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Tema 2 – Agentes de la intervención social: ocupaciones, niveles, características y aptitudes. Afectividad e intervención social: actitudes de los profesionales del ámbito sociocomunitario. La colaboración con otros profesionales.

1.- AGENTES DE INTERVENCIÓN SOCIAL Y DESARROLLO COMUNITARIO

Los agentes de intervención social son tanto los profesionales de la Acción Social, como Trabajadores Sociales, Educadores Sociales o Animadores Comunitarios, como lo son también los animadores culturales, monitores, profesionales de los servicios de salud, los promotores económicos, los informadores juveniles y los profesionales de la educación.

Estos agentes de intervención social buscan la colaboración de los ciudadanos sensibles, conscientes, responsables y dispuestos a dedicar una parte de su tiempo a la educación y a la promoción de la gente. Los líderes de la comunidad, los dirigentes de asociaciones y los voluntarios son también agentes de intervención.

En definitiva, son agentes de la intervención social, los profesionales, la administración y la población.

El éxito de estos agentes de intervención dependerá de que realicen:

– una implicación suficiente en el grupo para participar en su problemática.

– una distancia suficiente para tener perspectiva y poder objetivar.

El Desarrollo Comunitario se entiende como movimiento de mejora de la comunidad con la participación autónoma y/o inducida de esta, siendo desarrollo comunitario tanto la propia actuación comunitaria, como la mejora derivada de ella.

El desarrollo de la comunidad es un proceso a la vez educativo y de organización. Educativo, porque la materialización de proyectos es mucho menos importante que los cambios cualitativos que se manifiestan en las actitudes y en la vida de relación. De organización, porque promueve la acción colectiva, reorienta las instituciones y requiere la aparición y la capacidad de nuevos líderes locales.

Las características fundamentales del Desarrollo Comunitario son:

1.- Es una técnica o práctica social: se entiende por técnica social un conjunto de reglas prácticas y sistemáticas, que se traducen en acciones mediante las cuales se modifica o se transforma algún aspecto de la sociedad. Se apoya en el conocimiento científico de lo social y en los marcos teórico­-interpretativo que proporcionan las ciencias sociales.

2.- Se diferencia de las otras técnicas sociales por el objeto que persigue, su modalidad operativa y el nivel en que funciona:

– Sus objetivos: la promoción del hombre y la movilización de recursos humanos e institucionales mediante la participación activa y democrática de la población en el estudio, planeamiento y ejecución de programas, a nivel comunitario de base, destinados a mejorar sus niveles de vida cambiando las situaciones que son próximas a las comunidades locales.

Modalidades operativas: el desarrollo de la comunidad no es tanto una acción social en la comunidad, cuanto una acción de la comunidad; se trata de esfuerzos y acciones de base organizados con iniciativa y dirección de esas mismas bases, aunque para su despegue hayan precisado de una acción exterior.

Nivel en que funciona: se trata de una metodología de trabajo desde la base que actúa fundamentalmente a nivel psicosocial, mediante un proceso educativo que desenvuelve virtualidades latentes y desarrolla potencialidades en individuos, grupos y comunidades, para mejorar sus condiciones de existencia.

3.- La metodología y práctica del desarrollo de la comunidad están configuradas por la integración y fusión de cuatro componentes:

– estudio de la realidad, de sus problemas, etc.;

– programación de actividades;

– acción social;

– evaluación de lo realizado.

4.- Hay desarrollo comunitario cuando se promueven y movilizan recursos humanos, mediante un proceso educativo concienciador que desenvuelva las potencialidades latentes para lograr el autodesarrollo.

5.- La idea y la práctica de la participación social popular termina por tomar una centralidad indiscutible en la teoría y la práctica del Desarrollo Comunitario.

6.- En cuanto a la técnica social, el Desarrollo Comunitario tiene un carácter instrumental, pero la intencionalidad de los programas concretos viene dada por el marco teórico referencial y la concepción ideológica-política de quienes utilizan este instrumento.

2.- OCUPACIONES, NIVELES, CARACTERÍSTICAS Y APTITUDES

Actualmente hay una importante praxis educativa no formal en diferentes ámbitos no escolares, como son la educación especializada, la animación sociocultural, la educación de adultos, la formación ocupacional, etc. Son iniciativas que nacen como respuesta social a necesidades constatadas a cargo de distintos interlocutores. Algunas de estas respuestas han partido desde instituciones; la mayoría nacen de movimientos sociales que han sabido crear instrumentos culturales adecuados. La experiencia acumulada es muy heterogénea y rica, a veces esta revestida de un cierto carácter de militancia y transformación, no teniendo en cuenta la función genérica del educador como controlador social. Desde un principio ha estado falto de sistematización teórica porque los que han intervenido se han centrado más en la acción que no en la reflexión. Muchas de estas iniciativas con el tiempo han visto la necesidad de formar sus propios agentes para garantizar una mayor eficacia. este proceso se ha acelerado en aquellos ámbitos de intervención próximos a la estructura educativa.

Toda intervención educativa tiene un componente social. El desenvolvimiento personal y comunitario se consideran como dos vertientes de un mismo proceso.

Un punto de mira común a todas las nuevas formas de intervención es el desarrollo comunitario, entendiendo a éste como una actuación globalizadora sobre un territorio determinado. Una actuación que pretende el desarrollo comunitario implica necesariamente una interdisciplinariedad entre diferentes profesionales. Al mismo tiempo implica que las instituciones que actúan sobre un territorio tengan bien definidos los objetivos, las funciones, la población a la que dirigen las actuaciones, etc., y según ello diseñar uno u otro perfil profesional. También deben de tener la información necesaria y la coordinación entre ellas, con el fin de racionalizar los recursos y evitar duplicar servicios.

2.1.- OCUPACIONES

Para una óptica basada en la capacidad individual, el objeto de trabajo siempre es la autonomía de los sujetos, entendiendo por autonomía la capacidad individual de resolver los problemas particulares en el marco de la comunidad. Los objetivos del trabajo técnico se marcan y señalan después de analizar el estado y la cualidad de esa autonomía.

El objeto de trabajo, basándonos en lo psico-social, siempre es la autogestión de los componentes, entendiendo por autogestión la capacidad colectiva para gestionar las respuestas a los problemas que les son comunes. Los objetivos del trabajo técnico se señalan a partir de la valoración del estado y la cualidad de esa capacidad colectiva de asociar las percepciones, establecer explicaciones, tomar acuerdos, organizarse, actuar y valorar.

Bajo un punto de vista organizacional o societario, el objeto del trabajo técnico siempre es la eficacia organizativa, entendiendo por eficacia organizativa la capacidad de una organización de mantener adecuada y flexiblemente sus objetivos, sus producciones, sus prestaciones, etc. en una determinada comunidad. Los objetivos del trabajo técnico siempre van dirigidos a mejorar esa eficacia a partir de constatar su estado.

Autonomía individual, Autogestión o capacidad colectiva, Eficacia organizativa o flexibilidad y mantenimiento de los objetivos organizacionales, etc., son los objetivos de trabajo. Lógicamente estos son los objetos de trabajo propios de los que operan en la comunidad desde una óptica participativa y cada uno de estos objetos está suficientemente diferenciado como para que nos propongan, nos sugieran, nos induzcan estrategias de intervención propias o diferenciadas.

Estrategias de la Intervención en la Comunidad:

Cuando el objeto de trabajo es la autonomía, las estrategias operativas para conseguirlo tienen que ser, tanto en el contenido como por las formas de obtenerlas propios del comportamiento seriado o de regulación individualizada. Entre las estrategias operativas mas conocidas tenemos:

– Las Prestaciones Individualizadas, son de tipo económico, informativas, de tratamiento, etc., funcionan mediante la demanda (reconocimiento de la necesidad de ayuda) previa.

– Las Informaciones, las Campañas, etc., ofertando nuevos conocimientos que permitan percibir mejor la realidad y permitan mejorar la capacidad de los individuos para operar (periódicos, radio, TV, publicidad, etc.).

– La Formación u oferta de cursos, talleres de aprendizaje o de desarrollo de habilidades, grupos de reflexión o de análisis, etc., donde los sujetos pueden mejorar sus capacidades individuales para enfrentarse mejor con los problemas que se les presenta.

– La Animación Socio-Cultutal o invitación a participar activamente de un acto cultural, una fiesta, etc.

– La Construcción, Reconstrucción o Dinamización de las redes de apoyo psico-social que requiere un individuo determinado.

Cuando el objeto del trabajo es la Autogestión o capacidad colectiva de enfrentarse con los problemas comunes, las estrategias operativas adecuadas y más conocidas son:

– La organización de la comunidad o la de hacer participar activamente a la comunidad para que obtengan o creen aquel tipo de entidades, asociaciones o equipamientos que permitan analizar tanto las demandas como las respuestas o las necesidades de ese colectivo. La estrategia de organización o la estrategia de hacer avanzar a la comunidad, hacer una cultura de asociacionismo o solidaridad.

– El desarrollo de la comunidad o el establecimiento de planes participadores y colectivos que permitan remontar la situación de subdesarrollo económico que tiene una determinada comunidad, afrontando, al mismo tiempo, objetivos de producción, renovación tecnológica, capacitación profesional, poder colectivo para gestionar el desarrollo, etc.

– El proceso de cambio de una comunidad o el establecimiento de planes y programas colectivos y participados por una comunidad, con el objetivo de mejorar en la calidad de la relación o superación de aquellos comportamientos colectivos que podemos denominar como sociopatológicos, marginales, deficientes, etc.

Cuando el objeto de trabajo es la eficacia organizativa de la organización, también los contenidos y las formas acordes para obtenerlos deben ser reflejos de comportamiento societario. También aquí hay una serie de posibilidades conocidas:

– Complementación institucional o proyectos que se superponen a una determinada organización, entidad o equipamiento, con la intención de ayudar a la calidad de los objetivos que dicha organización, entidad o equipamiento se propone.

– Potenciación institucional o intervención que se realiza en los componentes de la organización con el objetivo de mejorar su capacidad productiva, participativa, etc. Hay técnicas específicas para ello: análisis institucional, consultores de procesos, seminarios de formación, laboratorios de sensibilización, etc.

– Desarrollo institucional o ampliación de los objetivos, o de la capacidad de articular nuevos miembros, o la incorporación de nuevas modalidades de prestaciones que ofrece a los asociados etc., a partir de aportaciones de tipo económico, incorporación de profesionales, ampliación de locales, etc. Los objetivos de una entidad, que funcionen bien, se amplían y/o se extienden a una población.

Cada una de estas estrategias operativas, acordes con los distintos objetivos: autonomía, autogestión, eficacia organizativa, requieren determinadas técnicas de trabajo, así como determinados comportamientos profesionales.

2.2.- NIVELES:

Cuando se habla de intervención social en la comunidad, casi siempre se habla exclusivamente de la población, cuando los protagonistas reales de cualquier proceso participativo en un sistema democrático son tres: la administración, los servicios y profesionales públicos y la población.

1).- La Administración: en un sistema de derecho, la administración es parte fundamental de los procesos participativos por muchos y diferentes motivos, como son las leyes y el marco legal, la financiación, creación y dotación de recursos, la contratación de personal, de los servicios… etc. Es importante subrayar es que no es posible un proceso participativo comunitario sin una clara relación con la administración local, es decir, el ayuntamiento. Una parte fundamental de la intervención comunitaria es la implicación del Ayuntamiento en el proceso.

2).- Los Servicios: es impensable una acción comunitaria globalmente entendida sin la participación en ella de los servicios y de los profesionales pertenecientes a ámbitos (institucionales, funcionales y técnicos) de intervención sectorial. Esto plantea la necesidad de una coordinación comunitaria entre los diferentes servicios, con especificación de funciones y papales, a la hora de realizar programas comunitarios, la existencia de instrumentos comunes y compartidos de conocimientos, y por último, la necesidad de superar las intervenciones sectoriales, parciales y fragmentarias.

3).- Comunidad: entendiendo por comunidad el tejido social de la población, sus grupos formales e informales, sus asociaciones de todo tipo y sus líderes formales e informales. Cualquier proceso comunitario necesita:

– Fortalecimiento y desarrollo de los grupos y asociaciones existentes, sean de tipo general (asociaciones de vecinos, partidos, sindicatos), sean de tipo sectorial o particular (asociaciones deportivas, culturales, filatélicas, etc.), ya que una acción comunitaria necesita de la aportación de todos y cada uno de los recursos que la comunidad misma ha constituido, aunque la aportación de cada cual variará en función de muchos y variado factores y elementos.

– Facilitar momentos de encuentro y colaboración entre las diferentes organizaciones y estructuras comunitarias respetando la autonomía de cada cual y facilitando el intercambio y el pluralismo entre ellas. Esa colaboración tiene limitarse a momentos particulares, programas comunes, etc.

– Facilitar la información y la formación de estos grupos sobre los temas y los problemas comunitarios y sobre eventuales programas de intervención comunitaria.

– Fomentar el nacimiento, descubrimiento y formación de líderes comunitarios, fundamentales para la dinámica positiva de las intervenciones comunitarias y para la participación activa de la comunidad.

– La construcción de un grupo comunitario representativo de todas las organizaciones de la comunidad y capaz de acarrear, junto con los diferentes técnicos y junto con la administración local, las intervenciones comunitarias coordinadas garantizando en ellas la máxima planificación de la comunidad.

La participación, desde la perspectiva del desarrollo humano, es al mismo tiempo un medio y un fin. El desarrollo humano hace hincapié en la necesidad de invertir en las capacidades humanas y después asegurar que esas capacidades se utilicen en beneficio de todos. En ello tiene una importante función la mayor participación: ayuda a elevar al máximo el aprovechamiento de las capacidades humanas y, además, constituye un medio de elevar los niveles de desarrollo social y económico. Pero el desarrollo humano también se ocupa de la satisfacción personal. De forma que la participación activa, que permite a la gente realizar todo su potencial y aportar su mayor contribución a la sociedad, también es un fin en si mismo.

Como la participación puede producirse en las esferas económica, social y política, cada persona participar necesariamente de muchas formas y a muchos niveles. En la vida económica, como productora o como consumidora, como empresaria o como empleada. En la vida social, como miembro de una familia o de una organización de la comunidad o de un grupo étnico o quizá de un grupo de presión. Todos estos papeles se trasladan e interactúan y forman pautas de participación que se interrelacionan y a veces se refuerzan mutuamente.

2.3.- CARACTERÍSTICAS:

Entendemos por Intervención Social el conjunto de acciones, proyectos y programas de iniciativa social, pública y privada que inciden en los procesos socioculturales y socioeconómicos de los grupos y sectores sociales con carencias y necesidades básicas, para transformar y/o mejorar su vida.

La comunidad, como sistema social, está formado por grupos que interactúan entre si y están interconectados por un entretejido social denominado “redes sociales”; el ámbito comunitario incluye, por tanto, al ámbito grupal y al ámbito individual, no pudiendo existir los unos sin los otros y dándose entre ellos una relación de interdependencia.

La comunidad es una unidad social cuyos miembros participan de algún rasgo, interés, elemento o función común, con conciencia de pertenencia, situados en una determinada área geográfica en la cual la pluralidad de personas interacciona más intensamente entre sí que en otro contexto.

Para Rezsohazy la comunidad es una entidad geográfica localizable que forma una unidad de vida y que ofrece a sus habitantes los equipamientos, los servicios, las relaciones y las oportunidades necesarias para su vida cotidiana.

El tejido social que establece la comunidad no excluye en absoluto las discrepancias y los conflictos entre los miembros de esa comunidad. Hay intereses comunes, pero también los hay divergentes; por tanto, en el seno de una comunidad encontramos clases, opiniones, barrios, generaciones, religiones, grados de riqueza o de pobreza diferentes…

En el desarrollo de la comunidad social se producen desequilibrios y desigualdades. El reparto de la riqueza. el saber y el poder es desproporcionado entre unos que se benefician con mayor o menor abundancia y otros que carecen de recursos básicos para su pleno desarrollo.

Frente a esta situación, la sociedad reacciona en dos grandes direcciones fundamentalmente:

– Con iniciativas dirigidas a mejorar las condiciones de vida mas carenciales y favorecer la integración social de los individuos marginados.

– Con iniciativas dirigidas a cambiar las condiciones de vida y las formas de relación social que las hacen posibles, promoviendo la emancipación de los sectores y grupos marginados.

Ambas direcciones se cruzan a menudo en la dinámica social y en la realidad concreta. Esta es compleja y diversa, en ella se entremezclan condiciones, necesidades e intereses que atañen a la economía, los derechos cívicos, la organización de la comunidad, etc. Todo ello no está formado por elementos aislados, sino que, como las piezas de un puzle, unos necesitan de los otros. Y no son puntuales, sino permanentes.

Las iniciativas que inciden o pretenden incidir en esos procesos surgen desde los poderes públicos, y también la iniciativa privada, fundaciones, grandes organizaciones, sponsors patrocinadores, etc., inciden o pretenden incidir en la realidad. En cuanto a la iniciativa social, las asociaciones y organizaciones sociales, la iniciativa popular…. El conjunto de todas estas acciones, programas y proyectos es lo que llamamos intervención social.

Las CARACTERÍSTICAS de la intervención social, en la que se basan los agentes de la intervención social, serían:

– Participación en el conocimiento, el reconocimiento de la realidad concreta; multiplicación, en el espacio de los grupos sectores sociales, de la información y la comunicación.

– Participación en la recuperación de la propia experiencia e identidad cultural del grupo o sector social, de su expresión y su comunicación.

– Participación en el desarrollo o reforzamiento de la capacidad de actuar colectiva y solidariamente, de la identidad social del grupo o sector social, multiplicación de la organización y la comunicación.

– El grupo no es el destinatario de una acción externa sino el sujeto de su propio proceso, apoyando o no desde fuera.

– La comunicación como proceso que recorre todas las direcciones, una comunicación horizontal y democrática.

No es posible modificar las condiciones de vida de nadie sin contar con su interés o su voluntad, o en contra de estos. Por otro lado la dirección de estos cambios no pueden ser la que determinen instancias ajenas al a propia realidad, en base a intereses extraños, sino la que responda a las necesidades e intereses, la voluntad y a la capacidad de abordar los cambios, a la experiencia y a la cultura de los sujetos sociales que viven esos procesos.

La participación es una condición necesaria para una intervención social, sin ella se acentúa el riesgo de manipulación, intervencionismo o despotismo: todo para la gente pero sin la gente.

Se trata de fortalecer la iniciativa social y las capacidades de la propia comunidad para poder hacer frente a los problemas y necesidades, por si misma, utilizando todos los recursos a su alcance, los propios de la comunidad, los que puedan desarrollarse y los ajenos que puedan conseguirse.

Este objetivo debe ser asumido en cada uno de los campos de la intervención social, particularmente cuando la iniciativa sea pública: la administración, tiene la obligación de promover la iniciativa de la comunidad social, no controlarla o tutelada y mucho menos supliría. Promover la iniciativa social significa multiplicar la eficacia de la intervención social.

El modelo de intervención comunitaria ha aportado nuevos objetivos y forma diferente de entender los servicios sociales, dando mayor importancia a la participación: el individuo y la comunidad se responsabilizan en la resolución de los problemas sociales:

– Evitando el desarraigo o la separación del individuo de su entorno social: intentándose solucionar los problemas desde el mismo contexto en que aparecen.

– Dando énfasis a la prevención: potenciando la capacidad de los individuos y de la comunidad para hacer frente a los problemas sociales.

– Cambiando el rol del profesional, pasando este de ser un experto que tiene acceso exclusivo al conocimiento a ser un transmisor de información y capacidades.

– Dando importancia a la interacción entre el individuo y su entorno en la génesis y solución de los problemas.

Estos cambios en la prestación de los servicios sociales comportan un cambio en la relación entre profesional y usuario. Este relación se convierte en una de las principales herramientas con que cuenta el profesional para intervenir.

2.4.- APTITUDES

Las Aptitudes con que deberán contar los agentes de la intervención social son:

– Tolerancia

– Iniciativa

– Disponibilidad

– Facultad de observación

– Capacidad de adaptarse a las personas

– Responsabilidad

– Equilibrio nervioso

– Motivación para el trabajo

– Trabajo en equipo y Secreto profesional.

Rol de los Agentes de Intervención Social:

1.- Iniciador de procesos sociales.

2.- Catalizador de fuerzas colectivas

3.- Modelo de comportamiento.

4.- Líder de grupos.

5.- Educador.

Objetivos de los Agentes de Intervención Social:

1.- Facilitar la relación personal.

2.- Promover actitudes cooperativas.

3.- Despertar en la gente un deseo de participación.

4.- Acoger y canalizar las iniciativas colectivas.

3.- Suscitar sentido critico frente a situaciones sociales.

6.- Ayudar a los grupos a saber plantear sus problemas.

7.- Ser agente de cambio social.

8.- Motivar a los grupos.

9.- Aclarar los objetivos a alcanzar.

10.- Coordinar las actividades.

11.- Ofrecer los recursos técnicos necesarios.

12.- Promover la autocrítica.

13.- Dar métodos, no caminos ni soluciones.

14.- Velar por el clima del grupo y ayudar a superar eventuales conflictos.

Funciones de la Atención Personal como relación:

1.- Informar y Comunicar: transmisión de conocimientos y capacidades.

2.- Motivar: potenciar la participación, la asunción de responsabilidades en la solución de los problemas.

3.- Evaluar y diagnosticar con una función preventiva: rastrear las capacidades y competencias para potenciarías. Buscar factores de riesgo.

4.- Evaluación del individuo: en relación a su entorno para buscar las causas, intervenir en la interacción y potenciar los recursos.

5.- Ampliar la percepción que tiene el individuo de su realidad.

De acuerdo con estos principios, la atención personal responde a un modelo de competencia el cual se inspira en dos objetivos:

1.- Promover los recursos y habilidades individuales para acceder a recursos del entorno social y afrontar los problemas.

2.- Desarrollar comunidades y organizaciones competentes.

Funciones que han de ejercer los agentes de la Intervención Social

1.- Funciones de conocimiento de la realidad física y humana en la que actúa.

2.- Funciones de planificación de la intervención, tanto si se trata de programas globales, como de proyectos de actividades concretas.

3.- Funciones de intervención sobre el conjunto del territorio o sobre pequeños grupos de acción y sobre el conjunto del territorio.

a) En la Intervención centrada en los grupos de acción, las funciones básicas son:

– funciones de poner en contacto a las personas, facilitando encuentros y puntos de relación.

– motivar procesos de grupo a partir de iniciativas concretas, ayudando a crear grupos de acción y de relación.

– ayudar a los grupos a estructurarse y a organizarse, realizando diversas acciones de ayuda: funciones de enmarcamiento, estableciendo un marco normativo, ayudar a aplicar los acuerdos que se formulen, ayudar a resolver los conflictos; funciones de organización, estableciendo un marco de organización básica, regulando el funcionamiento de la organización instituida, analizando su funcionamiento…; funciones de animación de la vida del grupo, facilitando las comunicaciones, favoreciendo la cooperación, posibilitando el análisis y la regulación…; funciones de animación de las actividades, motivando al grupo, ayudarlo a centrar sus opciones de actividad, ayudando al grupo a organizarse para la actividad, ayudando a las personas a actualizar sus recursos personases; funciones de relación personal, aportando seguridad, estableciendo un clima afectivo, ayudando personalmente…; funciones de atención de las necesidades básicas cotidianas en régimen de convivencia; y funciones de gestión de equipamientos e instituciones.

b) En la intervención sobre la globalidad del territorio, las funciones básicas son:

– Funciones de difusión de iniciativas, de información y asesoramiento.

– Funciones de ayuda o promoción de iniciativas

– Funciones de relación con las instituciones, entidades y grupos, poniendo en contacto, promoviendo el establecimiento de pactos y alianzas y favoreciendo los sistemas de coordinación y cooperación.

Hay que subrayar el carácter interdisciplinario de su intervención y su inscripción en programas de acción compactada.

3.- AFECTIVIDAD E INTERVENCIÓN SOCIAL: ACTITUDES DE LOS PROFESIONALES DEL ÁMBITO SOCIOCOMUNITARIO.

Ante la evidente época de profundas transformaciones sociales que estamos viviendo en todo el mundo, en las que cuestiones que parecían establecidas y reguladas se transforman en otras, modificándose y planteando nuevas necesidades y situaciones, los agentes de la intervención social no pueden perder su papel progresista y dedicarse únicamente a ayudar a resolver necesidades puramente individuales fuera de sus contexto real y a un nivel solamente terapéutico y nunca preventivo.

En primer lugar, los agentes de la intervención social tienen que asumir realmente la comunidad de la base como punto de referencia real y directo de las intervenciones, prestaciones, servicios y programas sociales.

En segundo lugar, asumir realmente aquellos factores estructurales que configuran la comunidad y la determinan; asumirlos uno por uno, por lo que ello significa, y asumirlos en sus mutuas y recíprocas interdependencias e interrelaciones.

Y por último, pasar de una acción sobre las consecuencias a una acción también sobre las causas

En las nuevas formas de intervención social, en primer lugar se demanda un cierto compromiso emocional del profesional que, en parte al menos, deberá identificarse con la comunidad natural con la que está trabajando, y donde habrá de convertirse en un “participante activo en el desarrollo de recursos comunitarios”. La idea de participante conceptualizador, que hace hincapié en el componente activista del profesional, es una idea insistentemente repetida dentro de la perspectiva comunitaria de Trabajo Social.

En este misma línea, la idea del profesional como facilitador, colaborador y defensor caracteriza en buena medida lo que se pide del mismo desde el marco del fortalecimiento y crecimiento de las comunidades, como facilitador o activador del cambio, pero no como protagonista del mismo, o no al menos directamente.

En el proceso mismo del cambio, y la relación que se establece entre el interventor y el sistema son tan importantes como el mismo contenido de la intervención. Cuando el protagonista y la responsabilidad son para el interventor, si es el profesional a quien se atribuye lo realizado, se estaría reforzando la falta de control de los sujetos y las comunidades, y, por tanto, su empobrecimiento y su ineficacia.

Si partimos de un modelo que enfatiza él crecimiento, desarrollo y funcionamiento de las comunidades y sus componentes, el nuevo profesional deberá facilitar el desarrollo y utilización de los recursos de la comunidad de manera que ésta pueda: anticipar y lidiar con sus problemas, en lugar de defenderse de ellos, enfrentarse a situaciones de tensión efectivamente y ser menos vulnerables a los efectos de las crisis personales y/o sociales, y diagnosticar y tratar problemas en sus etapas incipientes, haciendo uso máximo de todos los recursos disponibles a la comunidad, tanto físicos como psicológicos y socioculturales.

Desde este enfoque habría que subrayar cómo el centro de gravedad del control y del poder radicaría en la comunidad, no en el agente interventor, en el técnico, ni en los organismos promotores. Y es, por tanto, a partir de esta nueva relación tecnicos-comunidad, en el marco de los objetivos de trabajo señalados (aumento del control y la eficacia de individuos y comunidades) donde quedaría definido el nuevo papel del trabajador y el educador social.

Todo cambio personal, social o institucional produce inseguridad, ya que requiere una reorganización de conocimientos, de actitudes y de sentimientos. Los cambios externos precisan de cambios, tanto en las personas como en los profesionales para llegar a comprenderlos y poder relacionarse con ellos. Es por eso que los cambios se identifican con algo negativo por la ansiedad que producen y por la incertidumbre que conllevan hasta que no se han llegado a integrar.

Los agentes de la intervención social deben pasar de una posición defensiva centrada en los problemas, a una actitud más optimista que permita descubrir en el mismo, en los usuarios de los servicios sociales y en la misma sociedad, mecanismos y estrategias que posibiliten y promuevan cambios favorables de dificultades.

Por eso que los profesionales de la intervención social han de incorporar para sí mismos actitudes de progreso, de creatividad, de salud, que permitieran integrar nuevas aportaciones científicas y tecnológicas, e incluir nuevos puntos de vista en el análisis de situaciones sociales.

La atención Personal como Relación

Numerosas investigaciones han demostrado que la relación interpersonal con un profesional es un factor decisivo en el aumento de la motivación y el mantenimiento de un proceso de cambio a largo plazo en personas con problemas.

Los cambios son más importantes cuando hay una relación cara a cara con un consejero, que cuando se utilizan otros procedimientos impersonales de autoayuda. En estos casos, el factor importante no es sólo la interacción con el consejero, sino la forma en que éste actúa durante la relación. Estilos muy directivos y de confrontación producen niveles mucho más altos de resistencias, mientras que un estilo más empático es asociado con menor resistencia y mejores cambios a largo plazo (Miller y Rollmick, 1991).

Procesos que intervienen en la Atención Personal como Relación.

Uno de los principales efectos que se persiguen a través de la atención personal como relación es la influencia. Ya sea para ampliar la percepción y conocimientos del usuario, o para cambiar actitudes, motivar, aumentar la autoestima, ayudar a afrontar situaciones de crisis, ayudarle a cambiar su forma de enfrentarse a los problemas o orientarle en el acceso a los recursos, el profesional tratará de influir a través de la relación.

Cómo se ejerce la influencia en la relación:

– Dar información e instrucciones

– Actuar como modelo

– Dar retroalimentación

– Prever medios

– Reestructurar cogniciones y percepciones

– Ofrecer apoyo emocional

La Motivación

Uno de los factores más relevantes en la atención personal es la usuario. Los Indicadores de la Motivación son:

1.- Existe un alto nivel de energía invertida: esta se manifiesta en los esfuerzos que hará el individuo para llegar a sus metas y los contenidos emocionales asociados a ellas.

2.- Existe una dirección clara hacia donde se dirigen los esfuerzos.

3.- Se da persistencia en la conducta dirigida hacia las metas.

4.- Se da la suficiente flexibilidad en los caminos para llegar al objetivo.

Los factores que influyen en la motivación:

Si queremos influir en la motivación de una persona, debemos analizar e intervenir en cada uno de los factores que la componen:

a) Interés , actitudes y creencias

b) Definición y características de metas concretas

c) Discrepancia entre la situación actual y las metas

d) Información sobre posibles caminos a seguir

e) Habilidades y competencias

f) Expectativas, percepciones de control y autoeficacia percibida e

Características de las Intervenciones Motivacionales:

1.- Consejo: ofrecer un consejo claro para cambiar (un médico recomienda dejar de beber y ofrece información práctica de cómo hacerlo).

2.- Barreras: remover las barreras prácticas al cambio (costo del tratamiento, transporte, cuidado de los niños, rechazo de personas próximas…).

3.- Elección: ofrecer a las personas opciones entre las que el sujeto puede elegir libremente una estrategia de cambio.

4.- Deseabilidad: reducir la deseabilidad percibida de la conducta problema.

5.- Contingencias externas: utilizar influencias externas (trabajo, familia, autoridades,…) o ganancias o costos externos para presionar hacia el cambio.

6.- Retroalimentacion: ofrecer feedback objetivo y creíble sobre el problema actual.

7.- Metas: definir metas específicas, deseables y factibles.

8.- Actitud de ayuda: el sujeto debe percibir que nuestra actitud es empática y con una clara disposición para colaborar con él en la consecuencia de sus metas.

La Motivación a través de la Participación:

Numerosas experiencias demuestran que una persona está mucho mas motivada para llevar a cabo una tarea o un cambio cuando ha participado en la búsqueda de solucionas y exploración de alternativas, ha analizado pros y contras, ha podido influir en la toma de decisiones y tiene un papel activo en la gestión del cambio.

Las estrategias muy directivas son menos eficaces que las participativas.

La Motivación a través de la Comunicación:

Hay tres tipos de comunicación que favorecen la motivación:

– Establecer y clarificar metas y organizar las actuaciones para conseguirlas.

– Dar y organizar la información

– Transmitir apoyo y reconocimiento

4.- LA COLABORACIÓN CON OTROS PROFESIONALES Y EL TRABAJO EN EQUIPO

Surge de una doble necesidad: eficacia y profundidad y del desarrollo de potencialidades individuales con ayuda de otros. Es una necesidad insoslayable para intervenir en una realidad social de complejidad creciente y no es una finalidad en sí mismo, sino un instrumento.

Condiciones y Exigencias:

· Superar la herencia individualista.

· Superar la competencia y rivalidad profesional.

· Aceptar una estructura de funcionamiento.

· Base filosófica compartida.

· Lenguaje común.

· Confianza (romper resistencias y prejuicios.

· Interdependencia y complementariedad humana e interprofesional.

· Responsabilidad común compartida.

· Fines compartidos. Colaboración horizontal: ayuda mutua.

· Modelo de comunicación.

· Evaluación del trabajo.

· Combinar las relaciones técnicas o funcionales con los factores humanos y la dimensión jurídica (normas).

· Delimitación y distribución de funciones y tareas (no todos en todo).

· Capacidad para integrar oposiciones y afinidades (tensiones, conflictos).

· Atención a lo personal y búsqueda del espíritu de equipo, tanto a nivel de trabajo manifiesto, expreso, racional, coherente, consciente ..), como a nivel emocional.

· Pasar del Yo al Nosotros = Cohesión.

· Vivencia de pertenencia a un equipo.

Proceso de Formación de un Equipo:

El equipo nace como necesidad de atender una situación, permanece mientras dura el fin y desaparece cuando se alcanza el fin.

La constitución de un equipo de trabajo dentro de un contexto organizacional requiere:

– análisis del contexto institucional.

– análisis de las resistencias.

– estrategias de actuación frente al boicot institucional.

– identificar objetivos (manifiestos y latentes) de la institución.

– identificar los acondicionamientos objetivos al Trabajo en Equipo.

La dinámica de formación del equipo pasa por:

– Identificación, Complementariedad, Diferenciación.

– Formación, Constitución.

– Resistencias: desconfianzas, competencias, contexto ideológico… (los miembros de un equipo no son todos iguales, idénticos e intercambiables).

– Descripción de tareas.

– Determinación de sistemas de coordinación.

– Determinación de funciones y roles (intercambio de roles).

La Salud y Moral del Equipo:

Es la expresión de la madurez y cohesión del equipo. El equipo efectivo debe:

– ganar tiempo y energía: circulación más rápida de la información regionalización de las acciones

– romper resistencias, prejuicios

– asumir la complementariedad

– diversificar los modelos intelectuales

– utilizar adecuadamente los recursos personales productividad individual

– Garantizar una calidad para el control de las acciones individuales y la cohesión de respuestas

– facilitar la generación de hipótesis diversas que permitan la reflexión teórica favorecer el análisis sistemático e investigación

– dar mayor fuerza a los procesos de negociación

Para que exista una Moral de Grupo es preciso que en los miembros del mismo se den:

– convicciones firmes

– conocimiento del trabajo

– valores personales en concordancia con los del grupo

– coordinación de esfuerzos

Los síntomas de la moral alta de un grupo son:

– espíritu de trabajo

– esfuerzo sostenido

– satisfacción

– entusiasmo

– resistencia a contratiempos

Las condiciones favorecedoras de la moral alta son:

– existencia de un objetivo común conocido

– que los miembros sientan que el objetivo es valido

– que los miembros estén convencidos de que el objetivo puede ser alcanzado

Los factores psicológicos que influyen sobre la moral son:

– sacrificio mutuo

– sentirse partícipe del grupo

– tener convencimiento de la importancia de los esfuerzos propios

– sentir experiencia de progreso

– tolerancia y libertad

– el tipo de mando: permisivo más que autoritario.

Características del buen funcionamiento de los grupos:

– Mayor preocupación por los objetivos que por las normas de funcionamiento

– Interacciones frecuentes entre los miembros, tanto del jefe con los miembros como con otras estructuras jerárquicas.

– Comunicaciones frecuentes y ágiles

– El jefe no toma decisiones aisladas cuando éstas afectan a otros servicios o miembros, excepto en caso de urgencia o cuando sea imposible el acuerdo del grupo

– Participación en los problemas y objetivos de otros grupos. Actitud de apertura

– Todos los miembros del grupo están permanentemente informados de los objetivos, tanto propios como de otros grupos con los que hay que colaborar.

– Se valora más la función de mando que al jefe mismo. Se valora más la “idea” que representa el jefe.

– El jefe desaprueba conductas particularistas y estimula la cohesión del grupo.

– No hay reserva de informaciones por parte de los miembros del grupo.

La Coordinación en el Trabajo en Equipo.

La FINALIDAD es la de armonizar las actividades y esfuerzos de un conjunto de personas con el fin de que las tareas asignadas a cada uno encajen dentro de una totalidad y favorecer, así, la interrelación para una mejor consecución de objetivos.

CONSISTE en intercambiar ideas y compatibilizar criterios de actuaciones con el fin de ordenar metódica y armoniosamente las actividades, servicios y personas, a fin de que cada una de las actividades contribuya al logro de los objetivos propuestos.

Los TIPOS de Coordinación son:

– Preventiva: tiene por finalidad asegurar la armonización de actividades previamente a su realización. Cada uno informa y es informado acerca de lo que va a hacer en función del objetivo común. Esto permite: hacer una cuidadosa distribución de tareas para evitar conflictos e interferencias, y que cada uno conozca las tareas que debe realizar y la relación de estas con las demás, ya que todos constituyen un conjunto.

– Operativa. se ejerce durante la ejecución para mantener la armonía de factores y esfuerzos y/o hacer ajustes en función de hechos imprevistos e incidentales.

NIVELES de Coordinación: político (afecta a las directrices globales de actuación y asignación de recursos), técnico (formulación de programas sectoriales relacionados entre si), y territorial (implementación operativa a nivel territorial de todos y cada uno de los programas formulados sectorialmente para una unidad geográfica superior).

Dificultades del Trabajo en Equipo.

Factores Personales:

– pensar que el desacuerdo es un ataque personal

– orientarse hacia el conflicto en vez de hacia las soluciones

– pensar que el discrepar es una ataque a los demás

– creer que uno debe tener la solución perfecta

– no saber expresar los desacuerdos

– no saber apreciar las ideas y actuaciones buenas de los demás

– pensar que son los demás los que están equivocados -~

– no asumir las decisiones del equipo como propias cuando se discrepa

– pensar que el trabajo en equipo es una pérdida de tiempo

– sentirse en la obligación de demostrar lo que no sabe

– pensar que para que el trabajo en equipo sea eficaz todo el mundo tiene que ser muy amigo

Factores Organizativos:

– no definir claramente los objetivos y los problemas

– no distinguir el trabajo individual del grupal

– deficiencias en la infraestructura

– no distribución clara de tareas y funciones

– no distinguir entre las competencias individuales de las grupales

– no tener establecidos cauces claros de comunicación

– organización defectuosa de archivos, procedimiento, documentación..

– no clarificación de la dependencia

Mecanismos de Superación

A Nivel Personal:

– Desarrollo de habilidades sociales: saber discrepar, saber reforzar a los demás y aprender a expresar sentimientos.

– Reestructuración cognitiva de ideas irracionales: “debo demostrar a los demás lo que se , “no puedo cometer errores, nadie debe invadir mi campo profesional…”,

– Desarrollo de habilidades en solución de problemas: saber delimitar y definir objetivos y problemas, saber generar alternativas y evaluarlas, y evaluar resultados y realizar correcciones.

A Nivel Grupal:

– Dedicar el tiempo necesario a los aspectos organizativos del equipo: distribución del tiempo, de responsabilidades y tareas. ficheros, sistemas de comunicación,; cuestionarios, informes, protocolos comunes…

– Establecer mecanismos para la toma de decisiones: desde el consenso a sistemas de votación o que decida aun tercero.

– Clarificar la situación del equipo en el organigrama institucional.

– Determinar que decisiones debe tomar el equipo y cuales son individuales.

Multiprofesionariedad, interdisciplinariedad:

Actualmente es común en los ámbitos de trabajo donde confluyen diversos profesionales en la resolución de diferentes problemas hablar de interdisciplinar, multidisciplinar o manejo integral de los problemas, aplicados tanto a cuestiones de investigación como de intervención social.

Hay muchas aproximaciones teóricas al trabajo interdisciplinar, desde Piaget que lo definen como “el intercambio y la integración recíproca entre varias ciencias que dan como resultado el enriquecimiento mutuo”, hasta la definición que en el campo de la intervención comunitaria hace José Mª Rueda: “el equipo interdísciplinar es un conjunto de profesionales diferentes encarados hacia un objeto común, igualados en el momento de hacer aportaciones, pero diferentes en el tipo de información y de intervención que pueden hacer y capacitados para reorganizar sus actuaciones”.

En lo referente a la diferenciación entre multidisciplinariedad o pluridisciplinariedad e interdisciplinariedad hemos de tener siempre presente que la interdisdiplinariedad hace referencia al funcionamiento operativo en el manejo de problemas, y los primeros sólo hacen referencia a la composición del equipo. Por ello nos referimos a la interdisciplinariedad como referente para el manejo integral de problemas sociales.

Fases en el desarrollo de la Interdisciplinariedad.

Siguiendo a Ramón Dengra Molina (psicólogo) y Juan Francisco Delgado Morales (coordinador), de los Servicios Sociales Comunitarios de la Diputación de Granada, las fases por las que pasa el trabajo Interdisciplinar, serían:

1).- Se caracteriza por un acercamiento a los problemas de manera multidisciplinar, entendiendo ésta como el “hacer” los diferentes profesionales de forma independiente y por separado. La consecuencia negativa de este modelo son diversas. Por supuesto se sobreentiende que no se posibilita un abordaje integral de los problemas. Además el desarrollo de este modelo ha dificultado el desarrollo de un modelo organizativo de los Servicios Sociales que posibilitará una coordinación horizontal y vertical desde un punto de vista interdisciplinar.

2) – Se caracteriza por la definición e implantación de un modelo organizativo, no con pocas dificultades, y esto conlleva el superponer al trabajo individualista y/o corporativista una coordinación horizontal (división funcional del trabajo) y vertical (jerarquía administrativa) que posibilita el abordaje de los problemas de manera integral, en tanto que, por su naturaleza, las tentativas de solución no son exclusivas de una sola disciplina.

En esta fase todas las disciplinas han tenido que reacomodarse a la nueva situación. En ella han comenzado a intervenir variables organizacionales en el diseño de una organización en la que cada profesional juega un papel más o menos definido, según el puesto a desempeñar, y donde varias disciplinas pueden optar a un mismo puesto generalmente en los puestos de gestión estableciéndose igualmente una jerarquía administrativa.

Evidentemente este modelo permite llevar a cabo el trabajo en equipo de manera interdisciplinar, pero para ello hay que entrenar a los profesionales en este aprendizaje, así como definir los objetivos que se tienen, medios con los que se cuenta y estrategias que se van a llevar a cabo, calendario, espacios de coordinación y métodos de evaluación del trabajo.

Este modelo que ha profundizado en la funcionalidad del equipo interdisciplinar, no ha incorporado funcionalidad de las intervenciones de lo equipos en relación a los usuarios de los programas. Es un avance del anterior pero aún queda por incorporar a él lo que nos parece más importante.

3).- En muchos casos aun por llegar, debe consistir no sólo en el abordaje integral de los problemas a través de los equipos interdisciplinares, sino que debe posibilitar que la asignación de recursos (materiales, económicos, informativos, sociales, instrumentales, etc.) se realice contingentemente a la instauración o desarrollo de conductas competentes y/o adaptativas, mediante la adecuada programación y evaluación de las intervenciones.

Con todo ello se quiere hacer resaltar que se trabaja en equipo de manera funcional, a cuando se posibilita la aparición de relaciones funcionales entre la asignación de recursos a las conductas de los usuarios de los Servicios Sociales Comunitarios.

BIBLIOGRAFÍA

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– Brauns, J., Khamer, D. “El trabajo social en la sociedad de la información”. Nuevos retos y oportunidades”. Revista de Trabajo Social, Barcelona, 1985.

– García Lizano, A. “Crisis, política económica y participación “. Universidad de Málaga, 1982.

– Marchioni, M. “Desarrollo Comunitario”. Ed. Novaterra, Barcelona.

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– Rezsohauzy, R. “El desarrollo cornunitario. Participación, programas, innovar”. Ed. Narcea S.A., Madnd, 1989.

– Sanchez Vidal, A.: “Psicología Comunitaria: bases conceptuales y métodos de intervención”. Barcelona, PPU, 1988.

– Documento de “Jornadas sobre la Formación de educadores y agentes socioculturales”, Generalitat de Catalunya, Barcelona, mayo de 1988.

– Documento sobre “Trabajo en equipo”. Universidad de Valladolid, Escuela Universitaria de Trabajo Social”. Belorado, enero de 1992.

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