1.- Introducción.
El concepto de corrección normativa se consolida por motivos de imprenta, que corrige los siempre problemáticos copistas, y el auge de la Filología, ya en periodo preclásico.
Por otro lado, el hecho de que Felipe II traslade la Corte a Valladolid y a Madrid hace que la norma que se tome como modelo sea la septentrional, a pesar de ser la del sur la que aportaba soluciones más innovadoras.
2- Grafías. Fonética y fonología.
O Durante el XVI van disminuyendo las vacilaciones entre las vocales átonas, hasta que en el XVII sólo se dan, y de modo escaso, cierres de e > i y de o > u.
O En cuanto a la F– inicial de ascendencia latina, se tolera como arcaizante hasta 1550, aunque era tenida por rústica su aspiración ante diptongo y e, siguiendo la norma del norte.
O Hasta 1550 no caen los grupos consonánticos interiores y finales extraños en español: mill, cient, sant,… Cuando de cultismos se trataba, se daba una tensión entre fidelidad y adaptación al romance, y, aunque normalmente predominaba la simplificación de éste, no es extraño encontrar la solución etimológica, especialmente en el siglo XVI.
O La confusión entre / b / y / v / se disipa a favor de la primera, salvo en el sur, donde la distinción permanecerá hasta principios del XVII, por influencia de la norma del norte. En 1726 la R.A.E. Reguló u para la vocal y v para consonante.
O En cuanto a la fonética sintáctica:
O La sustituye a el ante sustantivos masculinos acabados en a, salvo si ésta era además su inicio: el centinela, pero la hacha.
O En el siglo XVI, por influencia toledana, y meridional en general, la / r / final del infinitivo se asimilaba a la lateral del pronombre enclítico en un sonido lateral, palatal: tomarlo > tomallo.
O Pero es el reajuste de las sibilantes el más complejo de todos los fenómenos lingüísticos áureos: arranca del español preclásico y culmina en 1650:
En Castilla, Aragón y León se ensordecieron todas las sibilantes durante el período preclásico con la consiguiente confusión de grafías:
/ / s / y / z / > / s /: X, G, I, J, posteriormente, al confundirse con las apicoalveolares por proximidad articulatoria, la sorda resultante retrasa su pronunciación a mediopalatal y luego a velar, dando la actual / x /, para G, J y X, pero no para I, que se pierde como grafía de consonante. Esta etapa del proceso se produce entre 1560 y 1640. En los dominios donde [ h ] de F– inicial latina se aspiraba, / x / también lo hacía. Esta solución queda para toda España.
/ / s / y / z / > / s /: C+e,i; Ç, Z, que queda como dental, africado y sordo, pero tomará la solución andaluza de hacerla interdental y fricativa como el fonema actual.
/ / s / y / z / > / s /: S, en todas sus posiciones, geminada o no, que queda como apicolaveolar, fricativa, sorda, al optar por la solución meridional de hacerla fricativa. La fricativización de esta pareja de fonemas y de los anteriores se produce, en estas zonas, entre 1600 y 1650.
Andalucía Occidental hace interdentales y fricativas las antiguas dentales africadas (/ s / y / z / : C+e,i; Ç, Z) y se confunden con las apicoalveolares (/ s / y / z / : S-, -SS-, consonante + S y –S-, y, por tanto, también sus grafías.
Posteriormente, en 1550, les llegará el ensordecimiento castellano: a partir de ahora tenemos un fonema interdental, fricativo y sordo / / para Z, C+ e,i y uno apicoalveolar, fricativo, sordo / s / para S en todas sus combinaciones. Ambos fonemas se confundían entre sí, dándose el zezeo, si se optaba por la interdental, o el çeçeo, si se optaba por la apicoalveolar. En el sur las apicoalveolares se perdieron quedando un fonema para todas las grafías anteriores.
Ahora bien, de la pronunciación de la interdental como tal se producirá el ceceo y de su pronunciación como dental nacerá el seseo, que se extenderá por toda la modalidad española meridional, incluyendo América y Canarias.
Este fenómeno dividirá España en dos: en la zona septentrional, Toledo, Murcia y parte de Andalucía Oriental tiene tres fricativas sordas/ / , / s / y / x / bien diferenciadas en su punto de articulación; mientras que la zona meridional –Andalucía, Cartagena, Canarias y América- reduce las dos sibilantes a una dental [ s ], con un alófono interdental [ ]; y / x / se pronuncia como pospalatal [ y ] o faríngea [ h ].
En el siglo XVIII la R.A.E. Elimina las grafías ss y ze y zi; mientras que en 1815 se pierde la grafía x para el fonema / x /.
• Otros fenómenos meridionales que salen de estado latente en el XVI son:
• Yeísmo: / l / pasa de fricativa, palatal, lateral a / y /, palatal, africada, sonora y / z /, prepalatal, fricativa, sonora. Ya estaba documentado en la mozarabía y aparece en los siglos XVI y XVII en Toledo y Andalucía.
• Conflicto de líquidas en posición implosiva con múltiples soluciones:
• Neutralización en / R / o / L /
• Vocalización en la semivocal [ i ]
• Se nasalizan.
• Se aspiran.
• Se omiten.
• La –s en posición implosiva se aspira en [ h ], por eso a veces no aparece en lo escrito.
• La relajación de la / d / intervocálica ya se documentó en las desinencias verbales, pero ahora se extiende.
3.- Morfología.
3.1.- Verbos.
O Los futuros y condicionales extraños hoy se normalizan a finales de XVI: por ejemplo, debriá, porné, salliré o engañarme ha por debería, pondré , saldré y me engañará, respectivamente.
O El presente de indicativo de la tercera persona elimina todos las formas extrañas hoy en la misma época: amás, tenés y sos por amas, tienes y eres, por ejemplo.
O En las esdrújulas pervive la forma verbal –ades, como forma de vos, hasta finales del XVII: amávades por amabais.
O La desinencia latina –stis resulta –stes, y no –steis, hasta la segunda mitad del XVII: tomastes por tomasteis, por ejemplo.
O Se mantiene la duplicidad hemos/avemos , vayamos / vamos, vayáis / vais, traxo / truxo , quies / quieres y heis/avéis.
O Aver va perdiendo terreno como transitivo frente a tener, y se va especializando como auxiliar ya desde 1550, desplazando a ser en algunos usos -por ejemplo eres llegado-. Su uso como transitivo posterior a esta fecha es arcaísmo literario.
O Ser puede indicar situación local hasta finales del XVI, y permanece en lo literario como arcaísmo hasta finales del XVII. Ser ante participio resultativo dura hasta mediados del XVII: es hecho, por ejemplo.
O Ha + sintagma nominal de tiempo se da hasta 1650.
3.2.- Sustantivos y adjetivos.
: Señor > seor > seó > só + nombre o adjetivo, aún sin matiz despectivo.
: Los gentilicios en –és no toman morfema de femenino.
: Los morfemas diminutivos –ito e –ico aumentan su uso progresivamente, aunque no desbancan a –illo y –uelo.
: Durante la primera mitad del XVI se generaliza, por influencia latina e italiana, el superlativo en –ísimo, que triunfa a partir de 1550.
: Pablos y Marcos son restos de nominativo que caen a mediados del siglo XVII.
: Los masculinos en acabados en a son tratados como femeninos en la Edad Media – la profeta -. En el XVI hay dobletes – la profeta / el profeto -. A finales del mismo siglo se consolidan como hoy los referidos a personas, mientras que los no humanos no cambiarán hasta el siglo XVIII.
: Los acabados en u, e, n,… no tomarán su forma definitiva hasta mediados del XVII y principios del XVIII.
3.3.- Pronombres.
A Predomina vos como tratamiento para iguales no íntimos y superiores mientras que en el ámbito de la amistad íntima y en lo familiar domina tú. Ahora que vos es usado como singular también, para diferenciarlo del plural triunfa definitivamente vosotros, y nosotros por analogía.
A Lo + sustantivo empieza a alternar con el en el XVI para expresar valor neutro, y triunfa totalmente en el XVII.
A Los pronombres átonos enclíticos van dejando de ser proclíticos a inicio de periodo o tras pausa.
A Cuando el verbo auxiliar está distante del auxiliado, éste lleva el pronombre enclítico: no han querido antes atádome mucho.
A Los pronombres normalmente enclíticos podían ir proclíticos con formas no personales, especialmente, si éstas van en subordinadas o tras pausa, desde el XVI.
A El leísmo se hace abrumadamente mayoritario hasta hacerse normativo en el XVII si es masculino y singular.
A El laísmo se hace mayoritario en el XVII a imitación del leísmo y sale de los reductos dialectales del norte y del centro.
A El loísmo, al ser fenómeno inverso al leísmo, no triunfa, salvo en zonas del norte y del centro.
A Ge lo pasa a se lo entre 1530 y 1560 por el reajuste de las sibilantes, en cuanto la prepalatal se confundía con la apicoalaveolar.
A A partir de 1550 aparece el plural quienes, que no se generaliza hasta principios del XVII.
A Nuesso y vuesso, con sus femeninos y plurales caen a finales del XVI.
3.4.- Otros.
/ A finales del XVI se actualizan definitivamente las formas agora, ansí, estonces y la conjunción copulativa y, que podía aparecer como i.
/ Luego y a la hora predominan con el sentido de inmediatamente.
/ El sufijo adverbial –mente deja de escribirse separado desde el XVI.
4.- Sintaxis.
• En general, el ideal de claridad selecta renacentista va decayendo desde 1625, cuando la sintaxis barroca se recrea en periodos largos e hipérbatos retorcidos.
• La oración pasiva con se se admite cuando el sujeto paciente es una oración o un infinitivo nominalizado. Va ganando carácter intemporal, sobre todo con verbos intransitivos: vívese así. Para evitar ambigüedades con la recíproca o la reflexiva el acusativo de persona lleva antepuesta la preposición a: se imitan los santos > se imitan a los santos.
• Hasta 1625 son comunes los objetos directos con de provenientes de genitivo en construcciones partitivas indefinidas.
• De ahí que se generalice el objeto directo de persona con a en todos los contextos.
• Los complementos se expresan con diversas preposiciones por restos de rección latina: hay confusión de preposiciones, especialmente entre a, de y en: viaje del Paranaso, vivir a España, hablar en eso.
• El pronombre que suele repetirse tras inciso.
• A veces el verbo se da por sobreentendido en construcciones sintácticas hechas: Que por la fe, [ juro ] de guardarte secreto eternamente.
• El complemento agente con de es mayoritario hasta el XVI inclusive. Sin embargo, ya desde el siglo XIII se tomó por en la pasiva refleja, como calco sintáctico del latín, que, con per + acusativo, señalaba agente o mediador. Empieza a aparecer en el XVI hasta desbancar a de en el siglo XVII.
• Durante toda la Edad Media y los Siglos de Oro son comunes las construcciones de dirección con de, en vez de con a, o hacia, en cuanto respondía aun calco sintáctico latino de de + ablativo: Subida del Monte Carmelo.
5.- Léxico.
Por los procesos de conquista por Europa, y por el auge renacentista se introducen diferentes:
A Italianismos: escopeta, centinela, esbozo, balcón, capricho,…
A Galicismos: Chapeo, sumiller, madama, damisela, batallón, coronel,…
A Lusitanismos: Payo, mermelada, sarao, menino, echar de menos,…
A Germanismos: Trincar, bigote, lansquenete, brindis,…
A Flamenquismos: Finanzas, escaparate,…
A Indigenismos de América: Cacique, chocolate, patata,…