1. LAS NEE DE NIÑOS CON DEFICIENCIA VISUAL.
1.1. Introducción.
1.2. Las n.e.e. de los niños ciegos.
2. ASPECTOS DIFERENCIALES EN LAS NECESIDADES AÉREAS DEL DESARROLLO.
3. IDENTIFICACIÓN DE LAS NEE DE LOS NIÑOS CIEGOS.
3.1. Necesidad de Atención Temprana.
3.2. Necesidad de Programas Educativos para ciegos.
3.3. Necesidad de técnicas didácticas específicas.
3.4. Necesidad de recursos específicos.
3.5. Necesidad de personal especializado.
3.6. Necesidades relativas a la integración escolar.
3.7. Diagnóstico y evaluación de la ceguera.
4. APROVECHAMIENTO DE LA VISIÓN RESIDUAL.
1. LAS NEE DE NIÑOS CON DEFICIENCIA VISUAL.
1.1. Introducción.
Las impresiones que recibe el individuo del mundo que le rodea las recibe a través de los sentidos, entre todo este conjunto de impresiones la mayor cantidad son interpretadas a través de la vista. La visión se ha descrito como un sentido coordinador y organizador de las percepciones secuencial y de las impresiones sensoriales con vistas a la información de un conjunto perceptivo. En base a esto cualquier desviación de lo que se considera una visión normal va a tener una importancia significativa.
La ceguera supone un aislamiento del ambiente de forma que los sujetos que la padecen deben descubrir otras estrategias para aprender acerca del ambiente sobre sí mismos y sobre los demás. La falta de visión limita la percepción de estímulos que provienen del exterior e impide toda imitación basada en la observación visual por tanto el aprendizaje del niño ciego va a resultar más lento y más difícil dado que las demostraciones deben realizarse a través de percepción táctil. En este contexto el profe de ciegos tiene la responsabilidad de ofrecerles una serie de oportunidades para que adquieran las experiencias que estos alumnos deficientes visuales necesitan.
1.2. Las n.e.e. de los niños ciegos.
Entre las necesidades educativas de estos niños podemos destacar:
1.- Necesidad de un diagnóstico precoz de trastorno visual.
2.- Necesidad de una atención temprana y estimulación precoz por parte de la familia y de las instituciones sociales.
3.- Necesidad de una Educación Sensorial: auditiva, táctil, gustativa, propioceptiva… Así como de una educación de la percepción y cognición, lo que implica una necesidad de manipulación continua de objetos, explorar activamente su medio. Experiencias multisensoriales.
4.- Necesidad de una educación psicomotriz que le permita relacionarse con su entorno lo más adecuadamente.
5.- Necesidad de una vinculación afectiva y objetal con la madre desde el nacimiento.
6.- Necesidad de personal especializado: maestros de E.E., asistente social…
7.- Necesidad de una educación de hábitos personales y sociales que le permitan una autonomía personal.
8.- Necesidad de técnicas y recursos especiales: Braille, máquina de escribir.
9.- Necesidad de adquirir habilidades de comunicación tanto oral, como escritas, como corporal, como en sistemas alternativos o aumentativos.
2. ASPECTOS DIFERENCIALES EN LAS DIFERENTES ÁREAS DEL DESARROLLO.
El déficit visual a pesar de la reducción de información que supone para el sujeto, no necesariamente produce problemas en el desarrollo psicológico porque el sujeto dispone de otras vías alternativas de recogida de información que pueden suplir la visual con una adecuada orientación y apoyo.
No podemos hablar de una psicología de la ceguera en cuanto a rasgos psicológicos exclusivos que se den sino que hay que hablar de tendencias. Por ejemplo se observa que el niño permanece más tiempo en determinadas etapas evolutivas como consecuencia de sus déficits. La gran variabilidad que existen entre los ciegos, esto impide hacer afirmaciones de carácter general. Lo que vamos a ver son las pautas evolutivas generales de aquellos niños sin visión funcional y en los que se suponen unas condiciones familiares y educativas más o menos normales.
La heterogeneidad entre deficientes visuales se debe a dos causas:
a) El grado de disminución de la visión.
b) El momento de aparición de los problemas visuales.
Ambas dimensiones varían a lo largo de un continuo. El trastorno visual puede ser congénito o adquirido y en este caso puede aparecer súbitamente o gradualmente. En base a estas distinciones los efectos sobre desarrollo psicológico serán diferentes.
A estos factores específicos hay que añadir aquellos que son responsables de variabilidad en la población normal como las circunstancias familiares, sociales y psicológicas.
La representación de la realidad que efectúa la persona ciega es diferente a la que efectúa un vidente. Los datos en los que se basa esta representación se basa en dos tipos de sistemas sensoriales: el oído y el haptico o tacto. El primero adquiere en los ciegos funciones muy importante, el tacto permite también el conocimiento de bastantes objetos que forman parte del ambiente.
1.- Desarrollo perceptual:
El sistema sensorial más importante de la persona ciega para conocer el mundo es el sistema haptico o tacto activo de forma que muchas de sus peculiaridades en su desarrollo cognitivo pueden explicarse en base a las características que presenta la recogida de información a través de este sistema.
Podemos diferenciar entre el tacto pasivo y el activo. En el primero la información se recibe de forma no intencional o pasiva y en el segundo la información es buscada de forma intencional.
En el activo no sólo están implicados los receptores de la piel sino que también recibimos información de musculos y tendones, información por tanto articulatoria motora y de equilibrio. Las manos al igual que los ojos aunque de forma más lenta y sucesiva se mueven de forma intencional para buscar la forma y obtener una imagen de ella. En el tacto la recogida de información es más lenta y tiene la limitación de que sólo puede explorar objetos que se encuentran en el espacio que abarcan los brazos.
Las diferencias de textura son captadas por el niño a partir de los 3-4 años. Entre los 7.-11 años se comprende a través del tacto relaciones espaciales de dificultad intermedia. Los problemas más complejos como la perspectiva sólo van a ser accesibles al ciego a partir de los 14-15 años.
A pesar de lo que se cree los niños ciegos suelen ser inferiores a los normales en una amplia gama de tareas de tipo táctil y auditivas, aunque esta inferioridad tiende a desaparecer con la edad.
El dominio del mundo y la extracción de un significado para el niño ciego es más difícil y le lleva más tiempo utilizar el resto de los sentidos de forma eficaz.
2.- Desarrollo motor:
En los primeros cuatro meses el bebé ciego sigue un desarrollo normal. A partir de aquí comienza un retraso, en el quinto mes el bebé sólo tiene constancia de la existencia de los objetos si estos emiten algún sonido.
El desarrollo de la conducta de búsqueda de objetos en el bebé ciego es la siguiente: en una primera etapa el bebé comienza a buscar aquellos objetos con los que tiene contacto táctil, entre los 8-11 meses el niño comienza a buscar objetos por el sitio donde los perdió, a partir de los 12 meses busca objetos guiándose solamente por el sonido.
Las dificultades de estos niños se refieren más a los objetos físicos ya que las respuesta sociales de los bebés invidentes, por ejemplo: la sonrisa ante la voz de la madre a partir de los cuatro meses y el miedo ante voces extrañas a partir de los 8 meses indican un cierto conocimiento de la permanencia de las personas. El bebé ciego no presenta conductas de agarrar antes de los 7 meses. Hacia los 9 meses comienza a usar algunas pautas de búsqueda y a partir de los 12 meses busca objetos guiándose por el sonido. Esto representa un retraso con respecto a los no ciegos, la razón es la naturaleza intermitente del sonido frente a la naturaleza continua de la imagen visual.
Según los estudios de BOWER 1974, los bebés videntes situados en una situación oscura y ante un juguete que emite ruido no intentaban alcanzar ese juguete hasta la edad en la que lo hacen los bebés ciegos.
El retraso del bebé ciego se produce al dirigirse hacia los objetos y no tanto hacia el sonido.
El gateo no se inicia hasta los doce meses y la marcha hasta los 19 meses. Existen hipótesis para intentar explicar la resistencia del niño ciego a gatear:
– Subraya la importancia de la función exploratoria de las manos para estos niños.
– Acentúa la dificultad de estos niños a la hora de imitar determinadas posturas y locomoción. Entre los dos y los 7 años si la interacción con el ambiente es escasa se pueden producir problemas en la adquisición del esquema corporal y en la comprensión de conceptos de tipo espacial.
Entre los 7-9 años los niños realizar representaciones de tipo egocéntrico. Entre 9-11 años se encontrarían en una etapa de transición entre un sistema de representación espacial egocéntrico y uno de tipo fijo. No es hasta los 14 años cuando la representación de tipo espacial suele ser correcta.
Los bebes ciegos se dirigen hacia sus cuerpos como fuente de estimulación. Estos comportamientos se han denominado cieguismo e incluyen por ejemplo: presionar y frotarse los ojos con los dedos, balancearse, giran en círculos…
Se han interpretado como una manera de aumentar el nivel de estimulación dada la ausencia de estimulación externa.
3.- Desarrollo cognitivo:
Podemos citar 3 restricciones que pueden afectar al desarrollo cognitivo:
_ Rango y variedad de experiencias disponibles que están limitadas.
_ Sus habilidades para experimentar contactos sociales son reducidos.
_ Falta de percepción del espacio también limita el control sobre el ambiente.
A pesar de estas limitaciones los sujetos sin visión disponen de otras posibilidades para representarse el mundo que les rodea. La existencia de un código haptico permite la representación de este tipo de información en la memoria. Igualmente pueden representar mentalmente imágenes de carácter espacial. Tienen la posibilidad de retener en la MCP la información obtenida tactilmente. Los ciegos no presentan diferencias con los videntes en cuanto a su codificación semántica de la información lo que indica que los ciegos llegan a comprender ciertos fenómenos aunque no accedan a ellos sensorialmente. El procesamiento profundo semántico de la información aumenta a partir de la adolescencia, lo cual apoya la hipótesis de que muchas tareas que los sujetos con visión resuelven de forma analógica, los ciegos la resuelven a través de la mediación verbal.
Respecto a la Inteligencia, en la etapa preoperatoria se manifiesta a través de una serie de actividades como la imitación, el dibujo, el juego y el lenguaje. En los niños ciegos los tres primeros aspectos están retrasados. Con respecto a la función simbólica los niños ciegos presentan mayores retrasos y dificultades en el desarrollo del juego y ficción que en el desarrollo del lenguaje, en el que tienen una adquisición semejante a la de los niños videntes. A partir de los 2-3 años el lenguaje posee un handicap: la utilización correcta de términos como yo, tú, ir, venir…
Sufren un retraso en la aparición de las operaciones concretas, retraso que suele desaparecer entre los 11 y 14 años.
Como conclusión ha de decirse que los retrasos aparecen en las primeras etapas pero llegan a conseguir los mismos resultados que los videntes, el proceso simplemente es más lento.
Las nociones sobre el objeto dicen que el niño ciego se dirige a los objetos e intentan alcanzarlos más tarde respecto a los niños videntes. Tienden a ocuparse con juegos que son menos constructivos, manipulativos e imaginativos. Su comprensión de los objetos, en definitiva, es distinta debido a la falta de este sentido unificador que supone la visión.
La visión de sí mismo y de los demás: al final del primer año de vida, los bebés ciegos sonríen selectivamente a las voces de los padres. En los meses siguientes se molestan ante las voces de extraños. Entre los 5 y 8 meses ya saben diferenciar perfectamente entre personas familiares y extrañas. Entre los 7-15 meses suelen aparecer reacciones negativas cuando un extraño lo intenta coger. Por lo tanto el cuadro que tenemos es que estas reacciones diferenciadas ante personas familiares y extrañas aparecen a las mismas edades en algunos niños ciegos pero no en todos. Sin embargo las diferencias importantes si aparecen en el comportamiento de búsqueda de proximidad que no aparecía en el bebé ciego hasta los 10 ó 16 meses. Aparecen diferencias en las reacciones de alejamiento de sus padres entre los 12-11 meses. Se deduce su angustia ante los extraños que no están al tanto de sus rutinas familiares y su mayor dependencia respecto a adultos familiares.
4.- Desarrollo de la comunicación:
La comunicación con un niño ciego va a resultar más difícil para los padres por la falta de contacto visual y porque los temas de conversación son más restringidos al no compartir experiencia de tipo visual. Hay que tener en cuenta que el silencio como respuesta a un ruido es para el bebé ciego lo que para el vidente es mirar hacia algo que llama la atención.
El niño ciego capta el tono de la voz pero no capta la expresión del que habla, lo cual crea confusión.
El comienzo del balbuceo es similar al del vidente pero el proceso de adquisición será diferente, tardan más en pronunciar sus primeras palabras, posteriormente no van a hacer comentarios sobre las acciones que realizan otras personas y también van a presentar una mayor dificultad para generalizar las palabras de una situación a otra. Por todo ello el vocabulario en los ciegos se desarrolla más lentamente.
Respecto al contenido se tiende a usar palabras para comentar las actividades que él mismo realiza, es característico la utilización de frases hechas para llamar la atención aunque en muchas ocasiones utilicen estas frases fuera de contexto. Otra característica es la ecolalia (repetir lo que oye), esto se produce de forma análoga a lo que ocurre en un vidente, el niño vidente ve algo y lo nombra, el niño ciego oye algo y lo repite.
Un comportamiento característico es el verbalismo y consiste en la utilización o interpretación de palabras con un sentido diferente al que poseen al no poder experimentar de forma directa el concepto que esa palabra implica.
5.- Desarrollo social:
En el niño ciego la falta de contacto ocular, su sonrisa difícil de evocar y la falta de indicios visuales van a dificultar la interacción. Según algunos datos 1/3 de los niños ciegos presenta algún desorden de personalidad. A los 5-6 años el niño comienza a darse cuenta de que es diferente al resto puesto que necesita de las demás personas para realizar actividades.
En la adolescencia pueden surgir problemas de adaptación en relación a la confusión y ansiedad sobre el propio cuerpo, el de los demás y sobre los sentimientos en general.
La influencia de la ceguera en el desarrollo del niño depende de la existencia o no de otro tipo de trastornos, del que haya recibido o no estimulación precoz y de la ayuda que le dan los padres. Otros de los factores ha sido el comienzo de la ceguera,…
3. IDENTIFICACIÓN DE LAS N.E.E. DE ESTOS NIÑOS.
3.1. Necesidad de atención temprana.
La atención temprana debe centrarse en estos aspectos:
· Necesidades relativas al establecimiento del vínculo afectivo con la madre: El niño ciego precisa de una atención especial por parte de la madre, el diálogo tónico es fundamental en la diada. Las caricias de la madre, sus expresiones verbales, bañarse con él…, todo lo que suponga un aprendizaje sensorial y motor. La madre debe aprender a comunicarse con él y detectar las necesidades del niño.
· Desarrollo perceptual: El desarrollo del tacto indica que sirviéndose de la mano adquiere conocimientos por ejemplo, se le enseña a concentrar la atención, a descubrir la relación de las partes de lo que percibe, a representar gráficamente objetos en 2 dimensiones, a discriminar los símbolos del Braille. Respecto al desarrollo del sentido del oído habría que decir que el niño ciego debe recibir aquí una educación precoz, ya que debe desarrollar una percepción del oído muy fina y selectiva, de cara a sus desplazamientos y reconocimiento del espacio. Se le enseñará a concentrar la atención, a responder sonidos específicos, a identificar el origen del sonido y asociarlo, a discriminar palabras, voces, a procesar la información que recibe por el oído. También se desarrollarán el olfato y el gusto.
· Necesidad del desarrollo motor: El movimiento es el medio que inicialmente permite al niño relacionarse con su medio y actuar en él. Es necesario educar al niño en el movimiento en función de su madurez: gateo, marcha…, para orientarse en el espacio y manipular los objetos cotidianos.
· Necesidad de desarrollar el esquema corporal: La atención temprana debe abordar los conceptos de izquierda, derecha, arriba…, así como el conocimiento de su cuerpo para así realizar posturas corporales correctamente.
· Necesidad de desarrollar la organización espacial: se debe desarrollar las nociones topológicas de: dentro, fuera, abierto, cerrado…
· Necesidad de desarrollo cognitivo: Al tener disminuidos los factores de imitación espontánea, se debe educar precozmente en la discriminación de objetos, en el procesamiento de la información, en la resolución de sus problemas personales…
· Necesidad de la vida cotidiana: El niño ciego debe madurar en el aseo personal, alimentación, vestido, juego…
3.2. Necesidad de Programas Educativos para ciegos.
Las Acis para niños ciegos deben incorporar programas de estimulación sensorial y visual que incluyan:
1. Enseñanza del movimiento de los ojos.
2. Actividades de coordinación visomotora.
3. Actividades de figura-fondo.
4. Actividades de constancia perceptual.
5. Actividades de posición en el espacio.
6. Actividades para la memoria de estímulos visuales.
3.3. Necesidades de técnicas didácticas específicas.
· Lectoescritura en tinta.
· Braille.
· Necesidad de una didáctica del sentido del tacto.
3.4. Necesidad de recursos específicos.
1. Ayudas opticas: lupas, telescopios…
2. Recursos electrónicos proyectivos.
3. Material para lectoescritura en Braille.
4. Material de dibujo.
5. Máquinas duplicadoras en relieve: Thermoform, Horno fuser.
6. Material tiflotécnico: es el material tecnológico aplicado a ciegos: Tarjeta braille N-Print, se trata de una placa que se acopla a la base de la máquina de escribir y que está conectada a una impresora en tinta.
3.5. Necesidad de personal especializado.
Psicólogos, Pedagogos, Psicopedagogos, maestros de E.E…
3.6. Necesidades relativas a la integración escolar.
Adecuación del P.C.C, formación de profes, adaptación de espacios…
Por lo tanto, la evaluación es el paso intermedio en la detección de la ceguera y la elaboración de la Aci. Sin un diagnóstico y una evaluación inicial no es posible identificar las n.e.e. del niño ciego.
3.7. Diagnóstico y evaluación de la ceguera.
· A través del métodos clínicos del oftalmólogo.
· Evaluación de la agudeza visual por medio del uso de optotipos por parte del maestro.
· Evaluación de la visión cromática: emparejar figuras del mismo color…
· Evaluación del funcionamiento perceptivo visual: relacionando la parte con el todo, percibiendo figura-fondo, color, tamaño, forma de objetos. Existen test para la percepción visual: la escala de Eficiencia Visual, El Procedimiento de Valoración Diagnóstica.
· Conductas del niño que pueden ser síntomas de la ceguera: Bizqueo, exceso de parpadeo, dolores de cabeza, náuseas, rigidez del cuerpo al leer…
4. APROVECHAMIENTO DE LA VISIÓN RESIDUAL.
En niños amblíopes que poseen restos visuales y que no los pierden por su uso, debe aprovecharse su visión residual.
Entonces, se han de establecer programas de estimulación visual que desarrollen estas 5 facultades:
1. Coordinación visomotriz: capacidad de coordinar su visión con el movimiento del cuerpo o de sus partes. Las actividades son coger objetos, manipular juguetes…
2. Percepción figura-fondo: el niño debe aprender a seleccionar los estímulos visuales que le interesen y viceversa. Las actividades son escoger y clasificar objetos…
3. Constancia perceptual: desarrollar la capacidad de percibir un objeto en diferente posiciones y propiedades. Las actividades son buscar entre muchas figuras las que sean iguales.
4. Percepción de posición en el espacio: capacidad de percibir un objeto en el espacio en relación con el propio cuerpo. Las actividades: ejercicios de orientación espacial.
5. Percepción de las relaciones espaciales: desarrollar la posición de 2 o más objetos en el espacio en relación con el observador. Las actividades: realizar maquetas y planos.
Cuando el niño ha desarrollado la percepción visual y domina los conceptos base, se puede iniciar, si su visión residual lo permite, la lectoescritura en tinta, con ayuda de lupas manuales y fijas, lupa-televisión, ampliación por fotocopias, macrotipos, plantillas especiales…
Para ello el niño debe dominar:
– Capacidad de fijación.
– Capacidad de discriminar y reconocer.
– Capacidad de explorar y seguir con lo ojos.
– Coordinación visomotora.