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Tema 7 – Las lenguas de españa.

FORMACIÓN Y EVOLUCIÓN. SUS VARIEDADES DIALECTALES.

==FORMACIÓN DE LAS LENGUAS DE ESPAÑA.==

1.1.- Las lenguas anteriores a la romanización.

· Al occidente y en el centro se hablaban idiomas indoeuropeos, fundamentalmente célticos. Dejaron préstamos en el latín que luego han pasado a nuestra lengua: berro, brezo, légamo. Topónimos: Toledo, Segovia, Las Huelgas,…

· Al este se hablaban lenguas no indoeuropeas: el ibérico (desaparecido) y el vasco. De este último proceden voces como: cencerro, chistera, izquierdo. Y se ha pensado que la pérdida de F- inicial latina en el castellano (filum> hilo; filium> hijo; fenuculum> hinojo) se debe a influjo vasco.

1.2.- La romanización y sus consecuencias.

1.2.1. La romanización de Hispania.


En el año 218 a.C. Roma comenzó la conquista y colonización de Hispania, que originó la pérdida de las lenguas prerromanas (salvo el vasco) y su sustitución por el latín: un latín distinto al que encontramos en los textos literarios, pues se trataba de su modalidad hablada, conocida como latín vulgar. Los pueblos del norte- astures, cántabros y vascones- resistieron más tiempo a los romanos, y fueron más tardía y deficientemente romanizados.

Este latín vulgar que entra en la península, aunque unitario en la época de Augusto, irá evolucionando y diversificándose, sobre todo en contacto con los elementos del sustrato y por otras influencias posteriores, lo que traerá consigo el inicio de las lenguas romances.

El latín hispánico presenta unas características que constituyen el germen de la posterior diferenciación lingüística peninsular. En general, este latín, frente a otros territorios romanizados, es más conservador y presenta una evolución más lenta.

En el siglo V los pueblos germánicos invadieron la península Ibérica; pero estas invasiones alteraron muy poco el mapa lingüístico peninsular, pues cuando llegaron los visigodos estaban ya romanizados. No obstante, palabras de origen germánico como albergue, espuela, ganso, tregua, guardián o espía quedaron incorporadas a las lenguas.

1.2.2. Causas de la fragmentación del latín.

Tuvieron que confluir múltiples circunstancias para que desapareciera una lengua como la latina, que era el soporte de una importante cultura; contaba con una literatura en la que hay nombres de valor universal como Virgilio, Horacio, Ovidio, Cicerón… y servía además para la comunicación en un inmenso imperio extendido por la mayor parte de Europa, las islas Británicas y el norte de África. Algunas de ellas serían: la quiebra económica del imperio, las invasiones de los pueblos germánicos la dificultad de las comunicaciones,…

1.3. Transición del latín al romance.

Durante la época visigoda el latín de la Península va evolucionando y la lengua hablada camina lentamente hacia el romance. Con una evolución lenta pero constante se llega a una situación en que la lengua hablada es otra distinta del latín.

Es un proceso que se suele enmarcar entre los siglos V (caída del imperio) y IX, pero que había comenzado antes y no terminará hasta siglos después.


1.4.- La lengua romance peninsular en sus primeros tiempos.

Siguiendo a Menéndez Pidal y a Entwistle podemos reconstruir lo que fue el romance peninsular o magma lingüístico más o menos común, cuando aún los árabes y el empuje político e innovador castellano no habían acentuado las diferencias dialectales y lingüísticas que de todos modos se iban ya produciendo. En este sentido Entwistle habla de lo que él denomina “la plataforma visigótica” y de cómo “durante el siglo VII debió haber, dejando aparte el área catalana, una considerable unidad de lengua”.

Rasgos comunes de este romance peninsular:

– Tendencia generalizada a la pérdida de las vocales finales latinas.

– Las vocales tónicas e y o tienden a diptongar

– Los sufijos –ariu, – eriu, -oriu, -asiu sufrieron una metátesis que los redujo a –airo, -eiro, -oiro, -eiro.

– Sonorización de las oclusivas sordas intervocálicas p t k > b d g .

– Todas las lenguas peninsulares coinciden en –cl- y –li- > -ll- palatal

– Conservación de f- inicial latina en toda la península, aunque el castelano ya se habría contagiado de la tendencia vasca a la aspiración.


1.5.- Los árabes en la península.

Uno de los principales factores que determinaron la evolución del latín y la formación de los dialectos romances fue la invasión de los árabes a partir del año 711. Éstos conquistaron en 7 años casi toda la península y las tropas cristianas tuvieron que reagruparse en zonas aisladas (cordillera Cantábrica y Pirineos) desde donde se inició la Reconquista que terminó en 1492.

A medida que ésta iba avanzando, se fueron constituyendo los diversos reinos cristianos y el latín evolucionó de forma distinta en cada uno de ellos, lo que propició el nacimiento de los dialectos romances .

Fruto del dilatado periodo de influencia de la cultura y lengua árabe, dichos romances recibieron muchos préstamos, llamados arabismos. Así : álgebra, cifra, alcohol, alambique, jarabe, almacén, arancel, alcalde, alguacil, alférez, azulejo, noria, acequia, alcantarilla, alféizar, alfombra, etc.

Los dialectos romances que fueron surgiendo fueron: catalán, navarro-aragonés, castellano, astur-leonés, gallego y mozárabe.


==EVOLUCIÓN DE LAS LENGUAS Y DIALECTOS PENINSULARES.==

2.1. Los dialectos peninsulares

Con el paso del tiempo, los romances catalán, gallego y castellano se constituyeron en lenguas porque se convirtieron en modelos lingüísticos diferenciados y en medios de expresión culta y literaria.

En cuanto al astur-leonés y al navarro-aragonés o aragonés, son dialectos históricos del latín que quedaron reducidos al habla familiar.

En los territorios del Sur de la peninsula, ocupados por los árabes, el latín evolucionó entre las gentes cristianas (mozárabes) que allí vivían y se formó el dialecto mozárabe, que fue desapareciendo a medida que avanzó la Reconquista hacia el sur y se impusieron los romances hablados en los reinos cristianos. Los poemas llamados jarchas son la principal fuente de información que se posee para conocer el mozárabe.

En cambio, la lengua vasca ha coexistido hasta nuestros días junto con estas lenguas y dialectos.

2.2.- El castellano

2.2.1. Orígenes

Castilla nació en la antigua Cantabria, región situada en las montañas cercanas a Santander, en las proximidades del área vasca. Dependiente de León al principio, comenzará su autonomía con la creación del condado de Castilla, hacia el 950, por el conde Fernán González.

En esta zona comenzó el cambio que originó que la f- latina se aspirara y se terminara perdiendo: farinam >harina; feminan > hembra…

Además la ll común a los romances peninsulares en palabras como muller, tella o doncella, se pronunciaba con un sonido parecido al de la j francesa: mujer, teja, concejo.

2.2.2.- El castellano en la Edad Media

a) los siglos X- XI.

En el siglo XI hay una notable influencia francesa en los reinos cristianos peninsulares, que se produce a través de dos fuentes: el camino de Santiago y los monjes de Cluny.

De este modo entran vocablos franceses o provenzales como: mensaje, homenaje, fraile, doncel, vianda, linaje…

Al principio, el romance no se consideraba lengua apta para ser escrita, pues tal privilegio se concedía solo al latín. No obstante, las primeras palabras escritas en castellano aparecen ya en los siglos X y XI, como glosas en códices de los monasterios de San Millán de la Cogolla y Santo Domingo de Silos.

b) los siglos XII- XIII.

La pujanza de los cristianos en el siglo XII permitió un avance espectacular de las fronteras. En el siglo XIII se puede considerar ya terminada la Reconquista, sólo quedará ya el reino de Granada, vasallo de Castilla.

En su expansión, el castellano se impuso a otros dialectos, que, a la vez que desaparecían, dejaban sus huellas en él. En su avance hacia el sur, el castellano absorbió a las hablas mozárabes, que ya no se hablaban a finales del s. XIII.

Señala Entwistle, que lo más notable de este proceso es que el castellano, en muchos casos, seleccionase o adoptase rasgos originariamente procedentes de otros dialectos o lenguas, o incluso impusiese sus elecciones, siendo su adopción por parte del castellano lo que les da validez universal.

Rasgos de este español medieval:

– Vacilación en el diptongo diminutivo – iello

– Dos variedades de s, una sorda (escrita –ss- entre vocales y s en posición inicial o tras consonante) y una sonora intervocálica (escrita –s- )

– Distinción entre c y ç sorda pronunciada [ts] y z sonora pronunciada [ds]

– Distinción entre x sorda, pronunciada como ch francesa y g+e,i y j pronunciadas como j francesa.

– En la lengua hablada la h inicial aspirada sustituye a la f- latina, pero esta se conserva en la escritura, por juzgarse el cambio un vulgarismo.

– Conglomerados del tipo “gelo” ( se lo ),

– Arcaísmos como “nul” (ninguno) o “maguer” (aunque), “ca” (porque)

– Empleo del artículo junto al posesivo: “los mis ojos”

En el siglo XIII, la fuerte conciencia nacional introducida por Alfonso X el Sabio y el deseo de promover un único lenguaje común a las tres razas (cristianos, árabes y judíos) le hizo emplear el castellano en obras de carácter culto, en vez del latín. Esto significó la dignificación definitiva del castellano.

Por otra parte, una extensa nómina de autores literarios cultos como Gonzalo de Berceo (s. XIII), Juan Ruíz, Arcipreste de Hita (s. XIV), Don Juan Manuel (s. XIV), Fernando de Rojas (s. XV), etc.. contribuyeron con su obra a consolidar la lengua castellana, fijando su sintaxis y ampliando su léxico.

2.2.3.- Consolidación del Castellano, los siglos de Oro.

La unidad lograda por los RR.CC tiene su correlación lingüística en la hegemónica posición del castellano.

Se estima como modelo de buena dicción el habla toledana, donde estaba la corte. El leonés pervive solo en el habla rústica y el aragonés desaparece pronto de la literatura.

En 1492 la publicación de la “Gramática” de Nebrija marcaría el nivel de prestigio y realización a que había llegado el castellano. Además la imprenta contribuyó de un modo decisivo a la uniformación gráfica, léxica y sintáctica de la norma culta del español.

Durante los siglos XVI y XVII, se escribieron múltiples tratados y diccionarios: Diálogo de la lengua, (1536) de Juan de Valdés, Tesoro de la lengua castellana o española (1611) de Sebastián de Covarrubias, primer diccionario, propiamente dicho, de nuestra lengua.

Características del español del Siglo de Oro:

a) Fonología:

– Vacilación en el empleo de los grupos consonánticos cultos (efecto, efeto)

– Desde finales del siglo XVI dejó de pronunciarse la h- aspirada procedente de f- inicial latina

– Las variantes de s sorda y sonora se reducen a la sorda actual

– La –b- oclusiva y la –v- fricativa, durante el siglo XVI en la mitad norte de Castilla, Aragón y otros territorios, se confunden quedando el sonido en la forma actual

– La ç sorda [^s] y z sonora [^z] a lo largo del XVII irán tomando el sonido actual de z,c

– La g+e,i; la j [z] y la x [s] medievales dan paso, al acabar el primer tercio del siglo XVII , a la actual j [x]

b) Morfosintaxis:

– Entre las vacilaciones de las formas verbales amás/amáis, sos/sois, vo/voy… prevalecen, a principios del XVII, las actuales.

– Se perfila y delimita el uso de los verbos haber y tener, ser y estar

– Se generaliza el uso de la preposición a ante el objeto directo de persona

– Junto al sufijo –illo aparecen otras formas como –uelo, -ito,- ico, y se extiende el superlativo -ísimo.

c) Léxico:

– Modernización del vocabulario: arriba por “suso”; comer por “yantar”, debajo por “so”, largo por “luengo”…

– Entrada de italianismos, galicismos, lusismos y americanismos.

2.2.4.- El castellano, del siglo XVIII a nuestros días.

En 1713 se fundó la Real Academia Española con el fin de preservar la pureza del idioma y que elaborará el “Diccionario de Autoridades” (1726-1739), la “Ortografía”(1741) y la “Gramática”(1771), claros exponentes de su voluntad de normativa y regularización de la lengua.

Así, se fijó definitivamente la grafía, dando paso a la moderna escritura, que desde la revolución fonética de los siglos XVI y XVII se necesitaba reajustar.

La f sustituye al grupo ph , la t, la r, y la c, sustituyen a los grupos th, rh y ch; z, c sustituyen a s y ç; y s a ss.

A pesar de este esfuerzo por aproximar la escritura a la pronunciación, quedan todavía en la lengua española algunos desajustes como son las grafías, b y v ; g y j (ante e, i ) ; h ; etc.

Otros aspectos destacables del siglo XVIII serían la incorporación de abundanate vocabulario perteneciente a diversas ramas del saber y el desarrollo científico: rédito, exportación, panteísmo, corporeidad, cosmopolita, filantropía,…

La alarmante invasión de galicismos, provocó una polémica entre los “puristas” que los rechazaban y los innovadores que los apoyaban: burgués, bayoneta, pantalón, bisturí,…

A partir del siglo XIX , se une a la labor de la Academia una serie de factores que contribuyen a nivelar las variedades de la lengua española: la mejora de las comunicaciones, la implantación de la escuela obligatoria donde se enseñaba la gramática y ortografía académicas, la labor de los escritores y de la prensa…

Esta nivelación se reforzó desde los principios del siglo XX a causa de la radio y, en la actualidad, de la televisión.

==VARIEDADES DIALECTALES.==

Los dialectos son las variedades adoptadas por una lengua que se asocian a una zona determinada.

Las variedades dialectales se emplean principalmente en la comunicación oral en situación no formales, puesto que no suelen disponer de una norma precisa que sirva para su representación escrita.

En el español o castellano actual se pueden distinguir dos grandes zonas dialectales:

o La septentrional

o La meridional

3.1.- Los dialectos o hablas septentrionales.

Más conservadoras, abarcan principalmente las tierras castellanas por tradición.

o En el habla de las tierras castellanas por tradición (Burgos, Valladolid,…) encontramos una serie de rasgos dialectales:

– Leísmo, laísmo y loísmo

– -Z en lugar de –D al final de palabra

– -S en la segunda persona del pretérito perfecto simple: vinistes

– infinitivo en lugar de imperativo: Traerme eso!

o Castellano que se expansionó hacia el este (La Rioja, Navarra y Aragón): principalmente encontramos rasgos aragoneses:

– Entonación ascendente de la frase

– Pronombres precedidos de preposición: con tú, con mí

– Se evita el acento en las esdrújulas

– Uso del sufijo –ico

– Uso abundante de la partícula pues.

o Castellano que se expansionó por el territorio leonés (León, Zamora, Salamanca): rasgos del antiguo dialecto leonés, que sobre todo permanecen en el castellano hablado por los asturianos.

– Tendencia a cerrar las vocales finales: otru (otro)

– Diminutivos en –ín, -ina

– Uso del pretérito perfecto simple en vez del perfecto compuesto : Esta tarde fui a tu casa.

3.1.1.- El aragonés

Ha quedado restringido a las fablas “hablas” de algunos valles del Pirineo aragonés: Ansó, Hecho, Bisecas, Sobrarbe y Ribagorza. A medida que se desciende hacia el sur, crece la presencia del castellano.

3.1.2.- El astur-leonés

Está constituido por un conjunto de hablas procedentes del latín ubicadas en el territorio del antiguo reino de León. Las hablas asturianas, popularmente llamadas bables, son las que poseen la mayor vitalidad y se dividen en tres zonas: los bables orientales, los centrales y los occidentales, donde se encuentran los rasgos más vivos.

3.2.- Los dialectos meridionales.

Se caracterizan por ser más evolucionados en su pronunciación y por tener rasgos fonéticos muy marcados. Es el castellano que se extendió desde Toledo hacia la Mancha, Extremadura, Murcia, Andalucía, Canarias, y el español de América.

Principales rasgos de los dialectos meridionales

a. Relajación de –s en posición final de sílaba y de palabra. Esto hace que dicha consonante se pronuncie aspirada (avihpa) o que se pierda la –s, provocando que la vocal se pronuncie más abierta para indicar el plural.

b. Confusión de –r y –l en posición final de sílaba o palabra: “arta” por alta, “cuelpo” por cuerpo. A veces también se pierden: españó,

c. Seseo: pronunciación de la z o la c ante e,i, como s: sapato, sielo

d. Ceceo: pronunciación de la s como z: zabe

e. Pérdida de la –d- y de la –n- intervocálicas o ante r: cansao, pare,…

f. Yeísmo: con distintas pronunciaciones: yuvia por lluvia

3.2.1. El andaluz

Es el habla más diferenciada. Podemos distinguir dos zonas: área oriental: se tiende a abrir las vocales a final de palabra como consecuencia de la pérdida de la –s final; y otra occidental en donde no se produce esta abertura, pero en la que se sustituye vosotros/as por ustedes

También aparecen:

– una zona ceceante: la zona más cercana a la costa

– una zona seseante: la zona intermedia

– distinción entre s y z : en la franja norte y en parte de Andalucía oriental

3.2.2. El extremeño

Lo más característico: aspiración generalizada y el yeísmo.

En morfosintaxis y en el léxico se mezclan leonesismos (diminutivo –ino,-ina), y conservan palabras castellanas que se han perdido en otras hablas (bicio = estiércol)

3.2.3. El murciano

El murciano presenta un conjunto de rasgos que se repiten en los dialectos meridionales, junto con características aragonesas como el sufijo diminutivo en –ico, otras características aragonesas y catalanas como vocablos del tipo “pescatero”, “llengua”, “flamarada”, y otras formas arcaicas castellanas, arabismos y mozarabismos.

3.2.4. El canario

Muchos de los rasgos meridionales, sobre todo la aspiración de –s y el seseo. Se ha perdido la forma vosotros/as a favor de ustedes con el verbo en 3ª persona.

En el léxico: portuguesismos, americanismos, guanchismo, o palabras castellanas ya no utilizadas en la península.

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