1- INTRODUCCIÓN
2- LA PENÍNSULA ARÁBIGA ANTES DEL ISLAM
3- NACIMIENTO DEL ISLAM.
3.1. MAHOMA, EL FUNDADOR.
3.2. LA DOCTRINA DE MAHOMA.
4- LA EXPANSIÓN DEL ISLAM.
4.1. LOS PRIMEROS CALIFAS.
4.2. EL CALIFATO OMEYA.
4.3. LA DINASTÍA ABBASIDA.
4.3.1. CARACTERÍSTICAS DE LA ECONOMÍA Y LA SOCIEDAD ABBASIDA.
4.3.2. LA DECADENCIA ABBASIDA.
5- EL FIN DEL IMPERIO ÁRABE.
6- ASPECTOS DE LA EXPANSIÓN INTELECTUAL Y ARTÍSTICA
6.1. EL ARTE. /
6.1.1. LA ARQUITECTURA.
6.1.2. LA DECORACIÓN.
6.1.3. LA ESCULTURA.
6.1.4. OTRAS ARTES.
6.2. LA LITERATURA.
6.3. LA CIENCIA.
7- CONSECUENCIAS DE LA EXPANSIÓN DEL ISLAM
8- BIBLIOGRAFÍA
INTRODUCCIÓN
En veinte años (entre 636 y 655) los árabes, convertidos a una nueva religión, arrebataron a Bizancio importantes provincias, invadieron el reino persa y fundaron un inmenso imperio. En sus inicios, esta conquista no fue un hecho esencialmente religioso, el triunfo del islam. Antes parece la realización de antiguos sueños de expansión árabe, hasta entonces condenados al fracaso. Pero desde el siglo VIII las conversiones incrementaron de forma considerable el número de musulmanes lanzados a la conquista de tierras cada vez más lejanas: África del Norte, España, Sicilia, Afganistán en las puertas de China… Ello supuso la quiebra de la unidad del imperio y del poder de los califas, amenazados por las herejías religiosas, el particularismo étnico de las provincias, las querellas intestinas por el poder entre las grandes familias y, finalmente, la brutal intervención de pueblos extranjeros recién convertidos al islamismo, como los turcos.
Nos centraremos en primer lugar en la situación de la península arábiga antes de la llegada de Mahoma. Abordaremos la figura del creador de la religión y en el credo de esta. Posteriormente describiremos y explicaremos la rápida expansión de la misma, para concluir con una breve reseña de la evolución posterior de esta civilización y de los aspectos que la caracterizaron. Terminaremos con unas reseñas bibliográficas.
2 LA PENÍNSULA ARÁBIGA ANTES DEL ISLAM
Los pobladores de la península de Arabia sólo estaban unidos por su pertenencia a la raza semita, por cierta similitud de su lenguaje y, por último, por la creencia, transmitida por la tradición oral, en unos antepasados comunes. La base social y política la constituía la tribu, sometida a una familia principal y a su jeque. Las tradiciones y el recuerdo de rivalidades ancestrales oponían permanentemente dos grupos de tribus: las del norte, maaditas o nizaritas, que descendían de Abraham a través de Ismael, y las del sur, yemenitas, que lo hacían a través de Catan. El modo de vida y los intereses económicos oponían los sedentarios del sur, agricultores de bien irrigados oasis, a los del oeste, mercaderes, cambistas y usureros, a los marinos del golfo Pérsico y, sobre todo, a los nómadas del centro, criadores de camellos. Los beduinos del desierto temibles guerreros, protectores o saqueadores de caravanas, marcaron la cultura árabe con un sello original: el derecho de fraternidad, el pillaje y la venganza, el prestigio del jefe, el culto del honor, el respeto al valor y la hospitalidad, la virtud de la djahiliya (rudeza o salvajismo) cantada por los poetas de las tribus, refractaria a toda forma de vida controlada. •
Estos pueblos eran fervientemente religiosos, politeístas y aunque de gran heterogeneidad de creencias, muy respetuosos de las de los demás. Cada tribu nómada tenía sus propios totems y transportaba consigo su piedra sagrada, el betilo. Las religiones monoteístas cristiana y judía también estaban presentes en ciertas comunidades del sur de la región y en la frontera con Yemen y estaban en contacto con las religiones autóctonas. Los intentos de sincretismo religioso reflejan una profunda aspiración de unidad, pero su alcance fue muy limitado y sin ninguna trascendencia en el plano político. Tanto al sur como al norte de-la península, los reinos árabes caían una y otra vez bajo la dominación política o el protectorado de los imperios vecinos. Los beduinos del norte hablaban el árabe y con el tiempo acabó por imponerse en toda la península. En el sur el gran reino de Saba sucumbió en el siglo IV y se sucedieron los ataques etíopes, las querellas entre los príncipes árabes judaizantes y las actuaciones bizantinas a favor de los cristianos y las influencias persas para controlar el comercio. Más hacia el norte, habría que destacar el reino de Kinda en el siglo V, los gasaníes al oeste y los lajmíes al este. Esta era, a grandes rasgos la situación de Arabia en el momento en que hace su aparición un personaje que cambiará definitivamente la historia de esta región y del mundo entero.
3 NACIMIENTO DEL ISLAM
3.1. MAHOMA, EL FUNDADOR
La personalidad de Mahoma (Muhammad ben Abd-Allah ben Abd-al-Muttalib) ha dado lugar a numerosas obras, tanto apologéticas como violentamente críticas o imparciales; como ha escrito Claude Cahen, comparado con la mayoría de los fundadores de las religiones, Mahoma aparece como una personalidad de una solidad historicidad. Sin embargo, tampoco de él puede establecerse una biografía segura. A grandes rasgos puede decirse que perteneció al clan de los Banu Hashifh, y que por ser huérfano fue educado por el jefe de estos. Esta familia era guardiana de una de las fuentes de la ciudad de La Meca y estaba encargada de repartir agua a los peregrinos. Creció aprendiendo las practicas comerciales y acabó dirigiendo las caravanas de Yadisha, rica viuda con la que casó a los 25 años. En el año 610, durante un retiro espiritual en el Monte Hira sintió la llamada de Dios (AllahJLpara que ejerciese su misión profética. Tres años mas tarde animado por sus íntimos y convencido de que Dios le había elegido para difundir su mensaje, Mahoma inicia la predicación pública.
En esencia la nueva religión era monoteísta -lo cual atentaba contra los intereses de las poderosas familias mecanas que vivían del negocio de las peregrinaciones de los diversos tipos de creyentes- y proclamaba la existencia de un Dios bondadoso y todopoderoso del que el hombre dependía y al que le debía total gratitud. Mahoma proclama como verdadera la fe de Abrahan, Moisés y Cristo, .aunque -según él- los discípulos de este último desvirtuaron el mensaje. La ruptura con el cristianismo se simboliza con la oración en dirección al La Meca.
Esta nueva religión provocó sin demora el enfrentamiento con las poderosas familias -los quraysies- . Mientras el clan de los Banu Hashim protegió a Mahoma sin adherirse al Islam (su tío Abu Talib era muy influyente) hubo una cierta estabilidad, pero al morir su tío en el 619 Mahoma pasó por dificultadas. Al final tuvo que huir de La Meca hallando refugio en Yatrib que desde entonces se llamaría Madinatal-Nabí (ciudad del Profeta). Esto ocurrió en septiembre de 622 (aunque’la tradición la retroüae al 16 de julio, fecha en la que se hace comenzar la era islámica y marca el inicio de la Hégira). La comunidad islámica, cada vez más numerosa, entra en lucha con el resto de la comunidad árabe por necesidades económicas y justificados por su nueva fe (asaltos a caravanas, combates, etc.). Importante fue el combate que tuvo, lugar cerca del pozo de Badr en marzo de 624, donde se produjeron bajas y prisioneros quraysíes. Fue el primer gran combate de la comunidad musulmana que tuvo como consecuencia una acción contra los judíos de Medina. Desde entonces se instituyó el ayuno. En el año 629 aprovechando el abandono momentáneo de los quraysies de la ciudad de la Meca, Mahoma realiza la primera peregrinación. Los beduinos se fueron anexionando al profeta y para el 630 casi todo el Hiyaz apoyaba a Mahoma.
En el año 632 afectado ya por la enfermedad hace su ultima peregrinación a la Meca, estableciendo este territorio como sagrado y también el mes de peregrinación y otras pautas de vida cotidiana y de organización. Confió a Abu Bakr la dirección de la oración y murió el 8 de Junio del 632.
3.2 LA DOCTRINA DE MAHOMA
La nueva religión que predicó Mahoma no es tan sólo una religión: la revelación comporta, a partir de la Hégira, disposiciones de carácter social y político que permitieron la edificación del Estado musulmán. Mahoma podía imponer las decisiones de Allah no sólo a los fieles musulmanes, sino también a todos aquellos que se le adhirieron, incluso sin convertirse.
La doctrina de Mahoma quedó fijada en un texto conocido como el Corán. El Corán es considerado por los creyentes como la forma escrita de la revelación divina. Además de una maravilla de la literatura y de ser la base de la religión, la ética y la moral islámica, el Corán es también el libro en el que desde hace siglos todo musulmán iniciaba el aprendizaje de su lengua, la ciencia, la teología y la jurisprudencia islámica. Como no daba respuestas a todas las cuestiones prácticas de la vida diaria, los musulmanes acudieron a la sunna -la tradición- que para ellos sé corresponde con los dichos, hechos, gestos y modo de proceder del Profeta -todos ellos de inspiración divina- según sus compañeros y contemporáneos. Los Hadiz o libros de la sunna acabaron por ser considerados como textos de plena garantía.
Al estudiar los fundamentos de su religión, los eruditos musulmanes distinguen entre creencias (en Alá, ángeles y demonios, profetas, libros revelados, juicio final y vida eterna) y deberes (creencia y repetición de la profesión de fe -shahada-, oración cinco veces al día en dirección a la Meca -salat-, ayuno durante el mes de Ramadán desde la salida a la puesta del sol -sawn-, la limosna voluntaria y obligatoria -zakat y sadaquat- y la peregrinación a la Meca al menos una vez en la vida-hadiaj o hadidi-). La guerra santa (mala traducción del yihad o chijad que viene a significar la dedicación plena a la perfección musulmana) sin ser obligatoria quiso ser vista como tal. Su finalidad, la conversión de los infieles era también una buena excusa para conseguir riquezas. La manifestación externa de las creencias religiosas y el culto es en el Islam algo totalmente individual.
4 LA EXPANSIÓN DEL ISLAM
4.1. LOS PRIMEROS CALIFAS: EL CALIFATO ORTODOXO
La sucesión de Mahoma provocó tensiones entre quienes fueron sus compañeros y colaboradores en Medina y los quraysies de La Meca, así como escisiones de grupos beduinos e incluso aparición de algunos falsos profetas, émulos del difunto.
Salvo excepciones, los habitantes de la ciudad de Medina y de La Meca, junto con el resto de los pueblos sedentarios reconocieron a Abu Bakr, suegro del profeta y quarysí, como el nuevo jefe de la comunidad: lugarteniente del enviado de Dios o Califa rasul Allah. Por el contrario las tribus beduinas se separaron y negaron cualquier vínculo (cualquier pago o contribución) con el Islam. Ante semejantes movimientos independentistas y ante la falta de recursos, Abu Bakr se lanzo a la guerra y antes de cumplirse.un año de la muerte del profeta, consiguió la unidad peninsular bajo dominio del Islam. Acto seguido, y aprovechando el desgaste de los dos grandes imperios persa y bizantino_se lanzo a su conquista.
Como ya hizo Mahoma, antes de morir Abu Bakr nombró a su sucesor en la persona dé Omar o Umar una de las figuras mas gloriosas del Islam y el verdadero creador del imperio árabe. Durante su califato el Islam conquistó Siria, Palestina, parte de Persia-(victorias de yarmuk y Qadisiya) y Egipto y a partir de ellas el Islam se convirtió en un imperio común a todos los árabes. Las conquistas sistemáticas en las que participaron todas las tribus dieron enormes riquezas que provocaron la ruptura de la austeridad del Islam primitivo y la formación de una nueva clase social: la aristocracia del botín.-
La rápida serie de conquistas del siglo VII fue debida a una minoría de musulmanes que arrastraban consigo a las tribus árabes a una empresa más militar que religiosa. La expansión inicial se produjo bajo los cuatro primeros califas, Abu Bakd (632-634); Ornar (634-644), Otman (644-656) y Alí (656-660). Otman relanzó la expansión hacia el Jurasán iranio hacia el norte de África (llegaría a Cartago en 648) y hacia el mar (Chipre). Pero-pronto se alcanzaron los primeros límites de la expansión: Asia Central, el Caucase, el Tauro y el desierto de Cirenaica. Las causas de esta sorprendente expansión realizada en tan poco espacio de tiempo radican en la propia fuerza expansiva del Islam, religiosa y social, a la rapidez de los taques, a la movilidad de los jinetes lanzados a través de las estepas y desiertos y también contribuyó a ella la actitud de los invadidos (que prefirieron el domino islámico al duro sistema tributario bizantino) y la situación interna de los grandes Imperios Bizantino y Persa, desgarrados en contiendas interiores (persecuciones contra los cristianos monofisitas y levantamientos contra las excesivas cargas tributarias).
En los momentos iniciales de la expansión, la organización de las nuevas conquistas estaba forzosamente sujeta a la improvisación. La historiografía musulmana ha atribuido al Califa Ornar la organización de las tierras conquistadas. En general, esta fue rudimentaria y muy variada según las circunstancias de la conquista. En general la mayor parte de la tierra siguió en manos de los nativos siempre y cuando pagaran tributo. La población autóctona pasó a ser población protegida por los musulmanes y como tales se veían obligados a pagar una tasa de protección -la yizya-. Administrativamente hablando, la organización se hacia en provincias a la cabeza de las cuales el Califa nombraba á un vali (gobernador civil y militar) ayudado por un amil (encargado de las finanzas). Por lo demás se mantuvo la organización y los funcionarios persas y bizantinos. Es decir, que aunque hubo un cambio en la cúspide de la jerarquía social, a nivel local se tendió a mantener los dispositivos administrativos autóctonos. Por otro lado, el comerció y la economía se reactivaron con la reapertura de las tradicionales rutas comerciales ahora pacificadas.
Así se constituyó el núcleo central del gran imperio que en los cincuenta años siguientes habría de extenderse hasta la Península Ibérica, la India y la frontera china.
A pesar de las conquistas exteriores, durante el califato de Otman (644-656) resucitaron todas las viejas discordias entre clanes, ciudades y tribus, planteándose los tres grandes problemas de la primera época del Islam:
Separación religiosa y formación de las sectas islámicas (siítas, partidarios de Ali; ortodoxos, partidarios del Califa omeya.)
Enfrentamiento de los poderosos clanes Omeyas y Abbasida.
Radicalización de la oposición entre árabes del norte -quraysies- y del sur -yemeníes-
La situación estalló en el 656, en pleno debate para establecer el texto del Corán y de los dichos y hechos de Mahoma -hadith-. El califa reprimió con dureza las protestas, lo que no hizo sino soliviantar más los ánimos hasta que en abrir de ese año, tres cuerpos del ejército so pretexto de peregrinación, entraron en medina y poco después Otmán moría asesinado sin apenas poder recibir refuerzos. Alí, yerno de Mahoma, fue elegido califa por su-s seguidores pero no gozaba del apoyo de los quraysies ni del sector encabezado por A’ysa, viuda de Mahoma. Madre de los Islamitas, que había colaborado en el asesinato. La oposición a Alí se centró en la figura del gobernador de Damasco, el militar Muawiya, que acabará con el califato de Alí de la misma forma que este acabó con el de Otman. Pese a la victoria de Alí en la batalla del Camello, su califato fue muy inestable, pereciendo pocos años después envenenado.
4.2. EL CALIFATO OMEYA
Los asesinatos del Califa Otman primero y de Ali después colocaron en el poder a una nueva dinastía, los Omeya, en la persona de Muawiya (660-680), el cual ante la situación de conflictividad prioriza el restablecimiento-de la unidad de mando. Las consecuencias de esta política serán:
La centralización gubernamental (todo dependí del Califa en ultima instancia, y para ello se rodearon de aliados incondicionales, con lo que restablecieron los lazos naturales propios del arabismo.
La sucesión califal por línea directa, para evitar los peligros de la elección tanto como los de la guerra, pero ratificada por el consejo de notables -los wufud- y por la comunidad de creyentes que reconocían la autoridad de la persona elegida y se sometían a ella.
Muawiya mantuvo la paz, a pesar de la oposición abbasi, y continúo la expansión musulmana hacia la India y el Norte de África.
Tras su muerte, Yazid I asumió el califato aunque su reinado duró 40 días. Tras éste se plantea una nueva guerra civil entre el omeya apoyado por los yemeníes Marwan ben al-Hakam y Abd Allah, apoyado por los qaysíes. La victoria de Marwan en 684 permitió a su hijo Abd-al-Malik suceder al Califa (685t705). Este hecho no supuso el fin del problema. Este nuevo califa jerarquiza y centraliza el Estado y crea: Un ejército profesional, una administración arabizada con la obligación de usar el árabe en los documentos oficiales, y una reforma monetaria,
Los sucesores dé Abd-al-Malik (Walid 1-705/715 y Sulaymán-715/717) continuaran su expansión-a través de Hispania, 711, donde se fundará a mediados del VIII el primer emirato independiente con centro en Córdoba con Abd-al-Rhaman corno emir de Al-Andalus. Se;alcanzó así la máxima extensión del imperio islámico. El fracoso del asedio a Constantinopla en 717, la detención del avance en el su de Francia (el rey franco Carlos Martel vence en la batalla de Poitiers -732), y más adelanta, el final de la expansión en Asia Central en la misma frontera china tras la victoria de Tala» (751), marcaron el final de los grandes avances y conquistas del Islam clásico.Los últimos califas omeyas fueron Ornar II (717-720), Yazid II (720-724), Hisham (724-743), Walid II (743-744) Yazid III (744) y Marwan II, pariente de los omeyas que usurpó el trono tras deshacerse de sus rivales y también de los chutas que se refugiaron en el Jurasán, allí donde comenzó el levantamiento abbasí.
Los diferentes elementos de oposición confluyeron en torno al movimiento abbasí aglutinado contra las desviaciones religiosas y la represión de las disidencias.
4.3. LA DINASTÍA ABBASIDA
Aunque los chiítas, que eran partidarios de que el califato fuera detentado por un descendiente de Alí, constituyeron el principal núcleo de la revolución, el puesto les fue arrebatado por sus pariente abasidas, descendientes de Abbas, tío de Mahoma.En 750 los ejércitos sirios de los omeyas fueron completamente derrotados en Persia, en la batalla del Gran Zab. El cambio de dinastía, con el’ triunfo del nuevo califaAl-IVfansur supuso la adopción de tendencias orientalizantes como el traslado de la capital desde Damasco hasta Bagdag, o los complejos rituales de estilo persa de los que ahora se rodeara el Califa. Por otro lado, se vuelve ‘a la teocratización del Estado, y el califa además del jefe militar lo será también espiritual. Pronto esta dinastía se enfrentaría a una serie de problemas heredados de los Omeyas: los brotes insurrectos de los sectarios, el problema sucesorio, la gran conflictividad social y la falta de recursos económicos al paralizarse las conquistas.
Aunque los Califas abbasidas dispusieron de una fuerte influencia espiritual que les dio estabilidad en el poder, este fue debilitándose (en el año 908 se crea un nuevo puesto bajo el titulo de “emir de los emires” que venia a ser el jefe de toda la guardia, con lo que al Califa sólo le quedará la función religiosa), lo que facilito el nacimiento de movimientos separatistas (Tahines en Irán, saffaries en Persia, ichises en el norte de África, fatimies …etc)
4.3.1. CARACTERÍSTICAS DE LA ECONOMÍA Y LA SOCIEDAD ABBASIDA
Antes de profundizar en los aspectos de la sociedad islámica hay que recordar que el Islam introduce una cohesión muy novedosa basada en la fe, que iguala a todos los creyentes, miembros de la comunidad o umma.
Económicamente hablando lo mas destacable es el gran auge de las relaciones comerciales durante este periodo, siendo Bagdag , el centro de todas las transacciones y de distribución. El Mediterráneo pasó al dominio árabe y el comercio marítimo fluía desde España hasta Egipto y Siria. En relación con este pujante comercio y fluidez de materias primas surgen industrias, las” mas importantes de las cuales serán monopolizadas por el Estado.
La mayor parte de la población vivía de la agricultura, aunque en peor situación que durante el periodo omeya, ya que la mayoría ya no eran propietarios de la tierra, sino trabajadores mal pagados, a cargo de la burguesía comercial, que cada vez mas invertía en tierras.
La ganadería, cada vez mas, era el recurso de los nómadas. También se asiste en este periodo al comercio del dinero, lo que supuso el desarrollo de un vasto y primitivo capitalismo en el que estaban implicados tanto musulmanes como no musulmanes.
4.3.2. LA DECADENCIA ABBASIDA
Vino provocada por una oleada de revueltas, insurrecciones y escisiones que comenzaron con la revolución zany o revolución de los esclavos negros, a la que se sumaron los campesinos arruinados, las tropas negras califales y algunas tribus beduinas en busca de botín. A ella le siguieron una cadena de todo tipo de luchas religiosas entre todas las facciones de todas las sectas musulmanas que se multiplicaban a cada paso. El mayor éxito de todas estas revoluciones fue la instauración de un califato fatimí primeramente en el Norte de África y luego en Egipto. Este califato con una política tolerante y deseoso -de acabar con los abbasidas, se promocionaron por todas las provincias donde estos gobernaban, creando alteraciones y revueltas de la población contra el gobierno abbasi.
5 EL FIN DEL IMPERIO ÁRABE
En el siglo XI el mundo musulmán se hallaba dividido en tres califatos:
El Omeya de Córdoba.
El Fatimí de El Cairo. :
El Abbasida de Bagdag
Todos estos califatos tenían serios problemas y de hecho acabaron desintegrándose en mayor o menor grada La transformación radical del poder del Islam vino de la mano de los nuevos pueblos: turcos seljúcidas y bereberes africanos (almorávides y almohades). Los turcos seljúcidas lucharon contra los gaznavies, los bizantinos y contra el poder de las familias buyies de Persia. Entraron en Bagdag en 1055 y controlaron definitivamente Irak y todo el califato abbasida. También lucharon contra los fatimies arrebatándoles Siria. Los diferentes jefes militares poseían extensos dominios territoriales que escapaban a la jurisdicción del sultán. De hecho, al empezar el siglo XII el imperio seljúcida era en realidad una especie de confederación de príncipes autónomos.
El golpe definitivo al imperio árabe vino cuando el mogol Huqakú acabó en el 1235 con el ultimo califa abbasida. La primera mitad del siglo Xi terminó con la desaparición de la primacía árabe, quedando el pode en manos de musulmanes no-árabes: los turcos al este y los beréberes al oeste.
6 ASPECTOS DE LA EXPANSIÓN INTELECTUAL Y ARTÍSTICA
La fundación de escuelas primarias (maktabas) y secundarias (madrazas), adscritas a las mezquitas, elevó pronto el nivel intelectual.
Dos fenómenos de la expansión musulmana ocupan un lugar destacado: la arabización de todos los territorios conquistados (en consecuencia la reacción de cierto espíritu común), y el desarrollo de formas artísticas que tuvieron como origen las primeras construcciones para uso religioso de los musulmanes: las mezquitas.
La expansión de la lengua árabe se benefició de cierto número de puntos de apoyo, en forma de civilizaciones preexistentes, que habían sido ya asimiladas como la civilización griega y helenística por las poblaciones del Próximo Oriente. Judíos, cristianos ortodoxos, sirios coptos habían sustituido a los griegos. En tiempo de los Abbasíes, estos cristianos y judíos tradujeron obras griegas al árabe. Tal esfuerzo permitió disponer en legua árabe de los elementos esenciales de todas las ciencias exactas (matemáticas, química, medicina, astronomía) conocidas en la época, y de la filosofía y teología; se crearon bibliotecas en Bagdad, en Córdoba, Palermo, etc.
El uso del papel, conocido por los contactos con los-chinos en Asia Central, a partir de finales del siglo VIII, facilitó la difusión de las obras escritas por sabios y literatos árabes. Poco a poco, la cultura árabe, fue extendiéndose como una mancha de aceite. Por mediación de Al-Andalus y Sicilia, los filósofos-del occidente cristiano se fueron interesando por las obras de los árabes. Gracias a-estas obras, el occidente medieval volvió a encontrarse con la cultura griega. Pero tales contactos e influencias se produjeron aún a pequeña escala. Se puede afirmar que la expansión de la cultura árabe se vio limitada entonces al marco del mundo musulmán, que contribuyó al progreso humano más por su civilización que por sus conquistas militares; sus filósofos, sus, sabios, sus médicos y mercaderes ocuparán una posición intermedia entre los mundos antiguo y bizantino, y el mundo cristiano medieval, al que permitieron beneficiarse de la expansión intelectual de los musulmanes durante tres siglos y que prosiguió durante mucho más tiempo que la expansión territorial.
6.1. EL ARTE
Los elementos que componen el arte islámico proviene de los que ya existían en los territorios que fueron ocupados por el Islam. Arabia solo aporto a este arte su ornamental escritura. Fundamentalmente el arte islámico es manifestación de las creencias religiosas de esta doctrina y por este motivo, se mantendrá igual en todo momento al margen de épocas y lugares.
Las mas importantes artes plásticas según el propio Corán son la arquitectura y la decoración, mientras que apenas aparecen la pintura y la escultura figurativa. Una enorme expresividad y brillantez en la decoración son los elementos comunes a todo el arte islámico, independientemente del lugar en que se lleve a cabo.
6.1.1. LA ARQUITECTURA
Aunque existe un tema expresamente dedicado al arte islámico (ver tema 58 del temario) aquí comentaremos muy en general, que es este el campo en el que-el arte islámico se ha expresado con mayor brillantez. El edificio mas característico es la mezquita (aunque también son importantes otras construcciones como murallas, fortalezas, atalayas, viviendas …ctr) y su estructura se compone de una granéala de columnas orientada hacia la Meca por el muro llamado quibla, en el que se inserta un santuario o mihrab como espacio interior, un gran patio con una fuente en medio (para las abluciones) y un minarete o alminar en el exterior.
Los materiales mas utilizados son el ladrillo recubierto de yeso, la manipostería y la piedra especialmente en Egipto. En cuanto a los elementos constructivos las bóvedas, cúpulas, arcadas sobre columnas y techados en terraza son los mas abundantes.
6.1.2. LA DECORACIÓN
Toda la decoración que utiliza el arte islámico es simbólica o no-fígurativa. Puede ser geométrica, de laceria, cúfica, con motivos vegetales u ondulantes…hechos en materiales como el yeso (yeserías), la cerámica, el azulejo…ctr
6.1.3. LA ESCULTURA
Excepto en casos excepcionales (leones persas de la Alhambra) la escultura islámica nunca represento figuras animadas siendo su mayor campo de expresión los relieves y bajo relieves de temas decorativos.
6.1.4. OTRAS ARTES
Entre ellas están la cerámica, que alcanzo un gran-desarrollo y grado de calidad. También destacan la orfebrería, los bronces damasquinados, el cobre repujado, el vidrio esmaltado, tejidos, tapices ctr. Todo ello con un elevado grado de belleza y refinamiento.
6.2. LA LITERATURA
Antes del nacimiento del Islam existían algunas composiciones poéticas en Arabia de gran belleza que ya preludiaban que iba a ser este arte, aunque hasta la aparición del Corán no se manifiesta de forma adecuada. Este texto coránico esta considerado como un autentico monumento literario.
La poesía, gracias al influjo persa de la época abbasi, llegó a ser un prodigio de refinamiento y elegancia. Aunque existe una preferencia por la expresión lírica también existieron destacados prosistas (prosa literaria o prosa histórica) prueba de ello es la excepcional colección de narraciones llamadas “las mil y una noches” que reúne tradicionales cuentos de todo el mundo islámico en lenguaje popular y que además de su valor literario, son una completa crónica de la vida y costumbres de los musulmanes en su periodo de esplendor.
Entre los traductores destacó Hunayn ben Isaac, que hizo la versión de obras cientírifcas griegas al árabe. Entre los historiadores, al-Tabari (838-923) que escribió una historia del mundo, de gran valor, y al-Masudi, quien redactó una obra monumental en treinta volúmenes. Entre los recopiladores de hadith sobresale al-Bujari (810-870) quien llegó a coleccionar unas 600.000 narraciones tradicionales. Y en filosofía, al-Farabi (870-950) que desde el eclecticismo quiso compaginar los sistemas platónico y aristotélico con la mística islámica.
6.3. LA CIENCIA
Los principales avances científicos fueron: :
Matemáticas: Interés por los estudios griegos de trigonometría plana y esférica, y desarrollo de la geometría euclidiana. Destacó al Juwarizmi, autor del primer libro de álgebra (780-850)
Astronomía: Se enriqueció en base a los grandes conocimientos que poseían los antiguos mesopotámicos (los persas). Al-Fazani construyó el primer astrolabio.
Física: Da lugar a la producción de muchos artefactos mecánicos y avanza en el campo de la óptica.
Química: Descubrieron nuevas posibilidades de combinación de elementos ya conocidos. En esta época química y alquimia en el mundo árabe eran una misma cosa. Destacó Jabir ibn Hayyan.
Medicina: Se basó en los conocimientos griegos, destacando al-Razi (865-925), autor de la enciclopedia médica al-Hawai que, traducida al latín, fue muy apreciada en Occidente.
7. CONSECUENCIAS DE LA EXPANSIÓN DEL ISLAM
La principal consecuencia que Pirerme analizó en su obra Mahoma y Carlomagno fue la ruptura de la unidad mediterránea. Hasta Mahoma, el Mediterráneo, a pesar de las crisis sufridas por Occidente, a raíz de las invasiones germánicas había sio el aglutinante y centro de toda la civilización que seguía siendo en lo esencial romana, pero a partir de la expansión musulmana, al sur del Mediterráneo se rompe la unidad cultural: la piratería y las guerras rompen el comercio entre Oriente y Occidente, con lo que las ciudades costeras del norte de la cuenca desaparecen, y el centro político y cultural de Europa se desplaza más al norte, con la dinastía carolingia.
Pero no todas las consecuencias fueron negativas; hay que tener en cuenta que la civilización musulmana fue la más floreciente de la Alta Edad media. En ella se desarrolló, como en ninguna otra, el comercio, las rutas caravaneras, que se extendían desde Indo hasta Al-Andalus y a lo largo de las mismas florecían las ciudades y la civilización urbana artesanal, comercial y culta.
Este intercambio entre regiones tan diferentes, llevó consigo el intercambio de ideas: de esto y del bienestar logrado por una sociedad eminentemente mercantil surgió la refinada cultura árabe. Numerosos fueron los astrónomos, matemáticos, filósofos y poetas que estudiaron los textos clásicos y que divulgados por el imperio y traducidos, pudieron ser recuperados por el mundo occidental, en la formación de cuya cultura fueron trascendentes; basta citar el ejemplo de la influencia de Aristóteles en el pensamiento de Santo Tomás.
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