0. INTRODUCCIÓN.
1. LA EXPRESIÓN CORPORAL.
1.1. Concepto de la expresión corporal.
1.2. Elementos básicos de la expresión corporal.
1.3. Evolución de la expresión corporal.
1.4. Objetivos que se plantean en la expresión corporal en el currículo de E.I.
2. EL GESTO Y EL MOVIMIENTO.
2.1. El gesto.
2.2. El movimiento.
2.3. Elementos del movimiento expresivo.
3. LA EXPRESIÓN CORPORAL COMO AYUDA EN LA CONSTRUCCIÓN DE LA IDENTIDAD Y AUTONOMÍA PERSONAL.
4. EL JUEGO SIMBÓLICO Y AL JUEGO DRAMÁTICO.
4.1. El juego simbólico.
4.2. El juego dramático.
4.2.1. Elementos que constituyen la dramatización.
4.2.2. Recursos expresivos de la dramatización.
4.2.3. El desarrollo de la dramatización.
4.2.4. Objetivos que se pretenden conseguir a través del juego dramático.
4.2.5. Papel del maestro en la dramatización.
5. LAS ACTIVIDADES DRAMÁTICAS.
5.1. La pantomima.
5.2. La máscara y el maquillaje.
5.3. El teatro de títeres y marionetas.
5.4. El teatro de sombras.
6. BIBLIOGRAFÍA.
– Cuadernos de Pedagogía números 143 y 144.
– Decroly: “El juego educativo”. Morata, Madrid, 1986.
– Motos, T.: “Iniciación a la expresión corporal”.
– Schinca, M.: “Psicomotricidad, ritmo y expresión corporal” Escuela Española, Madrid, 1983.
0. INTRODUCCIÓN.
La E.I. al igual que el resto del proceso educativo en el que se enmarca, pretende el desarrollo integral de la personalidad del sujeto, abarcando todas y cada una de sus dimensiones; desde una intervención educativa planificada, personalizada y que realmente responda a sus necesidades.
Más aún si se trata del propio cuerpo y sus posibilidades ya que un adecuado desarrollo nos permitirá desenvolvernos adecuadamente en el mundo externo, en el interno y en nuestra relación cercana, transmisora o afectiva con los otros.
Introducir en el ámbito escolar un concepto de educación que valore toda capacidad corporal supone asumir principios como el de actividad, creatividad, etc.; así como un compromiso real para eliminar la dicotomía entre el desarrollo intelectual y el resto de las facetas de la personalidad.
1. LA EXPRESIÓN CORPORAL.
1.1. Concepto de expresión corporal.
La expresión en un fenómeno corporal. No existe posibilidad de comunicación fuera de las posibilidades que el cuerpo nos ofrece. El cuerpo nos permite relacionarnos con el mundo exterior y la expresión inherente al hombre nos permite la comunicación con los otros. La expresión es pues la base de todo conocimiento.
La Expresión Corporal, concebida como un lenguaje que utiliza al cuerpo como instrumento, comunica mensajes expresivos.
Supone la utilización del cuerpo, sus gestos, actitudes y movimientos con una intencionalidad comunicativa.
La expresión corporal puede ser intencional, sin embargo, en muchas ocasiones es involuntaria.
En la expresión corporal entran en juego sus aspectos:
(1) La técnica: conocimiento de las posibilidades del cuerpo (de las partes o segmentos y el análisis del movimiento).
(2) La espontaneidad, que refleja las posibilidades creativas personales y la expresión más auténtica de cada uno.
El D.C.B. da mucha importancia a la expresión corporal en la etapa de E.I.:
(a) como medio para desarrollar la creatividad y la expresión de los estados emocionales del niño.
(b) Como cualquier lenguaje es preciso conocer y dominar progresivamente las técnicas propias para poder descubrir el potencial expresivo del niño.
1.2. Elementos de la expresión corporal.
Para Pilar Santiago es fundamental apoyarse en los siguientes elementos para plantear un proyecto educativo de expresión corporal:
(1) La toma de conciencia: al sentir y vivir el cuerpo, a través de las experiencias de tipo corporal, se toma conciencia de él.
(2) Espontaneidad: implica naturalidad o libre voluntad con que se realiza una acción.
(3) Creatividad: el niño se expresa de forma libre ofreciendo lo genuino y único de ser persona.
(4) Las relaciones con los otros y los objetos: en estos intercambio el niño va logrando una conciencia de sí mismo a través de la relación con los otros y los objetos.
1.3. Evolución de la expresión corporal.
En esta etapa, la expresión del niño va a sufrir cambios, en base a su desarrollo, sus necesidades y sus capacidades motrices, cognitivas, afectivas y sociales.
Por esto el tratamiento de la expresión corporal deberá tener en cuenta:
(1) En primer lugar, lograr un mínimo dominio corporal a través de juegos de percepción y control motriz, para pasar posteriormente a la expresión propiamente dicha.
(2) Cuando el niño logra la capacidad simbólica (alrededor de los 2 años), ya empieza a estar en condiciones de representar diversos personajes de forma sencilla, como la imitación de algunos animales, situaciones cotidianas, sentimientos y emociones simples (triste, alegre…) En este momento la ayuda del educador será muy importante porque servirá de modelo a imitar.
(3) La posibilidad de representar una serie de acciones implicará que el niño ya tiene un cierto desarrollo cognitivo (atención, memoria, lenguaje, organización temporal y espacial…) y también social (colaboración, respeto del turno de palabra…). Aquí el educador puede hacer de hilo conductor para que la trama se desarrolle de forma adecuada.
1.4. Objetivos que se plantean en la expresión corporal en el currículo de E.I.
El M.E.C. incluye la expresión corporal dentro del área III: “Comunicación y Representación” y se formulan unos objetivos generales del área, en un tratamiento globalizador de las experiencias:
(1) Utilizar las técnicas más básicas para evocar situaciones, acciones, deseos y sentimientos, sean de tipo real o imaginario.
(2) Aumentar sus posibilidades expresivas.
(3) Interpretar y apreciar las producciones de sus compañeros y algunas obras artísticas icónicas.
(4) Utilizar señales extralingüísticas.
El papel del educador será estimular este tipo de expresión para desarrollarlo al
máximo, facilitando o preparando un ambiente de libertad en el que se respete la expresión de cada niño, alentando, sugiriendo y, en ocasiones, ofreciéndose como modelo.
– Pero además deberá estar atento y observar las manifestaciones personales, para intervenir en caso necesario, ayudando en posibles conflictos.
2. EL GESTO Y EL MOVIMIENTO.
El gesto y el movimiento constituyen el canal de comunicación no verbal. A través de la postura se revela el estado emocional de un individuo.
El lenguaje del cuerpo es más universal que el de la palabra. La expresión corporal permite transmitir mensajes, que si bien son más auténticos, impiden a la vez plasmar matices.
2.1. El gesto.
El gesto es un movimiento expresivo de intensidad variable, a través del cual un individuo se comporta o muestra como es.
En ocasiones el gesto es involuntario; pero también el gesto es un movimiento intencional y cargado de significado, por ello podemos entenderlo como un lenguaje.
El gesto revela la personalidad del individuo. La expresión gestual se va modificando con la edad.
La evolución gestual va a estar condicionado por el desarrollo motor, cognitivo y afectivo.
2.2. El movimiento.
El movimiento influye en el desarrollo global psíquico del niño: en el establecimiento del carácter y en la relación con los otros, incluyendo en aprendizajes escolares como la lecto-escritura y razonamiento lógico-matemático.
No todos los movimientos son gestos, los hay que no tienen carga comunicativa. Por lo cual el movimiento incluye al gesto.
2.3. Elementos del movimiento expresivo.
Los movimientos se pueden estudiar o descomponer en distintos elementos, atendiendo a las diversas partes del cuerpo.
(1) Cabeza y rostro: los elementos que proporcionan expresividad van a ser:
– cejas,
– ojos,
– boca.
La combinación de éstos pueden manifestar: calma, sonrisa, risa, tristeza, llanto, enojo, ira, terror, sueño, indiferencia, maldad, susto, timidez, rabia, reflexión, repugnancia, desagrado, etc.
(2) Tronco: es la parte del cuerpo que manifiesta tonalidad dramática. En el
tronco están los siguientes centros expresivos:
– centro de fuerza, en la región lumbo-abdominal.
– Centro de la personalidad, ubicado en la zona alta del pecho
– Centro de la expresividad, formado por el cuello, parte superior del busto y brazos.
(3) Brazos y manos: forman parte del centro de la expresividad. La mano se va a constituir como el órgano de relación con el mundo de los demás.
(4) Piernas y pies: la posición de los pies y la forma de andar manifiestan actitudes como: ataque, respeto, seguridad, etc.
3. LA EXPRESIÓN CORPORAL COMO AYUDA EN LA CONSTRUCCIÓN DE LA IDENTIDAD Y AUTONOMÍA PERSONAL.
El D.C.B. da gran importancia al ámbito y a las experiencias de tipo corporal, no sólo por la adquisición de destrezas motrices y conocimiento del medio, sino también porque posibilitan la adquisición de la identidad, el autoconcepto y la autoestima. En este sentido una de las áreas curriculares se denomina “Identidad y Autonomía personal”.
A través de la expresión corporal el niño va adquiriendo un conocimiento y control de sí mismo. Va teniendo una imagen de sí que estará influenciada por las experiencias vividas y por el efecto que éstas tengan sobre el entorno.
Por medio de las actividades de expresión corporal van conociendo su cuerpo global y segmentariamente, y adquiriendo un control y coordinación dinámica general, sino que también van a conocer y aceptar sus características individuales y la de sus compañeros. Todos estos logros van a contribuir al desarrollo de los sentimientos positivos de sí mismo.
En el ámbito educativo el programa de expresión corporal en los primeros años ha de partir de los intereses del niño para despertar su curiosidad. El punto de referencia siempre ha de ser el cuerpo y el trabajo en grupo se alternará con el trabajo individual. Este programa ha de favorecer el aprendizaje de la capacidad para escuchar ruidos externos, apreciar el silencio, el ritmo, desarrollar la atención… Se trata de la posibilidad de que los alumnos aprendan, reaprendan y desaprendan su propia corporeidad.
3.1. Objetivos de la expresión corporal.
Para la formulación de objetivos específicos de la expresión corporal debemos basarnos en la psicomotricidad que sirve como soporte, por lo tanto las objetivos de la educación psicomotriz pueden considerarse como generales de la expresión corporal.
Para que el niño pueda desarrollar la expresión corporal en cualquiera de sus manifestaciones, es necesario que anteriormente se haya potenciado su desarrollo psicomotor.
El estos objetivos habrá que poner el acento en los aspectos expresivos y comunicativos por encima de los aspectos físicos o psicomotores:
(1) Descubrir, interpretar y ejercitar las posibilidades expresivas del cuerpo humano con intenciones comunicativas (rostro, manos, con otras partes del cuerpo.
(2) Reconocer los significados de los distintos recursos de la expresión corporal.
(3) Comprender y distinguir la intención expresiva y comunicativa de las distintas posturas y actitudes.
(4) Descubrir, interpretar y realizar distintos gestos codificados del cuerpo humano.
(5) Producir actitudes corporales y posturas codificadas.
(6) Representar mímicamente vivencias (sentimientos, acciones o situaciones).
(7) Reconocer ritmos en la naturaleza, en el cuerpo humano y en la vida.
(8) Producir ritmos (movimiento corporal, instrumentos o materiales sonoros, objetos no sonoros).
(9) Coordinar las movimientos corporales con ritmos externos.
(10) Coordinar la expresión corporal con la musical creando la danza.
4. EL JUEGO SIMBÓLICO Y EL JUEGO DRAMÁTICO.
Alrededor del segundo año de vida aparece en el niño la función simbólica o representativa. Ésta se manifiesta a través de las imágenes mentales, por medio de la imitación diferida y del juego simbólico.
La imitación diferida supone una forma simple de juego dramático. Al principio el niño realiza una imitación del modelo cuando está presente, para pasar a después a reproducirlo sin su presencia.
4.1. El juego simbólico.
Debe entenderse como una forma de expresión libre, que irá evolucionando desde formas simples (muy ligadas a las necesidades del niño) a otras más elaboradas (participación de otros niños, reparto de papeles, asunción de reglas, etc.)
El niño reproduce o representa situaciones que ha visto. El instrumento básico para la realización de este juego será su propio cuerpo.
Utiliza los objetos como si fuera otra cosa diferente a lo que son. También puede interpretar distintos personajes.
A través del juego simbólico el niño explora y conoce las posibilidades de los objetos y de su propio cuerpo, a través de la acción.
También al ser una actividad libre o espontánea el niño expresa necesidades, miedos, fantasías… por lo tanto, tiene una función terapéutica ya que el niño puede dominar sus miedos, transformándose en guerrero invencible…
Este juego no necesitará al principio la intervención del adulto. No obstante esta actividad debería ser observada por el educador para ayudar al niño a canalizar sus descubrimientos, sus necesidades, sus conflictos. También el educador deberá disponer de unos recursos tales como los espacios, los materiales, etc. que ayudan a la realización de estos juegos (diversidad de materiales, amplios espacios).
4.2. El juego dramático.
Entendemos por juego dramático una secuencia de acciones que se presentan a través de la acción. Intervienen elementos corporales, lingüísticos, plásticos, etc.
En la etapa infantil se tenderá a abordar la dramatización de manera que se pongan en juego, en mayor o menor medida y de manera globalizada, todos los recursos expresivos del niño: gestuales, verbales, plásticos, rítmicos-musicales.
El juego dramático tendrá sus inicios en el juego simbólico realizado libre y espontáneamente, sin necesidad de la intervención del adulto, para pasar posteriormente a ser algo más elaborado, regido por unas reglas y con el consenso de todos los que intervengan.
4.2.1. Elementos que constituyen la dramatización.
Debemos tener en cuenta algunos elementos que intervienen al realizar una dramatización.
(1) Personajes: podrá haber un protagonista y otros personajes secundarios. Los niños elegirán el personajes que deseen realizar, tratando de analizarlo, caracterizarlo, etc.
(2) Conflicto: se compone de tres fases: planteamiento (presentación de las partes que intervienen en el hecho), nudo(el hecho que se desarrolla) y desenlace (solución y fanal de la trama).
(3) Espacio: es el lugar donde se desarrolla la acción, es preciso crear y recrear éste.
(4) Tiempo: debemos considerar: cuánto tiempo dura la historia, en qué época discurre, cuánto dura la dramatización.
(5) Argumento o tema: lo que se va a contar en la historia.
4.2.2. Recursos expresivos de la dramatización.
(1) Gestual o corporal: basado en la espontaneidad de movimientos del niño; en la medida de sus posibilidades irá incorporando a su repertorio técnicas simples de representación a través de posturas y actitudes, de alguna manera codificadas o convencionales.
(2) Lingüístico: basada en el lenguaje verbal, propiciarán un desarrollo del lenguaje en sus aspectos fonológico, semántico y morfosintáctico.
(3) Plástico: es un recurso expresivo muy importante. Son: vestuario, maquillaje, decorados, luces, etc. Se procurará que el niño elabore estos elementos facilitando así su desarrollo estético y creativo.
(4) Rítmico-musical: la incorporación de ritmos realizados con el propio cuerpo, con instrumentos musicales sencillos, así como algunas piezas musicales, pueden aportar gran fuerza a la dramatización.
4.2.3. El desarrollo de la dramatización.
A la hora de poner en marcha la dramatización, conviene seguir unas pautas para que la actividad resulte provechosa y gratificante para todos.
(1) Tener en cuenta las características de los niños, nivel de atención, desarrollo del lenguaje, dominio o control corporal, grado de socialización, etc.
(2) Seleccionar un texto adecuado a la edad e interesante para los niños
(3) Hablar con los niños sobre el argumento, los personajes, etc.
(4) Los niños elegirán el personaje que quieran representar.
(5) Se determinará la ubicación del espacio o los espacios.
(6) Se buscaran recursos expresivos, tanto verbales, como plásticos (vestimenta, decorado…) y musicales.
(7) El educador deberá intervenir a modo de planificador, organizador y conductor en los momentos que sea necesario.
4.2.4. Objetivos que se pretenden conseguir a través del juego dramático.
Siendo la dramatización una forma de expresión corporal, podemos remitirnos a los objetivos de ésta, aunque de forma más específica podríamos formularlo como:
(1) Lograr que el niño conozca su cuerpo y logre movilizar las diferentes partes.
(2) Fomentar la observación del niño.
(3) Desarrollar su imaginación.
(4) Favorecer la expresión de ideas.
(5) Disfrutar con la representación.
(6) Procurar liberar tensiones y resolución de conflictos.
(7) Desarrollar el espíritu de cooperación.
(8) Lograr que el niño se integre en el grupo, promoviendo las relaciones y la comunicación entre los miembros del grupo.
4.2.5. Papel del maestro en la dramatización.
En el ambiente escolar la dramatización es una actividad que se asimila a la espontaneidad, libertad y hasta la liberación. La libertad y espontaneidad con la que el alumno puede escoger y desarrollar los juegos en general, tienen para el juego dramático algunas particularidades que no deben perderse de vista.
(1) El educador debe trazar pautas que los niños podrán seguir luego con flexibilidad.
(2) Tratándose de niños muy pequeños, lo mejor es que el educador forme parte del grupo y aporte sugerencias y soluciones con naturalidad.
(3) En la dramatización se establece otra relación entre el individuo y el grupo.
(4) La creatividad se desarrolla más fácilmente en un ambiente de libertad. Pero los niños de corta edad si no cuentan con estímulos por parte del maestro, con dificultad llegan a conseguir algo positivo.
(5) En aspectos como el ritmo y la pronunciación correcta el educador tiene que conseguir que el alumno llegue a la aceptación gradual y voluntario de las reglas hasta su plenitud.
5. LAS ACTIVIDADES DRAMÁTICAS.
Estas actividades por su complejidad, no pueden ser realizadas directamente por los niños; pero pueden servir como recurso educativo al educador, ya que resultan atractivos y de reconocido interés por los niños.
5.1. Pantomima.
Un modo de expresión que utiliza únicamente, como vehículo, el gesto corporal. A través del cuerpo el mimo manifiesta sus emociones, sentimientos, ideas, etc. sin servirse de la palabra. Es necesario el conocimiento de las técnicas de expresión corporal para realizar una pantomima. El cuerpo ha de vivirse como globalidad y los ojos tienen una enorme fuerza expresiva. No suele ser una actividad propia para niños.
5.2. La máscara y el maquillaje.
La máscara, elemento usado desde las representaciones teatrales en la antigua Grecia, tiene un gran valor expresivo.
Puede ayudar a desinhibirse a aquellos niños que resulten más tímidos y no se atrevan a representar. Permite interpretar una gran variedad de personajes, especialmente algunos difíciles de caracterizar.
Las máscaras pueden ser realizadas por los niños con material simples, como papel, cartulina, bolsas de papel, etc.
El maquillaje tiene una función muy similar a la máscara, y el color utilizado puede acentuar las características y proporcionar mayor fuerza expresiva a los personajes.
5.3. El teatro de títeres y marionetas.
Estas actividades dramáticas tienen su origen en los juegos simbólicos con muñecos y otros personajes.
Utiliza un muñeco como medio de representación. El lugar donde se va a desarrollar la historia se llama guiñol.
La marioneta es un muñeco movido por hilos. Su uso es complejo ya que implica una gran capacidad de coordinación de movimientos de la persona que lo maneja y puede resultar complicado para los niños.
El títere es un muñeco que se mueve directamente por medio de las manos. Éste es más apropiado para niños pequeños por la simplicidad de su uso; puede ser: de guante, de dedos, de eje, etc.
En su confección se pueden utilizar materiales diversos y muy especialmente de desecho.
La historia que se represente debe ser muy sencilla y con pocos elementos. Se puede partir de un cuento o una historia conocida. La música puede ser un elemento que aporte mayor riqueza expresiva a la historia.
5.4. Teatro de sombras.
Consiste en la manipulación de siluetas de objetos puestos detrás de una pantalla y sobre los que se proyecta un foco de luz. Por lo tanto tenemos tres elementos:
(1) El foco de luz: puede conseguirse con un proyector o lámpara orientada hacia la pantalla.
(2) La silueta la puede formar:
a. El propio cuerpo del niño (estático o en movimiento).
b. Un muñeco adaptándole un mango para ser manipulado.
c. Objetos del entorno
d. Objetos de alambre.
e. Objetos de papel celofán.
f. Las manos (sombras chinescas)
Es muy importante que el objeto se sitúe muy cerca de la pantalla para que se observe la silueta con nitidez.
(3) La pantalla que será de un tamaño adecuado al objeto.
6. BIBLIOGRAFÍA.
*Ver esquema.