Tema 62 – Las vanguardias literarias europeas y españolas.

Tema 62 – Las vanguardias literarias europeas y españolas.

1. TEORÍA GENERAL DE LA VANGUARDIA

La vanguardia subraya la mediación del sistema artístico en el conocimiento de la realidad. Con ello critica el principio romántico de la inmediatez, la transparencia al sentimiento. El arte es intransitivo, no es un medio para difundir emociones o juicios ajenos al proceso de su realización: se trata de una lente activa que deforma la visión de las cosas de acuerdo con las peculiaridades de su propia consistencia. El arte no sería un instrumento con el que descubrir factores ocultos de la realidad: él mismo será parte de la realidad caracterizada por su inexistencia o, mejor, por su existencia siempre virtual. Por tanto, no se trata de organizar la realidad existente, sino de provocar la emergencia de realidades implícitas. La conciencia que sobre el propio arte tiene la vanguardia la lleva a la búsqueda de lo esencial aparejada a la crítica a las convenciones.

La vanguardia artística es internacional, surge en el momento de entreguerras (1914 – 1939) como respuesta ideológica a la disolución de las grandes verdades, que se habían manifestado incapaces de dirigir la sociedad.

Algunas características comunes a todos los movimientos de vanguardia son: el rechazo de la representación, el fundamento constructivo de una nueva forma, su condición abstracta y la relevancia especial de su concepción y percepción… Aspectos que modifican la evolución del arte, por la magnitud del cambio y por el modo atípico de llevarlo a cabo.

Es un fenómeno artístico y estético a la vez: irreductible tanto a un modo de entender la práctica como al dictado de una orientación estética precisa; únicamente asumiendo la historicidad del arte se puede incidir en las vicisitudes de su proceso: La conciencia lingüística de la modernidad compromete al vanguardista en la reflexión sobre el lenguaje como vía de acceso a realidades nuevas: el lenguaje, pues, constituye la realidad, no refiere un mundo preexistente. Por su propia naturaleza, la vanguardia no puede reducirse a cualquier sistema doctrinal: su empeño activo en el campo de la estética modifica las condiciones de la forma, alterando la idea de belleza y proponiendo una nueva mediación entre la obra y la realidad. Por otra parte, no se colma de sentido sin su componente teórico. Los artistas reflexionan sobre el fin y sobre el medio, abarcan la doble dimensión de la creación: reflexión y proyecto estético.

La vanguardia rechaza la idea del arte como representación. La idea constructiva de la forma hace singular su renuncia a la figuratividad: la construcción es entendida como producción artificial de una forma que objetiva un sistema de relaciones implícitas. La vanguardia construye sus formas a partir de unidades que no son entidades físicas sino relaciones conceptuales. No se trata de desfigurar la mimesis sino de negar la objetividad a favor de la estructura entendida como sistema de relaciones internas a la obra.

Así, de un primer período de crisis de las convenciones representativas o normativas, de una negatividad prevanguardista, se pasa a la positividad de la vanguardia, apoyada en la dimensión crítica del primer momento: la crítica esencial respecto al arte tradicional es la propuesta de criterios de belleza totalmente distintos. La naturaleza constructiva de la forma vanguardista determina su tendencia a la abstracción: parte de una idea fragmentaria de la unidad, posible por las relaciones que la construyen.

2. LA VANGUARDIA EUROPEA

A pesar de ser un movimiento supranacional la vanguardia toma formas diversas en los distintos países en los que se enraíza. Los movimientos vanguardistas que se estaban gestando en Europa hacia principio de siglo y la crisis de la sociedad del momento obligan a establecer distintos planteamientos en los que el hombre pueda encontrar de nuevo una dimensión humana.

La incontrolada búsqueda del progreso característica de la era industrial termina por asfixiar a su propio destinatario; la tecnología lejos de ayudar al hombre en su desarrollo cultural, intelectual y espiritual corre el riesgo de deshumanizarlo sin más objetivo que ser consumido en su condición de consumidor. Cada cambio social que ha protagonizado la humanidad ha traído consigo cambios en la relación dialéctica del arte con la sociedad: la Revolución industrial, con la introducción del maquinismo, cambia radicalmente la forma de vida produciendo una alteración sustancial en los hábitos y en las costumbres. El arte, en la misma medida, cambia sus planteamientos. Pero el problema se suscita en la orientación que hay que dar a los nuevos supuestos artísticos para que la función principal del arte, en su enraizamiento con la vida, no se quiebre. Aquí surge el concepto de vanguardia artística. En Europa las vanguardias aparecen debidas a la eclosión del maquinismo. Se trata de movimientos que plantean la ruptura con las formas artísticas del pasado desde una determinada carga ideológica, y hacen propuestas innovadoras tanto desde el plano estilístico, como técnico, con proyección de futuro. Se configura a lo largo de todo el siglo XX una Europa que se debate por compaginar los avances técnicos con las necesidades y aspiraciones del hombre. El arte europeo de este período se ha multiplicado en diversas tendencias con la intención de lograr que la revolución técnico científica contribuyera al mayor bienestar del hombre, a su libertad y no a su opresión.

A. FUTURISMO: nace en 1909, fecha en que Marinetti hace su primer manifiesto, un texto antirromántico en el que hace una exaltación de la civilización mecánica y técnica: se hacen objeto de la poesía temas como el avión, la máquina, la energía eléctrica, el deporte. Se busca el dinamismo, la rapidez verbal, rompiendo en ocasiones la sintaxis para dejar las palabras en libertad. El futurismo no dejó huellas notables en Europa, salvo en Rusia con los poemas de Mayakovski, pero abrió las puertas a temas inéditos en la literatura, al tiempo que operó una liberación del lenguaje, abriéndolo hacia nuevas posibilidades. Su contenido se entresaca del Primer manifiesto futurista de 1909

§ oposición a la literatura anterior, fuerte repulsa por el romanticismo y sus baluartes por considerarlo enfermizo.

§ la poesía anterior es estática y doliente, Marinetti reclama el nacimiento de una poesía nueva, dinámica, vital, donde la audacia y la energía sustituyan al amor y la melancolía. La poesía ha de ser enérgica e incluso violenta.

§ Superación de los conceptos clásicos de espacio y tiempo que son sustituidos por el concepto de velocidad: el tiempo y el espacio han muerto ayer. Vivimos ya en lo absoluto, puesto que hemos creado la eterna velocidad omnipresente.

§ Exaltación de la violencia y la guerra; la postura de Marinetti desembocó en un fascismo desaforado.

§ Posición iconoclasta, común a casi todos los ismos.

§ Idolatría por la modernidad.

§ Presentación pictórica del libro, diversos colores y tipologías de letras.

§ Creación de imágenes poéticas nuevas.

B. EXPRESIONISMO: movimiento que se desarrolla en Alemania entre 1905 y 1925 y se basa en el imperativo de realizar con la máxima fidelidad la expresión de sentimientos subjetivos. Surge como reacción frente al naturalismo y al impresionismo, credos estéticos en los que lo fundamental es la captación de lo real en todas sus dimensiones mediante la copia fiel del natural. El escritor expresionista pretende ir más allá captando lo que la realidad ofrece más lo que se puede deducir de la misma, la estela que deja en los sentidos. Hay que indagar en las potencialidades internas del ser humano, liberándose de los parámetros del aquí y ahora.

El expresionismo tocó todas las posibilidades genéricas de la literatura, sobre todo el teatro y la lírica. Del mismo modo son famosos sus resultados en el cine y la pintura.

Las líneas maestras del expresionismo son:

§ Acérrima crítica de la sociedad burguesa.

§ Ideario basado en los postulados de Nietzsche

§ Pugna contra las generaciones precedentes.

§ Fuerte rechazo frente a los valores que inculca la vida urbana.

§ La guerra es tema recurrente, pero a diferencia de lo que ocurre con el futurismo, se repudia.

§ Se descubren las posibilidades estéticas de lo absurdo y lo grotesco.

C. CUBISMO: nace como escuela pictórica hacia 1907, pero el llamado cubismo literario arranca en 1913 gracias a Apollinaire y a otros poetas franceses. Como en la pintura, el cubismo literario se propone descomponer la realidad para proceder a composiciones libres de conceptos, imágenes o frases. Se añaden especiales disposiciones tipográficas de los versos, formando imágenes visuales: los caligramas, el collage y otros artificios serán aprovechados por posteriores movimientos de vanguardia. Se trata de la captación total de la realidad, simultaneando la aprehensión de varios planos y huyendo de la captación lineal. Junto a los pintores que iniciaron esta reforma (Juan Gris, Picasso, Braque) consistente en descomponer y recomponer la realidad, se alinearon diversos escritores, entre los que destaca Apollinaire. El cubismo como movimiento literario se desarrolla entre 1917 – 1920. Sus rasgos estéticos más destacables son:

§ El poema es un objeto autónomo fruto y resultado de una realidad total.

§ Supresión de todo lo anecdótico, para mejorar la captación global de lo real

§ Eliminación de los nexos que distraen la forma esencial de aprehensión de lo real.

§ Presencia simultánea de los tiempos, presente, pasado y futuro.

§ Sentido lúdico de la vida, sin concesiones a lo sentimental.

§ Reforma del lenguaje, la ortografía y la puntuación para ser más fiel al pensamiento y a sus modos de captación. Juegos verbales que hacen resurgir un lenguaje más primitivo y adánico.

§ Conexiones con el creacionismo de Vicente Huidobro.

D. DADAÍSMO: encabezado por Tristan Tzara surge en 1916. Su nombre, elegido al azar abriendo un diccionario con un cuchillo, es el de un balbuceo infantil: dada. El movimiento supone la rebeldía pura: contra la lógica, contra las convenciones estéticas y sociales, contra el sentido común. Propugna liberar la fantasía, superar todas las inhibiciones y recurrir a un lenguaje incoherente. Su consigna es destruirlo todo para empezar de nuevo. Su esencia es más destructiva que constructiva, como en el caso del creacionismo chileno. El movimiento surge en plena guerra y es la constatación más directa del fracaso de una Europa incapaz de mantener la paz. Los valores de la cultura occidental demuestran su ineficacia y las grandes ideas de Patria, Bienestar y Cultura han fracasado. Si bien como movimiento literario no dio demasiados frutos, tiene un valor fundamental de denuncia de la inoperancia de los ideales que han conducido al continente a la gran contienda. De ahí su escepticismo, negación, burla del corrompido sistema de valores de la sociedad burguesa. En la esfera del lenguaje pretende destruir la función semántica y lógica del sistema lingüístico, para ellos ejemplo del racionalismo burgués. El movimiento dadaísta fue consciente de que su importancia estribaba en la destrucción de lo precedente, abriendo el camino al Surrealismo.

3. EL SURREALISMO

El Surrealismo es la revolución artística más importante del siglo XX. Supone un cambio radical en la concepción del papel del arte y del trabajo del artista. En su origen es el punto de confluencia de varias tendencias de vanguardia, pero el giro decisivo se produce con André Breton, que al leer a Freud, publicará el primer manifiesto surrealista en 1924.

El Surrealismo no se presenta como una revolución estética, sino que se trata de una revolución integral. Su lema sería la frase de Rimbaud transformar la vida. Así propugna una liberación total del hombre, de los impulsos reprimidos en el subconsciente, o de la represión que ejerce la sociedad burguesa. Es necesario conquistar una verdadera vida, acceder a una suprarrealidad (la palabra viene del francés surrealisme, donde el prefijo sur- significa por encima de).

Todo ello equivale a liberar el poder creador del hombre, tarea en la que incumbe a la poesía un papel privilegiado. Pero se deberá crear al dictado de un pensamiento libre de toda vigilancia ejercida por la razón, que está contaminada. De ahí diversas técnicas para registrar de forma incontrolada los estados de ánimo, los impulsos profundos: Se persigue una escritura automática, realizada sin reflexión, se acude a la ensambladura fortuita de palabras siguiendo oscuras sugerencias. De especial importancia es la reseña de los sueños, en los que aflora el mundo subconsciente, pero en forma de imágenes ilógicas cuya estructura es símbolo de contenidos latentes. A veces, mediante ciertas drogas, se provocan alucinaciones y delirios para transcribir experiencias extra-racionales.

Se produce una liberación del lenguaje con respecto a los límites de la expresión lógica. En un poema surrealista se entremezclan objetos, conceptos y sentimientos que la razón mantiene separados; aparecen asociaciones inesperadas, metáforas insólitas, imágenes oníricas. Pero no se trata de un lenguaje gratuito, para los surrealistas su lenguaje acarrea una densa carga humana, e incluso subversiva, en la medida en que libera el poso informe de pasiones reprimidas en el subconsciente. El lenguaje no se dirige a la razón, sino que pretende despertar reacciones también inconscientes. Ante un poema de este tipo, el lector no comprende, pero puede recibir fuertes impactos que modifican su estado de ánimo. El lenguaje adquiere una nueva coherencia y es indudable que el surrealismo inauguró un nuevo modo de percibir y leer.

Su influencia fue extraordinaria, con un enriquecimiento del lenguaje literario insospechado. Hoy sigue presente no sólo en la literatura, sino también en el cine, la publicidad y en las más variadas manifestaciones culturales. Los pilares ideológicos sobre los que se sustenta son:

§ Sustitución de las vías del racionalismo por la mentalidad mágica de los pueblos primitivos, los caminos de los sueños y cualquier otro que conduzca hacia el estado de pureza del inconsciente. Intuición imaginación y deseo son formas de aprehensión de la realidad más legítimas que las que nos presta la razón.

§ La creación estética es la verdadera expresión del alma humana y de sus dimensiones, por ello es necesaria la instauración de métodos que, como la escritura automática, sean capaces de acercarse a la interioridad humana más allá de las barreras conscientes.

§ Instauración de una nueva moral que sustituya a la moral burguesa, basada en tres pilares: libertad, amor y poesía. El surrealismo es un medio de liberación total del espíritu.

§ Conciliación de nuevas teorías sociales, como la de Marx y Freud, el psicoanálisis y el marxismo son movimientos libertadores del hombre.

§ Búsqueda de una vía de armonía de principios que pudieran parecer contrarios: vida y muerte, sujeto y objeto, realidad e imaginación, pasado y futuro. De este modo, destruyendo oposiciones básicas del sistema de pensamiento vigente en la época precedente, se libera al hombre de la represión.

4. HACIA LOS ISMOS EN ESPAÑA

La experiencia vanguardista española no puede entenderse al margen de las coordenadas europeas, porque responde a la misma crisis de conciencia de la sociedad burguesa. Es el momento en que la literatura española está mejor sincronizada con la europea, al tiempo que se aúna a la latinoamericana. Los movimientos vanguardistas enraízan bien porque hay un nuevo espíritu patente antes de la guerra, que clama por una disolución de la literatura precedente que no ha sido capaz de responder a la dialéctica Arte / Sociedad de modo satisfactorio.

Hacia 1910 se inaugura el periodo vanguardista con las famosas greguerías de Gómez de la Serna, donde el discurso poético aparece ya disgregado, la referencialidad de las palabras puesta en entredicho y tomada a broma. Poco a poco en los poemas creacionistas y surrealistas la escritura va cobrando un nuevo equilibrio. Todos los elementos que habían roto el correlato entre la belleza y su representación, se ha literaturizado, van entrando depurados en la corriente poética de la lengua, incorporándose a la gran tradición lírica nacional.

La vanguardia española adquiere tres dimensiones: ultraísmo, creacionismo y surrealismo

A. CONJUNCIONES ULTRAÍSTAS: El ultraísmo fue la forma hispana de la vanguardia. En él confluye un haz de influencias de otras tendencias que ya estaban fructificando en Europa. Promulgado como movimiento de vanguardia en 1918, es en gran medida un ismo formado por aluvión de elementos futuristas y dadaístas, con incrustaciones de cubismo, creacionismo y otras novedades que no se adscriben a ninguna escuela determinada. Esto explica que su importancia haya sido más bien instrumental que creativa. Antídoto contra a rutina poética, provocó el rechazo de la repetición de formas imponiendo una lengua que se mueve anárquicamente y abre las puertas a los vocablos exigidos por la era del maquinismo. La lengua se convierte en campo de experimentación, suscitando asociaciones nuevas. El ultraísta lucha con la lengua para desequilibrarla, rompiendo las formas sintácticas y la ordenación tradicional. La consideración del poema como objeto creado por superposición de imágenes, la eliminación de nexos lógicos, lo fragmentario y lo disperso, la liberación por la imagen, fueron sus divisas.

El impulsor del movimiento fue Guillermo de Torre y su libro exponente Hélices (1923. El mismo D´ors, a pesar de haber criticado duramente a los ultraístas, reconoce ciertos valores como las innovaciones tipográficas: hoy los poetas están más cerca que nunca de los pintores. El punto esencial de la poesía ultraísta es precisamente el cruce de sensaciones. Quieren producir efectos visuales además de los auditivos, propios de la lírica. Su nota más obvia será la desmesura en imagen y metáfora: la creación de imágenes chocantes, de imponer en la imagen nuevas percepciones. Su mayor aportación fue el trasvase de atributos tradicionalmente asignados a determinadas cosas a otras muy diferentes. Otras innovaciones fueron sintácticas, tipográficas, sobre la ordenación del poema en la página… y reafirmaron la posibilidad de escribir poemas dependientes de lo visual y no sólo de lo auditivo.

B. EL CREACIONISMO: surge en 1914 con el manifiesto de Huidobro Non serviam. Su principal impulso es el de crear un sentido nuevo y una técnica nueva, aprendida en parte de la propia naturaleza, y en parte de la técnica científica y de las artes plásticas y la música.

Se trata de crear con la palabra adánica una nueva realidad autosuficiente y no copia de la realidad objetiva, bajo la concepción del poeta dios. Un poema creacionista no es un poema antirrealista, al contrario, es intensamente realista, con una realidad acrecentada y magnificada que prende sus raíces en la realidad de la vida. Huidobro trabajó para formarse su propio idioma empleando, único medio posible, las palabras de la tribu, pero dándoles un nuevo alcance para que naciese el nuevo ser, el poema.

El creacionismo español se limitó a Gerardo Diego y a algunos poemas de Juan Larra. Por otra parte, el creacionismo influyó decisivamente en los avatares de los jóvenes ultraístas.

Las ideas principales del creacionismo son:

§ Para Huidobro la primera condición del poeta es crear, la segunda crear y la tercera crear.

§ Aspiración a un arte autónomo, antimimético por excelencia.

§ Prevalece la invención racional frente a la copia emocional. Privilegia la elaboración mental impuesta por el poeta.

§ No debe incluirse en un poema nada anecdótico ni descriptivo.

§ El creacionismo es un cuestionamiento permanente del acto poético.

§ El peta en plena conciencia de su pasado y se su futuro, lanza al mundo su declaración de independencia frente a la naturaleza

C. EL SURREALISMO EN ESPAÑA: como ya hemos indicado, no es simplemente un movimiento literario, se trata más bien de una actitud hacia la vida y hacia el arte. Consiste en un esfuerzo por cambiar nuestra percepción de la realidad, para que incluya en el panorama vital a lo maravilloso, a lo fantástico, aboliendo así las convenciones realistas. Supone una revolución, una vuelta a la humanización de la vida para que contenga las facultades de soñar, de fantasear…

El surrealismo español es para muchos críticos inexistente. Sin embargo, sí podemos detectar influjos surrealistas muy importantes: el movimiento fue conocido tempranamente en nuestro país: a la traducción del Manifiesto en 1925 hay que añadir la visita del propio Breton a Barcelona en 1922 y la de Aragón a la Residencia de estudiantes de Madrid en 1925, donde vivían Buñuel, Lorca, Dalí, etc.

La difusión del movimiento en España se debe principalmente a Juan Larrea, que orientó hacia el surrealismo a varios poetas del 27. Casi todos los componentes del grupo en cierto momento de su evolución quedaron marcados por el surrealismo. A su influjo se deben dos libros fundamentales como Sobre lo ángeles de Alberti o Poeta en Nueva York de Lorca, así como buena parte de la obra de Vicente Aleixandre. Pero el surrealismo español no es ortodoxo: nuestros poetas no llegaron a los extremos de la pura creación inconsciente, ni practicaron la escritura automática. En sus poemas puede percibirse siempre una intencionada idea creadora como hilo conductor de las mayores audacias. Lo que sí hubo es una liberación de la imagen, desatada de bases lógicas y un enriquecimiento prodigioso del lenguaje poético.

La irrupción del surrealismo significa la crisis del ideal de pureza y deshumanización que había prevalecido durante unos años. Lo humano, incluso lo social y lo político, penetra de nuevo en la literatura, precisamente por los cauces de la expresión surrealista. Así lo prueban las trayectorias de Lorca, Neruda y Alberti.

5. RAMÓN GÓMEZ DE LA SERNA Y LAS VANGUARDIAS

Hasta 1915 Gómez de la Serna mantiene un amplio contacto con las vanguardias europeas y actúa como puente entre los dictados de la nueva estética europea y su implantación en España. En la revista Prometeo, que se presenta en 1908 publica el artículo El concepto de la nueva literatura, que puede considerarse el primer manifiesto del vanguardismo español.

Toda la crítica coincide en que el interés y el éxito de Ramón radica en su peculiar escritura. Supone la definitiva superación de la perspectiva tradicional. Él mismo en su prólogo a Ismos en 1931 formula el nuevo planteamiento de aprehensión común a toda la vanguardia: un mundo incoherente no puede tener otra expresión que la de la fragmentación y la incoherencia.

La greguería es la célula básica de su poética. No se trata ni de un género ni de una fórmula creada ex nihilo. Tiene concomitancias con el haiku japonés y el propio Cernuda remarca su entronque con la tradición barroca.

clip_image001Se pueden clasificar las greguerías en cinco categorías:

– alteración de frases hechas técnicas de experimentación

– puramente fonéticas verbal con claro enfoque

– fonético – conceptuales vanguardista

– greguerías que implican una división de las palabras

– formaciones y contracciones que generan nuevas palabras.

El propio Gómez de la Serna las define así: metáfora + humor = greguería. La irresistible atracción que experimenta el nuevo arte hacia los objetos más vulgares de la vida cotidiana aparece clara en las greguerías, combinada con un fuerte sedimento de tradición culta.

Una amplia gama de las greguerías se halla directamente relacionada con la preocupación por la palabra, al tiempo que maneja las categorías estéticas de los géneros literarios a su puro antojo, de modo que la verdadera revolución literaria que proclama la vanguardia la gesta Gómez de la Serna. De esta manera, su papel como introductor, difusor y partícipe de la vanguardia en España es de una magnitud inigualable.

6. CONCLUSIÓN

Desde el punto de vista histórico, el primer tercio del siglo XX se caracteriza por grandes tensiones y enfrentamientos entre las potencias europeas. Además de la guerra mundial, tendrá lugar la Revolución soviética, abriendo esperanzas para un régimen económico diferente para el proletariado y para los sectores más desfavorecidos de la sociedad. Tras los felices años 20, época de desarrollo y prosperidad económica, vendrá y volverá una época de recesión y conflictos que, unidos a las difíciles condiciones impuestas a los vencidos de la Gran Guerra, provocarán la gestación de los sistemas totalitarios que conducirán a la II Guerra Mundial.

Desde el punto de vista cultural, es una época dominada por las transformaciones y el progreso científico y tecnológico. El principal valor será, pues, el de la modernidad, o substitución de lo viejo y caduco por lo nuevo y original. En el aspecto literario, era precisa una profunda renovación que superase el Romanticismo, el Realismo y el simbolismo precedente. De esta voluntad de ruptura con lo anterior, de lucha contra el sentimentalismo, de la exaltación del subconsciente, de lo irracional, de la libertad, de la pasión y del individualismo nacerán las vanguardias en las primeras décadas del siglo XX.

El término vanguardia pertenece al léxico militar y designa la parte más adelantada del ejército, la que luchará antes contra el enemigo, la “primera línea” de combate. En el terreno artístico es, pues la “primera línea” de creación, la renovación radical en las formas y contenidos para, al mismo tiempo que se sustituyen las tendencias anteriores, enfrentarse con lo establecido considerado obsoleto. Los movimientos de vanguardia son varios mas todos tienen las mismas inquietudes.