Los profundos cambios a los que se enfrenta la sociedad actual demandan una continua y reflexiva adecuación del sistema educativo a las emergentes demandas de aprendizaje.
La escuela, y en especial la escuela pública, han encontrado su principal razón de ser en la lucha contra la inevitabilidad de las situaciones de injusticia o de degradación que han ido sucediendo en cada momento de su historia. La escuela moderna es la valedora de la educación como utopía de justicia social y bienestar. Acorde con esta función, la presente Ley Orgánica orienta la escuela al servicio de una sociedad que no puede asumir como normal o estructural que una parte importante de sus alumnos y alumnas, aquellos que abandonan las aulas antes de disponer de los conocimientos, competencias y habilidades básicos, o aquellos cuyo nivel formativo esté muy por debajo de los estándares de calidad internacionales, partan en el inicio de su vida laboral en unas condiciones de desventaja tales que estén abocados al desempleo o a un puesto de trabajo de limitado valor añadido.
Así pues, la escuela promueve la equidad, que garantice la igualdad de oportunidades para el pleno desarrollo de la personalidad a través de la educación, la inclusión educativa, la igualdad de derechos y oportunidades que ayuden a superar cualquier discriminación y la accesibilidad universal a la educación, y que actúe como elemento compensador de las desigualdades personales, culturales, económicas y sociales, con especial atención a las que se deriven de cualquier tipo de discapacidad.
Equidad y calidad son dos caras de una misma moneda. No es imaginable un sistema educativo de calidad en el que no sea una prioridad eliminar cualquier señal de desigualdad. No hay mayor falta de equidad que la de un sistema que iguale en la desidia o en la mediocridad. Para la sociedad española no basta con la escolarización para atender el derecho a la educación, la calidad es un elemento constituyente del derecho a la educación
1. El centro ordinario y la respuesta a las necesidades especiales de los alumnos.
En el siguiente apartado se abordan principalmente dos ideas básicas, por un lado, la importancia del centro ordinario como modalidad de escolarización que da respuesta a las necesidades del conjunto del alumnado. Y por otro lado, los mecanismos en los cuales se apoya para poder llevar a cabo este fin.
1.1. El centro ordinario como modalidad de escolarización
El centro ordinario constituye, a través de su organización, un mecanismo eficaz para dar respuesta a las múltiples necesidades que presentan los alumnos. Pero como se plantea en el Decreto 25/2018 que regula la atención a la diversidad en el ámbito de las enseñanzas no universitarias de la Comunidad Autónoma de Canarias, existen otros tipos de modalidades de escolarización que cumplen la misma función, lograr que todos los alumnos alcancen los objetivos generales de la educación. Hablamos en este caso de los centros ordinarios de integración preferente, de las aulas enclave presentes en los centros ordinarios y de los centros específicos de educación especial.
Según lo establecido en el artículo 13 del mencionado Decreto, la escolarización del alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo se realizará en los centros docentes ordinarios. Cuando esto no sea posible y se justifique de forma razonada en el dictamen de escolarización realizado por los equipos de orientación educativa y psicopedagógicos, el alumnado con necesidades educativas especiales se podrá escolarizar en los centros ordinarios de atención educativa preferente, en aulas enclave o en centros de educación especial. Esta escolarización excepcional tiene carácter temporal y será objeto de revisión periódica, de manera que el alumnado podrá ser propuesto para su reincorporación a una escolarización ordinaria cuando así lo requiera.
La escolarización del alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo en las distintas enseñanzas se regirá por los principios de inclusión y no discriminación, garantizándose su acceso, la permanencia y la igualdad de oportunidades.
1.2. El proyecto de centro como medida de atención a la diversidad
La necesidad de programar por parte del centro educativo se concreta en el marco de su propio proyecto. Este puede ser entendido como un conjunto de documentos a través de los cuales se concretan las intenciones educativas de la Institución Escolar.
Algunas de las funciones del proyecto de centro, según Antúnez y col. (1992), se centran en evitar la improvisación y la rutina, en unificar criterios, clarificar los objetivos o generar motivación e incentivos para el trabajo del profesorado, entre otras.
Los elementos que lo componen son: el proyecto educativo de centro, el proyecto curricular de centro, el reglamento de organización y funcionamiento, el plan anual de centro y la memoria final de curso.
Podemos decir, siguiendo las aportaciones de Zabalza (1991), que todos estos documentos se encuentran articulados entre sí dentro de una estructura, denominada estructura curricular, entendiendo por currículum como el conjunto de oportunidades y ofertas que el centro presenta a los alumnos.
En este sentido, a través de esta estructura curricular se puede intervenir directamente en el campo de la atención a la diversidad. Concretamente, en este tema, desarrollaremos los aspectos relativos al Proyecto Educativo de centro y al Proyecto Curricular de centro, que sin duda podrán ejercer una influencia notable en relación a los siguientes aspectos:
– Facilitar un mayor grado de integración y participación de los alumnos con nee en la vida del centro.
– Prevenir la aparición o intensificación de dificultades de aprendizaje.
– Responsabilizar a todo el Equipo Docente en la respuesta educativa de los alumnos con nee.
De forma más específica, según Álvaro Marchesi, para que realmente se pueda poner en marcha la integración se deben tener en cuenta una serie de factores que inciden de manera considerable: la actitud de los profesores, la organización del aula, el papel de los profesores, la participación de los padres, las administraciones educativas y el papel de la sociedad.
2. El Proyecto Educativo y Proyecto Curricular de Centro en relación con estos alumnos.
Partiendo de lo expuesto hasta el momento, con el fin de atender eficazmente a las peculiaridades, diversidad y pluralidad de la población escolar, los centros docentes, teniendo en cuenta las directrices que se indican en la LOMCE y en los Decretos de enseñanza, deben realizar las tareas de adaptación curricular basándose en su contexto específico. Dicho proceso de adaptación a la realidad de un centro tiene su respuesta en el Proyecto Educativo de centro y en el Proyecto Curricular.
2.1. Implicaciones del Proyecto Educativo de Centro
El proyecto Educativo de centro se configura como el documento más importante de los que componen el Proyecto de centro, pues debe inspirar toda la actuación educativa, planificadora y organizativa de la Institución Escolar. Además de ser el punto de partida y referencia obligada para la elaboración del resto de documentos a través de los cuales se sistematiza y estructura la vida del Centro.
Así pues, citamos las tres definiciones clásicas más relevantes:
Antúnez (1.987): “Entendemos por Proyecto Educativo de Centro un instrumento para la gestión, coherente con el contexto escolar, que enumera y define las notas de identidad de Centro, formula los objetivos que pretende y expresa la estructura organizativa de la institución”.
Coll (1.989): “El Proyecto educativo incluye aspectos tales como objetivos, prioritarios y básicos, formas de organización y coordinación, organigramas, reglas de funcionamiento”
MEC (1.992): El Proyecto Educativo es el documento que recoge las ideas asumidas por toda la comunidad escolar respecto a las opciones educativas básicas y la organización general del Centro
Así pues, si empezamos a definir qué es el Proyecto Educativo de Centro debemos hacer referencia al artículo 121 de la LOE modificado por la LOMCE, en él se define lo que es el Proyecto educativo y se enumeran sus elementos.
También hay que mencionar el nuevo artículo introducido por la LOMCE, como 122 bis “Acciones destinadas a fomentar la calidad de los centros docentes” en el que se pone en relación la autonomía de los centros con sus PEC respectivos, ya que serán el documento donde deberá recogerse la planificación estratégica, que incluirán las objetivos perseguidos, los resultados a obtener, la gestión a desarrollar con las correspondientes medidas para lograr los resultados esperados, así como el marco temporal y la programación de actividades.
Otra novedad que introduce esta Ley es que con el cambio de competencias del director, el PEC ha pasado a ser aprobado por éste y no por el Consejo Escolar (art. 132)
Algunas de las características constitutivas de este documento son:
– Tener carácter integral, de manera que contemple aspectos formativos, curriculares, de convivencia, organización o gobierno.
– Tener carácter prospectivo, a partir del análisis de la realidad.
– Ser coherente, en el sentido de conseguir una interrelación adecuada del Centro de manera global y de ser aplicable a ese realidad de manera práctica.
– Atender a la diversidad de situaciones personales y sociales que pueda presentar el conjunto de la Comunidad Educativa.
– Ser flexible, es decir, susceptibles de modificaciones en función de la reflexión y el análisis sobre su práctica.
La elaboración del Proyecto Educativo tiene que realizarse en función de un amplio conocimiento y análisis de la realidad a la que se dirige, de forma que pueda partir de una información sólida que permita tomar las decisiones adecuadas y adaptarse a las necesidades de los alumnos.
En este sentido, algunos de los ámbitos a tener en cuenta en la toma de decisiones para configurar el Proyecto Educativo son:
– Análisis del contexto sociocultural en el que se ubica el centro.
– Características de los alumnos del centro.
– Características del profesorado del centro.
– Características de los recursos materiales y espaciales del centro.
Necesariamente, para comenzar su elaboración es preciso partir de tres interrogantes básicos: ¿dónde estamos?, ¿qué queremos? y ¿cómo nos organizamos?
2.2. Decisiones tomadas desde el Proyecto Curricular
Son múltiples las definiciones aportadas para describir en qué consiste el Proyecto Curricular. Concretamente, podemos hacer alusión a la expuesta en diferentes documentos de la Consejería de Educación: Conjunto de actuaciones articuladas entre sí y compartidas por el equipo docente de un centro educativo mediante el cual se concretan y desarrollan las intenciones y prescripciones generales contenidas en los Decretos de Enseñanza para las distintas etapas.
Esta definición, como muchas otras, hacen referencia al concepto de currículo entendido, de acuerdo con el artículo 4 de la LOGSE como el conjunto de objetivos, contenidos, métodos pedagógicos y criterios de evaluación de cada uno de los niveles, etapas, grados y modalidades del sistema educativo que regulan la práctica docente.
En este sentido, el currículo se define, además como abierto y flexible, dando lugar a que los niveles de concreción curricular garanticen el derecho a las experiencias educativas de todos los alumnos.
Concretamente, el Proyecto Curricular se configura como uno de los niveles de concreción curricular que queda recogido en base al siguiente esquema:
Partiendo de los Reales Decretos que establecen el currículo, el primer nivel de concreción curricular lo realizan las Comunidades Autónomas que tienen competencia para ello.
El segundo nivel de concreción es responsabilidad de los centros educativos que elaboran sus propios Proyectos Curriculares de centro. Siendo los equipos de profesores los responsables del tercer nivel de concreción curricular y, para ello, elaboran las programaciones de ciclo.
Finalmente, puede ser entendido como cuarto nivel de concreción las Adaptaciones Curriculares Individuales para los alumnos con nee.
Por otro lado, es importante mencionar que los principales elementos del Proyecto Curricular responden a los siguientes epígrafes:
– Qué enseñar: adecuación de los objetivos de la etapa.
– Cuándo enseñar: secuenciación de objetivos y contenidos en cada ciclo.
– Cómo enseñar: principios metodológicos, materiales, espacios, tiempos y agrupamientos.
– Decisiones sobre evaluación: criterios de evaluación, cómo evaluación y criterios de promoción.
– Medidas de respuesta a la diversidad: desarrollo de programas de orientación y organización de recursos personales y materiales para los alumnos con nee.
Por todo lo expuesto, podemos argumentar que la finalidad del Proyecto Curricular se centra en concretar y adecuar el currículo oficial a las peculiaridades y necesidades del alumnado y a las características del entorno, siendo los responsables de su elaboración el equipo docente.
3. Las adaptaciones curriculares
De manera general, podemos decir que existen diversos tipos de adaptaciones curriculares. Según los elementos del currículo pueden dividirse en adaptaciones de acceso y de los elementos básicos del currículo. Según el nivel de concreción, como hemos venido exponiendo hasta el momento, pueden distinguirse adaptaciones de centro, de aula e individuales, que son las que abordaremos más profundamente en el presente apartado. Finalmente, partiendo del grado de alejamiento del currículo podemos diferenciar las poco significativas, las significativas y las muy significativas.
Los principios por los que se debe regir toda adaptación curricular que vayamos a poner en práctica son el principio de normalización, contextualización, significatividad, realidad, participación e implicación. Sin olvidarnos de que toda adaptación tiene un carácter relativo y cambiante, por un lado, y constituye un continuo que va desde ajustes poco significativos a modificaciones más significativas, por otro.
3. 1. Respuesta Educativa en las programaciones de aula
Al igual que ocurre en el Proyecto Curricular de Etapa, en las programaciones de aula se toman decisiones en cuanto a qué, cómo, cuándo enseñar y evaluar, pero llevando a cabo un nivel de concreción mayor del que figura en el PC.
En este sentido, se deben adecuar los objetivos y contenidos previstos para el desarrollo de las diferentes unidades didácticas. Atendiendo a una metodología que favorezca la experiencia directa, la reflexión y la expresión. De modo que de lugar a la introducción de técnicas que promuevan la ayuda entre alumnos (trabajo cooperativo) y la participación efectiva de los mismos.
Además, se puede potenciar desde la metodología, la utilización de canales variados para presentar los contenidos de aprendizaje y las experiencias educativas. Llevando a cabo la planificación de bancos de actividades graduales, según se proponen en el documento de las Orientaciones Didácticas (1992)
Con respecto a la evaluación, será preciso proponer pruebas adecuadas a la realidad del aula, mediante procedimientos e instrumentos variados, y empleando una evaluación continua y formativa que permita el reajuste de la respuesta educativa siempre que sea preciso.
Finalmente cabe mencionar, de acuerdo a lo anteriormente expuesto, que en las programaciones de aula se tendrán presentes aquellas decisiones tomadas en el PC referidas a recursos y organización de espacios y tiempo. Adecuando en un mayor grado estos aspectos con el propósito de conseguir una adaptación consecuente con las características del alumnado que compone el aula.
3.2. Adaptaciones curriculares individuales.
Las decisiones adoptadas en el PCC para dar respuesta a la diversidad se materializan en el aula, ya que en ella tienen lugar principalmente los procesos de enseñanza-aprendizaje y es el contexto que tiene una influencia más intensa y directa en el desarrollo de los alumnos.
Cuando un alumno, a pesar de llevar a cabo todas las adaptaciones precisas en el aula, no logra superar sus dificultades, podemos hacer uso del cuarto nivel de concreción curricular o de las denominadas adaptaciones curriculares individuales, que según la Orden de 7 de abril, podemos definirlas como estrategias de enseñanza-aprendizaje que se basan en el ajuste de la propuesta curricular a las necesidades educativas especiales de algunos alumnos y se fundamentan en los principios educativos de individualización, normalización e integración.
La propuesta curricular del alumno con nee ha de tener como referente el currículum ordinario del grupo clase. Siendo elaborada por todos los profesionales implicados en el proceso educativo del alumno responsabilizándose cada uno de su área.
3.3. Componentes
A nivel general, una adaptación curricular individual se compone de los siguientes apartados:
· Datos generales del alumno.
· Datos y forma de los profesionales que intervienen en la elaboración de la ACI.
· Datos del proceso de evaluación: nivel de competencia, datos significativos para el proceso de enseñanza-aprendizaje y necesidades educativas especiales.
· Adaptaciones en el contexto de centro y aula.
· Programación de las áreas adaptadas: objetivos, contenidos y criterios de evaluación.
· Organización de la respuesta: recursos personales necesarios, horarios, recursos materiales…
· Calendario de seguimiento, evaluación y revisión de la adaptación.
Anexos: acuerdos de los seguimientos anuales, medidas de colaboración adoptadas previo acuerdo con los familiares.
3.4 Tipos de ACI
Como se expuso anteriormente, existen tres tipos de adaptaciones individuales según el grado de alejamiento del currículo:
Las adaptaciones poco significativas son aquellas modificaciones que se llevan a cabo en los elementos de acceso al currículum que permitirán al alumno desarrollar las capacidades enunciadas en los objetivos generales de etapa, tales como la organización de los recursos humanos, la distribución de espacios, la disposición del aula, el equipamiento y recursos didácticos, horario y agrupamientos de alumnos o métodos de comunicación alternativos.
Las adaptaciones curriculares significativas implican la modificación de los elementos prescriptivos del currículo: objetivos generales de etapa y/o ciclo, contenidos básicos y criterios de evolución.
Las adaptaciones curriculares muy significativas consisten en la supresión de objetivos y contenidos de etapa, afectando a la mayor parte o a todas las áreas curriculares, siendo necesario priorizar objetivos y contenidos relacionados con la autonomía personal y social, la comunicación y el tránsito a la vida adulta. La respuesta educativa podrá requerir la intervención de recursos personales y materiales excepcionales.
3.5 Elaboración de una ACI
La elaboración de una ACI es la consecuencia final de un proceso de toma de decisión en el que se ha intentado encontrar soluciones en niveles más normalizados. Todos los elementos de una ACI deben estar ajustados a los resultados de una evaluación de los equipos de asesoramiento y orientación con los demás agentes evaluadores (profesor tutor y profesor de apoyo)
Una vez efectuada la evaluación psicopedagógica, podemos saber dónde se encuentra el niño para poder realizar una programación lo más ajustada para él mediante la formulación de objetivos y anticipando las conductas que deberá asimilar.
Todo ello debe estar englobado en una estructura de conjunto. Así, siguiendo a Ruiz (1988) y Ruiz et al. (1989), concretamos los componentes de la ACI en la evaluación inicial, la propuesta curricular y las medidas de promoción del alumno.