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Tema 15 – Educación para la igualdad.

EDUCACIÓN NO DISCRIMINATORIA. ELIMINACIÓN DE PREJUICIOS SEXISTAS Y RACISTAS EN LA ESCUELA.

INDICE

0. INTRODUCCIÓN.

1. EDUCACIÓN PARA LA IGUALDAD.

1.1 MUJER Y EDUCACIÓN. LA LUCHA POR SUS DERECHOS.

1.2 DESDE LA DESIGUALDAD A LA COEDUCACIÓN.

1.3 OBJETIVOS DE LA EDUCACION PARA LA IGUALDAD.

1.4 LA COEDUCACIÓN.

2. EDUCACIÓN NO DISCRIMINATORIA.

2.1 HACIA UNA EDUCACIÓN INTERCULTURAL.

3. ELIMINACIÓN DE PREJUICIOS SEXISTAS Y RACISTAS EN LA ESCUELA.

3.1 JUSTIFICACIÓN LEGAL.

3.2 EDUCACIÓN PARA LA IGUALDAD Y NO DISCRIMINATORIA EN EL CURRÍCULO.

3.3 ASPECTOS METODOLÓGICOS.

4. BIBLIOGRAFÍA..

0. INTRODUCCIÓN.

El tema que vamos a desarrollar a continuación “La educación para la Igualdad. Educación no Discriminatoria. Eliminación de prejuicios sexistas y racistas en la escuela”, se encuadra dentro de la Reforma Educativa en las llamadas materias transversales. Se encuentran bajo esta denominación también temas como la Educación para la convivencia y la paz, la Educación para la Salud, la Educación moral o la Educación medioambiental.

Los temas transversales han constituido, y siguen constituyendo en numerosas ocasiones, elementos básicos de lo que se ha llamado currículum oculto o latente. Dichos contenidos (salud, medioambiente, sexualidad, igualdad, cooperación, consumo, etc) constituyen un punto de referencia obligado para un número importantísimo de valores y actitudes, que conforman la conducta social del individuo. Es por ello que la educación ha tenido y tiene un carácter reproductor de la estructura y valores sociales dominantes.

Por tanto, podemos asegurar que cuando algunos dicen que ellos no plantean estos contenidos como propios de la enseñanza, lo que realmente deberíamos entender es que no lo explicitan, que lo mantienen dentro de lo que hemos denominado currículum oculto.

A este respecto, la Reforma Educativa plantea la necesidad de que estos aspectos (contenidos y enseñanza) se expliciten en los diferentes niveles del Diseño Curricular. Por ello, los conceptos, procedimientos y valores propios de la cultura democrática deben figurar de una manera explícita y contundente en el proyecto educativo y curricular de un centro, por un lado, y de los planteamientos disciplinares e interdisciplinares, que pueden realizarse en el ámbito de la programación de aula de cualquier profesor, por otro.

Una vez enmarcado el tema dentro de la reforma educativa, sería preciso justificar la elección de este tema para su desarrollo, y podríamos plantearlo en dos cuestiones básicas:

– La importancia de los contenidos transversales en las sociedades post-industriales y altamente tecnologizadas, y más concretamente en la adolescencia.

– Este tema mantiene relaciones directas con todos los temas relativos a los contenidos transversales: Educación para la Paz, Sexual, e indirectamente, con los temas dedicados a la enseñanza y al aprendizaje.

Todo ello justifica la necesidad de desarrollar este tema para que nos sirva como referente de actuación a la hora de abordarlo dentro de la práctica educativa.

1. EDUCACIÓN PARA LA IGUALDAD.

Las actitudes sexistas que tan frecuentemente aparecían en el modelo educativo anterior, claro reflejo de la sociedad en la que se encuadraba, ya no se producen. Esta afirmación es claramente falsa y debe mover nuestro trabajo educativo a la lucha contra estas actitudes.

A lo largo de la historia han cambiado los ideólogos, las filosofías, las religiones, los sistemas políticos y económicos, etc., pero si hay algo que aún permanece invaria­ble es la relación social hombre-mujer.

El androcentrismo consiste en considerar al ser humano de sexo masculino como el centro del universo. Es precisamente la mitad de la humanidad la que posee la fuerza (ejércitos y policía), domina los medios de comunicación de masas, el poder legislativo, gobier­na la sociedad, tiene los principales medios de producción y es el dueño y señor de la técnica y de la ciencia.

La paradoja es que la visión endocéntrica del mundo no es la que poseen los hombres, sino la que poseen la inmensa mayoría de los seres humanos, hombres y muje­res.

Que el hombre es el centro de la especie humana es una idea ridícula que no se ha conseguida desterrar desde que hace miles de años empezó a imponerse. Su visión es simplista, parcial y sin relieve. Le hace falta el necesario contraste de otra razón, de otro punto de mira. Basta introducir el punto de vista de la mujer y una de las muchas formas de hacerlo es a través de la educación y más concretamente en la escuela, lugar privilegiada donde se puede abordar un cambio profunda en la mentalidad de las individuos, así como en sus puntos y modelos de conducta.

La Reforma Educativa deja claro una serie de principios con los cuales podremos trabajar este tema. La LOCE (2003) destaca dentro de su ART 2, lo siguiente:

“ La actividad educativa se desarrollara atendiendo la efectiva igualdad de derechos entre los sexos, el rechazo a todo tipo de discriminación, y el respeto a todas las culturas”.

La intervención educativa debe tener este principio como guía de actuación, y pretendemos con el desarrollo de este tema aportar una serie de indicaciones que faciliten la práctica educativa

1.1 MUJER Y EDUCACIÓN. LA LUCHA POR SUS DERECHOS.

Tradi­cionalmente, en las sociedades patriarca­les, además de las divisiones sociales entre los diversos grupos sociales, ha exis­tido una división sexual del trabajo y de las actividades sociales, generándose de esta manera unos estereotipos sexuales a los que se le han asignado, de manera dicotó­mica, un grupo de tareas, actitudes, tareas y trabajos diferentes.

Esta división social respecto al sexo se ha prolongado a lo largo del tiempo, hasta nuestros días, en unas sociedades de una manera más profunda que en otras.

Veamos los hitos más importantes de los avances de los derechos de la mujer en nuestro país:

1) Hasta el siglo XVIII, se consideraba que la mujer no precisaba de formación, ya que para la realización de las tareas que tenía encomendadas no requería una for­mación especifica.

2) A partir del siglo XVIII, y especial­mente durante el siglo XIX, las mujeres comienzan a acceder a la educación (por supuesto, separada de los varones), pri­mero a la Primaria y a una formación adecuada para formar a sus hijos y hijas; con posterioridad accederán a los estu­dios de magisterio, comercio, correos, bi­bliotecas; no autorizándose su acceso a la Universidad hasta 1910.

3) A partir de comienzos del actual siglo, es cuando se consiguen avances importantes que van a culminar con los derechos que se le reconocen en la Cons­titución de 1931: derecho a votar, se instauran las escuelas mixtas, se le permite ser funcionaria.

4) Con la llegada de la Dictadura de Franco, la mayoría de los logros consegui­dos se pierden y, por lo tanto, se profundi­zan en la desigualdad de los sexos:

– Se suprimen las escuelas mixtas.

– Se crean asignaturas obligatorias para las mujeres (hogar, cocina,..).

– No se permite el ejercicio de determinadas carreras (fiscal, judicial,…).

– Hasta 1968 no tienen acceso a las Universidades Laborales.

5) La Ley General de Educación, va a iniciar el camino de reconquista de los derechos educativos de las mujeres (es­pecialmente en las escuelas públicas que no en las privadas-religiosas), de esta manera se establece:

– Educación mixta, ya pueden recibir la educación niños y niñas en las mismas aulas.

– Desaparición de las enseñanzas pro­pias de la mujer (hogar, costura,…)

– Acceder a la Formación Profesional.

1.2 DESDE LA DESIGUALDAD A LA COEDUCACIÓN.

En 1970, la Ley general de Educación establece las bases de lo que se conoce como escuela mixta. Hasta ese momento, las niñas y los niños recibían una educación diferenciada, ya que su futuro social se definía de manera distinta. Las mujeres debían formarse para ser buenas madres y esposas.

A partir de 1970, las chicas y los chicos se van a sentar en las mismas aulas y a compartir las enseñanzas que el profesorado imparta.

Pero poco a poco irán desapareciendo aquellas áreas específicas de niñas, como Enseñanza del Hogar o aquellos contenidos distintos según fuesen dirigidos a chicos o chicas, como la Educación Física. La escuela mixta se fue generalizando hasta nuestros días y provocó una gradual incorporación de las mujeres al sistema educativo. Pero en ningún momento se hizo un análisis del currículum al que se accedía, por lo que las mujeres se integraron en el modelo imperante, considerando como universal, perdiendo y eliminando aquellos valores, actitudes y conocimientos que tradicionalmente se habían considerado como femeninos.

Los datos actuales nos demuestran que cuantitativamente la participación en el sistema educativo de los chicos y las chicas es similar, pero no ocurre lo mismo cualitativamente.

Lo mismo ocurre en el ámbito de la Formación Profesional en donde las diferencias son enormes, siendo las ramas Administrativas y Comercial, Sanitaria, Peluquería y Estética y Hogar, las más elegidas por alumnas. Mientras que los alumnos prefieren mayoritariamente Eléctrica, Automoción o Metal.

También observamos que el acceso del colectivo de las docentes a los puestos de responsabilidad en el mundo educativo, es minoritario a todos los niveles, aunque sea un sector laboral mayoritariamente femenino.

En PRIMARIA la proporción de directoras es un 4,5% frente al 7,6% de subdirectoras.

La mujer docente sólo representa en la Universidad el 7,3% de los puestos de cátedra, el 6,7% de las vicerrectorías y el 4,3% de decanatos.

¿Qué ha ocurrido para que existan esos desequilibrios?. ¿Cómo acceden al sistema educativo las chicas?. ¿Qué actitudes, normas o valores son prioritarios?. ¿Son iguales las experiencias, motivaciones, etc… de unos y de otros?.

Estas son algunas de las cuestiones que debemos analizar si queremos una verdadera “Pedagogía de la igualdad”

En nuestra sociedad los modelos que se presentan a hombres y mujeres no son los mismos. Existen normas de conducta y expectativas de las posibilidades individuales, basados en un sistema de valores distintos y jerarquizados, que organizan todos los aspectos de nuestra sociedad, estableciendo una relación de poder. Así nos encontramos con que las cualidades tradicionalmente “masculinas” son las que tienen un fuerte prestigio, como la valentía, la agresividad, la competitividad, etc., frente a las tradicionalmente “femeninas” como la ternura, la intuición, la espontaneidad, etc., que están infravaloradas.

Es fácil escuchar a un niño de edad escolar, la exposición: “Pareces una niña” para menospreciar al compañero. Le está indicando que representa lo que no tiene valor, aquello a lo que no hay que parecerse. Es el género devaluado.

En el mundo adulto la frase, “Son cosas de mujeres” nos marca el límite de la importancia o no del hecho, no hay que perder el tiempo en ello. Todo lo femenino queda poco a poco relegado a un segundo término, olvidado e ignorado.

La ESCUELA como agente de socialización que es transmite y refuerza los modelos sociales legitimados por el sistema de valores dominante.

El profesor reproduce en sus actitudes y expectativas hacia el alumnado el modelo social imperante, aquel que diferencia roles en función de estereotipos basados en la categoría del género. Entendiendo GENERO como “el conjunto de comportamientos esperados de un individuo según sea su sexo biológico y con los cuales se identifica el individuo en su crecimiento”, según MARGARET MEAD.

Los términos implicados en esta afirmación deberíamos definirlos para que sea comprensible:

4 ROL: “ Papel, carácter, cometido o función que desempeña una persona en una acción o representación o en un grupo social” ADORNO(1954).

4 ESTEROTIPO: ”Imagen mental simplificada de una categoría de personas, instituciones o acontecimientos que es compartida por un gran número de personas cuya función es justificar nuestra conducta en relación a esa categoría” STALLYBRASS(1977).

4 SEXO : “Es la condición orgánica que distingue al macho de la hembra en los seres humanos, animales y plantas”. MEAD(1996).

En este proceso de socialización, como afirma Marina SUBIRATS, las mujeres van perdiendo confianza en si mismas, en sus criterios y opiniones, y en su capacidad para afrontar todo tipo de responsabilidades. No afecta la discriminación sexista, a la capacidad de éxito escolar, sino a la construcción de la personalidad y a la seguridad en sí mismas.

Conscientes de esta realidad social, nos encontramos en la actual LOGSE indicaciones concretas sobre la necesidad de eliminar en educación las desigualdades por razón de sexo.

1.3 OBJETIVOS DE LA EDUCACIÓN PARA LA IGUALDAD.

Es evidente que aunque, teóricamente, los hombres y mu­jeres tienen los mismos derechos y las mismas obligaciones los modelos que se suelen presentar, tanto a los hombres como a las mujeres, desde su nacimiento no son los mismos.

Los modelos que se suelen propo­ner a ambos sexos, sustentan y propug­nan un conjunto de valores claramente diferenciados: a los niños se les ofrece desde su nacimiento un modelo «masculi­no» cargado de valores como valentía, agresividad, competitividad, … que tienen un fuerte prestigio social; y por el contrario a las niñas se les ofrece un modelo «feme­nino» cargado de valores como la ternura, la intuición, la prudencia, el recatamiento, etc., que representan en nuestras socie­dades un bajo valor (“lloras como una niña”, “pareces una niña”, etc.).

La escuela, que tiene entre sus fun­ciones la de reproducir los modelos socia­les legitimados por el sistema de valores dominante, no hace otra cosa que impul­sar la asunción de dichos modelos, ya sea de una manera explícita o implícita.

Se plantea, pues, como objetivo im­prescindible en una educación democráti­ca, la igualdad real entre los sexos elimi­nando las barreras de género en todo el que hacer cotidiano del centro educativo, apareciendo como uno de los ejes trans­versales básicos en nuestro actual diseño curricular, eje que, además, debe informar al conjunto de las áreas de las distintas etapas educativas.

La política en favor de la igualdad en la educación se estructura alrededor de cuatro objetivos básicos por los cuales el Ministerio de Educación ha emprendido las siguientes actividades: combatir los estereotipos sexistas en el material didáctico y los currícula; fomentar el cambio de actitudes en el profesorado a través de la sensibilización y de la formación continua; garantizar la igualdad de oportunidades para las chicas y los chicos en el acceso a todas las formas de enseñanza y a todos los tipos de formación, con el fin de hacer posible que todas las personas desarrollen plenamente sus aptitudes, y adecuar la educación permanente a las necesidades específicas de las mujeres.

ü Combatir los estereotipos sexistas en el material didáctico.

Los numerosos estudios existentes sobre este tema, indican la persistencia de imágenes estereotipadas para ambos sexos, que consolidan y reproducen papeles sociales y profesionales diferentes en función del sexo de las personas y no de las aptitudes reales con que éstas están dotadas. En los manuales suele aparecer un mayor número de imágenes y referencias al colectivo masculino, a quien se le asigna tareas que guardan relación con trabajos profesionales, el mundo político, social y cultural, mientras que al colectivo femenino se le ignora en su contribución al desarrollo de la civilización y de la historia: se le asignan tareas relacionadas exclusivamente con el hogar y el cuidado de los hijos, o bien trabajos estereotipados como enfermera, maestra, azafata, o secretaria, siempre ocupando un papel secundario o dependiente del varón.

También el lenguaje que se utiliza, tanto en los textos como en la comunicación verbal, deja silenciada la presencia femenina, que se emplea habitualmente el genérico masculino para los dos sexos.

Siguiendo este criterio, el Ministerio de Educación ha elaborado unas recomendaciones para el uso no sexista del lenguaje que fueron enviadas a las editoriales y a los centros educativos.

ü Combatir los estereotipos sexistas en los currícula.

El papel que ha desempeñado la mujer en la evolución de la sociedad no ha sido tenido en cuenta por los historiadores ni antropólogos en sus investigaciones hasta fechas muy recientes. Existe, por tanto, una ausencia de información sobre la participación con que el colectivo femenino ha contribuido en el desarrollo de la sociedad. Esta ausencia de reflexión sobre el tema deberá ser corregida en los contenidos que se impartan en la reforma de la enseñanza.

Por otro lado, el papel de la mujer en la sociedad ha experimentado enormes cambios, lo que requiere adecuar la formación de niños y niñas sobre aspectos relacionados con la vida privada y doméstica. La reforma de la enseñanza recogerá entre sus objetivos la necesidad de formación en las destrezas y habilidades relativas a la salud, el cuidado de uno/a mismo/a, la atención a las terceras personas y, en general, todas aquellas tareas relacionadas con el papel tradicional de las mujeres, que deben ser reconocidas como parte importante de la educación integral de las personas.

ü Fomentar el cambio de actitudes en el profesorado a través de la formación continua.

El profesorado contribuye de forma inconsciente a la transmisión de estereotipos sexistas y éste carece de conocimientos acerca de cómo se produce la discriminación de las mujeres en el sistema educativo. Por ello, es fundamental formar al profesorado en aspectos coeducativos para que cuente con los instrumentos precisos que le permita corregir las discriminaciones existentes.

ü Garantizar una igualdad de oportunidades para los chicos y las chicas en el acceso a todas las formas de enseñanza.

Las chicas, a pesar de recibir la misma formación que los chicos, siguen realizando unas elecciones estereotipadas. Se ha comenzado. a abordar la sensibilización del profesorado que realiza funciones de orientación a través de seminarios y jornadas.

Se tratarán los siguientes aspectos:

· Análisis de las connotaciones sexistas que pudieran existir en los materiales didácticos y tests utilizados.

· La necesidad de realizar una orientación específica para las jóvenes que contrarreste tópicos relativos a los papeles tradicionales asumidos por ambos sexos.

· La necesidad de apoyar las opciones no tradicionales que realicen las mujeres, e incentivar el que éstas se inclinen hacia las profesiones en que están infrarrepresentadas, especialmente en la Formación Profesional.

· La necesidad de analizar las expectativas diferenciadas de chicas y chicos respecto a su futuro profesional y social. Cuestionamiento de los roles sociales, fomento de la independencia social y económica de las mujeres y reparto de las tareas domésticas entre ambos.

· Necesidad de potenciar los modelos positivos de mujeres que desempeñen profesiones no tradicionales (ingenieras, electrónicas, científicas, etc.).

· Necesidad de analizar los problemas específicos que presentan las mujeres ante las Nuevas Tecnologías.

· Análisis de la segregación actual del mercado de trabajo, aspectos que influyen en las opciones de las mujeres, movilidad de las profesiones, diversificación de opciones profesionales, etc.

· Necesidad de sensibilizar a los padres y madres sobre las elecciones estereotipadas de sus hijas.

Y ello, mediante el respeto a una serie de principios básicos, como los señalados por REYZABAL y SANZ (2003):

o Facilitar en todos los ámbitos, el desa­rrollo de las potencialidades del indivi­duo y la igualdad real de oportunidades educativas entre alumnos y alumnas.

o Asumir como meta educativa la elimi­nación de cualquier prejuicio sexista, que impida o limite la capacidad de los estudiantes para determinar libremen­te y realizar plenamente sus aspiracio­nes personales y profesionales.

o Diseñar un currículo integrador que tenga en cuenta los intereses, motiva­ciones y necesidades de ambos géne­ros, y que considere las habilidades requeridas tanto en el espacio público como en el privado.

o Superar cualquier discriminación en la orientación escolar y profesional de muchachas y muchachos.

o Evitar la limitación que conlleva el uso de un lenguaje o de materiales didácti­cos sexistas,

o Propiciar el acceso igualitario de alum­nas y alumnos a todos los espacios y recursos educativos, escolares o ex­traescolares.

o Adoptar medidas de acción positiva que tiendan a corregir los estereotipos sexis­tas existentes, lo cual no excluye cons­tituir grupos separados de alumnos y alumnas si se considera pertinente.

o Incluir la variable género en la planifica­ción y evaluación de los diferentes momentos de la acción pedagógica.

1.4 LA COEDUCACIÓN.

La eliminación de las barreras de género nos lleva directamente a la idea de COEDU­CACIÓN, como proceso intencionado de intervención educativa que busca el desa­rrollo armónico de la personalidad de los educandos, independientemente del gé­nero, corrigiendo el sexismo cultural, ideo­lógico y social.

Un proceso coeducativo deberla conllevar. al menos, las siguientes medidas:

1- Detectar aquellos aspectos de la vida escolar que se aprenden sin que el profesorado sea consciente de ello, como son las normas, creencias, actitudes y valores. Tenemos que darnos cuenta, hacer explicito el currículum oculto que transmitimos, para elaborar posteriormente intervenciones como las siguientes:

§ Analizar y criticar el lenguaje utilizado, descartando el uso del masculino genérico. Usar recursos y alternativas no sexistas, para que la presencia de las mujeres en el lenguaje sea patente.

§ Revisar las interacciones verbales que establecemos en el aula en cuanto a frecuencias y contenido del lenguaje. (Uso de diminutivos), tipos de adjetivos o verbos…).

§ Eliminar aquellos esquemas mentales que comportan capacidades y aptitudes diferentes según el sexo de las personas. Para no tener expectativas distintas ante una chica o un chico.

§ Controlar la dedicación dada, lo mismo en tiempo que en esfuerzo a las alumnas y alumnos, para aquí librar las interrelaciones.

§ Intervenir positivamente ante el desigual reparto de espacios escolares y extraescolares en actividades libres y/o dirigidas.

§ Presentar modelos no estereotipados en el Centro educativo, contrarrestando de esta forma las influencias recibidas de otros ámbitos sociales. Abriendo el abanico de opciones para el futuro.

2. Diseñar un currículo equilibrado, que integre el mundo y la experiencia de las mujeres y que evite la jerarquización establecida basta el momento. Para su consecución es necesario intervenir fundamentalmente en los siguientes aspectos:

o Revisar los contenidos de todas y cada una de las áreas curriculares, incluyendo las aportaciones que las mujeres han realizado a la sociedad a lo largo de toda la historia.

o Valorar el mundo doméstico, su importancia para el bienestar de la familia y características como trabajo.

o Desarrollar la autonomía personal, favoreciendo relacionadas con el medio doméstico cotidiano.

o Presentar actividades no diferentes para chicos y chicas. Fomentando la participación de unos y otros en tareas asignadas tradicionalmente al otro sexo: Tecnología=chicas; Expresión Corporal=chicos.

o Analizar los materiales didácticos y recursos que se utilizan en el aula: libros de texto, lecturas, vídeos, láminas, diapositivas, carteles, etc., para detectar si transmiten roles o estereotipos sexistas. Elaborando o seleccionando aquellos que no sean discriminatorios.

o Utilizar una metodología abierta y participativa, que favorezca la cooperación y el respeto a las diferencias. Creando un ambiente de confianza y autoestima.

3.Cambio en las actitudes del profesorado mediante formación Inicial y permanente. El papel de los profesores/as no se limita a la transmisión de conteni­dos conceptuales, sino que ejercen una importante función educativa sus compor­tamientos, sobre todo por las relaciones que establece con sus alumnos y por las expectativas que ponen en sus alumnos/as. Esto hace que buena parte de las actitudes y comportamientos sexistas se sitúen dentro del enfoque que se denomina currí­culum implícito. Las investigaciones que se han realizado en el campo del papel sexista de los profesores son bastante poco convincentes, pero podríamos señalar que los profesores suelen tener las siguientes actitudes:

ü Tienen mayor expectativas para los estudios científicos y técnicos a los alumnos que las alumnas.

ü Tienen mayores expectativas para los estudios de humanidades y letras para las niñas que para los niños,

ü Comparten la mayoría de los prejui­cios sexistas que existen en nuestra sociedad.

Todo lo que ha sido desarrollado hasta ahora plantea la necesidad de incidir en la Educación para la Igualdad como un referente claro que muestre nuestras intenciones educativas dentro de la Reforma. Ha quedado claro que todavía que mucho por hacer, y que disponemos de medidas efectivas para la actuación.

2. EDUCACIÓN NO DISCRIMINATORIA.

Las discriminaciones que se producen en la esfera de la enseñanza, sean cuales fueren los motivos que las provocan, constituyen una de las causas fundamentales de la desigualdad.

La actitud racista pretende definir a las razas clasificando a los seres humanos y, al mismo tiempo, jerarquizándolos y estableciendo grados de superioridad.

En relación con el primer aspecto, los progresos de la genética han permitido caracterizar con rigor el contenido de los patrimonios biológicos de los grupos humanos, Hasta ahora, los intentos de definir las razas se basaban en las características externas (color de la piel, textura del cabello o forma del cráneo). Actualmente, ya no se tienen en cuenta estos caracteres sino los genes que nos gobiernan. La frecuencia con que los diversos genes existentes en un grupo aparecen en él constituye una estructura genética. De esta forma, la definición de las razas consiste en agrupar las poblaciones que presentan entre sí, distancias genéticas pequeñas, y en clasificar como razas diferentes las poblaciones con grandes distancias genéticas.

En la especie humana esta forma de clarificación resulta difícil. Los intercambios migratorios han sido tan intensos y los estados de aislamiento tan poco perdurables, que las diferencias entre los grupos no han podido alcanzas un nivel suficiente que permita marcar fronteras entre conjuntos relativamente homogéneos.

Desde el punto de vista científico, todas las investigaciones modernas han demostrado con progresiva claridad que la variación real entre los individuos de un determinado colectivo supuestamente “uniforme” (una raza) es tanto más fuerte que la variación existente entre individuos de colectivos supuestamente “diferentes”. Consideramos generalmente las características “visibles” (por ejemplo, el color de la piel) para designar conjuntos de individuos sobre los que proyectamos determinados prejuicios y, en cambio, no tenemos en cuenta otras diferentes “no visibles” pero igualmente importantes (como los grupos sanguíneos) que los agruparían en conjuntos diferentes. Es desde este punto de vista que la genética ha invalidado la noción de raza como capaz de definir de forma clara un conjunto humano. Por otra parte, el propósito de establecer una supuesta jerarquía natural entre los individuos o las poblaciones, está falto de Justificación científica.

El estudio de los mecanismos que actúan en el mundo vivo muestra que su resultado no es seleccionar lo mejor y eliminar lo menos bueno, sino preservar la coexistencia duradera de múltiples caracteres. Riqueza biológica no es sinónimo de “buenos” genes, sino de genes diversos. El mejor grupo es aquel que ha conservado mayor diversidad de genes. En este sentido, es evidentemente imposible invocar la biología para justificar una supuesta “jerarquía natural” entre los individuos o las poblaciones.

Las actividades de la UNESCO destinadas a combatir los prejuicios del racismo o de cualquier otra índole, apuntan principalmente a favorecer la tolerancia recíproca y el respeto mutuo entre culturas; a promover la formación y los intercambios de información relativos a la significación filosófica de la tolerancia; y a fomentar iniciativas que en el campo de la educación permitan eliminar los tratos discriminatorios y combatir la persistencia de los prejuicios de la intolerancia.

La educación contra la discriminación racial es algo posiblemente mucho más complejo que el simple conocimiento de los hechos; su objetivo no es solamente difundir el conocimiento de los derechos humanos y de las situaciones de discriminación racial, sino sobre todo influir sobre el comportamiento. Sin embargo, los comportamientos humanos conciernen tanto al sentimiento como a la razón. Por ello, al margen de un trabajo de información relativamente simple, consistente en dar a conocer a los alumnos los hechos raciales elementales, los educadores se enfrentan a una tarea muy sutil que consiste en combatir los peligrosos prejuicios racistas, creando, al mismo tiempo, sentimientos de solidaridad que superen todas las fronteras étnicas. En la Convención y Recomendación de la Unesco relativas a la lucha contra las discriminaciones en el campo de la enseñanza, se define la discriminación en el sentido amplio, incluyendo toda distinción, exclusión y limitación o marginación fundada en la raza, el color, el sexo, el idioma, la religión, las opiniones políticas o de cualquier otra índole, el origen nacional o social, la posición económica o el nacimiento, o cualquier característica que tenga por finalidad o efecto destruir o alterar la igualdad de trato en la esfera de la enseñanza. (Centre Unesco de Catalunya, 2003).

En este sentido, ¿cuáles son los problemas de fondo que se esconden bajo esa superficie epifenoménica del rechazo al «otro», al «extranjero», al «inmigrante», al «negro», al «moro» o al «gitano»? ¿cuáles son las causas, factores y agentes que provocan tal conflicto y confrontación social?

Como señala, muy bien, TOMAS CALVO BUEZAS(2002):

a) Los ataques a extranjeros y minorías étnicas que están sucediendo en España y Europa, no deben ser considerados como hechos aislados, como brotes accidentales, como anécdotas de jóvenes locos, sino que se trata de un continuo, de una trama hilvanada en tiempos, espacios y grupos recurrentes, debiéndose calificar no como anécdota, sino como categoría, como fenómeno social y conflicto interétnico.

b) La presentación y nueva explicación de esos dramas no debe hacerse como una historia de buenos y malos, sino que han de buscarse explicaciones sociológicas a este tipo de interrelaciones sociales.

c) La satanización maniquea de despachar el análisis con la proclamación dogmática y maldita de que los autores son unos «racistas» apunta a algo, pero sólo con ese vector no se explica el problema. La xenofobia casi nunca es la única causa, y ni si quiera la más importante, aunque sea la causa precipitante y agravante.

d) Los fenómenos sociales, y máxime los etno-raciales en sociedades industriales y complejas, obedecen a muchas causas, intervienen muchas variables y se entrecruzan muchos factores, tanto psicológicos, sociológicos, culturales, económicos, demográficos, ecológicos, históricos, lingüísticos, religiosos, raciales, étnicos, etc. Desenredar esta madeja y desenrollar esta amalgama interrelacionada de causas y factores, es el desafío de toda investigación científico-social.

e) Hay dos reduccionismos frecuentes y graves que hay que evitar en este tipo de análisis. Uno es el reduccionismo dogmático marxiano, que reduce lo étnico racial a la clase, considerando lo cultural-diferencial como un mero epifenómeno transitorio y secundario; lo determinante, dirán, es el lugar que ocupan las minorías en el proceso productivo y en la estructura de clases.

f) Pero el otro gravísimo error es reducir la clase a lo étnico cultural, asumiendo que la estructura de clases es irrelevante para entender el problema étnico y el racismo; ¡falaz, o al menos parcial explicación!.

2.1 HACIA UNA EDUCACIÓN INTERCULTURAL.

Antes de desarrollar este punto hay que definir algunos conceptos básicos, ya que no se puede hablar de contacto de culturas y de interculturalidad sin definir previamente lo que entendemos por cultura. Las definiciones que diremos a continuación las hemos recogido de las dadas por RALPH LINTON(1956).

La cultura es un conjunto de significaciones adquiridas más persistentes en el tiempo que son compartidas por los miembros del grupo socia, étnico o nacional. Cada miembro del grupo tendrá así unas actitudes, representaciones y unos comportamientos que responsen a una escala de valores. Estos valores serán transmitidos y reproducidas siguiendo unos aprendizajes y una educación propia de cada grupo.

El concepto de intercultura hace referencia a interacción, intercambio, apertura y solida­ridad afectiva: reconocimiento de los valores, de los modos de vida, de las representaciones simbólicas, bien dentro de los registros de una misma cultura distinta.

La educación intercultural debe valorizar la diferencia cultural como fuente de enriquecimiento, no debe jerarquizar las culturas en “buenas” y “menos bruscas”, sino trabajar en términos de diferencia y no de desigualdad o, entonces, de diferencia cultural o desigualdad económica. En efecto, la diferencia no es solamente étnica, también es económica. Aunque a menudo los dos fenómenos se presentan superpuestos.

Para tratar de integrar a los jóvenes de minorías étnicas, la cuestión se inició primero en los Estados Unidos en los años setenta y una década más tarde en Europa. Se empezó con la Educación Compensatoria como primer intento de igualar la posibilidad de éxito escolar y reducir el fracaso escolar de los niños “culturalmente diferente”. Las críticas dirigidas a este tipo de planteamiento pedagógico fueron numerosas, de manera que la investigación se orientó hacia una pedagogía más global, hacia una educación, que valoriza la diferencia en lugar de estigmatizaría. Se trataba ya de una educación intercultural basada en el intercambio, la interacción, la solidaridad y la reciprocidad entre los niños de culturas distintas.

Los primeros problemas planteados fueron saber cómo se podía adaptar la educación de la diversidad cultural sin separar los grupos culturalmente distintos. Se llegó a las conclusiones siguientes:

§ Es preciso evitar la separación física de los grupos culturalmente diferentes, no sólo para grupos culturalmente diferentes, no sólo para enriquecer a los alumnos a partir de la diversidad sino porque ningún individuo puede llegar a intuir su propia diferencia como elemento positivo de su identidad si no es, a la vez, reconocida por los demás.

§ La opción intercultural no corresponde únicamente a unos programas específicos para ciertos alumnos aislados sino a una educación para todos y en particular para los niños no-minoritarios (autóctonos) en una reciprocidad de perspectivas. Se trata pues de una educación centrada en la diferencia y pluralidad cultural más que una educación para los que son culturalmente diferentes.

§ Esta perspectiva educativa tiende a reducir los apriorismos morales que jerarquizan espontáneamente las culturas y que son la base privilegiada del etnocentrismo, de la xenofobia, del racismo. Estos son algunos de los grandes principios de la pedagogía intercultural.

En el curso de la Conferencia Europea sobre interculturalidad, celebrada en St. Feliu de Guixois en mayo del 90, se hacían las siguientes propuestas:

Para una educación…

1. basada en la diversidad y

2. interétnica e intercultura.

3. antirracista y antisegregacionista

4. democrática e igualitaria.

5. antisexista y basada en el respeto del niño.

6. pacifista y ecologista.

7. por los derechos humanos.

… hay que luchar contra:

1. la uniformidad y el inmovilismo.

2. los prejuicios y los estereotipos.

3. el racismo y la xenofobia.

4. la selección y el elitismo.

5. el sexismo y la discriminación bajo todas sus formas y manifestaciones.

6. La guerra, el armamento y el consumismo.

7. la explotación y la desigualdad.

En la actualidad, como lo explica GARCIA CASTAÑO(2000) desarrollando el análisis de GIBSON, se abren ante el educador diferentes perspectivas, que constituyen las respuestas posibles de la escuela ante la situación social del pluriculturalismo:

ü Procurar igualar las oportunidades sociales de los niños de los diferentes grupos étnicos, aumentando la competencia de éstos en la cultura dominante.

ü Centrar el interés en hacer conocer y valorar las diferencias culturales, como forma de contrarrestar la discriminación.

ü Proponer como objetivo (institucionalmente) defender y desarrollar el pluralismo cultural en la sociedad.

Para realizar la última propuesta, es necesario un cambio radical de la concepción del mundo, que considere la diferencia cultural como un bien en sí.

A pesar de lo polémi­co que resulta en determinados medios sociales, y de que amplios sectores socia­les de nuestro país sólo aceptan a los «otros» de “boca hacia fuera”, entende­mos que en una sociedad democrática no cabe otro modelo educativo que uno que aplique los principios que son propios de nuestras sociedades (participación, tolerancia, no discriminación, etc). a los diferentes grupos culturales y sociales que se inserten en la misma; y es que la discriminación que se suele realizar ante individuos procedentes de otras cultura no es diferente de la que se suele realizar con individuos provenientes de determinadas sub-culturas pertenecientes a la misma, o la que se pueda realizar en función del sexo de las personas.

Y es que, resulta imprescindible en una sociedad democrática la existencia, y puesta en marcha de un modelo educativo intercultural que haga posible la conviven­cia y la participación de las diferentes culturas y grupos sociales sin discrimina­ción de ningún tipo.

Una educación intercultural de las diferentes etnias o razas y de los distintos grupos culturales o sociales ha de partir necesariamente de una serie de principios que fundamenten la misma, como son:

· El respecto y la no discriminación, por razones culturales o sociales, entre los miembros de las diferentes culturas y grupos sociales o étnicos que forman parte de una misma sociedad.

· Igualdad de oportunidades a todos los miembros, sin distinción de ningún tipo.

· Promover la convivencia de las diferentes culturas que puedan existir dentro o fuera de cada grupo escolar, partici­pando de las diferentes manifestacio­nes culturales independientemente del grupo al que se pertenezca.

· Fomentar la actitud critica hacia las manifestaciones de las diferentes cul­turas, tanto de la propia como de otras.

3. ELIMINACIÓN DE PREJUICIOS SEXISTAS Y RACISTAS EN LA ESCUELA.

Para comenzar el punto abordaremos un apartado general, tanto para el sexismo como para el racismo, explicando cuales son las bases legales de nuestro modelo educativo, no sexista ni racista, para a continuación tratar el tema dentro del currículo que se establece en la educación secundaria, y concluiremos el punto con una serie de recomendaciones metodológicas que facilitarán la puesta en marcha de esta educación no sexista ni racista.

3.1 JUSTIFICACIÓN LEGAL.

El derecho a la igualdad y a no ser discri­minado aparece en un conjunto legal que conviene ser reseñada aunque sea brevemente:

1.-Legislación internacional. Den­tro de la legislación internacional destaca por su importancia la Declaración Univer­sal de los Derechos Humanos (1948), que fue ratificada en nuestro país en el año 1979. Plantea una serie de derechos y medidas respecto a la igualdad como son:

a) En su Art. 1 se dice: «Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y de conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros».

b) En el Art. 2.1. «Toda persona tiene todos los derechos y libertades procla­mados en esta Declaración, sin distin­ción alguna de raza, color, sexo, idio­ma1 religión, opinión política o de cual­quier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimien­to o cualquier otra condición».

c) En su Art. 7: «Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección contra toda discrimi­nación que infrinja esta declaración y contra toda provocación a tal discrimi­nación».

d) En su Art. 26.1. «Toda persona tiene derecho a la educación. La educación debe ser gratuita, al menos en lo con­cerniente a la instrucción elemental y fundamental. La instrucción elemental será obligatoria. La instrucción técnica y profesional habrá de ser generaliza­da; el acceso a los estudios superiores seré igual para todos, en función de los méritos respectivos».

e) Y finalmente en su Art. 26.2.: «La educación tendré por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales, favorecerá la compren­sión, la tolerancia, la amistad entre todas las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos, y promoverá el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimien­to de la paz».

2.- Legislación en España: De las normas legales que regulan el derecho a la igualdad y a la no discriminación podemos entresacar las siguientes:

A. La Constitución de 1978: Sin duda alguna el referente legal más importante y general lo constituye esta norma legal que basándose en ¡a legislación internacional plantea en su Art. 10.2.: «Las normas relativas a los derechos fundamentales ya las libertades que la Constitución recono­ce, se interpretan de conformidad con la Declaración de los Derechos Humanos y los tratados y acuerdos internacionales sobre las mismas materias ratificadas por España». Y en sucesivos articulas recoge:

a) En el Art. 9.2: «Corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de tos grupos en que se integra sean reales y efectivas: remo­ver los obstáculos que impidan o difi­culten su plenitud y facilitarla participa­ción de todos los ciudadanos en la vida politica3 económica, cultural y social».

b) En el Art. 10.1; « La dignidad de la persona, los derechos inviolables que le son inherentes, el libre desarrollo de la personalidad, el respeto a la ley y a los derechos de los demás son el fun­damento de! orden político y de la paz social».

C) En el Art. 14; «los españoles son iguales ante la ley1 sin que pueda pre­valecer discriminación alguna por ra­zón de su nacimiento. raza. sexo, reli­gión o cualquier otra condición o cir­cunstancia personal o social».

d) Y en su Art. 27:

1.- «Todos tienen derecho a la educación».

2.- «La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personali­dad humana en el respeto a los principios democráticos de convi­vencia ya los derechos y libertades fundamentales ..».

4.- «La enseñanza básica es obliga­toria y gratuita…».

5.- «Los poderes públicos garantizan el derecho de todos a la educación, mediante una programación gene­ral de la enseñanza, con participa­ción efectiva de los sectores afec­tados y la creación de centros do­centes.

B) La LOGSE: que constituye una concreción legal de nuestra Constitución establece respecto a la cuestión que nos ocupa lo siguiente:

a) En el Art. 2.3 que: «la actividad educa­tiva se desarrollará atendiendo a los siguientes principios; … efectiva igualdad de derechos, el rechazo de todo tipo de discriminación y el respeto a todas las culturas».

b) Y en el Art. 19; «la Educación Secun­daria Obligatoria contribuirá a desarrollar en los alumnos las siguientes capa­cidades: … Comportarse con espíritu de cooperación, responsabilidad mo­ral, solidaridad y tolerancia, respetan­do el principio de la no discriminación entre las personas»

C) La LODE, señala por su parte en el Art. 20.2: «la admisión de alumnos en centros públicos cuando existan plazas suficientes se regirá por los siguientes criterios prioritarios: rentas anuales de la unidad familiar, proximidad del domicilio y existencia de hermanos matriculados en el centro. En ningún caso habrá discrimina­ción en la admisión de los alumnos por razones ideológicas, religiosas, morales, sociales, de raza o de nacimiento».

D) En el Decreto 85/1999 de 6 de ABRIL, por el que se regulan los derechos y deberes del alumnado y las correspondientes normas de convivencia en los centros docentes públicos y privados concertados no universitarios :

1. En su Art. 2.1: “Todos los alumnos y alumnas tienen los mismos derechos y deberes. Su ejercicio y cumplimiento se adecuara a la edad de los mismos y a las características de las enseñanzas que se encuentren cursando”.

2. En su Art. 5, apartado c): La comisión de convivencia desarrollará iniciativas que eviten la discriminación del alumnado, estableciendo planes de acción positivas que faciliten la integración de todos los alumnos y alumnas”.

3. En su Art. 8: “ El derecho a la igualdad de opor­tunidades se promovera mediante”:

1.- “Las mismas oportunidades de acceso a los distintos niveles de enseñanza…”

2.-En este apartado se establece lo siguiente:

a) La no discriminación por razón de nacimiento, raza, sexo, capacidad económica, nivel social, conviccio­nes políticas, morales o religiosas, así como por deficiencias físicas o psíquicas, o cualquier otra condi­ción o circunstancia personal o so­cial».

b) El establecimiento de medidas compensatorias que garanticen la igualdad real y efectiva de oportuni­dades.

c) La realización de políticas educa­tivas, de integración y/o de educa­ción especial.

3.2 EDUCACIÓN PARA LA IGUALDAD Y NO DISCRIMINATORIA EN EL CURRICULO.

Debemos abordar este tema en sus distintos niveles de concreción, y para ello empezaremos con el primer nivel, que dentro de la reforma Educativa es el D.C.B.

EL DCB establecido, actualmente, en nuestro país para la Edu­cación Secundaria Obligatoria es clara­mente no discriminatorio:

1) Así, cuando establece las finalidades, entre otras, no establece la de una educación discriminatoria: «antes al con­trario, orientada a la igualdad de las perso­nas y de sus posibilidades de realización, cualesquiera que sean sus condiciones personales y sociales, de sexo, capacidad, raza u origen social, tratando de eliminar los estereotipos sexistas, raciales y otros que persisten todavía en nuestra socie­dad».

2) Cuando nos habla de la compren­sividad de esta etapa educativa dice: «rei­vindicar una escuela con talante igualitario y comprensivo no significa en ningún caso reclamar uniformidad para todos los alum­nos, sino que supone educaren el respeto de las peculiaridades de cada estudiante y en el convencimiento de e las motivacio­nes, los intereses y la capacidad de apren­dizaje son muy distintas entre los alumnos, debido a un complejo conjunto de facto­res».

3) En el área de Ciencias se dice: «a partir de investigaciones en didáctica de las ciencias, se ha podido detectar cómo algunos profesores, influidos por ciertos estereotipos sociales y culturales sobrevaloran, quizás inconscien-temente a los alumnos respecto a las alumnas. De aquí, que deba potenciarse por igual el rendimiento de alumnos y alumnas sin ningún tipo de prejuicios».

4) En el Área de Educación Física, se dice: «En este sentido, conviene analizar las diferentes actitudes que, a menudo manifiestan los jóvenes frente al ejercicio físico y la participación en prácticas deportivas. Esta situación obedece más a cau­sas históricas que a biomorfológicas, ya que las mujeres no han participado en grado igual en las actividades fisico-deportivas, consideradas más propias del mun­do masculino, y que ha configurado un curriculurn más identificado con un modelo del cuerpo masculino: adquiere más importancia la fuerza frente a la flexibilidad o la competitividad frente a la expresividad porque se asocian más con el sexo mascu­lino unos, frente a los otros que se asocian más a los femeninos. Asimismo, otros aspectos de la vida cotidiana inciden en esta situación: la ausencia de modelos femeni­nos en el deporte, tanto en la esfera públi­ca como en la privada, …».

5) En el Área de Ciencias Sociales, su 3º objetivo dice: «Manifestar actitudes de tolerancia y respeto por otras culturas y por las opciones y opiniones (políticas, ideológicas, culturales, de la vida privada, etc.), que no coincidan con las propias…»; su 4º objetivo: «Manifestar un comporta­miento de solidaridad con las sociedades y grupos sociales desfavorecidos, denun­ciando los factores que están en la base de las desigualdades, las injusticias y los des­equilibrios sociales y participado activa­mente en las iniciativas dirigidas a remediarlos». Y en el Bloque 13º referido a las actitudes, valores y normas a conseguir en este área se dice: «un rechazo dé las discriminaciones laborales por razones de cualquier tipo (edad, sexo, raza, naciona­lidad, etc)…».

6) En el Área de Lengua y Literatura, cuando se habla de la evaluación se dice:

“Escuchando y participando en grupos de diferentes comunidades deben conocerse y respetarse las diferencias dialectales del castellano (andaluz, canario, centro­americano…) o la variedad de lenguas del Estado (catalán, gallego. vasco). De la misma manera, debe estudiarse el conte­nido ideológico del lenguaje (sexista y ra­cista …),y combatirse la idea de la existen­cia de lenguas superiores a otras, o de una variante dialectal más pura que otras y analizar los desarrollos historicos y de las distintas connotaciones sociales”.

El segundo y tercer nivel de concreción de la reforma educativa serán los que desarrollaremos a continuación, pues es quizás en ellos donde quede más trabajo por hacer.

Probablemente, sea este el eje transversal en el que se suelen hacer planteamientos más radicales, ya que además de incorporar objetivos y con­tenidos al currículo, se suele exigir (y con razón), su puesta en práctica, y es que no en vano, este tema transversal trata del derecho de las personas a ser tratados con equidad.

1.- Objetivos y educación para la Igualdad. Los objetivos específicos que se suelen señalar en este tema transversal suelen ser los siguientes (REYZABAL y SANZ, 2003):

Ø Descubrir, potenciar y desarrollar la totalidad de las posibilidades o capaci­dades individuales, sin dejarse influir o mediatizar por ningún tipo de condicio­nante o de limitación relacionada con el sexo.

Ø Desarrollar la propia autonomía y la identidad personal con independencia del sexo, es decir, evitando la jerarquización o clasificación de las tareas o de las capacidades en masculinas y femeninas.

Ø Ampliar la capacidad de manifestar y de comprometer los propios sentimientos en las actividades cotidianas.

Ø Potenciar el valor de la afectividad, de la sensibilidad, de la emoción, de la bondad y la ternura tanto en hombres como en mujeres.

Ø Descubrir en las experiencias diarias, escolares y extraescolares, y en todo el ámbito de la vida social y cultural, presente y pasada, la igualdad de po­sibilidades y la equivalencia de aporta­ciones de los hombres y mujeres.

Ø Aceptar. respetar y valorar las características de las otras personas sin dejar­se influir por ningún tipo de actitud discriminatoria en relación con el sexo o cualquier otro rasgo diferenciador.

Ø Descubrir e integrar el hecho de la diversidad y de las diferencias corno un valor y una riqueza.

Ø Experimentar, en situaciones cotidia­nas, la gratificación de la complemen­tariedad.

Ø Participar de forma igualitaria, cons­tructiva y solidaria en la realización de juegos, actividades grupales y situa­ciones de comunicación, y en el repar­to de responsabilidades y tareas, re­chazando la división del trabajo y de funciones en razón del sexo.

Ø Colaborar en la construcción y en el desarrollo de una sociedad y unas relaciones interpersonales basadas en el reconocimiento y respeto a la indivi­dualidad, a la singularidad y a los dere­chos de toda persona.

Ø Identificar y realizar el análisis critico de las manifestaciones sexistas o discri­minatorias que se producen en el len­guaje cotidiano, en el ámbito social y cultural y, en concreto, en los mensa­jes que nos transmite la publicidad y, en general, los medios de comunica­ción.

Además de los objetivos específicos que hemos mencionado, es necesario ha­cer mención, al menos a los objetivos generales de las etapas educativas que tienen mayor relación con este eje trans­versal, como son:

ü EDUCACIÓN INFANTIL

– Descubrir, conocer y controlar el propio cuerpo, formándose una imagen ajus­tada de sí mismos, valorando su iden­tidad sexual, sus capacidades y limita­ciones de acción y expresión y adqui­riendo hábitos básicos de salud y bien­estar.

– Actuar de forma cada vez más autóno­ma en sus actividades habituales, ad­quiriendo progresivamente seguridad afectiva y emocional y desarrollando sus capacidades de iniciativas y confianza en si mismos .

– Establecer relaciones sociales en un ámbito cada vez más amplio, apren­diendo a articular progresivamente los propios intereses, puntos de vista y aportaciones con los de los demás.

– – Establecer vínculos fluidos de relación con los adultos y con sus iguales, respetando la diversidad y desarrollando actitudes de ayuda y colaboración.

ü EDUCACIÓN PRIMARIA

– Actuar con autonomia en las activida­des habituales y en las relaciones de grupo desarrollando las posibilidades de tomar iniciativas y de establecer relaciones afectivas.

– Establecer relaciones equilibradas y constructivas con las personas en si­tuaciones sociales conocidas, compor­tarse de manera solidaria, reconocien­do y valorando críticamente las dife­rencias de tipo social y rechazando cualquier discriminación basada en di­ferencias de sexo clase social, creen­cias, raza y otras características indivi­duales y sociales.

ü EDUCACIÓN SECUNDARIA OBLIGATORIA

– Relacionarse con otras personas y par­ticipar en actividades. de grupo con actitudes solidarias y tolerantes, supe­rando inhibiciones y prejuicios, reco­nociendo y valorando críticamente las diferencias de tipo social y rechazando cualquier discriminación basada en di­ferencias de raza, sexo, clase social, creencias y otras características socia­les o individuales.

– Analizar los mecanismos y valores que rigen el funcionamiento de las socieda­des, en espacial los relativos a los derechos y deberes de los ciudadanos, y adoptar juicios y actitudes persona­les respecto a ellos.

– Conocer las creencias, actitudes y va­lores básicos de nuestra tradición y patrimonio cultural, valorarlos críticamente y elegir aquellas opciones que mejor favorezcan su desarrollo integral como personas .

Además de los objetivos generales en las áreas propias de cada etapa educa­tiva, aparecen objetivos que tienen una relación intensa con el eje transversal que estamos tratando.

2.-Contenidos y Educación para la Igualdad. En la cuestión de los conteni­dos ha existido siempre una clara discrimi­nación de las mujeres, lo que exige una fuerte reestructuración de los mismos.

Veamos los contenidos más específicos de este eje transversal, y que en este caso, se reparten muy equitativamente entre las diferentes áreas, que son:

a) Conceptuales. Algunos de los he­chos, conceptos y principios propios de la Educación para la Igualdad de los sexos son:

– Diferencias biológicas y de identidad entre las personas de distinto sexo.

– El trabajo doméstico: la división social del trabajo.

– Hombres y mujeres en la sociedad actual.

– Discriminación en diferentes ámbitos por motivos sexuales.

– La discriminación de la mujer a lo largo del tiempo.

– La discriminación de la mujer en las diferentes culturas.

– Roles “masculinos” y “femeninos” en el ámbito escolar.

– La discriminación de la mujer a través del lenguaje.

b) Procedimentales. Las estrategias y procedimientos más específicos son:

– Procedimientos y habilidades relacio­nados con las actividades domésticas: procesos de lavado, planchado, lim­pieza, cocinado, fregado,

– Análisis de situaciones discriminatorias en función del sexo: de situaciones reales, de mensajes publicitarios,

– Análisis critico de la discriminación en el lenguaje.

– Participación en actividades y situacio­nes que supongan la superación de los estereotipos sexuales.

c) Actitudinales. Algunas de las acti­tudes, valores y normas que es necesario tener en cuenta en la educación no sexista son:

– Actitudes positivas ante la diversidad en general, y en especial ante la sexual, aceptándola como un hecho enrique­cedor.

– Apreciación del equilibrio emocional personal equilibrado, por encima del sexo al que se pertenezca.

– Actitud crítica ante todo tipo de condi­cionantes, manipulaciones o discrimi­naciones que tengan como fundamen­to las diferencias sexuales.

– Actitud positiva ante el trabajo coopera­tivo y colaborativo entre individuos de ambos sexos.

3.3 ASPECTOS METODOLÓGICOS.

El arraigo de los estereotipos sexistas en la sociedad plantea la necesi­dad de que la estrategia docente a seguir tome como punto de partida, al menos las siguientes consideraciones:

§ Partir de que la igualdad es un derecho de las mujeres, y no un objetivo a conseguir, con lo que ello implica la imposición cuando la situación lo re­quiera.

§ Comprobación y análisis de las actitu­des, expectativas y trato que se dis­pensa a alumnos y alumnas, y profesores y profesoras en el ámbito del aula.

§ Elección de materiales didácticos que tengan en cuenta la igualdad entre los sexos y no refuercen los estereotipos sexuales dominantes.

§ Análisis de las discriminaciones exis­tentes en el lenguaje impulsando un uso no discriminatorio del mismo.

Las actividades a desarrollar deberían tener en cuenta las siguientes consideraciones (ALLENDE DE ANTA, C. y otras, 2000):

· Que respeten los intereses de alumnos y alumnas, al tiempo que permiten ser realizadas por personas con diferentes capacidades e intereses.

· Favorecedoras de la cooperatividad y la colaboración entre sexos diferentes.

· Impulsoras de la concienciación de la discriminación que existe en relación con el sexo.

· Facilitadoras del sentido critico de los alumnos y alumnas en relación con las discriminaciones sexistas.

· Que permitan que niños y niñas experimenten el éxito en distintas áreas, reforzándose el autoconcepto y la autoestima.

Algunas actividades, coherentes con las consideraciones señaladas, podrían ser:

o Análisis de situaciones conflictivas, reales o imaginadas, en relacione con los roles masculinos y femeninos.

o Elaboración, análisis y comentarios de encuestas y entrevistas que contengan datos respecto a la discriminación sexual.

o Identificación de los usos sexistas del lenguaje, tanto en el ámbito escolar, como en el social y el publicitario.

o Actividades de orientación vocacional que superen los estereotipos sexistas en relación con las profesiones y oficios.

o Simulaciones y dramatizaciones de situaciones que supongan la discriminacion/no discriminación en función del sexo.

o Actividades relacionadas con la discriminación de la mujer en el ámbito familiar.

Esta visión de conjunto, tan rápida, pero significativa de ciertos aspectos de la orientación escolar y profesional, nos permite sacar la siguiente conclusión:

1) Desde la primera infancia (en el seno de la familia y el entorno inmediato) no debe de hacerse diferencias entre niños y niñas, pues eso supondría predestinar a las niñas a los papeles tradicionales cuyas perspectivas son más limitadas que las posibilidades abiertas a los niños.

2) Los padres deben por lo tanto de estar formados e informados; los educadores deben de cambiar de mentalidad gracias a una formación pedagógica especial y a una comprensión de la importancia del problema, para que cese la discriminación sexual en la casa y en la escuela.

3) Por la Administración se debe reforzar el servicio de orientación escolar y profesional con el fin de:

a) Descubrir lo antes posible los gustos y aptitudes, actitudes y comportamientos de niños y adolescentes de ambos sexos que mejor para la elección del oficio que mejor les convenga.

b) Realizar una correlación adecuada entre, por un lado, las preferencias de los jóvenes, y por otro, las posibilidades de acogida en los establecimientos y centros de formación profesional, posibilidades que fluctuarán en función de las necesidades de la economía del país.

c) Revisar, donde existan, los “tests” utilizados por los orientadores; preparando “tests” que sean válidos para los jóvenes de ambos sexos (¿se ha medido alguna vez la destreza manual de un muchacho pidiéndole que introduzca un hilo por el ojo de una aguja?).

d) tomar las medidas positivas adecuadas para corregir los efectos negativos de la discriminación respecto a las muchachas y a las mujeres creando servicios especiales de información, de orientación y eventualmente, de reinserción para las que quieran reanudar la actividad educativa tras una larga interrupción. (GERMAINE BORCELLE, 1983).

4. BIBLIOGRAFÍA.

-CALVO BUEZAS, A. en JIMENEZ BAUTISTA, F.(2002): Juventud y Racismo. Actitudes y comportamientos en Granada. Granada. Instituto de Formación y Empleo del Ayuntamiento de Granada.

-COLL, POZO y SARABIA(2002): Los contenidos en la Reforma. Madrid. Santillana.

-CUADERNOS DE PEDAGOGÍA(2003):Nº 264:Hacia una Educación Multicultural Nº 263: Cooperación y Diversidad.

INSTITUTO DE LA MUJER(2002): La educación no sexista en la Reforma Educativa. Madrid. Ministerio de Asuntos Sociales.

-JIMENEZ BAUTISTA, F.(1997): Juventud y Racismo. Actitudes y comportamientos en Granada. Granada. Instituto de Formación y Empleo del Ayuntamiento de Granada.

-MAÑERU, A y RUBIO, E(2003): Educación para la Igualdad de oportunidades. En temas transversales de la Educación Secundaria. Madrid. MEC

-MEC(2000): Libro Blanco para la Reforma Educativa. Madrid. MEC.

– REYZABAL, M y SANZ, A(1995):Los ejes transversales. Aprendiendo para la vida. Madrid. Escuela Española.

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