GUIÓN-ESQUEMA
11.1 Introducción: Selección y evaluación de inversiones turísticas: Administración y Empresas privadas.
11.2 INVERSIÓN: CONCEPTOS.
a) Concepto de inversión.
b) Evaluación y selección de las inversiones:
– Liquidez, seguridad y rentabilidad.
– Coste de la inversión.
– Marco legal y condiciones económicas.
– Campo técnico.
c) Oferta y demanda de capital.
11.3 PROCESO DE INVERSIÓN
· Análisis del sistema de inversiones.
11.4 SELECCIÓN Y EVALUACIÓN DE INVERSIONES TURÍSTICAS
1. La selección de las inversiones turísticas.
2. La evaluación de las inversiones turísticas.
3. Criterios de evaluación y selección:
3.1 Periodo de recuperación o PAY-BACK
3.2 Tasa de rendimiento contable.
3.3 Valor actual:
a) VAN (Valor Actual Neto).
b) TIR (Tasa Interna de Rentabilidad).
c) Tipo de interés calculatorio.
11.5 TIPOS DE INVERSIONES EN EMPRESAS DE HOSTELERÍA Y TURISMO
· Tipos de inversiones :
# En Activo Fijo.
# En Activo Circulante.
# Productivas y financieras.
# De cambio de activos.
11.1 INTRODUCCIÓN:
Selección y evaluación de inversiones turísticas: administración y empresas privadas.
Toda inversión en cualquier empresa es un riesgo, pero no existiría la empresa si no hubiese empresarios dispuestos a arriesgarse. Las decisiones de los empresarios con respecto a las inversiones pueden ser, a veces, muy arriesgadas, pero sin olvidar nunca que el coste de la inversión siempre ha de estar por debajo del rendimiento que se espera obtener.
En las empresas del sector turístico, al igual que en el resto del sector empresarial, las inversiones suponen un desembolso para posibilitar o mejorar su producción, o para aumentar el valor de su activo; todo ello con la intención u objetivo de la obtención de un mayor beneficio o rendimiento neto.
Sin embargo, no todas las empresas del sector han de plantearse de igual modo su plan de inversiones. Una empresa dedicada al transporte, trabajará con unos niveles de inversión muy superiores a los de una agencia de viajes minorista o una oficina de turismo; un hotel de muchas habitaciones, no podrá compararse con otro de mucha menor capacidad de oferta.
Generalmente las inversiones de las empresas del sector de hostelería y turismo van dirigidas a:
– Adquisición de terrenos, mobiliario, edificios o locales, material de oficina, instalaciones, material informático…., etc.
– Reformas de infraestructura o “puesta a punto”, en cuestiones como, avances tecnológicos que sean de aplicación, gustos y preferencias del mercado o requisitos establecidos por las administraciones.
Es necesario diferenciar que, cuando es la ADMINISTRACIÓN PÚBLICA quien hace las inversiones en el sector u obliga a las empresas a invertir (con la ayuda de subvenciones o créditos de desarrollo turístico), como está ocurriendo en la actualidad a través de los Fondos Europeos mediante los Planes “Lider”, “Proder”, etc, su objetivo principal es potenciar el desarrollo turístico de una comarca, región, o un municipio. Estas inversiones suelen regirse por criterios como:
– aplicación de la legalidad y ordenación del espacio,
– criterios políticos o de orientación sectorial (creación y fomento del empleo),
– impacto o inyección económica en la localidad, comarca o región,
– protección medioambiental, naturaleza o cultura.
Cuando es la EMPRESA PRIVADA quien invierte, su objetivo general es mejorar su productividad y, consecuentemente, mejorar su rendimiento económico, aunque los criterios de selección de las inversiones y su evaluación pueden ser comunes a ambos sectores: público y privado.
11.2 INVERSION: CONCEPTOS.
a) Concepto de inversión
Desde una perspectiva no empresarial, por inversión se entiende la compra de activo por una persona o una empresa o sociedad. Hablamos de inversión cuando compramos una vivienda, ampliamos o reformamos la que tenemos, o compramos un ordenador; también cuando invertimos en bolsa o participamos de cualquier empresa.
Desde una perspectiva empresarial, nos referimos (además de la adquisición de bienes o el aumento del Activo), a que se presuponen conocimientos adquiridos a través del análisis y situación de la propia empresa, del sector y, del sistema, que son los que empujan al empresario a explotar, mediante la inversión, un recurso económico con la intención de obtener ingresos superiores a los desembolsos exigidos.
Toda inversión exige un desembolso económico; algunas, grandes desembolsos, pero son una exigencia ineludible para las empresas si quieren sobrevivir y progresar en el mercado.
b) Evaluación y selección de las inversiones
Los recursos económicos son escasos, comparados con las necesidades que se atribuye el ser humano.
Los recursos de carácter financiero necesarios para acometer una inversión, no son una excepción. Por una parte, la inversión puede responder a un proyecto autónomo e independiente, pero también a un conjunto de proyectos subordinados; es decir, que aceptar un proyecto en donde invertir, dependerá de la aceptación o el rechazo de otros proyectos, necesarios para poder acometer el primero, antes mencionado.
De la relación entre proyectos y recursos disponibles, surge la necesidad de hacer una evaluación previa de las inversiones, que permita juzgar su conveniencia y plantear su orden de prioridad cuando se trate de varios proyectos.
En cualquier caso, de entre las circunstancias que es conveniente evaluar se encuentran las siguientes:
1. Liquidez, seguridad y rentabilidad: liquidez o tiempo de recuperación de la inversión; seguridad o garantía sobre la recuperación del proyecto; y rentabilidad o importancia relativa del exceso de las cantidades recuperadas sobre los recursos empleados. Normalmente no suelen darse las tres circunstancias en la medida de lo deseado. Es difícil que un proyecto de inversión comporte, al mismo tiempo, alta liquidez, rentabilidad y seguridad. Normalmente, cuando hay liquidez, la rentabilidad no es muy importante, pero la seguridad se ve beneficiada. Por el contrario, las rentabilidades elevadas acostumbran a estar asociadas a activos poco seguros, con plazos de realización dilatados en el tiempo y, en consecuencia poco líquidos.
2. El coste de la inversión puede descomponerse en diversos sumandos:
2.1 El coste del activo: aunque es un coste importante, sólo es uno de los elementos que deben considerarse. Conlleva gastos adicionales de transporte, instalación, etc.
2.2 Los costes derivados del trabajo desarrollado para estudiar la viabilidad del proyecto.
2.3 Los costes operacionales; es decir, los que se generan en el desarrollo productivo de la inversión, tales como consumos de materiales o gastos de personal.
2.4 El coste de aprendizaje o de reciclaje del personal, ocasionado cuando la inversión supone un cambio en los procesos productivos o de procedimientos del trabajo.
3. El marco legal y las condiciones económicas. La inversión es una apuesta por el futuro y, en consecuencia, entraña un riesgo derivado de la falta de información, que afecta a la duración de la inversión, a los reembolsos, e incluso, al desembolso inicial. Todos estos elementos se comportan, normalmente, de forma aleatoria, por lo cual el cálculo de probabilidades es un elemento que puede intervenir en las decisiones sobre inversión. La inversión implica decisiones bajo condiciones de incertidumbre. Sin embargo, las decisiones en total incertidumbre son tan improbables como las decisiones en absoluta certeza.
4 Otras cuestiones importante en relación con las decisiones de inversión, se sitúan en el campo técnico, en la adaptación de los nuevos equipos a la organización existente, tanto técnica como humana, el mantenimiento y asistencia. En definitiva, la dependencia o independencia de terceros en orden al funcionamiento de los equipos, así como su previsible obsolescencia tecnológica. Tampoco es desechable el examen de las posibilidades de “desinversión” y adaptación o versatilidad de los equipos a otras funciones.
La evaluación de los proyectos de inversión se efectúa en función de la corriente de reembolsos y desembolsos que los mismos originan; es decir, de los cash-flow generados, que no necesariamente coinciden con los resultados contables por la distinta periodificación de los gastos, amortizaciones, impuestos, etc.
c) Oferta y demanda de capital
Normalmente sólo se emprenderán aquellas inversiones cuya rentabilidad resulte superior al coste financiero de los recursos financieros para llevarlas a término. Por ejemplo, si un activo tiene un rendimiento estimado en un 15% y el coste medio del capital necesario para su compra asciende al 16%, es económicamente racional no acometer la inversión en dicho elemento de activo y viceversa.
Otra forma de analizar la misma cuestión, especialmente cuando disponemos de diversos proyectos, puede efectuarse mediante la superposición de una curva de demanda de capital y otra de oferta del mismo. La demanda de capital es el conjunto de recursos que son necesarios para financiar una o varias inversiones; la oferta se corresponde con el conjunto de fondos disponibles en el mercado.
Ambas se representarían en un gráfico de coordenadas: en el eje de abscisas, el volumen de recursos y en el de ordenadas, el rendimiento de los proyectos y el coste de las fuentes. El punto donde confluyan ambas líneas, señala el volumen de inversión que puede acometerse.
11.3. PROCESO DE INVERSIÓN Análisis del sistema de inversiones
Las inversiones son decisiones a largo plazo, puesto que se suelen plantear de cara a procesos de recuperación más o menos lejanos. Hay que considerar que las funciones de inversión han de estar profundamente condicionadas por la dimensión de la empresa. Es normal pensar que cuando los inmovilizados se incrementan, los riesgos también se acumulan, por lo que las decisiones se hacen más complejas. Ahora bien, hay que destacar dos tipos de inversión:
· Las inversiones a largo, o inmovilizaciones técnicas.
· Las inversiones a corto, o inmovilizaciones de ejercicio.
Es además importante, reflejar dos momentos claves de las decisiones inversoras:
· Cuando la empresa debe organizar su estructura.
· Cuando la empresa debe readaptarse en función de diversas causas.
En el caso del empresario turístico, éste tomará sus decisiones en razón de varias circunstancias:
– Causas objetivas: la situación del mercado turístico, la existencia de un recurso turístico fácilmente localizable, el volumen del inmovilizado que exige el proyecto turístico u hotelero, etc.
– Causas subjetivas: las expectativas futuras de mercado, la evolución del sistema económico, la esperanza de la obtención de importantes rendimientos, etc.
Es obvio reseñar, que la actuación acertada o desacertada en las estrategias de inversión será, sin duda, la garantía del éxito o del fracaso de la empresa.
Cuando un empresario turístico piensa en invertir, ha de hacerlo imaginando un rendimiento de aquella inversión. No tendría sentido querer invertir, sin pensar en los beneficios que la inversión pueda originar.
Está claro que al referirnos al rendimiento esperado de la empresa turística, nos estamos introduciendo en un mundo aleatorio, en donde al turismo, por sus características cambiantes, hay que “vigilarlo” continuamente.
En este rendimiento medio esperado, se han de diferenciar dos tipos de factores:
– Los de incertidumbre (demanda, precios, expectativas…)
– Los de certeza (tipos de interés, técnica aplicada…).
Será preciso cuestionarse cuándo será conveniente o no realizar una determinada inversión, valorando dos elementos fundamentales:
1. El tipo de interés interno de la inversión o rendimiento esperado de la misma (ingresos esperados = desembolsos realizados por factor de rendimiento elevado a “t” años).
2. El conjunto de alternativas posibles antes de la adopción de la decisión.
11.4 SELECCIÓN Y EVALUACIÓN DE INVERSIONES TURÍSTICAS
Tiene dos tratamientos perfectamente delimitados y determinados: el macro y el microeconómico.
Cuando el empresario se plantea la selección de una inversión turística, desde el enfoque de una Administración Pública, que tiene la finalidad de apoyar mediante un crédito, subvención o reglamentación un desarrollo turístico, priman criterios muy definidos que, a menudo, no entran en los condicionamientos de la selección desde los planteamientos de una empresa privada. Digamos, por ejemplo:
– criterios medio-ambientales, naturales o culturales;
– criterios de impacto económico regional;
– criterios legales o de ordenación de espacio;
– criterios políticos o de ordenación sectorial.
Es evidente que, en cuanto al ámbito de la empresa privada, los criterios de selección no tendrán por qué ser los mismos y, también las medidas de evaluación habrán de ser igualmente distintas. Sin embargo, no se ha de plantear esta comparación como una situación incompatible entre los objetivos macro y micro, sino como otra estrategia, ya que la empresa turística (como cualquier otra) por su concreción y dimensión debe proyectar sus elementos de definición desde otros ángulos absolutamente más específicos y temporales.
1. La selección de las inversiones turísticas
En primer lugar, la empresa para seleccionar su inversión debe estar bien informada y, por tanto, habrá de manejar con cuidado y amplitud todos los datos posibles:
· Información de recursos: Calidad de recursos, otras alternativas, saturación de recursos, sustitución a posteriori del recurso.
· Información legal y política: reglamentos, incentivos, permisos, estructura política.
· Información de mercado: oferta, tendencia de la demanda, equilibrio de precios, situación producto.
· Información económica: nivel de costes, valor de la inversión, proceso inflacionario, tasa cambio.
La integración ordenada y ponderada de todo ese conjunto de información se traducirá a su vez en una información resultante; es decir, en la valoración del rendimiento esperado.
2. La evaluación de las inversiones turísticas
Los indicadores objetivos empleados para medir el comportamiento real de la inversión se pueden dividir en dos grupos:
– Los que se utilizan en el proceso anterior a la operación.
– Los que se utilizan sobre los resultados obtenidos tras iniciar el proceso de la operación.
Entre los primeros es necesario mencionar:
· El cumplimiento del presupuesto de inversión;
· El cumplimiento del plazo de partida del proyecto turístico en cuestión.
En los segundos, la evaluación dispone de un grupo de ratios bastante más operativos y efectivos:
· El cumplimiento del nivel de ocupación (en caso de hotel) o de previsión de ventas (AAVV);
· El logro de una Tasa Interna de Retorno (TIR), y
· La consecución del valor en términos absolutos del cash-flow, capaz de hacer frente a las necesidades de tesorería de la empresa turística.
El primero es determinante del logro de la totalidad de los resultados económicos de rentabilidad. Si en la evaluación los niveles de ocupación (hotel) o de ventas (AV) son menores que los estimados, el proyecto no responderá como debiera a las expectativas iniciales.
3. Criterios de evaluación y selección
3.1 PERIODO DE RECUPERACION
Se entiende por periodo de recuperación o pay-back el plazo de tiempo que trascurre entre el desembolso de la inversión y el momento de su recuperación a través de los recursos generados.
Cuanto menor sea este plazo, mayor será el grado de liquidez del proyecto y menor el riesgo en que se incurre, dado que cuanto más lejana en el tiempo es la recuperación de los fondos invertidos, más problemática puede resultar su realización. También serán más difíciles de precisar los desembolsos necesarios para llevar a término el desarrollo de la inversión.
Teniendo en cuenta lo expuesto, el criterio del periodo de recuperación, puede resultar adecuado para valorar, por ejemplo, inversiones situadas en territorios de inestabilidad política y económica.
Si sólo se considera este criterio en el análisis de una inversión, siempre resultará preferible, entre dos o más proyectos de inversión, aquél cuyo plazo de recuperación sea menor. Sin embargo, la simplicidad de este juicio deja al margen conceptos tan importantes como los recursos generados por la inversión o el momento en que se recupera; por tanto, siempre es conveniente no emplear este criterio de forma exclusiva, sino formando parte de un conjunto de criterios con los que se va a evaluar la inversión.
3.2 TASA DE RENDIMIENTO CONTABLE
La rentabilidad de un proyecto es la capacidad que tiene para proporcionar rendimientos, rentas o beneficios. La rentabilidad siempre relaciona los resultados con la inversión, pudiéndose expresar tanto lo uno como lo otro en función de diversos criterios.
El criterio de la tasa de rendimiento contable, como su nombre indica, se aplica considerando los datos de la contabilidad y consiste en relacionar:
– el volumen medio de inversión y
– los beneficios medios en el tiempo durante el cual se prolonga la inversión.
Normalmente la inversión se produce en un momento inicial y progresivamente va desapareciendo por efecto de la obsolescencia y el desgaste. Una forma sencilla de evaluar la inversión media (IM) consiste en promediar el valor inicial de la inversión (VI) y el valor residual de la misma (VR); es decir,
IM = (VI + VR) / 2
Los resultados pueden considerarse desde diversas ópticas. Se pueden considerar los beneficios netos (BN); es decir, el resultados después de los impuestos o el promedio de beneficio durante el tiempo que mantengamos la inversión (BN medio).
Así:
3.3 VALOR ACTUAL
a) Valor actualizado neto (VAN): es un procedimiento que se fundamenta en la actualización del valor capital de una inversión. El valor capital de una inversión corresponde a la diferencia entre los ingresos y los desembolsos previstos y actualizados.
Este procedimiento pretende determinar el beneficio total que se espera obtener de un determinado proyecto de inversión, en función de un tipo de interés calculatorio estimado.
b) Tasa interna de rentabilidad (TIR): esta tasa corresponde al tipo de interés calculatorio, que hace que el VAN sea nulo. Con el VAN se elige el interés calculatorio; en el TIR es la incógnita, cuyo valor se obtiene, normalmente, mediante aproximaciones sucesivas o con el uso de programas informáticos.
c) Tipo de interés calculatorio: En el caso del VAN, se puede tomar como tipo de interés calculatorio el que corresponde al mercado; es decir, el coste de oportunidad del dinero. En el procedimiento del tipo de interés calculatorio se incrementa el interés calculatorio con una tasa de riesgo. El valor de esta tasa
es totalmente arbitrario; es decir, dependerá de la aversión al riesgo que tenga el inversor.
11.5 TIPOS DE INVERSIONES EN EMPRESAS DE HOSTELERÍA Y TURISMO
No existe un tipo especial de inversión para las empresas turísticas (si exceptuamos la aplicación especial de los Fondos Europeos, en la actualidad, a través de Planes Especiales, pero de carácter coyuntural), sino que éstas acuden a las mismas fuentes de financiación que otras empresas de otros sectores, para canalizar las inversiones que realizan.
Estas inversiones, que pueden ser de muy variados tipos, pueden ser resumidas en los siguientes:
· Inversiones en Activo Fijo (elementos de transporte, mobiliario, maquinaria, equipos informáticos, derechos de marca,….). Dentro del sector turístico, las empresas de transporte y alojamiento son las que mayor inversión suelen hacer en Activo Fijo. Las agencias de viajes hacen su mayor inversión en Activo Fijo, salvo excepciones, en elementos informáticos.
· Inversiones en Activo Circulante (materias, primas, mercaderías, combustibles….). Ocurre igual que con las inversiones en Activo Fijo; es decir, que son las empresas de alojamiento y transporte las que mayor inversión suelen hacer.
· Inversiones productivas, consistentes en las adquisiciones de bienes que hace la empresa para ser incorporados al proceso productivo; es decir, para producir bienes y servicios. (Ejemplo: la adquisición de “regalos de cortesía” para los clientes de agencia de viajes).
· Inversiones financieras, realizadas en la adquisición de títulos y participaciones en otras empresas (acciones, participaciones, obligaciones) normalmente, como consecuencia de excedentes de tesorería.
· Inversiones de cambio de activos, que son las que se realizan para reemplazar elementos, reducir costes de producción, aumentar ésta, conquistar nuevos mercados, introducir nuevos productos, mejorar las condiciones de trabajo. En este grupo se incluyen también las inversiones obligatorias o impuestas. Estas últimas corresponden a aquellas que se han de hacer por imposición de la Administración competente.
Bibliografía:
GESTIÓN FINANCIERA. Jorge Antich. Edt. Síntesis.
CURSO BÁSICO DE CONTABILIDAD FINANCIERA. Catalina Vacas. Edt. Síntesis. ADMINISTRACIÓN, GESTIÓN Y COMERCIALIZACIÓN DE EMPRESAS TURÍSTICAS.
Cabello López y otros. Ediciones Akal. 2001.