0.INTRODUCCIÓN.
1. CARACTERÍSTICAS GENERALES DE NIÑO/A HASTA LOS 6 AÑOS.
1.0. Introducción
1.1. Características físicas.
1.2. Características motrices.
1.3. Características cognitivas.
1.4. Características socio-afectivas.
1.5. Características morales.
2. PRINCIPALES FACTORES QUE INTERVIENEN EN SU DESARROLLO.
2.1. Herencia y medio.
2.2. Mecanismos del desarrollo intelectual.
2.3. Condiciones educativas y desarrollo.
3. ETAPAS Y MOMENTOS MÁS SIGNIFICATIVOS.
3.1. Etapas.
3.2. Momentos más significativos.
4. EL DESARROLLO INFANTIL EN EL PRIMER AÑO DE VIDA.
4.1. Desarrollo físico.
4.2. Desarrollo psicomotor.
4.3. Desarrollo neurológico.
4.4. Desarrollo sensorial.
4.5. Desarrollo del lenguaje.
4.6. Desarrollo afectivo social.
5. EL PAPEL DE LOS ADULTOS.
6. BIBLIOGRAFÍA.
– R.D. 1333/91 de 6 de septiembre: “Currículo de Infantil”.
– MEC. Cajas Rojas: Materiales para la Reforma de E.I. (1992).
– Piaget: “Seis estudios de psicología” Planeta Agostini, Barcelona, 1985.
– Piaget: “Psicología del niño”. Madrid. Morata. 1975.
– Nuria Silvestre: “Introducción a la Psicología: Infancia, preadolescencia”. Ceac. Barcelona,1993.
– Miller: “Introducción a la Psicología. Alianza Editorial. Madrid, 1976.
– Spizt: “El primer año de vida. Aguilar. Madrid, 1977.
0. INTRODUCCIÓN.
Para que la labor educativa sea eficaz es necesario conocer las características generales de los niños a los que va dirigida. Esta es especialmente importante en una etapa en la que los cambios se sucedan a gran velocidad y en la que se establecen las bases para todo el desarrollo posterior.
Sin embargo, aunque se puede hablar de rasgos comunes en cada momento evolutivo, no hay que olvidar que cada alumno tiene unas características individuales que hay que tener en cuenta.
El papel que han de desempeñar los adultos en esta etapa es primordial para que el niño desarrolle al máximo todo su potencial, adquiriendo un auto concepto positivo y para que aprenda a conocer sus posibilidades y limitaciones.
1. CARACTERÍSTICAS GENERALES DE NIÑO/A HASTA LOS SEIS AÑOS.
1.0. Introducción.
El proceso de desarrollo de los niños es un proceso de construcción dinámica,
adaptativa y global; nos referimos a que existe una interacción entre el niño y el medio, construyendo así su desarrollo, existiendo un equilibrio entre el medio y el niño. Este proceso habla de un niño dinámico, activo e irrepetible.
Entendemos por desarrollo un proceso en el que un ser a través de una secuencia ordenada de cambio, avanza y mejora en todos sus órdenes.
En este proceso de desarrollo tanto el crecimiento como la maduración son componentes del mismo, entendiendo por crecimiento: los cambios cuantitativos en el individuo a lo largo de diferentes etapas del ciclo vital, es decir, el aumento de tamaño en la estructura física del cuerpo.
Por otra parte la maduración hace referencia a los cambios morfológicos y de conducta determinados genéticamente.
Como características del proceso de desarrollo tenemos:
(1) que es secuenciado,
(2) parte de capacidades generales e inespecíficas para llegar a la especificación de las mismas.
(3) es continuo desde el nacimiento hasta la muerte,
(4) no es uniforme para cada una de las áreas, ni para cada rasgo de las mismas,
(5) existe correlación entre el desarrollo físico y mental.
El desarrollo físico, motriz, cognitivo y afectivo social, permite al niño adaptarse al entorno y evolucionar hacia su papel de adulto.
1.1. Características físicas.
– El desarrollo es un fenómeno que viene motivado por dos factores:
(-) endógenos o internos y
(-) exógenos o externos.
Además tiene una serie de controles internos y mecanismos correctores que hacen que, cuando algún problema o trastorno aparta el crecimiento de sui trayectoria prevista, haya una tendencia a recuperar el camino perdido, una vez que acabe el problema o trastorno. Es lo que se conoce con el nombre de procesos de recuperación.
El ritmo de desarrollo físico es muy intenso en los primeros dos años de vida y va disminuyendo progresivamente y tendiendo a estabilizarse entre los 3 y los 6 años.
El desarrollo físico en el niño se caracteriza por una variación en las dimensiones del cuerpo. De forma pertinente destacamos:
(-) la cabeza tiende a disminuir respecto al tronco y crece más despacio que éste y que las extremidades.
(-) las piernas aumentan en longitud (2’5 años- 20cms)
(-) el cerebro crece rapidísimo en los primeros meses de vida.
(-) la cara crece y se ensancha la mandíbula.
(-) la lordosis y el abdomen prominente tienden a disminuir.
(-) el proceso de mielenización alcanza su máxima intensidad hacía los 3-5 años, gracias al cual, el niño realizará actividades motrices y sensoriales precisas.
(-) se producen cambios importantes en lo que se refiere al esqueleto y a la musculatura que afectarán al desarrollo de la psicomotricidad y a la capacidad corporal.
Primer año 2º año 3 a 5 años
Peso: 3-4 Kg. Talla: 50 cms. |
Peso y talla: aumento + lento |
Peso y talla: crecimiento + lento |
Vista: acomodación visual |
Miembros inferiores: se endurecen. |
2-3- años: control de esfínteres. |
3-6 meses: control de brazos y piernas |
12- 18 meses simbolizan |
Dentición: completa. Cambia a los 6 años. |
1.2. Características motrices.
En el aspecto motriz el niño experimeta un desarrollo vertiginoso:
(-) En los primeros meses de vida los movimientos no son intencionados.
(-) la conducta está plagada de automatismos y movimientos incontrolados; son las llamadas conductas reflejas o reflejos. Hay diferentes tipos:
(1) Reflejo de succión.
(2) Reflejo de hociqueo.
(3) Reflejo de aferramiento, de presión o de Grospin.
(4) Reflejo del moro
(5) Reflejo de Babinski.
(6) Reflejo del andar automático.
(7) Reflejo del cuello tónico.
(8) Reflejo de reptación.
Estos reflejos están presentes en todos los niños normales en el momento de su nacimiento. Algunos de éstos desaparecerán muy pronto, otros lo harán más tarde, y otros pasarán de ser reflejos involuntarios a ser conductas voluntarias. La mayor parte de los reflejos desaparecen como tales entre el tercer y sexto mes, como consecuencia de los procesos madurativos del cerebro; así una normal evolución de los reflejos indicará un buen desarrollo.
El niño al poco tiempo de nacer, realiza una serie de movimientos incordinados, a modo de sacudidas que afectan tanto a los brazos como a las piernas, es decir, no controla su cuerpo. Poco a poco va adquiriendo una progresiva maduración de su sistema nervioso, su musculatura se va desarrollando y el esqueleto fortaleciendo, esto le permitirá conseguir un mayor dominio en posturas y movimientos.
Este proceso de progresivo dominio de control corporal, se ajusta a dos grandes leyes:
(1) La ley céfalo caudal: según la cual el desarrollo procede de la cabeza a las partes inferiores del cuerpo (cabeza-pies).
(2) Ley próximo distal: el desarrollo procede desde la parte central del cuerpo hasta las periféricas (1º movimientos globales de los brazos—movimientos precisos de los dedos.
Evolución motora.
La estableceremos por edades:
Primer año:
– 2 meses sostiene la cabeza (control de los músculos del cuello).
– A los 6/7 meses se sienta sin apoyo (control de los músculos del tronco). Empieza a manipular objetos, puede pasarse un cubo de madera de una mano a otra.
– Entre los 8 y 12 meses consigue: reptar, gatear, ponerse de pie e iniciar la marcha.
Sus manos son más hábiles y manipulan todo lo que está a su alcance.
Cada nueva adquisición motora produce una serie de repercusiones. Por ejemplo: la posición de sentado y la bípeda liberan las manos; la prensión le permite ampliar el descubrimiento del mundo externo que le rodea; la bipedestación amplia el campo visual…
Segundo año:
Una vez que el niño ha conseguido la posición bípeda e inicia la marcha comienza a ganar fuerza, precisión y coordinación de movimientos.
– Capaz de andar sin apoyo.
– Adquiere dominio e independencia en sus movimientos.
– El desarrollo de la musculatura fina es más lento por lo tanto se muestra aún torpe para realizar algunas actividades.
– Podemos apreciar cuatro etapas en el desarrollo de la aprehensión:
1. 0-4 meses: conducta releja de prensión (reflejo de Grasping).
2. 4-6 meses: observa sus manos; empieza una coordinación entre el
espacio visual y el táctil. Intenta coger el objeto que mira, pero en vano; no lo conseguirá hasta el final de la etapa.
3. 6m-1 año: período de la manipulación propiamente dicha. a los 6 meses
puede coger un objeto con toda la palma de la mano; a los 7-8 meses adquiere el desarrollo del dedo pulgar sin embargo hasta los 9 meses no podrá ejecutar el efecto pinza.
4. Desde el año en adelante: el movimiento de la mano para coger un objeto
alcanza su fase final. Así aprenderá a utilizar la cuchara, a lavarse, a abrir la puerta, etc).
Tercer año:
– Toma conciencia de su cuerpo.
– Gusto por la actividad motriz gruesa, soltura y armonía en sus movimientos.
– Progresos: desplazamientos, saltos, giros, equilibrios…
– Entrenamiento con juegos sedentarios.
– Etapa del garabateo: evolución paulatina del trazo.
Cuarto año.
– Progresos motores cuantitativos y cualitativos.
– Independencia de la musculatura.
– Coordinación de movimientos.
– Gusto por las actividades que exigen coordinación fina. Refinamiento y precisión.
– Mejora en las habilidades básicas.
– Preferencia lateral.
– Maneja correctamente los dedos y agarra.
– Gana en soltura, espontaneidad y armonía.
– Juegos manipulativos y de imitación.
Quinto año.
– Mayor dominio en la motricidad fina.
– Mejora en la coordinación ojo-mano y ojo-pie.
– Movimientos más económicos y precisos.
– Mejora en todas las habilidades básicas.
– Gracia natural.
– Posibilidad de realizar rutinas diarias y nuevos juegos en los que demuestre sus habilidades.
1.3. Características cognitivas.
– Piaget establece que el niño hasta los 6 años atraviesa 2 etapas:
(1) Etapa sensoriomotora (0-2 años).
(-) se caracteriza porque el niño tiene una inteligencia práctica, ligada a lo sensorial y a la acción motora.
(-) El pensamiento solo se da en presencia del objeto. El niño no es capaz de representar objetos o personas ausentes.
(-) la motricidad indica que la percepción del objeto no es un hecho pasivo, mío, que incluye actividad, especialmente, manipulativa.
(-) Según Piaget, esta inteligencia desarrollada en el período sensoriomotriz se realiza a través de varios pasos o subestadios, que suponen, inicialmente, un egocentrismo intelectual total (acciones sobre sí mismo) y termina con el dominio del entorno.
(-) los logros más destacados en esta etapa son el establecimiento de la conducta intencional, la construcción del concepto de “objeto permanente”, de las primeras representaciones o acciones interiorizadas y el acceso a la función simbólica y la aparición del lenguaje.
(2) Etapa preoperacional (2-7 años).
(-) Hacía los dos años aparece en el niño la capacidad de representar algo (significado), por medio de un gesto, una palabra o imagen (significante); es lo que se llama función simbólica o semiótica y su aparición marca el inicio de un nuevo estadio que durará, aproximadamente, hasta los 7 años.
(-) En esta etapa se distingue dos subestadios.
(1) El simbólico (2-4 años): caracterizado por la función simbólica (capacidad de formar símbolos que mentales que representan objetos, personas o eventos). Se manifiesta en el lenguaje, la imitación diferida, el juego simbólico y el dibujo.
(2) el intuitivo (4-7 años): caracterizado por el incremento en la interiorización entre significantes y significados, el uso de símbolos particulares y la aparición de los preconceptos.
– Sin embargo, durante toda la etapa el niño se encuentra con limitaciones, que a la vez caracterizan el pensamiento preoperativo, limitaciones impuestas por el egocentrismo (tomando su propio punto de vista como único), la centración (tendencia a centrarse en algunos aspectos de la situación desechando los otros), la irreversibilidad (incapacidad para ejecutar una misma acción en los dos sentidos del recorrido), el sincretismo (se centran sólo en una cualidad del objeto y no lo contempla en su totalidad), la yuxtaposición (incapaz de hacer de un relato o de una explicación un todo coherente), pensamiento transductivo (el pensamiento va de lo particular a lo particular), artificialismo(concebir el mundo de una manera antropocéntrica), animismo (tendencia a atribuir vida y conciencia a todo lo que le rodea) y realismo(confiere existencia física a los fenómenos pertenecientes al ámbito psicológico)
– Pero también hay avances importantes en aspectos como:
– comprensión de identidades y funciones.
– diferenciación de clases (clasificación).
– relaciones de causalidad.
– En definitiva, la función simbólica le va a permitir el paso de la 1ª inteligencia a la inteligencia preoperacional hacía el año y medio, dos años aunque todavía llevado por un pensamiento intuitivo y no lógico.
1.4. Características socio-afectivas.
Siguiendo a Wallon, vamos a ver cuales son las etapas por las que según este autor pasa niño de este período (0-6 años).
1) Etapa impulsiva motriz (0-3 meses).
a. Evolución ligada a las necesidades alimenticias y posturales. Acciones instintivas y reflejos afectivos (nutrición y sueño).
b. Sistema de comunicación por gestos y movimientos provocados por los estímulos externos.
c. El niño tiene una dependencia absoluta del adulto.
d. A los tres meses es consciente de la respuesta del entorno.
2) Etapa emocional (6-12 meses).
a. Discrimina los estados afectivos: alegría tristeza, dolor…
b. 9º mes: utiliza el objeto como mediador social.
c. 18 meses: tiene un comportamiento social cooperativo.
d. 24 meses: aumenta la interacción social. El juguete es un instrumento social.
3) Estadio del personalismo.
a. El niño forma una imagen de sí mismo (identidad).
b. Afirma su yo y quiere independizarse
c. Crisis de oposición e inhibición.
d. Período de las gracias.
e. Período de la imitación.
f. Período de la dispersión.
1.5. Características morales.
La característica más general de la moralidad de los niños de la etapa de educación infantil es la “Heteronomía moral”, según Piaget.
La moral heterónoma es denominada también moral del respeto unilateral o de obediencia al adulto. En ella, el niño valora los actos no en función de la intención que los ha originado, sino en función de su conformidad material de las reglas establecidas. Así, si una regla es desobedecida, se debe sufrir un castigo.
Del mismo modo, se tiene una creencia arraigada en la justicia inmanente, así, los accidentes no ocurren por azar, sino siempre son merecidos.
Los niños son extremadamente objetivos en su evaluación de las conductas morales: las reglas son obedecidas o no lo son. Si la regla se siguió, la acción es considerada correcta; en caso contrario, incorrecta.
La moral autónoma se produce a partir del período simbólico.
2. PRINCIPALES FACTORES QUE INTERVIENEN EN EL DESARROLLO.
En este punto nos vamos a centrar en el análisis de la problemática herencia-medio, los mecanismos que intervienen en el desarrollo intelectual y en la influencia que tienen las condiciones educativas sobre este desarrollo.
2.1. Herencia y medio.
– Son dos las teorías que intentan establecer estos factores:
(1) Teorías innatitas: que definen una prefiguración del desarrollo en los genes, es decir, la conducta y capacidades son consecuenmcia de la carga genética.
(2) Teorías ambientalistas: defienden que es el ambiente el factor básico que marca la evolución del desarrollo.
– Hoy en día, se defiende que nuestro comportamiento y desarrollo están influidos tanto por aspectos genéticos como por factores ambientales.
2.2. Mecanismos del desarrollo intelectual.
Piaget concibió el progreso cognitivo como un proceso de constante interacción del individuo con el medio. Así, definió las “invariables funcionales” de los procesos que se producen siempre a lo largo del desarrollo, en toda actividad de conocimiento de la realidad. Éstos son:
(1) Asimilación: incorporación de la nueva experiencia a esquemas de acción o conocimiento precios.
(2) Acomodación: se produce cuando el sujeto se enfrenta a una experiencia no asimilable, y tiene que realizar un esfuerzo para modificar sus esquemas o adquirir otros nuevos que le permiten asimilar adecuadamente realidades nuevas o más complejas.
Ambos dan lugar a la adaptación que de forma continua tiene que realizar el sujeto en función del medio que le rodea, para que se produzca el desarrollo intelectual que le va a permitir evolucionar.
2.3. Condiciones educativas y desarrollo (Aprendizaje y maduración)
Todas las teorías evolutivas coinciden en el interés por conocer las condiciones educativas que optimizan el desarrollo.
Así, para Piaget, el desarrollo precede al aprendizaje y por consiguiente es necesario conocer los niveles de desarrollo alcanzado por los niños para poder, de este modo, conocer lo que van a ser capaces de hacer, y lo que no van a ser capaces de hacer y adaptar los procesos de aprendizaje a esos niveles de desarrollo. Piaget se sitúa en la línea de las posturas maduracionistas, donde es necesario esperar que el niño alcance determinados niveles de desarrollo para proponerle determinados aprendizajes.
Para Vygoski, en cambio, al aprendizaje precede al desarrollo despertando procesos que de otra manera no podrían ser activados. La postura vigostkiana considera que una propuesta adecuada de aprendizaje puede contribuir a impulsar el desarrollo cognoscitivo de los niños.
Actualmente, se considera que desarrollo y aprendizaje son dos procesos íntimamente relacionados y que el nivel de desarrollo favorece la adquisición de determinados aprendizajes pero que una adecuada influencia ambiental potencia las posibilidades de desarrollo madurativo del sujeto.
Además de estos factores existen otros como:
(1) Prenatales: – situación física de la madre en relación a enfermedades, Alimentación, el tabaco y el alcohol, si ha tenido accidentes traumáticos, etc.- estado psíquico de la madre en relación a si ha tenido una espera ilusionada, tensiones, angustias…
(2) Parto.
(3) Post-natales: – familia – sociedad.
3. ETAPAS Y MOMENTOS MÁS SIGNIFICATIVOS.
3.1. Etapas.
Aunque los sistemas de clasificación del desarrollo son numerosos, es importante exponer brevemente las clasificaciones de Wallon, Freud y Piaget.
(1) Wallon: (teoría psicogenética). Distingue cuatro estadios en el desarrollo del individuo.
(a) Impulsivo: (0-6 meses). El sistema de comunicación tiene base afectiva que física y emocionalmente al bebé.
(b) Emocional (6-12 meses). Se establece una comunicación afectiva con la madre. Controla matices (alegría, dolor…)
(c) Sensoriomotor y proyectivo (1 a 3 años). La autonomía de desplazamiento y el hable hacen que se afirme como persona.
(d) Personalismo (3-6 años). Predomina la búsqueda de la independencia, comienza la crisis de la oposición y luego de imitación que durará hasta los 5 años.
(2) Freud: Establece las siguientes fases.
(a) Fase oral: (nacimiento- 12/18 meses). Los bebés son todo boca; la alimentación estimula boca, labios y lengua.
(b) Fase anal: (12/18 meses- 3 años). La zona de gratificación son el ano y el recto. Surge el conflicto al pensar que si se entrega a estos placeres perderá el afecto de la madre.
(c) Fase fálica (3 a 5/6 años). A lo largo del tercer año la libido se desplaza a los genitales; el niño distingue sexos. Aparecen dos conflictos:
– complejo de Edipo.
– complejo de Electra.
(3) Piaget: los períodos que establece son:
(a) Período sensoriomotor.
(b) Período preoperacional.
3.2. Momentos más significativos.
A lo largo del desarrollo del niño hay una serie de momentos de gran significación evolutiva:
(1) Aparición de la sonrisa (3 meses): indicador de que empieza a reconocer. Así el niño sonríe ante una señal (boca, ojos, nariz), vistos de frente ya que si nos ponemos de perfil no reconoce la señal y ya no sonríe.
(2) La angustia de los 8 meses: comienza el reconocimiento entre conocidos y extraños, factor muy importante para el desarrollo social. Así cuando percibe un rostro extraño lo une al recuerdo del rostro de la madre y el niño reacciona con angustia ante la ausencia de ésta.
(3) Aparición del lenguaje (9 meses): la adquisición del lenguaje es un elemento fundamental para el desarrollo cognitivo y social. A los 9 meses empieza a vocalizar y su desarrollo depende de una evolución individual.
(4) Los primeros pasos (12-18 meses): este logro importante desde el punto de vista psicomotor, tiene influencias considerables en el desarrollo intelectual. Ahora ya se puede acercar por sí solo a los objetos, tocarlos y manipularlos; esto va a representar de forma decisiva en su conocimiento de los objetos, en la adquisición de la noción del “yo corporal”, del espacio y del tiempo.
(5) Crisis de oposición (3 años) (Independencia Wallon): Aquí el niño quere actuar por sí mismo. Ha descubierto su “yo” y quiere encontrar sus límites. –este comienzo de “autosuficiencia” es necesario para llegar a la autoconfianza y la autonomía.
(6) Abandono del egocentrismo (5 años). Socialización: a esta edad se da cuenta que existen otros puntos de vista diferentes al suyo. Esta descentración, que implica el abandono del egocentrismo un requisito imprescindible para el desarrollo social, moral e intelectual.
4. EL DESARROLLO INFANTIL EN EL PRIMER AÑO DE VIDA.
4.1. Desarrollo físico.
Durante el primer año el bebé experimenta un crecimiento físico rápido. Al nacer pesa entre 3 y 3’5 Kg. A los 3 meses pesa aproximadamente 6-7 Kg. (pudiendo llegar a los 10 Kg.). Al año puede llegar a los 12 Kg.
En cuanto a la altura partimos de 50 cm. Al nacer para concluir el año con unos 74 cm
Otro proceso que caracteriza el desarrollo del niño es la dentición: se inicia con la dentición llamada “de leche” a partir de los 6-8 meses con los incisivos inferiores, la cual concluirá a los 3 años.
4.2. Desarrollo psicomotor.
Este desarrollo comienza a evolucionar a partir de elementos como la cabeza, el tronco, los brazos,… para pasar, después, al movimiento de las manos, pies, dedos, ojos y labios.
Factores que intervienen en este desarrollo son:
(-) Tono muscular.
(-) Desarrollo postural.
(-) Prensión.
(1) Tono muscular o tensión muscular. A las 4 semanas comienza a contraerse y así, la cabeza por ejemplo, no se balancea. En los primeros meses muestra movimientos bruscos no controlados (reflejos), a partir de los cuales se produce la consolidación del tronco, lo que supone el control de la cabeza y un movimiento mayor de los miembros.
(2) Desarrollo postural. De forma cronológica se establece:
(-) 3-4 meses: control de la cabeza.
(-) 4 meses: coordinación mano- ojo.
(-) 4-5 meses: posición sentada (con apoyo) 6-7 meses (sin apoyo)
(-) 8 meses: gatea.
(-) 9-10 meses: se sostiene de pie apoyándose.
(-) 10-11 meses: camina con ayuda.
(-) 12 meses: se sostiene de pie sin apoyo.
(-) 12-14 meses: camina solo.
(3) Prensión: consiste en el cierre de la mano del niño cuando se le estimula la palma de la misma. Hasta los 4 meses este efecto es involuntario; a partir de los 5 meses comienza a extender los brazos hacia el objeto deseado, cogiéndolo de forma insegura; a los 6 meses puede coger un objet con toda la palma de la mano; a los 7-8 meses adquiere el desarrollo del dedo pulgar pero hasta los 9meses no podrá efectuar el efecto “pinza”. Alrededor de los 12 meses el movimiento de la mano alcanza su fase final para coger un objeto.
4.3. Desarrollo neurobiológico.
Al nacer el bebé presenta una serie de reflejos (comentados anteriormente), como son:
(1) Reflejo de succión.
(2) Reflejo de hociqueo.
(3) Reflejo de Grasping o aferramiento.
(4) Reflejo del moro.
(5) Reflejo de la marcha.
(6) Reflejo de Babinsqui.
Estos reflejos son fundamentales como muestra de la maduración neurobiológica, su influencia nos sirve para comprobar si existe algún síntoma patológico. Por ello hemos de estar pendientes de la relación que existe entre la maduración del cerebro y de la conducta.
4.4. Desarrollo sensorial.
El bagaje sensorial del recién nacido aparece bastante desarrollado: el niño oye y e aunque, evidentemente, las diferencias con el adulto son enormes.
Respecto a los sentidos debemos señalar:
(1) Tacto: aparece desde el nacimiento pero con carácter pasivo.
(2) Vista: presenta menos desarrollo, hasta la 2ª o 3ª semana no hay fijación del ojo. Sin embargo, es de destacar el rápido ritmo de maduración y así entre la 3ª y 4ª semana comienza a percibir la claridad y con poca precisión, también percibe el contorno de los objetos. Al final del tercer mes percibe colores.
(3) Oído: completo al nacer. No sólo demuestra que oye sino que también presenta conductas de orientación; a partir del tercer mes se consolida el sentido.
(4) Gusto y olfato: Son funcionales desde el nacimiento. Comienza con la distinción ácido-dulce. Igualmente discrimina olores desde el nacimiento.
4.5. Desarrollo del lenguaje.
Durante los tres primeros meses de vida el bebé y el adulto comparten unos primitivos significados que permiten regular conjuntamente algunos de sus comportamientos.
A partir del mes y medio aparecen focalizaciones (fase del balbuceo).
Hacía los 4 meses el niño diversifica su interés entre el mundo de los adultos y el mundo de los objetos. El dúo niño-adulto debe transformarse en un triángulo de modo que los objetos formen parte de las actividades sociales entre ambos. Así entre los 4-6 meses la pareja adulto-niño diversifica sus juegos. Estos juegos están estructurados en un marco estable en el que el adulto y el niño “hacen” cosas para y con el otro, siendo la comunicación el instrumento que garantiza su devenir. Son repetitivos y limitados y están pautados de la misma forma que el diálogo (ahora actúo yo- ahora actúas tú) según unas reglas subyacentes que contribuyen al núcleo del juego (Ejemplo: el juego de cu-cú).
A partir de los 6 meses los niños empiezan a prestar atención a los sonidos que se hablan a su alrededor, sonidos que imitan—fase de laleo. Aquí es cuando los juegos articulatorios que le llevan a la adquisición del sistema fonético tienen más auge.
Entre los 9-10 meses, llamada fase de ecolalia, aparecen emisiones verbales en los que se da cabida a sonidos de la lengua que pronto empezará a hablar: las primeras vocales /a/ y /e/.
A los 12 meses emite correctamente las primeras consonantes /p/, /t/ y /m/.
4.6. Desarrollo afectivo social.
Desde el momento del nacimiento los niños son capaces de percibir algunas expresiones emocionales de los demás y aprender algunas señales e indicios sociales (postura de amamantamiento, voz de personas familiares. Así, en los primeros meses de vida, el bebé reacciona ante los hechos con distintas manifestaciones.
Hacía los 4 ó 5 meses empiezan a reconocer personas, poniendo de manifiesto conductas diferentes (llanto, risa,…) según sea la persona con la que interactúa.
Antes de los 6 meses los niños distinguen perfectamente a determinadas personas, manifiestan clara preferencia por interactuar con ellas y recibir sus cuidados y además, reaccionan con frecuencia ante sui ausencia. Estas conductas suponen un claro conocimiento social de las personas.
En el 8º mes, se produce un cambio cualitativo en el conocimiento social de los conocidos y extraños, adoptando una posición de cautela, recelo o miedo ante los desconocidos.
Hasta el último trimestre del primer año de vida, los niños no parecen reconocerse. Todo parece indicar que el reconocimiento de sí es posterior al de las otras personas es posterior al de las otras personas. Aunque los niños reconocen cosas que le pertenecen y elementos parciales de su cuerpo, antes del año, reaccionan ante su imagen cono si fuera la de otro. Al final del año se reconocen a sí mismos como distintos a los demás.
En este primer año (2º semestre) cuanto grandes sistemas interactúan entre sí y mediatizan las relaciones del niño con el entorno: exploración, apego (vinculo afectivo con determinadas personas), afiliación (tendencia a interesarse y establecer relaciones con otras personas) y miedos a los extraños.
Las figuras de apego sirven de base de seguridad desde la que se explora el entono físico y social; la afiliación y el miedo a extraños hacen que el niño esté interesado en establecer relaciones con los demás a la vez que se alarma si éstos no tienen lugar en situaciones adecuadas.
5. EL PAPEL DE LOS ADULTOS.
El primer año de vida supone una continua adaptación del niño al medio, así como, el desarrollo de relaciones con los adultos.
Es en la familia donde comienza el aprendizaje, así como, el desarrollo de las relaciones. De ahí, la importancia de este contexto para lograr que el niño tenga una imagen ajustada de sí mismo, así como, de los demás.
El ingreso en la escuela supone el abandono de un ambiente seguro y el inicio del proceso de la socialización con todo lo que ello supone. Gran papel jugará la relación familia-escuela. La eficacia de la Educación Infantil vendrá garantizada por la unidad de criterios entre familia y centro.
Así es necesario tener en cuenta una serie de pautas:
(1) Facilitar ambientes acogedores, cálidos y seguros.
(2) Estimular la exploración y manipulación de objetos
(3) Contribuir al desarrollo autónomo del niño.
(4) Convertir en juego cualquier actividad, sin forzar las posibilidades del sujeto, evitando imposiciones y facilitando todo tipo de relaciones.
(5) Convertir rutinas en momentos especialmente relevantes
(6) Ejercitar órganos sensoriales a través del desarrollo multisensorial
(7) Hablar con los niños de manera clara y correcta.
En conclusión: la función de los educadores será la de facilitar y orientar a los padres en esta colaboración y, respecto a los niños, cubrir todas sus necesidades y estimular y potenciar el desarrollo de todas sus capacidades, valores y hábitos atendiendo a los criterios metodológicos adecuados a esta etapa.
6. BIBLIOGRAFÍA.
* Ver esquema.