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Tema 17A – La península Ibérica: relieve, clima y vegetación. Diversidad regional de la España Peninsular e Insular.

Introducción

1.- El relieve de la Península

1.1. Principales rasgos

1.2. Tipos de unidades morfoestrucuturales

1.3. Evolución de las unidades morfoestructurales

1.4. El roquedo peninsular y los tipos de relieve

1.5. Las grandes unidades morfoestructurales

a) La Meseta

b) Los rebordes montañosos de la Meseta

c) Las depresiones exteriores de la Meseta

d) Las cordilleras exteriores de la Meseta

1.6. El relieve costero peninsular

2.- El relieve insular

2.1. El archipiélago balear

2.2. El archipiélago canario

3.- La diversidad climática en España

3.1. Factores del clima

3.1.1. Los factores geográficos

3.1.2. Los factores termodinámicos

3.2. Los elementos del clima

3.3. Principales tipos de climas en España

4.- Las formaciones vegetales y la diversidad regional

4.1. Región eurosiberiana

4.2. Región mediterránea

4.3. Región macaronésica

Introducción.

La Península Ibérica (493.484 km) presenta una posición original entre dos continentes, Europa y África, y entre dos grandes masas de agua, el océano Atlántico y el mar Mediterráneo. Este hecho la ha convertido en lugar de encrucijada natural y geopolítica. Encrucijada natural porque la confluencia de masas de aire de distinta procedencia le otorga una gran diversidad de climas, de vegetación y suelos; encrucijada geopolítica porque a lo largo de la historia y hasta nuestros días, ha sido punto de encuentro de diversos pueblos y civilizaciones procedentes de Europa, África, el Mediterráneo y el Atlántico.

España es un estado europeo de tamaño medio (505.956 km), situado en la zona templada del hemisferio norte. Comprende un territorio peninsular, que ocupa el 97,53% de dicha superficie; un archipiélago mediterráneo-las islas Baleares-; un archipiélago atlántico –las islas Canarias-; Ceuta (en la península de Yebala) y Melilla (entre los cabos de Tres Forcas y de Agua) y algunos peñones e islotes.

El territorio español presenta una gran diversidad natural y humana. La diversidad natural viene dada por la gran variedad del relieve y por los contrastes climáticos, que determinan diferentes tipos de vegetación, de aguas y de suelos. Esta variedad del medio físico supone un reparto desigual de los recursos naturales en el espacio y, por tanto, de las actividades económicas humanas, dando lugar a una gran pluralidad de paisajes humanos.

El concepto de región implica la división de un territorio, según con el criterio de delimitación con que se trabaje se dará origen a diversos tipos de regiones.

1. EL RELIEVE DE LA PENÍNSULA IBÉRICA

El relieve de la península Ibérica ofrece unos rasgos de conjunto que ejercen gran influencia en los restantes elementos de la geografía hispana:

1.1. Principales rasgos del relieve español

– La elevada altitud media, 660 metros, debido fundamentalmente a la existencia de un extenso núcleo de tierras altas en el interior, la Meseta, con una altura entre los 600 y 800 metros.

– La forma maciza viene dada por la gran anchura de la península de oeste a este, lo que limita la penetración de la influencia del mar hacia el interior.

– La disposición periférica del relieve montañoso en torno a la meseta, marcando diferencias entre el litoral y el interior peninsular.

1.2. Tipos de unidades morfoestructurales

En la Península se encuentran presentes las grandes unidades morfoestructurales del relieve continental:

a) Los zócalos. Formaciones de la era primaria cuyos materiales paleozoicos son rocas silíceas (granito, pizarra…) muy rígidas por lo que ante nuevos empujes orogénicos no se pliegan, se fracturan. Relieves predominantemente horizontales en la mitad occidental de la península.

b) Los macizos antiguos. Formaciones de la era terciaria como consecuencia de los movimientos orogénicos alpinos. Actualmente presentan cumbres suaves y redondeadas. Sierras interiores de la Meseta (Sistema central y Montes de Toledo), macizo galaíco y parte occidental de la c. cantábrica.

c) Las cordilleras de plegamiento. Grandes elevaciones montañosas que surgen de la orogénesis de la era terciaria. Presentan fuertes pendientes y formas escarpadas. Se distinguen dos tipos: las cordilleras intermedias (Sistema Ibérico y parte oriental de la c. cantábrica) y las cordilleras alpinas (Pirineos y C. Béticas).

d) Las cuencas sedimentarias o depresiones. Son de dos tipos:

– Las cuencas formadas por el hundimiento de un bloque de un zócalo (depresiones meseteñas del Duero, Tajo y Guadiana)

– Las depresiones prealpinas (del Ebro y del Guadalquivir)

Estas cuencas actualmente son relieves horizontales o suavemente inclinados porque no han sido afectados por orogénesis posteriores.

1.3. Evolución de las unidades morfoestructurales del relieve peninsular.

Podemos comenzar la secuencia evolutiva del relieve peninsular en la Era Primaria o Paleozoico, haciendo referencia a la sedimentación en el Mar de Thetis de los materiales arrancados por la erosión en los viejos continentes de Laurasia y Gondwana. Tiene lugar la orogénesis herciniana, al oeste se elevó el Macizo Hespérico que, arrasado por la erosión se convertiría en zócalo o meseta inclinada hacia el mediterráneo. La era secundaria o Mesozoico Período de calma con erosión y sedimentación, en las fosas marinas pirenaica y bética. Durante la era Terciaria se produjo la orogénesis alpina. Surgieron los Pirineos y las cordilleras Béticas, se formaron las depresiones prealpinas: la depresión del Ebro, paralela a los Pirineos, y la del Guadalquivir, paralela a las Béticas. La Meseta pasó a inclinarse hacia el Atlántico, determinando la orientación hacia este océano de buena parte de los ríos peninsulares. También se formaron los rebordes montañosos de la Meseta: parte oriental de la c. cantábrica y el Sistema Ibérico y Sierra Morena. El zócalo experimentó fracturas y fallas que dieron lugar a la llamada estructura germánica constituida por bloques levantados que formaron el macizo galaico y las sierras interiores(Sistema Central y Montes de Toledo), y bloques hundidos que crearon las depresiones interiores o cuencas sedimentarias de la Meseta (las de las submeseta norte y sur). Las fallas también dieron lugar a actividad volcánica en zonas como el Campo Calatrava, Olot-Ampurdán y el Cabo de Gata. A partir de la orogénesis alpina se estableció la red fluvial. Durante la era Cuaternaria se produjeron el glaciarismo y la formación de terrazas fluviales.

1.4. El roquedo peninsular y los tipos de relieve.

La evolución geológica determina que en la Península puedan distinguirse tres áreas de acuerdo con la naturaleza del roquedo (área silícea, caliza y arcillosa), modelándose en cada una distintos tipos de relieve (relieve granítico, cárstico, arcilloso o relieve por erosión diferencial).

a) El área silícea. Integrada por rocas antiguas de la era precámbrica y primaria. Roca predominante el granito, su alteración se produca a partir de una red de diaclasas. Se encuentra mayoritariamente en el oeste peninsular (Galicia, León y Extremadura), tb en la zona axial de los Pirineos y algunos setores del S. Ibérico, de la C. Costero-Catalana y del S. Penibético.

b) El área cáliza. Formada por sedimentos de la era secundaria. Los terrenos calizos forman una “Z” invertida que se extiende por los prepirineos, los montes vascos, sector oriental de la c. cantábrica, sistema Ibérico, parte de la c. costero-catalana y la c. subbética. Roca predominante es la caliza que origina el relieve cárstico

c) El área arcillosa. Constituida por materiales poco resistentes. Comprende buena parte las depresiones. Su relieve es básicamente horizontal dando lugar al paisaje de badlands

d) El relieve causado por la erosión diferencial. Da lugar a distintos relieves según la inclinación de los estratos: estratos horizontales dan lugar a mesas o páramos que se pueden observar en las cuencas sedimentarias meseteñas y en las depresiones del Ebro y del Guadalquivir. Cuando los estratos están ligeramente inclinados se forman cuestas. Cuando los estratos están plegados dan lugar a los relieves apalachense ( en la comarca de Somiedo, en los montes de Toledo y en Sierra Morena) y jurásico ( en el Sistema Ibérico, cordillera Cantábrica, Pirineos y Béticas).

1.5. Las grandes unidades morfoestructurales del relieve peninsular.

a) La Meseta.

Unidad fundamental del relieve peninsular. Dentro de ella pueden diferenciarse:

a) El antiguo zócalo paleozoico con un relieve de penillanuras como las de Salamanca y Extremadura. A veces aparecen en ellas montes isla o relieves residuales como los que salpican la penillanura extremeña.

b) Las Sierras interiores de la Meseta son el Sistema Central y los Montes de Toledo. El primero divide la meseta por la mitad. Destacan las sierras de Guadarrama, Somosierra, Gredos, Peña de Francia y Gata. Los montes de Toledo dividen en dos la submeseta sur, separando la cuenca del Tajo de la del Guadiana. Destaca la sierra de Guadalupe.

c) Las cuencas sedimentarias interiores de la Meseta con un relieve de páramos en la zona norte y este de la cuenca de la submeseta norte y en el este de la submeseta sur (La Alcarria, Mesa de Ocaña y La Mancha), campiñas como las del Tajo, Duero y Guadiana.

La cuenca de la submeseta norte es más alta y pertenece a una sóla cuenca hidrográfica, la del Duero. Está casi totalmente encerrada por montañas.

La cuenca de la submeseta sur es más baja, accidentada por los montes de Toledo que la dividen en dos cuencas hidrográficas, la del Tajo y la del Guadiana, y se abre al océano Atlántico.

b) Los rebordes montañosos de la Meseta

a) El Macizo Galaico-Leonés. Materiales paleozoicos y presenta montañas redondeadas de poca altura, cortada por numerosas fallas. Destacan las sierras de Segundera, Cabrera y Los Ancares.

b) La Cordillera Cantábrica. Con dos sectores bien diferenciados:

– El sector oeste, el Macizo Asturiano, en su extremo oriental, en los Picos de Europa se encuentran las mayores alturas de la Cordillera (Torre de Cerredo, Peña Vieja y el Naranjo de Bulnes.

– El sector este de la cordillera, la Montaña Cantábrica con ejemplos de relieve jurásico.

c) El Sistema Ibérico. Se distinguen dos sectores:

– El sector norte de dirección NO-SE incluye las mayores alturas de la cordillera (Picos de Urbión. Destacan la sierra de la Demanda y el Moncayo.

– Desde el sureste de Soria el Sistema Ibérico se bifurca en la rama interior o castellana (sierra de Albarracín y serranía de Cuenca y la rama exterior o aragonesa ( sierras de Javalambre y Gúdar. Ambas separadas por la fosa de Calatayud

d) Sierra Morena no es propiamente una cordillera sino un escalón que separa la Meseta del valle del Guadalquivir. Es objeto de diversas interpretaciones. Sierras más destacadas son Madrona, pedroches y Aracena.

c) Las depresiones exteriores de la Meseta

a) La depresión del Ebro es paralela a los Pirineos y se encuentra cerrada por estos, por el sistema Ibérico y por la cordillera Costero-Catalana. Tiene depósitos marinos y continentales, diferente dureza de los materiales y clima árido han dado lugar a diversas formas de relieve: los somontanos o piedemontes pirenaico e ibérico son tierras llanas que forman mallos o torreones rocosos y hoyas o depresiones como las de Huesca y Barbastro.

b) La depresión del Guadalquivir, paralela a las cordilleras Béticas. El predominio de los materiales arcillosos da lugar a campiñas suavemente onduladas.

d)Las cordilleras exteriores de la Meseta

a) Los Pirineos. Se diferencian la zona axial con el relieve más alto y abrupto (Montes Malditos con los picos Aneto y Monteperdido). Los prepirineos, estructurados en dos alineaciones paralelas a la zona axial. Los Pirineos tienen como prolongación los montes vascos y la cordillera costero-catalana.

b) Los montes vascos. Escasa altura y formas suaves. Sus mayores cimas son Aralar y Peña Gorbea.

c) La cordillera costero-catalana. Separada de los Pirineos por fallas que han dado lugar una zona volcánica. La cordillera está dividida en dos alineaciones: una paralela a la costa y otra interior más alta (Montserrat). Ambas separadas por una depresión longitudinal o fosa tectónica.

d) Las cordilleras Béticas presentan una gran complejidad geológica y las mayores alturas de la Península. Sus plegamientos originaron dos grandes conjuntos:

– La cordillera Penibética bordea la costa. Destaca Sierra Nevada con el Mulhacén y el Veleta.

– La cordillera Subbética, en el interior, destacan Grazalema, Ubrique y Cazorla.

La depresión Intrabética, entre ambas cordilleras, se encuentra fragmentada en varias depresiones pequeñas (hoyas de Ronda, Antequera, Guadix y Baza), presentan un paisaje de badlands, dada la aridez del clima.

1.6. EL RELIEVE COSTERO PENINSULAR

Las costas peninsulares son predominantemente rectilíneas, salvo las de Galicia, lo que determina una escasa penetración de la influencia del mar en el interior. La morfología de las costas está condicionada por el relieve del interior.

Las costas atlánticas.

a) La costa cantábrica. Se caracteriza por sus acantilados( costas que penetran con una fuerte pendiente en el mar), rasas (sierras escalonadas paralelas a la costa) y pequeñas rías, asi como por la escasez de playas.

b) Las rías gallegas. Dan lugar a la costa más articulada de España. Ëstas se forman al ser invadidos los valles de los ríos por el mar, que puede penetrar hasta25 35 Km en el interior.

c) La costa atlántica andaluza. Tiene como relieves costeros característicos las marismas (llanuras de fango típicas de las bahías bajas como las de la depresión del Guadalquivir), las flechas litorales (líneas de arena que prolongan las costas rectilíneas y arenosas hacia el interior de una bahía), y los campos de dunas (montículos de arena típicos de las costas arenosas)

Las costas mediterráneas

a) El sector bético. Se extiende desde el peñón de Gibraltar, en Cádiz, al cabo de la Nao en la costa levantina. Es una costa acantilada, con campos de dunas y albuferas como la del Mar Menor. Desde finales de la era terciaria la costa bética registra un levantamiento, que da lugar a la formación de terrazas marinas.

b) El golfo de Valencia. Desde el cabo de La Nao al delta del Ebro. Se caracteriza por playas bastante amplias, albuferas (Valencia), deltas, tómbolos (barras de arena que unen islotes rocosos a la costa).

c) El litoral catalán. Desde el delta del Ebro a la costa Brava. Presenta deltas (Ebro y Llobregat); costas acantiladas y playas.

2. EL RELIEVE INSULAR

El relieve de los dos archipiélagos que forman parte del espacio geográfico español presentan características muy diferentes.

A) EL ARCHIPIÉLAGO BALEAR. Geológicamente, las Islas Baleares son un escalón entre las dos cordilleras alpinas, las Béticas y las Costero-catalana.

-Mallorca e Ibiza son fragmentos emergidos de la cordillera subbética. Mallorca presenta tres conjuntos: la Sierra de Tramuntana, al norte, contiene la mayor altura, el Puig Mayor. Las Sierras de LLevant, en el extremo sur. La depresión central, o Pla, entre ambas sierras.

-Menorca. Ligada ala cordillera c-catalana.

Las costas baleares son acantiladas en el norte de Mallorca y Menorca. En el resto, alternan playas largas y arenosas con calas y albuferas.

EL ARCHIPIÉLAGO CANARIO . De naturaleza volcánica. Se originó en la era terciaria. Tipos de relieve más característicos:

-Los conos volcánicos. Algunos activos en Tenerife, la Palma y Lanzarote.

-Las calderas, grandes cráteres circulares, originados por la explosión o subsidencia de volcanes.

– Los malpaíses, terrenos abruptos formados al solidificarse rápidamente las coladas de lava.

-Los diques y los roques o pitones. Resultado de una erosión diferencial.

-Los barrancos, valles estrechos y escarpados creados por el encajonamiento de los torrentes en el terreno volcánico.

-Los glacis son rampas de pendiente moderada al pie de los viejos relieves, formados por los depósitos de los torrentes. Típicos de Lanzarote y Fuerteventura..

Las costas canarias se han reformado repetidas veces como consecuencia de las erupciones volcánicas. Predominan los acantilados sobre las playas.

3. LA DIVERSIDAD CLIMÁTICA EN ESPAÑA

España se caracteriza por una gran diversidad de tiempo atmosférico y de climas, resultado de la combinación de la combinación de una serie de factores y elementos climáticos.

3.1. Factores del clima

3.1.1. LOS FACTORES GEOGRÁFICOS

a) La latitud de España, en la zona templada del hemisferio norte, determina la existencia de dos estaciones bien marcadas (verano e invierno) y dos de transición (primavera y otoño). En Canarias hay menor contraste entre estaciones, debido a su localización en contacto con el dominio intertropical.

b) La situación de la Península, entre dos grandes masas de agua de características térmicas distintas y entre dos continentes, la convierte en una encrucijada de masas de aire de características distintas. Canarias recibe también influencias atmosféricas variadas, debido a su insularidad y a la proximidad a las costas africanas.

c) La influencia del mar es escasa debido a su gran anchura, a sus costas poco recortadas y a la existencia de relieves montañosos paralelos a la costa. Se diferencia una estrecha periferia, abierta al mar, y unas tierras interiores con clara tendencias climática continental. En cambio, en los dos archipiélagos, el influjo marino es decisivo

d) El relieve:

-Por su disposición. Paralelo a la costa frena la influencia marítima. La influencia del mar sólo penetra con claridad por el valle del Guadalquivir. Su posición (oeste-este) favorece la entrada de masas de aire marítimas del oeste. Las cuencas encerradas por montañas, como las depresiones del Duero y del Ebro, tienen precipitaciones escasas y nieblas frecuentes causadas por el estancamiento del aire.

-La altura hace disminuir las temperaturas (aproximadamente 5ºC por cada 100m de ascenso) y determina precipitaciones orográficas en las laderas de barlovento.

-La orientación crea contrastes climáticos locales entre las solanas y las umbrías.

3.1.2. LOS FACTORES TERMODINÁMICOS

Son los responsables de la circulación atmosférica o sucesión de masas de aire que determinan los distintos tipos de tiempo atmosférico y de clima. La circulación atmosférica está regida en altura por la corriente en chorro, y en superficie, por los centros de acción, las masas de aire y los frentes.

3.2.1. La circulación en altura: la corriente en chorro.

La corriente en chorro o jet stream circula en dirección oeste-este entre los 9 y 11 km de altitud. Separa las bajas presiones que hay sobre el polo en altura, que quedan a la izquierda de su trayectoria, de las altas presiones tropicales, situadas a su derecha. Es la responsable del tiempo en superficie. Este depende de las variaciones que experimenta la velocidad de la corriente y de sus desplazamientos estacionales. Su velocidad es variable y da lugar a altas y bajas presiones, dando lugar a anticiclones y borrascas en superficie. Las ondulaciones, que pueden llegar a desprenderse del chorro principal, permiten al aire polar penetrar muy al sur, y al aire tropical desplazarse hacia el norte, lo que da gran variabilidad al tiempo de la zona templada.

3.2.2. La circulación en superficie: centros de acción, masas de aire y frentes

a) Los centros de acción son áreas de altas y bajas presiones. Por su origen pueden ser térmicos o dinámicos. Los centros de acción que dirigen la circulación en la península son:

– Centros de acción anticiclónicos: el anticiclón de las azores, que en invierno se desplaza hacia el sur y en verano hacia el norte; los anticiclones polares atlánticos; el anticiclón escandinavo, y los anticiclones térmicos del continente europeo y del interior de la Península, formados por el enfriamiento del suelo en invierno.

– Centros de acción depresionarios: la depresión de Islandia, la depresión del golfo de Génova, y las depresiones térmicas del norte de África y del interior peninsular formada por el calentamiento del suelo en verano.

b) Las masas de aire. Debido a la latitud de España, las regiones manantiales de las que proceden las masas de aire que la afectan son la zona ártica, la polar, y la tropical.

c) Los frentes. Superficies que separan dos masas de aire de características distintas. El más importante para España es el frente polar, que separa las masas de aire polar y tropical

3.2. Los elementos del clima

3.2.1. La insolación y la nubosidad. España recibe gran cantidad de energía solar

3.2.2. La temperatura del aire. Representadas en los mapas mediante isotermas. En España las amplitudes más bajas se dan en las islas Canarias y en las costas.

3.2.3. La humedad del aire, la niebla y la calima.

3.2.4. La presión y el viento. En invierno y en verano, en España predominan las altas presiones, en otoño y primavera las bajas. Por su latitud, la península se encuentra en el área de los vientos de poniente, aunque existen numerosos vientos locales (cierzo, levante, tramontana, etc.)

3.2.5. Las precipitaciones. Representadas en los mapas mediante isoyetas. En España, disminuyen desde el noroeste al sureste, desde la costa atlántica a la mediterránea y desde las costas hacia el interior. Aumenta en las vertientes de barlovento y con la altura

3.3. Principales tipos de clima en España

Capel Molina afirma que en España hay múltiples matices climáticos, aunque predomina el tipo mediterráneo que queda influido por la continentalita de la Península, y una estrecha franja costera ligada a la vertiente norte y noroeste, con un clima oceánico o templado húmedo. Méndez y Molinero establecen que, a nivel regional, el relieve genera las mayores diferencias debido a la altitud y a la compartimentación topográfica del interior peninsular, por lo que sería una barrera montañosa septentrional la que delimita los dominios climáticos de la España mediterránea y atlántica.

Resumiendo, los principales climas del territorio español son:

a) Clima oceánico que ocupa la cornisa cantábrica y Galicia. Precipitaciones abundantes y regulares. Superior a 800mm y más de 150 días de lluvia al año. Bajo la continua acción de las borrascas del frente polar. Temperaturas suaves y amplitud térmica baja, aunque con diferencias de la costa y el interior.

b) El clima mediterráneo. Comprende el territorio peninsular al sur de la zona de clima oceánico, las islas baleares y Ceuta y Melilla. Precipitaciones escasas e irregulares. Las temperaturas varían entre la costa y el interior y de norte a sur. Subtipos:

-Clima mediterráneo marítimo. Costa mediterránea peninsular, excepto el sureste, la costa suratlántica, archipiélago balear, Ceuta y Melilla. Las precipitaciones son menores en la costa mediterránea. La costa suratlántica se encuentra más afectada por el paso de las borrascas atlánticas, sobre todo las formadas en el SO peninsular y el golfo de Cádiz. Las temperaturas aumentan de norte a sur.

-Clima mediterráneo continentalizado. Comprende el interior peninsular menos la zona media del valle del Ebro. El aislamiento de la influencia marítima es lo que le da su carácter continentalizado. Amplitudes altas. Se diferencian: Subtipo de la submeseta norte, de la submeseta sur y subtipo de Extremadura e interior de Andalucía.

c) El clima mediterráneo seco, subdesértico o estepario. Comprende el SE peninsular y la zona media del valle del Ebro. Precipitaciones inferiores a 300mm. Debido a la existencia y disposición del relieve. Carácter estepario. En el cabo de Gata se llega al clima desértico

d) El clima de montaña. Comprende aquellos territorios situados a más de 1000m de altitud. A medida que se asciende en altura, las precipitaciones aumentan y disminuyen las temperaturas.

e) El clima en Canarias. Dominio climático original debido a la influencia de diversos factores:

– Su situación en el extremo sur de la zona templada, en contacto con el dominio intertropical y cerca de las zonas africanas. Temperaturas suaves durante todo el año.

– La corriente fría de Canarias, entre las islas y el continente africano.

– El relieve hace disminuir la temperatura.

La influencia de todos estos factores da lugar a un tipo de clima: con precipitaciones escasas en las zonas bajas y más abundantes en las zonas altas, en las vertientes de barlovento expuestas al alisio húmedo y constante.. Las temperaturas son cálidas durante todo el año en las zonas bajas, disminuyen en las zonas altas.

4. LAS FORMACIONES VEGETALES Y DIVERSIDAD REGIONAL

Gran riqueza en la flora, definida por el gran número de especies, que algunos autores cifran en torno a 6.000. Existen más de 500 espacios protegidos, aproximadamente un 5% del territorio nacional. Situación de la Península, puente entre Eurasia y África. La última glaciación que influyó en Europa, apenas afectó a nuestro territorio, lo que favoreció la preservación de la naturaleza, por lo que presenta más endemismos, como el pinsapo en Grazalema.

Inciden también el relieve, la litología y los climas.

En biogeografía, según distintos autores, como Braun-Blanquet, Schumitshuen y otros, los rasgos o jerarquías establecidos son: reino, región, provincia y sector. En la división biogeográfica del mundo, España pertenece al denominado reino holártico boreal, que se extiende sobre los continentes al norte del trópico de cáncer. Éste comprende once regiones, de las cuales tres están presentes en España: región eurosiberiana, mediterránea y región macaronésica. Además de estas regiones, existen subdivisiones por provincias, y cada una de éstas se subdividen en sectores.

A) La región eurosiberiana. Ocupa la fachada atlántica, el macizo pirenaico y las cumbres de los sistemas Central e Ibérico. Se caracteriza por una vegetación exuberante, como corresponde a un clima de temperaturas suaves y humedad abundante y bien repartida a lo largo del año. Estas condiciones, unidas a las edáficas, permiten el desarrollo de un bosque caducifolio, cuya frondosidad impide el desarrollo de los estratos arbustivo y herbáceo. La vegetación basal está ocupada por el dominio del haya y del roble, aparecen también determinados restos de encinares.

Pese a los rasgos de conjunto que posee la región, pueden distinguirse dos provincias, la atlántica y la submediterránea. En la provincia atlántica, la destrucción parcial de hayas y robles dio paso a la introducción del castaño. Su degradación lleva a un paisaje de landas y posteriormente de prados. La provincia submediterranéa destaca el roble, pino y quejigo.

B) La región mediterránea. Ocupa el resto de la península y el archipiélago balear. Vegetación perennifolia que deriva de las exigencias de adaptación al medio que impone el clima (sequía estival prolongada), hojas pequeñas y coriáceas, y una raíz extensa y profunda que se hunde vigorosamente en el sustrato. Crecimiento muy lento. La encina es su especie más representativa y especies arbustivas como el madroño, la coscoja, el lentisco, la jara y plantas aromáticas. La encina es sustituida en suelos silíceos y temperatura más suaves, por el alcornoque.

C) Región macaronésica. Se incluyen en esta región las islas Canarias. Destaca su endemismo. Teniendo en cuenta la constitución volcánica de las islas y la presencia de la montaña, la vegetación tiene una clara tendencia a estratificarse por pisos altitudinales. El piso bajo tiene poca humedad y por ello carece de vegetación arbórea, su lugar lo ocupa el matorral, cuyas especies más representativas son el cardón y la tabaiba. Le sigue un piso intermedio de tránsito hacia el bosque de laurisilva, que aparece por encima de 500 m de altitud. Por encima aparecen los bosques de coníferas, particularmente el pino canario y algunos cedros. A partir de aquí la degradación es muy rápida y surge un desierto rocoso en el cual todavía perviven algunas especies florísticas endémicas.

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