1. INTRODUCCIÓN
¿Qué es la sexualidad?
La sexualidad es muy difícil de definir porque es una realidad compleja que abarca diferentes ámbitos:
–Ámbito biofisiológico: La sexualidad, por supuesto, no puede quedar reducida a los órganos genitales internos y externos porque TODO nuestro cuerpo (programa genético, sistema endocrino, figura corporal, cerebro…)es sexuado.
–Ámbito psicosocial: Pero no sólo somos biofisiológicamente sexuados, sino que también nuestro psiquismo (Ej.nuestros deseos, sentimientos…) y nuestra organización social y cultural (Ej.roles y estereotipos asignados por la sociedad: vestido, aficiones…) son sexuados, afectando todo ello a gran parte de las dimensiones y actividades de la vida.
2. LA EDUCACIÓN SEXUAL EN LA ETAPA INFANTIL
Puesto que somos seres sexuados desde el mismo momento del nacimiento no podemos negar la sexualidad infantil y, por lo tanto, la educación de la misma para conseguir un desarrollo integral del niño.
Preguntas que pueden surgirnos en torno a la educación sexual
-¿Qué?: La educación sexual debe recoger los diferentes ámbitos que componen la sexualidad: biofisiológico, psicológico y social o cultural.
–¿Quién?: En primer lugar la educación sexual es responsabilidad de los padres, son ellos quienes deben transmitir, a través de su actitud y relación, pautas sexuales y la información sana y veraz que por curiosidad el niño vaya demandando.
Pero también los docentes debemos incluir en la programación de la escuela aspectos relativos a la educación sexual que, tratados de una manera global con otros aspectos de la personalidad, contribuyan a proporcionar al niño una educación integral.
-¿Cuándo?: Puesto que somos sexuados a lo largo de todo el ciclo vital y que vivimos la sexualidad de forma diferente en cada etapa de la vida…………La educación sexual debe proporcionarse desde que el niño nace como un proceso progresivo que se vaya adecuando al desarrollo del niño.
-¿Cómo?: No se trata de dar “conferencias” sino que, por el contrario, la educación sexual en la etapa infantil puede llevarse a cabo a través de las siguientes estrategias:
*Proporcionar un clima de naturalidad y confianza, es decir, un clima que no inhiba la naturalidad y espontaneidad propia de los niños a estas edades.
*Favorecer el diálogo y expresión de sentimientos e intereses de carácter sexual de los niños para conocer sus formas de pensamiento, teorías y fantasías, deseos, sentimientos; de esta forma los niños podrán contrastar sus concepciones previas con la nueva información que les proporcionemos.
Durante algún tiempo los niños se resisten a abandonar sus teorías (construídas espontáneamente o síntesis entre sus fantasía y lo que han visto y oído Ej. piensan que los niños nacen sólo de y por la madre) coexistiendo con informaciones correctas, pero ello no debe preocuparnos porque recurrirán a ellas en el momento en que la necesiten y sean capaces de asimilarlas.
*Responder a sus intereses y curiosidades, siempre y con la verdad, pues la falta de respuestas o las respuestas engañosas (Ej.”los niños vienen de París”) inhiben el aprendizaje y fomentan la pérdida de confianza en las personas adultas.
*A los niños no les basta una información sexual adecuada, sino que además es necesario que vean que los modelos con que se identifican viven su sexualidad con naturalidad, alegría y gozo. Es decir, si nos centramos exclusivamente en la buena información sexual pero, sin embargo, seguimos manteniendo un mundo en el cual esta dimensión humana es reprimida, comercializada… la información sexual “caerá en el vacío”, contribuyendo a agudizar las contradicciones de la sociedad.
*Utilizar un vocabulario o lenguaje correcto puesto que, además de ser un instrumento de comunicación importante, a través de él también expresamos actitudes, valores…
*Dar la misma importancia a todas las partes del cuerpo, fomentando la concepción de éste como elemento de relación con uno mismo y con las demás personas. Así mismo se ha de potenciar la valoración del cuerpo tal y como es, resaltando los aspectos positivos de cada persona y favoreciendo la autoestima.
*Ante conductas sexuales infantiles (Ej.autoestimulación, juegos sexuales…) contribuir progresivamente a que los niños las autorregulen, adoptando normas de actuación social basadas en el respeto a la intimidad propia y de las demás personas.
*Debemos favorecer la discriminación entre la identidad sexual (sexo masculino o femenino) y la identidad de género (roles o estereotipos asignados por la sociedad a cada sexo).
*Evitar las conductas que supongan la discriminación o dominancia de un sexo sobre otro.
Estos dos últimos aspectos quedarán desarrollados en el último punto del tema.
Los puntos señalados ayudarán a promover en el niño actitudes positivas sobre la sexualidad (algo sano y propio de la persona y de las relaciones humanas) frente a posibles actitudes negativas (la sexualidad como algo sucio, peligroso y malo que hay que ocultar).
3. DESCUBRIMIENTO E IDENTIFICACIÓN CON EL PROPÌO SEXO.
LA CONQUISTA DE LOS ROLES MASCULINO Y FEMENINO.
Desde que nacemos el grupo social nos asigna una identidad sexual (clasificación como niño o niña) y una identidad de género (roles o funciones que la sociedad considera propios del niño o niña).
Pues bien, hacia los dos o tres años los niños toman conciencia de su propio sexo,(identidad sexual) y, simultáneamente, aprenden los roles o funciones que la sociedad considera propias del niño o de la niña (identidad de género).
Aunque ambos conceptos (identidad sexual e identidad de género) son distintos, los niños no los distinguen y de hecho se autoclasifican como niño o niña a partir de las características de rol (pelo, vestido…), aceptando o rechazando aquellas que la sociedad considera o no como propias de su sexo Ej. “no me gusta porque eso es de niña”.
Durante la etapa infantil la autoclasificación como niño o niña tiene dos grandes limitaciones:
-En primer lugar, como ya he señalado, la autoclasificación
como niño o niña depende de las características de rol. Es decir, lo que define para los niños su identidad sexual no es la anatomía, sino el vestido, las actividades…etc. De esta forma si a un niño le decimos “Imagínate que te ponemos un vestido de niña y unas zapatos de niña…¿Qué serías entonces?; pues bien, casi con toda probabilidad nos responderá que entonces se convertiría en una niña”. Sólo a partir de los siete o nueve años dan prioridad a los genitales como elemento definidor de la identidad sexual.
-En segundo lugar, los niños y niñas preescolares creen que de mayores podrán cambiar de identidad si así lo desean: los niños ser mamás y las niñas ser papás. A partir de los cinco o seis años, poco a poco van tomando conciencia de la permanencia de la identidad, consolidando este proceso hacia los ocho o nueve años.
Esta relación que los niños establecen entre identidad sexual e identidad de género, asimilada porque desde su nacimiento así lo asigna su grupo social, les lleva a organizar toda su vida conforme a ello y a rechazar a quienes no se comportan de acuerdo a lo socialmente esperado. Los niños tienden a formar grupos de niños y las niñas grupos de niñas, es decir, seleccionan sus amigos preferentemente de entre los de su mismo sexo y tienden a
menospreciar la forma de ser-estar del otro sexo. Esto no quiere decir que niños y niñas preescolares no establezcan lazos de amistad y se entiendan en numerosas actividades, pero es menos frecuente. Basta con preguntar a los niños a quién invitarían a su cumpleaños para darse cuenta de la importancia de la identidad sexual y de género a estas edades. Precisamente por ello, este tema debe ser objeto de educación sexual.
¿Qué factores están en relación con el proceso de adquisición y diferenciación de la identidad sexual y de género?
-La edad y, más concretamente, el nivel de desarrollo (ambos guardan una estrecha relación).
A medida que los niños adquieren otras capacidades (el lenguaje, el concepto del tiempo…), van siendo también cada vez más capaces de discriminar su sexo o lo que viene condicionado biológicamente y por lo tanto no lo podemos cambiar (identidad sexual), de lo que viene condicionado socialmente y por lo tanto lo podemos cambiar (identidad de género).
-Otro factor importante es el sexo. Los niños están más rígidamente tipificados que las niñas porque están más satisfechos con el rol que la sociedad les ha asignado. Esto demuestra que niños y niñas perciben, desde muy pequeños, que los roles no son igualitarios, y que el rol masculino tiene indudables ventajas.
-El sistema educativo, el cual, a través de una educación sexual, puede contribuir a que los niños discriminen ambas cosas. Esta distinción es fundamental para poder, a partir de ella, criticar los elementos de explotación y desigualdad que están aún presentes en los roles sexuales.
–El tipo de familia en que viven los niños. Si los padres reproducen los roles tradicionales los niños también lo harán, especialmente los preescolares, pues suelen considerar como propio del varón lo que hace el padre y como propio de la mujer lo que hace la madre. Cuando se hacen mayores, sin embargo, su visión de los roles adquiere cierto grado de independencia de los modelos familiares y empiezan a tener también relevancia los medios de comunicación (especialmente la t.v.), los maestros…etc.
Cada sociedad y cultura regula los roles sexuales de forma distinta a través de las costumbres, la moral y las leyes civiles. Las diferencias entre las distintas culturas son tan sorprendentes que es imposible hablar de un código universal; incluso dentro de una misma sociedad los cambios se producen en muy pocos años como está ocurriendo en España.
Al menos por lo que a las sociedades occidentales se refiere, los estereotipos ligados al sexo no dejan de debilitarse, dando paso a situaciones y relaciones cada vez más igualitarias Ej.los niños llevan el pelo largo, las niñas llevan pantalones…etc. lo que demuestra que la presión socializadora es fundamental.
Pero todavía en nuestra sociedad se potencian y consideran positivos en los niños los comportamientos que demuestran independencia, decisión, agresividad, fuerza, dominio… etc., en cambio, se consideran inapropiadas la debilidad, pasividad, sensibilidad…
Se potencian y consideran positivos en las niñas los comportamientos que demuestran dependencia, obediencia, afectividad…etc., en cambio, se consideran inapropiadas la agresividad, la independencia, la fuerza, el inconformismo…
Estas diferencias en la valoración de comportamientos, actitudes y valores atribuidos a uno y otro sexo pueden perpetuarse y reforzarse si la escuela mantiene diferentes expectativas ante los sexos, orientando y limitando la personalidad hacia el modelo social masculino o femenino; o bien pueden corregirse con intervenciones que traten a los dos sexos desde la perspectiva de la igualdad de oportunidades que es lo que vamos a ver a continuación.
4. ESTRATEGIAS EDUCATIVAS PARA EVITAR LA DISCRIMINACIÓN DE GÉNERO
Con la L.O.G.S.E. se estructura el sistema educativo, ampliándose la educación a los niños de 0-6 años con la etapa infantil. Pues bien, con esta ampliación se pretende corregir (función de compensación), entre otros aspectos, las desigualdades que tienen origen en el ámbito familiar y social, entre ellas la discriminación en función del sexo o
estereotipos sexuales presentes en nuestra cultura, para contribuir a una mayor igualdad en la sociedad actual.
La discriminación por razón del sexo tiene su origen en la familia y en la sociedad: sobre ello la escuela no puede intervenir de manera directa, sino sólo indirectamente, introduciendo estrategias educativas para evitar la discriminación de género que contrarresten activamente los efectos de la familia y la sociedad.
Aunque las expectativas diferenciales de la sociedad con respecto a ambos sexos hoy en día es menor que en el pasado, es indudable que éstas se mantienen y que las niñas suelen estar en situación de desventaja social, por lo tanto es necesario una educación sexual que analice los roles asignados y ofrezca a las niñas las mismas posibilidades educacionales, económicas y sociales que a los niños.
Estrategias educativas concretas para evitar la discriminación de género:
–Reflexionar sobre los cuentos tradicionales, canciones…etc. con el fin de buscar alternativas que rompan los estereotipos.
-Llevar a cabo actividades o situaciones sociales que les permitan diferenciar la identidad sexual de la identidad de género Ej. destacar las figuras femeninas de la familia y la escuela que asumen roles de responsabilidad, ver ilustraciones y leerles cuentos donde los personajes no estén discriminados por su sexo.
-El equipo educativo debe revisar los cuentos y el material didáctico.
-Proporcionar modelos de imitación (padres, educadores…) con comportamientos y actitudes libres de estereotipos o equilibrados.
-La maestra o maestro necesita conocer para la evaluación inicial si las expectativas que tiene la familia respecto a su hijo o hija están condicionados por su pertenencia a uno u otro sexo.
-Si la escuela pretende una educación infantil no sexista, ha de informar a las familias sobre sus criterios coeducativos para compartirlos y obtener una mayor coherencia en su actuación con los niños y niñas. Esta difusión se puede dar a través de los diferentes cauces y formas de participación, tanto individuales como colectivos utilizando las siguientes estrategias:
*Convocar con el mismo grado de necesidad de asistencia a la entrevista a la madre y al padre, por un lado para obtener información global y, por otro, para implicar a ambos.
*Reforzar el nivel de implicación, sobre todo del padre, en la atención adecuada de sus hijos e hijas desde el nacimiento, en la alimentación, higiene… Así, a lo largo de la entrevista se hará entender que estas atenciones son compartidas por el padre y la madre; si durante la entrevista se observara que esto no ocurre así se comentarían las causas o motivos de esta situación.
*Dirigirse al padre o a la madre sin expectativas preconcebidas. Estos prejuicios se dan por ejemplo cuando nos dirigimos al padre para tratar de la disciplina y a la madre para tratar de la alimentación.
-Para la mayoría del profesorado la generalización del masculino en el lenguaje, independientemente del contexto donde se produzca, es algo natural y carente de importancia, pero, como señala Jakobson, es necesario tener en cuenta que el componente genérico del lenguaje juega un gran papel con respecto a la transmisión de actitudes;
La ausencia explícita del género femenino en el lenguaje relega a la mujer a un plano secundario.
-También es necesario evitar discriminaciones cuidando el tono de voz. Evitar una excesiva ñoñería con las niñas, pues expresiones del tipo Ej. ¡pobrecita mía!, ¡cuidado preciosa!…etc. suelen ir acompañadas de un tono meloso, creando todo ello inseguridad; por el contrario, con los niños se suelen utilizar expresiones del tipo Ej.¡venga machote!, ¡eres un valiente!…etc. y suelen ir acompañadas de un tono brusco, creando todo ello agresividad.
-Aunque en el currículo explícito de educación infantil no se encuentren discriminaciones por razón de sexo en ninguno de sus elementos curriculares ello no evita que en la práctica educativa aparezcan, de manera inconsciente, formando parte del currículo oculto. Por ello, es importante que el educador analice, con profundidad y seriedad, sus actitudes y expectativas (mensajes, atención…) para evitar prácticas discriminatorias; para ello podemos, por ejemplo, grabar nuestras interacciones con los niños y niñas y posteriormente, analizar y reflexionar sobre el tipo de lenguaje empleado.
–Priorizar objetivos relativos a la autonomía de criterio y a la posibilidad de tomar decisiones libremente.
–Valorar en el niño y en la niña el desarrollo de todo tipo de capacidades, independientemente de que se correspondan o no con las expectativas sociales asignadas a cada sexo.
–Reforzar la motivación de las niñas hacia los aprendizajes etiquetados socialmente como masculinos (deportes, construcciones, mecánica…) y viceversa, es decir, reforzar la motivación de los niños hacia los aprendizajes etiquetados socialmente como femeninos (ayuda en las rutinas cotidianas, buena presentación en las tareas…).
–Evitar la sobreprotección, especialmente en el caso de las niñas, exigiéndoles en sus tareas y valorando sus logros sin discriminación por razón del sexo.
-Introducir la autoevaluación como un elemento valorativo por encima de cualquier otra crítica.
-Utilizar formas de agrupamiento para las actividades y juegos que “rompan” con la segregación sexual.
–El profesorado respetará los intereses y necesidades de los niños, aunque no siempre coincidan con sus expectativas de persona adulta.
BIBLIOGRAFÍA
-“Cajas Rojas”: Temas Transversales. Educación Infantil. M.E.C. 1992.
-“Para comprender la sexualidad”. Félix López y Antonio Fuertes. Ed.Verbo Divino. 1990.
-Desarrollo psicológico y educación. Psicología evolutiva. Compilación de Jesús Palacios, Álvaro Marchesi y César Coll. Ed. Alianza Psicología. 1993.