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Tema 1 – Fundamento, naturaleza y propósito de la administración de las empresas y entidades del sector de H. y T. Aportaciones históricas.

GUIÓN

1.1 FUNDAMENTO, NATURALEZA Y PROPÓSITO DE LA ADMINISTRACIÓN DE EMPRESAS

A) Empresa y empresario.

B) Características y elementos que configuran las empresas:

b.1 Objetivos.

b.2 Factores de producción: humanos y económicos.

b.3 Organización

b.4 Entorno.

C) Clasificación:

C.1 Según sector de la actividad:

· Extractivas (sector primario).

· Industriales (sector secundario).

· Comerciales (sector terciario)

· Servicios (sector terciario). EMPRESAS TURÍSTICAS.

C.2 Según forma de propiedad del capital:

· Públicas.

· Privadas: individuales, sociales.

C.3 Según tamaño:

· Grandes.

· Pymes: medianas y pequeñas.

1.2 EMPRESAS TURÍSTICAS. PERFIL. FUNCIONES Y OBJETIVOS.

A) Características diferenciales de las empresas turísticas.

· Localización próxima a recursos.

· Dependencia comportamiento de la demanda. Elasticidad.

· Imposibilidad de almacenaje.

· Elevada inversión.

· Rigidez procesos productivos.

· Importancia del factor humano

B) Empresa turística y economía:

· diversidad de servicios

· estacionalidad

· intangibilidad

· prestación….

C) Clasificación de Empresas Turísticas:

c.1 Según producto: de bienes , de servicios.

c.2 Según sector productivo:

· transporte (aéreas, marítimas, ferroviarias, terrestres); públicas y privadas.

· Alojamiento (Hotelero y Extrahotelero).

· Restauración.

· Intermediarias (AAVV)

c.3 Según propiedad: públicas, privadas y mixtas.

c.4 Según sistema de gestión: arrendamiento, franquicia.

c.5 Según localización: locales, regionales, nacionales…..

1.3 EVALUACIÓN DE LAS PRINCIAPLES APORTACIONES HISTÓRICAS A LA TEORÍA DE LA ADMINISTRACIÓN EMPRESARIAL.

1.3.1 Evolución de los conceptos de empresa y empresario.

1.3.2 Aportaciones teóricas.

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INTRODUCCIÓN:

Los orígenes de la empresa, en el sentido que hoy la conocemos, nos sitúan en el sistema feudal del Medievo, época en la que surgen las primeras bases del espíritu capitalista, forjador de la “empresa moderna”. Curiosamente y, a su vez, pero desde otra óptica, la palabra empresa evocaba, no en pocas ocasiones, una idea de audacia y heroísmo. Se recuerdan las empresas de los antiguos héroes o las gestas legendarias de la mitología clásica.

Sin embargo, en cualquier diccionario de economía la palabra “empresa” tiene otro significado: “sujeto económico cuyas elecciones se manifiestan en el mercado a través de la demanda de los factores productivos y la oferta de productos”; es decir, es una organización de personas y capitales que “trabaja” y “fabrica” con el objeto de producir “bienes y servicios”.

El empresario, que es la cabeza de toda empresa, representa el deseo de reunir personas e instrumentos para emprender una nueva aventura. En este mismo sentido John Maynard Keynes (1883-1946), uno de los economistas más influyentes del siglo XX, decía del empresario, que éste se mueve por una fuerza animal: como si la decisión de levantar una empresa estuviera ligada a un instinto similar al que mueve a los animales. Una empresa se forma cuando alguien se mueve en esa dirección, con entusiasmo y confianza.

Hasta ahora sólo hemos observado la empresa como un ente independiente, al margen de su contexto y de su entorno: Sin embargo, si seguimos su evolución, ésta queda contemplada como una respuesta a las demandas del medio en que se encuentra inmersa en cada momento histórico. Por ello, la empresa es una realidad socio-económica que mantiene una dialéctica permanente con su ambiente, interacción que sirve para definirla.

Así pues, cuando se habla de empresa, tenemos que situarnos también en el entorno donde se desenvuelve, en el cuál existen una serie de elementos clásicos como: los sistemas económicos, mercados, competencia, marco jurídico y político, factores socio-culturales, tecnológicos, sociológicos…., y otros contemporáneos, como el hecho de que estamos y, cada vez en mayor medida, en la época de los ordenadores, avanzan las autopistas de la información (internet), se internacionalizan cada vez más los mercados (globalización) y caen las barreras sociales y políticas. Elementos clásicos y contemporáneos que influyen cada vez más de forma decisiva en la actividad empresarial.

1.1 FUNDAMENTO, NATURALEZA Y PROPÓSITO DE LA ADMINISTRACIÓN DE EMPRESAS

A) Empresa y empresario.

Desde un punto de vista jurídico, puede definirse a la empresa como: el ejercicio profesional de una actividad económica organizada con la finalidad de actuar en el mercado de bienes y servicios.

Desde un punto de vista económico podemos definirla como: una unidad básica de producción en la que, bajo una dirección única, se agrupan los factores necesarios (personal, capital y trabajo) para mediante la explotación de la riqueza, alcanzar los objetivos previstos, entre los que se encuentra la maximización del beneficio.

El empresario es el titular de la empresa, el encargado de organizarla. Desde un punto de vista clásico podemos decir que: el empresario es la persona que organiza los factores de producción por cuenta propia, lo que da cabida a tanto al empresario individual (persona física), como social (persona jurídica), que es en ambos casos quien contrata los factores, los dirige en una estructura organizada y soporta el riesgo.

Todo lo visto anteriormente, nos lleva a la conclusión de que el término empresario, tanto individual como social, va íntimamente ligado al de empresa, identificándose ambos en la práctica mercantil, y así, siempre que se alude a la empresa como titular de una relación jurídica mercantil, nos estamos refiriendo al empresario como sujeto activo o pasivo de aquella.

B) Características y elementos que configuran las empresas

Como ya hemos visto la empresa es una unidad económica cuyo fin principal es la producción de bienes o la prestación de servicios, así como la comercialización de los mismos para la obtención de un lucro o de unos objetivos determinados, todo ello guiado y organizado por una persona que actúa en nombre propio denominada empresario.

Analizando los conceptos descritos anteriormente, éstos nos están indicando cuáles son las características genéricas de la empresa y cómo se materializan éstas en una serie de elementos propios de cualquier organización, así nos encontramos con:

a) Unos objetivos determinados que integran su finalidad; es decir, aquello que se quiere conseguir cuando se inicia la aventura empresarial.

b) Factores de producción compuestos fundamentalmente por el grupo humano o las personas y por los bienes económicos.

· Dentro del grupo humano podemos señalar la existencia de grupos diferenciados por sus intereses y relaciones con los grupos restantes, éstos son: los propietarios del capital o socios, los administradores o directivos y los trabajadores o empleados.

· Entre los dos primeros grupos surge la figura del empresario tal y como hoy se concibe, la persona física o jurídica que aporta el capital, su trabajo persona, toma decisiones, asume riesgos,..etc.

Entre los bienes económicos nos encontramos con el activo fijo o inversiones con carácter duradero de la empresa (forma lo que se denomina el inmovilizado compuesto por los locales y/o edificios en general con los que cuenta la empresa, la maquinaria, elementos de transporte y mobiliario en general) y los bienes que conforman el activo circulante o inversiones relacionadas con el ciclo de explotación de la empresa ( está compuesto fundamentalmente de las existencias de materias primas, productos terminados y, de materiales en general con los que trabaje la empresa en su actividad habitual).

c) Una organización, que aparece como el conjunto de relaciones de autoridad, de coordinación y de comunicación, que forman la actividad del grupo humano entre sí y con el exterior.

Esta estructura organizativa es definida por el empresario o por la dirección de la empresa, que es quien establece los objetivos que se pretenden alcanzar e impulsa la organización para que se consigan.

Por ello, uno de los aspectos esenciales para el funcionamiento correcto de la empresa es la organización que adopta, que se caracteriza por la estructura que presenta y los elementos que en ella se representan. Ésta debe adoptar unos principios organizativos que le sean válidos para aquella actividad que realice, porque no podrán ser igual la estructura organizativa que siga una empresa que se dedique a la fabricación o producción que aquella que se dedique a la comercialización, por ejemplo.

Para representar estas estructuras organizativas se emplean los “organigramas” que pueden definirse como las representaciones esquemáticas del conjunto de personas,

niveles de responsabilidad, departamentos y funciones, sus relaciones, así como los canales de transferencia de órdenes y comunicaciones existentes en una organización.

d) El entorno, se trata del ambiente en el que la empresa se desenvuelve (marco jurídico, social, legal, etc.) que se verá influido por la empresa e influirá sobre ella.

Este entorno cada vez más amplio, complejo exigente y tecnificado, hace de este elemento un factor fundamental a tener en cuenta.

Lo podemos definir como todo aquello que está fuera de los límites de la empresa, con toda la relatividad que ello conlleva. Podemos dividirlo en:

· Macroentorno o entorno general, aquel común a todas las empresas que desarrollan su actividad en una sociedad determinada. Este entorno tendrá una serie de características que podrán afectar en mayor o menor medida a todas las empresas y, de entre las cuales podemos destacar las siguientes: culturales, tecnológicas, políticas, legales, económicas, educativas, demográficas, sociológicas, de recursos naturales, etc.

· Microentorno o entorno específico, el que afecta de forma directa a las empresas consideradas individualmente. Puede ser de este modo diferente para cada empresa. Dentro de este entorno se encontrarían: los clientes, proveedores, trabajadores, entidades financieras, mercado en el que compite, etc.

Esto nos lleva a plantear dos cuestiones fundamentales:

1º. Si el entorno afecta a la empresa y ésta afecta al entorno, es imprescindible administrar la empresa contando con él; es decir, adecuar los objetivos, las políticas, la estructura organizativa, al entorno en el que la empresa se desenvuelve.

2º. El entorno es cambiante, dinámico y complejo. Ello quiere decir que el empresario, para que su gestión sea adecuada, es preciso que la acomode a los cambios que se vayan produciendo en el mismo.

C) Clasificación

Son muchos los criterios empleados en la clasificación de las empresas. Entre ellos:

c.1 Según el sector de la actividad en el que la empresa se encuentre:

· Empresas extractivas, pertenecen al sector primario, son aquellas que explotan los recursos naturales como las agrícolas, ganaderas, pesqueras y mineras.

· Empresas industriales, pertenecen al sector secundario, transforman recursos en productos preparados o aptos para el consumo.

· Empresas comerciales, pertenecen al sector terciario, son las empresas encargadas de hacer llegar los productos a los consumidores finales.

· Empresas de servicios, pertenecen también al sector terciario y son las encargadas de prestar cualquier tipo de servicio. Estas son las de mayor peso y dinamicidad en las economías desarrolladas. Pueden distinguirse entre empresas de servicios que persiguen obtener un beneficio, como las entidades financieras, de seguros y

EMPRESAS TURÍSTICAS, etc., y las que no tienen un fin de lucro, como los centros de enseñanza públicos, los hospitales, etc.

c.2 Según la forma de propiedad del capital:

· Empresas privadas, aquellas en las que el capital pertenece a particulares y que a su vez pueden ser:

Individuales, cuando la propiedad pertenece a una sola persona.

Sociales, la propiedad se reparte entre varias personas.

· Empresas públicas, las que pertenecen en todo o gran parte al Estado.

c.3 Según el tamaño o dimensión de la empresa:

· Pymes: engloban a las pequeñas y medianas empresas.

· Empresas grandes.

No existe un criterio universal que constituya una medida válida que pueda ser utilizada para determinar cuándo una empresa deja de ser pequeña y pasa a ser mediana o grande. Las medidas que se utilizan con más frecuencia son el número de trabajadores o el volumen de producción teniendo en cuenta la medida de cada sector; es más, hasta desde el punto de vista fiscal se hace la distinción entre pequeña y gran empresa.

1.2 EMPRESAS TURÍSTICAS. PERFIL, FUNCIONES Y OBJETIVOS

A) Características diferenciales de las empresas turísticas

Las empresas turísticas presentan varios aspectos que las tipifican o caracterizan de forma peculiar. Entre otros se encuentran los siguientes:

a) La localización próxima a los recursos turísticos. Un bien o servicio turístico no puede distribuirse en un lugar que no esté próximo al recurso. Por ejemplo, no se entiende un alojamiento a 100 kilómetros del lugar a visitar, siendo éste el destino principal.

b) Fuerte dependencia de los comportamientos de la demanda. La estructura estacional de la demanda crea desajustes en la dotación del servicio y obliga a prever dotaciones irregulares, tanto de personal como de recursos, en función de la época de que se trate.

c) Imposibilidad de almacenaje de los productos. La propia naturaleza del turismo impide el almacenamiento, ya que no se puede guardar aquello que solamente tiene razón de ser cuando se consume; por lo tanto si el servicio no se consume, no genera rendimiento alguno para la empresa.

d) Elevada inversión. Algunas empresas turísticas necesitan de fuertes inversiones en construcción o compra de medios de transporte. Por tanto, en ocasiones, es necesaria una gran inversión para poner en marcha el proceso productivo.

e) Rigidez de los procesos productivos. La poca elasticidad de los procesos productivos en las empresas del sector resulta de la combinación de los siguientes elementos:

– imposibilidad de cambiar el objeto de producción,

– temporalidad del producto generado,

– inmovilidad del servicio prestado,

– dificultad de cambiar de dimensión.

f) Importancia del factor humano. El factor humano es fundamental no sólo en la cantidad, sino en la calidad, sobre todo por el alto nivel de exigencia que tiene hoy en día el turismo.

g) Gran elasticidad en los comportamientos de los consumidores. El disfrute del turismo, por su alto contenido lúdico no puede considerarse rígido. Existen, por lo tanto, influencias externas que lo hacen modificable a los intereses de la demanda. Inseguridad, inestabilidad social o política, guerras, terrorismo, etc. inducen a que se cambien las actitudes hacia un viaje determinado.

B) Empresa turística y economía

No cabe aceptar la existencia de una economía específica de las empresas turísticas. La economía de la empresa como ciencia, sólo adopta una concepción, aunque su aplicación adopte modificaciones o matizaciones dependiendo del sector.

Los principios teóricos de la Economía de la Empresa son asumibles por la explotación turística. No existe otro sistema para explicar la realidad económica del sector turístico, que el de la Economía de la Empresa, ya que las situaciones, presiones y desajustes son los mismos universalmente.

La dirección de la empresa turística habrá de determinar:

1. Las expectativas de la empresa.

2. La dimensión de las inversiones turísticas, en relación al tipo de empresa de que se trate.

3. La evolución de los ciclos de vida de la empresa, estimando los plazos de maduración del producto.

4. Los problemas financieros de las explotaciones turísticas.

5. Análisis de mercado y criterios de ubicación de la empresa.

6. Valor de la producción, tratamiento y renovación de equipamientos.

7. Costes de la empresa, considerando los principios fundamentales de la teoría de los costes.

8. Previsión de demanda, utilizando técnicas y métodos de marketing, así como los efectos de las acciones promocionales.

9. Los sistemas de organización empresarial, ordenación de la gestión, teniendo en cuenta los métodos actuales de administración de empresas.

10. La estimación de beneficios mediante técnicas de cualificación de resultados y aplicación de medidas y políticas económicas y de gestión.

Se comprende, pues que la empresa turística no podría desarrollar en equilibrio su actividad, en caso de que se desconocieran o no tuvieran en cuenta los contenidos anteriores. Es absolutamente absurdo interpretar que los hoteles, agencias, restaurante y

empresas de transporte, son empresas poco propicias a la tecnificación, porque se desenvuelven en el mercado turístico, lo que no justifica que no hayan de ajustar sus procesos empresariales a las más modernas y eficientes actuaciones de organización y gestión.

Se puede decir que algunos criterios relevantes obligan a que los empresarios turísticos se preocupen más intensamente que en otros sectores, de la aplicación de procesos científicos a la gestión de sus explotaciones:

a) El criterio económico, ya que en el marco de las actividades turísticas, puden encontrarse unidades productivas, cuyos valores invertidos o inmovilizaciones de capital, ascienden a cifras económicas realmente elevadas, superando los promedios invertidos en otros sectores industriales, por lo que tales inversiones no deben dejarse a gestiones improvisadas.

b) El criterio contable, pues la complejidad que presentan los productos turísticos, que se manifiestan con una determinada especificidad, obliga a que su tratamiento, diseño y comercialización se realicen teniendo en cuenta técnicas muy rigurosas, con objeto de poder evaluar y contabilizar los valores de producción, ventas y rendimientos.

c) El criterio estadístico, ya que la falta de un sistema de información, suficientemente elaborado, ausencia de recopilación permanente y exacta de los datos económicos de las empresas turísticas, así como la deficiencia en los conceptos manejados, obligaría a someter los procesos empresariales a controles numéricos más frecuentes.

Se observa pues, la gran utilidad que puede significar para una empresa perteneciente a la actividad turística disponer del apoyo que ofrecen las técnicas de la Economía de la Empresa, siempre teniendo en cuenta que la explotación de las empresas turísticas ofrece una serie de características específicas entre las que se encuentran las siguientes:

– diversidad de los servicios prestados,

– estacionalidad por la distribución temporal de la demanda,

– intangibilidad, por la inmaterialidad de las prestaciones producidas.

C) Clasificación de las empresas turísticas

La empresa turística puede clasificarse en función de diversos criterios entre los que se encuentran los que se detallan a continuación.

C.1. Según el tipo de producto ofertado:

– Empresas de bienes (ej: tienda de “souvenir”)

– Empresas de servicios (hoteles, restaurantes, agencias).

C.2. Según el sector productivo al que se dedican:

– de transporte (aéreas, marítimas, ferroviarias, terrestres) público y privado

– de alojamiento: hotelero (hoteles, hoteles-apartamento, moteles y pensiones) y extrahotelero (camping, apartamentos turísticos, casas rurales, logde, bungalows, etc.)

– de restauración

– de servicios intermediarios (agencias de viajes y centrales de reservas)

– de información (OIT y centros o puntos de información públicos o privados)

– de servicios complementarios (guías, animación y otros).

C. 3. Según el régimen de propiedad: públicas, privadas o mixtas.

C.4. Según el sistema de gestión: de arrendamiento, de franquicia.

C.5. Según la localización donde se genera el producto: locales, regionales, nacionales e internacionales.

C.6. Según la integración empresarial: individuales, cadenas, holding, asociadas, etc.

1.3 EVALUACIÓN DE LAS PRINCIPALES APORTACIONES HISTÓRICAS A LA TEORÍA DE LA ADMINISTRACIÓN EMPRESARIAL.

1.3.1 Evolución de los conceptos de empresa y empresario

La empresa es considerada como una unidad de producción y de explotación económica, social y jurídica que, formada por diferentes factores productivos y bajo una dirección, persigue la obtención de beneficio.

En relación al concepto de empresa aparece el empresario. En principio la empresa se concibe como la unidad de trabajo y de capital que estaba dirigida por el propietario; no existía separación entre la posesión de los bienes materiales necesarios para formar la empresa y el desempeño de la dirección de ésta. Ambos conceptos estaban unidos.

A partir del siglo XIX empieza a tomar relevancia la figura de aquel que dirige la empresa y toma decisiones que transcienden, distanciándose del simple término de “dueño” de la empresa.

Dentro del pensamiento económico, ha habido diferentes aportaciones teóricas al concepto de empresario. En un primer periodo, en donde la ciencia económica estaba más cercana a otras ciencias y doctrinas como la ética y el derecho, la moral o la religión, la figura del empresario no es aún reconocida. Destaca entonces la escolástica , que dedicaba sus esfuerzos al estudio y la reflexión de los valores humanos y, por tanto, observa en los principios de la economía un camino para alcanzar objetivos éticos y de justicia. Se persigue

el orden moral, la aplicación de precios de equilibrio, de salarios justos y la unión de intereses para el logro de un bien común.

Los siglos XV y XVI ven desarrollar el pensamiento económico del mercantilismo. La economía es observada desde otros valores. Los valores éticos van dando paso a la economía del lucro. Al dominar la actividad comercial, el empresario se identifica con el término acuñado en la época de “mercader”.

El siglo XVIII da paso a la consolidación de la Ciencia Económica en sus aspectos teóricos y filosóficos.

1.3.2 Aportaciones teóricas

Aparecen posteriormente tres aportaciones fundamentales.

Para R. Cantillon los empresarios son personas con retribuciones inciertas y que asumen los riesgos del proceso. Para J.B. Say existe la diferencia entre los beneficios de la acción del empresario y el interés por el capital aportado. A. Marshall establece que la función empresarial se identifica con un cuarto factor de producción que equivale al factor organización.

La primera mitad del siglo XX introduce la modernidad en el pensamiento económico sobre el empresario, apareciendo las aportaciones de Schumpeter, Knigt y Galbraith.

Schumpeter considera que el sistema económico tiende a estar en equilibrio, por lo que los ingresos son iguales a los costes y el beneficio extraordinario es igual a cero. Por lo tanto, identifica el beneficio del empresario con el salario de dirección.

La segunda aportación es la que se refiere a la teoría de Knigt. Para este autor, el empresario asume la responsabilidad de garantizar ciertas rentas y, por tanto, le corresponde el beneficio empresarial como compensación de los riesgos que soporta.

Por último encontramos a J.K. Galbraith con una interesante aportación a los principios de tecnoestructura. Las empresas por su gigantismo han de crear un gran sistema directivo que en las grandes empresas asumen toda la función directiva, haciendo que los accionistas vean su poder reducido a acciones muy limitadas. Por tanto quienes gobiernan son los miembros de la tecnoestructura.

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Bibliografía:

· Elementos para el estudio de la Economía de la Empresa Turística. M. FIGUEROLA PALOMO. Edt. Síntesis.

· Administración, gestión y comercialización de la Empresa turística. D. CABELLO LÓPEZ y otros. Ediciones Akal.

· Organización y control de Empresas en Hostelería y Turismo. J.A. DORADO.

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