LOS CAMBIOS DE SENTIDO
ESQUEMA
- INTRODUCCION A LA SEMANTICA
1.1. DEFINICION. OBJETO DE ESTUDIO
1.1.1. LOS CAMPOS SEMANTICOS O CAMPOS LEXICOS
1.2. LAS DIFICULTADES PARA EL ACCESO ESTRUCTURAL DE LA SEMANTICA
- RELACIONES SEMANTICAS
2.1. HIPONIMIA. HIPERONIMIA. COHIPONIMIA
2.2. SINONIMIA
2.3. ANTONIMIA
2.3.1. LA COMPLEMENTARIEDAD
2.3.2. LA ANTONIMIA
2.3.3. LA INVERSIÓN
2.4. POLISEMIA Y HOMONIMIA
- LOS CAMBIOS DE SENTIDO
3.1. LA CONNOTACION
3.2. EL CAMBIO SEMÁNTICO
3.2.1. LOS CAMBIOS SEMANTICOS
3.2.2. LOS CAMBIOS LEXICOLOGICOS
- INTRODUCCION A LA SEMANTICA
1.1. DEFINICION. OBJETO DE ESTUDIO
La Semántica puede definirse como la parte de la Lingüística encargada del estudio del significado. Lo primero que había que precisar con respecto a significado es que hay dos tipos: significado léxico y significado gramatical. Ambos son objeto de estudio de la semántica, aunque no siempre se tenga esto en cuenta en los manuales de Lingüística.
Pottier dice que habrá dos tipos de estudios semanticos, porque existen, en nuestras lenguas, dos clases de morfemas:
– los morfemas que integran las clases cerradas o limitadas: prefijos, sufijos, artículos…
– los morfemas que integran las clases relativamente abiertas o no limitadas: adjetivos, verbos…
El termino semántica tiene un origen relativamente reciente y se acuñó en la segunda mitad del siglo pasado a partir del verbo griego que equivalía a “significar”. Esto no quiere decir que desde los tiempos mas primitivos los gramáticos no se hayan interesado por el significado de las palabras.
La lingüística moderna mostró en un principio gran desatención por el estudio de la semántica. La razón se debe a que muchos lingüistas han llegado a dudar sobre la posibilidad de estudiar el significado con la misma objetividad y con el mismo rigor con que se estudian la gramática y fonología.
No obstante, esa desatención se ha ido transformando progresivamente en las ultimas décadas en un interés creciente por los estudios semanticos. Así, podemos hablar de algunos intentos de aplicación del método estructural.
Coseriu define la semántica estructural o lexemática como el estudio estructural del significado léxico. El objeto de la semántica estructural son las estructuras léxicas de contenido. Reconocer estas estructuras implica una distinción entre las relaciones de significación y las relaciones de designación. En las primeras se trata de relaciones entre los significados de los signos (palabras), y en las segundas, de relaciones entre los signos y los objetos.
1.1.1. Los campos semánticos o campos léxicos.
La idea ha sido desarrollada en este siglo, bien con el nombre de campo semántico, bien con otros. Un campo léxico es una estructura paradigmática constituida por unidades léxicas que se reparten una zona de significación común y que se encuentran en oposición inmediata las unas con las otras. Un campo léxico lo constituye el termino presente en un punto determinado de la cadena hablada y los términos que su presencia excluye de manera inmediata. Así, pantalón, blusa, falta, vestido, etc., son unidades que pertenecen al campo léxico “vestuario”.
Aunque los resultados obtenidos en el estudio de los campos semánticos no han sido todavía determinantes para demostrar la estructuración del léxico, si podemos apuntar una conclusión importante: los vocabularios de lenguas distintas no son isomórficos, es decir, que en una lengua hay distinciones semánticas que no se encuentran en otra.
Es necesario sentar unos principios que impidan que a la hora de hablar de campo semántico olvidemos el rigor lingüístico y llamemos así a lo que seria un campo asociativo (de criterio psicológico) o un campo conceptual (de criterio lógico). Para ello debemos partir de la definición de las unidades semánticas fundamentales:
– El sema es la unidad mínima de significación
– El semema es el conjunto de semas que componen una unidad léxica. La forma en que se apoya este semema es el lexema. El semantema los incluye a ambos.
– Además, podemos distinguir el archisemema o conjunto de rasgos distintivos comunes a varios sememas.
1.2. LAS DIFICULTADES PARA EL ACCESO ESTRUCTURAL DE LA SEMANTICA
El concepto de campo semántico admite muchas criticas, sin duda. El propio Pottier en su intento de sentar las bases de una semántica verdaderamente estructural, expone lo siguiente: aquellos lingüistas que han querido demostrar la existencia de estructuras semánticas han presentados como ejemplo los términos de parentesco. Evidentemente han aprovechado una estructuración social cubierta por formas lingüísticas. De igual forma, la serie de uno, dos, tres, no se halla estructurada lingüísticamente, sino por convención matemática.
2. RELACIONES SEMÁNTICAS
Mucho antes de la aparición de la semántica estructural, la semántica tradicional había observado que las unidades léxicas de una lengua no se presentan aisladas, sino que pueden agruparse según determinadas relaciones semánticas.
El significado en potencia puede ser múltiple en caso todas las palabras del a lengua y no se convierte en significado de efecto, sino en el discurso. Significado y sentido son las dos denominaciones mas usuales y mas breves que se usan para estos dos tipos.
2.1. HIPONIMIA. HIPERONIMIA. COHIPONIMIA
Estos tres términos se refieren a lo que globalmente podríamos llamar “jerarquización de significados”.
El termino hiponimia es de reciente creación. Sin embargo, la noción de hiponimia si ha sido desde hace mucho tiempo reconocida.
Cuando el significado de un termino incluye el de otro, se dice que es su hiperónimo. La relación inversa se denomina hiponimia. Así, flore s hiperónimo de clavel, rosa…, que son sus hipónimos (cohipónimos entre sí. Los cohipónimos mantienen relación de oposición entre ellos).
El hiperonimo de un termino contiene por tanto menos rasgos que este, es decir, menos comprensión, y puede aplicarse a mas seres (tiene mas extensión).
Por supuesto, un hipónimo puede ser hiperónimo de otro término. Por ejemplo, dentro del campo semántico de “alimentos”, verdura sería un hipónimo de alimento y un hiperónimo de lechuga, tomate…
2.2. SINONIMIA
En general, se define la sinonimia como la identidad de significado entre dos significantes distintos. La sinonimia, por tanto, ataca de lleno la ley de la economía que rige todas las lenguas.
Las teorías van desde las que niegan totalmente la existencia de la sinonimia hasta las que la defienden. Se barajan distintos conceptos de sinonimia. Por lo tanto, es primordial una definición adecuada del término.
Para Salvador Gutiérrez, sinonimia es “la identidad de significado entre dos o mas signos lingüísticos”. Ello implica varias consecuencias:
– Ha de existir igualdad de significado, no parecido
– La sinonimia plantea solo entre significados, no entre denotaciones o connotaciones
– La sinonimia plantea entre significados de signos, no de términos.
Podemos hablar de la sinonimia como figura retórica, que se da cuando en un texto se acumulan intencionadamente palabras de análogo significado. La intención del recurso es normalmente intensificadora.
2.3. ANTONIMIA
La antonimia es un caso particular de oposición semántica. Para Lyons, este concepto ha de ser diversificado en tres tipos: reserva el concepto de antonimia para uno de ellos, mientras que habla en general de contrariedad.
2.3.1. La Complementariedad
La primera relación de “contrariedad” que cabe distinguir es la que se mantiene entre pares de palabras tales como: soltero-casado, macho-hembra… Estos términos son complementarios.
La característica que define a estas parejas de términos es que la negación de uno implica la aserción del otro y la aserción del uno implica la negación del otro.
2.3.2. La antonimia
Lyons da este nombre a la relación que puede ejemplificarse mediante los términos grande-pequeño. Son regularmente graduables. Si intentamos aplicar la regla expresada para los términos complementarios, vemos que solo se cumple las segunda de las implicaciones: la aserción de uno implica la negación del otro, pero no se puede decir que la negación de uno implique la aserción del otro. Así, grande implica no pequeño, pero no grande no implica necesariamente pequeño.
2.3.3. La inversión
La tercera relación de sentido es la que se forma entre comprar y vender o entre padre e hijo. Lyons llama inversos a los términos que se relacionan de esta forma. Otro nombre utilizado para esta oposición es reciprocidad.
2.4. POLISEMIA Y HOMONIMIA
La lingüística se ha preocupado por buscar rasgos que permitan sostener que homonimia y polisemia son hechos de naturaleza opuesta:
– Desde una perspectiva diacrónica se afirma que a la homonimia se ha llegado por un proceso de confluencia fónica
– Por el contrario, a la polisemia se habría llegado por medio de un proceso de diversificación semántica.
Pero un estudio semántico funcional del léxico ha de hacerse en sincronía. La diferencia hay q buscarla en la organización interna de los significados. Así, Pottier dice que existirá homonimia cuando los significados asociados a un significante homonimito no presenten intersección. Por el contrario, en la polisemia se da mayor cercanía significativa. De todas formas, este criterio tampoco es fiable. La distinción entre homonimia y polisemia no es, pues, siempre posible. En cualquier caso, hablaremos de homonimia y no de polisemia:
– Cuando exista homofonía pero no homografía: haya/aya
– Si nos encontramos ante dos categorías diferentes: vino (nombre) / vino (verbo)
3. LOS CAMBIOS DE SENTIDO
Lo primero que debemos hacer aquí es plantearnos si el semantema presenta una unión estable entre su unidad léxica (lexema) y su unidad semántica (semema). Para ello puede ser oportuna la distinción que hace G. Guillaume entre significado en potencia y significado y significado en efecto. En esta línea diremos que un semantema ofrece a nivel de lengua uno o varios significados en potencia. Ahora bien, a nivel de discurso un semantema ofrece un único significado de efecto, que nosotros denominaremos sentido. Por tanto, el significado que la lengua ofrece con la ayuda de la situación y un contexto, quedará traducido en un sentido a nivel de discurso.
La explicación anterior parece olvidarse del fenómeno de la dilogía o silepsis, por el cual un significante lingüístico (un lexema) actualizaría dos significados (sememas) al mismo tiempo.
El cambio de sentido, estrictamente entendido, sería, por tanto, una expresión un tanto paradójica, pues el sentido se actualiza en cada acto de discurso, no hay un sentido que pueda variar: eso sería el significado.
Hay, sin embargo, dos aspectos que aun debemos considerar dentro de este “ambiguo” apartado de los cambios de sentido: la connotación y el llamado cambio semántico.
3.1. LA CONNOTACION
El termino connotación, normalmente opuesto a denotación, ha sufrido diversas definiciones, a menudo poco rigurosas. Es típico definir denotación como “el contenido significativo de una palabra compartido por todos los hablantes, es decir, el que aparece en el diccionario”. La connotación se define, en oposición, como “la nota de estima o desestima que los hablantes o grupos de hablantes añaden al valor denotativo de las palabras”
De la definición anterior surge la división de las connotaciones entres tipos: socializadas, cuando son compartidas por toda la sociedad (Ej. Ignorante para asno); de grupo, cuando son propias de un grupo determinado; e individuales dentro de las que incluimos las de los poetas. (Ej. Primavera como juventud).
3.2. EL CAMBIO SEMANTICO
Visto lo anterior, parece obligado reservar la expresión de cambio semántico para aquellos que suponen una modificación del significado denotativo de una unidad léxica.
Aunque muchos lingüistas al hablar de los desplazamientos de significado que sufren las palabras no discriminan si la transformación se ha llevado a cabo en el significado o si, por el contrario, lo que se ha producido es la elección de un lexema nuevo, y así hablan para todos los casos de cambios semanticos, parece mas adecuado diferenciar cambios semanticos de cambios léxicos, distinguiendo en los procesos si ha habido cambios en el significado o en el significante.
3.2.1. Los cambios semánticos
Entenderemos por cambio semántico todo aquel proceso en el que el cambio de sentido afecta al semema, en el cual alguno de sus semas ha sido suprimido o sustituido, no afectando al lexema, que se mantiene intacto.
Es evidente que los cambios semanticos siempre arrancan de causas lingüísticas, pero no es menos cierto que hay factores externos que los provocan. En algunos casos evoluciona el referente, pero no el lexema, y en otros casos evoluciona el conocimiento que tenemos acerca del referente.
Esta alteración puede suponer una ampliación de sus contenido significativo, o por el contrario una restricción del mismo. Así tenemos, respectivamente, maestro (antiguamente solo de escuela) y banderilla (antes era cualquier bandera pequeña, y hoy es el palo delgado q usan los toreros).
Los cambios semanticos enriquecen el idioma añadiendo nuevos significados a los significantes ya conocidos. Ya Aristóteles clasificó la metáfora, la metonimia y la sinécdoque como los tipos básicos de los cambios de sentido.
3.2.1.1.La metáfora
Se llama metáfora a la transposición de significados entre dos palabras que tienen alguna semejanza significativa.
Existen múltiples posibilidades de clasificación de la metáfora. Nosotros expondremos una clasificación morfo-sintáctica, que distingue los siguientes tipos:
– Metáfora nominal: cuando la imagen poética se concreta en un sustantivo, en forma de aposición, sustitución, sintagma preposicional, etc. Ejemplo: “Amapola, sangre de la tierra”.
– Metáfora adjetival: “Corrientes aguas, puras, cristalinas”.
– Metáfora verbal: “Volvía por el campo balando mi amargura”.
– Metáfora adverbial: aquí se identifica a la mujer con una serpiente: “Viscosamente fuiste solo un instante mía…”
Muchas de las metáforas que usamos en la lengua común están plenamente lexicalizadas: valle de lágrimas, pata de gallo, etc.
En la lengua coloquial echamos mano continuamente de las metáforas cuando hablamos.
3.2.1.2.La metonimia
Se llama metonimia a la transposición semántica basada, no ya en la similitud, sino en la contigüidad. Según el modo de contigüidad, se producen diversos tipos de metonimia:
a) Cuando se designa una causa por medio de su efecto: Ana fue la alegría de la fiesta.
b) Cuando se alude al efecto por medio de la causa: Le hizo daño el sol.
c) Cuando se denomina un objeto por medio del lugar donde se produce o de donde procede: Un Rioja.
d) Cuando se designa a una persona por medio del instrumento que maneja: Es un gran pincel.
e) Cuando se menciona una obra por el autor de la misma: en el museo del Prado hay varios Rubens.
f) Cuando se designa una característica moral pro medio de una realidad física: No tiene corazón.
g) Cuando se emplea el signo para designar la cosa significada por el signo: la media luna dominó España (los musulmanes)
3.2.1.3.La sinécdoque
Se llama sinécdoque al tropo que consiste en designar una parte con el nombre del todo. Podemos distinguir también varios tipos de sinécdoque:
a) La parte para representar el todo: veinte abriles
b) El todo por la parte: la universidad está revolucionada (los estudiantes)
c) El continente para designar el contenido: tomaron unas copas
d) El objeto por la materia de que está hecho: se hizo dueño del cuero (balón)
e) El singular por el plural y viceversa: La época de los Velázquez.
f) El numero determinado para indicar otro indeterminado: ya se ha repetido mil veces.
g) El uso de un termino abstracto para designar una realidad concreta: la juventud impone la moda.
3.2.2. Los cambios lexicológicos
En este apartado debemos considerar los fenómenos denominados tabú, eufemismo y etimología popular. En estos casos, el cambio semántico se da en el lexema.
Los lexemas tabú son aquellos que, existiendo en la lengua, no se concretan en el discurso por causas extralingüísticas. La superstición, el pudor, el temor, los prejuicios sociales, provocan que determinadas palabras tengan que ser sustituidas por otras. En su lugar, utilizamos los eufemismos, que no son mas que sustitutos léxicos. Lo curioso del caso es que a veces se consigue el efecto contrario. Por tanto, los eufemismos pueden rápidamente convertirse en tabúes lingüísticos, hasta el punto de que al final no queda mas significante posible que la simple omisión del termino: es lo que ha ocurrido con la expresión “estar preñada” que dio paso al eufemismo “estar embarazada”.
El caso opuesto al eufemismo es el disfemismo, consistente en utilizar, normalmente en tono humorístico o con intención degradante, una palabra o expresión de tono menos elevado, que la que correspondería denotativamente: matasanos por medico, estirar la pata por morir, etc.
Por ultimo, las etimologías populares son una forma de contaminación que atribuye a una palabra un origen y formación fantasiosos, de manera que se modifica su valor y se desemboca en verdaderos cambios de sentido.
4. BIBLIOGRAFIA
Coseriu, Eugene: Principios de semántica estructural
Gutiérrez Ordóñez, Salvador: Introducción a la semántica funcional.
Lamíquiz, Vidal: Lingüística española
Marcos Marín, Francisco: Curso de Gramática española