal es ventajosa en el sapiens. Su industria lítica es el musteriense, siendo el primero en usar la técnica Levallois. También es el primer homo que dominó el fuego, y por todos los indicios también el primero en vivir en cuevas, confeccionar ropa y quizá usar adornos como collares de dientes. Parece ser un hecho que neandertalensis enterraba a sus muertos, sin embargo, es muy discutido el motivo. Algunos autores indican razones higiénicas: puesto que neandertalensis ya vivía en cuevas de forma permanente, necesitaba un cierto grado de higiene para vivir. Otros autores creen ver en los enterramientos un primer esbozo de rito funerario: las disposiciones de los cuerpos, el enterrarlos con sus objetos y haber encontrado polen de flores junto a los huesos parece indicar la existencia de un ritual. Los yacimientos de Atapuerca (Burgos) han arrojado nueva luz sobre los neandertalensis: hablaban con no más de tres vocales, y vivieron en la península hasta el 28.000 a.C. Su origen parece ser el aislamiento, entorno al 300.000 a.C., en Europa, de un grupo de antecessor que tuvieron que adaptarse al frío de las glaciaciones siguientes. Acostumbrados a una vida dura y fría, los huesos de los neandertales muestran un índice de fracturas muy superior al del resto de homos. Entre los factores presentes en su extinción se encuentran: un cambio climático que hizo desaparecer su hábitat tradicional y la aparición de un nuevo competidor por la caza: El hombre de cro-magnon.
Homo Cro-magnonensis u Hombre de Cro-magnon, especie del género homo que tradicionalmente se venía considerando descendiente del homo erectus, después del homo ergaster y actualmente, para los investigadores españoles de Atapuerca, del homo antecessor. El antecesor sería antepasado común para neandertales y cro-magnones. Según la teoría actual, ergaster es el primer homo en salir de África dando origen a homo antecessor. Sin embargo, algunos de estos antecessor no salen de África donde el clima es más cálido y allí evolucionan hacia homo sapiens. Hace unos 200.000 años los homo sapiens africanos emigran hacia el norte, volviendo a poblar Asia y Europa. Ya cuando salen de África estos homo sapiens llevan la industria auriñaciense, y al ir asentándose en el hábitat tradicional de los neandertales, crean la famosa discontinuidad en el registro fósil. Por sus huesos, el hombre de cro-magnon se puede considerar un hombre actual, sin embargo, la diferencia se encuentra en su industria que sigue siendo de piedra. Para ser exactos debemos observar que, al decir cro-magnon nos referimos en realidad a un homo sapiens arcaico Europeo. Fuera de Europa existen otras especies totalmente análogas pero que han recibido sus nombres propios.
Homo Sapiens arcaico, especie del género homo, descendiente evolutivo de homo ergaster o antecessor. Se reconocen como tales los restos de homo que muestran características morfológicas idénticas a las del hombre actual. Esta especie se origina en África y hace unos 200.000 años se expande por Asia y Europa. Más tarde y coincidiendo con las épocas en las cuales existían pasos naturales, llegaron hasta Australia por el sureste asiático y a América por el estrecho de Bering. Las islas del Pacífico se poblaron a partir del neolítico con la invención de la navegación. Todas estas migraciones, y el aislamiento posterior de los pueblos en sus regiones ha dado lugar a las distintas razas: caucasoides, negroides y mongoloides. El origen único de todas las razas de homo sapiens se ha demostrado hasta ahora por la continuidad del registro fósil. En los años 80, investigaciones en el campo de la genética han confirmado que todos los seres humanos actuales provenimos de un pequeño grupo de no más de 10.000 individuos que vivieron en el noreste africano hace unos 200.000 años. A esta teoría se le conoce como “La Eva negra”. Las industrias líticas auriñaciense, solutrense, magdaleniense y neolítico están todas asociadas a la especie sapiens, así como el eneolítico y la edad de los metales.
CULTURA MATERIAL: INDUSTRIA LÍTICA
Uno de los principales momentos en la evolución del ser humano fue la invención de la herramienta; una parte del mundo natural modificada para desempeñar una función. Algunos primates son capaces de utilizar herramientas, de aprender a usarlas y hasta de transmitir ese conocimiento. Los chimpancés tienen incluso la capacidad de modificarlas. Pero nuestros antepasados fueron los únicos que aprendieron a modificar elementos naturales y utilizarlos como herramientas.
Probablemente las primeras piezas de industria fueron de madera, y desaparecieron hace mucho tiempo: palos afilados, primitivas lanzas o azadas y quizá toscas palancas. Sabemos cómo pudieron ser por testimonios muy posteriores, en yacimientos del Pleistoceno Medio y Superior como el Abric Romaní o Schöningen. Hace aproximadamente 2,5 millones de años un grupo de nuestros antepasados comenzó a utilizar un material mucho más resistente: la piedra. De esa antigüedad es el primer yacimiento con industria lítica, el de Gona, en la región etíope de Hadar. Algunos tipos de piedra son útiles para fabricar filos cortantes. Rocas sedimentarias, como el sílex, metamórficas, como la cuarcita, o volcánicas, como la obsidiana.
Los seres humanos tardaron mucho en dominar esta técnica. En el Paleolítico inferior tenemos las técnicas olduvayense, achelense y musteriense. En los yacimientos más antiguos se encuentra la industria Olduvayense o Modo 1, que se caracteriza por las herramientas más simples: piedra tallada solo por un lado, llamadas Achoppers”. Está asociada al homo habilis. Hace 1,6 millones de años aparece por primera vez en el yacimiento de Olduvai, en Tanzania, un nuevo sistema de fabricar los instrumentos: el Achelense o Modo 2, cuya mayor innovación es que las piezas son trabajadas de forma radial. Cada piedra es golpeada a lo largo de todo el borde, de forma que se consigue un filo continuo, por una o ambas caras. La fabricación de los instrumentos se basa en una secuencia de golpes específica. La pieza más típica, característica del Achelense, es el bifaz; piezas talladas por ambas caras y con forma de lágrima. Está asociada al homo ergaster. La técnica musteriense consiste no en tallar la piedra sino las lascas que se obtienen en el primer tallado. Solo consiguen piezas pequeñas para puntas de lanza y flechas. Asociada esta industria a los neanderthales, coincide con el uso de cuevas y el dominio del fuego.
La siguiente gran innovación se produjo mucho tiempo después, y supone el cambio a lo que se denomina Paleolítico Medio o Modo 3. Los humanos aprendieron a sacar del mismo volumen de piedra mayor cantidad de filo, mediante la utilización de la llamada “técnica Levallois”. Golpeadas de la forma adecuada se rompen generando filos. La parte que salta se llama lasca, que corta como una cuchilla de afeitar. Consiste en tallar un canto para darle una forma estándar que permitirá luego extraer fácilmente una serie de lascas. Esta técnica se llama preparación de núcleo, y da lugar a lascas estandarizadas. En Europa el Modo 3 está asociado con los Neandertales, y desaparece con ellos, puesto que unos nuevos inmigrantes trajeron su propia forma de fabricar herramientas.
El Homo sapiens que sale de África había desarrollado una forma nueva de trabajar la piedra, conocida como Paleolítico Superior o Modo 4. Su saber incluía el tratamiento térmico de la piedra antes de la talla para cambiar sus propiedades y hacerla así más adecuada a sus propósitos. Con estos métodos consiguieron fabricar piezas bellísimas. Luego vendría el Neolítico, en el que algunas piezas eran tratadas con abrasivos para pulimentarlas. De hecho la talla del sílex y otras rocas no se ha interrumpido hasta muy recientemente; los trillos de Castilla se fabricaban con cuchillas de sílex o pedernal, y los fusiles de chispa del siglo XVIII necesitaban lascas de pedernal para funcionar.
Los arqueólogos actuales estudian también la utilización de los instrumentos y el proceso de su fabricación. Los filos de las herramientas se estudian con microscopía electrónica y se comparan con piezas modernas usadas sobre diversos materiales. El pulimento característico de las superficies puede ayudar a saber si una herramienta antigua se utilizó para cortar madera, o para curtir piel. Respecto a los procesos de fabricación los arqueólogos reproducen la secuencia de golpes, para intentar descifrar su lógica. La moderna arqueología también investiga el entorno físico: es la arqueología espacial. Se trata de conocer el uso y las modificaciones del espacio por parte de los antiguos humanos. Por los restos de sus actividades puede deducirse qué partes de los campamentos o cuevas utilizaban para unas u otras faenas. Incluso a veces es posible reconstruir la secuencia de acontecimientos en un momento del pasado: es lo que se denomina un Suelo de Ocupación, que corresponde a lo que era el suelo de la caverna en un momento del tiempo.
BIBLIOGRAFÍA
ARSUAGA, MARTÍNEZ, La especie elegida, Madrid, Temas de Hoy, 1998.
JOHANSON y EDEY, El primer antepasado del hombre, Barcelona, Planeta, 1982.
STRINGER y GAMBKE, En busca de los Neanderthales, Barcelona, Crítica, 1996.
www.ucm.es/info/paleo/ata/libro (Atapuerca, patrimonio de la humanidad. Grupo de paleontología humana de la complutense)