I. INTRODUCCIÓN
La competencia global de un sujeto viene definida por el nivel de desarrollo de diferentes aspectos, tanto cuantitativos como cualitativos. Cada persona posee unas característica genéticas, unas potencionalidades, unas aptitudes (ability) que determinarán un máximo rendimiento. Estas aptitudes no son mejorables pero, lo que se puede hacer, por medio del trabajo, del entrenamiento, es favorecer su desarrollo. De esta forma, se logra que sujetos que genéticamente están menos dotados que otros logren grandes resultados, debido al desarrollo óptimo de sus posibilidades.
Por tanto, el resultado global que obtiene un individuo es la suma de su aptitud y del desarrollo logrado de esas potencionalidades: sus capacidades, sus cualidades, su habilidad…Así se habla de la capacidad motriz del sujeto, que está constituida por sus capacidades condicionales (fuerza, resistencia y velocidad) sus capacidades coordinativas (ritmo, equilibrio, capacidad de orientación espacio-temporal) y por las intermedias (flexibilidad y velocidad de reacción simple) (Gundlanch, 68 – Manno, 89). Las capacidades condicionales se identifican con las cualidades físicas básicas, con aspectos de tipo cuantitativo y serán las que conformen la condición física del sujeto. Esta diferenciación, como señala Manno, tiene un carácter didáctico, ya que va a ser difícil aislar el trabajo de ambos grupos. El desarrollo de las capacidades físicas influye en la técnica, en el aprendizaje motor y en la formación táctica. Sus factores limitantes son la disponibilidad de energía en los músculos y los mecanismos que regulan su producción. Esto es lo que Fidelus y su concepto de biomáquina pretende mostrar. Afirma que el hombre actúa gracias a la coordinación que se produce entre tres sistemas: uno de alimentación (respiratorio, cardiovascular y digestivo), uno de dirección (nervioso y endocrino) y uno motor (músculos y esqueleto).
Para abordar el tema va a ser necesario situarlo en algún marco de referencia concreto, optando por mostrar algunas de las diferentes formas de clasificar las capacidades (cualidades) y ver que nombres reciben, donde las ubican los autores, etc., con la intención de clarificar un poco la situación de las capacidades física básicas.
II. DESARROLLO DE LOS CONTENIDOS.
1. CONCEPTO DE CAPACIDAD FÍSICA.
Analizando por separado los términos que componen la expresión: capacidades físicas, se encuentra que la palabra “capacidad” se refiere, siguiendo a Fleishman (1964) a un rasgo general que se deduce de la constancia de ciertas respuestas a cierto tipo de tareas. Por ejemplo la gran capacidad de aguante ante tareas de larga duración. Estos rasgos son bastante duraderos y se modifica con dificultad. El término “física” se relaciona con lo corporal, con lo orgánico.
El término capacidad se identifica a menudo con otros como cualidad, habilidad, etc. lo que puede generar confusión. Marta Castañer y Oleguer Camerino (1993) diferencian en su “modelo de esferas” para la interpretación de la motricidad los términos capacidad y cualidad. Señalan que la capacidad está referida a la potencialidad, que a través de la maduración y el proceso de aprendizaje va evolucionando y manifestándose de forma óptima, hablando entonces de cualidad.
Algunas definiciones de capacidades físicas pueden ser:
- “un conjunto de predisposiciones o potencialidades motrices fundamentales en el hombre que hacen posible el desarrollo de las habilidades motoras aprendidas” (Manno, 1991).
- “los factores que determinan la condición física de un individuo y que se orientan o clasifican para la realización de una determinada actividad física y posibilitan mediante el entrenamiento que un sujeto desarrolle al máximo su potencial físico” (Álvarez del Villar, 1987).
Dependiendo de los autores se habla de: cualidades físicas básicas, capacidades condicionales, habilidades motrices, capacidades físico-motrices, etc.
Una de las denominaciones más aceptadas actualmente, en el campo del rendimiento, es la de “capacidades condicionales” (Gundlach, 1968) que se definen como “ las capacidades fundamentales en la eficiencia de los procesos energéticos y en las condiciones orgánico-musculares del hombre”. Básicamente son tres, la capacidad de fuerza, la capacidad de velocidad y la capacidad de resistencia. Se denominan condicionales porque: se desarrollan con el proceso de acondicionamiento físico y por condicionar el rendimiento deportivo. En el campo educativo se emplean más las expresiones: capacidades físicas básicas o, actualmente, capacidades físico-motrices, siguiendo a Castañer y Camerino (1983).
2. CLASIFICACIONES.
Existen múltiples formas de agrupar a las capacidades o cualidades, debido al contexto en el que se aplican (educativo, rendimiento, etc.) y a los diferentes criterios seguidos por sus autores.
2.1. SEGÚN SU FUNCIÓN Y GRADO DE INTERVENCIÓN EN ACTIVIDADES DEPORTIVAS.
Clasificación propuesta por Zatziorski, 1974.
- CUALIDADES FÍSICAS BÁSICAS: aquellas que participan en un grado apreciable en la mayoría de las actividades físico-deportivas. Se incluye la fuerza, la resistencia y la velocidad.
- CUALIDADES FÍSICAS COMPLEMENTARIAS: las que deben estar presentes en el ejercicio físico pero que no son indispensables en la mayoría de las especialidades. Se incluyen: la flexibilidad, la coordinación y el equilibrio.
- CUALIDADES DERIVADAS: se forman a partir de la unión de varias cualidades básicas o complementarias y son las que realmente se manifiestan en la mayoría de los deportes. La potencia y la agilidad.
2.2. SEGÚN EL SISTEMA DEL QUE DEPENDEN (Gundlach, 68; Manno, 89).
- CAPACIDADES COORDINATIVAS: que reposan sobre los procesos de dirección y regulación del sistema nervioso central.
– capacidad de combinación o acoplamiento de movimientos
– capacidad de orientación espacio-temporal
– capacidad de diferenciación kinestésica
– capacidad de equilibrio
– capacidad de reacción
– capacidad de ritmo
– capacidad de cambio o transformación de movimientos
- CAPACIDADES CONDICIONALES: dependen de los procesos energéticos. Se incluyen: la fuerza, la resistencia y la velocidad.
- CAPACIDADES INTERMEDIAS: dependen de varios factores. Aquí están la flexibilidad y la capacidad de reacción simple (que solo incluye la reacción, no el movimiento como repuesta al estímulo).
2.3. SEGÚN LAS DISTINTAS ESTRUCTURAS CORPORALES (Bouchard, 74)
- CUALIDADES ORGÁNICAS: sobre la base del reconocimiento de los procesos de producción de energía. Incluye a la resistencia aeróbica.
- CUALIDADES MUSCULARES: inspiradas en los comportamientos fisiológicos y mecánicos del músculo. Son la resistencia anaeróbica, la potencia o fuerza veloz, la elasticidad y la fuerza muscular.
- CUALIDADES PERCEPTIVO-CINÉTICAS: abarcan a los mecanismos de percepción, decisión y control del movimiento. Se incluye la velocidad de reacción y de movimiento y la precisión motriz y corporal.
2.4. SEGÚN CORRIENTES EDUCATIVAS PSICOMOTRICES Y FACTORES DE EJECUCIÓN DEPORTIVOS.
Clasificación de Joan Ramón Barbany – Jordy Porta, 88:
- CUALIDADES O CAPACIDADES MOTRICES: resistencia, fuerza, velocidad y flexibilidad.
- CUALIDADES PERCEPTIVO MOTRICES: coordinación, que incluye al equilibrio, la percepción espacio/temporal y la percepción kinestésica.
- CUALIDADES RESULTANTES: habilidad y/o destreza y la agilidad.
2.5. SEGÚN UN ENFOQUE EDUCATIVO RELACIONADO CON LA MOTRICIDAD.
Clasificación que se aleja del mundo del rendimiento deportivo y se relaciona con la propuesta de M. Castañer y O. Camerino (1993) y la de Eugenia Trigo (1999).
- CAPACIDADES PERCEPTIVO MOTRICES: directamente derivadas de la estructura neurológica, dependientes de funcionamiento del Sistema Nervioso Central: la especialidad, la temporalidad y la corporalidad. De la intersección de estas salen: la lateralidad, el ritmo y la organización espacio-temporal. De la mezcla de todas ellas derivan el equilibrio y la coordinación. E. Trigo habla de capacidades perceptivas, incluye además: la tonicidad, las praxias globales y finas.
- CAPACIDADES FÍSICO MOTRICES: conjunto de componentes de la condición física que intervienen en mayor o menor grado en la consecución de una habilidad motriz. Son la fuerza, resistencia, velocidad, flexibilidad; de las que derivan la potencia, la agilidad, resistencia muscular, y el estreching muscular. E. Trigo las llama condicionales.
- CAPACIDADES SOCIO MOTRICES: los fenómenos interactuantes y comunicativos del alumno, que le preparan en su dimensión proyectiva para interaccionar con los demás. Son: la comunicación, la interacción y la introyección. De su intersección surgen: la expresión y la creación, la imaginación y, la oposición/colaboración. De la combinación de todas derivan el juego colectivo y la sociomotricidad. E. Trigo les llama sociales e incluye: expresión, comunicación, juego y danza.
En lugar a parte quedan las habilidades, resultantes del desarrollo de las anteriores, entre las que destacan: las manipulativas, las locomotrices y las de estabilidad.
3. ANÁLISIS DE LAS CAPACIDADES FÍSICAS BÁSICAS.
De las clasificaciones señaladas se pueden observar a tres capacidades que aparecen en casi todas conformando un grupo (condicionales, físicas, físico motrices…) que son: la fuerza, la resistencia y la velocidad. Además en algunas se incluye a la flexibilidad. Se analizarán aquí las cuatro.
3.1. LA FUERZA.
La fuerza se trata de una capacidad que todas las actividades requieren para su ejecución, en mayor o menor medida. Se define como: la capacidad de realizar una contracción muscular para superar una resistencia, externa o interna, de forma estática o dinámica. A la hora de clasificarla existen múltiples criterios. Se tratará de sintetizarlos:
- FUERZA ABSOLUTA: solo lograda en condiciones extremas. A ella contribuye:
– fuerza máxima: capacidad de realizar la máxima contracción voluntaria estática o dinámicamente. Depende de: sección transversal del músculo, número de fibras y coordinación intramuscular.
– fuerza máxima relativa: en donde se tiene en cuenta el peso del sujeto.
- FUERZA VELOZ O RÁPIDA: supone la capacidad de vencer resistencias externas al movimiento con una gran velocidad de contracción. García Manso dice que es la capacidad del sistema neuromuscular de vencer una resistencia a la mayor velocidad de contracción posible.
Desde el punto de vista de la mecánica se manifiesta como potencia.
González Badillo señala que debemos hablar de fuerza explosiva en vez de veloz.
Este tipo de manifestación de fuerza activa depende en gran medida de los niveles de fuerza máxima. Otros tipos similares, pero en los que se ve una manifestación reactiva de la fuerza son:
– fuerza elástico explosiva: se añade el efecto del componente elástico.
– fuerza elástico explosivo-reactiva: se añade el componente elástico y el efecto del reflejo moitático por el rápido ciclo de estiramiento-acortamiento.
- FUERZA RESISTENCIA: capacidad de carácter metabólico-muscular que permite realizar una importante actividad de fuerza, manteniéndola en el tiempo y oponiéndose a la fatiga. Esta depende del nivel de fuerza máxima y de la elaboración de la energía por el sistema metabólico adecuado a la intensidad y duración del esfuerzo. Se habla de cíclica y acíclica. En la cíclica se puede diferenciar la de tipo aláctico, láctico y la aeróbica. Supone mantener cualquier otro tipo de manifestación de la fuerza durante más o menos tiempo.
3.2. LA RESISTENCIA.
Capacidad que permite mantener un esfuerzo sin que disminuya visiblemente el rendimiento, oponiéndose a la fatiga, independiente de la duración del esfuerzo. Para su clasificación también hay múltiples criterios y posibilidades, aquí se opta por el sistema energético mayoritariamente requerido.
- RESISTENCIA ANAERÓBICA: se define como la capacidad de realizar y prolongar un esfuerzo de elevada intensidad sin el aporte suficiente de O2.
– aláctica: no se produce acumulación de lactato. Utiliza como vía energética los fosfágenos, ATP y fosfocreatina. Permite realizar esfuerzos de potencia elevada (95%-100%), tiene una recuperación rápida (2’-3’), pero su capacidad es muy limitada (5” – 20”).
– láctica: se produce acumulación de lactato. La vía energética utilizada es la glucólisis anaeróbica, que utiliza como combustible el glucógeno muscular y la glucosa sanguínea. Su potencia muscular es alta (90% – 95%) y su capacidad (entre 45” y 2’). La recuperación es relativamente rápida, el 50% en 3’ – 4’, pero el 100% necesita 48 h – 72 h.
- RESISTENCIA AERÓBICA: se define como la capacidad de realizar y prolongar un esfuerzo de intensidad baja o media durante un largo periodo de tiempo con suficiente aporte de oxígeno. La vía utilizada es la glucólisis aeróbica y la oxidación de las grasas en esfuerzos prolongados. Su potencia es baja (70% – 80%), pero su capacidad alta (de 2’ – 3’ a horas). La recuperación en 12 h – 24 h.
3.3. LAVELOCIDAD.
Capacidad de realización del mayor número de acciones motrices en el tiempo posible. Su relación con la fuerza, con la resistencia, así como con la agilidad y la flexibilidad es fundamental.
Siguiendo a Grosser (1992) se habla de:
- FORMAS SENCILLAS (PURAS) DE VELOCIDAD: donde hay una pequeña participación de la fuerza (menos del 30% de la fuerza máxima. Estas formas dependen de:
o sistema nervioso central: desarrollo de enlaces neuronales del sistema retículo espinal y de la alta frecuencia de estimulación.
o factores genéticos: alto porcentaje de unidades motrices rápidas.
– velocidad de reacción: capacidad de responder en el menor tiempo posible a un estímulo. Se valora el tiempo de reacción.
– velocidad de movimiento: (en movimientos acíclicos) capacidad de realizar movimientos acíclicos a la máxima velocidad frente a resistencias bajas (menos del 30% del máximo). Ej. boxeo, esgrima, bádminton.
– velocidad frecuencial: (en movimientos cíclicos) capacidad de realizar movimientos cíclicos a máxima velocidad frente a resistencias bajas (menores al 30% del máximo). En salidas lanzadas, skippings, etc.
- FORMAS COMPLEJAS DE VELOCIDAD: donde hay una mayor implicación de la fuerza o bien se requiere un tiempo de realización mayor que las anteriores. Son una combinación de las formas de la velocidad pura con la fuerza y/o la resistencia. La posibilidad de mejora de estas formas a través del entrenamiento es grande.
– fuerza veloz o fuerza explosiva: capacidad de proporcionar el máximo impulso de fuerza a unas resistencias durante un tiempo establecido. Se identifica con la capacidad de aceleración, con la velocidad inicial, etc.
– resistencia a la fuerza veloz: capacidad de aguantar la realización de acciones que requieren fuerza-veloz y se repiten en breves espacios de tiempo, ya sea en actividades acíclicas o cíclicas.
– resistencia a la velocidad: capacidad de mantener un elevado nivel de velocidad ante la presencia de la fatiga. Se necesita la producción energética o vía anaeróbica aláctica y láctica. Se identifica con la resistencia al sprint o a la resistencia anaeróbica a corto plazo.
3.4. LA FLEXIBILIDAD.
Capacidad que va a posibilitar una buena manifestación de las demás; puede definirse como la capacidad que, con base en la movilidad articular y extensibilidad y elasticidad muscular, permite el máximo recorrido de las articulaciones en posiciones diversas, permitiendo al sujeto realizar acciones que requieren gran agilidad y destreza (Álvarez del Villar, 1987).
Un buen desarrollo de la flexibilidad:
– previene la aparición de lesiones y alivia dolores musculares post ejercicio.
– evita la coordinación intermuscular (agonista-antagonista).
– favorece la contracción muscular, aumentando la fuerza y velocidad de la contracción.
– se logra mayor aprovechamiento de la energía mecánica.
– se consigue el desarrollo de técnicas más económicas, etc.
Para su clasificación se puede diferenciar la flexibilidad general, que afecta a varias articulaciones, que permite la actuación en diferentes actividades de la flexibilidad específica, referida a una articulación, a una disciplina deportiva, etc.
Según el tipo de elongación muscular:
– FLEXIBILIDAD ESTÁTICA: cuando el movimiento de estiramiento es mantenido durante un cierto tiempo.
– FLEXIBILIDAD DINÁMICA: la elongación muscular es de breve duración, alternándose fases de estiramiento y acortamiento muscular.
4. EVOLUCIÓN DE LAS CAPACIDADES FÍSICAS.
El ser humano, desde su nacimiento, es una entidad dinámica, que sufre transformaciones cuantitativas y cualitativas en sentido evolutivo primero e involutivo después, pero con diferentes ritmos e intensidades.
Por crecimiento se entiende las transformaciones cuantitativas mesurables (estatura, peso, etc.). Mientras desarrollo es la capacidad de funcionamiento complejo y eficaz que acompaña al crecimiento de las estructuras corporales y biológicas. Es un término más global que implica la maduración del organismo, así como el influjo del ambiente.
Todas las capacidades físicas evoluciona en sentido creciente en los primeros años de vida del sujeto, menos la flexibilidad que siempre involuciona. Las capacidades físicas o condicionales evolucionan con la edad, auque en planos no coincidentes: presentan un desarrollo acentuado al inicio de la pubertad, y en particular entre los 12 y los 17-18 años. Los mayores niveles de velocidad se logran antes que los de resistencia y fuerza, por la maduración más rápida del sistema nervioso; alcanzándose el máximo desarrollo de las capacidades condicionales entre los 20 y 30 años, dependiendo del nivel de entrenamiento realizado.
Desde los 30 años en adelante todas presentan un proceso involutivo, con un descenso mas lento de la resistencia que de la fuerza o la velocidad, influenciado por las características personales y el nivel de sedentarismo.
Entre ambos sexos existe una diferenciación neta a partir del decimoprimero año de vida (hasta entonces el desarrollo es paralelo y casi similares los niveles alcanzados), tanto que en la edad adulta la diferencia, en valores absolutos, se aproxima al 40%.
La entrenabilidad de las capacidades físicas o condicionales es superior que el de las coordinativas y, hasta la edad de logro de la maduración completa son sensibles a la estimulación de un entrenamiento de tipo general, bien con el de tipo específico.
4.1. FASES SENSIBLES DEL DESARROLLO DE LAS CAPACIDADES FÍSICAS
El cuerpo humano está preparado para ser entrenado física o técnicamente a cualquier edad pero con una eficacia diferente. Existen fases o periodos cronológicos en los que hay una sensibilidad particular hacia determinados estímulos externos. Duran entre 3 y 5 años y son las llamadas fases sensibles, sensitivas o críticas. Por ellas se entiende un “periodo ontogenético con una predisposición (entrenabilidad en este caso) muy favorable para el desarrollo de una determinada capacidad física”.
Se basan en una le de embriología que señala que el periodo de mayor cambio en una capacidad funcional coincide con el de mejor desarrollo de la misma; que es más fácil y eficaz influenciar una capacidad que está madurando, que cuando ya se ha madurado.
Representan periodos muy favorables al entrenamiento, donde aplicando cargas apropiadas, óptimas y específicas se obtienen mayores incrementos de la prestación que en otras edades con las mismas cargas.
4.2. VALORES MEDIOS DE LAS FASES SENSIBLES.
§ FUERZA
Los valores medios de las fases sensibles para los diferentes tipos de fuerza varían, así para la fuerza explosiva y la fuerza-resistencia abarca desde los 8 a 12-13 años. La fuerza máxima de 11 a 13-14 años en chicas y de 12 a 13 en varones. Esta, durante la pubertad, es muy entrenable por la acción de las hormonas anabolizantes y la maduración sexual.
En el desarrollo de las fuerzas máxima y rápida se aprecian incrementos elevados año tras año. La pubertad se muestra como el inicio de un aumento y manifestación más marcado de la máxima fuerza, especialmente en los varones. La fuerza resistencia se desarrolla también favorablemente, pro en menor medida y especialmente en la musculatura de los brazos. El desarrollo de la fuerza veloz es similar al de la fuerza máxima, al estar influenciado por la cantidad absoluta de músculo, por su sección transversal, por su peso relativo respecto al peso corporal, y por las características neuromusculares de las fibras.
Los ejercicios de fuerza en la infancia provocan una adaptación basada en una mejora de las coordinaciones inter e intramuscular y no en la hipertrofia y, también por la maduración rápida del sistema nervioso central.
§ VELOCIDAD
Las formas puras de velocidad dan como resultados valores similares a los manifestados por los adultos al final de la pubertad, observándose un estancamiento general desde los 15-16 años. Se trata de capacidades asociadas al desarrollo del sistema nervioso y por tanto que maduran tempranamente en el desarrollo del joven, culminado su evolución ya en estas etapas. Para la velocidad de reacción y la frecuencia de movimientos existe una fase sensible desde la edad preescolar por factores coordinativos y nerviosos idóneos que maduran pronto (de 6-7 a 11-12 años sin diferencias de sexo). Después de la maduración sexual, el sistema nervioso central se adapta lenta y limitadamente a los ejercicios y cargas de entrenamiento del trabajo de las formas puras de velocidad.
Las formas complejas de velocidad manifiestan aumentos muy grandes entre los 12 y 14 años, debido a los cambios hormonales experimentados en este momentos, que provocan un gran aumento de la masa muscular y de la fuerza, especialmente en los chicos. Estas formas complejas, que se manifiestan en actividades acíclicas o en las cíclicas como la capacidad de aceleración, la velocidad de desplazamiento máxima, etc., por requerir coordinación y fuerza apropiadas tienen la fase sensible sobre los 11-12 años en las chicas y los 14-15 en los chicos. Posteriormente, tras la pubertad, se progresará por el incremento antropométrico, de los niveles de fuerza máxima y el control de la técnica.
§ RESISTENCIA
La aeróbica es una capacidad relativamente neutra, se debe trabajar desde la edad pre-escolar y durante todo el periodo de desarrollo filogenético (de 5 a 18 años). La pubertad favorece su desarrollo por el incremento de los órganos responsables: capacidad vital, volumen sistólico, volumen minuto, etc. Su fase final es un periodo muy eficaz para esta resistencia aeróbica dada la estabilización del crecimiento. Según Astrand y Rodahl el VO2 máximo en valores absolutos se alcanza entre los 15-18 años; mientras que en valores relativos se logra a los 11-13 años (Platonov, 1990). Esto también lo demuestran los resultados de los jóvenes nadadores al manifestar una gran capacidad de prestación deportiva estas edades.
Para la resistencia anaeróbica es necesario esperar a la pubertad por necesitarse una base suficiente aeróbica y cargas por encima del umbral anaeróbico. Además, antes se toleran mal los esfuerzos de tipo anaeróbico láctico (dificultad en su eliminación, elevando el estrés hormonal para aumentar los niveles, déficit enzimático, etc.).
§ FLEXIBILIDAD
La flexibilidad estática es una capacidad precoz, a desarrollar desde los primeros años de vida hasta la pubertad por la escasa masa muscular, el elevado nivel de extensibilidad de músculos, tendones y ligamentos, así como por el alto grado cartilaginoso de los huesos.
La flexibilidad de tipo dinámico tendría una fase sensible entre los 8 y 11-12 años en las mujeres y de 8 a 12-13 en los hombres, al necesitar un cierto nivel de desarrollo de fuerza y coordinación, pero como hemos señalado la oposición de los grupos contrarios al movimiento (al existir una descompensación en el desarrollo de los sistemas muscular y óseo) hace que realmente no tenga un desarrollo óptimo.
5. EVOLUCIÓN EN EL DESARROLLO MOTOR DE LOS ALUMNOS Y ALUMNAS DE EDUCACIÓN SECUNDARIA.
Durante la pubertad y adolescencia (etapas de desarrollo filogenético en que se encuentra los alumnos y alumnas de secundaria) el desarrollo de las capacidades condicionales o físicas básicas se produce del siguiente modo.
En el desarrollo de las fuerzas máxima y rápida se aprecian incrementos elevados año tras año. La pubertad se muestra como el inicio de un aumento y manifestación más marcado de la máxima fuerza, especialmente en los varones. La fuerza resistencia se desarrolla también favorablemente, pero en menor medida y especialmente en la musculatura de los brazos. Las diferencias sexuales específicas de los distintos tipos de fuerzas aumentan permanentemente durante la adolescencia, de modo que en las niñas no entrenadas sus valores comienzan a estancarse ya hacia los 14-15 años.
El desarrollo de la velocidad transcurre, como ya se ha señalado, de forma diferente a la evolución de las capacidades de fuerza. La velocidad de reacción y la frecuencia de movimientos dan como resultados valores similares a los manifestados por los adultos al final de la pubertad, observándose su estancamiento general desde los 15-16 años. Se trata capacidades que maduran tempranamente en el desarrollo del joven, culminando su evolución ya en estas etapas. La velocidad de sprint manifiesta aumentos muy grandes entre los 12-14 años con diferencias específicas sexuales acentuadas.
Respecto al desarrollo de la resistencia, aunque en ciertos casos se aprecia una cierta inestabilidad circulatoria, consecuencia de la maduración de los sistemas endocrino y vegetativo, la pubertad es una fase de aumento casi permanente de esta capacidad en los varones. Para las niñas su desarrollo es, generalmente, similar; pero mostrando una capacidad de resistencia menor y con aumentos anuales también inferiores.
En aquellos jóvenes que se dedican al entrenamiento de esta capacidad física básica, las adaptaciones morfológicas y funcionales consecuencia del mismo conducen a considerables y marcados aumentos de los rendimientos deportivos, incluso ante cargas de tipo anaeróbico láctico.
Durante la adolescencia, los parámetros fisiológicos cardiopulmonares siguen ascendiendo de forma casi continua en los varones. En las personas de sexo femenino se observan estancamientos o incluso tendencias de evolución, de acuerdo a su grado de ejercitación y la finalización más temprana de sus procesos de maduración y crecimiento.
También durante la adolescencia, en correspondencia con la edad biológica se observa una mayor tolerancia para las cargas de tipo anaeróbico láctico.
El desarrollo de la flexibilidad sucede de forma diferente según el tipo de articulación de que se trate, pero siempre con valores mucho más elevados en las niñas que en los varones. Tanto en la pubertad, como durante la adolescencia, se manifiestan reducciones de la movilidad, especialmente por causa de desequilibrio de la musculatura antagonista si el tipo de entrenamiento no es adecuado.
III. BIBLIOGRAFÍA
– ÁLVAREZ DEL VILLAR, C. (1983): La preparación física del futbolista basada en el atletismo. Madrid. Gymnos.
– ASTRAND, P. O.; RODAHL, K. (1985): Fisiología del trabajo físico. Buenos Aires. Médica Panamericana.
– ERWIN HAHN (1988): Entrenamiento con niños. Barcelona. Martínez Roca.
– GARCÍA MANSO, J. M.; NAVARRO VALDIVIESO, M.; RUÍZ CABALLER, J. A. (1996): Bases teóricas del entrenamiento deportivo. Barcelona. Paidotribo.
– MANNO, R. (1991): Principios del entrenamiento deportivo. Barcelona. Paidotribo.
– MEINEL, K. & SCHNABEL, G. (1988): Teoría del movimiento. Buenos Aires. Ed. Stadium.
– SÁNCHEZ BAÑUELOS, F. (1986): Bases para una didáctica de la Educación Física y el Deporte. Madrid. Gymnos.