I. INTRODUCCIÓN
Este tema hace referencia al proceso de adaptación como responsable del incremento de la condición física. El progreso de los resultados deportivos o el entrenamiento es posible porque el organismo reacciona adaptándose ante lo ejercicios físicos o actividades que constituyen las cargas del entrenamiento. Éstas supondrán un estímulo, una situación estresante que provocará modificaciones en el funcionamiento del organismo y en su capacidad de respuestas durante un tiempo, tras el cual se recupera permitiendo responder incluso con mayor capacidad que lo mostrado inicialmente. Elementos como el nivel de estrés, el concepto de homeostasis, la supercompensación y los efectos del entrenamiento (inmediatos, resultantes y acumulativos) constituyen la base de la adaptación y se señalizan a lo largo del tema.
El conocimiento del concepto, tipos y teorías sobre este mecanismo de defensa del funcionamiento orgánico se revela, pues, como indispensable, por parte del profesor, para una correcta asimilización de las actividades físico-deportivas que sus elementos realizan durante la EF en la enseñanza secundaria.
Uno de los objetivos generales de la etapa secundaria obligatoria es que “el alumno conozca los diferentes elementos básicos del cuerpo humano y comprenda su funcionamiento así como las consecuencias para la salud del ejercicio físico, la higiene, la alimentación y la vida sana”. Desde el área de Educación Física, se pretende, en uno de sus objetivos generales, que el alumno “conozca y valore los efectos beneficiosos, los riesgos y contraindicaciones que tiene la práctica regular de actividad física para la salud individual y colectiva.”
Así mismo, en los bloques de contenidos aparecen varios relacionados con este tema. En la ESO: aplicación de métodos específicos de entrenamiento. Elaboración de planes de trabajo para resistencia aeróbica, la flexibilidad, etc. En bachillerato se habla de: planificación del trabajo de las capacidades físicas relacionadas con la salud.
En los criterios de evaluación se dice que el alumno debe de: “utilizar las modificaciones de la frecuencia cardiaca y respiratoria como indicadores de la intensidad del esfuerzo”.
II. DESARROLLO DE LOS CONTENIDOS.
1. LA ADAPTACIÓN DEL ORGANISMO AL ESFUERZO EN LA ACTIVIDAD FÍSICA.
1.1. CONCEPTO ADAPTACIÓN.
Ante cualquier estímulo externo que reciba el cuerpo humano, tiene lugar una serie de cambios indirectos, que su muchas ocasiones se traducen como deterioros o como desgastes energéticos. Estos cambios corporales inmediatos que se producen, son tempranamente detectados con lo cual tienen lugar una serie de respuestas que tienden a equilibrar todo aquello que ha sido gastado o deteriorado.
Se considera como adaptación, el cambio duradero estructural o funcional que sigue al entrenamiento y que, aparentemente, capacita al organismo a responder de forma más fácil a los estímulos producidos por el ejercicio.
Desde el punto de vista de la biología, la adaptación consiste en la reorganización de un sistema biológico mediante el desplazamiento de sus límites de funcionamiento u homeostasis. Se entiende por estrés los cambios corporales que tienen lugar a causa de condiciones fisiológicas o psicológicas, que tienden a alterar el equilibrio homeostático.
Homeostasis, del griego homios-similar, y stasi-posición; significa “el estado de equilibrio dinámico en que se encuentran todos los procesos biológicos del organismo”. Todos los estímulos externos o internos que modifican este equilibrio lo conducen a un estado de heterostasis.
La adaptación representa el conjunto de modificaciones que se realizan a carga de los sistemas biológicos individuales como consecuencia de los cambio en las condiciones externas o internas del organismo.
Por adaptación al entrenamiento “las modificaciones de los órganos y sistemas del deportista, provocados por el tipo específico de ejercicio físico practicado, y que tienen como objetivo adecuar las capacidades funcionales del organismo a las cargas y al tipo de trabajo realizado en el entrenamiento (Manno, 1987).
Ya en 1881 Wilheim Rox señaló que una estimulación más exigente de lo normal de las capacidades orgánicas las altera, incrementando su capacidad de rendimiento gracias al mecanismo de la adaptación. La adaptación se traduce con el entrenamiento en un proceso biológico de supercompensación.
1.2. FACTORES DE LOS QUE DEPENDE.
– El volumen e intensidad del estímulo en unidad de t. (carga de entrenamiento).
– La respuesta general del organismo de cada persona y su capacidad de asimilación (principio de la unidad funcional y orientación compleja de la carga).
– La respuesta específica de los distintos sistemas a los que e dirigen los estímulos.
1.3. MANIFESTACIONES.
– La movilización de las reservas energéticas corporales (grasa, glucógeno, etc.).
– La movilización de las reservas funcionales plásticas (creación de nuevas estructuras).
– La movilización de los mecanismos de defensa específicos ante el tipo de estrés concreto.
1.4. TIPOS DE ADAPTACIÓN.
Para Platonov (1991) existen dos tipos de adaptación:
§ RÁPIDA, COMPENSATORIA O METABÓLICA.
Engloba a las reacciones iniciales del organismo ante el estrés del ejercicio físico, es decir, las modificaciones funcionales y metabólicas provocadas por un estímulo de entrenamiento (cardiorrespiratorias – FC, FR, VO2… y bioquímicas – lactato, ATP,…) que dependen de:
– la intensidad del estímulo aplicado.
– del nivel de las reservas funcionales.
§ LENTA, A LARGO PLAZO O EIGENÉTICA.
Comprende los cambios relativamente estables a nivel morfológico o funional en las estructuras donde la actividad es solicitada de forma reiterativa, la cual se expresa en el aumento de la eficacia de los sistemas funcionales y de su coordinación.
Son cambios más estables, más lentos y que se mantienen si los estímulos son aplicados continuadamente, con regularidad. Su orientación es un estricto reflejo del tipo de cargas de entrenamiento aplicadas:
– ante cargas aeróbicas se producen cambios en el volumen cardiaco, VO2, encimas mitocondrias, etc. Es una adaptación lenta.
– con cargas de velocidad se incrementa la tasa de PCr, cambia la actividad metabólica del tipo de fibras, etc. Es una adaptación media.
– con cargas de fuerza se produce hipertrofia muscular y se logran mayores niveles de coordinación intramuscular. Es una adaptación más rápida.
– con cargas de fuerza de flexibilidad se produce relajación muscular, amplitud articular, etc. Es una adaptación más rápida.
La adaptación lenta se expresa en la modificación de la adaptación rápida. Así, por ejemplo, la respuesta cardiaca ante un test de esfuerzo progresivo es menor tras un proceso de entrenamiento.
La adaptación es más específica cuanto mayor es el nivel del deportista. En los jóvenes, una carga de una capacidad mejora otras igualmente de modo indirecto.
Además la adaptación puede ser un proceso:
§ PROGRESIVO: cuando los cambios cualitativos y cuantitativos a nivel funcional o estructural suponen una mejora, un proceso, como por ejemplo en el proceso de la hipertrofia muscular.
§ REGRESIVO: cuando los cambios suponen una involución, una pérdida cuantitativa o cualitativa de lo ganado, como sucede con la atrofia de un grupo muscular no ejercitado.
1.5. ESTÍMULOS Y UMBRALES
§ ESTÍMULOS
Por estímulo se entiende a toda modificación en el medio ambiente natural o social como en el interior del individuo u órgano que produce excitación o cambio (Manno 1989). En el caso del proceso de entrenamiento deportivo o realización de esfuerzo físico, los estímulos son los ejercicios físicos en sus diversas formas.
§ UMBRALES
Un umbral es el nivel de una capacidad innata o adquirida gracias al entrenamiento que condiciona el grado de aplicación de un estímulo. En la actividad física se denomina umbral de intensidad a un determinado nivel de intensidad del estímulo que permite conseguir los beneficios del objetivo de entrenamiento previsto.
§ LEY DE UMBRAL
En base a la ley del umbral de Arnold-Schultz, “la aplicación se produce por la asimilación de los estímulo óptimos, que son aquellos que están situados entre la intensidad umbral y la de máxima tolerancia”.
Existe, un umbral de intensidad mínimo, debajo del cual el estímulo no produce respuesta adaptativa. Este umbral depende, básicamente, del nivel de rendimiento del deportista. Los estímulos que superan el umbral producen excitaciones sensibles de las funciones orgánicas y, tras el descanso, fenómenos de adaptación. Permite lograr efectos entrenantes, que mantienen o inician cambios en los niveles de funciones u órganos del sujeto. Cuando se supera la intensidad de máxima tolerancia, no se dan los beneficios de la respuesta adaptativa y sin el descanso adecuado se produce sobreentrenamiento. Solo en casos de atletas de élite, la acumulación de fatiga puede ser eficaz para desarrollar adaptaciones más complejas.
Esta ley indica además que “la adaptación funcional se logra como consecuencia de la asimilación de estímulos sucesivamente crecientes”. A medida que aumenta el nivel de adaptación del deportista, se eleva su umbral y el nivel de máxima tolerancia, por ello, los estímulos a aplicar pueden ser mayores.
Estos estímulos entrenantes deben presentar las siguientes características:
– INTENSIDAD: para producir la reacción adecuada del organismo, pero sin superar su capacidad de respuesta.
– ESPECIFICIDAD: dirigidos a los órganos y funciones adecuadas.
– FRECUENCIA: para que se mantengan sus efectos deben repetirse en el tiempo.
Para lograr cualquier objetivo de entrenamiento existe, por lo tanto, un intervalo o sector de intensidad eficaz dentro de cuyos límites la realización del trabajo produce los beneficios previstos. Estos límites se elevan al aumentar la capacidad de prestación del deportista y en el caso de los jóvenes la amplitud del intervalo es más amplia.
Los niveles de intensidad localizados en los límites inferiores del sector de intensidad eficaz son denominados cargas extensivas, que suponen un desarrollo lento, continuo y estable de las capacidades motrices, asegurando una adaptación suficiente del organismo y la existencia de los resultados. Para ello, es conveniente que la duración del estímulo sea más larga.
A los niveles de intensidad situados en los límites superiores del sector eficaz se los denomina cargas intensivas, ya que implican un aumento rápido de la capacidad de prestación especial, pero las adaptaciones logradas presentan menor estabilidad y los resultados bajo grado de consistencia.
En general, los estímulos de baja intensidad (inferiores al 30% de la máxima capacidad de prestación) no son válidos para conseguir adaptaciones positivas y duraderas, pues su nivel es excesivamente bajo y por ello no deben ser utilizados.
Bompa (1983) señala que su deportista de alto nivel necesita emplear casi siempre estímulos superiores al 60% de dicha capacidad para lograr efectos de entrenamiento beneficiosos.
Dependiendo de la especificidad de cada deporte, es alrededor del 60%-80% donde se sitúa el intervalo de los porcentajes de intensidad habitualmente empleados, prestando una distribución normal el volumen total de las cargas en dicho sector de intensidad (Matveyev,1983).
2. SÍNDROME GENERAL DE ADAPTACIÓN O TEORÍA DEL ESTRÉS.
Hans Seyle (1955) englobó bajo el nombre de estrés las reacciones generales del organismo ante cualquier tipo de estímulo independientemente de su naturaleza (térmicos, infecciones, traumáticos, ejercicio físico, etc.).
El estrés o tensión cansada por los estímulos produce una serie de alteraciones funcionales y estructurales del organismo, excepcionalmente a nivel endocrino, que se manifiestan, a veces, de forma casi patológica en:
– mayor actividad de las glándulas suprarrenales.
– una atrofia del sistema metabólica de las grasas.
– ulceración del tubo digestivo.
– pérdida de peso, etc.
Seyle denominó síndrome general de adaptación al “conjunto de respuestas funcionales adaptativas inespecíficas ante cualquier tipo de estímulo agresor o estrés y que alteran un equilibrio homeostático”. Aporte de la respuesta inespecífica se considera un S. L. A. (síndrome local de adaptación); las alteraciones locales que produce el agente agresor en la zona estimulada.
2.1. FASES DEL SÍNDROME GENERAL DE ADPATCIÓN.
§ FASE DE ALARMA
El estímulo estresante actúa sobre le organismo provocando una alteración de la homeostasis celular. Comprende una serie de cambios agudos a nivel cardiovascular, respiratorio, metabólico, controlados por el sistema nervioso simpático, que permiten responder ante un estímulo agresor. Comprende dos partes:
– SUBFASE DE CHOQUE: pérdida del equilibrio homeostático por parte del organismo, disminuyendo su capacidad funcional. Es la respuesta inicial a un estímulo al que no está adaptado.
– SUBFASE DE ANTICHOQUE: el organismo intenta reorganizar progresivamente sus defensas para aumentar su capacidad de adaptación por encima del nivel de resistencia inicial mediante reacciones orgánicas y bioquímicas.
Durante esta fase de alarma se produce un aumento de las funciones cardiocirculatoria y metabólica; predominan las reaccionas catabólicas y de movilización de las reservas energéticas e inmunológicas, así como un aumento de secreción de la hormona ACTH por parte de la adenohipófisis y de las hormonas suprarrenales, aumentando la resistencia inespecífica del organismo.
El control tiene efectos energéticos. La adrenalina también favorece el metabolismo energético para poder proporcionar al aporte energético adecuado y estimula las funciones orgánicas.
§ FASE DE RESISTENCIA
Si persiste la estimulación, el organismo lucha por volver al equilibrio original, superándolo, adaptándose y adquiriendo se estado de resistencia. En ella existe una respuesta eficaz con menor acción hormonal. Las reservas energéticas se emplean para resintetizar las encimas y proteínas utilizadas en la fase de alarma para restablecer la capacidad funcional del organismo.
§ FASE DE AGOTAMIENTO
Si se superan lo límites del organismo para superar las alteraciones producidas por el estímulo agresor, el mismo no logra adaptarse y sucumbe ante dicho estímulo agotándose (produciéndose fatiga y disminución del rendimiento).
2.2. RELACIÓN CON EL DESARROLLO DE LA CONDICIÓN FÍSICA.
La secuencia del SGA puede aplicarse tanto a la realización de una sola sesión como al propio proceso del entrenamiento para el desarrollo de la condición física. El ejercicio físico también es un estrés que rompe la homeostasis. El entrenamiento de la CF por ser una suma estímulos provoca adaptación y aumenta el nivel de equilibrio homeostático.
El entrenamiento aumenta la fase de resistencia por la reacción hormonal ante los ejercicios físicos y emocionalmente ante las competiciones, mejorando así la reacción contra el estrés.
Según González Badillo (1991) en todo ciclo de entrenamiento aparecen las tres fases del síndrome general de adaptación (SGA):
– fase de alarma: fase de adaptación progresiva a la carga (de lo contrario sería perjudicial). Se produce un aumento de la forma deportiva. De 2 a 4 semanas.
– fase de resistencia: sería la fase de adaptación total a la carga, en la que se alcanza el verdadero estado de forma deportiva. Entre 3 y 5 semanas.
– fase de agotamiento: la fase de readaptación en la que se produce la pérdida de forma deportiva. Dura de 2 a 4 semanas. Incluso de 2 a 3 meses dependiendo de la especialidad.
2.3. MEDICIÓN DEL ESTRÉS.
– Por concentración de leucocitos en sangre, lo que indica el nivel de reserva de la hormona ACTH. Al aumentar la función suprarrenal, disminuyen los glóbulos blancos eosinófilos.
– Por el análisis en orina de los productos finales de las hormonas de la corteza suprarrenal.
2.4. TIPOS INDIVIDUALES DE REACIONES DE ADAPTACIÓN.
§ SUJETOS SIMPÁTICOS-TÓNICOS
Capaces de adaptaciones rápidas y potentes, respuesta a cargas de alta intensidad y corta duración, con gran movilización de las reservas energéticas. Son los deportistas de fuerza, velocidad y potencia; mantienen la adaptación lograda durante menos tiempo al ser los estímulos aplicados muy intensivos.
§ SUJETOS VAGO-TÓNICOS
Capaces de soportar cargas fisiológicas durante periodos prolongados y donde la adaptación necesita más tiempo, pro se va a mantener más duradera. Soportan cargas prolongadas y tienen una gran capacidad de recuperación, pero resisten menos las fluctuaciones de los estímulos. Son los deportistas de nivel medio, de deportes colectivos, de combate y de resistencia.
2.5. EL SOBREENTRENAMIENTO.
§ CONCEPTO
Es un exceso de entrenamiento; puede acarrear graves consecuencias para el deportista, dependiendo de si su diagnóstico ha sido hecho o no precozmente. Dicho agotamiento durante el periodo de crecimiento en niños y niñas puede acarrear consecuencias patológicas fatales. En caos así habría que recurrir a una terapéutica basada principalmente en:
– terapéutica dietética
– terapéutica de reposo activo
– terapéutica climática
En ningún caso estaría justificada la utilización de ningún medio terapéutico farmacológico, salvo que concurra en una patología claramente definida.
§ SÍNTOMAS
- Somato funcionales.
– Insomnio.
– falta de apetito y posteriormente de hombre.
– Pérdida de peso.
– Disturbios emocionales y gastrointestinales.
– Ligera y constante transpiración.
– Propensión a lesiones y a infecciones.
– Pérdida de la capacidad vital.
– Incremento de la frecuencia cardiaca y respiratoria.
- Psíquicos.
– Elevada excitabilidad
– Insubordinación
– Histeria y obstinación
– Tendencia a disputar
– Falta de contacto con el entrenador y compañeros de equipo
– Elevada sensibilidad ante las críticas.
– Falta de auto-estímulo
– Desánimo
– Ideas obsesivas
– Falta de tranquilidad
– Depresión y melancolía
– Inseguridad y falta de concentración.
- A través del rendimiento.
a) Coordinación.
– Aparición de defectos graves.
– Calambres.
– Inhibiciones e inseguridad.
– Disturbios en la cadencia y fluidez de los movimientos.
b) Capacidades físicas.
– Pérdida de fuerza, velocidad, resistencia y capacidad de reacción.
– Necesidad de alargar periodos de recuperación.
– Falta de capacidad para detectar los errores y corregirlos.
c) Cualidades ante la competición.
– Pérdida de esta capacidad.
– Se huye de las situaciones críticas.
– Pérdida del auto-control en situaciones críticas.
– Abandono de los planes técnicos previstos de antemano.
– Propensión a sentir los factores desmoralizantes antes y durante la competición.
– Tendencia a abandonar la competición cuando se presenta.
3. ADAPTACIONES DEL ORGANISMO AL ESFUERZO.
3.1. ADAPTACIONES CIRCULATORIAS.
§ ADAPTACIONES CRÓNICAS.
Aumento de la volemia por aumento del plasma y número de células (aumentan los hematíes y por tanto la hemoglobina). También hipertrofia cardiaca.
§ ADAPTACIONES AGUDAS.
– disminución del volumen plasmático (sudoración, respiración,…).
– hemoconcentración (como consecuencia del descenso plasmático).
– aumento de proteínas plasmáticas debido a la hemoconcentración.
– neutrofilia fisiológica (movilización de neutrófilos por la velocidad sanguínea).
– vasoconstricción en áreas activas disminuyendo las resistencias periféricas.
– aumento de la FC, VS, retorno venoso y volumen minuto circulatorio.
3.2. ADAPTACIONES RESPIRATORIAS.
§ MODIFICACIÓN DEL VOLUMEN MINUTO.
Se necesitan hasta 20 veces más oxígeno y otros nutrientes que en situación de reposo. Los músculos esqueléticos se contraen y relajan, presionando sobre los vasos sanguíneos estimulando el retorno de la sangre al corazón. Aumenta el metabolismo a nivel local, disminuyendo las resistencias periféricas por vaso-dilatación local. Se produce vasoconstricción excepto en músculos activos y corazón y cerebro.
§ MÚSCULOS RESPIRATORIOS.
Se obtienen movimientos más amplios de la caja torácica por participación de músculos respiratorios accesorios: escalenos (2 primeras costillas) y esternocleidomastoideo (esternón). En ejercicios máximos pueden ayudar el trapecio y los extensores dorsales del cuello. La espiración es activa por contracción de abdominales e intercostales internos (reducen el diafragma) y el serrato posterior.
§ VALORES ESPIROMÉTRICOS.
Se observan una serie de cambios en los valores espirométricos de la ventilación que aumentarán o disminuirán en función del valor del que se trate (cuadro).
§ VENTILACIÓN PULMONAR.
Durante la actividad física aumentarán las demandas de O2 y producción de CO2. La función ventilatoria proporcionará mayor concentración de O2 y eliminará los excesos de CO2.
§ EVOLUCIÓN DEL VMR DURANTE LA ACTIVIDAD FÍSICA.
Antes de iniciarse la actividad, ya aumenta la ventilación por estímulos nerviosos procedentes del córtex cerebral. Con el inicio de la actividad, independientemente de su intensidad se produce un incremento rápido por estimulación de los propio-receptores articulares. Después sigue un incremento más lento y progresivo consecuencia de la regulación química (CO2, O2, y PH).
En ejercicios submáximos y estables la ventilación aumenta, hasta estabilizarse, de forma proporcional a la intensidad (en máximos se pierde esa linealidad). Al cesar la actividad se produce un descenso rápido atribuido al término de la actividad motora y estímulos de los propio-receptores. Tras la fase de recuperación se mantiene elevada y retorna gradualmente a valores de reposo. Cuanto más intenso haya sido el ejercicio más se tardan en recuperar la acción de factores químicos y por la necesidad de termorregulación.
§ VARIACIONES DE LA FRECUENCIA RESPIRATORIA.
En ejercicio submáximo la FR será proporcional a la intensidad, si está aumentando se consigue la FR máxima, aunque la ventilación puede aumentar. Si aumenta el número de veces que un volumen de aire entra y sale por las vías, se incrementan estos hasta alcanzar un nivel en el que el trabajo de los músculos respiratorios es muy importante y supera los beneficios que proporciona el aire rico O2 en los alvéolos.
§ MODIFICACIONES DEL VOLUMEN CORRIENTE.
Aumenta proporcionalmente a la intensidad. Cuando se consigue la FR máxima, el VC aumenta de forma exponencial. Con el entrenamiento puede incrementarse, así para un mismo VMR, el entrenado tendrá una FR menor y un VC superior.
§ ADAPTACIONES CRÓNICAS.
– Desarrollo de la musculatura respiratoria.
– Mayor eficiencia respiratoria (menor FR y mayor VC para igual VMR).
– Mejora de la capacidad vital y los volúmenes de reserva inspiratoria respiratoria.
3.3. ADAPTACIONES MUSCULARES.
– el entrenamiento de elevada intensidad da lugar a un incremento de la síntesis de proteínas, contráctiles y a la hipertrofia, que se refiere al aumento de volumen de las células musculares y en consecuencia también del vol. muscular: el núcleo responde al aumento de tensión ordenando la síntesis de proteínas y el número de miofilamentos.
– aumento de las cantidades de nutrientes y enzimas del músculo (glucógeno, ATP,…).
– crece el volumen de tejido conjuntivo (tendones, vasos sanguíneos,…).
Para producir estos cambios es preciso entrenar a intensidades superiores al 70-85% de la fuerza máxima y dichos cambios tienen lugar, principalmente en las fibras FT. Las contracciones excéntricas hipertrofian más que las isométricas, mientras que las concéntricas casi no hipertrofian.
– aumento de la segregación de hormonas anabolizantes (testosterona, GH, etc.). las mujeres hipertrofian menos porque segregan menos de estas hormonas.
– adaptación neural: aumento de activación de antagonistas, mejora coordinación intramuscular/intermuscular.
3.4. ADPATACIONES ENDOCRINAS
§ HORMONAS QUE AFECTAN AL METABOLISMO ENERGÉTICO.
Las hormonas determinan la utilización y movilización de los sustratos energéticos.
– Cotecolaminas: su respuesta varía con la intensidad del ejercicio, siendo como de cotecolaminas para su mismo ejercicio submáximo. La respuesta inicial es secundaria a los mecanismos de estimulación nerviosa sobre la médula suprarrenal. Posteriormente al proseguir la actividad con una intensidad constante, su aumento sería secundario a la elevación de la temperatura corporal, deshidratación y disminución de la glucemia, que estimulan la secreción de la médula suprarrenal.
– Insulina: disminuye durante la actividad física. Su principal estímulo inhibidor es la descarga simpática. Su disminución frena su tendencia a almacenar los hidratos e carbono en forma de grasa en el tejido adiposo y en forma de glucógeno en el hígado y músculo. Permite aumentar la lipólisis y glucogenólisis.
Durante la actividad física no se precisa de insulina para permitir que la glucosa entre en la célula muscular. La contracción muscular es un estímulo para captar glucosa entre la célula muscular. La contracción muscular es un estímulo para captar glucosa. Esta facilidad de captar glucosa se mantiene hasta una hora después de hacer ejercicio. La disminución de la insulina ayuda a que los tejidos inactivos capten menos glucosa y permite que los activos y el cerebro puedan disponer de más cantidad.
– Glucagón: su principal factor estimulante de su secreción es la disminución de la glucemia. En el hígado aumenta la degradación de glucógeno y la resíntesis de glucosa a partir de los aminoácidos y el lactato. Aumenta la glucosa hepática y se libera a la sangre, aumentando la glucemia. Esta hormona aumenta cuando la duración del ejercicio es superior a una hora.
– Glucocorticoides: aumenta solo en ejercicios de larga duración. En el hígado aumenta la glucogenólisis y la gluconeogénesis, aumentando la glucemia, en el tejido graso aumenta la lipólisis y la liberación de ácidos grasos a la sangre. Con el entrenamiento su respuesta es menor; aumentan el catabolismo.
– Hormona del crecimiento (GH): aumenta a partir de los 30 min. de ejercicio submáximo y alcanza valores máximos a los 60 minutos. En el hígado aumenta la glocogenólisis y la gluconeogénesis, aumenta la glucemia e igualmente en el músculo.
§ CONTROL DEL EQUILIBRIO HIDROELECTROLÍTICO.
Al inicio de la actividad física hay un aumento de la renina plasmática y de la aldosterona. La función de estas hormonas es mantener el volumen de sangre circulante y el nivel sódico prioritariamente sobre las pérdidas sudorales producidas por la actividad física. La respuesta varía según la intensidad del ejercicio, las condiciones ambientales y el grado de rehidratación.
§ HORMONAS SEXUALES.
La testosterona responde de forma diferente en función de la intensidad. Aumenta en ejercicios de corta duración e intensos; en ejercicios de más de tres horas disminuye. El entrenamiento aumenta los niveles basales de testosterona y disminuir los de cortisol. El índice testosterona/cortisol es más elevado en sujetos entrenados que en los no entrenados. En la mujer, el ejercicio intenso y de corta duración hace aumentar la progesterona.
III. BIBLIOGRAFÍA
– ÁLVAREZ DEL VILLAR, C. (1983): La preparación física del futbolista basada en el atletismo. Madrid. Gymnos.
– ASTRAND, P. O.; RODAHL, K. (1985): Fisiología del trabajo físico. Buenos Aires. Médica Panamericana.
– GARCÍA MANSO, J. M.; NAVARRO VALDIVIESO, M.; RUÍZ CABALLER, J. A. (1996): Bases teóricas del entrenamiento deportivo. Barcelona. Paidotribo.
– MANNO, R. (1991): Principios del entrenamiento deportivo. Barcelona. Paidotribo.
– PLATONOV, V. (1988): El entrenamiento deportivo. Teoría y metodología. Barcelona. Paidotribo.
– PLATONOV, V. (1991): La adaptación en el deporte. Barcelona. Paidotribo.
– WEINECK, J. (1998): Entrenamiento óptimo. Barcelona. Hispano Europea.