1INTRODUCCIÓN
2-DÉFICIT SENSORIALES: SUS TIPOS Y EVALUACIÓN.
2.1.DEFICIENCIA VISUAL:
-Etiología.
-Clasificación.
-Evaluación.
2.2.DEFICIENCIA AUDITIVA.
-Etiología.
-Clasificación.
-Evaluación.
3-SISTEMAS DE COMUNICACIÓN EN ALUMNOS CIEGOS Y SORDOS.
3.1.SISTEMAS DE COMUNICACIÓN EN ALUMNOS CIEGOS.
3.2-SISTEMAS DE COMUNICACIÓN EN ALUMNOS SORDOS.
4- CONCLUSIÓN.
5- BIBLIOGRAFÍA.
1. – INTRODUCCIÓN.
Al hablar de deficiencias sensoriales nos encontramos con dos grandes tipos de minusvalías: deficiencias visuales y deficiencias auditivas.
Teniendo en cuenta que la palabra ¨déficit¨ implica connotaciones especiales por su significado literal, tenemos que predisponernos a cubrir esta carencia, por lo cual se hace necesario el conocimiento de esas dos dificultades.
A lo largo de este tema los déficit sensoriales viendo sus diferentes tipos y por supuesto, abarcando su evaluación; entendiendo por evaluación el proceso de identificación y reconocimiento de la existencia de un problema que precisa un estudio, un tratamiento y una valoración final.
También veremos los distintos sistemas de comunicación en los alumnos ciegos y sordos, que le facilitarán su aprendizaje.
Cuando nos referimos a déficit sensoriales hacemos referencia a las pérdidas de oído y de vista. Existe, por supuesto, deficiencias relacionadas con otras modalidades sensoriales, pero sin el oído y la vista el hombre correría el riesgo de no poder codificar y decodificar tanto el mundo externo como el interno. Correría el riesgo de ¨deshumanizarse¨ desde el momento en el que no podría explorar la exteriorización de lo que piensa.
2.DÉFICIT SENSORIALES: SUS TIPOS Y EVALUACIÓN.
2.1. – DEFICIENCIA VISUAL.
Para situarnos en esta deficiencia vamos a ver una definición que nos ayudará a realizar un primer acercamiento.
El niño con déficit visual es entendido como aquel que padece la existencia de una alteración permanente en los ojos o en las vías de conducción del impulso visual. Esto causa una disminución en la capacidad de visión que constituye un obstáculo para el desarrollo normal de su vida, por lo que precisa una atención a sus necesidades especiales.
La O.M.S. considera la deficiencia visual cuando la agudeza visual de ambos ojos, después de la corrección, es igual o inferior a 0.3. Y la mayoría de los países, incluido España, consideran la ceguera cuando la agudeza visual es igual o inferior a 0.1 después de corrección, o si existe una reducción del campo visual inferior a 10 grados.
Desde el punto de vista educativo, Alberte define al deficiente visual como aquel alumno que por características de su vista, le son necesarias ciertas modificaciones en él programa normal de clase.
Toda deficiencia visual viene caracterizada por una falta de información que él niño recoge del ambiente. Él deficiente visual no recibe toda la información que existe en su medio de la misma manera que lo hace un vidente. Según Ochaita (1988) no puede recibir todos los aspectos, todas las claves sensoriales que la visión transmite y que ocupan un papel fundamental para la construcción del conocimiento del ambiente que le rodea.
Los términos de déficit visual, baja visión, visión residual, y otros, giran en torno a una reducción de la agudeza central o a una pérdida del campo visual debida a un proceso patológico ocular o cerebral (Faye, 1972).
Dentro de la deficiencia visual podemos distinguir dos grandes grupos de sujetos atendiendo a definiciones funcionales:
1- Aquel que hace referencia a sujetos con déficit visual, de baja visión, con ambliopía, etc… Comprende a las personas que, a pesar de una reducción considerable de su capacidad visual, poseen restos que posibilitan leer y escribir en tinta de forma habitual, e incluso, tener éxito total en determinadas tareas de la vida corriente.
. 2-Aquel que hace referencia a ciegos o invidentes. Comprende las personas que carecen de resto visual o que aún teniéndolo, sólo posibilita la orientación a la luz, percibir volúmenes, colores y leer grandes titulares, pero no permiten el uso habitual de lecto-escritura en tinta.
Por último anotar como dato de interés que la O.N.C.E. dice que son ciegos los que tienen 1 20 de agudeza visual y no distinguen los dedos de la mano a 2.25 metros con cristales correctores, ciego total. A los sujetos que no son ciegos totales se les llama amblíopes o deficientes visuales.
Es importante analizar las variables directamente relacionadas con la ceguera y la deficiencia visual que la literatura científica revela como más destacadas.
La ceguera influye en la manera en que los individuos afectados por ella realizan muchas de sus actividades en su vida cotidiana como el acceso y manejo de información escrita, la realización de desplazamientos de forma autónoma, etc.
Para definir las minusvalías visuales hay que tener en cuenta los siguientes aspectos:
– Agudeza visual: Hace referencia a la habilidad para discriminar claramente detalles finos en objetos o símbolos a una determinada distancia (Barraga, 1985 ). Es la capacidad que tiene el ojo para percibir dos puntos próximos de un objeto, grado de resolución del ojo. La agudeza normal seria 10 /10.
– Campo visual: Es la amplitud de campo que un sujeto puede llegar a ver.
– Debilidad en la visión: Ambliopía.
– Baja visión: Cuando el sujeto necesita de determinadas ayudas ópticas para poder funcionar lo más adecuadamente como vidente.
Centrándonos en el desarrollo y aprendizaje del sujeto con deficiencias visuales ha de tener en cuenta las siguientes variables:
– Grado de disminución de la visión: Sin resto de visión o con resto de visión útil.
– Momento de aparición de los problemas visuales: En el nacimiento, en el desarrollo o de adulto.
– Modo de aparición de la deficiencia: Gradual o súbita.
– Presencia o no de trastornos asociados: Neurológicos, endocrinos, metabólicos, sordera, etc.
Con el fin de poder familiarizarnos más con esta dificultad vamos a ver su etiología…
2.2.1. Clasificación.
Estudiaremos distintas clasificaciones:
La primera de ellas se ocupa de los sujetos con deficiencia visual atendiendo a distintos criterios:
A- Atendiendo a la ayuda que debemos ofrecer a esos sujetos:
– Personas que no perciben la realidad de forma global sino como fragmentos a los que tienen que dar sentido, por tanto nuestra función serán ayudarles a completar lo que perciben enseñándoles a desarrollar la habilidad de unir estos fragmentos dándole sentido a los mismos.
– Personas con ceguera total que acceden a la información del mundo real a través de otros sentidos como el tacto el oído, por el cual a estos alumnos debemos darles informaciones verbales sobre todo.
B- Clasificación funcional, ANGEL DE C. 1992:
– Sujetos con visión baja, visual, etc… Personas que a pesar de tener una reducción en su capacidad visual poseen restos que les permiten leer y escribir en tinta y obtener éxito en determinadas tareas de la vida.
– Ciegos o invidentes. Carecen de resto visual o sólo pueden orientarse hacia la luz, percibir volúmenes, colores… pero no pueden utilizar la lecto-escritura de forma normal: utilizan el sistema Braille.
C- Atendiendo a sus competencias, HERREN y GUILLEMENT 1982:
– Ciego total. Ausencia total de visión o simple percepción luminosa.
– Ciego parcial. Puede orientarse a la luz y percibir masa. Su visión de cerca es insuficiente para su utilización en la vida escolar y profesional.
– Ambliope profundo. Resto visual que permite definir volúmenes y percibir colores. Visión de cerca útil para la lecto-escritura en tinta: pero no permite una escolarización exclusivamente en negro.
– Ambliope propiamente dicho. Visión de cerca que permite una escolarización en negro con métodos pedagógicos particulares.
D- Atendiendo a las características educacionales de estos sujetos, BARRAGA 1992:
– Discapacidad visual profunda. Dificultad para realizar tareas visuales gruesas. Imposibilidad de hacer tareas que requieren visión de detalle.
– Discapacidad visual severa. Posibilidad de realizar tareas visuales con inexactitudes, requiriendo adecuación de tiempo, ayudas y modificaciones.
– Discapacidad visual moderadas. Posibilidad de realizar tareas visuales, con el empleo de ayuda e iluminación adecuada, similares a las que realizan los sujetos de visión normal.
E- Según el sistema lectoescritor utilizando, BUENO MARTIN, 1994.
– Individuos sin restos aprovechables para la lecto-escritura funcional en tinta, aunque pueda leer grandes titulares en tinta o textos con ayuda.
– Individuos con restos para la lecto-escritura en tinta.
Ahora nos ocuparemos de otra clasificación más generalizada:
a) Ceguera total: Sólo alrededor del 10% de todas las personas ciegas registradas son totalmente ciegas.
b) Percepción de la luz: Consistente de la diferencia entre luz y oscuridad. Esto es comparable a la conciencia de luz que una persona vidente tiene con los ojos cerrados.
c) Ve movimientos de mano a 15 cm o más: Esto puede ser comparado con la visión de una persona sin déficit, mirando con los ojos cerrados hacia una luz razonablemente luminosa, que es consciente de los movimientos de mano cuando pasan delante de la luz. Puede que también sea consciente de la presencia de objetos muy cercanos.
d) Cuenta los dedos : Una persona puede contar los de dos llevados a distancias variables de sus ojos.
e) Agudeza visual media, en la escala de SHELLER:
-6/ 6 visión normal.
-1 /60, 2/ 60, 3/ 60 ve a 1.2 cm o 3metros,lo que una persona vidente ve a 60cm. Las personas con estas agudezas visuales serán consideradas o registradas como ciegas.
-4 60, 5 60, 6 60, las personas con estas agudezas son frecuentemente registradas como videntes parciales y a veces como ciegas.
f) Personas con defectos en los ojos que sólo pueden ver periféricamente: Puede que tengan una agudeza visual más alta, pero sin embargo están registradas como disminuidas visuales a causa del defecto del campo de su visión. También puede ocurrir que vean sólo centralmente.
Con toda esta información sobre las distintas clasificaciones abordaremos ahora la evaluación en el siguiente apartado.
2.1.2- Evaluación.
La evaluación será una estimación y valoración de la dificultad que se nos presenta. Tiene como objetivo la propuesta de soluciones educativas adaptadas a las necesidades y características de los alumnos deficientes visuales.
En el ámbito familiar y escolar debe prestarse una atención especial a los síntomas siguientes: alteraciones del aspecto externo del ojo, dolores oculares, trastornos de la secreción lacrimal, las distorsiones visuales, formación de iris en torno a las luces, destellos luminosos, “moscas volantes”, reducción del campo visual, visión borrosa, perdida transitoria de la visión…
De manera global, deberemos recoger información sobre:
A. Su nivel de desarrollo y comportamiento, tanto en la escuela como fuera de ella.
En la evaluación de la inteligencia, comportamiento y desarrollo tenemos distintos instrumentos:
-Escala de Alexander: su finalidad es la evaluación de la inteligencia práctica.
-WISC: Escala de inteligencia de Weshsler para adultos cuya finalidad es la apreciación de la inteligencia general.
-WSCA: Escala de inteligencia de Weshsler para niños cuya finalidad es la evaluación de la inteligencia general.
-MSCA: Escala de aptitudes y psicomotricidad para niños. Evaluación del desarrollo cognitivo psicomotor.
-Escala Kerphart: Cuya finalidad es la evaluación de la consistencia personal y del entorno.
B. Sus rasgos diferenciales de personalidad, a través de los siguientes instrumentos:
– CEPS: Cuestionario de personalidad cuya finalidad es la evaluación de diferentes rasgos de personalidad.
– MMPI: Cuestionario de personalidad.
-TAMAY: Test autoevaluatiativo multifactorial de evaluación infantil.
Si lo que nos interesa es conocer aspectos relacionados con la personalidad del individuo, cualquier instrumento existente en el mercado y cuyas características consideremos adecuadas puede resultarnos útil, siempre que tengamos presente el momento de pérdida de la visión e interpretemos los resultados con cierta flexibilidad.
C. Sus dificultades de aprendizaje con los siguientes instrumentos:
-BAPAE: Batería de aptitudes para el aprendizaje escolar.
-CARAS: Percepción de diferencias.
También deberemos ampliar los ámbitos de evaluación estudiando el tipo de centro, educativo especial, ordinaria…, en el resto del alumnado con el que interactúa el deficiente visual: El grado y tipo de formación del profesorado, así como su actitud hacia los deficientes visuales: y todo esto podremos llevarlo a cabo si realizamos una observación sistemática en el aula y si el profesor tutor colabora con nosotros.
Deberemos mantener contacto con la familia para ver como llevan el problema y su trato hacia el niño: ver el material disponible en el centro y fuera de él: Estudiar las características del curriculum para ver si incluyen los aspectos necesarios para un desarrollo motor adecuado y cada una de las oportunidades que le corresponde.
Estas variables son importantes en cuanto influyen en el desarrollo integral del deficiente visual. Un desarrollo óptimo en este tipo de influencia garantiza una mejora en la vida social, autónoma, educativa, etc, del deficiente visual.
Una vez examinada esta deficiencia ,nos ocuparemos ahora de la deficiencia auditiva
2.2. DEFICIENCIA AUDITIVA.
En general se aplica él término de deficiente auditivo a aquellos sujetos cuya agudeza visual es insuficiente para aprender a hablar, seguir une escolarización normal, o participar en actividades propias de su edad.
La audición es el órgano receptivo del lenguaje oral. Este es el código utilizado mayoritariamente en la sociedad aquella persona que no puede acceder a este código de forma espontánea (sordos) se verán limitados en las relaciones interpersonales y en sus aprendizajes escolares. La deficiencia auditiva se relaciona con la percepción y producción del habla.
Deficiencia auditiva, sordera e hipoacusia se consideran actualmente como sinónimos. Sin embargo, en el entorno educativo tradicionalmente se ha considerado más práctico hablar de deficiencia auditiva o sordera como sinónimos, pero reservar el término hipoacústico para designar a aquellos sujetos cuya audición, aunque deficitaria en distintos grados, es funcional. Aunque todos signifiquen una pérdida auditiva, difieren en el grado de dicha pérdida, que abarca desde una deficiencia leve a una total.
Cuando la pérdida es total hablamos de sordera, cuando es parcial, de hipoacusia (leve, moderada o severa). Y si la hipoacusia es tan leve que el sujeto es capaz de procesar información lingüística a través de la audición hablamos de “corto de oído”.
Centrándonos ahora en la audición, decir que es la vía fundamental a través de la que se desarrollan lenguaje y habla. De ahí que la sordera afecte tanto a los factores simbólicos de la comunicación (vocabulario, gramática), como a los no simbólicos (producción de voz, fluidez y articulación). Se trata, en definitiva de un trastorno orgánico de la recepción sensorial, cuyas consecuencias se manifiestan en la producción verbal. Por ello, aunque la capacidad de habla en el deficiente auditivo se mantiene intacta (salvo que existan otras deficiencias añadidas), una sordera prelocutiva, es decir, contraída antes del desarrollo del lenguaje, tiene serias consecuencias sobre este.
Si no se diagnostica precozmente y no se procede a la rehabilitación logopédica, lo que en principio se presenta como un retraso del habla, puede terminar, siendo una deficiencia irreversible del lenguaje, que ocasionará déficit cognitivos relacionados, fundamentalmente, con las tareas que requieren mayor abstracción, así como dificultades de aprendizaje y acceso a la información. Será causa también de problemas de comunicación e interrelación personal, que pueden afectar al desarrollo de la personalidad y dificultar la adaptación e integración al medio social. No olvidemos que el lenguaje, como medio de comunicación, es instrumento de control de la propia conducta y de actuación sobre la realidad social.
Por todo lo expuesto es de vital importancia la detección y posterior evaluación de tan delicado problema como es la deficiencia auditiva. Vemos ahora la etiología.
2.2.1.Etiología.
La etiología de la sordera en un factor de variabilidad importante que tiene relación con la edad de la pérdida auditiva, con posibles trastornos asociados, con la reacción emocional de los padres, y posiblemente también, con el desarrollo intelectual.
Hay dos grandes tipos de causas: Las de base hereditaria y las adquiridas, aunque aproximadamente en un tercio de las personas sordas el origen de su sordera no ha podido ser diagnosticado con exactitud. Los estudios realizados ofrecen datos bastante dispares y han situado la proporción de la sordera entre un 30% y un 50%.
Hay una amplia conciencia, sin embargo, en aceptar que existe una menor probabilidad de un trastorno asociado con la sordera cuando su origen es hereditario. Por el contrario, las sorderas adquiridas están asociadas con mayor probabilidad con otras lesiones o problemas, especialmente cuando son producidas por anoxia perinatal, incompatibilidad de Rh o rubeola. Este hecho puede tal vez explicar los resultados obtenidos en diversos estudios, que han comprobado que los niños sordos con otro tipo de etiología.
Anotar también que las diferentes causas se agrupan en varios tipos: Genéricas, prenatales, neonatales y afecciones infantiles y condiciones ambientales.
– Las deficiencias auditivas de transmisión suelen estar originadas por:
v Malformaciones congénitas.
v Causas genéticas.
v Otitis.
– Las deficiencias auditivas de percepción, son debidas a:
v Causas genéticas.
v Procesos infecciosos.
v Factores prenatales, como rubeola.
v Factores postnatales, como paperas y otitis.
v Y en sujetos adultos, factores como traumatismos, tumores intracraneales, hemorragias cerebrales y prolongada exposición a tonos de alta intensidad.
2.2.2. Clasificación.
En cuanto a la clasificación de las deficiencias auditivas hay infinidad de posturas: nosotros veremos algunas y comenzaremos con la de VALMASEDA (1995), que se vertebra en torno a tres criterios:
1 Momento de inicio.
* Deficiencia prelocutiva: La deficiencia auditiva se produce antes de que el sujeto haya adquirido el lenguaje, con lo cual implicaría que el niño tendría que aprender a comunicarse con los demás a través de sistemas alternativos y se habrían de potenciar sus restos auditivos.
* Deficiencia postlocutiva: El niño ya ha adquirido el habla con lo cual el sujeto tendría menos problemas de aprendizaje. Pero es difícil saber si la deficiencia es prelocutiva o no, porque el desarrollo del lenguaje es lento y no sabemos en qué grado lo ha adquirido el sujeto.
2_ Localización de la lesión.
* Sordera de transmisión: Afecta al recorrido del sonido hacia el oído interno, se debe a obstáculos en el oído externo o medio. No existen problemas neurosensoriales, por lo que se suele tratar con cirugía. La pérdida es de tipo cuantitativo, afecta a la audición poro no a su calidad. Es una sordera media, que no supera los 60 decibelios.
* Sordera de percepción: Afecta a las estructuras del oído interno y las vías de acceso al cerebro. No se puede conseguir audición al estar afectada la cantidad y calidad de esta.
3_ Pérdida auditiva
Estaría formada por los sujetos hipoacústicos (que lograrían con la ayuda de especialistas adquirir el lenguaje) y por sordos (que necesitarían un sistema alternativo).
* Pérdida ligera: 20-40 decibelios. Algunas dificultades de pronunciación.
*Pérdida media: 40-70 decibelios. Deficientes auditivos ligeros, lenguaje limitado. Articulación defectuosa.
* Pérdida profunda: 90-100 decibelios. Deficientes auditivos profundos. No han podido adquirir ningún lenguaje. Tienen dificultades socioeducativas.
* Sordera total: 100-120 decibelios.
A continuación veremos otra CLASIFICACIÓN ADICIONAL.
* Deficiencia auditiva unilateral: Pérdida auditiva en un oído. Generalmente estas personas funcionan adecuadamente sin embargo, pueden tener problemas en la localización del sonido.
* Deficiencia auditiva bilateral: Se refiere a ambos oídos, la amplificación puede ser usada en el mejor oído.
Por último, vamos a considerar una nueva clasificación que se divide en DOS PERSPECTIVAS:
1- Cuantitativa.
Nos indica típicamente la deficiencia auditiva como el grado de audición que se pierde medido audiométricamente en decibelios. Distinguiremos:
a) Hipoacusia ligera (hasta 30 decibelios de pérdida): Puede pasar desapercibida dado que las dificultades del niño se suelen atribuir a falta de atención o a una deficiencia mental. Las personas con pérdida de atención de esta clase aprenden a hablar oyendo a los otros en la forma evolutiva ordinaria. Referido al ámbito escolar el niño debe situarse próximo al profesor.
b) Hipoacusia media (de 30 a 40 decibelios): Las personas con esta pérdida tienen con frecuencia cierta dificultad para oír el lenguaje a una distancia relativamente grande y para seguir una conversación en grupo. En el caso del niño oye todo lo que se les dice, pero no suele comprender
más que una parte del mensaje. Las clases de logopedia corregirán sus trastornos eventuales de dislalias. Una ayuda atenta en el centro escolar la debe permitir seguir las clases con normalidad. Aprender a hablar oyendo a los demás. Es necesario la utilización de prótesis. Plantean problemas educativos, laborales y en la vida diaria en algunas ocasiones.
c) Hipoacusia grave (de 40 a 60 decibelios): Algunos de los niños con mayor capacidad intelectual de este grupo aprenden a hablar espontáneamente, pero de forma muy defectuosa y tardía. Solo pueden percibir las voces emitidas muy intensamente o próximas. En un medio favorable, la evolución de la adquisición de la palabra y el lenguaje deber ser prácticamente normales. Las clases de logopedia son necesarias para mejorar la articulación.
d) Hipoacusia muy grave (de 60 a 75 decibelios): Los sujetos de este grupo no son capaces de aprender a hablar espontáneamente. Necesitan prótesis, pero en todo caso sus dificultades de comunicación son muy elevadas. En algunos casos el niño provisto de prótesis, puede seguir unos principios de rehabilitación en el ámbito familiar, pero en general todos los casos son candidatos a una auténtica reeducación auditiva. Así pues su vida educativa y laboral está perturbada por la deficiencia de audición necesitando atenciones especiales.
e) Sordera total (más de 75 decibelios): Los porcentajes de sujetos afectados de sordera total son muy reducidos. El grado de sordera es tal que el niño no ha podido esbozar su sentido auditivo, aunque algunas sensaciones auditivas, particularmente intensas, hayan podido pasar por su oído e impresionarle. El niño refiere a la vista toda su facultad de atención, pero por este canal no puede adquirir más que una comprensión del mundo hablante de los adultos y del sonoro mundo exterior. Precisas métodos no auditivos de comunicación en el mundo escolar y laboral. Su aislamiento respecto al ambiente y sus dificultades educativas y de trabajo exigirán métodos especiales.
2- Finalista.
Va encaminada a la rehabilitación de dicha deficiencia. RAMIREZ las divide en:
a) Hipoacusias de transmisión: Esta trastornado el sistema mecánico de conducción del sonido, con un descenso de la audición por vía aérea y con integración de la percepción por vía ósea.
b) Hipoacusias de percepción: La lesión se asienta en el interior del caracol o en las vías nerviosas encargadas de transportar el impulso hasta el cerebro. Se manifiestan por un descenso paralelo en las vías aéreas y ósea, si bien el sistema timpánico osicular se encuentra intacto.
Con esta clasificación damos por terminado este apartado y pasamos a la evaluación.
2.2.3- Evaluación.
Para realizar el diagnóstico se comienza por la evaluación audiológica con el fin de detectar el grado de pérdida y el resto auditivo (de cara a ver si mediante una prótesis podemos conseguir un nivel de audición aceptable).
Un especialista en lenguaje analizará los aspectos comunicativos y lingüísticos. Mediante esta evaluación conoceremos la forma de comunicarse del sujeto.
Se pueden realizar pruebas de tipo psicológico, tanto para comprobar si el desarrollo cognitivo del sujeto se ve afectado por la deficiencia auditiva, como para ver en qué medida el sujeto está adaptado al ambiente.
Si el niño está escolarizado hay que hacer una evaluación curricular (conocimiento en diversas áreas, nivel de desarrollo y estrategias de aprendizaje), hay que estudiar las características del centro con el fin de crear las mejores condiciones para el sujeto, y también hemos de analizar el contexto familiar, que puede facilitar o entorpecer la intervención.
En cuanto a la evaluación psicológica es necesario utilizar pruebas de inteligencia y personalidad con la finalidad de poder descartar cualquier tipo de problemática asociada a la sordera.
Pruebas de inteligencia:
a) Pruebas de uso general aplicadas a sordos:
– Test de RAVEN.
– Modelo de FEUERSTEIN.
– Etc.
b) Test creados para niños sordos o con posible deficiencia auditiva profunda:
– Escala e ejecuciones de PINTNER PATERSON ( E.E.UU. 1917 ): Para sordos de 4-16 años, engloba la mayor parte de las pruebas halladas en escalas posteriores.
– Test de Aptitud para el Aprendizaje de NEBRASKA: Se obtiene un coeficiente de aprendizaje a partir de la edad de aprendizaje por la media de las pruebas superadas, que permite predecir bien el rendimiento escolar.
– Escala de ejecución BORELLI OLERON ( 1955 – 1964 ): Para sordos entre 4 y 8 años.
– Escala de ejecución de SUIIDERS OOMEN ( 1939 -1942 ): Consta de ocho grupos de test de apreciación de capacidades perceptivas. Se obtiene una edad mental de cada subgrupo de pruebas y una total: es uno de los mejores instrumentos disponibles para niños escolarizados.
c) Test no verbales para niños:
– Escala de ejecuciones de GRACE ARTHUR: Diez tareas que se ordenan en dificultad creciente.
– Escala de MERRIL PALMER (1931): Permite tener en cuenta los factores de personalidad, fatiga y las diversas actitudes sobre potencialidades mentales. Permite pronosticar la adaptación del niño sordo en los dos primeros años de escolaridad en los centros que disponen de guarderías infantiles.
– Dibujo del ¨Bonhomme de Goodenough¨ (1926): Trata de investigar ciertos factores cualitativos de la personalidad.
– Escala de ejecuciones de ALEXANDER: Parece sobrevalorar las posibilidades reales de los examinados, desfavoreciendo a los niños inestables y emotivos.
– Escala de WECHSLER para niños (WISC) (1949): Son necesarias consignas verbales que han de sustituirse por consignas particulares para sordos.
– Test sin palabras y Test de aptitud de BOREL, MAY-SONNY (1946- 1963).
d) Pruebas de personalidad:
Se plantea una prueba de personalidad para detectar problemas personales o de ajuste social. Se pueden utilizar junto a la observación, test proyectivos y cuestionarios de personalidad como:
-Visión no verbal del ¨Make a pictore story de SCHNEIDER.
-Inventarios de personalidad: Listas de miedos.
-Representación de sí mismo, para chicos de 13 a 18 años
NUNES de ASCENSAO (1970): Con el se pueden juzgar reacciones afectivas, integración social, aspiraciones…
– MMPI: Mayor emotividad e introversión en sordos.
– Descripción de FURHT: en sordos se obtienen resultados de menor tendencia a inquietarse.
También es importante la evaluación educativa y social del alumno. Las dificultades que tiene un niño sordo en su proceso de aprendizaje vienen determinadas por la falta de comunicación oral con el profesor y con los compañeros. Se ha de comprobar si el alumno es capaz de cumplir los objetivos y asimilar los contenidos propuestos para su grupo de clase:
– Características intelectuales.
– Características sociales.
– Características afectivas.
Necesitamos hacer un estudio mediante la observación en el aula de:
– Estrategias que utiliza el niño.
– Contexto en que se mueve.
– Recursos que tiene.
Y todo esto será posible en colaboración con el profesor tutor, para así poder:
– Seleccionar métodos.
– Elegir modos de comunicación.
– Identificar problemas de aprendizaje.
Será también nuestra labor acercarnos a la familia mediante reuniones y contacto directo con los padres para saber cómo vivencian la deficiencia auditiva del niño, si las relaciones e interacciones familiares se ven afectadas, expectativas de los padres con relación a su hijo y tipo de comunicación interfamiliar.
En una buena evaluación se ha de recoger:
– Historia clínico-sanitaria del niño.
– Programas terapéuticos presentes y pasados.
– Familia.
– Evaluación de oportunidades de desarrollo.
– Nivel actual de funcionamiento cognitivo.
3-SISTEMAS DE COMUNICACIÓN EN ALUMNOS CIEGOS Y SORDOS.
Los sistemas alternativos y los complementarios de comunicación son todos aquellos recursos o técnicas naturales o artificiales, que implican mecanismos de expresión-comprensión de la palabra hablada.
TAMARIT (1988) define los sistemas alternativos de comunicación como ¨un conjunto estructurado de códigos no vocales necesitados o no, de soporte físico, los cuales, mediante procedimientos específicos de introducción sirven para llevar a cabo actos de comunicación funcional, espontánea y generalizable, por si solos, o en conjunción de códigos vocales o como apoyo parcial a los mismos¨. En algunos casos, los mensajes se transmiten en forma de habla (voz sintetizada) pero, en la mayoría de los casos consisten en gestos o símbolos gráficos (pictogramas o textos).
Los sistemas de precisados de soporte físico, sistemas asistidos o con ayuda (la expresión se realiza con una ayuda técnica) son propios de personas con deficiencias motóricas ya que estas personas, en la mayoría de sus casos tienen dificultades para producir gestos manuales. La comunicación no asistida¨es la que solo necesitan de la mano del emisor (lenguaje y sistema de signos).
Los sistemas alternativos de comunicación los podemos clasificar en dos tipos, según la relación que mantengan con el uso de habilidades vocales o uso del tracto vocal de quien se comunica:
-Específicamente alternativo (sustituyendo al lenguaje).
-Aumentativos (actúan como ayuda o complemento al lenguaje vocal). También llamados complementarios.
Los sistemas de comunicación aumentativos o complementarios elegidos por cada persona se caracterizan según BASIL(1990) por dos elementos principales:
-El conjunto de símbolos o formas de representar la realidad y las reglas funcionales y combinatorias, que permiten organizarlos para que puedan constituir un sistema expresivo.
– El mecanismo físico, ayuda técnica o forma de transmitir los mensajes.
3.1.SISTEMAS DE COMUNICACIÓN EN ALUMNOS CIEGOS.
El objetivo principal de todo el proceso educativo es el de contribuir al logro, por parte del sujeto, de una personalidad equilibrada y socialmente ajustada. El programa educativo dirigido a los ciegos y a los alumnos de baja visión deberá cumplir las mismas áreas, actividades y niveles de profundidad que las de cualquier programa ordinario. Es por este motivo que al niño con problemas de visión se le habrá de dotar de las medidas y sistemas de comunicación que permitan el desarrollo de tal objetivo.
El sistema más conocido para el acceso a la información escrita por parte de los ciegos es el Braille. Fue creado por Louis Braille. La unidad básica del sistema es la celdilla o un espacio rectangular que ocupan seis puntos, distribuidos en dos columnas simétricas. Así de la combinación de estos seis puntos se obtienen sesenta. Los puntos sobresalen del papel y se captan por la piel de los dedos. La lectura se realiza con la yema de los dedos índices de una o de las dos manos, deslizando estos por la línea de escritura, esto implica que siempre hay un sólo dedo leyendo información nueva en cada momento.
Algunas combinaciones de puntos se emplean para cambiar él significado de la combinación que le sucede. Son los prefijos. NO tiene transcripción por sí mismos.
Cada puede tener varios significados en tinta o ninguno, y además transcripciones diferentes de un país a otro según las adaptaciones que del sistema se hallan realizado en cada uno.
Los signos matemáticos tienen una transcripción correspondiente mediante una o más combinaciones de seis puntos.
La escritura del Braille se lleva a cabo sobre papel grueso que es alveolado mediante un punzón sobre una pauta o bien mecánicamente.
Los instrumentos de escritura más usuales son:
– El punzón: Especie de lezna con una empuñadura que se ajusta a la primera falange del dedo índice y en los dedos pulgar y medio. La punta redondeada permite hacer un punto en relieve cada vez, sin romper él papel sujeto a la pauta.
– La pauta: Guía en forma de lámina metálica o de plástico con surcos horizontales y paralelos donde se ajusta la punta del punzón. De un bastidor para sujetar él papel y de una rejilla para enmarcar los puntos de los cajetines que formaran cada signo. La escritura por este procedimiento se realiza en sentido inverso a la escritura.
– Máquina de escritura Braille: El modelo Perkins es él más conocido. Con él teclado de nueve piezas.
– Los instrumentos de escritura más usuales son:
-Punzón. Especie de lezna con una empuñadura que se ajusta a la primera falange del dedo índice y a los dedos pulgar y medio. La punta redondeada permite hacer un punto en relieve cada vez, sin romper el papel sujeto a la pauta. Existen varios modelos.
-Pauta.Guia en forma de lámina metálica o de plástico con surcos horizontales y paralelos donde se ajusta la punta del punzón, de un bastidor para sujetar el papel y una rejilla para enmarcar los puntos de los cajetines que formarán cada signo. La escritura por este procedimiento se realiza en sentido inverso a la lectura. Existen varios modelos.
-Máquina de Braille. El modelo Perkins es el más conocido. Con un teclado de nueve piezas permite la impresión de todos los puntos que componen un signo Braille de manera simultánea y permite también el cambio de espacio, el retroceso, el cambio y el inicio de línea. Posibilita, sobre todo, una mayor rapidez de escritura, la lectura simultánea y la corrección directa de errores.
Instrumentos más modernos de lectura y escritura no quedan al alcance de nuestros escolares ciegos.
En el aprendizaje del prebraille se utilizan dos instrumentos para la familiarización de la lectura y escritura en el sistema:
-La regleta amarilla. Es un bastidor de color que consta de diez cajetines perforados con seis puntos en Braille, en un tamaño lo suficientemente grande como para que el niño pequeño pueda insertar en los orificios unas clavijas que se asemejan a los puntos de Braille con los que compone signos o letras en el sistema.
-La pizarra de preescritura. Guarda similitud con la regleta amarilla, aunque está formada por varias filas de cajetines. Permite reproducir modelos de escritura amplios e iniciar la lectura.
3.2. SISTEMAS DE COMUNICACIÓN EN ALUMNOS SORDOS.
Unos cuantos siglos dura ya la polémica sobre la educación del sordo que ha evolucionado desde la idea de que la enseñanza del lenguaje debía basarse en la gramática y que, dado que esta preexistía en el hombre, la labor del profesor no era otra que hacerla aflorar, hasta la concepción más actual que sugiere que el lenguaje debe desarrollarse como algo vivo, no impuesto, que a través de la propia experiencia se enriquece y evoluciona.
Pedagogía y didáctica han variado sensiblemente. Sin embargo, siguen siendo dos las corrientes educativas y metodológicas que determinan la educación del deficiente auditivo: la oral y la gestual.
El oralismo fundamenta su postura en la observación del medio sociocultural en que estamos inmersos: un medio fundamentalmente oyente-oral, en el que la palabra hablada y escrita, es la base del sistema de comunicación.
Los métodos de enseñanza oralista tienen como objetivo común la adquisición de ese mismo lenguaje, el acceso de la persona sorda a la estructura de la lengua que se habla en su medio, si bien unos hacen más hincapié sobre el aprovechamiento de los restos auditivos (método Verbotonal de P. Guberina), mientras que otros les hacen sobre la enseñanza y entrenamiento de la labioescritura, que hoy se revaloriza con el empleo de sistemas de apoyo (palabra Complementada de O. Cornett), que suplen las limitaciones de aquella, facilitando la percepción del mensaje de forma clara y completa.
Por el contrario, para los partidarios del lenguaje de signos, con escritura y léxico propio, la mímica es el medio de comunicación del sordo y, además, por ser el aprendizaje más sencillo y rápido facilita la comunicación del niño con sordera desde sus primeros años. Realmente, el lenguaje de signos es el sistema más funcional y comunicativo entre personas sordas, pero su uso, hoy por hoy en nuestro país, se limita a la propia comunidad de sordos, por lo que resulta restrictivo de cara al resto de la sociedad y al bagaje cultural e histórico recogido en letra impresa.
Como recurso útil tanto para quienes se sitúan en la postura oralista como en la gestual hay que mencionar la Dactilología ya que en el deletreo dactílico, cada letra tiene su traducción a un gesto manual. Aunque normalmente no se emplea como sistema de comunicación, por la dificultad de seguir por de deletreo todo el mensaje oral, que se desenvuelve en el tiempo de forma más rápida, tiene una importante aplicación pedagógica y su conocimiento resulta muy eficaz en la comunicación entre oyentes y sordos o entre sordos, pues permite especificar un nombre propio, un nuevo vocablo…
Entre ambas corrientes se sitúa también la Comunicación Bimodal, que conjuga gestos tomados del lenguaje de signos y otros específicamente creados para representar partes de la oración, aspectos morfosintácticos y la prosodia del discurso. El método consiste en signar al tiempo que se habla siguiendo el orden y estructura del lenguaje oral. De este modo, el niño desarrolla tempranamente una competencia lingüística que le permite el acceso al lenguaje oral.
La solución óptima es contar con un Idioma Signado que reproduzca la estructura lingüística del lenguaje oras dominante, con léxico propio. , de modo que los precisos y estructuras sean los mismos y permita utilizar para expresarse tanto el lenguaje oral como el gestual, conviviendo así ambos en un marco de bilingüismo.
De esta forma, en nuestra comunidad el paso siguiente será disponer de un Español Signado, pese a la dificultad de su elaboración y a lo complejo de aunar esfuerzos y criterios, ya que existe una gran diversidad de gestos que deben ser unificados y convencionados, al tiempo que habrá que crear otros nuevos, refrendarlos y convencionarlos. Los estudiosos del tema apuntan que debería llegarse a configurar un sistema combinado que ” refleje todas las estructuras del lenguaje hablado, que sea un sistema utilizable desde los primeros años de vida y que sea sencillo de aprender por parte del medio circundante del niño sordo “.
La tendencia más reciente trata de aprovechar lo bueno de cada método y sistema, buscando la complementariedad. El uso de uno o de otro dependerá de la particularidad de cada caso y las necesidades que plantee el momento evolutivo en que este se encuentre.
Tras esta actitud subyace la filosofía de la Comunicación Total, donde el objetivo final de nuestra labor educativa es el logro del desarrollo armónico y global del sujeto, atendiendo tanto a su desarrollo comunicativo y lingüístico, como al cognitivo y social.
Sólo desde el estudio y análisis de todas las variables que inciden sobre las posibilidades de cada individuo se podrá trazar el plan educativo rehabilitador y seleccionar, entonces, el sistema de comunicación idóneo. En todo caso el proceso educativo deberá ser siempre abierto y dinámico, adaptándose en todo momento a las necesidades de cada uno, a su nivel de desarrollo y a su ritmo de maduración.
También el proceso de selección de métodos y sistemas es siempre relativo, y en el caso de la población sorda, su amplia heterogeneidad no nos permite hablar de un sistema ideal y común para todos los casos semejantes, sino que los distinto medios y sistemas se pueden utilizar como apoyo y puente de unos hacia otros y, cuando sea posible, hacia la comunicación verbal. El medio socio-cultural en que estamos inmersos nos lleva a fijarnos como objetivo, posibilitar al niño sordo la adquisición del lenguaje oral, pero no como una meta es sí, sino como medio para conseguir un desarrollo más pleno en los distintos ámbitos de la vida.
A medio camino entre el lenguaje oral y el lenguaje signado encontramos otros sistemas de comunicación:
– ” Pidgin “. El término “Pidgin” ha sido acuñado en E.E.U.U. para definir la mezcla de sintaxis y vocabulario de dos lenguas distintas, en una misma comunidad hablante. Consiste en la utilización de signos y emisiones orales, pero no se respeta de forma completa la estructura gramatical oral ni la del lenguaje de signos, y a veces se utiliza la boca y otras veces las manos con el fin de poder comunicarse. En muchas ocasiones, el intento de efectuar una comunicación bimodal ha llevado en la práctica a la utilización de un sistema tipo “Pidgin”.
– Con el lenguaje oral nos encontramos el ¨Cuad Speech¨ o palabra complementada. Consiste en una serie de ocho gestos que se realizan en tres posiciones alrededor de la boca y que, conjuntamente con la producción del habla oral, proporcionan al sordo su sistema de representación fonemático completo. Elimina la ambigüedad de la interpretación labial y sigue escrupulosamente tanto la morfología como la sintaxis del lenguaje oral, ya que el gesto sólo sirve para hacer evidentes los fonemas empleados al hablar.
– La escritura de signos de Sutton consiste en una serie de símbolos que debidamente combinados representan por escrito las posiciones y movimientos de la cabeza, tronco, manos y las alteraciones fisionómicas de la cara que se usan en el lenguaje de dignos. Pueden utilizarse para representar por escrito cualquier lenguaje de signos.
Para acabar, destacar que el lenguaje, como medio de comunicación, es el instrumento de control de la propia conducta y de actuación sobre la realidad social y todos necesitamos de él.
4.CONCLUSIÓN.
El objetivo fundamental de la integración es conseguir la armonía del alumno en la sociedad en la que vive, disfrutando de los vienes culturales de su comunidad. Por tanto la sociedad y sus instituciones deberán flexibilizar más su actitud.
Nosotros, como profesionales que somos, vamos a intentar conocer en qué aspectos están más necesitados, cuales son sus problemas y cómo podríamos ayudarlos. Debemos darle el apoyo necesario para que crezcan y se realicen llevando una existencia equilibrada y segura.
Estos alumnos no sólo necesitan nuestra ayuda en el campo académico, sino también en el social y vocacional. Nuestra intervención estará basada en el apoyo, facilitando su desarrollo como persona autónoma con las suficientes habilidades para desenvolverse en la vida y comunicarse con los demás con éxito, como cualquier otro individuo.
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