Se ha afirmado como axioma común que la principal función de la oración es la de sintagma o constituyente que realiza la función de sujeto, ya que representa el eje de la misma y es el que selecciona el tipo de predicado que puede comparecer con él. El predicado podrá contener mayor riqueza semántica, pero a fin de cuentas es el sintagma el que incide sobre el sujeto y el que se atiene morfológicamente a él. En palabras de Jespersen, el sujeto es “aquello que constituye la base de un ulterior desarrollo que dará lugar al predicado”.
Actualmente esta prominencia del sujeto no está tan aceptada ya que la oración se configura en torno a tres constituyentes, no ya los dos tradicionales de los modelos anteriores de gramática generativa (SN-SV): SN, FLEX y SV. Funcionalmente, el SV es el soporte del predicado y, junto con los morfemas flexivos, constituye el pilar básico sobre el que se sustenta la existencia de la oración, pues este es el que implica un sujeto y no a la inversa.
En ese sentido, lo que determina las relaciones de dependencia entre sujeto y predicado es la flexión, que se compone de dos rasgos funcionales: uno de carácter verbal, el tiempo, y otro de naturaleza nominal, que incluye número y persona. Dentro de este marco, la concordancia es concebida específicamente como el resultado de la rección que el SV predicado, a través de la flexión, ejerce sobre el SN sujeto. Así, la relación sintáctica entre el sujeto y el predicado es, por tanto, un fenómeno gramatical y, como tal, su análisis y caracterización compete a la gramática.
La oración gramatical se constituye por la relación sintáctica entre un SN y un SV; estos dos sintagmas se denominan constituyentes inmediatos de la oración, porque son los que resultan de un primer corte o segmentación. Además, su correspondencia puede estar desempeñada por una gran variedad de elementos.
La consideración de esta relación sintáctica depende de la concordancia y la definición que se dé entre los elementos entre los que se establece, los cuales difieren según el criterio que se aplique. Algunos de estos criterios son:
- Criterio lógico-formal: Gramática tradicional. Entiende la oración como expresión de un juicio lógico, que se hace a través de onoma y rema (terminología aristotélica) que son las clases de palabras fundamentales y que podríamos equiparar a los términos de sujeto y predicado.
- Criterio estructuralista: considera las oraciones como el sintagma mayor (concepción saussureana), por lo que sus elementos deben estructurarse y relacionarse como cualquier otro sintagma, a través de las relaciones sintagmáticas que distinguen entre el elemento regido y el regente que determina las características morfológicas de la palabra regida; sin embargo, esta concepción deja fuera del concepto oración a las coordinadas.
§ Criterio funcionalista: El enfoque general considera que las oraciones son construcciones máximas en las que se establecen relaciones entre unidades menores. Para Hockett la oración es la construcción que no forma parte de ninguna otra y su núcleo es el verbo, que define como palabra oracional, al poder constituir por sí solo, sin intervención de sujeto, una oración.
- Criterio generativista: La oración se genera mediante una serie de reglas y símbolos, siendo la regla básica aquella que iguala “oración” con la suma de un sintagma nominal y uno verbal, lo cual correspondería a las relaciones sintácticas sujeto-predicado.
§ Criterio de la gramática de dependencias: defendido por Tesnière. Este criterio señala como núcleo oracional al verbo, del que dependen actantes (el sujeto es uno más de ellos) y circunstantes. En esta concepción es fácil entender la oración como un predicado que puede o no exigir un sujeto y no a la inversa, lo cual permite una explicación satisfactoria de las oraciones impersonales.
El sujeto es el nombre, o SN, que establece en la oración una concordancia necesaria con el verbo. El núcleo del SN, el sustantivo (u otros elementos sustantivados), impone al verbo, según la Gramática Tradicional, sus marcas de concordancia, número y persona. Como hemos visto y veremos, esto no es aceptado por algunas escuelas.
El predicado es el verbo, o SV, que figura en la oración. No obstante, hay que matizar, como hacíamos en la introducción, que la imposición del sujeto sobre el predicado no está tan aceptada; actualmente los lingüistas optan más por el criterio de que el verbo es el que impone las marcas de concordancia (mediante la flexión) al sujeto. Así, algunos autores como Alarcos o la escuela funcionalista, definen el verbo como núcleo del Predicado pero también de la oración y, en consecuencia, susceptible de aparecer representándola sin necesidad de otras unidades: Venid.
Desde este punto de vista, un verbo por sí solo puede formar oración puesto que si éste combina un signo de referencia léxica (que sería el predicado) y un signo complejo de referencia gramatical (con significado, entre otros, de persona, que sería el sujeto gramatical) podemos hablar de oración: Estudié; como vemos aparece solamente el verbo pero nos indica la acción, que constituye el predicado, y mediante su desinencia, que entre otras informaciones, nos indica la persona que nos muestra el sujeto, en este caso gramatical, “yo”.
En definitiva, según hemos visto de manera general, se puede afirmar que todas las oraciones están constituidas por:
De todas formas, hay que señalar que a este esquema parecen oponerse las oraciones impersonales del tipo “Hace frío”. La gramática de dependencias quedaría satisfecha con su consideración. Otros, en cambio, como en la gramática generativo-transformacional afirman que estos enunciados sí poseen sujeto en la estructura profunda, pero en su paso hasta la estructura superficial, el sujeto se desvanece. De igual forma, dice esta gramática que el predicado puede presentar también ausencia de verbo en casos como “Perro ladrador, poco mordedor”, donde se supone la existencia de un verbo copulativo en la estructura profunda.
Sujeto es, tradicionalmente, la palabra que expresa un concepto, del que se afirma o se niega algo. Hoy, siguiendo las pautas gramaticales, sujeto es el nombre o SN que en una oración concuerda con el verbo.
En el caso de que el sujeto esté formado por varias palabras, estas se agrupan en torno al sustantivo, que constituye el núcleo del sujeto. Asimismo, el sujeto puede estar constituido por otras categorías o por una proposición que consta, a su vez, de sujeto y predicado. Por ejemplo “No me gusta que hagas esto”.
PV Sujeto
Modos de presentación del sujeto
Según el significado
Según su composición externa
Según el elemento que lo constituye
Según aparezca (explícito) o no (implícito) en la oración
Otros problemas en torno al sujeto y a su reconocimiento son los que se refieren a la perspectiva que se adopta para la correcta caracterización. Distinguimos en este sentido tres tipos de sujeto:
Inversiones del Sujeto
Ahora bien, en español –en contraste con otras lenguas como el inglés– el orden de las palabras no está sometido a la fórmula canónica sujeto-verbo-objeto, si bien, como afirma el Esbozo, ésta suele ser la más frecuente, “no porque sea más lógica ni más regular, sino porque el sujeto representa de ordinario el término conocido, la continuidad del discurso, en mayor número de casos que los demás elementos oracionales juntos”
El orden lógico de la oración (sujeto + predicado) puede ser alterado, invirtiendo el orden de los elementos. El hecho de que el sujeto sea preverbal o posverbal depende, independientemente de la estructura informativa. El fin que se persigue con ello es atraer la atención del oyente sobre algún aspecto concreto. En castellano, las principales causas son el énfasis o bien evitar la ambigüedad.
No obstante también hay otros factores que influyen para que haya una u otra posición. Por ejemplo,
La modalidad oracional: las interrogativas parciales (piden información) y las exclamativas introducidas por un QU- tienen sujeto obligatoriamente pospuesto; en las interrogativas totales (sí/no) también aparece generalmente pospuesto: ¿A quién ha llamado Juan? / *¿A quién Juan ha llamado? o ¡Qué tonterías dice Pepe! / *¡Qué tonterías Pepe dice!; en las imperativas, debido al carácter recuperable de tú y vosotros, estos no se configuran en la oración, salvo en oraciones contrastivas y en este caso, pospuesto: Llama tú / Pedídselo vosotros.
O también por la naturaleza léxica y formal del verbo: la presencia de un constituyente de carácter adverbial asociado al evento expresado por el verbo: Aquí vivió Galdós / *Aquí Galdós vivió.
(SE PUEDEN AÑADIR ALGUNAS CUESTIONES DEL TEMA 14)
El predicado es el SV que aparece en la oración. Está constituido por el grupo verbal y complementos, de los que hablaremos después. El grupo verbal está constituido por el verbo y sus desinencias (modo, tiempo, persona, aspecto, voz y número). Estas cuestiones se estudian en el tema 15 de la presente convocatoria.
(SE PUEDEN AÑADIR CUESTIONES DEL TEMA 15)
Tipos de predicado
Tradicionalmente, se habla de dos tipos de predicado: nominal, si el verbo es copulativo; y verbal, si el verbo es predicativo.
El predicado nominal es aquel en el que aparece un verbo copulativo que sirve para atribuir cualidades o estados al sujeto. Los verbos copulativos son ser, estar y parecer aunque también hay otros que pierden parcialmente su contenido semántico y adquieren también cierto carácter copulativo: son los verbos semicopulativos.
En el PN el núcleo no es un verbo sino un SN, un S. adj., un adverbio o un S. Prep. referidos al sujeto a través de un enlace o cópula. El núcleo recibe el nombre de atributo. Las oraciones de PN reciben el nombre de atributivas. El niño es alto; Ese hombre está enfermo; Juan es de Madrid; Mi padre está bien.
Los verbos copulativos están casi vacíos de significación, se limitan a unir (por eso, se llaman copulativos) al sujeto con el atributo. El atributo puede sustituirse por el pronombre LO: El niño es bueno > El niño lo es.
En el predicado verbal el núcleo es siempre un verbo predicativo, por lo que tenemos un SV. Este verbo tiene pleno significado léxico y es el constituyente obligatorio del SV que funciona como predicado verbal. Puede ir acompañado de complementos que modifiquen su significado. Los complementos que dependen de él se rigen en torno al verbo y no al sujeto, por ser una cuestión de otro tema y no entrar dentro de la relación sujeto-predicado no los mencionaremos.
Mencionar complementos (argumentos y adjuntos: Tema 14)
Con la expresión oraciones unimembres se pretende dar cuenta de dos tipos de enunciados en los que hay ausencia de uno de los dos elementos que nos atañen: por un lado, enunciados no oracionales que presentan un sentido completo, pese a que falta bien el sintagma verbal (o su núcleo). Se trata de enunciados del tipo ¡Fuego!, ¡La policía!, Buenos días…; por otro, las oraciones impersonales desde el punto de vista sintáctico que carecen del sintagma nominal sujeto: Llueve, Se saluda al embajador, Es tarde…
Ante los enunciados no oracionales se han ofrecido dos interpretaciones distintas:
ü Se ha acudido al concepto generativo de estructura implícita o subyacente, donde aparecerían como oraciones completas. Su estructura superficial sería el resultado de la aplicación de reglas transformacionales de elisión o elipsis.
ü Se ha considerado que no son oraciones, sino enunciados de habla de estructura no oracional que aparecerán siempre en una situación comunicativa dada de la que depende su interpretación como unidades con sentido completo.
Esto último parece más adecuado. No es difícil admitir que existen enunciados de habla que no constituyen oraciones de lengua. Interpretarlas como resultado de una elipsis resulta altamente artificial.
Tendremos casos que corresponden a enunciados exclamativos, vocativos, interjecciones y elementos de carácter deíctico del tipo ¡Socorro! La interpretación depende exclusivamente del contexto situacional o situación extralingüística que determina las condiciones pragmáticas en que se produce la emisión.
Un fenómeno distinto es el que aparece en casos del tipo Mañana, si hace sol, Quizá sí o De Juan, que carecen de sentido gramatical completo si no se apela al contexto verbal previo. Aquí sí se puede hablar de elipsis de elementos consabidos.
Lo que sí podemos afirmar es que la mayoría de estos enunciados abundan en el habla coloquial. Con todo esto se entiende que se reserve el término enunciado para los casos en los que una secuencia con sentido no constituye una oración de lengua.
En las oraciones impersonales la cuestión es distinta. En este caso no existe sujeto, ni patente, ni subyacente. Son verdaderas construcciones unimembres, integradas por un único constituyente, que es un sintagma verbal. Esta idea se contradice con el concepto de oración como estructura integrada por un sintagma nominal y un sintagma verbal, lo que se intenta rectificar cambiando este concepto de oración por una caracterización basada en la presencia de un verbo en forma personal. Pero, cómo se da un predicado si no se predica sobre nada. Para ello la Gramática Tradicional sólo habla de impersonales pero es la Gramática de las Dependencias la que, como hemos señalado, que es el sujeto quien completa al verbo y no a la inversa, dependiendo de él.
Distinguimos distintos tipos de impersonales:
Impersonales reflejas. Se llama así a las impersonales cuya estructura no surge del carácter estrictamente impersonal del verbo, sino de procedimientos gramaticales sistemáticos: el verbo aparece en tercera persona del singular acompañado de “se”, que funcionaría como activador de la impersonalidad.
Existen tres tipos de oraciones de esta clase: con verbos intransitivos (Se vive bien en Madrid); con verbos copulativos (Cuando se está enfermo, se pasa mal); y con verbos transitivos y complementos directos de persona con la preposición a {pasiva refleja} (Se aplaudió a los jugadores).
Hay otro tipo de oraciones que mencionamos brevemente a continuación por estar englobadas dentro del tema 17 de la presente convocatoria.
La Gramática Tradicional distingue dos tipos de oraciones: simples y compuestas. Las simples tienen un solo sujeto y un único predicado. Son compuestas las que tienen:
a) un sujeto, pero varios predicados.
b) varios sujetos y varios predicados.
c) más de un sujeto, aunque con un solo predicado.
La crítica que acepta los puntos a) y b), no admite la concepción c), porque no resulta siempre válida.
Ej.: “Pedro y Luisa pintan acuarelas” Or. Comp. (Gramát. Tradic.)
« Pedro pinta acuarelas y María pinta acuarelas”
Pero: “Mi padre y mi hermano han bajado el piano desde el tercer el piso” no equivale a “Mi padre bajó el piano” y después, él solo, “Mi hermano bajó el piano”.
Tampoco hay acuerdo en las formas de unir proposiciones para constituir la oración compuesta; éstas son la yuxtaposición, rechazada por algunos por razones semánticas, y no formales, la coordinación y la subordinación.
La Yuxtaposición
Es un procedimiento sintáctico que consiste en ordenar unas proposiciones a continuación de otras sin elementos de enlace. Es una unión asindética (supresión de nexos de coordinación). Vine, vi, vencí.
La Coordinación
Es el procedimiento sintáctico por el que se unen mediante conjunciones dos o más proposiciones, ninguna de las cuales forma el sujeto ni el predicado de la otra. El clima ha favorecido a la agricultura y la cosecha será espléndida
La Subordinación
Es el procedimiento sintáctico por el que una oración queda constituida al menos por dos proposiciones, una de las cuales está incluida en la principal o subordinante, de cuyo sujeto o de cuyo predicado forma parte. Estos jóvenes [que protestan] son estudiantes.
De estas oraciones compuestas no hablaremos por estar la subordinada dentro del sujeto o del predicado.
La descripción de las relaciones sintácticas entre el sujeto y el predicado se originó a partir de la concepción aristotélica de juicio lógico, entendido como la posibilidad de predicar propiedades o accidentes de las sustancias. Dado que el concepto de oración se asimiló pronto al de la emisión de un juicio lógico, también se asimilaron el concepto de sustancia al de sujeto y el de predicado al de verbo, con lo que vinieron a confluir las realidades descritas por la lógica con las descripciones gramaticales.
En este contexto, entró en debate la caracterización de oraciones en las que faltaba uno de los dos constituyentes, con lo que se reformuló el concepto de oración, abriéndose la posibilidad de concebir unidades menores con capacidad de transmitir contenidos completos. Para ellas se reservó el término de frases o de oraciones unimembres, cuando mayoritariamente respondían a enunciados no oracionales sino contextuales.
Por otra parte, se pensó en considerarlos indiscriminadamente como oraciones con elementos elididos, ya fueran del sujeto o del predicado. Hoy prefiere reservarse el término elíptico para aquellas unidades que son recuperables por el contexto verbal y el de enunciado para aquellas secuencias que omiten elementos que la situación extralingüística aporta sin necesidad de su formulación explícita.
El sujeto ha sido considerado como la función principal de la oración, ya que era este el que constituía la base de un posterior desarrollo que daría lugar al predicado. La gramática generativa hasta los años 80 mantuvo que SN y SV, respectivamente sujeto y predicado, eran los constituyentes inmediatos de la oración. A partir de la Teoría de la Rección y Ligamento (Gramática de Dependencias), el SV es el soporte básico de la oración, que se configura con un núcleo funcional que es la flexión, que es el que proyecta a los restantes, si bien en su proyección inmediata aparece primero el SV, que domina al sujeto, ya que la selección del sujeto se realiza a partir de la caracterización del SV.
ALARCOS LLORACH, Emilio. (1994). Gramática de la lengua española. Espasa-Calpe: Madrid.
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