0. INTRODUCCIÓN
La fonética y fonología son dos disciplinas de la lingüística encargadas de estudiar los sonidos del lenguaje. El ámbito de estudio de una y de otra no es exactamente igual, ya que ambas disciplinas se centran en aspectos distintos. En la fonética hay una base meramente acústica, mientras que en la fonología se tiende a considerar la imagen mental de aquello que percibimos.
Todo acto de habla se manifiesta en una secuencia de sonidos que emite el hablante. Así pues, lo que tememos son encadenamientos de sonidos articulados producidos por la acción de las cuerdas vocales. Esta acción, a su vez, es la que permite el proceso de evolución de los sonidos y la clasificación articulatoria de los mismos estableciendo sus rasgos articulatorios y acústicos.
En este sentido, la fonología es la que se ocupa e interpreta los aspectos más abstractos, síquicos (el código, unidades, reglas de combinación…) y la fonética –por su parte– se ocupa preferentemente de los aspectos concretos, físicos y neurofisiológicos (la producción del habla, la transmisión de los sonidos del habla, la audición).
1. FONÉTICA
Dicho de un alfabeto, de una ortografía o de un sistema de transcripción: Que trata de representar los sonidos con mayor exactitud que la ortografía convencional (RAE).
1.1. Fonética acústica y auditiva.
Fonética acústica: es el estudio de la fonética desde el punto de vista de las ondas sonoras. Se ocupa de la medición científica de las ondas de sonido que se crean en el aire cuando hablamos. Así como a los fonemas les atribuimos unos rasgos articulatorios, a los sonidos les podremos atribuir unos rasgos acústicos: vocálico/no vocálico y consonántico/no consonántico, compacto/difuso sonoro/sordo, nasal/oral, interrupto/continuo, estridente/mate, grave/agudo. Estas mediciones se reflejan en espectrogramas, en los que quedan reflejados los distintos formantes en que se descomponen los sonidos.
Fonética auditiva: considera la fonética desde el punto de vista del oyente (receptor). La audición comienza en el oído y termina en el cerebro.
Desde el punto de vista de la percepción del sonido por el ser humano los sonidos se caracterizan por su intensidad, tono y timbre.
Intensidad
La intensidad o el volumen es la cualidad que nos permite clasificar los sonidos en fuertes o débiles y está relacionada directamente con la magnitud física “Intensidad de la onda” que es la cantidad de energía que transporta la onda por unidad de superficie y unidad de tiempo.
Tono
El tono es una cualidad del sonido que nos permite clasificar los sonidos en altos y graves y está relacionada directamente con la magnitud física “frecuencia”. Los sonidos graves son los de frecuencia baja y los sonidos altos son los de gran frecuencia.
Timbre
El timbre nos permite distinguir dos sonidos de la misma intensidad y la misma frecuencia. Por ejemplo nos permite distinguir el sonido de una trompeta y un violín aunque emitan la misma nota con la misma intensidad.
1.2. Fonética articulatoria.
La fonética articulatoria o genética estudia los fenómenos relacionados con el emisor, es decir, la producción y articulación de sonidos. Esta rama es la más antigua y ha alcanzado un grado de desarrollo considerable, hasta el punto de que puede describir con alta precisión exacta los órganos articuladores para cada sonido, así como la energía de expulsión del aire de los pulmones, la tensión de los músculos que intervienen en cada expulsión, etc.
Así pues, la fonética articulatoria es la encargada de agrupar los sonidos o fonos siguiendo ciertos parámetros. Desde el punto de vista de su producción, los órganos articulatorios son las partes del cuerpo que nos permiten producir sonidos, algunos son pasivos como los dientes y otros son activos como la lengua.
La zona de articulación es la zona de acercamiento o contacto entre un articulador pasivo y un articulador activo cuando permiten o impiden el paso de la corriente de aire que es necesaria y modificada de diferentes maneras para producir los sonidos del habla.
El modo de articulación para que se formen los sonidos del habla siempre debe existir una corriente de aire vibrante que es modificada mientras avanza. Así pues, el modo de articulación de un sonido describe el grado de obstrucción a la corriente de aire y el tipo de cierre que produce esa obstrucción.
Para producir los sonidos consonánticos se presenta algún tipo de obstrucción a la salida del aire. Sin embargo, para producir los sonidos vocálicos no puede existir ningún tipo de obstrucción, es decir, el aire tiene que salir y fluir libremente.
En este sentido, la fonética articulatoria clasifica los sonidos según los órganos que intervienen en su articulación: órganos de la respiración (proporcionan una corriente de aire espirado para la articulación de los sonidos), laringe (en su interior están las cuerdas vocales) y las cavidades supraglóticas (en ellas cada sonido adquiere las propiedades acústicas que lo caracteriza).
1.3. Realización de la expresión (fonética) y plano de la expresión (fonología).
Específicamente, llamamos sonido a la realización física de un fonema. Si varias personas pronuncian la palabra tren, por ejemplo, se notarán diferencias en la pronunciación más o menos marcadas. La t sonará más o menos enérgica; la r vibrará más o menos… Incluso si la misma persona pronuncia la palabra en situaciones diferentes, se notarán variaciones. Estas variaciones, perceptibles al oído, se notarán mucho más si utilizamos aparatos especiales. Esta realización física de la t o de la r es lo que llamamos sonido. Los sonidos de una lengua son innumerables, tantos como hablantes e, incluso tantos como empleos hace de ellos cada hablante.
Llamamos fonema a la imagen mental de un sonido. En la mente de cualquier hablante no hay más que una t o una r; aunque después, en la realidad, haya tantísimas formas de pronunciarlas. Esa t ideal y única es a lo que llamamos fonema. Los fonemas son muy pocos.
Producción del sonido.
EL APARATO FONADOR |
El sonido producido por las cuerdas vocales es un sonido “en bruto”: no se diferencia del que emiten los animales. Este “ruido” al llegar a la boca, es modificado para convertirse en sonido. Esta modificación es lo que llamamos articulación. Asimismo, articulación es la posición que adoptan los órganos de la boca en el momento de producir un sonido.
ÓRGANOS ARTICULADORES | |
Activos | labios, lengua, dientes inferiores, velo del paladar |
Pasivos | dientes superiores, alvéolos superiores, paladar |
Los fonemas vocálicos Cuando articulamos los sonidos vocálicos, el aire no encuentra obstáculos en su salida desde los pulmones al exterior. Para clasificar estos fonemas, tendremos en cuenta los siguientes factores:
La localización (punto de articulación). Se refiere a la parte de la boca donde se articulan. Pueden ser anteriores (/e/, /i/), medio o central (/a/) o posteriores (/o/, /u/).
La abertura (modo de articulación). Se refiere a la abertura de la boca al pronunciarlos. Pueden ser de abertura máxima o abierto (/a/), de abertura media o semiabiertos (/e/, /o/) y de abertura mínima o cerrados (i, u).
CUADRO DE FONEMAS VOCALES (Triángulo de Hellwag). | |||||
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RASGOS DE LOS FONEMAS VOCALES | ||||||||||
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Los fonemas consonánticos.
En la articulación de los sonidos consonánticos siempre hay un obstáculo más o menos grande que impide salir el aire desde los pulmones al exterior. Según las circunstancias que rodean esta salida del aire, existen ciertos factores que debemos tener en cuenta a la hora de clasificarlos:
ü Zona o punto de articulación. Es el lugar donde toman contacto los órganos que intervienen en la producción del sonido. Por ejemplo, si para producir un sonido entran en contacto los dos labios, se crearán sonidos bilabiales como es el caso de las realizaciones de los fonemas /p/, /b/ y /m/.
ü Modo de articulación. Es la postura que adoptan los órganos que producen los sonidos. Por ejemplo, si los órganos cierran total y momentáneamente la salida del aire, los sonidos serán oclusivos. Ese es el caso de los sonidos /p/, /t/ y /k/.
ü Actividad de las cuerdas vocales. Cuando producimos sonidos, las cuerdas vocales pueden vibrar o no vibrar. Si las cuerdas vocales no vibran, los sonidos se llaman sordos. Así producimos /p/, /f/, /k/. Cuando, por el contrario, las cuerdas vocales vibran se llaman sonoros. Esto pasa al pronunciar /a/, /b/, /d/.
ü Actividad de la cavidad nasal. Si al producir sonidos, parte del aire pasa por la cavidad nasal, los sonidos se llaman nasales. Son de esta clase /m/, /n/, /ñ/. Si todo el aire para por la cavidad bucal se llaman orales. De este tipo son /f/, /e/, /s/.
RASGOS MOTIVADOS POR EL PUNTO DE ARTICULACIÓN | ||
Rasgo | Órganos | Ejemplos |
Bilabial | Los dos labios. | /p/, /b/, /m/ |
Labiodental | Labio inferior y dientes superiores. | /f/ |
Interdental | Lengua entre los dientes. | /z/ |
Dental | Lengua detrás de los dientes superiores. | /t/, /d/ |
Alveolar | Lengua sobre la raíz de los dientes superiores. | /s/, /l/, /r/, /rr/, /n/ |
Palatal | Lengua y paladar. | /ch/, /y/, /ll/, /ñ/ |
Velar | Lengua y velo del paladar. | /k/, /g/, /j/ |
RASGOS MOTIVADOS POR EL MODO DE ARTICULACIÓN | ||
Rasgo | Órganos | Ejemplos |
Oclusivo | Cierre total y momentáneo del paso del aire. | /p/, /b/, /t/, /d/, /k/, /g/, /n/, /m/ |
Fricativo | Estrechamiento por donde pasa el aire rozando. | /f/, /z/, /j/, /s/ |
Africado | Se produce una oclusión y después una fricación. | /ch/, /ñ/ |
Lateral | El aire pasa rozando los lados de la cavidad bucal. | /l/, /ll/ |
Vibrante | El aire hace vibrar la punta de la lengua al pasar. | /r/, /rr/ |
RASGOS MOTIVADOS POR LA INTERVENCIÓN DE LAS CUERDAS VOCALES | ||
Rasgo | Órganos | Ejemplos |
Sordo | No vibran las cuerdas vocales. | /p/, /t/, /k/, /ch/, /z/, /s/, /j/, /f/ |
Sonoro | Vibran las cuerdas vocales. | /b/, /z/, /d/, /l/, /r/, /rr/, /m/, /n/, /ll/, /y/, /g/ |
RASGOS MOTIVADOS POR LA INTERVENCIÓN DE LA CAVIDAD NASAL | ||
Rasgo | Órganos | Ejemplos |
Nasal | Parte del aire pasa por la cavidad nasal. | /m/, /n/, /ñ/ |
Oral | Todo el aire pasa por la boca. | El resto |
LISTADO DE LOS RASGOS DE LOS FONEMAS CONSONANTES | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
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2. FONOLOGÍA
Como hemos podido apreciar a lo largo del desarrollo de este tema, la fonética se encarga de la descripción acústica y fisiológica de los sonidos y la fonología es una parte más de la lingüística que se ocupa de los sonidos en cuanto que cumplen una función en la lengua.
Así pues, la fonología se ocupa de los sonidos de la lengua prestando atención a cómo se diferencia una forma de otra y cuáles son los modelos o los patrones ideales de los hablantes de la misma. Por lo tanto, la fonología presta atención a una variedad de formas invariantes y utiliza en sus estudios e investigaciones métodos lingüísticos (sicológicos), centrándose en la relación sonido-significado para determinar reglas con las que se construyen las palabras.
2.1. Fonología estructura interna y pronunciación.
Este apartado involucra, por lo menos, dos elementos que merecen que merecen ser tratados con mayor detalle: la estructura interna de los signos verbales y la pronunciación.
2.2. Niveles de signos.
Los signos verbales van desde la oración hasta el morfema. Estos no solo combinan sonidos, sino también lo intensifican y modifican el tono, la duración y la entonación. De esta forma, encontramos oraciones que involucran la misma secuencia de palabras (por ende de sonidos), pero que difieren en su configuración prosódica entonacional o acentual.
¿Elena llegó tarde?
Elena ¿llegó tarde?
Elena llegó tarde.
De la misma manera, existen palabras que contienen los mismos tipos de sonidos, pero que difieren entre sí en su configuración acentual o por la ubicación de los sonidos en el interior de palabra.
término
termino
terminó
2.3. La sílaba
La producción de oraciones, sintagmas y palabras supone agrupar los sonidos en una unidad superior, la silaba. Desde un sentido acústico, esta es una unidad lingüística conformada por un conjunto de sonidos que se pronuncian de una sola vez. En español, las sílabas están constituidas por un vocal (que constituye el núcleo silábico) o una vocal acompañada de una o más consonantes.
A-mé-ri-ca
Ta-zón
Per-so-na
2.4. La pronunciación
La pronunciación no es solo la pronunciación sino también la percepción de los sonidos del habla, del acento y de la entonación. Es decir, el oyente puede percibir diferencias fonológicas en el habla.
a) ¿Vendrá mañana?
b) Vendrá mañana
En este sentido, vemos como en el primer caso (a) plantea una duda y el segundo (b) implica afirmación. Existen diferencias fonológicas de entonación e intensidad. Por consiguiente, el componente fonológico estaría dividido en dos niveles – el oracional y el de palabra. Por tanto, en la fonología, al igual que en la sintaxis, establecemos la diferencia entre categoría y función. Las nociones débil y fuerte designan funciones fonológicas, mientras que nociones como palabra o sílaba designan categorías
En síntesis, la teoría fonológica, además de las reglas para la estructura acentual y la estructura silábica deben contener símbolos categoriales fonológicos que implican una ramificación que termina en cadenas que constan de formantes fonológicos.
2.5. El rasgo distintivo
Las unidades fonológicas más pequeñas no son los segmentos sino que estos se subdividen en unidades más pequeñas que son los rasgos distintivos. Los rasgos distintivos como tales se corresponden con las características articulatorias, acústicas o perceptuales para describir los sonidos lingüísticos, definir los fonemas y suministrar las clases naturales apropiadas para establecer los cambios fonológicos.
Así por ejemplo, en nuestra lengua que contiene cinco fonemas vocálicos (/a,e,i,o,u/), el fonema /a/ puede ser caracterizado únicamente como [+bajo] y el fonema /i/ [+alto], [-posterior]. En el primer caso, por ser el único fonema que es [+bajo] y en el segundo caso porque el rasgo [+alto] implica necesariamente [-bajo].
2.6. El rasgo pertinente
Los rasgos pertinentes son las características acústicas que se pueden atribuir a un fonema. Por ejemplo:
Ø /b/: bilabial, sonora, oclusiva
Ø /d/: oclusiva, dental, sonora
Ø /g/: oclusiva, velar, sonora
Consecuentemente, /b,d,g/ son sonidos oclusivos sonoros que difieren en su lugar de articulación, luego forman un grupo natural: las oclusivas sonoras del español.
3. LOS RASGOS SUPRASEGMENTALES EN ESPAÑOL.
Los segmentos mínimos con los que construimos palabras y oraciones son el fonema, su realización en el habla y el sonido. Sin embargo, no son los únicos elementos fónicos que intervienen al pronunciar las palabras y las oraciones. El acento y la entonación son rasgos fónicos que, por afectar a unidades lingüísticas mayores que el fonema, se denominan rasgos suprasegmentales. Estos fenómenos fonético-fonológicos, que no pueden segmentarse como los fonemas porque actúan simultáneamente sobre más de un segmento (al menos sobre la sílaba), reciben el nombre de suprasegmentos y son los siguientes: el acento, el tono (o la entonación) y la duración (o cantidad). Este conjunto de elementos suprasegmentales se denomina prosodia.
3.1. El acento
El acento afecta a la vocal que lo lleva y a toda la sílaba. Asimismo, la entonación afecta a toda la oración. Estos elementos tienen capacidad de distinguir palabras: término / terminó tú sales / ¿tu sales?
El acento prosódico es el acento de intensidad o la fuerza de voz sobre una vocal llamada tónica o acentuada. Las vocales y las silabas que no llevan acento se llaman inacentuadas o átonas.
La sílaba es el sonido o grupo de sonidos que se pronuncian en un solo golpe de voz. La vocal será siempre el núcleo silábico, puesto que es elemento imprescindible, mientras que las consonantes constituirán los márgenes silábicos.
Por razón del lugar que ocupa en cada caso la sílaba acentuada, existen en español tres clases de palabras:
Oxítona o aguda: la sílaba acentuada es la última (café, corazón, anís, papá…)
Paroxítona grave o llana: si el acento recae sobre la penúltima silaba acentuada (mármol, césped, mártir, líder…).
Proparoxítona o esdrújula: si su sílaba acentuada es la antepenúltima (límite cándido, mínimo, pícaro…).
Sobresdrújulas: si la fuerza de voz cae en la ante-antepenúltima sílaba (cómpramelo, difícilmente, estúdiatelo, acércamelo…).
Las reglas básicas de acentuación son:
Los monosílabos no llevan tilde. Se exceptúan los monosílabos tónicos que coinciden en su grafía con otros átonos, en cuyo caso se coloca tilde en el monosílabo tónico. Esta tilde se denomina diacrítica y se coloca sobre ciertas palabras para distinguir entre diversos significados del vocablo, según sean tónicos o átonos (el, articulo — él, pronombre personal).
Se acentúan todas las palabras agudas que termina en vocal en n o s (también jamás, lección, según, además…).
Las palabras que son llanas se acentúan si terminan en cualquier consonante, excepto n o s (difícil, cárcel, bíceps, González, ántrax…).
Normalmente, las palabras esdrújulas y sobresdrújulas siempre llevan tilde (página, rápidamente…).
El acento puede desempeñar una función distintiva; permite diferenciar significados de una misma secuencia de fonemas: límite, limite, limité.
3.2. La entonación
Cualquier sonido posee las siguientes cualidades o propiedades fundamentales: timbre, cantidad, intensidad, tono.
Timbre es una cualidad que el sonido adquiere según sea la materia y la forma del cuerpo que produce el sonido, y según sean las cavidades en que las ondas sonoras resuenen. Gracias al timbre distinguimos el sonido de una vocal del de otra.
Cantidad es la duración del sonido en intensidad la mayor o menor fuerza con que se emite.
Tono es la cualidad que recibe el sonido en función del número de vibraciones por segundo que dan origen a dicho sonido. Conforme a esta cualidad, los sonidos se dividen en agudos y graves.
Cuando hablamos, vamos pronunciando los sonidos con el tono que les corresponde. La sucesión de dichos tonos produce una línea musical denominada entonación (los patrones de entonación más comunes son el enunciativo, exclamativo e interrogativo). Las medidas menores de la entonación son: el grupo fónico, el tonema y la pausa.
El grupo fónico es la unidad de entonación y lo definimos como el trozo de discurso comprendido entre dos pausas sucesivas en la emisión oral.
El tonema es la parte final de la curva melódica de cada uno de los grupos fónicos en que se divide. Es la parte más significativa de la entonación y en español se pueden distinguir tres tipos de tonemas:
Horizontal: se produce solo en suspensión. Es propio de las oraciones entrecortadas e inacabadas.
Descendente: puede ser de dos tipos, de cadencia y semicadencia. El descenso del segundo es menos pronunciado que el primero.
Ascendente: también puede ser de dos tipos de anticadencia y de semicadencia. La diferencia entre ambos estriba en que el segundo alcanza una altura menor que el primero.
Otra característica importante de la entonación es que desde un puto de vista sociolingüístico, a través de la misma se comunican y transmiten ciertos aspectos y señas de un grupo social o de cada individuo (nivel social, orígenes geográficos, nivel cultural, costumbres…).
3.3. La cantidad o duración
La duración es también un fenómeno segmental, puesto que cada sonido posee una duración propia. Así, por ejemplo, es sabido que las fricativas son más largas que las oclusivas, que las sordas son las más largas que las sonoras, etc. Articulatoriamente, la duración se basa en el mantenimiento por más o menos tiempo de una determinada configuración articulatoria.
En este sentido, por el fenómeno de la coarticulación, dicha configuración (y, consiguientemente, la duración) se ve alterada en función del contexto. Como elemento suprasegmental, tanto las sílabas tónicas como las pertenecientes al tonema suelen ser más largas.
4. CONCLUSIÓN
Finalmente, a partir de lo expuesto hasta ahora, se podría decir que el plano de la expresión en español admite diferentes niveles de análisis. A lo largo de este tema, hemos podido comprobar que los más significativos son el nivel fonético, el de acentuación, el de entonación y el de duración. Mediante su uso modificamos el sentido de las palabras y frases, añadimos musicalidad expresiva, imprimimos fuerza ilocutiva y aportamos inflexiones en cada sonido del español. Es decir, en el habla combinando sílabas, palabras y frases de forma más rentable para conseguir una comunicación optima en función de nuestras necesidades comunicativas específicas.
Así pues, añadiremos que acento y entonación están estrechamente relacionados ya que cada palabra fónica tiene un acento inherente – que según su posición – produce un esquema tonal concreto al que se unen el de otras palabras para configurar el esquema básico de un grupo fónico. Ritmo, tiempo y duración también presentan una estrecha relación. El ritmo está constituido en su base por la repetición de un patrón y es esencial para la percepción y la transmisión de los acontecimientos que tienen lugar en el tiempo. Esto pone de manifiesto nuestra capacidad para desenvolvernos en situaciones, naturales, de habla jugando con las bases y fundamentos que la estructura lingüística pone a nuestra disposición.
5. BIBLIOGRAFÍA
ALARCOS LLORACH, E. (1994). Gramática de la lengua española. Espasa Calpe: Madrid.
ANDRÉS TOLEDO, G. (1988). El ritmo en español. Editorial Gredos: Madrid.
QUILIS A. (1999) Tratado de fonología y fonética españolas. Editorial Gredos: Madrid.
SOSA, J. M. (1999) La entonación del español, su estructura fónica, variabilidad y dialectología. Ed. Cátedra: Madrid.