Esquema
0. INTRODUCCIÓN.
1. LA TUTORÍA COMO ELEMENTO DE LA FUNCIÓN DOCENTE.
1.1. Concepto de tutoría.
1.2. El perfil del tutor.
1.3. Tutoría y función docente.
A) Los modelos tutoriales.
B) Relación entre función docente y acción tutorial.
1.4. El tutor y la orientación educativa.
2. FUNCIONES DEL TUTOR EN PRIMARIA Y EN SECUNDARIA.
A) LA FUNCIÓN TUTORIAL COMO ORIENTACIÓN.
B) ÁMBITOS Y FUNCIONES DE LA ACCIÓN TUTORIAL.
2.1. Las funciones del tutor en Primaria.
2.2. Las funciones del tutor en Secundaria.
3. APORTACIONES DE LA PSICOLOGÍA Y DE LAS CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN AL DESARROLLO DE ESTAS FUNCIONES.
3.1. Aportaciones de la Psicología.
3.2. Aportaciones de la Pedagogía.
· IMPLICACIONES EDUCATIVAS: EL PLAN DE ACCIÓN TUTORIAL.
4. CONCLUSION.
5. BIBLIOGRAFÍA.
0.- INTRODUCCIÓN.
En el sistema educativo actual, la función docente no se puede identificar sólo con la enseñanza, sino que, debe abarcar también la orientación y la tutoría de los alumnos. Por tanto, la atención psicopedagógica, educativa y profesional, constituye uno de los pilares básicos del quehacer docente en cada uno de los ciclos, etapas y modalidades de enseñanza. Esto deriva en la obligación por parte del profesorado de ejercer a lo largo de su profesión estas dos funciones: función docente y función orientadora, lo que supone un reto para el educador.
En nuestra tradición educativa, la figura del tutor no ha tenido funciones claramente definidas y duraderas, al contrario de lo sucedido en otros sistemas educativos (anglosajones), donde esta figura ha tenido una gran trascendencia.
En nuestro país, desde la formalización del sistema educativo con la Ley Moyano, hasta el establecimiento de la LOCE, la figura del tutor no ha existido como tal, si exceptuamos el breve periodo de tiempo de la ILE (Institución Libre de Enseñanza), durante la II República y que supuso la asunción por parte de los docentes de funciones claramente orientadoras.
Más tarde, con la L.G.E. (1970) y tras un largo periodo de tiempo sin funciones tutoriales, se establece la necesidad de que cada grupo de alumnos tenga un tutor, aunque con funciones más burocráticas y administrativas, que de atención y orientación a los alumnos.
La L.G.E. supuso un avance muy importante sobre todo en la práctica y para la EGB, pero no supuso lo mismo en las enseñanzas medias, que han mantenido un modelo tutorial centrado en la función burocrática, hasta la publicación de la LOCE, que se supone la puesta en vigor de un modelo tutorial, que se asigna como parte de la función docente.
En definitiva, está claro que este tema se centra en el desarrollo de la tutoría como un elemento esencial para lograr la calidad educativa, que propugna la LOCE. En primer lugar, desarrollaré el concepto de tutoría como elemento de la función docente y sus implicaciones en la orientación educativa. En segundo lugar, expondré las funciones del tutor en Primaria y Secundaria y finalmente, las aportaciones de la Psicología y de las ciencias de la Educación a estas funciones. (Considero lícito incluir al final un anexo con las implicaciones educativas, que se derivan de este tema).
1.- LA TUTORÍA COMO ELEMENTO DE LA FUNCIÓN DOCENTE.
1.1.- Concepto de tutoría.
Antes de profundizar en el desarrollo del tema, considero imprescindible desmenuzar la definición de tutoría, recogida en la reforma, para luego poder comprender su trascendencia en la concepción de nuestro sistema educativo actual.
Por tanto, según la LOCE, la tutoría…
· Constituye un proceso continuo, no puntual,
· que se desarrolla de forma activa y dinámica para que facilite la construcción por parte del alumnado de su propia visión del mundo y de los demás;
· debe estar planificada sistemáticamente con una previsión a medio y largo plazo, en periodos equivalentes a las correspondientes etapas educativas;
· supone un proceso de aprendizaje;
· implica una actividad que requiere la complementariedad mediante la colaboración de todos los agentes educativos implicados: padres y madres, profesorado, alumnos y alumnas y la misma institución educativa;
· el currículum escolar debe ser el marco donde se desarrollan las actividades tutoriales;
· aunque la tutoría de un grupo concreto debe ser asignada a un profesor o profesora, las actividades deben desarrollarse desde una perspectiva interdisciplinar;
· debe facilitar las actividades que propicien el que cada alumno y alumna conozca estrategias y se ejercite en técnicas para su propia autorientación.
Según Lázaro, A. y Asensi, J. (2003), la tutoría es “una actividad inherente a la función del profesor que se realiza individual y colectivamente con los alumnos de un grupo clase, con el fin de facilitar la integración personal de los procesos de aprendizaje”
La definición de tutoría lleva implícita la definición de tutor. Por ello, es necesario recoger algunas definiciones de este profesional, que nos ayude a comprender sus funciones:
Entonces, podemos decir que el tutor “es un experto cuya principal misión es la de ocuparse de la integración de los alumnos en lo que se refiere a su escolaridad, vocación y personalidad… Su labor comprende los contactos personales, entrevistas colectivas, relaciones muy cercanas con los alumnos, tal como pocos profesores pueden lograr, sea por falta de tiempo o de habilidad” (Artigot, M., 2003, pp. 19).
El diccionario de la Real Academia de la Lengua lo define como: “persona que ejerce la tutela, defensor, protector, director en cualquier línea”.
El Diccionario de María Moliner considera al tutor como: “persona a quien está encomendado el cuidado de otra no capaz o incapacitada por la ley para administrarse a sí misma”, “guía, protector, defensor de alguien en cualquier aspecto”.
La Nueva Enciclopedia Larousse considera al tutor como: “persona encargada de orientar y aconsejar a los alumnos de un curso, una asignatura, etc.”
En definitiva, podemos considerar al tutor como la persona que se responsabiliza de un grupo determinado de alumnos en sus aspectos madurativos y de desarrollo, de aprendizaje individual y grupal, de adopción de posturas positivas ante la vida; que conoce el medio en donde se desenvuelve el alumno; se relaciona con sus padres y coordina, al efecto, el conjunto de profesores, utilizando técnicas adecuadas y estableciendo pautas de evaluación de su propio trabajo.
1.2.- El perfil del tutor.
Todo tutor ha de poseer una serie de cualidades, una serie de actitudes, que según Anzieu, D. Y Martín, J. (1999, pp. 66) son entendidas como “predisposiciones permanentes para actuar de una determinada manera frente a los demás dentro de un grupo restringido”, ya que es una persona que tiene responsabilidades educativas con sujetos en periodo de formación.
Según Roger, C en Brunet, J.J. y Negro J.L. (1993, pp.48), las actitudes que todo tutor debe llevar implícitas son:
1. El profesor debe ser él mismo.
2. El profesor confía en el alumno.
3. El profesor establece empatía con el alumno o grupo.
4. El profeso está abierto a la experiencia.
5. Convencimiento de la importancia de la tutoría.
6. Tener confianza en los individuos y en los grupos: Según Rosenthal y Jacobson, esto se interpreta como el “Efecto Pigmalión”, es decir, las expectativas depositadas en los individuos estimula su nivel de aspiración y aumenta sus capacidades de rendimiento.
7. Evitar las generalizaciones: Evitar el llamado “efecto Halo”, que consiste en que determinadas actitudes partidistas del profesor respecto a alumnos brillantes o conflictivos generan en los mismos, comportamientos en función de las expectativas que sobre ellos se tienen.
8. Conocer y aplicar formas interactivas aplicadas, estimulando los sentimientos positivos, la creatividad, las opiniones… del alumno.
El tutor ha de poseer, también, una serie de actitudes desde el punto de vista tecnológico y de cualificación. Éstas son:
– Conocimiento, manejo y dominio de técnicas generales de Orientación Educativa para la función tutorial.
– Manejo de técnicas elementales de diagnóstico general y específico, según los casos.
– Conocimiento de los elementos de interpretación objetiva de los datos extraídos y suministrados por otros procedimientos.
– Apertura constante a la ampliación de su formación técnica.
– Capacitación para el trabajo en grupo y flexibilidad ante los cambios organizativos, metodológicos y estructurales.
– Iniciación y preparación en técnicas de investigación orientadora.
– Compromiso en metodologías colaborativas de reflexión y de investigación-acción en el aula.
La actuación del tutor ha de ir guiada por los tres principios, que rigen la orientación educativa y que son:
1. Principio de prevención.
2. Principio de desarrollo.
3. Principio de intervención social-
Las cualidades que ha de poseer el tutor (Salvador, A. , 2003; Galve, J.L. y Garcia E.M., 1992; Miller, W., 1971; Brunet, J.J. y Negro J.L:, 2003 Artigot, M:, 1973) se resumen en:
· Alto índice de humanidad.
· Camaradería y amistad.
· Mentalidad abierta.
· Comprensivo y flexible.
· Capacidad de observación.
· Firmeza.
· Inspirador de confianza.
· Amabilidad.
· Habilidad.
· Seguridad en sí mismo.
· Autenticidad.
· Alto nivel de exigencia, consigo mismo.
· Espíritu crítico.
· Sentido de justicia.
· Humildad.
· Espíritu deportivo.
· Motivador…
Para cerrar este apartado, considero interesante incorporar el Decálogo del tutor, según García Nieto (1991, pp. 50):
1. Completa en la tutoría lo que en la instrucción le falta.
2. Con el adolescente y el joven: ni delante ni detrás, a su lado.
3. Al tutelado dale lo que necesita y le conviene y no lo que el pida.
4. En Tutoría, la burocracia y la oficialidad, a veces, son necesarias; suficientes nunca.
5. En el grupo de tutelados:
– Suma sus posibilidades.
– Resta las limitaciones.
– Multiplica los esfuerzos.
– Divide las responsabilidades.
6. Oración gramatical de todo grupo:
– Sujeto: Nosotros.
– Verbo: Colaboramos.
– Complementos: Siempre, en todo y con agrado.
7. La verdadera autoridad en el grupo, no es la que a uno le han dado ni la que uno ejerce, sino la que realmente merece.
8. En educación no sirven las recetas de eficacia total, escaso coste y corta duración.
9. No exijas fruto a la semilla que acabas de plantar, espera con ilusión a que crezca.
10. De la endeble parcela de la adolescencia y a la juventud no exijas frutos de adultez y madurez.
1.3.- Tutoría y función docente.
El estudio de la tutoría como elemento de la función docente, implica un breve análisis de los diferentes modelos tutoriales, que han existido y una referencia detallada de las relaciones entre la acción tutorial con las funciones docentes tradicionales.
A) LOS MODELOS TUTORIALES.
Los modelos tutoriales, que existen y que puedan existir, tienden a moverse entre dos dimensiones:
· Lo instructivo y lo tutelar: Esta dimensión tiene dos polos antagónicos: La instrucción (proceso que produce aprendizajes) y lo tutelar (ayuda u orientación a los alumnos, como individuos que no pueden conducirse de manera autónoma). Por tanto, unos modelos tutoriales prestarán más atención a los procesos de enseñanza aprendizaje, otros se situarán, principalmente, en la atención personal a los alumnos.
· Lo administrativo y lo humano: Esta dimensión también está determinada por dos polos: el administrativo (registro de la información de los alumnos, relaciones con los padres, entrega de notas, etc) y el humano (atención a los aspectos de ayuda personalizada de carácter psicoafectivo que los alumnos puedan precisar).
Según Lázaro y Asensi (1987) y teniendo en cuenta las diferentes situaciones y contextos, los principales modelos tutoriales, que nos podemos encontrar, son:
1. El tutor como monitor: Aquí, el tutor sirve de modelo de actuación del alumno, es decir, es un modelo a imitar por el alumno. Se convierte e n un colaborador de los profesores del alumno. Este es el caso de los profesores existentes en algunas escuelas-hogar.
2. El tutor sin docencia: En este modelo, el tutor no tiene docencia, es decir no es profesor del alumno pero sigue su marcha instructiva y educativa, estando en continuo contacto con los profesores que le imparten la enseñanza, siendo su función básica la de asesorar y orientar a los alumnos. Es el caso de los tutores de algunos internados ingleses.
3. Todos los profesores son tutores: En algunos sistemas educativos, la tutoría no recae sobre ningún profesor concreto, sino que se encuentra integrada de manera permanente con los aspectos instructivos. Este modelo para que sea eficiente, tiene que ser complementado por otro en el que la responsabilidad tutorial además de ser de todos, se coordine por un profesor concreto.
4. El profesor como tutor en ocasiones: En la anterior reforma educativa, el profesor sólo era tutor de sus alumnos en determinados momentos, casi siempre cuando había problemas de disciplina.
5. El profesor como colaborador del orientador: En algunos sistemas educativos, la tutoría es llevada de manera conjunta por el profesor y el orientador o asesor psicopedagógico, siendo la responsabilidad esencial del orientador y apareciendo el profesor como colaborador del orientador.
6. El profesor-tutor: Este es el modelo más extendido en los sistemas educativos europeos. Integra la actuación instructiva del profesor en otra más amplia, la de educador. El profesor-tutor es el que coordina la acción tutorial del conjunto del equipo docente. Esta es la postura adoptada por la actual reforma educativa.
Una vez vistos brevemente los diferentes modelos tutoriales, es necesario analizar las relaciones existentes entre la función docente, que ha caracterizado a los profesores en nuestra tradición pedagógica y las funciones asociadas a la acción tutorial.
B) RELACIÓN ENTRE FUNCIÓN DOCENTE Y ACCIÓN TUTORIAL.
La función tutorial ha evolucionado en nuestro país desde su inexistencia en los inicios del sistema educativo hasta su aparición en las experiencias impulsadas por la ILE en los comienzos de siglo, para desaparecer con la Dictadura de Franco, para volver a aparecer tímidamente con la L.G.E. de 1970 y finalizar asentándose en la LOGSE y ahora en la LOCE.
Es en la L.G.E., donde la tutoría empieza a convertirse en una actividad importante. No obstante, se suponía que el profesorado por el mero hecho de haber obtenido el título que le capacitaba para impartir la docencia, tenía la preparación necesaria para ejercer la acción tutorial. Esto condujo a que la acción tutorial haya sido escasa y en muchos casos, no muy bien orientada.
Por ello, la LOCE (2003) en su esfuerzo por diseñar una respuesta educativa que atienda a la diversidad, reconsidera el papel de la tutoría, convirtiéndola en un apoyo decisivo para la formación del alumnado.
Todo esto se recoge en los diversos documentos legislativos, que conforman la Reforma del sistema educativo actual. Así pues…
La actividad orientadora, se realiza, ante todo, en el cumplimiento de la acción tutorial, constituyéndose la tutoría en un elemento inherente a la actividad docente dentro de un concepto integral de educación.
1) Todo profesor, en su actividad docente, ha de ejercer tareas de guía y orientación. Sin embargo, la función tutorial de cada grupo de alumnos puede y debe ser asignada por un profesor determinado.
2) Las actividades de acción tutorial, como parte de la función docente están incluidas entre las obligaciones del profesor.
3) El ejercicio de la función tutorial entronca con la individualización de la enseñanza.
La LOCE (2003), cuya visión de la educación está centrada en los apoyos que necesita el alumno como ser en proceso de construcción de su propia personalidad, continua con ese planteamiento claramente educativo de la tutoría, asumiendo esta actividad como parte de la educación, como señala su Artículo 60.
Esto sitúa la actividad orientadora como parte ineludible de la actuación diaria del profesorado, que debe pasar de ser un profesor-enseñante a convertirse en un profesor-educador. La tutoría, por tanto, sería la forma de articular los contenidos formativos e integrarlos en el currículo.
El modelo tutorial establecido con la LOCE, considera la tutoría como un elemento inherente a la propia función docente y al concepto de currículo. Ese modelo se justifica en:
– Una concepción de la educación como algo más que la pura instrucción, que exige la existencia de una figura que sirva de referente para esos contenidos que no son estrictamente instructivos y que forman parte de manera ineludible de la formación de las nuevas generaciones.
– La enseñanza de los valores, actitudes y hábitos, reclama necesariamente el desarrollo de una función (como la tutorial), como vía importante para la asimilación de este tipo de contenidos, que de otra manera podrían no tener un referente claro.
– Las relaciones entre profesores y alumnos precisan de un referente tanto para los propios alumnos como para los miembros de cualquier equipo docente. Un referente que module y regule las relaciones y posibles conflictos entre ellos.
– La coordinación del equipo docente plantea como ineludible, la existencia de un coordinador de las actividades educativas que se lleven a cabo con un grupo-clase.
– La evaluación criterial y formativa plantea como elemento imprescindible, la puesta en marcha de medidas conjuntas dirigidas al perfeccionamiento de los procesos de enseñanza y aprendizaje.
– Las dificultades de aprendizaje exigen la puesta en marcha de medidas coordinadas entre los profesores que conforman el equipo docente.
– La integración de las experiencias escolares y extraescolares, ya que la acción docente no se debe limitar al grupo de alumnos y al aula como lugar de trabajo.
– Es preciso superar la visión simplista y burocrática de la función docente, con criterios de corresponsabilidad y cooperación entre los profesores que conforman un equipo docente.
– Etc.
Para lograr que la acción tutorial, ya descrita, sea eficaz, la LOCE exige que se dé al profesorado una serie de apoyos, cuya existencia también debe prever la propuesta educativa. Entre ellos, destacan:
· La práctica de la tutoría requiere una preparación previa de los profesores en régimen de interdisciplinariedad, que da lugar a un método basado en dinámicas de trabajo en equipo que faciliten, a través de procesos de investigación-acción, el que cada grupo de profesores, coordinados por el tutor, determine qué aspectos o contenidos formativos han de ser los primeros en integrarse en el currículo de cada curso y en qué asignatura tendrá su mayor tratamiento. La reflexión sobre la práctica es lo que motivará al profesorado a procurar la formación de los tutores, con el fin de lograr que la nueva práctica sea cada vez más efectiva.
· Por tanto, los CEPs deben incluir en sus programas de perfeccionamiento de contenidos que preparen y cualifiquen al profesorado para descubrir y aplicar la dimensión transversal que supone el tratamiento de los contenidos formativos integrados en el currículo.
· Además, la Administración debe potenciar la elaboración de documentos de apoyo para que los tutores dispongan de recursos, metodologías y técnicas que posibiliten la reflexión conjunta, el contraste y el intercambio.
· Todo lo anterior debe complementarse con que el centro escolar posea una estructura organizativa mínima, que apoye la acción tutorial, dinamice sus situaciones, sugiera actividades, proponga técnicas y asista en cada momento al tutor en el desarrollo de esa actividad.
1.4.- El tutor y la orientación educativa.
En el preámbulo de la LOCE, se afirma que la Educación debe desarrollar la capacidad para ejercer valores de libertad, tolerancia y solidaridad y debe permitir la construcción de una concepción de la realidad que integre al la vez, el conocimiento y la valoración ética y moral del mismo. Esto lleva implícito la necesidad de orientación educativa.
En la LODE (1995), en su artículo 6, se afirma que la orientación es un derecho que tienen todos los alumnos. Derecho que debe ser garantizado durante toda la escolaridad no universitaria como algo inherente a la educación.
Por ello, los centros escolares deben asegurar la dimensión orientadora de la educación y el apoyo psicopedagógico que precise el alumnado.
El modelo de intervención que se articula desde la Administración educativa en Andalucía, se fundamenta en tres pilares:
Estos tres ámbitos comparten una misma finalidad: hacer efectiva la dimensión orientadora de la educación aunque sus modelos de intervención y sus problemáticas sean distintas.
Ante todo el principio básico es la complementariedad y el trabajo cooperativo entre tutores, equipos docentes, departamentos de orientación y equipos de apoyo externo.
Por tanto, la orientación es un proceso de ayuda que comienza con la tutoría, se continúa en la acción con el equipo de profesores en colaboración con el departamento de orientación del centro y acaba con las acciones orientadoras de los equipos de apoyo externo en la zona educativa.
La orientación educativa se lleva a cabo a través de estos tres niveles de la siguiente manera:
· En el AULA: La función tutorial y orientadora corresponde al profesorado y en particular a los tutores, que deberá coordinar su actuación con otros profesores que intervengan con el mismo grupo de alumnos. La tutoría supone la participación en la orientación, que un profesor puede realizar en coordinación con su propia práctica docente. Son los tutores los encargados de que se logre ajustar los objetivos, contenidos, orientaciones didácticas… a las necesidades y circunstancias de sus alumnos.
· En el CENTRO: El centro dispondrá del sistema de organización de la orientación psicopedagógica recogida en la legislación vigente para facilitar las labores de orientación y tutoría. Por tanto, corresponde al centro la coordinación y la planificación de las actividades de orientación y tutoría. Para ello, los equipos docentes contarán con profesionales que les asesoren para poder llevar a cabo las tareas orientadoras.
· En el DISTRITO o ZONA: Cada distrito contará con un equipo interdisciplinar de apoyo, desde donde, y con el resto de programas y servicios de zona, el sistema escolar ha de dar la respuesta educativa adecuada a loas necesidades de ese determinado sector geográfico.
Por tanto, el aula se convierte en el primer e imprescindible nivel de orientación educativa, ya que es en ella donde mejor se pueden llevar a cabo los procesos de personalización de los procesos de enseñanza y aprendizaje y la adecuación de la oferta educativa a las necesidades del alumnado. Esto significa que el tutor se convierte en un agente esencial para la orientación de su grupo de alumnos.
Esta acción tutorial tiene como finalidad atender a los aspectos del desarrollo, maduración, orientación y aprendizaje de los alumnos, tanto individual como grupalmente. Para ello, el tutor necesita conocer a sus alumnos lo mejor posible y ha de servir de nexo entre la familia y el centro por un lado, y por otro, entre el grupo de alumnos y sus distintos profesores.
De todo esto se deduce que la tutoría debe llevarse a cabo de dos formas:
1) La tutoría en grupo: Es propia de aquellas situaciones en las que se necesita mejorar las relaciones y la convivencia del alumnado en clase, fomentar las actitudes de cooperación y tolerancia dentro del grupo, la participación del grupo en el funcionamiento del aula y el centro a través de sistema de elección y representación, recogidos en el Reglamento de Organización y Funcionamiento del Centro.
2) La tutoría individual: Con ella, se pretende detectar y conocer lo mejor posible las dificultades y las problemáticas personales que tienen determinados alumnos y que le impiden conseguir un rendimiento satisfactorio en relación a sus capacidades.
2.- FUNCIONES DEL TUTOR EN PRIMARIA Y EN SECUNDARIA.
A) LA FUNCIÓN TUTORIAL COMO ORIENTACIÓN.
Ha quedado claro que la tutoría se considera en nuestro país como algo inherente a la función docente, por tanto, es obvio que las tareas tutoriales deberían distribuirse entre el conjunto de los profesores que constituyen un equipo docente, actuando uno de ellos como coordinador de la acción orientadora.
La existencia de un profesor-tutor que considera la orientación como parte de la actividad docente, está justificada por el carácter personal de la acción tutorial, por la necesidad de delimitación de las responsabilidades y por la existencia de toda una serie de tareas, que exigen la existencia de un coordinador:
– Las adaptaciones curriculares.
– Las diversificaciones curriculares.
– La opcionalidad curricular.
– La detección de necesidades de apoyo.
– La orientación vocacional.
– La coordinación del equipo docente.
– Etc.
Todo esto lleva caracterizar las funciones del profesor-tutor por ser:
· La tutoría como una actividad cooperativa entre:
– Tutor y orientador.
– Tutor y equipo docente.
· El tutor como eje de articulación de las relaciones educativas entre
– El grupo de alumnos y el centro escolar.
– Entre familias y centro escolar.
· Las funciones tutoriales básicas, que suelen considerarse, son:
– Función de orientación educativa (tanto escolar como vocacional).
– Función burocrática.
· La importancia del tutor aumenta en los tramos superiores de la educación obligatoria por:
– Las características de los alumnos.
– El tipo de enseñanza.
La acción tutorial, es por tanto, el eslabón primero y fundamental del sistema de orientación, hacia el cual deben ir dirigidos los esfuerzos del Departamento de orientación y de los Equipos de Sector.
B) ÁMBITOS Y FUNCIONES DE LA ACCIÓN TUTORIAL.
Los ámbitos o campos y las funciones en ellos inmersas, en los que la acción tutorial (que no el tutor de manera exclusiva, aunque sí de una manera referencial) debe realizarse, según el Plan de Orientación Educativa de Andalucía, son las siguientes (Estas funciones están recogidas, también, en el Real Decreto 8/9/1993 de 28 de Mayo y en el Real Decreto del 18 de Junio):
· Con los alumnos:
– Facilitar la integración del alumno en el grupo-clase y en la dinámica escolar.
– Contribuir a la personalización de los procesos de enseñanza-aprendizaje.
– Efectuar el seguimiento global de los procesos de aprendizaje de los alumnos al objeto de detectar las dificultades y necesidades, articular las respuestas educativas adecuadas y recabas, en su caso, oportunos asesoramientos y apoyos.
– Coordinar el proceso evaluador de los alumnos y asesorar sobre su promoción de un ciclo a otro.
– Favorecer los procesos de maduración y orientación educativa.
– Fomentar el desarrollo de actitudes participativas.
· Con los profesores:
– Coordinar el ajuste de las programaciones al grupo de alumnos.
– Coordinar el proceso evaluador y la información acerca de los alumnos que tienen varios profesores.
– Posibilitar las líneas comunes de acción con los demás tutores en el marco del proyecto educativo del centro: participar en la elaboración del PAT (Plan de Acción Tutorial).
· Con las familias:
– Contribuir al establecimiento de relaciones fluidas con los padres.
– Implicar a los padres y madres en actividades de apoyo al aprendizaje y orientación de sus hijos.
– Informar a los padres y madres de aquellos asuntos relacionados con la educación de sus hijos.
Algunas de las actividades, que el tutor puede llevar a cabo para cumplir de manera adecuada estas funciones son:
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– Actividades de acogida.
– Debates sobre derechos y deberes: Decreto y Reglamento de Régimen interior.
– Explicación de las funciones y tareas de la tutoría.
– Actividades de conocimiento de cada alumno en el grupo, en el centro y en el entorno.
– Actividades de conocimiento del grupo, para recomponer dicha dinámica cuando fuese necesario.
– Recogida de información individual/grupal.
– Analizar con los demás profesores las dificultades escolares de los alumnos.
– Actividades favorecedoras de una autoestima adecuada.
– Actividades sobre itinerarios e información vocacionales.
– Actividades de participación en la evaluación.
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– Consensuar el Plan de Actuación Tutorial precisando el grado y modo de implicación de los profesores y delimitando los aspectos que son específicos del profesor-tutor.
– Mediar en posibles situaciones de conflictos entre alumnos y profesores e informar debidamente a sus padres.
– Recoger información de los demás profesores sobre cualquier tema que afecte al grupo o a algún alumno en particular.
– Transmitir a los profesores del equipo docente aquellas informaciones sobre los alumnos que les puedan ser útiles.
– Preparar, coordinar y moderar las sesiones de evaluación, procurando que su desarrollo se ajuste a los principios de la evaluación informativa.
– Establecer cauces de colaboración con los demás tutores, sobre todo con los del mismo curso o ciclo.
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– Preparar y coordinar reuniones: principio de curso, evaluaciones, etc. Debiendo ser éstas, al menos tres a lo largo del curso escolar.
– Pedir la colaboración a los padres en relación con el trabajo escolar de sus hijos.
– Preparar visitas a empresas con la colaboración de los padres.
– Realizar entrevistas individuales, cuando ellos las soliciten o el tutor la considere necesarias.
– Impulsar y formar grupos de discusión sobre los temas formativos de interés para los padres en relación con la educación de sus hijos.
Las funciones de la acción tutorial y sus actividades son comunes a toda la Educación Obligatoria, es decir, a la Educación Primaria y Secundaria. Es posible, sin embargo, establecer una serie de matices que diferencian a la tutoría, en una u otra etapa. Estos son:
1) La importancia del papel del tutor se intensifica en os tramos superiores del sistema educativo. En la Educación Infantil y Primaria se da prácticamente una identificación entre la función docente y la función tutorial, mientras que el la educación Secundaria aumentan las tareas específicas de la tutoría como actividad educativa, en la medida en que intervienen diferentes profesores desde áreas concretas.
2) En Educación Secundaria aparecen necesidades educativas nuevas, como son las relacionadas con las posibilidades de optar entre varias alternativas (asignaturas optativas, bachilleratos…), que es necesario responder desde la función tutorial, por lo que en la tutoría en Secundaria, además de las tareas relacionadas con el aprendizaje y la enseñanza, se unen tareas relativas al asesoramiento vocacional.
3) La existencia de tantos profesores como áreas en Educación Secundaria hace que la necesidad de un Plan de Acción Tutorial, que coordine la función tutorial de los diferentes profesores, sea imprescindible en esta etapa y no tanto en las anteriores.
4) Las relaciones tutor-familia van a venir moduladas por la existencia de problemas de carácter diferente en unas etapas u otras. Así que en Educación Infantil y Primaria las preocupaciones y dificultades del desarrollo personal y escolar del alumno serán el eje, mientras que en la Educación Secundaria serán los problemas relativos a la identidad personal (autonomía y socialización) y las necesidades de orientación vocacional.
5) La relación del tutor con los propios alumnos es diferente, ya que en Educación Secundaria se plantea como ineludible la participación progresiva de éstos en la planificación de las actividades tutoriales, para poder llegar al objetivo básico de auto-orientación.
A continuación, expondré de manera más extensa las funciones principales, que los tutores han de llevar a cabo en Primaria y en Secundaria.
2.1.- Las funciones del tutor en Primaria.
La etapa de Educación Primaria, que comprende seis cursos académicos desde los seis a los doce años, y que se estructura en tres ciclos de dos años cada uno, tiene por finalidad proporcionar a los niños una educación común que haga posible la adquisición de los elementos básicos culturales, los aprendizajes relativos a la expresión oral, a la lectura, a la escritura y al cálculo matemático, así como una progresiva autonomía de acción en su medio (art. 12).
El Decreto 105/1992 de 9 de Junio de Educación Primaria reconoce la orientación educativa como un elemento de calidad del sistema educativo, que ha de integrarse en el Proyecto de centro. Por tanto, es esencial el papel de la orientación y la tutoría en esta etapa, configurándose con el grupo-aula a través del tutor y dotándose de instrumentos necesarios para su mejor desarrollo: El Plan de Acción Tutorial y Orientación, en el que se plasma la previsión de actuaciones respecto a los alumnos, los profesores y las familias y el Equipo Docente de Orientación y Apoyo, que canaliza la orientación en el centro.
El tutor en Primaria se considera un referente privilegiado para los alumnos, ya que es el encargado de proporcionarles experiencias educativas para que consigan un progresivo grado de autonomía y desarrollo personal. Entre sus funciones prioritarias, destacan:
– Favorecer la adaptación escolar de los alumnos.
– Facilitar su integración en el grupo-clase de referencia, potenciando las relaciones con sus compañeros.
– Llevar a cabo el seguimiento de los procesos de aprendizaje de los alumnos.
– Promover canales de participación efectivos entre la escuela y su entorno, especialmente con los padres.
– Diseñar acciones encaminadas a favorecer el trabajo en equipo entre el profesorado.
El desempeño efectivo de estas funciones no debe quedar relegado a la buena voluntad del profesorado, sino que se le ha de dotar de un tiempo, necesario para su desarrollo y al tutor, de la formación necesaria para llevarlas a cabo.
Por tanto, la intervención del tutor en esta etapa se desarrollaría principalmente en los siguientes ámbitos:
· Desarrollo del autoconcepto.
· Relaciones interpersonales.
· Habilidades sociales.
· Clima de clase e integración grupal.
· Desarrollo de competencias básicas.
· Habilidades de vida.
· Habilidades para el estudio.
· Dificultades de aprendizaje.
Artículo 74. Los maestros tutores ejercerán las siguientes funciones:
a) Llevar a cabo el plan de acción tutorial.
b) Coordinar el proceso de evaluación de los alumnos de su grupo y adoptar las decisiones que proceda acerca de la promoción de los alumnos de un ciclo a otra previa audiencia de sus padres o sus tutores legales.
c) Atender a las dificultades de aprendizaje de los alumnos, para proceder a la adecuación personal del Currículo.
d) Facilitar la integración de los alumnos en el grupo y fomentar su participación en las actividades del centro.
e) Orientar y asesorar a los alumnos en sus posibilidades educativas.
f) Colaborar con el Equipo de Orientación Educativa y Psicopedagógica en los términos que establezca la Jefatura de estudios.
g) Encauzar los problemas e inquietudes de los alumnos.
h) Informar a los padres, maestros y alumnos del grupo de todo aquello que concierna en relación con las actividades docentes y el rendimiento académico.
i) Facilitar la cooperación educativa entre los maestros y padres de alumnos.
j) Atender y cuidar a los alumnos en periodos de recreo y otras actividades no lectivas.
2.2.- Las funciones del tutor en Secundaria.
La LOCE contempla a la Educación Secundaria Obligatoria como un etapa que va desde los doce a los dieciséis años de edad; el Bachillerato, entre los dieciséis y los dieciocho años y la Formación Profesional Específica de Grado Medio. Esta etapa pretende que los alumnos maduren intelectual y humanamente, adquieran los elementos básicos de la cultura y el conocimiento y habilidades para desempeñar sus funciones sociales con responsabilidad. Para ello, se dota al tutor de una “hora de tutoría”.
El Decreto 106/1992 de 9 de Junio por el que se establecen la Enseñanzas de Educación Secundaria Obligatoria en Andalucía establece en su artículo 10:
Por tanto, en esta etapa la orientación se configura a nivel de centro como institución. Aunque el tutor siga siendo una figura relevante en el proceso orientador del alumno, el órgano técnico a través del cual se dinamiza la intervención orientadora es el Departamento de Orientación, coordinado por un orientador y asistido técnicamente desde la zona por el Equipo de Apoyo Externo.
En esta etapa, las principales funciones del tutor son:
– Coordinar el equipo docente que atiende al grupo de alumnos de su tutoría.
– Atender individualmente a los alumnos de su grupo sobre todo en aspectos relativos a la orientación profesional y vocacional, así como el tratamiento del fracaso escolar.
– Organizar y presidir las sesiones de evaluación de su grupo.
– Mantener encuentros periódicos con los padres y madres de sus alumnos.
– Coordinar y promover las adaptaciones curriculares individuales o de grupo que el equipo docente o los departamentos/seminarios consideren pertinentes (Resolución 1 de agosto 2003, de la Conserjería de Educación y Ciencia de la Junta de Andalucía).
Las funciones, que recoge el Real Decreto de 18 de Junio de 2003, sobre el Reglamento Orgánico de los Institutos de Educación Secundaria, son:
Capítulo 5. Tutores/as.
Artículo 91
1. La tutoría y orientación de los alumnos formará parte de la función docente.
2. En los Institutos de Educación Secundaria habrá un tutor por cada grupo de alumnos. El tutor será designado por el Director, a propuesta del Jefe de Estudios entre los profesores impartan docencia a todo el grupo.
3. Los profesores restantes, exceptuando los miembros del Equipo Directivo y los Jefes de Departamento, podrán ser nombrados tutores de grupos específicos de alumnos y desempeñarán las tareas de tutoría que les encomiende el Jefe de Estudios.
Artículo 92
1. El profesor tutor ejercerá las siguientes funciones:
a) Participar en el desarrollo del Plan de Acción Tutorial y en las actividades de orientación, bajo la coordinación del Jefe de Estudios y en colaboración con el Departamento de orientación del Instituto,
b) Coordinar el proceso de evaluación de su grupo.
c) Organizar y presidir las sesiones de evaluación de su grupo.
d) Facilitar la integración de los alumnos en el grupo y fomentar su participación en las actividades del Instituto.
e) Orientar y asesorar a los alumnos sobre sus posibilidades académicas y profesionales.
f) Colaborar con el Departamento de Orientación del Instituto, en los términos que establezca la Jefatura de Estudios.
g) Encauzar las demandas e inquietudes de los alumnos y mediar, en colaboración con el delegado y subdelegado del grupo, ante el resto de los profesores y el equipo directivo en los problemas que se plantean.
h) Informar a los padres, a los profesores y a los alumnos del grupo de todo aquello que les concierne, en relación con las actividades docentes y el rendimiento académico.
i) Facilitar la cooperación educativa entre los profesores y los padrea de los alumnos.
2. En el caso de los ciclos formativos de Formación Profesional, el tutor de cada grupo asumirá también, respecto al módulo de formación en centros de trabajo, las siguientes funciones:
a) La elaboración del programa formativo del módulo en colaboración con el responsable designado a estos efectos por el centro de trabajo.
b) La evaluación de dicho módulo, que deberá tener en consideración la evaluación de los restantes módulos del ciclo formativo y, sobre todo, el informe elaborado por el responsable designado por el centro de trabajo para el seguimiento del programa formativo de este módulo sobre las actividades realizadas por los alumnos durante el periodo de estancia en dicho centro.
c) La relación periódica con el responsable designado por el centro de trabajo para el seguimiento del programa formativo, a fin de contribuir a que dicho programa se ajuste a la cualificación que se presente.
d) La atención periódica, en el centro educativo, a los alumnos durante el periodo de realización de la formación en el centro de trabajo, con objeto de atender a los problemas de aprendizaje que se presente y valorar el desarrollo de las actividades correspondientes al programa de formación.
3. El Jefe de Estudios coordinará el trabajo de los tutores y mantendrá las reuniones periódicas necesarias para el buen funcionamiento de la acción tutorial.
3.- APORTACIONES DE LA PSICOLOGÍA Y DE LAS CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN AL DESARROLLO DE ESTAS FUNCIONES.
Para que la función tutorial alcance los propósitos que pretende, es necesario que junto con otras capacidades y conocimientos necesarios, el tutor debe aprovechar las aportaciones, que desde el campo de la Psicología y de las Ciencias de la educación se realiza para el conocimiento y aplicación al contexto escolar.
Ambas aportaciones han de ser integradas en el esquema de acción del tutor. Por tanto, no es una mera cuestión de dependencia sino de abrir posibilidades de estimulación formativa que integren los conocimientos pedagógicos y psicológicos en una acción concreta.
Las aportaciones que estas disciplinas han realizado a la actividad orientadora en el nivel de la acción tutorial, son:
3.1.- Aportaciones de la Psicología.
Las aportaciones de la Psicología pueden resumirse en las siguientes:
1.- El concepto y las fuentes de la diversidad.
El estudio de la diversidad ha proporcionado importantes referencias a la actividad educativa y por tanto, a la tutorial, y una de las más importantes es la concepción dinámica de la propia diversidad y de sus fuentes.
Así que, se ha pasado de entender que las fuentes de la misma tenían un carácter innato y estático a comprender que las fuentes de la diversidad son varias y con un carácter dinámico:
– Capacidad de aprender.
– Motivación.
– Intereses.
2.- Desarrollo cognitivo-intelectual.
La perspectiva actual sobe el desarrollo intelectual, que se basa en dos supuestos teóricos básicos, que son:
– Modos de pensamiento propuestos por Piaget.
– Procesamiento de la información como modelo de funcionamiento cognitivo.
3.- Importancia del Desarrollo Psicosocial.
Una de las cuestiones básicas en que se apoya la función tutorial, es en la importancia que tienen los aspectos psicosociales del desarrollo humano, siendo sus principales aportaciones:
– Desarrollo del autoconcepto y de la autoestima y la importancia que tiene en ello el medio escolar, tanto los profesores como los propios compañeros.
– Las habilidades psicosociales y el papel que la escuela, como medio de socialización, tiene en su adquisición y desarrollo.
– Los conocimientos sobre el funcionamiento de los grupos sociales, que plantean la necesidad de intervenir sobre los mismos, cuando sea necesario, con la finalidad de reordenar su funcionamiento que siempre ha de ser acorde con los principios propios de las sociedades democráticas: participación, tolerancia, justicia…
4.- Concepción constructivista del proceso de aprendizaje.
Al ser la actividad tutorial una actividad educativa, la concepción actual del aprendizaje constituye uno de los ejes básicos de la acción tutorial, que descansa sobre los pilares básicos:
– Constructividad del aprendizaje, que llevaría a plantear la tutoría compuesta por un conjunto de actividades que han de ser significativas para el alumno al mismo tiempo que han de ser funcionales respecto a su vida escolar.
– Importancia de la interacción educativa, que en la tutoría, como en otras actividades escolares, debe constituir uno de los puntos de partida básicos para el planteamiento, realización y evaluación de las actividades que se realicen.
5.- Importancia para el desarrollo humano de la coordinación entre los diferentes contextos sociales.
La Psicología ha demostrado suficientemente que para un desarrollo social adecuado es necesario que exista coordinación entre los diversos sub-sistemas sociales en los que el alumno participa.
3.2.- Aportaciones de la Pedagogía.
La Pedagogía o Ciencias de la Educación ha realizado, también, aportaciones importantes a la orientación en general y a la función tutorial en particular:
1.- Relativas al modelo curricular.
Algunas de las aportaciones más importantes son:
– Necesidad de un currículo básico y común para todos los alumnos.
– Necesidad de adaptar el currículo básico a las características de los diferentes grupos de alumnos.
– Etc.
2.- Relativas a la estructura y procesos didácticos.
La práctica educativa, también, proporciona fundamentos a la actividad tutorial, como son:
– Elaboración de secuencias didácticas: Teoría de la Elaboración.
– Elaboración de materiales adecuados para cada tipo de aprendizaje.
– Importancia de la evaluación de los conocimientos previos…
3.- Relativas a la organización escolar.
Desde las teorías organizativas, también, se han hecho aportaciones, como:
– Importancia de dotarse de una organización flexible.
– Relevancia de la coordinación del equipo docente…
4.- Relativa a la práctica tutorial.
Esto nos aporta datos sobre lo inadecuado que han resultado los modelos tutoriales, que se han llevado a cabo en nuestra tradición pedagógica y que solicitan un cambio radical en su concepción y en sus planteamientos prácticos.
· IMPLICACIONES EDUCATIVAS: EL PLAN DE ACCIÓN TUTORIAL.
Desde el MEC (2003), se afirma que la función tutorial no puede apoyarse en planteamientos individuales o reducirse a iniciativas aisladas y descoordinadas, impulsadas por profesores voluntariosos y especialmente comprometidos con su profesión
Es necesario que la responsabilidad de planificar las acciones orientadoras en el nivel tutorial, corresponda al centro como institución, de manera que contribuyan al logro de los objetivos educativos comunes. Esto implica entender que el modelo tutorial de un centro ha de ser el fruto de la participación de toda la comunidad educativa.
En el desarrollo de la acción tutorial, han de existir diversos niveles de implicaciones de los agentes educativos, desde los padres hasta el Departamento de Orientación como estructura planificadora y coordinadora, pasando por los profesores-tutores como agentes activos y los profesores de áreas como colaboradores de los primeros.
Al Departamento de Orientación, se le asignan desde el MEC (2002) las siguientes funciones con relación a la acción tutorial:
1) Proponer los planes de acción tutorial del centro.
2) Diseñar los programas de tutoría, según las etapas, ciclos o cursos, en colaboración con los tutores implicados.
3) Ejercer de cauce organizador de las acciones tutoriales.
4) Establecer procedimientos de seguimiento y evaluación de la función tutorial, colaborando en su ejecución.
5) Servir de apoyo y refuerzo a los tutores.
6) Proporcionar a los tutores los recursos materiales necesarios.
7) Canalizar la intervención de los servicios externos, tales como los Equipos Interdisciplinares.
Todo lo planteado sobre la acción tutorial, que en un centro debe llevarse a cabo, se concreta en lo que se denomina Plan de Acción Tutorial (PAT), que se considera un plan de las acciones que se pretenden llevar a cabo por los tutores de un determinado centro educativo.
El PAT, se constituye como el instrumento básico de la Orientación Educativa en un centro, ya que se encarga de regular y ordenar el primer nivel de orientación y debería entenderse siempre como parte de la planificación específica de un centro y como tal debería ser recogido en el Plan Anual de Centro.
La responsabilidad de elaboración del PAT recae de una manera legal y directa en el equipo de tutores y en su coordinación. Lo que significa, que en el caso de los centros de Secundaria, la necesidad del Departamento de orientación y de la figura del orientador, como un elemento clave para la elaboración e implementación de dicho plan.
La estructura de un PAT debería contener, al menos, los siguientes elementos:
· Introducción: Es el primer elemento y debería explicitar brevemente algunas cuestiones como:
– Características más singulares del centro.
– Peculiaridades del PAT.
· Objetivos generales: Deberían estar fijados alrededor de los ámbitos de la tutoría y no deberían diferir mucho de los establecidos por el MEC (1992):
– Impulsar el desarrollo psicosocial de los alumnos.
– Optimizar los procesos de enseñanza-aprendizaje.
– Coordinar las acciones del Equipo Docente.
– Orientar a los padres en su función educativa.
· Objetivos específicos: Estarían en relación con cada uno de los ámbitos de actuación señalados para la acción tutorial y han de elaborarse teniendo en cuenta los objetivos generales y las características de los alumnos, el profesorado, las familias y el propio centro.
· Plan de actividades: Constituyen el núcleo central del plan y deben elaborarse en relación directa con los objetivos específicos, que pretendemos conseguir. En definitiva, el plan de actividades debería:
– Especificar la estructura de las actividades .
– El seguimiento a realizar de las mismas.
– Secuenciar temporalmente las mismas por trimestres.
· Evaluación del PAT: Como cualquier programa educativo, es imprescindible que el PAT observe y recoja tanto los criterios, como los instrumentos, momentos y niveles de la evaluación, como única manera de poder retroalimentarlo. Por ello, la evaluación ha de recoger los siguientes elementos:
– Estrategia de evaluación (momentos en los que se va a evaluar).
– Criterios de evaluación (ya establecidos).
– Instrumentos de evaluación.
– Niveles de realización: profesores, Departamento de Orientación, alumnos, etc.
4.- CONCLUSION.
5.- BIBLIOGRAFÍA.
· GORDILLO, M.V. (1988): Manual de orientación educativa. Alianza Universal. Madrid.
· JUNTA DE ANDALUCÍA (2002): Plan de Orientación Educativa de Andalucía. (Documento a debate). Conserjería de Educación y Ciencia. Sevilla.
· LÁZARO Y ASENSI, J. (1987): Manual de orientación escolar y tutoría. Ed. Narcea. Madrid.
· MINISTERIO DE EDUCACIÓN Y CIENCIA:
– (2002) Libro Blanco para la Reforma del Sistema Educativo. MEC. Madrid.
– (2003) La Orientación educativa y la intervención psicopedagógica. Serie de documentos. MEC. Madrid.
– (2002) Orientación y tutoría. Materiales para la Reforma. MEC. Madrid.
· MORA, J. A. (2003): Acción tutorial y orientación educativa. Ed. Narcea. Madrid.
· RODRIGUEZ, M. L. (2003): Orientación profesional y acción tutorial de Enseñanzas Medias. Ed. Narcea. Madrid.
– Orientación educativa. CEAC. Barcelona.
· RODRIGUEZ ESPINAR, S. (1981): El Orientador y su práctica profesional. OIKOS-TAU. Barcelona.
· SANCHEZ, S.S. (1984): La tutoría en los centros docentes. Ed. Escuela Española. Madrid.
· FERNÁNDEZ, S.P. (1991): La función tutorial. MEC. Castalia.
· MARTINEZ, D.M. (2002): Actividades de tutoría con los alumnos de EEMM. MEC. Madrid.
· ARNAIZ, P. Y ISÚS, S. (1997): La tutoría, organización y tareas. Ed. Graó. Barcelona.
· LÓPEZ URQUÍZAR, N. y SOLA MARTÍNEZ, T.(2004): Orientación educativa. Ed. Adhara. Granada.
· SANZ ORO, R.; CASTELLANO F.; DELGADO, J.A.(1995): Tutoría y orientación. Ed. Cedecs. Barcelona.