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Tema 23E – La expresión corporal. El gesto y el movimiento. La expresión corporal como ayuda en la construcción de la identidad y de la autonomía personal. Juego simbólico y juego dramático. Las actividades dramáticas.

1. LA EXPRESIÓN CORPORAL.

1.1. OBJETIVOS DE LA EXPRESIÓN CORPORAL.

2. EL GESTO Y EL MOVIMIENTO.

2.1. EL GESTO

2.2. EL MOVIMIENTO

2.3. SUGERENCIAS METODOLÓGICAS

3. LA EXPRESIÓN CORPORAL COMO AYUDA EN LA CONSTRUCCIÓN DE LA IDENTIDAD Y LA AUTONOMÍA PERSONAL.

4. JUEGO SIMBÓLICO Y JUEGO DRAMÁTICO.

4.1. EL JUEGO Y SUS MODALIDADES

4.2. LA IMPORTANCIA DEL JUEGO

4.3. EL JUEGO SIMBÓLICO

4.4. JUEGO DRAMÁTICO. JUEGO ESCÉNICO.

4.4.1. LA FUNCIÓN DEL EDUCADOR.

4.4.2. PASOS A SEGUIR

5. ACTIVIDADES DRAMÁTICAS.

5.1. TÍTERES Y MARIONETAS

5.2. LAS MASCARAS

5.3. SOMBRAS CHINESCAS

5.4. EL MIMO

6. RECURSOS PARA LA DRAMATIZACIÓN.

7. PRINCIPIOS PEDAGÓGICOS.

1.- LA EXPRESION CORPORAL.

La expresión corporal no se reduce solamente al control del cuerpo y el movimiento, sino que a través de ella se pueden expresar sensaciones y sentimientos ( expresión dramática ). Es por este motivo por lo que se la incluye dentro del bloque de Comunicación y representación.

La expresión dramática y corporal es un campo abierto a la imaginación y la espontaneidad que favorece la comunicación y la relación.

Con todo lo expresado anteriormente, lo que se pretende es que el niño consiga y adquiera una imagen real y positiva de sí mismo y que se acepte tal como es; este sería el gran objetivo del área psicomotriz.

El control, conocimiento y uso del propio cuerpo son aspectos básicos para el descubrimiento personal. Pero, por otra parte, el cuerpo es el instrumento más al alcance del niño para relacionarse con su entorno.

De aquí que el estudio del propio cuerpo tenga dos vertientes diferentes que aun coincidiendo sobre él, persigan objetivos diferentes. Estas vertientes se pueden cifrar en la psicomotricidad y en la expresión corporal.

La interrelación de ambos campos hace que cuando se estudie específicamente uno de ellos, cualquiera de los dos, su relación con el otro quede patente patente por las mutuas interferencias.

Como se ha dicho antes, la psicomotricidad hace referencia al dominio de los movimientos de las distintas partes del cuerpo en cuanto que comporta o precisa el control coordinado de los centros responsables.

La expresión corporal , en cambio, sirviéndose incluso de los mismos movimientos, por su condición de expresión, es decir, de exteriorización de los procesos internos, apunta a la comunicación.

Interesa dejar claro que la expresión corporal, juego simbólico y juego dramático son actividades que en la etapa infantil van muy unidas y se practican juntas.

En este tema las plantearemos separadas, sólo por cuestiones didácticas. Su permanente interrelación en el aula está ligada a la consideración del niño como globalidad; por ej., los niños aprenden a girar desde la cintura y a desplazarse moviendo los brazos ( expresión corporal ) e inmediatamente emiten un sonido que los transforma en aviones aterrizando en un aeropuerto ( juego dramático y simbólico ).

1.1.- OBJETIVOS DE LA EXPRESION CORPORAL.

Para que el niño pueda desarrollar la expresión corporal en cualquiera de sus manifestaciones, es necesario que anteriormente se haya potenciado su desarrollo psicomotor. Aunque esto en la realidad puede que suceda simultáneamente, no obstante, para su estudio, hay que separarlo, de lo contrario los riesgos de confusión son permanentes. Reconocer las posibilidades expresivas de las diferentes partes del cuerpo humano supone “orientación espacial y orientación temporal”.

Se insiste, por tanto, en que la interpretación correcta del carácter de estos objetivos habrá que poner el acento en los aspectos físicos o psicomotores.

1º Descubrir, interpretar y ejercitar las posibilidades expresivas del cuerpo humano con intenciones comunicativas:

– gestos con el rostro,

– gestos con las manos,

– gestos con otras partes del cuerpo.

2º Reconocer los significados de los distintos recursos de la expresión corporal.

3º Comprender y distinguir la intención expresiva y comunicativa de las distintas posturas y actitudes.

4º Descubrir, interpretar y realizar los distintos gesto codificados del cuerpo humano.

5º Producir actitudes corporales y posturas codificadas.

6º Representare mímicamente vivencias tales como sentimientos, acciones o situaciones.

7º Reconocer ritmos existentes en la naturaleza, en el cuerpo humano y en la vida general.

8º Producir ritmos por medio de:

– movimiento corporal,

– empleo de materiales o instrumentos sonoros,

– objetos no sonoros,

9º Coordinar los movimientos corporales con los ritmos externos.

10º Coordinar la expresión corporal con la musical creando la danza.

2.- EL GESTO Y EL MOVIMIENTO.

2.1.- EL GESTO.

Los gestos son movimientos significantes que exteriorizan lo que sucede en el interior de la persona. Su realización a menudo es inconsciente, pero también se usan consciente e intencionadamente. De esta manera el gesto expresa a los demás la forma de pensar del individuo y provoca reacciones de los otros. Su educación forma parte, por consiguiente, de la comunicación.

La expresión gestual cuenta también con su aspecto emotivo y constituye una parte importantísima de la expresión corporal, a la vez que se relaciona con la expresión lingüística, con la expresión rítmico – musical y con la postura consciente.

Podemos hablar de gestos inconscientes y conscientes, no codificados y codificados, representativos de acciones, de vivencias o de situaciones, expresivos de sentimientos, de estados de ánimo y de intenciones.

Por otra parte la cantidad o intensidad de los gestos depende mucho de la edad, de la cultura, y hasta de la nacionalidad de los individuos. Fácilmente puede comprobarse esto ante el cine o la televisión.

La expresión facial, el intercambio de miradas y gestos, aparentemente imperceptibles, actúan como metacomunicación que no sólo matiza lo que se comunica por medio de la palabra, sino que puede llegar a modificarlo sustancialmente.

Los centros de irradiación.

Los centros principales de donde emanan los gestos son: la cabeza, las manos, el torso, las piernas y los pies.

La cabeza es el órgano principal de recepción y de emisión de mensajes.

Los movimientos de cabeza pueden indicar por sí solos afirmación, negación y duda. Si a ellos se añade la actuación de los ojos, labios, cejas, etc., las posibilidades expresivas se multiplican. Y si añadimos las combinaciones posibles de la expresión facial con los gestos emanados de otras partes del cuerpo y con posturas, el rostro se convierte en el más rico y complejo emisor de señales corporales.

El rostro es el centro principal de expresión de emociones que se distribuyen por zonas.

Tratándose de niños es evidente que la educabilidad de la expresión a través del rostro se centre preferentemente en el reconocimiento y en la interpretación. El niño tiene que saber cuándo la persona adulta o pequeña que se relaciona con él está contenta o está enfadada. El aprendizaje para la realización de los gestos es mucho más lento y tardío, y llega por imitación inconsciente de los adultos en contacto con él.

Después del rostro, las manos constituyen el foco emisor más importante. Las manos, a menudo, subrayan e ilustran la expresión verbal. Tanto que, personas que no alcanzan a expresarse verbalmente con corrección intentan suplir sus deficiencias con los gestos de las manos. Manos y rostro son las zonas corporales de las que tenemos mayor conciencia.

Hay gestos cuyo significado tienen aceptación universal:

retorcerse las manos, expresa dolor, angustia;

cerrar los puños, cólera;

dejar las manos abiertas colgando entre los muslos, frustración

frotarse las palmas de las manos, espera positiva o frío;

tender la mano, adelantarse a un objeto o saludar a una persona;

apretar la mano de otro, amistad, o agresión, según el grado.

La expresión a través de las piernas y de los pies se manifiesta sobre todo en las posturas y en los andares.

La clasificación de las posturas y actitudes con intervención de los pies y las piernas es muy variada y abundante, pero se aparta bastante de la intención perseguida por este trabajo. Lo mismo que la forma de andar: lento, vacilante, con pasos cortos, a zancadas, arrastrando los pies…

2.2- EL MOVIMIENTO.

La expresión corporal utiliza los movimientos y ejercicios aprendidos en la Expresión psicomotriz y les imprime un carácter expresivo para que, de esta forma, pasen atener un significado y puedan ser comprendidos por otras personas que los observan.

A través de la Expresión corporal el niño va a poder conocer el significado de los gestos y posturas adoptados por otras personas, así como comunicarse con los otros utilizando como lenguaje los movimientos realizados con su propio cuerpo.

La diferencia entre la Expresión psicimotriz y la Expresión corporal se encuentra en que, mientras que la primera tiene como objetivo fundamental potenciar las posibilidades de movimientos del cuerpo, en la segunda todos los movimientos que se realizan deben estar dotados de un significado.

La “expresión corporal” se desarrolla en relación con cuatro grandes núcleos, cada uno de los cuales está incluido en el que le sigue.

a) Imitación aislada de gestos codificados con diferentes partes del cuerpo: cara, manos, hombros, cuello, etc.

Enseñamos al niño, en primer lugar, que alguno de los gestos que realizamos con nuestro cuerpo pueden tener un significado para otras personas que lo observan. Se pretende que conozca y realice aquellos gestos corporales que tienen un significado en nuestra sociedad.

b) Imitación aislada de posturas codificadas.

Cuando el niño conoce y utiliza los gestos codificados se propondrán actividades similares a las anteriores, en las que van a intervenir todas las partes del cuerpo conjuntamente.

Si nos encontramos tristes, por ejemplo, nuestra cara expresará tristeza, pero a su vez el cuerpo adoptará una postura diferente a la que tendría si estuviéramos alegres.

c) imitación de acciones, vivencias o situaciones vividas o imaginadas

A partir de los gestos y posturas aprendidos previamente, incorporamos ahora el movimiento. Incluimos en este apartado todas aquellas vivencias ( sentimientos, alegría, pena, ira, etc. ) o acciones ( de animales, objetos, de personas ) que puedan ser objeto de expresión e imitación.

Ahora el niño, ante una consigna oral del profesor / a, por ejemplo: “vamos a movernos como si fuéramos…”, tratará de imitar con su cuerpo los rasgos que caracterizan aquello que nombra el profesor.

a) Expresar corporalmente una narración.

Finalmente, y teniendo como base todo lo aprendido anteriormente, el niño de adaptar su movimiento a una breve narración contada por otra persona, generalmente el profesor / a.

Será este último apartado el que enlace posteriormente con las actividades del proceso dramático.

El educador / a ha de tener presente que en la expresión corporal se trata de enseñar al niño estereotipos de movimientos; no tiene que imponer, lo que se pretende es que el niño se ponga en contacto con su propio cuerpo y que, con la práctica, aprenda a concretar sus experiencias y vivencias en movimientos….

2.3.- SUGERENCIAS METODOLOGICAS.

En este sentido habrá que considerar alguna sugerencias metodológicas.

– Los gestos, tanto los realizados por el profesor / a como aquellos que hayan sido representados gráficamente, deben tener un significado claro, preciso y unívoco para evitar crear desorientación en el niño / a.

– Se tratará de evitar aquellos gestos que pudieran tener dos significados al mismo tiempo. Se utilizarán únicamente en el caso de que sean requeridos por los niños / as.

– Determinar, antes de realizar las actividades sobre gestos y posturas codificados, el número de ellas que se pretende enseñar, no realizando más de cinco en la misma sesión. Optar siempre por la calidad en aquello que el niño aprende, antes que por la cantidad.

– Debe huirse de los ejercicios netos de psicomotricidad, evitando plantear actividades basadas en movimientos muy determinados y específicos .

– Utilizar, en los casos necesarios, la palabra como elemento motivador. Para ello formular preguntas, sugerir situaciones, etc.

– Después de cada imitación propuesta ( gestos, posturas, acciones, etc. ) dejar el tiempo necesario para que los niños la reproduzcan.

– El profesor / a será uno más en el juego y ayudará a favorecer la expresión de aquellos niños que sean más tímidos.

– Dejar que los niños /as desarrollen su imaginación, animándoles a proponer gestos, posturas, acciones, etc., que se puedan imitar con el cuerpo.

– Es conveniente que las actividades se realicen en un espacio amplio, en donde los niños / as puedan moverse sin molestar, y en donde el sonido, si existe, se escuche de forma adecuada. Sin embargo, si esto no es posible, cualquier espacio despejado, ya sea en la clase o en el jardín, será suficiente.

3.- LA EXPRESION CORPORAL COMO AYUDA EN LA CONSTRUCCION DE LA IDENTIDAD Y LA AUTONOMIA PERSONAL.

El esquema corporal es la base de la expresión corporal. Las posibilidades de comunicación con el lenguaje corporal dependen del conocimiento y dominio del propio cuerpo. Por tanto, la relación con la psicomotricidad y área de Identidad y Autonomía es evidente.

Los progresos en el ámbito de la psicomotricidad, del manejo del cuerpo en actividades muy diversas forman parte de la construcción de la propia identidad y del acceso y niveles creciente de autonomía e independencia personal.

Así, la expresión corporal ayuda al niño en la formación del concepto de sí mismo y contribuye también a la adquisición de instrumentos básicos del control del propio cuerpo y de la acción sobre la realidad.

A lo largo de la etapa de educación infantil, debe conseguirse que los niños conozcan global y segmentariamente su cuerpo, sus posibilidades perceptivas y motrices.

Así la expresión corporal atenderá a que el niño descubra y tenga conciencia de su propio cuerpo, así como que se relaciones con el mundo de los demás ( aceptación, conocimiento, colaboración y respeto del otro ). A través de su propio cuerpo, el niño va tomando conciencia del mundo que lo rodea.

Las conquistas del niño a través de la expresión corporal serán:

· aprendizaje de las relaciones existentes entre las distintas partes de su cuerpo y de la posibilidad de acciones de su cuerpo con la realidad que le rodea.

· Mayor autonomía en sus movimientos.

· Control de movimientos complejos: cambiar de ritmo como respuesta a una señal convenida, etc.

Ejemplos de actividades de expresión corporal que trabajan el conocimiento y dominio del cuerpo .

Como técnica de expresión se basa en unas reglas que suponen un mínimo conocimiento y dominio del cuerpo. Se trata de cuatro posturas fundamentales:

– Postura abierta: expresa sentimientos de alegría, entusiasmo, dominio… Todos los miembros del cuerpo ( incluso los elementos de la cara ) se extienden hacia arriba, hacia fuera, y se abren; la cabeza está erguida.

– Postura cerrada: comunica sentimientos de tristeza, dolor, actitud de reflexión inseguridad…. En este caso, los miembros del cuerpo se contraen, se cierran y tienden hacia abajo, con la cabeza agachada.

– Postura hacia atrás: abarca los sentimientos de temor, rechazo… Los miembros del cuerpo se dirigen hacia atrás y se ponen en tensión.

– Postura hacia delante: relacionada con el sentimiento de agresividad, ira…. Los miembros del cuerpo se dirigen hacia delante con cierta tensión. Los primeros ejercicios parte del trabajo con el propio cuerpo sobre:

· Percepción y descubrimiento del propio cuerpo, movimientos y sensaciones corporales, y control del cuerpo. Ejercicios de equilibrio, de flexibilidad. Se concentra la atención en cada parte del cuerpo por separado.

· Relación con el entorno. Las actividades pretenden la interacción con los otros y los objetos, y dominar el espacio. Los ejercicios se realizan con personas y objetos tanto reales como imaginarios:

. Con objetos: imaginar un balón y ver de realizar con él distintas acciones sin repetir; tomar un objeto y utilizarlo para hacer cosas que no le son propias pero sí sugeridas por su forma, tamaño…; imitar oficios con sus instrumentos.

. Relativos a otras personas o seres: imitar formas típicas de desplazarse de algunas personas o animales; imitar oficios; representar en grupo algunas actividades, como la de una orquesta…

El niño empieza imitando a algún personaje, animal u objeto y posteriormente pasa a interpretar situaciones más complejas ( el nacimiento de una flor ).

Relajación

El dominio del cuerpo depende en gran medida de la eliminación de tensiones e inhibiciones. Contribuye a su consecución un clima tranquilo, ropa cómoda, y una respiración adecuada.

– Ejercicios que contribuyen a una respiración adecuada: inflar y desinflar u globo ( real o imaginariamente, según la edad ); subir y bajar un objeto situado en la región abdominal; llenarse de aire como un balón muy inflado y a continuación desinflarse; soplar una vela; hacer carreras soplando bolitas de papel sobre una mesa…

– Estos ejercicios son realizados con todo el cuerpo y con una parte.

4.- JUEGO SIMBOLICO Y JUEGO DRAMATICO.

4.1.- EL JUEGO Y SUS MODADLIDADES.

El ser humano pose una enorme potencialidad expresiva, ese caudal se traduce en el niño a través de las cuatro modalidades básicas: corporal, lingüística, plástica y rítmico – musical.

En los niños pequeños las distintas modalidades expresivas se integran en un todo, y de forma prácticamente espontánea se manifiestan en el juego; con lo que éste se constituye no sólo en la actividad más importante y repetitiva del niño, sino también en el canal más pujante, variado y creativo. El juego es la más importante manifestación observable del proceso expresivo infantil.

Cualquiera que sea la orientación psicológica adoptada para conceptualizar el juego, existe después una cierta unanimidad a la hora de explicar su evolución. El niño, que comienza jugando de forma libre y espontánea, poco a poco va haciéndolo de forma grupal e interactiva con otros niños, lo que trae como consecuencia la aparición de la regla como norma de juego.

Las modalidades en que el juego se manifiesta son prácticamente infinitas, pero en relación a la edad, son según Piaget::

Juego sensomotor ( 0 – 4 años)

El niño obtiene placer al realizar actividades en las que intervienen la coordinación sensomotriz. El juego consiste en la repetición de movimientos y en el aprendizaje de otros nuevos.

Juego simbólico ( 2 – 6 años )

Su función principal es la asimilación de lo real al yo. En esta etapa aparece la capacidad de evocación de un objeto o fenómeno ausente y con ello las circunstancias propicias para que se manifiesten en él los conflictos afectivos latentes. Durante este período los aprendizajes más significativos tiene lugar a través del juego.

Juego reglado ( de 6 años en adelante)

Combina la espontaneidad del juego con el cumplimiento de las normas que comporta. ( Ejemplos de juegos reglados son las canicas, chapas, bolas, etc. ). Tienen una función especialmente socializadora y suelen ser juegos organizados, que con frecuencia se realizan en equipo y que entrañan algún tipo de competitividad.

4.2.- LA IMPORTANCIA DEL JUEGO.

Pero si el juego es característico de la infancia, es cierto que ninguna es tan prolongada como la humana.

La mayoría de los padres, muchos educadores y pediatras, algunos psicólogos y todos los niños piensan que el juego es importante para el desarrollo infantil. Nosotros sostendremos la misma tesis tomando como base los trabajos de psicólogos tan reconocidos, por su contribución a la psicología evolutiva, como J. Piaget, L.S. Vigotsky, J.S. Bruner o el propio S. Freud. Las investigaciones más recientes no hacen sino afirmar esta idea.

El juego constituye un modo peculiar de interacción del niño con su medio, que es cualitativamente distinto del adulto. Hoy, la mayoría de los especialistas en el tema reconocen que el término “juego” designa una categoría genérica de conductas muy diversas.

El hombre juega más, durante más tiempo y a juegos que son específicamente humanos. Pero, aunque designemos con un mismo término a actividades tan diversas, no se debe eludir sus diferencias ni el hecho de que aparezcan, siguiendo un orden, en momentos diferentes del desarrollo. Como sabe muy bien cualquiera que tenga un trato habitual con niños, “no se juega a cualquier cosa a cualquier edad”, cada tipo de juego es predominante en un determinado momento de la vida y las formas lúdicas más elaboradas se construyen sobre otras más simples.

4.3.- EL JUEGO SIMBOLICO.

Aunque hay distintos tipos de juegos, muchos consideran el juego de ficción como el más típico de todos, el que reúne sus características más sobresalientes. Indudablemente es el que más nos interesa aquí por ser el predominante en la edad preescolar. Es el juego de “pretender” situaciones y personajes “como si” estuvieran presentes.

Fingir, ya se haga en solitario o en compañía de otros niños, abre a éstos a un modo nuevo de relacionarse con la realidad, de distorsionarla, de plegarlas a sus deseos y de recrearla distinta en su imaginación.

Al jugar, el niño “domina” esa realidad por la que se ve continuamente dominado. Los animales y monstruos que le fascinan y asustan al mismo tiempo, se convierten en sumisas criaturas de su fantasía.

Hay que tener en cuenta que, al dejar de ser bebé, las actividades de las personas que le cuidan también se modifican. Con el desarrollo motor se amplía enormemente su campo de acción, se le permite o se le pide participar en tareas que antes le estaban vedadas y, sobre todo, aparecen mundo y personajes suscitados por el lenguaje.

La inagotable curiosidad que siente por esta realidad que le desborda sólo es comparable a la fruición con la que se zambulle en este nuevo tipo de juegos: los de ficción.

Los psicoanalistas ha insistido, con razón, en la importancia de estas elaboraciones fantásticas para poder mantener la integridad del yo y dar expresión a los sentimientos inconscientes.

Con independencia de si las fantasías ocupan con anterioridad un lugar, o no, en la mente infantil, lo cierto es que no será hasta el segundo año de vida cuando aparezcan las primeras manifestaciones de fingir que se come de un plato vacío o que se duermen con los ojos abiertos. Con frecuencia es la misma sonrisa del niño, acompañando tales acciones, la que expresa su carácter ficticio. Buena parte de estos primeros juegos de ficción son individuales, o si se realizan en presencia de otros niños, equivalen a lo que se ha llamado juego “en paralelo”, en el que cada jugador desarrolla su propia ficción con esporádicas alusiones al compañero para informarle o pedirle que rectifique aspectos muy generales del mismo.

Esta ausencia de cooperación entre jugadores ha llevado a Piaget (1945) a definir el juego simbólico como “egocentrismo”, centrado en los propios intereses y deseos. A pesar de ello, y aunque sus observaciones hayan sido ratificadas por otros muchos autores, este juego egocéntrico no siempre se caracteriza por la impermeabilidad a las acciones y sugerencias de los demás compañeros de juego.

En un interesante estudio, C. Garvey ( 1979 ) sostiene que el juego es social desde el principio, que su carácter individual y privado es un aspecto secundario de una actividad que se genera siempre en un contexto social. En apoyo de su afirmación muestra los resultados de sus propias observaciones a parejas de niños entre 2 y 5 años.

Sus análisis de las conversaciones infantiles mientras jugaban muestran que desde edad tan temprana se diferencian claramente las actividades que son juego de las que no lo son, y que, cuando la situación es ambigua, los niños recurren al lenguaje para hacérsela explícita unos a otros. Y los “planes” o temas de juego, que permite la coordinación de los diferentes papeles interpretados por cada jugador, son negociados en el curso de su puesta en escena, por simples que ellos fuera, desde las edades más tempranas.

Pero esté presente desde el principio o surja sólo paulatinamente, lo cierto es que este mundo imaginario integra cada vez mejor la participación “real” de los otros compañeros. Parece que las situaciones fingidas cobran mayor carta de naturaleza por el hecho de que sean “vividas” por más de un jugador.

Guardar silencio para que no se “despierte” la muñeca dormida tiene un carácter mayor de obligación si es compartido por otro niño. El material de estos juegos es, sin duda, un material social: “tiendas”, “vaqueros”, “médicos, “maestras”, etc. Se exploran en ellos las relaciones entre adultos y de éstos con los niños. Al jugar se explican ante sí mismo en qué consiste en ser madre, cazador o maestra.

No se trata de la mera imitación de una persona concreta, sino del concepto mismo de cada rol social definido por sus acciones más características y, con frecuencia, exageradas. Así, una maestra debe dar órdenes y castigar continuamente, del mismo modo que una tendera no puede dejar de vender en ningún momento.

La coordinación de acciones y papeles sólo se logra, a una edad en la que aún no es posible la elaboración de reglas arbitrarias y puramente convencionales, por una continua referencia a lo que sucede “de verdad”. De este modo surge el contraste entre el conocimiento que cada jugador posee de los papeles representados.

Cuando hay discrepancias en la síntesis de las acciones el recurso último es la vida real o un reforzamiento del carácter puramente fantástico del juego con afirmación explícita del mismo por los jugadores.

Una aportación fundamental de este tipo de juegos es descubrir que los objetos no sirven sólo para aquello que fueron hechos, sin que pueden utilizarse para otras actividades más interesantes. Un simple palo se transforma en caballo, en espada o en puerta de una casa.

De mismo modo que para el niño pequeño lo importante no era el cajón sino la acción de abrirlo y cerrarlo, en los juegos de imaginación lo importante no son las cosas, los objetos, sino lo que se puede “hacer” con ellos.

4.4.- JUEGO DRAMATICO. JUEGO ESCENICO.

La dramatización se inserta plenamente en el marco del juego simbólico hasta llegar a constituir el más genuino de estos juegos, también llamados de fantasía, y, utiliza las dos últimas modalidades lúdicas, que en su plasmación externa y observable se denominan:

Conviene diferenciar dramatización y juego dramático del teatro. El teatro supone una preparación al drama, un espacio específico para representarse y en público. En relación con la infancia, se puede diferenciar entre el teatro de niños y el teatro para niños, el primero es realizado por ellos mismos y el segundo, el que realizan los adultos para los pequeños ( por actores, muñecos, o de forma mixta ). Es necesaria una cierta madurez para la puesta en escena del teatro, por lo que no es una técnica a emplear en educación infantil.

Las conquistas del niño a través del juego dramático.

– Es consciente de sus emociones y desea expresarlas para hacérselas entender a sus amigos.

– Utiliza la mímica de sus compañeros para enriquecer sus expresiones.

– Adecúa sus gestos a las exigencias de las situaciones que está experimentando.

– Utiliza las posibilidades de su cuerpo para expresarse, representar, moverse.

– Observa y comprende detalles significativos de una situación y los integra para reproducirlos de forma expresiva.

– Mientras narra con las marionetas, utiliza las palabras adecuadas a cada personaje, a las situaciones.

– Sabe manipular una o más marionetas.

– Ordena su pensamiento para dar lugar a una historia coherente.

– En la distribución de roles y partes acepta hacer de malo.

– Expresa juicios y críticas sobre las interpretaciones de los compañeros.

– Realiza gestos precisos, incluso con una sola mano, para hacer sombras chinescas, para mover una marioneta, para hacer juegos con los dedos.

– Es capaz de seguir las reglas del grupo ( hablar o callar según las situaciones, esperar a que sus amigos hagan su parte, etc.).

– Transfiere a una situación nueva comportamientos, conocimientos y habilidades anteriormente adquiridos.

– Valora, juzga las acciones de un juego de en relación con los efectos obtenidos.

4.4.1.- LA FUNCION DEL EDUCADOR

Con la aparición de los juegos de cooperación ( a los 5-6 años ) el niño es ya capaz de agruparse con sus compañeros para realizar pequeñas representaciones. Es capaz, además de sustituir los objetos por su representación simbólica ( la muñeca es sustituida por el gesto de acunarla ).

La función del profesor consistirá en:

– Ayudar a crea un clima propicio para que el niño pueda manifestarse libremente.

– Intervenir cuando observe que hay niños líderes que monopolizan los papeles principales de las obras, mientras que otros más tímidos son relegados a realizar papeles secundarios.

– Estar atento a las intervenciones y sugerencias de los niños para introducirlas en la obra.

– Reducir los elementos escénicos y sustituirlos por la creación de un ambiente imaginario, ayudando de esta manera al niño a conseguir un nivel mayor de abstracción.

4.4.2.- PASOS A SEGUIR.

Aunque la idea fundamental es la improvisación ésta no significa ausencia total de planificación. Pueden seguirse los siguientes pasos:

A. Momento de análisis creativo: antes del juego

1º. Todos los niños elegirán una idea central o tema para la representación. Se procurará que sea elegida en un diálogo, pero cuando esto no sea posible la propondrá el profesor. Freundenreich ( 1979 ) sugiere diversos estímulos ( un objeto, el relato de un niño sobre una experiencia que ha tenido, una lámina de un libro ilustrado, una emisión de TV, etc. ).

2º. Selección de los personajes y distribución de los papeles. Hay que tener en cuenta lo que ya se dijo en un punto anterior: todos los niños deben escoger algún papel ( de objetos, personas o animales ) En la Escuela Infantil no es aconsejable la libre elección de papeles para los niños, ya que esto puede crear numerosos conflictos. Sin embargo, hay que tratar de que los niños se hagan cada vez más independientes.

3º. Se prepara un argumento con los hechos y situaciones fundamentales.

4º. Indicación del conflicto dramático: lo que ocurre a y entre los personajes.

5º. Señalar el espacio, el lugar donde transcurre la acción. El profesor ayudará con preguntas a los pasos 3º, 4º y 5º.

6º. Preparación de la escenografía y de los accesorios ( si es necesario y los niños lo desean ).

B. Momento de la realización: el juego propiamente dicho.

7º. Actuación: hay técnicas que ayudan a que el juego se realice sin problemas ( cambio de papeles, el monólogo, el doble ).

C. Momento de análisis crítico: después del juego.

8º. Reflexión colectiva sobre lo que se ha hecho. Este paso no debe ser obviado, en la medida de lo posible, en preescolar. Uno de los mayores riesgos es que la diversión provocada por el juego desaparezca a causa de una reflexión demasiado exigente o impuesta por la fuerza.

Es importante tener en cuenta que la experiencia de la dramatización interesa más el proceso que el resultado. Por ello, dicha experiencia no se agota en el corto momento de la realización, sino que comprende todo el camino recorrido por el grupo de niños: desde la primera aproximación al tema hasta la discusión final.

5.- ACTIVIDADES DRAMATICAS

5.1.- TITERES Y MARIONETAS ( GUIÑOL ).

En esta actividad dramática interviene la mente pero no plenamente el cuerpo ( casi siempre sólo las mano ) debido a que no hay un completo dominio de él.

Es una actividad valiosa para el desarrollo verbal ( dicción, vocabulario, sintaxis ), la comunicación, la autoexpresión del niño (necesidades, conflictos ), la educación de la mano, y, asimismo, el desarrollo de la imaginación y creatividad.

El inicio de esta actividad se encuentra en los juegos con muñecas u otras figuras.

Es conveniente estimular “escenas multitudinarias” que tengan lugar en el espacio del aula, cada niño con su títere, moviéndose libremente por todos los sitios, charlando y conversando unos con otros, en secuencias espontáneas e improvisadas.

En ocasiones, esta actividad se emplea como medida terapéutica. Se olvida de quién maneja el muñeco, que cobra vida propia, y puede convertirse en lo que el niño quiere.

Los títeres son de gran utilidad con niños tímidos, que a veces empiezan a hablar y a expresarse a través de ellos.

También, ayudan a representar en forma proyectiva temas violentos, conflictos familiares, problemas afectivos y sociales.

Para que la efectividad sea mayor, distintos autores recomiendan que los niños construyan sus propios títeres. Los primeros títeres pueden ser las manos o incluso los dedos ( por ej.: cubiertos con pequeños canutillos de cartón en los que se han dibujado algunos rasgos, tenemos diez pequeños personajes en un solo niño).

– Un rollo de papel higiénico y lana sujeto por un palo corto.

– Calcetines abiertos por la mitad y cerrados con un trozo de fieltro; dos calcetines cosidos enfrentados, con una pequeña abertura para manejarlos, se convierten en serpiente.

– Un cartón de huevos forrado con una manga de jersey.

– Una percha con una camisa y una caja de cartón por cabeza.

– Un palo y por cabeza un plato de papel, un colador, una esponja, medias o calcetines rellenos, pelotas.

– Con guantes.

En su construcción pueden emplearse muy variados materiales entre otros: telas, madera, barro u otras pastas de modelar, tubos de cartulina, corcho, lanas, calcetines, guantes y otros materiales del entorno ( vasos de yoghurt, rollos de papel higiénico ). En la confección de cabezas se utilizan: vegetales ( patatas, peras…) aunque son perecederos; bolas de corcho, pasta de modelar, papel de periódico, bolas de lanas, pelotas de goma o plástico; pueden hacerse también cosidas en tela o en materiales de deshecho ( plato de cartón o plástico, colador, esponjas, escoba pequeña, cajas…).

Los elementos de la cara pueden ser pintados, cosidos o bordados, y pegados de fieltro u otras telas duras; en cuanto a los ojos, de cristal o de plástico con la niña móvil; también se emplean pelotas de ping pong, chapas, botones…

Para las articulaciones: presillas, hembrillas, pequeñas anillas o clips; en muñecos de tela se hace un pespunte en cada articulación.

En cuanto al teatro de guiñol, podemos construirlos nosotros mismos con cajas de embalaje grandes recortándoles la ventana, también puede servir una mesa volcada, una cortina o una colcha colgada tendida de una pared a otra, o tres madera unidas con bisagras formando un tríptico.

5.2- LAS MASCARAS.

La máscara no es imprescindible en la dramatización, pero ofrece algunas ventajas, siendo especialmente importante en la caracterización, por la variedad de personajes que pueden representarse, incluso los más difíciles. En niños mayores posibilita la desinhibición al poder realizar detrás de la máscara lo que no se atreven con la cara descubierta.

Se pueden emplear distintas técnicas y materiales para su confección, e incluso algunas de ellas pueden realizarlas los propios niños. Se sujetan con un palo en la parte inferior, o con dos cintas fina atadas a los lados por encima de las orejas, o bien con goma, siendo éste el sistema más adecuado para los pequeños. Como ejemplos pueden proponerse los siguientes:

· Bolas de papel o cajas suficientemente grandes puestas la revés, haciendo las aberturas de los ojos.

· Recortar la forma de la cara en cartón o cartulina.

· Papel de periódico o engrudo sobre moldes de barro, caretas de plástico, o un plato al revés. También puede emplearse un globo y una vez seca la pasta, se corta la bola resultante por la mitad y se obtienen dos caretas.

· Sobre las caritas de los niños mayores pueden hacerse con vendas de escayola de venta en farmacias, que tienen un secado muy rápido. Hay que dejar bastante espacio abierto para ojos, nariz y boca de modo que el niño respire bien y no se sienta incómodo o asustado.

Materiales: Cartulina, cartón, papeles, escayola, tela, y algún tipo de bolsa.

5.3.- SOMBRAS CHINESCAS.

Los juegos de sombras siempre fascinan a los niños, ya que pertenece a su experiencia el juego con su propia sombra.

Es un juego muy sencillo y no requiere mucha preparación: una pantalla, una lámpara si sólo se va a mover el cuerpo o las manos, otros elementos ( de cartón o gomaespuma si queremos crear contextos más variados o situaciones más complejas ).

Se pueden crear las siguientes situaciones:

– Proyección de sombras de personajes familiares conocidos por todos los niños: gestos y expresiones espontáneas de un niño de la clase o de un adulto en la escuela, de un padre, etc.

– Proyección de acciones necesarias para hacer funcionar un instrumento o los gestos que se hacen cuando el utensilio funciona perfectamente y cuando no funciona…

Favorece la orientación espacial, la coordinación motriz y la expresión corporal.

5.4.- EL MIMO.

Al hablar de expresión corporal la referencia al mimo es obligada.

Las diferencias entre expresión corporal y mimo se basan en el grado de codificación. La expresión corporal no constituye propiamente un lenguaje y el mimo llega a constituirlo bajo dos aspectos, por lo menos. En el aspecto dramático, cuando se recurre a él como vehículo de representación sin palabras; y en el aspecto comunicativo, cuando constituye el lenguaje mímico, que nada tiene que ver con el mimo dramático, especialmente para los sordomudos. Mientras en el primero la codificación busca la descripción de los objetos mediante el gesto, en el segundo la codificación es absolutamente arbitraria.

Al referirnos a mimo y expresión corporal, desde el punto de vista didáctico, hay que convenir en la existencia de una zona ambigua en la que se dan los dos modos de expresión y comunicación que tanto pertenecen al mimo como a la expresión corporal.

En cuanto a la expresividad del mimo y de la expresión corporal en general hay que reconocer, frente a opiniones que sostiene lo contrario, que el mimo no supera a la palabra en exactitud, capacidad para los matices y rapidez en la comunicación, aunque haya casos en que no suceda así. Tal, por ejemplo, cuando la palabra se encamina a describir gestos y posturas. Éstos se muestran en vivo y en directo, sin necesidad de la intermediación de la palabra, que puede encontrar dificultades para definir actitudes subjetivas y originales.

En este aspecto el gesto y la expresión corporal adquieren particular importancia en la educación de los niños deficiente, tanto por su capacidad expresivo-proyectiva como por sus virtualidades de descarga y de terapia. Mientras que la función comunicativo-receptiva está condicionada por la expresividad del gesto del emisor y por las limitaciones en el conocimiento de otros códigos por parte del receptor.

La fuerza creadora del mimo da lugar a la pantomima. En la práctica de la dramatización se llega a pantomimas vistosas y entretenidas. Sin duda se cuenta para ello con dos factores favorables: facilitar la expresión para quien tiene dificultades para hacerlo oralmente y recurrir al empleo de todo el cuerpo, con lo cual se recupera el concepto de globalidad en la expresión, a menudo olvidado.

Estos procedimientos ofrecen grandes posibilidades, sobre todo para la educación compensatoria. Pero aquí, los niños de Educación Infantil, más que perseguir su expresión a través del mimo, se pretende que ellos aprendan a descifrar el gesto, en pantomimas que, en los primeros años, se les presentan, sin desechar que ellos puedan repetirlas. Es el paso obligado para que ellos, más tarde, las creen.

6.- RECURSOS PARA LA DRAMATIZACION.

Como ya hemos señalado las marionetas y máscaras son además de una actividad un recurso de primer orden para el juego dramático. Así pues la expresión plástica está muy relacionada con la expresión corporal en estos aspectos.

También se pueden considerar recursos:

– El maquillaje forma parte de la caracterización de los personajes y ofrece las ventajas de la máscara.

– El cuento. Puede emplearse el cuento como tema de partida para realizar dramatizaciones. Con los niños pequeños se pone en escena sin previo estudio de un guión: simplemente se narra el cuento para que todos partan de la misma historia. Se tratará de ésta sea corta; también puede ser parte de una historia más larga.

– Normalmente el vestuario se improvisa con unas cuantas prendas, algunas de las cuales cambian momentáneamente su función. Los disfraces son utilizados para la caracterización y además como elemento desinhibidor. Deben ser cómodos y aceptados por el propio niño. No tienen que ser muy elaborados: basta con que contengan unos cuantos detalles suficientemente llamativos y que caractericen bien al personaje. Pueden realizarse con la combinación de alguna prendas, telas, cintas y también con papeles, como el papel pinocho, que resulta económico y de muy rápida confección.

– Asimismo, el decorado puede considerarse como un recurso a emplear en materia dramática, pero en el caso de niños pequeños no suele ser necesario, pues el mismo niño en su juego inventa lo que precisa.

7.- PRINCIPIOS PEDAGOGICOS.

Dado lo natural y espontáneo de esta forma de expresión en estas edades de cero a seis años, la actitud del educador será abierta y positiva ante toda manifestación expresiva del niño. Habrá de canalizar la disposición del niño hacia la expresión corporal y el juego dramático, para la consecución de algunos objetivos educativos.

El adulto tiene que buscar los medios para poder crear un ambiente rico en estímulos que favorezca las posibilidades lúdicas que llevan a la natural expresión. El clima propiciado será de libertad abierta y de afectividad, que demuestren al niño la confianza que en él se tiene.

Como en toda acción educativa se debe adaptar la intervención adulta y los medios al grado de madurez del grupo y de cada niño, a su forma de juego. El adulto puede ayudar a organizarse a los niños, sabiendo que éstos no necesitan de preparación técnica. Su papel será orientar o motivar el juego, no olvidando que quien juega es el niño. Su intervención estará siempre justificada. Procurarás que todos los niños actúen ( tímidos, dispersos ) pero sin forzar a ninguno, controlando a los arrolladores.

Para las formas de expresión que hemos señalado para el niño, no se necesita un escenario, pero sí un espacio amplio y cómodo, adecuado, donde poder desplazarse sin peligro de choques y roturas de objetos. Por otra parte, aunque sea amplio es preciso delimitar un espacio concreto de juego, y los posibles espacios más concretos que conlleve lo representado. Los diferentes recursos que se emplean en este bloque se integran con otras formas de expresión de una forma globalizada, ya que no dan de modo aislado en el desarrollo del niño. A esto contribuye el que el propio niño emplee los distintos modos de expresión y fabrique por sí mismo los recursos que necesite para el desarrollo de las actividades, siempre que sea posible.

SUPUESTO PRACTICO

Pautas de actuación para el desarrollo del juego dramático

Tema: El ratón y el gato.

Objetivo principal: Divertir por medio de la libre expresión creadora de los niños.

Objetivos relacionados con otras áreas:

· Psicomotricidad y lenguaje:

– Facilitar a los niños la posibilidad de expresarse libremente.

– Ejercitar actitudes psicomotoras.

· Afectivo – social:

-Liberación de tensiones agresivas.

Contenidos:

· Conceptuales:

– Conocimiento de los animales

.

· Procedimentales:

– Imitación vocal de los mismos.

– Imitación musical.

– Imitación corporal.

– Dramatización.

· Actitudes:

– Desarrollo del espíritu de observación crítica

Desarrollo de la clase:

A.- Motivación y diagnóstico de los conocimientos previos a través del conocimiento de los animales.

– El ideal en este caso sería presentar a los niños los animales vivos.

– Exploración y conocimiento de sus cuerpos, de sus movimientos:

· ¿Que comen?

· ¿Como andan?

· ¿como duermen?

· ¿Como viven?

· ¿que costumbres tiene?

– Diferencias de éstos estando libres o en cautividad.

– ¿Por qué son enemigos estos animales’

Destacar que uno de ellos puede ser alimento de otro, pero no necesariamente.

B.- Experiencias.

Dejar que los niños cuenten sus vivencias con alguno de estos animales y que se expresen en el mayor clima de libertad. Tenemos la oportunidad de saber cómo ven ellos a estos animales.

C.- Imitación.

Se hará por medio de juegos individuales y colectivos, alternándolos. Todos éstos serán cortos para no dar lugar a falta de atención o aburrimiento.

Imitar el maullido de los gatos:

– ¿Cómo dice el gato, maullando, que está contento?

– ¿Y que está triste?

– ¿Y que está furioso?

– ¿Y que tiene hijitos?

– ¿Y que le duele la barriga?

Inventar el chillido del ratón. Hacer con este chillido un juego similar al del maullido del gato.

Imitar a un gato:

– Paseando

– En acecho.

– Cazando.

– Jugando.

– Durmiendo.

– Estirándose al sol.

– Limpiándose la cara.

– Comiendo.

– Lamiendo leche.

– Maullando en un tejado, etc.

– Hacer un juego similar imitando a un ratón.

D.- Desarrollo auditivo. Atención auditiva.

Un niño imitará el maullido del gato y otro el chillido del ratón. Los demás con los ojos cerrados distinguirán un sonido del otro.

Representar al gato por medio de un sonido instrumental ( pandereta, por ejemplo ) y al ratón por medio de otro muy diferenciado ( cascabeles ).

Repetir con estos instrumentos el juego anterior.

Los niños andarán alrededor de la clase. El profesor / a tocará los instrumentos representativos. Cuando toque el instrumento que represente al gato, los niños andarán como el gato; cuando toque el instrumento que representa al ratón, los niños andarán como el ratón.

E.- Expresión libre.

Los niños no imitan ya al ratón y al gato; son ellos gatos y ratones con personalidad propia. Cada uno elige un gato o un ratón especial, con nombre, sexo, carácter, cualidades específicas, etc… y lo expresa con su cuerpo.

Posibles juegos para proponer:

– Eres una gata presumida.

– Un gato viejo y perezoso.

– Un ratón listo y rápido.

– Un ratón torpe y bobo.

– Un gatito juguetón; te enredas en un ovillo de lana.

– Un gato ladrón; acechas la ocasión de llevarte la comida de la cocina.

– Un gato cazador de ratones.

Estos juegos y muchos más sólo se propondrán en último extremos, cuando a los niños no se les ocurra nada, dando siempre preferencia a sus propias ideas.

Juegos conjuntos de gato y ratón:

– Gato cazador y ratoncillo listo.

– Gato juguetón y ratón torpe.

– Ratita presumida que se quería casar.

– ¿Quién le pone el cascabel al gato?

Los juegos conjuntos surgirán de los anteriores. Ya están los niños en disposición de dramatizar.

F.- Dramatización.

Regla de oro: Todo lo que se pueda decir por medio del gesto y la expresión corporal es preferible al uso indiscriminado de la palabra. Los diálogos serán cortos y precisos. Y no aprender nada de memoria.

El tema de la dramatización puede ser cualquiera de los que hayan surgido con anterioridad, concretamente el que más guste a los niños. Como ejemplo podemos escoger uno:

¿Quién le pone el cascabel al gato?

Improvisación de las unidades:

1.- El gato se presenta muy fanfarrón, maullando por los tejados y paseándose orgulloso.

2.- Juego de los ratones; salen a comer, a pasear, etc.

3.- El gato les persigue.

4.- Los ratones se avisan unos a otros para reunirse.

5.- Reunión de ratones: El gato les asusta, ¿que hacer?

6.- El ratón más viejo encuentra la solución: “le pondrán un cascabel”

7.- Pero, ¿quién le pone el cascabel al gato?

El final queda abierto para que lo resuelvan los niños.

La propuesta anterior es una posibilidad entre otras muchas. No es necesario que se realice en una unidad de tiempo, sino que se puede dividir en varias clase.

Es importante destacar el orden que se ha seguido:

1. Motivación.

2. Experiencia.

3. Imitación. Desarrollo auditivo

4. Expresión libre.

5. Dramatización.

En la dramatización se podrá hacer uso de todos los juegos surgidos anteriormente; utilizar los instrumentos sonoros, inventar canciones… y sobre todo, no olvidemos que lo más importante es escuchar a los niños que nos hablan con sus gestos, sus palabras, sus razonamientos… Así les damos la oportunidad de expresarse libremente.

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