0. INTRODUCCIÓN
Uno de los objetivos fundamentales de la educación -de manera subrayada al referirse al desarrollo de las competencias relacionadas con la comunicación y el lenguaje- se centra en que nuestros alumnos y alumnas sean capaces de expresar, a través de la escritura, con trazos correctos y eficaces, lo que piensan y lo que sienten. Si se logra este objetivo, contribuiremos, sin duda, a formar personas con mayor preparación para la convivencia en libertad y para la participación social. La producción de textos, el saber reflejar por escrito emociones, experiencias, reflexiones… representa una faceta de la competencia comunicativa que desempeña un papel notable tanto en el ámbito de lo personal como en la vida en sociedad.
1. COMPRENSIÓN Y EXPRESIÓN DE TEXTOS ESCRITOS
1.1. Características de la lengua escrita
Tanto al leer como al escribir, aprendemos nuevos conocimientos, somos capaces de comunicarnos a través del espacio y del tiempo, y propiciamos la reflexión y la creación. La comunicación escrita también tiene un carácter funcional, ya que nos ayuda a relacionarnos con el resto de la sociedad. Cuando dos interlocutores se comunican por escrito se utiliza el canal visual. El contexto del acto comunicativo se compone de diferentes elementos textuales que ayudan a crear un mensaje de forma elaborada. El acto de escribir, por tanto, requiere mayor concentración y rigor que el acto de hablar. También es necesario un dominio amplio del léxico, así como de las reglas gramaticales y ortográficas de la lengua, debido al carácter de permanencia de lo escrito, todo ello unido a las exigencias de un estilo variado, selecto y preciso de redacción.
A pesar de que la lengua escrita es la misma que se usa en la comunicación oral, hay una serie de características que la distinguen:
La lengua escrita sirve para la expresión del pensamiento. Aunque no siempre es fácil reflejar con exactitud lo que se piensa por escrito, hay diferentes posibilidades para hacerlo. Así se dispone de los diferentes géneros literarios, que permiten mostrar de maneras diversas nuestros pensamientos.
1.2. Tipología del discurso escrito
Entre las formas de creación en la lengua escrita se pueden destacar las siguientes:
Formas de comunicación escrita |
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Expresión |
Tipo de texto |
Género |
Narración |
Literario, histórico… |
Novela, cuento… |
Descripción |
Literario, científico… |
Poesía, ensayo… |
Exposición |
Científico, periodístico… |
Ensayo, artículo… |
Argumentación |
Científico, periodístico… |
Discurso, tesis… |
Diálogo |
Literario, didáctico… |
Teatro, diálogo… |
Epístola |
Periodístico, literario… |
Carta, epistolario… |
Prescripción |
Informativo, administrativo… |
Instrucciones, recetas… |
1.3. La comprensión de los textos escritos
La comprensión es el proceso de elaborar el significado por la vía de aprender las ideas relevantes del texto y relacionarlas con las ideas que ya se tienen. Es el proceso a través del cual el lector interactúa con el texto, así como la inferencia es la habilidad de comprender algún aspecto determinado del texto a partir del significado del resto aprovechando las pistas contextuales, la comprensión lograda y su conocimiento general para atribuir un significado coherente a la parte que se desconoce.
Desde un punto de vista psicológico, para poder atribuir informaciones a una serie de signos impresos es preciso que:
Estos principios de elaboración no son sucesivos, sino que están necesariamente interrelacionados.
La lingüística del texto y la sociolingüística han introducido nuevos contenidos en la competencia de la lengua escrita:
También tendremos en cuenta los siguientes principios:
1.4. Comprensión y memoria
Cuando experimentamos algo, la comprensión equivale al conocimiento. La complejidad de las tareas cognitivas que debemos realizar para comprender un texto está estrechamente relacionada con la capacidad de procesamiento y almacenamiento de la información de la memoria. En ese sentido, la comprensión es también la condición necesaria para realizar aprendizajes significativos y forma parte inseparable del pensamiento.
Desde la dimensión pedagógica, un aprendizaje inteligente no consiste en adquirir más conocimientos, sino en utilizarlos mejor: se trata de utilizar los recursos de la memoria en forma estratégica, bajo la guía de la inteligencia.
Sea cual sea el modelo propuesto de comprensión, los siguientes componentes aparecen en todos ellos (Antonini y Pino, 1991):
ü Identificación de letras.
ü Relación de letras con sonidos.
ü Identificación de palabras.
ü Identificación de oraciones.
ü Identificación de estructura gramatical.
ü Asignación de significado a palabras y oraciones.
ü Establecimiento de relaciones entre las oraciones del texto.
ü Utilización del conocimiento previo para predecir información y adivinar el significado de palabras desconocidas.
ü Realización de inferencias basadas en el contexto de lo leído y en los esquemas cognitivos del lector.
Por otro lado, es conveniente recordar que en pruebas de memoria o recuerdo se ha constatado que las personas reconocen frases, palabras, enunciados… no leídos, pero que son el ordenamiento de ductivo de lo leído. De esta forma, se establecen relaciones intrínsecas entre la memoria y el conocimiento precedente y el conjunto de datos no explícitos en el texto.
1.5. La importancia del receptor en el texto escrito
El receptor es parte activa en la lectura de un texto escrito puesto que tiene una apreciación sincronizada y combinada del texto como un todo ya que la comunicación escrita permanece a lo largo del tiempo y existe una distancia temporal y física entre el receptor y el emisor. Así pues, el receptor tiene que entender el texto – normalmente – sin obtener explicaciones en caso de duda. Por tanto, tiene que prestar más atención a la organización racional y a la lógica de lo que se comunica. Por consiguiente, la lectura se transforma en un esfuerzo cognitivo por parte del receptor. Es el receptor el que tiene que seleccionar lo concreto y valido y desechar lo irrelevante para ampliar se conocimiento del tema o adquirir nuevo discernimiento mediante la interpretación y la construcción coherente de significados.
El proceso de escritura implica una conexión entre el escritor y el receptor del texto. El escritor entiende que hay una interacción y una construcción social en el texto, así que debe asumir lo que el receptor sabe y espera sobre el tema del mismo modo que el receptor debe entender y asumir cual es el objetivo del escritor y, por consiguiente, del texto. Es decir, el escritor escribe teniendo en cuenta las necesidades, la comprensión y los intereses de sus receptores dentro de una comunidad y el receptor entiende el significado de lo escrito mediante las estructuras y convenciones establecidas y que reflejan las pautas en dicha comunidad.
2. BASES LINGUÍSTICAS, PSICOLÓGICAS Y PEDAGÓGICAS
Aprender a escribir y leer coherentemente cualquier tipo de texto supone para los estudiantes resolver diversos problemas. En el proceso de resolución de estos problemas, los aprendices se enfrentan a la tarea de crear, organizar y profundizar en aquellas ideas que desean comunicar o que desean captar.
La comprensión y la progresión de la capacidad de producir textos escritos se detalla considerando tres dimensiones de distintos niveles:
1. TIPOS DE TEXTO: el progreso consiste en escribir textos flexibles y creativos de diferente complejidad y modalidades discursivas (expositiva, argumentativa…).
2. CONSTRUCCIÓN DE SIGNIFICADO: en esta dimensión el progreso de aprendizaje consiste en resaltar la calidad de las ideas y contenidos que van a ser comunicados (organización coherente de las ideas en relación con el tema, utilización de un léxico variado y preciso…).
3. ASPECTOS FORMALES DEL LENGUAJE: el progreso en esta dimensión de aprendizaje incluye habilidades tales como el dominio de aspectos ortográficos, morfosintácticos, presentación…
Asimismo, la comprensión y la progresión de la capacidad del proceso de lectura se explica considerando tres dimensiones de distintos niveles:
1. TIPOS DE TEXTOS QUE SE LEEN: el progreso se da a través de la capacidad de leer una variedad cada vez mayor de textos (creciente complejidad lingüística, conceptual y estructural).
2. CONSTRUCCIÓN DE SIGNIFICADO: se refiere a lograr una comprensión cada vez más profunda y detallada de los textos (extraer información explícita, interpretar el sentido parcial y global del texto, inferir sobre aspectos formales o de contenido…).
3. REFLEXIÓN: se refiere a la formulación de juicios que los estudiantes son capaces de hacer sobre los textos en sus aspectos formales, de contenido y contextuales a partir de sus propias experiencias, ideas, conocimiento previo…
2.1. Bases lingüísticas: el componente gramatical y las bases lingüísticas del texto
El componente gramatical, entendido como análisis gramatical, era el sustento de la clase de lengua. Sin embargo, con la llegada de las bases de la lingüística de texto. La enseñanza de la gramática textual se presenta más dinámica y cercana al estudiante lo que provoca un mayor interés por parte de los mismos en la materia.
Para una aproximación fundamentada a dicha base y rasgos estructurales podemos acudir al modelo de V. Dick. Desde este punto de vista podemos distinguir en un texto:
I. La microestructura, formada por las ideas fundamentales y su relación de continuidad entre ellas.
II. La macroestructura, constituida por aquellas ideas que dan coherencia global al texto.
III. La superestructura, que podría relacionarse con el tipo texto y con su organización formal relacionada con su intención comunicativa.
Una gramática pedagógica debe tener su fundamento en los fines de la enseñanza de la lengua, que consisten en el desarrollo de las capacidades de uso, es decir, de comprender y producir todo tipo de enunciados con sentido. Esto quiere decir que unos conocimientos sobre la lengua no consisten sólo en saber construir frases correctas (competencia lingüística), que es lo que se ha entendido normalmente por gramática, sino en saber decir lo que uno quiere –y comprender lo que le quieren decir– de forma adecuada a cada situación.
Es decir, debe atender a todos los aspectos de la competencia comunicativa, lo cual supone atender a los aspectos formales de la construcción de enunciados –la competencia lingüística– tanto como a los aspectos sociales o pragmáticos, que suponen una competencia estratégica o interpersonal (cómo usar las estrategias y los mecanismos adecuados a determinados interlocutores y fines) y una competencia textual (cómo organizar la actuación lingüística dentro de determinados esquemas de comportamiento verbal socialmente compartidos).De acuerdo con ello, una gramática pedagógica debe atender a tres aspectos del uso lingüístico: el contexto de situación, el texto y el sistema formal de la lengua.
Por otro lado, los textos se planifican de acuerdo con determinados modelos (esquemas, tipos y géneros textuales), más o menos fijados por unas normas culturales, según los diferentes tipos o ámbitos y las funciones del discurso. En ellos aparecen, de forma más o menos clara según los casos:
Ø Marcas de la enunciación por las que el locutor y la situación se hacen presentes (deixis), se manifiesta la subjetividad (modo) o se incorpora al receptor.
Ø El estilo o registro, condicionado por la situación (adecuación).
Ø Los textos están dotados de coherencia, es decir, de unidad intencional y semántica. Esa coherencia se construye internamente mediante procedimientos de cohesión como son los siguientes:
ü El esquema y género.
ü Las partes en que se estructuran (secuencias, párrafos).
ü Los mecanismos de organización de la información (progresión temática).
ü Las repeticiones léxicas y pronominales (anáforas y catáforas) permiten mantener la referencia.
ü Los enlaces, conectores o marcadores relacionan entre sí a las oraciones, secuencias o párrafos.
ü La elecciones léxicas, que desempeñan también un papel, a veces muy significativo, en la elaboración del texto, y los tropos retóricos y pragmáticos (implícitos, ironía, sentidos figurados…).
Los saberes lingüísticos y metalingüísticos de los alumnos son, por supuesto, muy heterogéneos; pero, a pesar de esa heterogeneidad, tienen una competencia comunicativa suficiente para los discursos orales de la vida cotidiana. En otros dominios, en los usos formales y, sobre todo, en los usos escritos, muchos de ellos tienen lagunas y problemas para utilizar ciertas construcciones gramaticales, para mantener la concordancia y la coherencia entre enunciados; a veces no tienen un sentido claro de la diversidad social y les cuesta reconocer las marcas características de las variedades y registros sociales, así como utilizarlos de forma adecuada. Todas estas cuestiones son problemas de uso y problemas metalingüísticos y metacomunicativos, es decir, «gramaticales» en el sentido que se está dando en este tema a la gramática.
2.1.1. Registros o tipos de lenguaje
Llamamos registros a aquellas variantes de la lengua que están determinadas por usos concretos del lenguaje. Los registros pueden hacer alusión o bien a la situación en que se establece la comunicación o bien al medio que se usa para establecerla. Así pues, destacamos los registros formales (uso de recursos lingüísticos adecuados y uso de lenguaje cuidado), así como los registros informales (falta de planificación, uso de estructuras simples y expresividad menos cuidada).
Según el uso de hacemos del lenguaje – oral y escrito – distinguimos los siguientes niveles:
Asimismo, en nuestra vida cotidiana utilizamos diferentes y diversos tipos, modos y costumbres de hablar y de escribir. Por consiguiente, a pesar de su aparente homogeneidad el lenguaje humano conlleva una sub-clasificación relacionada con el grado de convencionalidad de los signos lingüísticos:
2.2. BASES PSICOLÓGICAS
2.2.1. La memoria
La memoria humana es una función del cerebro, una capacidad mental que posibilita registrar, evocar y conservar experiencias, ideas, imágenes, sentimientos, sucesos. Es decir, gracias a la memoria guardamos y recuperamos lo aprendido en el pasado, somos capaces de adquirir, almacenar y recuperar la información para aprender y comprender el mundo en el que vivimos.
Existe una memoria implícita que es un tipo de memoria en la que las experiencias previas ayudan en la ejecución de una tarea, sin que exista una percepción consciente de la existencia de esas experiencias. Además de una memoria explícita que es la recolección consciente e intencional de información y experiencias previas.
La importancia de la memoria en el proceso de aprendizaje es crucial ya que sin memoria no podríamos percibir, aprender o pensar y tampoco podríamos expresar nuestras ideas. En ese sentido, el recuerdo y la conservación de lo aprendido y experimentado tiene tres etapas:
2.2.2. Otros procesos psicológicos del texto escrito
Dar significado de un texto es un proceso que se realiza de modo gradual, progresivo y no necesariamente lineal, ya que se producen momentos de incomprensión a lo largo de recorrido de la escritura y momentos de mayor nivel de creación comprensión. Este proceso está formado por varios módulos separables que se encargan de funciones concretas y específicas.
Los procesos de escritura hacen referencia al conjunto de mecanismos, estrategias y habilidades que se ponen en juego en la mente de una persona, cuando lleva a cabo una actividad de escritura. Los procesos que intervienen en la misma son de tres tipos:
I. Proceso de planificación: Toda composición comienza siempre por una planificación de las ideas y conceptos que se van a transmitir.
II. Procesos lingüísticos: Hay dos tipos de procesos lingüísticos, los sintácticos, destinados a construir las estructuras que componen las oraciones, y los léxicos, encargados de rellenar esas estructuras con las palabras que correspondan.
III. Procesos motores: Su misión es transformar, mediante determinados movimientos musculares, los signos lingüísticos en signos gráficos.
2.3. BASES PEDAGÓGICAS
Dos son los principios generales que deben regir las bases pedagógicas:
a) Deben versar sobre todos los aspectos de la comunicación, atendiendo al contexto de situación, al texto y al enunciado.
b) Deben ser variadas, frente al análisis tradicional, morfológico o sintáctico, meramente clasificatorio. Se deben alternar actividades de comparación, de sustitución, de elaboración y transformación de enunciados con ciertas condiciones; es decir, actividades que tienen que ver con la producción y la comprensión y no sólo con la clasificación.
Asimismo, si todo acto de comunicación parte de unas necesidades surgidas en un entorno situacional determinado, la reflexión también debe partir del reconocimiento y la descripción de la situación comunicativa en un ámbito o tipo de discurso y de la función o propósito del emisor. Así pues, sería conveniente plantear a los alumnos preguntas acerca de la procedencia del texto, del autor, del propósito y de los posibles destinatarios. Por otro lado, la comparación de textos que hacen referencia a contenidos similares, pero con distintas funciones y esquemas, también permite verificar los condicionamientos contextuales.
Para trabajar la coherencia y estructura de los géneros desde un punto de vista gramatical, caben varios tipos de actividad:
Ø Ordenar textos que se presentan desordenados, explicando los criterios que se utilizan para la ordenación.
Ø Reponer elementos de cohesión.
Ø Los ejercicios sobre la repetición léxica como mecanismo de coherencia deben completarse con ejercicios específicos sobre relaciones semánticas –de campo o marco– y formales –formación de palabras– y con la consulta de distintos tipos de diccionarios.
Ø La transformación de textos como por ejemplo transformar un cuento en una noticia y viceversa, supone que hay que reconocer los cambios
a) de tipo de discurso,
b) de intención o función comunicativa,
c) de género y esquema textual,
d) de estilo o registro.
2.3.1. Proceso y técnicas de lectura
La lectura es el proceso de la recuperación y comprensión de algún tipo de información o ideas almacenadas en un soporte y transmitidas mediante algún tipo de código, usualmente un lenguaje, que puede ser visual o táctil.
Ø Visualización: implica la velocidad visual para identificar las palabras y el significado de las mismas.
Ø Fonación: articulación oral, pronunciación de las palabras (la información pasa de la vista al habla).
Ø Cerebración: saber extraer y comprender el significado de un texto (la información pasa del oído al cerebro).
Ø Audición: escuchar, la información pasa del habla al oído generalmente de forma inconsciente.
Las técnicas de lectura sirven para adaptar la manera de leer al propósito del lector. Dos objetivos comunes son la maximización de la velocidad de lectura y la maximización de la comprensión del texto.
Para finalizar con este apartado, la comprensión y expresión de los textos escritos es un proceso interactivo complejo que continúa siendo un medio básico para adquirir y utilizar información. Según Rosenblatt (1996), leer constituye un acto de razonamiento lógico que conduce a construir la interpretación de un mensaje escrito. De esta forma, una vez se conocen los intereses y necesidades de los estudiantes y la complejidad de canalizar los niveles de inferencia, comprensión y apreciación del texto es conveniente planificar las estrategias didácticas para que los estudiantes puedan, así, caer en la cuenta de lo que han aprendido a través de sus propias experiencias con el texto. Esto es, utilizando sus conocimientos previos, relacionándolos con los nuevos y construyendo apreciaciones del propio texto para formular hipótesis y hacer predicciones de expresión y significado.
3. CONCLUSIÓN
Finalmente, la destreza para hacer inferencias es estimada como una táctica primordial para la comprensión de textos. Asimismo, la producción de inferencias establecen las estrategias que tienen como finalidad construir significado dando sentido a la información que se infiere de un texto. Este es un proceso constructivo. Con el ánimo de lograr el entendimiento textual, el lector extiende y engrandece su conocimiento acerca del significado del texto mediante la proposición de hipótesis sobre el mismo.
En este sentido, el ser humano usa la información conseguida a partir de la lectura de textos para obtener más y nueva información que va impulsando diferentes ideas y acumulando conocimiento extra que le permitirá identificar los conceptos clave del texto que juegan un papel primordial en la comprensión y expresión de los textos escritos.
4. BIBLIOGRAFÍA
ANTONINI, M. y PINO, J. (1991). Modelos del proceso de lectura: descripción, DIJK, T. VAN (1983). La ciencia del texto. Un enfoque interdisciplinario. Paidós. Barcelona.
ROSENBLATT, L. (1996). La teoría transaccional de la lectura y la escritura. Lectura y Vida: Buenos Aires.