Introducción:
Existe una estrecha relación entre actividad motriz y actividad psíquica.
Las actividades motoras del recién nacido, son involuntarias, pero la maduración progresiva del cerebro permitirá que los movimientos se vayan haciendo intencionales y que la actividad generalizada deje paso a una identificación progresiva de las diferentes partes del cuerpo y de sus posibilidades.
Tanto el desarrollo madurativo del cerebro como la predisposiciòn a atender a los estímulos que más favorezcan la adaptación del medio, están predeterminados por la herencia filogenética. No hay que enseñar a un bebé a levantar la cabeza; cuando sus sistema nervioso, sus músculos y sus huesos hayan madurado lo suficiente, si le colocamos boca abajo, levantará la cabeza él solo como algo natural. También como algo natural preferirá la presencia de personas a la de objetos.
La integración que va haciendo con la información que le llega a través de los sentidos dará lugar a las percepciones. Estas competencias perceptivo-cognitivas son un equipaje imprescindible para conocer el mundo que le rodea, y situarse en él.
Las personas encargadas de la educación del niño han de conocer la influencia de la educación psicomotriz sobre la inteligencia, la afectividad y el rendimiento .Con sus conocimientos y con su actitud de búsqueda continua de lo que desconocen tienen la apasionante, exigente y difícil tarea de potenciar al máximo las posibilidades del niño, adecuándose a su ritmo particular de desarrollo y en bastantes ocasiones anticipándose a él
1. HACIA UN CONCEPTO AMPLIO DE PSICOMOTRICIDAD.
1.1. Algunas definiciones.
– “La psicomotricidad es el mundo de las relaciones psiquismo movimiento y movimiento psiquismo” ( Palacios, 1990). Implica un componente externo (acción) y un componente interno ( la representación del cuerpo y sus posibilidades de movimiento ).
– La psicomotricidad es un nudo que ata psiquismo y movimiento.
El objetivo del desarrollo psicomotor es el control del propio cuerpo.
1.2. Leyes fundamentales en la maduración de la motricidad.
1.2.1 Ley de maduración céfalo-caudal.
Establece que el desarrollo debe proceder desde la parte superior del cuerpo a la inferior. Las partes que están más cerca de la cabeza se controlan antes que las que están más lejos. El niño domina los músculos del cuello antes que los del abdomen y éstos antes que los de las piernas.
1.2.2 Ley del desarrollo próximo distal.
Según esta ley el desarrollo va de la parte corporal central a las partes más lejanas. Tanto en los brazos como en las piernas se desarrollan más pronto los músculos más próximos al tronco: el hombro antes que el codo, éste antes que la muñeca y ésta antes que los dedos.
1.2.3 Ley de actividades en masa a las específicas.
Tendencia a pasar de la utilización de músculos grandes a los más pequeños.
Los movimientos vastos van dando paso a movimientos más precisos. La integración de grupos musculares permite que los movimientos sean más finos.
1.2.4 Ley de desarrollo de flexores y extensores.
Poseen primacía los movimientos de los músculos flexores. La capacidad para coger objetos es anterior a la capacidad para soltarlos. El aprendizaje no ejerce sobre estas leyes ningún influjo.
1.3. Niveles de expresión motriz.
1.3.1. Esquema corporal.
Es el autoconcepto corporal como una unidad en la que confluyen multitud de situaciones ( visuales, olfativas, auditivas, propioceptivas, kinestésicas, etc. ).
Contribuyen a la formación del esquema corporal:
1. La autopercepción de cada una de las partes del cuerpo.
2. El control voluntario de diferentes partes del cuerpo.
3. La conducta respiratoria. Es de naturaleza automática pero puede llegar a controlarse voluntariamente. Está relacionada con las emociones y con lo procesos atencionales.
4. Control de movimientos musculares. El tono muscular es el grado de contracción que en cada momento tienen los músculos. También es de naturaleza involuntaria, pero puede controlarse voluntariamente. Un tono muscular más relajado que tenso facilitará el mantenimiento de la atención.
1.3.2 Conductas motrices básicas.
2. Equilibrio.
3. Coordinación dinámica general .Asociación progresiva de patrones motores que en principio eran independientes y que darán lugar a movimientos automáticos cada vez más complejos.
4. Coordinación visomotriz. Adecuación entre la estimulación perceptivo-visual y la respuesta motriz consecuente.
1.3.2. Conductas neuromotrices.
1. Parotonías o dificultades de relajación .
2. Lateralidad o predominio lateral den las ejecuciones.
El término “dominancia cerebral” implica funciones involuntarias que el sujeto no puede percibir y que dependen de factores neurológicos. La preferencia lateral es la elección voluntaria de mano y pie que el sujeto manifiesta de forma preferencial, estando inducido a ello por su dominacia cerebral previa. El predominio lateral propicia la integración senso-motriz y el aprendizaje.
Hay dos tipos de lateralización:
1. Lateralización homogénea. En ella el hemisferio derecho controla el ojo izquierdo, el oído izquierdo y la contracción de los músculos del lado izquierdo del cuerpo, y a la inversa el hemisferio izquierdo.
2. Lateralización cruzada. Se caracteriza por un predominio lateral derecho en manos y pies, junto con un predominio ocular izquierdo. Y a la inversa: predominio lateral izquierdo en manos y pies y predominio ocular derecho. El primer tipo de lateralización cruzada es más frecuente que el segundo.
1.3.3. Conductas perceptivos – motrices.
1. Organización espacial. Conocimiento sobre conceptos básicos espaciales: arriba-abajo, delante-detrás, izquierda-derecha. Los planos espaciales se dominan en primer lugar por la acción y posteriormente por la representación .
2. Ritmo. Se construye a partir de los planos perceptivo y representativo. Implica un correcto desarrollo de la organización espacial.
3. Organización temporal: conocimiento de la secuencialidad del tiempo físico, y representación mental de la percepción temporal.
2. Acontecimientos importantes en el ciclo 3-6 años.
2.1. Establecimiento de la preferencia lateral.
La lateralización se produce entre los tres y los seis años y medio.
Si el niño no manifiesta ningún problema es mejor no intervenir.
Cuando se obliga a utilizar la derecha a niños que tienen una predominancia cerebral derecha y por tanto una mayor habilidad en la mano izquierda, es bastante probable que aparezcan errores en la lectoescritura ( omisiones, sustituciones y alteraciones en la letras). Además, a nivel afectivo puede provocar inseguridad , tartamudez, ansiedad y agresividad.
Los niños zurdos completos no presentan ningún tipo de patología. Su predominio lateral izquierdo por causas naturales dificulta un poco los inicios de su escritura. El hecho de ir tapando la línea que ya ha escrito y el tener que empujar el lápiz, en lugar de arrastrarlo como hacen los diestros, provoca ciertas deficiencias en los trazos y mayor fatiga.
Si hubiera que intervenir, nunca debe hacerse antes de los cuatro años ni después de los cinco y medio.
2.2. Representación del cuerpo.
La idea que un niño tienen sobre su cuerpo, sobre las diferentes partes del mismo y sobre los movimientos que puede o no hacer con él, constituye lo que se conoce como esquema corporal. Suele conseguirse hacia los cinco años.
La construcción del esquema corporal es un proceso lento en el que intervienen e interactúan varios factores. Veamos algunos de ellos:
1. La maduración neurológica. Le permite mayor rapidez y precisión en sus movimientos y le ayuda a ir anticipando lo que va a hacer.
2. La maduración sensorial. La información que proporcionan los sentidos se va acompañando de una información interna sobre la postura en que se encuentra.
3. La práctica cotidiana continuada. Uno de los múltiples ejemplos posibles es alcanzar objetos cada vez más distantes sin cambiar de sitio.
4. La experiencia social. Las partes del cuerpo que ve en otras persona y las posturas que éstas adoptan las va relacionando con la experiencia que tienen sobre su e cuerpo y sobre sus posturas. A su vez, la progresiva interiorización de las palabras que se utilizan en su entorno sobre el cuerpo le ayudará a identificar las partes de su cuerpo y a diferenciarlas de la de los demás.
Un esquema corporal está contruido cuando el niño conoce la imagen de su cuerpo, sabe que forma parte de su identidad, perciben una globalidad formada por varios elementos, reconoce la diferencia entre sus posturas, y anticipa los movimientos que va a hacer y sus consecuencias.
2.3. Aumento de la independencia motriz.
Entre los tres y los seis años se incrementa la capacidad para controlar por separado cada segmento motor. Por ejemplo, hacer un movimiento complejo con una mano sin que se mueva la otra.
2.4. Aumento de la coordinación dinámica general.
Por ejemplo: subir escaleras alternando las piernas.
2.5. Ajuste del tono muscular.
Ajusta progresivamente su tono muscular a la tarea que está realizando.
2.6. Mejor estructuración del espacio.
El niño va controlando su cuerpo relacionándolo con la situación de los objetos y de las personas existentes en el espacio donde se desarrolla. Los planos espaciales arriba-abajo, derecha izquierda, dentro-fuera, grande-pequeño, los domina primero mediante la acción y después mediante la representación.
2.7. Estructuración del tiempo.
Los niños han de situar sus experiencias en unos ciclos. No les resulta fácil distinguir entre lo sucedido en el sueño o en la vigilia, entre antes-después, mañana-tarde.-noche o ayer-hoy-mañana. Se consigue con posterioridad a la estructuración espacial.
2.8. Otras habilidades motrices.
1. Con tres años:
. Saltar sobre un pie, y desde cierta altura salta con los dos pies juntos.
. Puede hacer una torre de nueve cubos.
. Encaja adecuadamente las piezas de un tablero.
. Abrocha y desabrocha botones.
. Puede montar en triciclo.
2. Con cuatro años:
. Corta con tijeras líneas dibujadas.
. Dibuja trazos en forma de diagonal.
. Hace el dibujo de una persona.
. Escribe letras rudimentarias.
3. Con cinco años:
. Ensarte cuentas hábilmente.
. Maneja bien lapiceros.
. Puede copiar un cuadrado, letras, números y dibujos.
. Corre con armonía.
. Le falta equilibrio estático y dinámico, así como coordinación entre grupos musculares para lanzar un pelota controlando su trayectoria.
3. LA PSICOMOTRICIDAD EN EL CURRÍCULO DE EDUCACIÓN INFANTIL.
3.1. En los objetivos.
El primero de ellos ya hace referencia al “conocimiento y dominio del propio cuerpo” como medio para desarrollar en los niños y niñas una capacidad d autonomía en la realización de las actividades habituales.
3.2 . En los contenidos.
3.2.1. Ámbito de Identidad y Autonomía personal.
En él se habla de “ conjunto de experiencias que hacen posible el progresivo conocimiento que los niños van adquiriendo de sí mismos en interacción con los demás”.
Para llegar a ese conjunto de experiencias, el primer recurso que poseen los niños es el cuerpo y las posibilidades de movimiento del mismo. Mediante la experiencia del propio movimiento los niños van conociendo su cuerpo, sus sensaciones y emociones. Utilizar las distintas partes de su cuerpo le sirve al niño para explorar progresivamente el medio que les rodea y para ir construyendo una imagen integrada de su esquema corporal.
Todo lo que favorezca que el niño repte, gatee, ande, corra, suba, baje, salte y manipule objetos, le ayuda a ampliar su ámbito de experiencia.
La integración de los propios movimientos , sensaciones y percepciones permitirá a los niños reconocerse como seres distintos de lso objetos y de las demás personas, llegando a un progresivo conocimiento e imagen de sí mismo. La imagen de sí mismo se irá enriqueciendo a través de las propias experiencias y sentimientos, de la valoración de los propios logros y dificultades y de la actitud de los demás hacia ellos. Se ayuda al niño a obtener un progresivo conocimiento de sí mismo a través de experiencias en las que tenga que utilizar capacidades tales como fuerza, precisión, velocidad, etc..
3.2.2. Ámbito del medio físico y social.
El acercamiento a la naturaleza y su conocimiento tiene como punto de partida el movimiento del propio cuerpo en relación con el entorno y con las personas. A través de los propios desplazamientos el niño irá aprendiendo a organizar el espacio.
El acercamiento a la cultura. La secuencia de acciones cotidianas y rutinarias ( comida, juegos, sueño, ) ayuda al niño a organizar afectiva e intelectualmente el tiempo. Esta organización le permitirá posteriormente diferenciar las costumbres de los distintos grupos con los que interactúa.
La actividad con los objetos. Esta actividad debe favorecerse para que los niños puedan conocer sus propiedades físicas tales como sabor, olor, textura, forma, color, peso, cantidad y también sus propiedades funcionales. La exploración y uso de los diversos objetos ayudará al niño a organizarlos en el espacio y en el tiempo, así como a establecer semejanzas, diferencias y seriaciones entre ellos.
3.2.3. Ámbito de comunicación y representación.
La expresión corporal es el primer sistema de comunicación. Los gestos, miradas sonrisas , sonidos y movimientos que los niños intercambian con otras personas constituyen su lenguaje corporal. A partir de dicho lenguaje se desarrollarán posteriormente otros lenguajes: verbal, plástico, musical, etc.
El desarrollo de la expresión plástica requiere una progresiva precisión en las habilidades motoras y en la coordinación óculo-manual.
La expresión muscular necesita una sensibilización audioperceptiva previa y una coordinación progresiva de movimientos.
El uso y conocimiento de la lengua incluye la interpretación y uso del lenguaje gráfico.
Es conveniente familiarizar al niño a contextos escritos que vayan acompañados de otros procedimientos gráficos: carteles, ilustraciones en lso cuentos, dibujos realizados por él mismo, etc.
La expresión matemática utiliza cuantificadores tales como mucho, poco, algo, todo, nada, más que, menos que , igual que. Para que el niño alcance estos conceptos es preciso la manipulación y la comparación entre objetos.
3.3 En las Orientaciones Metodológica.
Una metodología globalizadora que acerque al individuo a la realidad debe ser activa. La actividad es imprescindible tanto para el desarrollo físico y psicomotor, como para la construcción del conocimiento. Por lo tanto, se deben “potenciar situaciones en las que los niños puedan desarrollar sus capacidades de manipular , explorar, observar, experimentar, construir, etc.”. A través de estas situaciones y a través del juego , los niños van conociendo la realidad física y social que les rodea.
4. SENSACIONES Y PERCEPCIONES COMO FUENTES DE CONOCIMIENTO.
El estudio de las capacidades de procesamiento de la información en la primera infancia se centra en los procesos perceptivos: percepción visual, auditiva, olfativa, gustativa y táctil. El desarrollo perceptivo es una base a partir de la cual van a desarrollarse otros procesos cognitivos y relacionales.
El bebé percibe su entorno a través de los sentidos. En el momento del nacimiento todas las modalidades sensoriales son funcionales, aunque de forma progresiva y en un espacio relativamente reducido de tiempo se vayan perfeccionando. También de forma gradual la percpeción va integrando las informaciones que le llegan de las diferentes modalidades sensoriales.
Las competencias perceptivas están al servicio de la relación del niño con los objetos y personas del mundo que le rodea. Los aspectos del entorno que va percibiendo el niño son aquellos que pueden tener consecuencias positivas o negativas para él. Estas percepciones vienen determinadas por el desarrollo filogenético de la especie humana y por la historia de aprendizaje de cada persona.
4.1. Organización sensorial y perceptiva.
4.1.1. Percepción visual
El recién nacido ve, pero con una agudeza visual pobre. Sigue con la mirada un objeto con breves sacudidas hasta los dos mese , y con un movimiento suave y continuado a partir de esta edad. Su cristalino tienen la capacidad de acomodarse en función de la distancia a que se encuentra el objeto. Tanto la agudeza visual como la capacidad de acomodación del cristalino progresan rápidamente; tanto que alrededor de los cinco meses son prácticamente semejantes a las de los adultos.
Algunos estudios indican que el bebé puede percibir y diferenciar los colores con relativa precisión desde los tres meses de edad.
4.1.2 Percepción auditiva.
Los recién nacidos oyen y son sensibles a la intensidad de lso sonidos: su ritmo cardiaco y sus movimientos corporales aumentan a medida que aumenta la intensidad del sonido; los ruidos fuertes le perturban , la voz de su madre y la música suave le tranquilizan.
EL movimiento de la cabeza hacia el lugar de donde proviene el sonido, nos indica que el bebé es capaz de localizar el ruido.
4.1.3 El olfato.
Los neonatos pueden distinguir diferentes olores: hacen una mueca y respiran más rápido cuando se les acerca un líquido con olor a cebolla o a anís. Con menos de cinco días pueden localizar un olor fuerte en el espacio, dándose la vuelta hacia el lado de donde provienen el olor.
4.1.4. El gusto.
El neonatos prefiere los sabores dulces a los salados, ácidos a los amargos.
4.1.5. Sensibilidad a la temperatura.
El niño que ha nacido a término completo, ya en sus primeros días puede mantener una temperatura corporal normal cuando hay una pequeña disminución de temperatura ambiente, aumentando él solo su actividad corporal.
4.1.6. El tacto.
Equivale a un lenguaje en el recién nacido.
A través del contacto con la piel de sus madre capta sus vibraciones y experimenta los sentimientos que ella le proporciona, es sensible a la presión y al dolor.
4.2. La percepción en el período de tres a seis años.
Con tres años ya identifica visualmente un objeto siguiendo su forma, tamaño o color del modelo que se le presenta. Este tipo de elección visual nos indica que el niño ya tiene en cuenta que existen varios objetos que pueden tener la misma propiedad. Este avance permite que el niño vaya interiorizando formas y colores utilizando como modelos permanentes algunos de los objetos que conoce ( ejemplo: “X” es rojo como el coche de papá).
Entre los tres y cuatro años asimilan los patrones referenciales de forma ( lo que es circular, triangular o cuadrado ).
Los patrones referenciales son puntos de referencia para estimar las propiedades de los objetos, sus relaciones y diferencias. Entre ellos están el color, la forma y el tamaño.
EL niño de cuatro años ya utiliza patrones referenciales. Capta las propiedades de los objetos distinguiendo entre diversas formas, colores y tamaños. En definitiva va consolidando su conocimiento de las propiedades perceptibles de los objetos.
Una vez que relaciona grupos de objetos no le será difícil percatarse de que en unos hay más objetos que en otros, es decir, irá formando modelos de cantidad.
El desarrollo en las organizaciones espacial y temporal le facilitarán la capacidad para ordenar objetos y acontecimientos..
No debemos olvidar que este niño a quien estamos siguiendo como protagonista del desarrollo motor, es también a la vez un niño que juega, haciendo que un objeto represente a algo distinto de lo que en realidad es, que habla utilizando palabras que representan a cosas o a hechos lejanos, y que es capaz de imitar a algo o a alguien que ha visto hace unos días.
Cuando el niño tiene capacidad para representar las cosas con símbolos, su desarrollo psicomotor y su desarrollo cognitivo interactúan en una unidad indivisible que potencia al niño para una gran diversidad de conocimientos.
5. ESTRATEGIAS PARA UNA ADECUADA INTERVENCIÓN EDUCATIVA.
El desarrollo de la psicomotricidad se produce por el estímulo conjunto de la maduración biológica y de la estimulación social que el niño recibe. Sin maduración cerebral y física no hay progreso, pero la maduración por sí sola no da lugar al desarrollo, y menos cuanto más complejas se van haciendo las adquisiciones. Además de maduración el niño necesita
situaciones que estimulen el aprendizaje de determinadas actividades y su práctica posterior; necesita guía, modelos, motivación, refuerzos por sus logros, así como afecto y apoyo cuando fracasa en sus acciones.
Quienes se encarguen del cuidado y educación del niño tienen la responsabilidad de potenciar al máximo sus posibilidades.
La educación psicomotriz en niños que no presentan problemas específicos, se lleva a la práctica siguiendo programa más o menos amplios y elaborados con mayor menor grado de especificidad. No obstante, todos ellos integran al menos tres elementos: objetivos, metodología y contenidos.
5.1. Objetivos.
a) Educar la capacidad sensitiva a partir de las sensaciones del propio cuerpo. Se trata de transmitir al cerebro el máximo de información posible relativa al propio cuerpo ( tono muscular, posición de los distintos segmentos corporales ) o relativa al mundo exterior ( cualidades sensibles de los objetos como forma , tamaño, color, etc,…
b) Educar la capacidad perceptiva , es decir, estructurar toda la información disponible, integrándola en esquemas perceptivos que den sentido a esa información.
Esta integración implica:
– Tomar conciencia del esquema corporal y de sus funciones para adaptar el movimiento a la acción .
– Estructurar las relaciones espacio-temporales.
– Coordinar movimientos.
c) Educar la capacidad representativa y simbólica. El estímulo que inicie el movimiento debe proceder de una representación o imagen mental anterior a su realización; hay que ayudarle a tomar conciencia de qué movimientos quiere hacer , cómo y para qué.
En todos estos objetivos tiene una gran importancia la utilización del lenguaje por parte del educador y por parte del niño.
5.2 Metodología.
a) Utilizar la actividad corporal y el lenguaje como instrumentos de la intervención educativa.
b) Motivar. La educación debe estar en consonancia con las necesidades e interese del niño. Una de sus primeras necesidades es el juego. De ahí que las actividades educativas deben presentarse con un carácter lúdico.
Cuanto menor sea el niño, más cambios y variaciones en las actividades habrá que hacer para mantenerle motivado.
c) Dar instrucciones claras, utilizar refuerzos y evitar castigos.
d) Orden y organización espacio-temporal en la casa y en la clase:
. Cada cosa ha de tener sus sitio.
. Cada actividad tienen un principio y un fin.
. El orden de las actividades debe dar todos los días el mismo.
e) Las actividades han de presentarse en orden de dificultad creciente, teniendo siempre en cuenta el nivel de desarrollo psicomotriz en el que se encuentra el niño.
5.2. Contenidos.
– Esquema corporal.
– Tonicidad.
– Control respiratorio.
– Estructuración espacial
– Estructuración temporal
– Capacidades perceptivas
– Iniciación al cálculo
– Grafomoticidad.
– Coordinación dinámica general.
– Coordinación visomanual.
– Desarrollo del ritmo.