Tema 21 – Expresión de la duda, la hipótesis y el contraste.

Tema 21 – Expresión de la duda, la hipótesis y el contraste.

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0. INTRODUCCIÓN

En un acto de comunicación, el hablante tiene la necesidad de transmitir, entre otras, sus opiniones, sus dudas, sus hipótesis… para lo que emplea oraciones y otros procedimientos lingüísticos como la entonación, nexos, unidades léxicas… Por esa razón comenzamos por la exposición con la explicación de algunos conceptos que nos faciliten la comprensión del tema.

A continuación, explicamos la expresión de la duda para la que utilizamos la entonación, los adverbios de modo y otras partículas morfológicas así como el tiempo y el modo verbales y diversas construcciones sintácticas. En el tercer punto, se trata la expresión de la hipótesis explicando, en primer lugar, las oraciones condicionales, seguidamente, la entonación y las pausas, los nexos, el tiempo y modo verbal y diversas estructuras sintácticas. En el último punto, se considera la expresión del contraste ya sea a través de la coordinación, las subordinadas adverbiales comparativas u otras expresiones sintácticas.

1. SOBRE LA ORACIÓN Y LA MODALIDAD

Los hablantes no permanecemos ajenos a lo que decimos, sino que siempre presentamos una posición y una actitud ante nuestras palabras, puesto que, además de aportar una información también pretendemos influir o expresar con una u otra intención algo más. A esta cuestión la llamamos “modalidad”. Pero estudiar la modalidad es algo complejo por diversos factores, a veces es difícil distinguir esa actitud especial de modo.

Así, siguiendo la tradición clásica, se distingue, en un acto de enunciación, un contenido representativo, dictum, y una actitud adoptada por el sujeto hablante respecto de ese contenido: modus o modalidad.

Podemos influir en los interlocutores de diversas maneras, tanto con una serie de elementos extralingüísticos como otros lingüísticos:

Œ Una forma evidente de hacerlo es utilizando recursos léxicos en los que va explícito el acto que enunciamos. Te aseguro que entregaré las cartas a la policía”, pero también podemos decir “entregaré las cartas a la policía.

 También hay que tener en cuenta otros factores como la actitud del interlocutor. Sin embargo, tenemos que considerar la posibilidad de que el hablante puede expresar en un mismo enunciado diferentes intenciones, que no siempre tienen que coincidir con el contenido que expresa; incluso en algunas ocasiones puede llegar a ser totalmente diferente. Y es que no siempre existe univocidad entre un acto de habla y la estructura gramatical. Tomemos como ejemplo la oración “Ruégale que se detenga” podemos obviamente expresar un ruego, pero también una orden o mandato.

Ž Entonación del hablante.

 Otro factor importantísimo son los modos verbales, la utilización del indicativo, subjuntivo o imperativo.

 El uso de determinadas conjunciones o adverbios que pueden actuar como operadores oracionales.

El orden de palabras, los distintos tiempos verbales e incluso factores textuales son determinantes.

2. LA EXPRESIÓN DE LA EXPRESIÓN DE DUDA

La duda es un estado anímico de inestabilidad. Su expresión se halla a medio camino entre la afirmación y la negación. La entonación, rasgo suprasegmental, es muy importante en su expresión. La duda implica un estado en el que el ánimo se encuentra indeterminado entre una serie de posibilidades. Así, la expresión de la duda se puede realizar por medio de diversas unidades lingüísticas:

Œ Desde el punto de vista fonológico mediante las curvas de entonación (significantes que evocan la modalidad del enunciado). Ejemplos: “Ya llueve” (afirmando) “Ya no llueve” (negando) “¿Ya llueve?” (preguntando).

 Desde el punto de vista morfológico mediante los adverbios de duda y otras partículas como si, no (dubitativos), los morfemas del verbo (el Tiempo y el Modo). Ejemplo: “Probablemente lo compre”.

Ž Desde el punto de vista sintáctico por medio de las oraciones dubitativas, las oraciones Interrogativas, las oraciones subordinadas sustantivas, las interrogativas indirectas y las oraciones de relativo con antecedente indeterminado. Ejemplo: “Quizá no sea tan buena idea como creía”.

Adverbios de duda

Los adverbios son palabras invariables que la gramática tradicional define como modificadores del verbo. Según Alarcos son “signos mínimos con función de aditamento”, es decir, de complemento circunstancial. Es un grupo muy heterogéneo y acoge palabras cuya adscripción a otros grupos es problemática.

Normalmente se clasifican desde el punto de vista semántico y así se habla de adverbios de cantidad, tiempo, modo, lugar, afirmación, negación… También es frecuente la clasificación que atiende a la función que puede realizar un determinado adverbio.

Los que aquí nos interesan son los adverbios de duda: presentan algunas características distintivas con respecto a los demás adverbios. Formalmente no admiten variaciones de grado, puesto que semánticamente no aceptan tal modificación. Es posible formar adverbios mediante el sufijo -mente.

Desde el punto de vista funcional se les denomina indicadores de modalidad oracional. Su función primordial no es modificar a un verbo o a una palabra concreta, sino que afectan a toda la oración. Serían pues adverbios conceptuales, es decir, su significado no depende del contexto sino que tienen significado propio. Ejemplos de estos adverbios son: probablemente, tal vez, quizás, acaso, posiblementeComo característica común tienen el hecho de que las oraciones en las que se introduce este tipo de adverbios se construyen siempre en subjuntivo.

“Posiblemente vaya a la cárcel”.

Palabras enfáticas y construcciones modales

Uso de palabras enfáticas que refuerzan la duda, sobre todo en oraciones interrogativas: Si, no, verdad que. ¿Si estaré yo equivocado? ¿No sería mejor marcharse?

Uso de construcciones modales para expresar duda en modo subjuntivo:

clip_image009 Ser + Adj. de probabilidad + que: Es probable que, Es posible que, No es seguro que

clip_image009[1] Puede que: Puede que llueva.

clip_image009[2] Debe de + infinitivo: Debe de llover.

clip_image009[3] Verbos de opinión en forma negativa: No creo que este sea el tema central de la novela.

clip_image009[4] Verbos de duda + de que/si: Dudo de que llueva

Oraciones de posibilidad, probabilidad y duda (tiempo y modo verbales)

Las oraciones dubitativas expresan un juicio que el hablante no se atreve a considerar como cierto. Es decir, coincidente con la realidad objetiva. Ej: Tal vez nos vayamos de vacaciones a Canarias”.

La posibilidad y probabilidad varían gramaticalmente de forma, según se aproximen de la afirmación o negación absoluta hacia la duda absoluta.

En consecuencia lo que las diferencia es que el grado de la duda es menor en las oraciones de posibilidad y probabilidad que en las dubitativas propiamente dichas. Así pues, se utilizan las siguientes construcciones:

clip_image010 La posibilidad y la probabilidad en el presente y en el pasado inmediato se expresan con los futuros simples y compuestos de indicativo respectivamente: “Serán las diez”; “Habrán llegado ya a su casa”.

clip_image010[1] Para la posibilidad o probabilidad de un hecho pasado o futuro se utiliza el condicional simple: “Tu proyecto sería aceptado rápidamente”. El condicional simple es el tiempo propio para la expresión de la probabilidad.

clip_image010[2] La oración dubitativa simple se enuncia con adverbios de duda (quizá, tal vez, acaso) seguidos de subjuntivo o de indicativo. Desde el punto de vista formal, estos adverbios se caracterizan por ser invariables, no sólo en género y número, sino también en cuanto a sufijos apreciativos y al grado. Sin embargo, son susceptibles de formarse con el sufijo –mente: “posiblemente”. Funcionalmente, son signos autónomos que por sí solos pueden constituir manifestaciones lingüísticas completas, es decir, enunciados: “¿Vas a estudiar esta tarde” Tal vez”. En cuanto a su significado, poseen sustancia semántica propia invariable.

Oraciones interrogativas

La interrogativa es una duda hacia el contenido total o parcial de la frase, pero con un deseo de disiparla, por lo que se dirige hacia el oyente para que éste la resuelva. Los tipos son los siguientes:

A. TOTALES

Preguntan por la relación del sujeto-predicado. Es una pregunta casi siempre informativa que busca una respuesta de Sí/No: ¿Está Pedro en el jardín?

B. PARCIALES

Preguntan por uno de los elementos expresados en la frase. La marca de estas oraciones es fácilmente reconocible, pues se trata de un pronombre o adverbio relativo: qué, quién, quiénes, cuál, cuáles, cuánto, cuánta, cuántos, cuántas, dónde, cómo, cuándo. Son índices de interrogación con valor apelativo y su intención es esencialmente informativa: “¿Quién ha llegado?”.

Las oraciones dubitativas de posibilidad y probabilidad pueden formularse como interrogativas, con lo que se refuerzan su sentido dudoso o posible: “¿Qué habrá ocurrido?”

Hay fórmulas expresivas conversacionales asociadas a la frase interrogativa: ¿eh? – ¿verdad? – ¿no? Son elementos de apoyo con los que se pretende asegurar la atención del oyente.

C. RETÓRICAS

Son preguntas ficticias que no esperan una respuesta. Son una forma de expresar determinados contenidos como si tuviéramos alguna duda sobre la respuesta, que en realidad conocemos bien.

ü “¿Qué hombre razonable desearía la guerra?”

ü “¿Ya estás de vuelta?

3. LA EXPRESIÓN DE LA HIPÓTESIS

La hipótesis expresa la condición que mediatiza el proceso de la oración, de tal modo que el cumplimiento de una acción depende del cumplimiento de otra. Con la hipótesis señalamos que la acción expresada por la proposición principal no es independiente en relación con su cumplimiento, sino que está mediatizada por otra, es decir, sólo puede realizarse si previamente se realiza la condición.

Para expresar la hipótesis recurrimos a las proposiciones condicionales, incluidas dentro de las subordinadas adverbiales circunstanciales.

El período condicional, llamado también hipotético, consta de dos elementos oracionales relacionados mediante la conjunción si, además de otros vocablos y locuciones: como y cuando (“No irás de paseo como no comas”); formas no personales del verbo (“De haberlo sabido no habría ido”); siempre que, ya que, en caso de que,… (“Yo iré a tu casa siempre que tú vengas a la mía”); con tal de que, con solo que, con que,… (“Iré con tal de que me deje tranquilo”).

La primera enuncia la condición y recibe el nombre de hipótesis o prótasis, y la segunda enuncia lo condicionado y se denomina apódosis, aunque este orden dista mucho de ser obligatorio.

4. LA EXPRESIÓN DEL CONTRASTE

El contraste expresa una situación en que se contraponen y comparan dos hechos o situaciones. Al hablar de contraste, se pone en relación con los conceptos de oposición, contradicción, contrariedad y gradación. Estos términos tienen que ver sintácticamente con las oraciones disyuntivas (opuestas o contradictorias), las oraciones adversativas (contrarias), las oraciones distributivas (muchas veces también contradictorias) y, en su aspecto gradual, con las oraciones comparativas.

ü ¿Vas a hacer lo que prometiste, o es que nos mentiste a todos?

ü Tenía mucho dinero, pero no era feliz.

4.1. Oraciones coordinadas

Las llamadas oraciones coordinadas son dos segmentos de tipo oracional (proposiciones) vinculados de modo que ninguno desempeña una función dentro del otro. Estos segmentos oracionales se unen por medio de conjunciones coordinantes.

Consideramos a continuación de las disyuntivas, adversativas y distributivas.

Cabe señalar que si el sentido de inclusión o suma en las coordinadas copulativas, marcadas por sus nexos fundamentales y, ni, no aparece se produce, entonces, una contrariedad total o parcial entre ellos, que da a la coordinación un carácter adversativo más o menos acentuado: Tú eres muy listo y no me engañarás. Lo busco y no lo encuentro. Algunos no lo creen y se equivocan.

Las proposiciones disyuntivas muestran una alternativa entre los significados en las oraciones coordinadas. Esta alternativa excluye el contenido de la otra oración. Por lo tanto, expresan oposición u opciones contrastadas. El conector es ou ante vocal o, para evitar cacofonías-: “¿Vamos al cine o al teatro?”

Para dar carácter enfático a la disyunción es frecuente que ese mismo nexo encabece ambas proposiciones: “O vienes o te vas”.

Según autores como Marcos Marín, a partir de las disyuntivas, por reiteración y especialización semántica se forma el subgrupo de las distributivas. En ellas, las proposiciones no son contradictorias, hay diferencias, pero no son excluyentes.

Se caracterizan formalmente por ir en correlación: Uno… otro; este…aquel; cerca… lejos; aquí…allí; cual…cual; ya…ya; ora… ora; bien… bien; sea…sea; etc.

ü Ya lo suben, ya lo bajan.

ü Uno corre y el otro vuela.

Las coordinadas adversativas expresan juicios de cualidad lógica diferente, uno afirmativo y el otro negativo (o viceversa).

Las conjunciones adversativas son: pero, mas, aunque, sino, empero…

Es frecuente su subdivisión en dos grandes grupos:

  • Correctivas o Restrictivas. Suponen corrección pero no incompatibilidad entre los juicios. Nexos: pero, mas, aunque, menos, excepto, salvo, sin embargo, no obstante, con todo, más bien, fuera de.

ü No tenía dinero pero sabía arreglarse.

  • Excluyentes o exclusivas. No permiten la coexistencia de los juicios, son incompatibles Nexos: más que, que no, antes, sino y sus compuestos.

ü Son molinos, que no gigantes.

4.2. Proposiciones subordinadas adverbiales comparativas

Con ellas se mide la superioridad, igualdad o inferioridad cuantitativa o cualitativa de un elemento de la principal. Esta medición supone contrastar cantidades o cualidades de hechos en la realidad.

La RAE habla de comparativas de modo y de cantidad. Basa la división en el hecho de que las de modo establecen la comparación con respecto a un nombre o a un adverbio de la oración principal. Las comparativas, en cambio, establecen esta comparación entre proposiciones.

Desde el punto de vista formal, se caracterizan porque figuran en la principal y en la subordinada los adverbios y conjunciones subordinantes comparativas siguientes:

clip_image001 De igualdad: tanto…cuanto; tanto…como; tan…cual; cuanto más…menos; cuanto menos…menos; tanto más…cuanto más; igual que, lo mismo que.

clip_image001[1] De superioridad: más…que (de); mejor, mayor, superior, etc.

clip_image001[2] De inferioridad: menos…que (de); menor, peor, inferior, etc.

ü Cuanta más ilusión le pongo menos caso me hace.

ü Él no es mejor que tú.

ü Fue el peor día de mi vida.

4.3. Otras expresiones sintácticas del contraste

Alcina y Blecua tratan el sentido de contraste que se da en las oposiciones conjeturales (indicios, juicios, datos inciertos, síntomas) en las que se introducen términos en correlación. Los más importantes son los siguientes:

clip_image003 Primero/después: Si primero pasó a mis ojos como un embustero, después me pareció el más gracioso charlatán que he oído en mi vida. (Galdós)

clip_image003[1] Antes/después: Si antes sus oraciones fueron pararrayos para ahuyentar el tifus, después intentaban librarle de otros enemigos no menos feroces. (Galdós)

clip_image003[2] En una parte/en otra: Si en una parte echaban maldiciones, en otra le vitoreaban.

5. CONCLUSIÓN

La expresión de la duda, la hipótesis y el contraste en la lengua se realiza por medio de diversos procedimientos (modalidad, adverbios, nexos, morfemas verbales, entonación, estructuras oracionales). Para su sistematización, desde el punto de vista semántico, hay que tener en cuenta otros factores, como son la estrecha relación entre cierto tipo de oraciones (por ejemplo, las condicionales para expresar la hipótesis) y las tres posibilidades que se distinguen en la expresión de términos semánticamente contrastados (contradictorios, contrarios y la gradación).

Y, todo ello, en un acto comunicativo en el que se establecen relaciones entre los participantes y la situación en la que se desarrolla. Por ello, hay que tener presente la distinción entre la estructura gramatical de una oración y la clase de acto comunicativo que se lleva a cabo, por medio del enunciado de dicha oración, en una situación determinada (la interacción comunicativa en la expresión de duda, hipótesis y contraste que les confiere sus características peculiares), con el fin de apreciar el verdadero significado de lo que se dice, de la intención del enunciado en concreto y de su efecto en el receptor.

6. BIBLIOGRAFÍA

ALARCOS LLORACH, Emilio. (1994) Gramática de la lengua española. Espasa-Calpe: Madrid.

ALCINA FRANCH, JUAN y JOSÉ M. BLECUA. (1979) Gramática Española. Ed. Ariel: Madrid.

BOSQUE Y DEMONTE. (1999) Gramática descriptiva de la lengua española. Espasa-Calpe: Madrid.

MARCOS MARIN, F. (1980): Curso de Gramática Española. Cincel-Kapelus: Madrid.