0. INTRODUCCIÓN
La causa, la consecuencia y la finalidad no son sino distintos aspectos de una misma relación, la llamada relación causativa. Su expresión lingüística se aprecia, sobre todo, en las oraciones compuestas, en el tipo subordinadas adverbiales al que corresponden – entre otros – los tres tipos de expresión que se enuncian en el título del tema. Por ello, comenzamos la exposición con la clasificación de las oraciones compuestas. En el punto siguiente tratamos la relación de causatividad, este planteamiento nos va a ser útil en el desarrollo posterior del tema ya que nos basamos, principalmente, en la gramática tradicional y en aquellos autores que han sido aceptados mayoritariamente por la comunidad lingüística dada la variedad de teorías y opiniones al respecto existentes.
A continuación, se trata la expresión de la causa delimitando el concepto y su clasificación, el tipo de nexo y el modo y tiempo verbal empleado en dichas construcciones. En el cuarto punto, trata la expresión de la consecuencia atendiendo al concepto de oración consecutiva y sus tipos, a los nexos y otras construcciones relacionantes así como, a las funciones sintácticas que puede realizar (no todos los estudiosos se ponen de acuerdo sobre este apartado). En último lugar, se trata la expresión de la finalidad, concepto de oración final y clasificación, tipos de nexo y modo y tiempo verbal empleado en dichas construcciones finales.
1. SOBRE LA CLASIFICACIÓN DE LAS ORACIONES CAUSALES CONSECUTIVAS Y FINALES
En 1973, la RAE publica el Esbozo de la gramática española en el que se revisa el tema de las oraciones compuestas: aquí se consideran las causales y las consecutivas como oraciones subordinadas y no se estudian como sustantivas, sino como circunstanciales. El mismo tratamiento se da para las oraciones finales (CC). Así pues, en las subordinadas circunstanciales se incluye, sin mayor especificación o subdivisión una larga lista: Lugar, Tiempo, Modo, Comparativas, Finales, Causales, Consecutivas, Condicionales y Concesivas. Estos nombres hacen referencia a la clase de correlaciones que por su significado guardan con la oración Principal. Esto es lo que permite que cada oración adquiera plena capacidad para significar lo que se quiere expresar.
2. SOBRE EL CONCEPTO DE CAUSATIVIDAD
Muchos gramáticos, coinciden en explicar diversos tipos de oraciones sintácticas ligadas a un significado de causatividad. Expresan esta relación tanto las llamadas oraciones causales, como las consecutivas (entendidas como una inversión de las anteriores), las condicionales, las concesivas y las finales.
Las relaciones semánticas entre las oraciones causales y condicionales se diferencian en que la causa es positiva, siendo aquello por lo cual algo es o sucede, mientras que la condición tiene un sentido negativo, siendo aquello sin lo cual algo no sería o sucedería. La Condición puede explicarse también como la expresión de la causa lógica, pero hipotética. En la concesión se rompe la causalidad hipotética para decir que la causa existe, efectivamente, pero que no se considera capaz de impedir la realización o la irrealización del acto.
La finalidad coincide con la causalidad neta, es lo que se ha llamado causa final o fin causal. La causa es una finalidad inicial, y el fin terminal. Ambos son aspectos de un mismo concepto fundamental. En este sentido, las oraciones consecutivas son el reverso de la causal neta. La consecutiva expresa causalidad entre dos sintagmas: hecho y consecuencia, desde la perspectiva inversa a las causales.
En resumen, causa, consecuencia y finalidad se implican como distintos aspectos de una misma relación, la llamada relación causativa. Su expresión lingüística se da de forma más concisa en las oraciones compuestas, en el tipo subordinadas adverbiales: causales, consecutivas, condicionales, concesivas y finales.
3. LA EXPRESIÓN DE LA CAUSA
Entendemos por causa el motivo por el cual acontece la acción verbal. Se expresa con el SP y con la subordinada adverbial causal, normalmente en modo indicativo.
Las proposiciones causales expresan la causa, razón o motivo de la oración principal. Los enlaces o nexos más importantes son: que, pues, porque, puesto que, supuesto que, de que, ya que, como, como que. El Esbozo las considera proposiciones subordinadas circunstanciales porque dentro de la oración principal desempeñan la función de CC. Este tipo puede formularse tanto con SP (Lo hice por tu culpa), como con una relación conjuntiva (Lo hice porque quise).
Llévate el paraguas porque está lloviendo
Hay que matizar que las gramáticas latinas distinguían entre estas proposiciones y las explicativas que son aquellas en las que lo expresado es la causa de decir lo que se dice; justifica lo expresado en el primer miembro. La diferencia también recae en que tan sólo se puede expresar mediante la relación conjuntiva (Ha llovido porque el suelo está mojado). En cambio, no podemos decir (* Ha llovido a causa del suelo mojado).
Ha aprobado, porque viene muy alegre.
Seguro que está aquí, porque su cartera está en la mesa.
Los SP que expresan causa se introducen con la preposición por y a veces con. Igualmente se usan las locuciones prepositivas: a causa de, gracias a, debido a:
ü Lo expulsaron del trabajo por su mala conducta.
ü Las flores se marchitaron con el calor.
En cuanto al término de la preposición, lo normal es que sea un SN: (por tu culpa), pero también podría ser una subordinada sustantiva con verbo en infinitivo: (por ser tan mala persona).
La causa, que puede expresarse en ocasiones mediante el gerundio (Habiéndose agotado las entradas para el partido de esta noche, los reventas comienzan su negocio), o mediante el participio, que normalmente expresa tiempo, (Muerto el perro, se acabó la rabia), tienes ciertas conjunciones causales o frases conjuntivas que enumeramos a continuación:
PORQUE: se ha convertido en el principal instrumento de ambos tipos de causales. Como causal pura puede anteponerse o posponerse. Como explicativa sólo se pospone. Los autores se dividen en dos posibilidades de análisis:
PUES: mención especial merece el transpositor pues, que por su posición, introduce causales explicativas:
Tenía frecuentes mareos, pues estaba muy débil.
Se puede intercambiar con ya que, puesto que, dado que, que tienen gran libertad de posición. No obstante, en algunos enunciados como el de arriba expuesto no se pueden anteponer.
YA QUE: es hoy una de las conjunciones más empleadas, particularmente como explicativa, y la secuencia que encabeza se antepone o pospone con pocas restricciones (Tengo la esperanza de aprobar el examen ya que he estudiado mucho).
PUESTO QUE, DADO QUE: posteriores y distintas constitucionalmente, han llegado a ser afines semánticamente a la anterior. Se valen del participio de ciertos verbos cuyo significado hace clara referencia a lo dado o conocido (Me sorprende que bebas tanto puesto que sabes que no debes hacerlo).
COMO: se usa con sentido causal prácticamente desde los orígenes del idioma (Como yo no estaba allí, no me siento responsable).
POR CUANTO, HABIDA CUENTA DE QUE…: han alcanzado notable difusión, particularmente en el lenguaje culto (Habida cuenta de la situación de los mares no debemos dejar el asunto de lado).
También expresa causa la preposición
A veces lo que necesitamos es presentar la situación previa y explicamos brevemente la información que después se va a desarrollar. Para ello utilizamos como (ya), expresando información emitida por el hablante y conocida o no por el oyente.
Además, destacamos la posibilidad de construir oraciones causales por medio de construcciones con las formas no personales del verbo:
Por haber hecho bien el examen, te doy un premio. Por ser tan antipático no tiene amigos.
Habiendo acabado bien, te doy un premio. Viendo que no le escuchaban, se marchó.
Acabado ya el examen, toma el libro.
La lengua española es tan rica en formas de expresión de la causa que contamos con una serie de locuciones prepositivas que aportan ese matiz causal:
Para presentar la causa de algo bien aceptado, deseado o buscado:
Para presentar la causa de algo indeseado o mal acogido por el hablante:
Otras unidades que sirven para expresar causa son las anafóricas prepositivas: POR LO TANTO, DE AHÍ QUE, POR CONSIGUIENTE, prácticamente lexicalizadas con el significado de la causa:
No soporto que me traten con desprecio, de ahí que me marchara sin decir adiós.
4. LA EXPRESIÓN DE LA CONSECUENCIA
La relación de causa a efecto entre dos juicios, expresada por las oraciones causales, puede invertirse señalando a uno de ellos como consecuencia del otro. Aparece así una relación causal, que se expresa en las oraciones consecutivas. La oración causal:
Necesitaba revisar algunos documentos, por lo tanto, no se pronunció sobre el tema.
Las proposiciones subordinadas consecutivas expresan alguna consecuencia que se deduce de la intensidad con que manifestamos una cualidad, circunstancia o acción en la principal.
La Academia divide estas proposiciones en dos tipos:
A. Primer tipo. Consecutivas sin elemento intensificador.
La relación causal de dos juicios puede a menudo verse invertido señalando a uno como consecuencia del otro: “No estará muy enfermo, pues ayer lo vi en el cine”- “Ayer lo vi en el cine, no estará muy enfermo, pues”.
Es muy frecuente que las oraciones consecutivas se formulen por simple yuxtaposición: “Me ha ayudado amablemente, yo corresponderé”. El enlace oracional queda así confiado a la entonación y a la duración de la pausa.
En este tipo de oraciones consecutivas se acentúa entre los períodos yuxtapuestos, coordinados y subordinados.
B. Segundo tipo. Consecutivas con elemento intensificador.
Expresan la consecuencia de una acción, circunstancia o cualidad indicada en la oración principal, a la que une por medio de la conjunción que la cual se refiere a los antecedentes que siguen.
→ Pronombres intensivos (tan, tanto, tal)
→ Expresiones de manera (de modo, de manera, de suerte, de forma) + que
→ Pronombres indefinidos (un, cada)
→ Construcción de + adjetivo
Los siguientes ejemplos incluyen construcciones contenidas en el esquema anterior, de uso más frecuente en la lengua oral:
→ Corre tan rápido que se cansa pronto.
→ El secretario planteaba cada argumento de forma que resultaba difícil rebatir los contenidos de sus escritos.
→ Tiene una capacidad para persuadir al auditorio que la comisión decidió convocarlo como orador principal.
→ Es de simple esta resolución que es inadmisible que aún no se haya publicado.
Ambas modalidades desempeñan la función de CC de la principal.
Las conjunciones y locuciones conjuntivas más importantes son: pues, luego, con que, por consiguiente, por tanto, por lo tanto, por esto, así que,… La RAE denomina a estas conjunciones ilativas porque se emplean como enlaces extraoracionales que denotan consecuencia de la oración que les precede inmediatamente. Un listado más completo es el siguiente.
A consecuencia de, así ,así que, consecuentemente ,consiguientemente, conque, de ahí (que), de aquí (que), de ese modo, de lo antedicho se desprende que, en efecto, en ese caso, en tal caso, en consecuencia, entonces, hasta el punto de, lo que antecede permite deducir, luego, por consiguiente, por ende, por ello, por eso, por esto, por esta causa, por esta razón, por este motivo, por lo antedicho, por lo cual, por lo tanto, por tanto, razón por la cual.
5. LA EXPRESIÓN DE LA FINALIDAD
La finalidad siempre supone una intencionalidad y manifiesta un contenido prospectivo, orientado hacia el futuro. Es decir, las oraciones finales expresan el fin o la intención con que se produce la acción del verbo principal.
Algunas formas para expresar finalidad:
- Uso de un SP introducido por las preposiciones para, por y con. Para es la más general y neutra y puede sustituir a las otras dos pero no a la inversa
Estudia para veterinario.
- También podemos expresar la finalidad con a (que) siendo su significado de tipo nocional, a diferencia de para, que es de orientación prospectiva de tipo locativo.
Vengo a que me vea el doctor.
- Uso de relaciones interproposicionales mediante conjunciones como para que, a fin de que, en vista de que, etc.
Entra para que te lea el informe.
- Expresión de la finalidad con locuciones prepositivas. Constan de un sintagma nominal prepositivo y de otra preposición:
A fin de + infinitivo, al objeto de + infinitivo, a efectos de + infinitivo, con vistas a + infinitivo, con tal de + infinitivo…
- Además las proposiciones finales, Las locuciones conjuntivas más frecuentes a que, para que…. son preposiciones que introducen subordinadas adverbiales.Cuando los verbos principal y subordinado tienen el mismo sujeto, el subordinado va en infinitivo, se omite el que subordinante y la relación final se expresa sólo por medio de las preposiciones a o para o la locución prepositiva a fin de que.
No uso bolso para no tener que llevarlo siempre.
Me tomaré un café para estar más despejado.
Si ambos verbos tienen sujetos diferentes, el subordinado va necesariamente en subjuntivo, porque el fin de una acción implica un sentimiento de deseo o indeseo, y por lo tanto de irrealidad.
Algo debió de pasarle para que estuviera así.
A) El fin o propósito, como proceso que ha de contar con la voluntad, sólo es atribuible, en realidad, a las personas.
B) Uso del subjuntivo, pues se refiere a una acción hipotética: “Voy a ocuparme de ello para que no me lo vuelvas a repetir más”.
C) La relación final supone también que el tiempo en que se expresa el fin que se persigue no puede ser anterior al de la llamada principal: “Mamá, haré la oposiciones para que estés contenta”. Por su contenido prospectivo y virtual, la proposición final suele posponerse: “He puesto folios en la mesa para que todos puedan escribir”.
D) La anteposición aleja la construcción de la finalidad: “Para que lo haga él lo hago yo”. En el lenguaje periodístico parece haberse prolongado la utilización de para + infinitivo con un sentido de mera sucesión temporal: “El Presidente visitó las instalaciones para luego regresar a Madrid”.
E) La expresión a que + subjuntivo suele incluirse entre las oraciones finales: “Vengo a que me digas la verdad”.
Los SP que expresan finalidad. Cuando el CC de finalidad está introducido por la preposición para da la impresión de que tenemos siempre un verbo elidido: “Estudia para veterinario. Se prepara para el examen. Esto nos lleva a plantearnos si realmente tenemos un SP o una proposición final introducida por para con el verbo elíptico.
5. CONCLUSIÓN
A lo largo de la historia de la gramática se han realizado diversas clasificaciones de la oración compuesta con el fin de encontrar el estatus que le corresponde a cada una. El concepto de causatividad aclara las relaciones que se establecen entre ellas y es fundamental en el tema que nos ocupa ya que la expresión de la causa, la consecuencia y la finalidad son distintos aspectos de esta relación causativa. Sin embargo, conviene recordar que estos conceptos son -también- de tipo relacional porque marcan una relación entre contenidos entendidos como causa y efecto. Es decir, causa es lo que produce un efecto o consecuencia y finalidad es una causa intencional.
Por orto lado, hay que tener en cuenta que la relación entre el enunciado y la enunciación, a veces, repercute en este tipo de construcciones y en la incidencia de los elementos que la conforman formando parte de esas estructuras que están a caballo entre las más simples y las más complejas formas de expresión.
7. BIBLIOGRAFÍA
ALARCOS LLORACH, Emilio. (1994) Gramática de la lengua española. Espasa-Calpe: Madrid.
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MARCOS MARIN, F. (1980): Curso de Gramática Española. Cincel-Kapelus: Madrid.