INTRODUCCIÓN
En la literatura pedagógica especializada, los términos dramatización, juego dramático, juego de expresión, juego teatral, dramática creativa, role playing, sociodrama e improvisación entre otros, se emplean indistintamente puesto que todos ellos tienen un común denominador: su origen teatral. Son técnicas de simulación, de representación, en las que se realiza un simulacro de experiencias o situaciones humanas; pero no son la experiencia real en sí misma acontecimiento aquí y ahora. La finalidad con que se aplican es distinta en unas ocasiones se utilizan en el aula, otras en la práctica de animación y otras como tratamiento.
Algunos de los elementos inicialmente mencionados son sinónimos pero el hecho de que un procedimiento reciba uno u otro nombre dependerán del ámbito cultural en el que se ha desarrollado y empleado. Así “dramática creativa” y “role playing” proceden de los paises anglosajones, “juego dramático” posee referencias francesas e “improvisación” se remonta a las fuentes italianas de la Commedia dell´Arte por un lado, y por otro, a los trabajos de Grotowski. Ahora bien, cada una de estas técnicas tiene una especificidad que convendrá precisar y concretar para hacer un uso adecuado de ellas y obtener los resultados esperados, labor, que más tarde atenderemos.
En cuanto al vínculo de este tema, con el Currículo para la Educación Secundaria Obligatoria, se corresponden con los Objetivos de Etapa 7, 12, 13, 15 y 16; estableciéndose en relación con los Objetivos del Área de Educación Física 7 Y 11. En cuanto a la relación con los contenidos de Educación Física este tema se halla ligado al bloque referido al Ritmo y Expresión. Y prosiguiendo, los criterios de evaluación que utilizaremos para el primer ciclo de E.S.O. serán los correspondientes al 10 y 12; para el tercer curso de E.S.O. se podrían adaptar para al 10 y 12, y, para el cuarto curso con el 12 y 13.
Finalizada la introducción, y antes de pasar al desarrollo propiamente dicho del tema, paso a mencionar los aspectos más importantes de la estructura del mismo.
En un primer apartado se tratará la dramatización para lo que realizaré una conceptualización del término “dramatización”, del término “teatro”, de las diferencias entre ambos, y, finalizando con los elementos básicos que conforman el esquema dramático.
Pasaré a un segundo apartado en el que desarrollaré el lenguaje del gesto y de la postura. Subrayando la importancia del lenguaje corporal en la comunicación del ser humano como base de la comunicación no verbal para pasar a mencionar cuáles son los principales emisores de este lenguaje que utilizamos constantemente en nuestra vida cotidiana y en nuestras interacciones personales y con el mundo que nos rodea.
A continuación seguiré con el tercer apartado en el que se abordarán las técnicas básicas de la dramatización y una concreción, como inicialmente he hecho mención, de las finalidades que específicamente persiguen de cada unas de ellas.
Para finalizar, en el cuarto apartado se pretenderá dar tratamiento a las posibles adaptaciones al contexto escolar, es decir, acercar al mundo escolar la dramatización. Para esto, plantearemos un procedimiento que permita al alumnado adquirir y desarrollar sus capacidades para la así favorecer a su desarrollo personal.
Terminaré mi exposición con las conclusiones más relevantes del tema e indicaré las fuentes documentales que me han servido de referente para su desarrollo.
I. LA DRAMATIZACIÓN.
Pasamos a considerar en todo este apartado las definiciones que Tomás Motos y Francisco Tejedo (1996, pp:14) entienden por dramatización y teatro.
Para estos autores drama significa acción, y también, acción representada. Éste es su rasgo caracterizador básico, la representación de una acción llevada a cabo por unos personajes en un espacio determinado. Dramatizar es tanto como teatralizar.
Por otro lado, Teatralizar, dramatizar es dotar de estructura dramática a algo que en principio no la posee. “Teatralizar un texto es interpretarlo escénicamente utilizando escenarios y actores para instalar la situación. El elemento visual de la escena y la puesta en situaciones de los discursos son las marcas de teatralización” (P. Paris, 1983 citado por T. Motos y F. Tejedo 1996:14). Es dar forma y condiciones dramáticas: diálogos, conflicto entre los personajes, dinámica de la acción.
Continuando con estos dos autores, las diferencias que se establecen entre dramatización y teatro son las siguientes:
o Dramatación es un proceso de creación donde lo fundamental consiste en utilizar técnicas del lenguaje teatral. Es lógico que la dramatización cumpla su objetivo simplemente con la utilización de dichas técnicas como apoyo lúcido, pedagógico o didáctico.
o Teatro, lo que realmente le preocupa es la efectividad del espectáculo unas veces, el acabado estético-artístico otras, y ambas cosas en algunos casos. La efectividad y el acabado exigen del proceso teatral múltiples ensayos y repeticiones y todo esto en bloque establece una de las grandes diferencias con la dramatización que no tiene nada que ver con el acabado estético-artístico ni con las necesarias repeticiones en su proceso de creación.
o La otra gran diferencia se da en la relación actor-espectador. En la dramatización los roles actor-espectador son fácilmente intercambiables, cosa que no sucede en el teatro. Incluso en momentos determinados de la dramatización todos pueden desempeñar el papel de actores y espectadores al mismo tiempo. En teatro esto ocurre únicamente en los ensayos, es decir, en el proceso de creación del espectáculo.
o En todo proceso de creación artística hay una fase de selección de elementos y otra posterior o simultanea de eliminación de lo no útil para el acabado final de esa creación. En teatro esta fase es fundamental mientras que en la dramatización jamás debe preocuparse por eliminar lo realizado en función de un hipotético acabado para una representación posterior, porque esta representación posterior no existe.
o En conclusión: ponerse a ensayar, a repetir una y cien veces, a suprimir lo que no funciona, a pensar en una representación con público, es teatro y no dramatización.
Elementos del esquema dramático. El esquema dramático viene caracterizado por la representación de una acción (secuencia de acción) que contiene una situación problema (conflicto) realizada por unos actores que previamente han adoptado unos papeles (personaje). En toda estructura dramática encontramos los siguientes elementos:
þ Personaje.
þ Conflicto.
þ Espacio.
þ Tiempo.
þ Argumento.
þ Tema.
þ Se entiende como personaje cada uno de los seres humanos, sobrenaturales, simbólicos, animales e incluso objetos de una obra literaria. Resulta ser una de las nociones dramáticas más evidente, puesto que sin personaje no puede haber drama, luego es éste quien realiza la acción dramática.
Viene definido por:
– lo que hace (la tarea), y,
– cómo lo hace (los actos físicos).
Y caracterizado por una serie de atributos: nombre, edad, rasgos físicos, rasgos caracteriales, situación y clase social, historia, personal, código de valores y relaciones con los demás personajes.
þ Otro elemento dramático es el conflicto. Al igual que el personaje, sin conflicto no hay drama, ya que éste es lo característico de la acción. Su sentido amplio atiende a toda situación de choque, desacuerdo, permanente oposición o lucha entre personas o cosas, con lo que, concretamente, el conflicto dramático viene a ser definido como el enfrentamiento de dos fuerzas antagónicas, confrontación de dos o más personajes, visiones del mundo, o, actitudes ante una misma situación. Hay conflicto cuando a un sujeto (fuerza en pugna 1ª), que persigue un cierto objeto (causa o motivación general), se le opone en su empresa otro sujeto (fuerza o pugna 2ª). Estas fuerzas en pugna pueden ser personajes, ideas, sentimientos,… la motivación es la razón por la que se produce el enfrentamiento. Su representación gráfica sería:
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Según la terminología de Enrique Buenaventura (citado por T. Motos y f. Tejedo 1996:15) se distingue entre las fuerzas en pugna generales que se dan a los largo de toda la obra y van a determinar el conflicto general, y las fuerzas particulares que están insertas en determinadas partes.
La naturaleza del conflicto puede ser tan amplia como la misma naturaleza humana, adoptando múltiples formas: rivalidades entre dos personajes, choques entre concepciones del mundo, entre tipos de moral diferentes, oposición entre el individuo y la sociedad, enfrentamiento metafísico del hombre con un principio transcendente (Dios, Destino, Azar,…), etc.
þ El tercer elemento dramático es el espacio. Para responder a la pregunta “¿dónde se realiza la acción?” se origina una doble vertiente, por un lado un espacio escénico, y, por otro, el espacio dramático.
El espacio escénico es el espacio teatral. En donde evolucionan los personajes y en el que convencionalmente tiene lugar la representación. Es visible y se concreta en la puesta de escena.
El espacio dramático “es un espacio construido por el espectador para fijar el marco de evolución de la acción y de los personajes; pertenece al texto dramático” (P. Pavis, 1983 en T. Motos y F. Tejedo, 1996:16). Es el espacio representado en el texto, en la intención previa y que el espectador debe construir en su imaginación.
þ Continuamos con otro elemento, el Tiempo. En él hay que distinguir entre duración y época. Dentro de la primera categoría se diferencia entre tiempo dramático y tiempo de ficción
Tiempo dramático es el tiempo que dura la representación, es decir, lo convencionalmente aceptado para la plasmación de la acción ene el escenario.
El tiempo de ficción corresponde al intervalo temporal que en la realidad duraría la acción representada, es decir, la duración correspondiente al suceso ocurriendo en la realidad.
La época hace referencia al periodo histórico, al momento en que sucede la acción (Edad Media, Neolítico, 1985…).
þ Seguimos con el quinto elemento: el Argumento. Es lo que cuenta, la trama de la historia, narrada.
Argumento es sinónimo de asunto o fábula, por lo que en el análisis de los textos dramáticos nos encontramos ante una fábula argumental o una fábula cronológica. La primera consiste en resumir el orden con el que están puestos los acontecimientos, respetando el orden de las sucesivas situaciones; mientras que la segunda es la cadena causal de los hechos que ocurren en la obra, una manera cronológica, según la lógica de causa-efecto: la acción A genera la B, ésta la C y sucesivamente.
þ Finalizamos último de los elementos dramáticos: el Tema. Es la idea/-s centrales y que suele sintetizar la intención del autor en la obra. Normalmente una obra suele tener, no uno, sino varios temas. Los más concretos suelen hallarse en una zona superficial y un ligero análisis los descubre, pero a medida que se profundiza, estos temas se van haciendo más genéricos.
II. EL LENGUAJE DEL GESTO Y LA POSTURA.
Los hombres en la comunicación interpersonal utilizamos básicamente dos sistemas de signos fundamentales: la palabra, vehículo de comunicación verbal y el gesto, la postura, la secuencia de movimientos, canal de comunicación no verbal. Tanto la primera como los segundos son signos, es decir, objetos sensibles que se usan para transmitir una información, un significado.
Cuando la comunicación humana se ejecuta a través de signos lingüísticos aparece el lenguaje verbal, el cual es básicamente acústico, de carácter sonoro. Cuando se realiza por vía visual y táctil, utilizando el signo gestual, estamos ante el lenguaje corporal.
El lenguaje del cuerpo tiene como base las pautas de la comunicación no verbal. Cuando nos comunicamos estamos enviando mensajes corporales a nuestros interlocutores. Estos lenguajes adoptan las formas básicas de gestos, posturas y movimientos. El lenguaje del cuerpo comprende cualquier movimiento, reflexivo o no, de una parte o de la totalidad del cuerpo que una persona emplea para comunicar un mensaje emocional al mundo exterior.
El lenguaje corporal es la forma que tenemos de expresarnos a través de nuestro cuerpo. Disponemos de muchos emisores de este lenguaje sin palabras, los que tienen mayor protagonismo son: la mirada, los gestos, las posturas, el espacio personal.
· LA MIRADA.
Posee un elevado poder expresivo. El impacto de la mirada no proviene del órgano en sí que la produce, sino de la manera en que nos valemos a la vez del rostro y de los ojos, es decir, de la dureza de la mirada, el grado de apertura de los párpados y el juego de los músculos oculares.
Mirar es tocar a distancia, demuestra que el canal de comunicación se mantiene abierto. Es el medio más eficaz de que disponemos para comunicarnos al margen de la palabra.
Entre las funciones que cumple la mirada, y por las que se establecen diálogos oculares, estarían las de: invitar a la comunicación; controlar la interacción comunicativa; reforzar los mensajes verbales; mostrar nuestra opinión; dominar e influir en los demás; expresar emociones; buscar información a través de la mirada de nuestro interlocutor.
Según Exline (citado por Tomás Motos,1983:30), los factores fundamentales de los que depende el contacto ocular son:
– Las relaciones personales. Un relación de simpatía aumenta los contactos visuales, tanto en frecuencia como en duración e intensidad; mientras que la tensión los disminuye.
– El sexo: las mujeres entre sí establecen más contactos oculares que los hombres; probablemente tengan mayor propensión a darse a conocer o a dejarse contemplar.
– La personalidad. El contacto ocular es más frecuente entre extrovertidos que entre introvertidos.
– El nivel social. El contacto ocular será moderado con respecto a un superior, máximo para un igual y limitado cuando se trata de un inferior.
– La distancia. El contacto ocular se intensifica cuando aumenta la distancia entre dos personas, e inversamente una disminución de miradas establece distancias entre dos individuos.
· LOS GESTOS.
Son los mensajes que consciente o inconscientemente transmitimos con nuestro cuerpo. Los gestos se pueden clasificar, según T. Motos, en: clarificadores; emotivos; personales; profesionales; culturales; universales.
U Clarificadores: los acompañan a la palabra.
U Emotivos: los que expresa sentimientos y estados de ánimo.
U Personales: los que habitualmente realiza un individuo y le hacen diferente de los demás.
U Profesionales: códigos que se utilizan en aquellos trabajos en los que el ruido ambiental impide la comunicación verbal.
U Culturales: los que son propios de un pueblo y comunes a los individuos que lo componen.
U Universales: los que son asumidos por todo el mundo y se interpretan claramente sin necesidad de apoyo verbal.
· LA POSTURA.
La imagen que tenemos de nuestro cuerpo se manifiesta en nuestros gestos y posturas.
Se entiende por postura la actitud o disposición corporal que se expresa por una serie de movimientos que pueden llegar a englobar la totalidad del cuerpo. Se diferencia del gesto en que éste suele ser una duración más breve y compromete sólo a una zona reducida, como máximo a uno o dos segmentos corporales.
Los cambios posturales son paralelos al lenguaje hablado. Cada persona tiene una actitud postural característica.
En la postura intervienen factores de la personalidad, constituyendo una clave del carácter y de una expresión de la actitud; factores de tipo cultural, puesto que en cada cultura existen ciertas posturas socialmente adecuadas y otras no. Otro factor es el sexo, es raro que las mujeres se sienten o permanezcan en pie con las piernas separadas.
Desde un punto de vista de la técnica corporal, T. Motos, reduce las posturas a las siguientes categorías:
¯ Posturas individuales:
Ø Por el porte general: abiertas y cerradas.
Ø Por la inclinación: adelante y atrás.
Ø Por la tensión muscular: tensas y relajadas.
¯ Posturas colectivas (basándose en Scheflen):
Ø Inclusión y no inclusión. Ø Congruencia e incongruencia. Ø Orientación cara a cara y orientación aralela. |
Desarrollamos a continuación cada una de ellas.
¯ Posturas individuales.
Ø Por el porte general: abiertas y cerradas.
§ Posturas cerradas.
Configurada por la cabeza hacia delante, el mentón hundido hacia el esternón, o inclinada lateralmente, la espalda se encorva, las manos y los pies se cierran y las extremidades se repliegan hacia el tronco, los músculos abdominales y nalgares se relajan. Esta postura expresa:
– actitud de rechazo: el individuo se repliega sobre sí mismo y da la espalda al mundo;
– actitud de meditación: como vendría a reflejar la expresión “con la cabeza entre las manos”;
– actitud de ataque: se configura de forma dinámica, con la cabeza abatida;
– actitud de sufrimiento;
– actitud de obediencia.
§ Posturas abiertas.
Éstas se configuran con la cabeza levantada y erguida; con el tronco derecho, proyectando el pecho hacia delante; mediante la disponibilidad de los brazos y piernas; apertura de los ojos y de los demás sentidos, y, por la solidez de los músculos nalgares y abdominales. Esta postura conlleva la relajación dinámica, la actitud de cambio. La expresión lingüística con los brazos abiertos, recoge la disposición positiva en relación con el mundo, y la aceptación del otro con agrado e incluso con amor. Las actitudes abiertas producen la impresión de gozo, de poder, de generosidad, de seguridad.
Ø Por la inclinación: adelante y atrás.
La expresión lingüística “tener inclinación” significa afecto o propensión hacia algo, en efecto, la inclinación hacia delante como lenguaje corporal suele ser indicio de atención, de disposición favorable a algo. De modo, que un interlocutor con esta disposición transmite más sentimientos positivos.
Además, connota para la acción o el ataque, tonicidad, combatividad. Es signo de la aproximación, con todas las connotaciones que pueda llevar este término.
Por el contrario, la inclinación hacia atrás, se relaciona con el deseo de manifestarse superior y distante. El retroceso se asocia con la defensa y la huída, también con el rechazo y el temor, y, con la reserva y el respeto con cierto temor.
Ø Por la tensión muscular: tensas y relajadas.
Las posturas tensas están relacionadas con la tonicidad. Reflejan la lucha y el esfuerzo. Son indicio de la extensión, de la fuerza, de la rebelión. En una palabra: de la afirmación del yo.
Mientras que las posturas relajadas se relacionan con la atonía, la flexión, el reposo y la pasividad.
¯ Posturas colectivas.
En las posturas colectivas hay que considerar otro factor: la orientación. Ésta se entiende como el ángulo según el cuál las personas se sitúan en el espacio, de pie o sentadas unas respecto a otras. La orientación, como una señal más de comunicación no verbal, constituye un elemento revelador de la personalidad. Albert Scheflen, descubrió que en la interacción entre las personas se adoptan las siguientes categorías de posturas:
Ø Inclusiva-no inclusivas.
La inclusividad se refiere a la manera en que los miembros de un grupo se incluyen o excluyen a los demás. Para ello se sirven de las piernas, de los brazos o de la totalidad del cuerpo. De tal forma que cuando varias personas forman un círculo, se aíslan de los demás y envían un mensaje al resto de que no les interesa lo que los otros hagan o digan. Estas posturas definen a quiénes estamos afiliados, con quiénes operamos o con quiénes queremos estar.
Ø De orientación frente a frente o paralela.
En la orientación frente a frente se acentúa la interacción entre las personas. Postura habitual de las situaciones en las que se transmite o intercambia información o afecto (profesor-alumno, médico-paciente,…). También en las relaciones de jerarquía el superior se coloca enfrente del inferior-dependiente. En todos los casos siempre hay interacción directa.
La orientación paralela es la disposición lado a lado. Indican no relación mutua, neutralidad de sentimientos cuando los participantes están centrados en un objeto exterior a ellos que les une (ejem.: la colocación de los asistentes a un espectáculo) o bien por la exigencia de las circunstancias (ejem.:como sucede en los transportes públicos); aunque por otro lado, también indican relación de colaboración.
Ø Congruencia-incongruencia.
Esta categoría indica reciprocidad o distancia psicológica según los casos. Se refiere a la capacidad de los miembros de un grupo a imitarse. En un grupo congruente las posturas de sus miembros son copias, e incluso se puede determinar el grado de cohesión del grupo por las actitudes corporales adoptadas. Es decir, al igual que las personas pueden compartir los mismos puntos de vista, también pueden compartir la postura.
· EL ESPACIO PERSONAL.
El espacio, el territorio y las distancias hablan un lenguaje, por lo que, indudablemente ha sido objeto de estudio de una ciencia: la Proxémica. Esta ciencia, elaborada por E. T. Hall, se dedica al estudio de la estructuración que hace el ser humano de su espacio inmediato a partir del entorno corporal, el microespacio, de la distancia que media entre sus congéneres y de la organización de su espacio habitable.
Una de las manifestaciones del espacio es la distancia a la que se mantiene las personas en sus relaciones cotidianas. Hall sostiene que el hombre tiene sus propias necesidades territoriales y que el modo en que utiliza el espacio influye en su capacidad de relacionarse con los otros. Este autor establece cuatro zonas distintas en las que la mayor parte de los hombres actúan:
o Distancia íntima (4 –10 cm).
Es la distancia entre dos personas en términos de intimidad. Si dos personas no se hallan en esta situación y se encuentran a esta distancia la situación puede resultar embarazosa; por ejemplo, el típico caso del autobús o el ascensor cuando van excesivamente llenos, podremos automáticamente nuestros cuerpos tensos, procurando no tocar al vecino.
o Distancia personal (40 – 100 cm).
Es aquella distancia mantenida entre dos personas en la que se puede tocar y alcanzar al interlocutor.
o Distancia social (1 a 2 metros).
Es la mantenida generalmente en las transacciones comerciales o en las reuniones sociales.
o Distancia pública (2 a 8 metros).
Es la máxima extensión de nuestros dominios territoriales. Es la mantenida por el profesor ante el alumno, el líder ante el grupo al que se dirige.
III. TÉCNICAS BÁSICAS.
Como veremos a continuación, el apartado siguiente nos viene a definir las características específicas de cada una de las técnicas básicas de la dramatización, lo que, como apuntábamos en nuestra introducción del tema, nos asegurará un uso y resultado adecuado de cada de ellas.
Estas técnicas básicas son el juego dramático, expresión libre, juego de expresión y la improvisación. Sus rasgos más característicos los concretamos en las siguientes líneas.
3.1. Juego Dramático.
Hay autores que lo diferencian de la dramatización pero como veremos ambos son esencialmente idénticos. Pavis (citado por T. Motos y F. Tejedo, 1996:23) lo define como práctica colectiva que reúne a un grupo de jugadores que improvisan colectivamente según un tema elegido de antemano y/o precisado por la situación. En el juego dramático no hay separación entre actor y espectador, sino una tentativa de hacer participar a cada uno en la elaboración de la actividad escénica. El juego dramático apunta a provocar una toma de conciencia en los participantes de los mecanismos fundamentales del teatro (personaje, conflicto, dialéctica de los diálogos y situaciones, dinámica de grupo) y también a provocar cierta liberación corporal y emotiva a través del juego. Es un error considerar procedimientos distintos a la dramatización y al juego dramático, ya que dicho error arranca de la traducción al castellano de diversos términos referidos a estos dos procedimientos como son el anglosajón “creative dramatics” y el francés “jeu dra-matique”.
3.2.Expresión libre.
Movimientos, palabras, gestos, acciones, que expresan la resonancia interior que provoca en el individuo un estímulo sensorial externo. Su estructura sigue el modelo estímulo-respuesta. Atendiendo a los primeros, los estímulos pueden ser: sonidos, palabras, hechos visuales, otros estímulos sensoriales (perfume, sabor, textura…). En general, cualquier estímulo que desencadene una respuesta externa expresada en cualquiera de los lenguajes que es capaz de utilizar el ser humano: oral, corporal, escrito, plástico, musical.
Las respuestas suelen ser auténticos materiales proyectivos, en el sentido de que en realidad reflejan la personalidad de quien las da, y, de tal forma , la tonalidad de estos productos suele ser muy diversa: lírica, subjetiva, simbólica,…
3.3.Juego de expresión.
El elemento imaginativo es básico. El juego de expresión se rige por el principio del “como si” (actúa como sí… haz como sí…). El elemento imaginativo hace transformar la realidad, desbordando las capacidades técnicas del individuo y la funcionalidad de los objetos (el niño vuela…). Los productos de la expresión obtenidos por este tipo de juegos suelen ser subjetivos y tienen un significado únicamente para quienes conocen el código del juego, el cómo sí…
3.4.La improvisación.
Técnica de actuación donde el actor representa algo imprevisto, no preparado de antemano e inventado al calor de la acción. En el acto de improvisación la representación se realiza sin estar previamente escrita, surgiendo espontáneamente a partir de un estimulo dado, sin un guión previo. Al ir brotando de manera libre y espontánea los resultados vendrán determinados por las aptitudes de los individuos que toman parte en ella. Básicamente la improvisación se fundamenta en la espontaneidad y el ingenio de los participantes.
Hay varios grados de improvisación:
La invención de un texto a partir de un boceto conocido y muy preciso.
Un ejemplo sería la Commedia dell´ Arte que noas muestra personajes previamente fijados en diversos tipos perfectamente caracterizados y loos actores al interpretarlos improvisan sobre una base argumental previamente acordada antes de iniciar la representación. Otro ejemplo sería el juego dramático realizado a partir de un teme o consigna.
La invención gestual y verbal sin modelo y que va contra toda convención o regla.
Se trata de la propuesta de Grotowski.
La de construcción verbal y la búsqueda de un nuevo lenguaje físico.
Artaud será el máximo exponente en este grado de improvisación.
IV. POSIBLES ADAPTACIONES AL CONTEXTO ESCOLAR.
Inicialmente hemos mencionado que dramatizar es dar forma teatral a algo que no la tiene, para esto será necesario realizar un proceso de transformación siguiendo un determinado procedimiento y como tal compuesto por una secuencia de momentos ordenados. Además, hemos subrayado que la diferencia entre dramatizar y el teatro se halla en el resultado. Lo que presentamos da importancia la formación puesto que cada uno de los momentos van a ejercitar una serie de capacidades del alumno (cognitivas, motrices y afectivas) que incidirán en el desarrollo personal. Es decir, hemos de tener presente que lo que realmente educa es el proceso y no los resultados.
Concretaremos el proceso de dramatización en los siguientes pasos:
PROCESO DE DRAMATIZACIÓN
1. JUEGOS
1.1. Juego inicial para conseguir la puesta a punto corporal, el desbloqueo y la desinhibición personal.
1.2. Juego relacionado con el contenido de la intención previa
2. APROXIMACIÓN A LA INTENCIÓN PREVIA
2.1. Elementos desencadenantes de la dramatización: textos escritos, elementos orales, elementos sonoros, objetos, elementos visuales y elementos dramáticos
3. PROPUESTAS DE DRAMATIZACIÓN
3.1. Creación de una estructura dramática: determinar el asunto, determinar el punto de vista, concretar la causa esencial; precisar la fábula argumental; fijar el espacio y tiempo; determinar los personajes; determinar los medios de expresión e improvisaciones sobre propuestas.
4. SELECCIÓN DE LAS PROPUESTAS.
5. DRAMATIZACIÓN DEFINITIVA A PARTIR DE LAS PROPUESTAS SELECCIONADAS.
6. COMENTARIO
Ahora daremos paso a lo que pretendemos desarrollar en cada uno de lo momentos que acabamos de enumerar.
1. JUEGOS
En esta fase preparatoria no es imprescindible en este proceso pero no la facilita. Distinguiremos entre juegos iniciales, cuya finalidad es conseguir la puesta punto corporal, desbloquear las inhibiciones y crear un clima apropiado para el futuro desarrollo de la sesión, y, los juegos relacionados con el contenido específico a dramatizar.
Un ejemplo: si en lección número “…” en la que se dramatiza la fábula de Samaniego “La gata con cascabeles” el juego que se ha realizar antes será “Identificación con el gato” pues está preparando de manera directa el desarrollo de la posterior dramatización
2. APROXIMACIÓN A LA INTENCIÓN PREVIA
Una sesión de dramatización puede ser desencadenada por de hechos motivadores de distinta naturaleza: un texto, un objeto, una consigna… luego hemos de dejar claro la distinción de lo que se entiende por intención previa y lo que se denomina como elementos desencadenantes de la dramatización.
– Intención previa. Este término acuñado por Xavier Fábregas (T. Motos y F. Tejedo, 1996:19) viene a significar el embrión que ya contiene la experiencia humana a desarrollar de forma completa en el espectáculo (en la dramatización). En definitiva, es la intención previa en textos literarios, tanto en prosa como en verso, algunos son obras completas, otros, sólo fragmentos.
– Elementos desencadenantes. Una dramatización puede generarse no sólo de un texto escrito (obra literaria o un simple guión), sino también puede ser motivado por multitud de elementos. Para el juego teatral podemos utilizar una amplia gama:
a) Textos escritos: poema, cuento , fragmento, refranes, noticias de prensa, textos escritos de los alumnos,…
b) Elementos orales: historia o anécdota contada por alguien sea real o imaginaria, productos internos de los participantes (fantasías, temores, sueños,…), simples palabras,…
c) Elementos sonoros: sonidos y ruidos cotidianos, composiciones musicales, sonidos vocales emitidos por el grupo, …
d) Objetos. Éstos juegan un doble papel en la expresión pues sirven por un lado de soporte, es decir, de elementos intermediarios entre el sujeto y el destinatario, y, por otro actúan cómo motivadores de la acción. Si atendemos a la naturaleza del objeto y al tratamiento que le damos, tendremos:
1) Objetos reales. Posee un doble trato: sensorial y funcional.
– Sensorial: ya que utilizamos los objetos principalmente en los juegos de expresión y en las expresiones libres pues descubrimos sus cualidades físicas y así utilizarlas como elementos sensibilizadores: tomar conciencia de su textura, color, peso,…
– Funcional: juega con el objeto a partir de su uso. Por ejemplo, si la pelota sirve para jugar se investigará otras posibilidades que la pelota ofrece.
2) Objeto-transformación. El objeto pierde aquí su funcionalidad para adquirir un inusual uso, emplearlo de otra forma, otras aplicaciones, y, desde éstas jugar con él. La capacidad de redefinir, la habilidad de transformar algo en otra cosa, es uno de los indicadores de la creatividad. Tanto en formas alternativas (ej.: con el periódico nos envolvemos el bocadillo, construimos pajaritas, aviones,…) como en transformaciones irreales o fantásticas (una cuerda que se convierte en culebra, la escoba en caballo volador, …).
3) Objeto-identificación: identificarse con un objeto es asumir su identidad, esto es, tomar conciencia de sus cualidades, interiorizarlas y actuar como si uno fuera el objeto. Para realizar los juegos de identificación se suele seguir el proceso siguiente:
– Elegir un objeto que nos halla llamado la atención.
– Toma de conciencia de sus peculiaridades, detalles, características, etc.
– Determinar entre ellas las más relevantes.
– Asumir la identidad del objeto sus características, convertirse en él y actuar desde su realidad.
4) Objetos imaginarios. Aquí podemos dar presencia ilusitoria a objetos ausentes a través de nuestra capacidad de evocación, o bien, con la fantasía inventar un mundo poblado de objetos imaginarios; a partir de ahí se puede iniciar un proceso de juego interactivo.
e) Elementos visuales: cualquier hecho visual, desde un foco de luz hasta una imagen proyectada, pasando por una fotografía.
f) Elementos dramáticos: tomaremos los distintos elementos del esquema dramático (personaje, conflicto, el tema, el espacio, el tiempo y el argumento) como motivadores para realizar una dramatización.
3. PROPUESTAS DE DRAMATIZACIÓN
3.1. La creación de una estructura dramática.
A partir de una lectura realizada de la intención previa o del elemento utilizado como motivador sigue una serie de pasos que mostramos a continuación:
a) Determinar el asunto, el tema general que interesa tratar. Luego para concretarlo habrá que centrarse en las ideas principales que lo determinan.
b) Determinar el punto de vista: el tema está visto desde la perspectiva de uno o de varios personajes que representan la idea principal.
c) Concretar la causa esencial: éste es el elemento por el que se ponen en evidencia las ideas contrarias entre los personajes, esto es, la motivación que provoca el conflicto.
d) Precisar la fábula argumental: la narración sencilla de cómo transcurren los enfrentamientos, los sucesos, los acontecimientos principales.
e) Fijar el espacio y el tiempo: elegir el lugar y los objetos básicos que van a definirlo y la época en que transcurre la acción. Todo lo anterior va a aclarar el contenido, el significado.
f) Determinar los personajes: quién va a desarrollar la acción, y, luego caracterizarlos. Para ello hay que tener en cuenta:
– ¿qué hace?, la tarea que ejecuta;
– ¿cómo lo hace?, los actos físicos.
Tanto la tarea como los actos físicos construyen las acciones concretas que sirven para caracterizar los personajes.
3.2. Determinación de las medios de expresión.
Elegiremos qué recursos expresivos van a ser utilizados, qué lenguajes empleados para comunicar a los espectadores (excepto para la dramatización que actor y espectador se confunden), el contenido, las ideas y el tema.
Determinar si la expresión corporal es el lenguaje elegido, o el lenguaje oral a través de diálogos o de la sonorización, la expresión musical, o, qué elementos escenográficos servirán de soporte para la representación.
Y no olvidar qué tratamiento vamos a dar a la representación si lírico, trágico, humorístico, grotesco o épico.
3.3. Improvisaciones sobre propuestas.
Como resultado de la aplicación de lo anteriormente mencionado surgen propuestas. En principio no conviene rechazar ninguna debido a que es más probable encontrar algo bueno donde hay mucho que donde hay poco. La viabilidad de éstas va a ser puesta a prueba por la improvisación, esto nos lleva a un alto número de actos de improvisación pero es el procedimiento más racional para contrastar las posibilidades dramáticas de una propuesta determinada, ya que la improvisación es una técnica de investigación.
4. SELECCIÓN DE PREOPUESTAS
Se confrontan las distintas tareas realizadas, se valoran las posibilidades de desarrollo y se seleccionan y se seleccionan aquellas que parecen ser las más satisfactorias de acuerdo con los criterios de valoración que haya adoptado previamente el grupo..
5. DRAMATIZACIÓN DEFINITIVA
Se lleva a cabo la dramatización definitiva a partir de las propuestas seleccionadas.
6. COMENTARIO
Finalizada la fase anterior tiene lugar el comentario, en ella, los participantes del grupo verbalizarán sus vivencias, reacciones, hallazgos expresivos, la comprensión del trabajo realizado, los aciertos y desaciertos relevantes de la dramatización desde el punto de vista de la comunicación de ideas que se querían transmitir, el material que se considera desechable, etc.
En definitiva, con esta valoración se pretende:
– que los participantes adquieran una actitud y unos instrumentos de crítica;
– que tomen conciencia de los medios utilizados a nivel de grupo y a nivel individual para expresarse.
V. CONCLUSIóN.
Como conclusión, y en concreto centrándonos en la etapa de Secundaria, y en lo que respecta al desarrollo del tema objeto de exposición, el trabajo debe orientarse hacia un progresivo grado de profundalización en torno a cuatro ejes fundamentales:
1) El juego. Para estimular la participación del alumno es bueno y efectivo partir de actividades dramáticas en forma jugada de realización sencilla.
2) Improvisaciones. Permiten desarrollar habilidades como es la asunción de roles.
3) Técnicas y sistemas de representación: utilizados en teatro. Son necesarios para realizar montajes dramáticos.
4) Trabajos de investigación. Permiten desarrollar la autonomía y la actitud crítica de las manifestaciones artísticas.
Como síntesis final decir que según la capacidad que pretendamos desarrollar con nuestros alumnos daremos prioridad a unos u a otros contenidos:
– A la percepción y comprensión del entorno: las actividades a realizar versarán sobre técnicas de juego dramático e improvisación.
– Al desarrollo de la capacidad interpretativa: las actividades serán referidas a técnicas de representación.
– Al carácter integrador y globalizador del teatro: como es el montaje de una obra.
– Etc.
VI. BIBLIOGRAFÍA.
Motos Teruel, T. Iniciación a la Expresión Corporal (Teoría y Práctica). Edit. Humanitas. 1983.
Cervera, J. Cómo practicar la dramatización con niños de 4 a 14 años. Edit. Cincel. 1983.
Motos, T. y Tejedo, F. Prácticas de dramatización. 1996.
Motos, T. Expresión Corporal. Edit. Alambra Logman.
González, I.; Vizuete, M.; Villada, P.; Ureña, F.; Hernández, Á. 3º Educación Física. Edit. Grupo Anaya. 1995.