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Tema 22 – El desarrollo motor y perceptivo del niño discapacitado. La integración escolar como respuesta educativa. Implicaciones en el área de educación física.

0. Introducción.

1. El desarrollo motor y perceptivo del niño discapacitado.

1.1. Consideraciones básicas.

1.2. El desarrollo perceptivo–motor en los discapacitados sensoriales.

1.3. El desarrollo perceptivo–motor del discapacitado psíquico.

1.4. El desarrollo perceptivo–motor del discapacitado físico.

2. La integración escolar como respuesta educativa.

2.1. Situación inicial.

2.2. Beneficios de la integración escolar.

2.3. Educación Física e integración escolar y social.

3. Implicaciones en el área de Educación Física.

3.1. Consideraciones respecto a los objetivos y selección de contenidos.

3.2. Respecto a la metodología utilizada.

3.3. Respecto a la evaluación.

3.4. Algunas actividades para alumnos con minusvalías.

4. CONCLUSIONES

5. Aplicación Didáctica.

6. Bibliografía.

7. RESUMEN.

0. introducción.

Este tema lo debemos considerar de forma conjunta con el anterior (tema 21), ya que en aquél tratábamos las características, tipos y grados de minusvalías, y su relación con la actividad física, bajo la perspectiva de las diferentes necesidades educativas especiales de este tipo de alumnos. Ahora nos centraremos, en primer lugar, en el desarrollo motor y perceptivo del niño discapacitado (sensorial, físico y psíquico) para, a continuación, estudiar la integración escolar de este tipo de alumno como respuesta educativa, sin olvidar la integración social y los efectos de la práctica físico–deportiva sobre su salud. Y, por último, analizaremos las implicaciones que desde nuestro campo de la Educación Física podemos realizar, destacando la selección de contenidos y objetivos, de cómo evaluarlos y qué metodología utilizar.

1. el desarrollo motor y perceptivo del niño discapacitado.

Para el desarrollo de este apartado seguiremos a distintos autores que han tratado en profundidad los contenidos que se desarrollan a continuación (O.M.S. [1983]; I.N.S.E.R.S.O, [1983]; Gesell, [1985]; De Pauw, [1987]; De Potter [1987]; Linares y otros [1987]; Trigueros [1993]; Contreras [1998]; Junta de Andalucía [2000]).

1.1. consideraciones básicas.

De forma generalizada, podemos afirmar que los niños discapacitados presentan dificultades en su desarrollo psicomotor, en relación a la alteración o falta de información intero, extero o propioceptiva, junto a la frecuente falta de estimulación en el medio familiar y escolar, con la consiguiente reducción de experiencias motrices y evidentes síntomas deficitarios en la construcción del esquema corporal, en la marcha y en la postura, en la orientación espacial y el dominio del espacio, en la estructuración temporal, en la coordinación y ajuste a la realidad exterior… en la autonomía necesaria para adquirir los hábitos elementales relativos al aseo, el vestirse o alimentarse… a relacionarse con los demás y a mejorar su autoestima, a intervenir, participar y colaborar en la elaboración y realización de proyectos o de actividades con sus compañeros, de cara a su plena integración personal y social.

En esta labor estarán implicados, además de la familia y personas del entorno, el profesor/tutor y demás profesores, los especialistas de orientación y apoyo de la administración educativa.

Antes de entrar en el desarrollo perceptivo motor en el niño discapacitado, veamos el concepto de desarrollo.

Desarrollo: Se refiere a los cambios que el ser humano sufre a lo largo de su existencia. Es un término que implica la maduración del organismo, sus estructuras, así como el influjo del ambiente. Este es un término que se refiere fundamentalmente a la calidad, y está en estrecha relación con la Adaptación.

A la hora de estructurar el proceso de desarrollo del niño, seguimos a Piaget (1984) con las siguientes etapas:

a) Período Sensoriomotor: Hasta los 2 años se extiende hasta la aparición del lenguaje y la representación, a partir de los datos sensoriales y la coordinación de movimientos.

b) Período Preoperatorio: De 2 á 7 años; se pasa de una relación espacial respecto a sí mismo, a otra respecto a los objetos y los demás. Y pasamos de las relaciones topológicas a las proyectivas.

c) Período Operatorio: Alcanza hasta la adolescencia. Durante este período el niño tiene que elaborar mediante representaciones y simbolizaciones todas las adquisiciones que, a un nivel práctico y no representativo, había construido durante el período sensoriomotor. El niño es capaz de organizar lo real imaginándolo de forma lógica, coordinada y flexible, es decir, utilizando operaciones.

En el niño discapacitado, cobra gran importancia una valoración adecuada del desarrollo motor, porque nos permitirá situarnos en una de las etapas conocidas y definidas y, por tanto, saber cómo debemos ayudar al niño. Asimismo, un precoz diagnóstico facilitará una información más adecuada a los padres, para que así, éstos le proporcionen un entorno adecuado sin caer en la sobreprotección. Hay estudios que confirman las posibilidades de influir sobre el desarrollo motor mediante entrenamiento. De la misma forma, el vínculo afectivo influye positivamente sobre el niño; cuanto más estrecho es el vínculo con los padres (en especial la madre), mejores aprendizajes realiza el niño. Por lo tanto, una de las funciones del equipo educativo será capacitar a los padres para que éstos puedan ofrecer a sus hijos unos procesos de aprendizajes adecuados.

1.2. el desarrollo perceptivo–motor en los discapacitados sensoriales

En los discapacitados auditivos los problemas se localizan a nivel vestibular, por lo que se origina retraso en la marcha, en el equilibrio, en la verticalidad y en la alineación segmentaria, que suele desaparecer con posterioridad, entre los 3/4 años.

La estructuración perceptivo–motora, espacio–temporal, se ve afectada de forma especial en el componente rítmico.

Además, se aprecian síntomas de ansiedad, agresividad, falta de atención… propios de las dificultades presentadas en la comunicación y relación con los demás.

En relación a los discapacitados visuales, cabe señalar la importancia que la vista tiene en la capacitación del ambiente de forma rápida y eficaz; así, antes de dirigirse hacia algún objeto, tiene que conocer su ubicación por tanteo y aproximación, con el consiguiente retraso en el aspecto manipulativo, problemas de aprendizaje y relacionales con los otros significativos (padres, amigos…), aparición de estereotipias y retraso en la aprensión del ambiente, de las personas y de los objetos.

La vista ayuda a integrar las diferentes modalidades sensoriales y a comprender e integrar las informaciones recibidas de los sentidos, el niño ciego muestra retraso en los movimientos de dirección y orientación hacia los objetos, y en la iniciación del movimiento, ocupando tiempo en movimientos estimulantes que sustituyen la exploración del espacio. En este sentido, es fundamental que los padres le enseñen a jugar con las manos y con los objetos.

Aunque la maduración neuromuscular, relativa a la postura corporal, tiene lugar en el margen de edad de los videntes, el desarrollo y aprendizaje de la marcha se logra más tarde, debido a que la coordinación mano–oído ocurre al final del primer año, retrasándose por este motivo la capacidad exploratoria y de autoiniciación de movimientos. Además, no gatea, ni se vuelve boca abajo, ni anda rápido (no pierde el pié plano), por lo que necesita la continua estimulación y ayuda, sin cogerlo siempre de la misma mano y proporcionándole un buen calzado.

Los estudios realizados sobre el desarrollo cognitivo de estos niños, ponen de manifiesto resultados pobres en factores de comprensión, pero normales en cálculo y vocabulario, superiores cuando se realizan en un tiempo limitado. Tardío conocimiento e imagen mental de sí mismo, de la relación entre las partes de su cuerpo y de otras personas, así como de los objetos (3/5 años), debido a la tardanza de los desplazamientos y movimientos, a la exploración secuencial lenta y analítica, y a la dificultad de percibir objetos que no oye.

El retraso cognitivo es debido a que las experiencias disponibles aparecen restringidas, al igual que sus sentidos, al menor número de experiencias y contactos sociales, a la escasa percepción del espacio que les rodea y menor control propio y ambiental.

Algunos autores: Fraibel, Siegel, Gibson, Cratty, Hill… atribuyeron retraso a la hora de reconocer el ambiente, debido a la percepción fragmentaria y a la falta de feedback del mundo exterior; de establecer el concepto de objeto y su permanencia, debido a los problemas para localizar, identificar y alcanzar los objetos por el sonido, de desarrollar el esquema corporal y los conceptos espaciales como referencias de los objetos, de establecer patrones motrices, de desenvolverse en el ambiente sin miedo, pasividad ni sobreprotección.

En cualquier caso, el retraso en el desarrollo psicomotor y sociomotor del discapacitado visual y patologías asociadas (ambliopía, estrabismo, diplopía, hernianopsis…mala adaptación sensoriomotora, disprasias asociadas a paratonías, comportamientos de ansiedad y seguridad; falta de confianza en sí mismos, de iniciativa y de decisión, de temor y de dependencia, aislamiento; mala lateralidad, laxitud articular, reacciones hipertónicas, movimientos condicionados, rígidos, ausencia de libertar corporal, aislamiento, pérdida de iniciativa y ausencia de aptitudes para el aprendizaje, oposición; dificultades en el esquema corporal…) estarán en función de gravedad, edad de aparición y tratamiento recibido (De Pauw, 1987; recogido en Trigueros 1993).

La cantidad menor de ideas y conocimientos del entorno le producen la modificación del ritmo de desarrollo del niño y su permanencia más prolongada en un nivel cualitativamente inferior (1 á 3/4 años).

El lenguaje ejerce una función compensatoria cuando la palabra refiere objetos concretos. Al niño ciego hay que enseñarle de forma específica lo que el vidente aprende por sí mismo. El progreso en el desarrollo psíquico se debe a la capacidad racional e intelectual.

1.3. desarrollo perceptivo–motor del discapacitado psíquico.

Los sujetos inadaptados, caracteriales, medioambienales o académicos pueden presentar cierta torpeza motriz que, en algunos casos, llega a ser significativa y precisa de estimulación cualitativa y cuantitativa.

Los trastornos emocionales, esquizofrenia, autismo, psicosis… se caracterizan por conductas alteradas y descontroladas en el plano psicomotor, a consecuencia de los trastornos graves de conducta: histeria, ira, ansiedad, estados depresivos y coléricos, autolesiones, hipotonías y paratonías asociadas, etc.

En la conducta presentan, en su desarrollo, problemas perceptivos motores tales como agitación, hipotonía… en cuadros de angustia, inhibición, temor, rituales histéricos, estados compulsivos, etc.

Los discapacitados mentales, desde cada caso y situación, presentan síntomas en relación a los reflejos postnatales y los logros del período sensoriomotor. Según De Potter (1987; recogido en Trigueros, 1993), cuando la discapacidad es ligera, el retraso es de 2/4 años en la condición física, además de escoliosis, obesidad e insuficiencia respiratoria, y superior en las capacidades perceptivo–motrices y habilidades motoras. Si es moderada, a la mayor gravedad de las diferencias nombradas anteriormente, hay que añadir posibles malformaciones morfológicas y funcionales, fundamentalmente torácicas. En los severos y profundos se observa la existencia de conductas reflejas primitivas y aptitudes sensoriomotoras muy débiles.

1.4. el desarrollo perceptivo–motor del discapacitado físico.

El factor común en las diferentes situaciones presentadas, motóricos, fisiológicos… es la relación entre el desarrollo psicomotor y la causa, gravedad y momento de aparición de la deficiencia.

Problemas de equilibrio, de la marcha y de los desplazamientos, de la adquisición de las habilidades, tan variados que remiten al estudio correspondiente individualizado.

Estos trastornos conllevan, durante el período de crecimiento y desarrollo, problemas en el ámbito cognitivo y socioafectivo.

En relación con los discapacitados motóricos, cabe señalar como características importantes:

· La ausencia o presencia prolongada en el período sensoriomotor de los reflejos innatos.

· Dificultad en los sentidos por falta de control cefálico.

· Imposibilidad o dificultad en la manipulación de objetos por dificultades de disociación en los movimientos de los dedos.

· Aparición más tardía del movimiento y, en algunos casos, tras un largo y costoso proceso de adquisición.

· Dificultades articulatorias y lenguaje poco comprensible.

· Situaciones negativas de sobreprotección, ambiente poco estimulante, rechazo y cansancio del niño y de la familia.

· Pérdida funcional asociada de tipo cardiorrespiratorio, vascular…

En los trastornos fisiológicos se observan, asociadas, otras patologías referentes a la disminución de la visión, de equilibrio, de coordinación, vértigo y fatiga, tiritones y convulsiones que tienen más incidencia en la actividad física que en el desarrollo psicomotor… eso es propio de la diabetes; debilidad articular, destrucción de la cápsula articular y pérdida de estabilidad y funcionalidad de las articulaciones en la hemofilia; afección psicomotora por insuficiente conocimiento del esquema corporal, mala coordinación y falta de equilibrio y de movilidad… en la obesidad.

2. la integración escolar como respuesta educativa.

(De Pauw, [1987]; De Potter [1987]; Linares y otros [1987]; Trigueros [1993]; Contreras [1998]; Junta de Andalucía [2000]).

2.1. situación inicial.

Las actividades y prácticas físico–deportivas constituyen una importante fuente de salud y de bienestar; para las personas con discapacidades son un importante medio de integración, a la vez que hacen posible y agradable el tiempo de ocio y la participación social.

Tomando como punto de partida el reconocimiento y respeto de las características propias (retraso, ineptitud y desorganización motriz [los sensoriales]; menos volumen de trabajo [los motóricos]; no llegar ni más tarde ni más despacio donde llegan los demás [los psíquicos]), la introducción y realización de la actividad física y deportiva en las personas discapacitadas es un proceso complejo con distintas fases y tratamientos según se trate de congénitas o adquiridas en la infancia, adquiridas en etapas posteriores, con importantes implicaciones personales o sociales.

Si se trata de congénitas o adquiridas en la primera infancia, el niño/a se desarrolla y aprende a relacionarse con su mundo y la sociedad con su discapacidad a cuestas; la secuela se encuentra presente en su aprendizaje, diferenciándolo de los demás, siendo probable que se encuentre afectado en su vida emocional y necesite ayuda y tratamientos especiales, determinándole, en alguna medida, el campo de amistades y las perspectivas de futuro.

En estos casos, la actividad físico–deportiva se constituye en un importante plan de formación e integración, relacional y motivador desde los efectos y perspectivas físicas, psíquicas y sociales. Al carácter terapéutico o rehabilitador hay que añadir la mejora de la autonomía y de la autoestima como aspectos específicos muy importantes.

La integración se entiende formando parte de un proceso continuo y dinámico que comienza con diagnóstico y la toma de medidas preventivas, de ayuda a la integración y de acceso al currículum, en un sentido pleno y amplio en cuanto a las dimensiones cultural, estructural, relacional, procesual, contextual, de forma que no se sientan discriminados, tengan las adaptaciones arquitectónicas necesarias a su alcance, se consideren integrados en el grupo y en sus relaciones, sean objeto de las adaptaciones curriculares precisas y, por último, se identifiquen y formen parte de su barrio, comunidad y asociaciones o entidades deportivas locales e institucionales.

2.2. beneficios de la integración escolar.

Los beneficios psicológicos son tanto o más importantes que los fisiológicos, al facilitar la práctica físico–deportiva la adaptación progresiva del discapacitado a las condiciones sociales impuestas por la deficiencia, al permitir tomar conciencia de las propias posibilidades y limitaciones, al conocimiento y reconocimiento como individuo en el seno del grupo, a la toma de conciencia de la diferenciación de las capacidades más que insuficiencias.

Los efectos fisiológicos de tipo general son la mejora de las funciones principales del organismo (cardiovascular, respiratoria, digestiva, de relación…) de control nervioso y endocrino, de la prevención de la obesidad y del sedentarismo, la estimulación de los órganos de los sentidos y de la comunicación, el aumento de la resistencia ante la aparición de las enfermedades o lesiones.

La aceptación social se consigue a través de actitudes de respeto, autocontrol, cooperación… cuanto más oportunidades de integración social más posibilidades de éxito social, de reconocimiento y recompensas en su justa medida.

Los beneficios de la práctica físico–deportiva para las personas minusválidas se pueden sintetizar en la salud y la buena forma física, y la integración social.

En el caso de los minusválidos psíquicos se da la tendencia a pesar demasiado y estar en baja forma, no por su deficiencia, sino a causa de la falta de ejercicio, por la creencia de que ellos no están físicamente capacitados para poder participar. La mala condición física y la poca resistencia frecuentemente contribuyen a la incapacitación para la realización físico–deportiva.

A nivel motórico y físico en general, la Educación Física contribuye a evitar posibles desviaciones de la columna (asimetrías en extremidades superiores) junto a la debilitación de los músculos de la cintura escapular, a corregir las restricciones respiratorias, a combatir la obesidad, celulitis o rigidez articulatoria (necesidad de aparatos para deambular y desplazarse); a mejorar la coordinación neuromuscular mediante la repetición de movimientos uniformes, a la relajación muscular (contracciones espásticas y movimientos poco precisos), a mejorar la orientación y el equilibrio, la fuerza de la musculatura superior (tetra o parapléjicos).

Es imprescindible la adaptación de las actividades físico–deportivas y el control del nivel de esfuerzo, de la temperatura exterior ambiental, la hidratación, el material de apoyo en relación a problemas ventilatorios, la termorregulación, las contracturas musculares y los desequilibrios cardiovasculares.

En cuanto a la integración social, esta práctica además de terapéutica, resulta fundamentalmente integradora en cuanto que disminuye la diferencia con el entorno social y consigue una mejor adaptación personal a la deficiencia, además de desarrollar la autodisciplina, el autorrespeto, el espíritu deportivo, el afán de superación y de mejora, la autoestima…

2.3. educación física e integración escolar y social.

· Discapacitados mentales e integración.

La participación en actividades físico–deportivas variadas, junto a los compañeros, pasa por el reconocimiento de las limitaciones y características personales entre las que suele encontrarse la impaciencia, la ansiedad y la falta de concentración y continuidad en la realización de estas actividades.

El desajuste psicomotor suele ocasionar respuestas desacertadas y a destiempo que pueden ser mal interpretadas por el grupo: falta de coordinación, de atención, esfuerzos desproporcionados, etc.

Es fundamental la estimulación temprana y continuada de tipo físico, motor, cognitivo y social; en este sentido, hay que aprovechar la motivación hacia todo tipo de juegos, como por ejemplo las cartas respecto a la coordinación óculo–manual, o la música y el ritmo, etc.

La participación en el grupo se acompaña de la disminución de la dificultad de la tarea para garantizar el éxito y continuar el máximo tiempo posible , ayuda manual cuando se necesite, repeticiones y modelos adecuados, refuerzos, motivación y ayuda de los equipos docentes, de apoyo, de la familia…

Juegos sensoriales, de orientación, rítmicos, circuitos variados de habilidades, lanzamientos, golpeos, trepas, desplazamientos… deportes adaptados y variados: fútbol…

En otro tipo de minusvalías psíquicas con problemas de personalidad y de conducta, impericia o trastornos variados… el carácter lúdico de estas actividades, así como otras de relajación, respiratorias, etc.

· Discapacitados motóricos e integración.

Las actividades y juegos relacionados con la pelota y otros utensilios como aros, bastones, palos, cuerdas… poseen una gran atracción para el paralítico cerebral y otros discapacitados motóricos.

Rebotar, rodar, conducir la pelota, fútbol, circular de rodillas, pelotas al cesto, voleibol sin red, aro colgado, tabla rodante, silla de ruedas, juegos sensoriales y de azar, realización de circuitos solos o por parejas, ejercicios de espaldas o de frente, golpeos de pelota, hacer nudos; llevar, transportar, hacer la carretilla; caminar sobre las rodillas, incorporarse y sentarse, desplazamientos en la tabla rodante, flexionar y extender tronco y brazos, brincar con ayuda de cuerdas. Canciones, juegos y representaciones y competiciones programadas.

· Discapacitados fisiológicos e integración.

Atendiendo a las capacidades personales de los niños/as en cuestión, habrá que tener cuidado con el volumen del trabajo en la obesidad, con la intensidad en algunas cardiopatías, con el control y la duración en asmáticos, epilépticos y diabéticos, con el contacto y golpes en hemofílicos, y siendo conscientes de que el tratamiento médico recibido sea el adecuado, integrarlos en todas las actividades y juegos realizados.

· Discapacitados sensoriales e integración.

Juegos variados formando parte de grupos también variados: el espejo, la lucha, el escultor; recorrido por parejas y cálculo de tiempo empleado, el tren mediante orientación por palmadas o sonidos; habilidades rítmicas, representaciones.

Juegos deportivos adaptados: natación, ping–pong (sobre la superficie con pala rectangular y doble mango), atletismo, ciclismo (tánden), goal ball, judo, fútbol con cascabeles en la pelota, esquí con guía…

En cualquiera de los casos, seguiremos el siguiente esquema para la integración personal, escolar y social del discapacitado, según las siguientes fases:

1) Fase educativa o terapéutica.

En la que la actividad motriz es utilizada con fines educativos o reeducativos, según la minusvalía padecida. La motricidad permite la asociación de conocimientos, la motivación, la acción y el desarrollo de hábitos sociales (vestirse, comer, higiene personal…), necesarios para su integración personal y social.

2) Fase de actividades físicas adaptadas.

Según una metodología adaptada, así como el material y los recursos en general.

Y en según qué casos…

3) Fase de competición.

Adaptada, o integrada con personas sin deficiencias: deportes individuales como el atletismo y la natación; deportes colectivos como el baloncesto, fútbol, tenis de mesa, balonmano y voleibol; y otros deportes individuales como el ajedrez, el badminton, el campo a través, el ciclismo, el esquí, la gimnasia rítmica, el judo, el tenis…

3. implicaciones en el área de educación física.

Las adaptaciones curriculares estarán presentes en el área de E. Física cuando la necesidades educativas así lo exijan.

Siguiendo los criterios del centro nacional de recursos de Educación Especial (C.N.R.E.E., 1992) podemos distinguir dos tipos de adaptaciones Curriculares: adaptaciones en los elementos de acceso al currículo y adaptaciones en los elementos básicos del currículum.

A) Adaptaciones de los elementos de acceso al currículo.

 Espacios: Se trata de mejorar o adaptar las condiciones de acceso, sonorización, luminosidad, que favorecen el proceso de enseñanza-aprendizaje y la movilidad y autonomía de los alumnos.

 Materiales: Supone la adaptación de materiales de uso común y/o la provisión de elementos específicos que puedan facilitar el proceso de enseñanza-aprendizaje de los alumnos y compensar sus debilidades.

 Comunicación: Se procura facilitar la relación entre el profesor y los alumnos a través del conocimiento de los códigos de comunicación alternativo y/o complementarios: lenguaje gestual, etc.

B) Adaptaciones en los elementos básicos del currículo.

 Adaptaciones en el cómo enseñar y evaluar.

 Adaptaciones en los objetivos y contenidos.

 Adaptaciones en la metodología.

 Adaptaciones en la evaluación.

3.1. CONSIDERACIONES respecto a objetivos y selección de contenidos

Las adaptaciones realizadas en relación a los objetivos y contenidos se refieren a…

a) Modificar el tipo y grado de consecución de los aprendizajes esperados introduciendo nuevos elementos.

b) Dar prioridad a determinados objetivos

c) Cambiar la temporalización de objetivos respetando así los ritmos individuales de aprendizaje.

d) Introducir nuevos objetivos.

e) Eliminación de algunos objetivos que no impedirá el desarrollo de las capacidades enunciadas en los objetivos generales de etapa.

Las adaptaciones realizadas en relación a los contenidos se refieren…

a) En relación con el bloque correspondiente al conocimiento y desarrollo corporal, de forma generalizada destaca el esquema corporal y la lateralización, su conocimiento y aceptación de las características propias y la participación con los compañeros de forma autónoma; el desarrollo de hábitos de cuidado y desarrollo corporal, en este sentido es importante la inclusión de la relajación infantil. La expresión y comunicación permite o ayuda al descubrimiento de las habilidades, a la superación de las inhibiciones y a la integración personal y social.

En los alumnos con discapacidades sensoriales de audición y de visión, se dan problemas de lateralidad, de coordinación, de equilibrio y de velocidad de ejecución de los movimientos. Es importante la transferencia de los movimientos globales a los finos, así como la fonación y la articulación del habla; cuanto mayor y más ajustado sea el dominio postural y rítmico del cuerpo, mejores serán los rendimientos relacionados con los movimientos del habla. Relajación y respiración, tono corporal y atención constituyen aspectos a considerar tanto por el profesor como por el logopeda.

Los que presentan déficits psíquicos, mentales, tienen problemas en cuanto a las capacidades perceptivo–motoras en la ubicación, tamaño, cantidad, orientación, tiempo en sentido amplio, dirección (derecha/izquierda), tanto en ellos mismos como en los demás y en los objetos, en las representaciones gráficas o letras, en dibujos reales o en sentido figurado.

Cuando nos referimos a los motóricos y fisiológicos, los objetivos y contenidos dependerán de las posibilidades motrices según cada caso, partiendo de la base de la necesidad de aceptar el propio esquema corporal y de integrarlo en sus relaciones con los demás y propio desarrollo personal.

Hay que tener en cuenta la importancia que, en este sentido, adquieren los contenidos propios de expresión corporal por la relevancia en la superación de inhibiciones, en el descubrimiento corporal y de las habilidades, en el sentido rítmico, y en el desarrollo psicomotor.

b) La salud corporal.

De forma generalizada, utilización de las normas higiénico–preventivas, de medicación y de seguridad, para evitar accidentes.

Las adaptaciones curriculares por deficiencia auditiva responden, básicamente, a la utilización de medios audiovisuales; aseo personal y vestido en los discapacitados visuales, junto a peligros de circulación vial; estimulación funcional, relajación, hábitos rutinarios y de seguridad en la utilización del material, además de las ayudas necesarias.

c) El apartado de Juegos incluye:

å Adaptaciones generales: de cooperación, participación adaptada, colaboración y aceptación.

å Adaptaciones auditivas: estímulos visuales y señalizaciones.

å Adaptaciones visuales: juegos sensoriales de tacto–oído, utilización de señales y del compañero.

å Adaptaciones relativas a discapacitados mentales y motrices: utilización de la ayuda y colaboradores, tareas facilitadas, material adaptado y tiempo necesario, y utilización de puestos o funciones específicos.

3.2. respecto a la metodología utilizada.

El aprendizaje físico–deportivo influye en el enriquecimiento y la educación de la estima personal del minusválido. A través del movimiento, el individuo tiene la posibilidad de buscar el ansiado equilibrio y lograr sentirse bien y conseguir la autoafirmación física, además de la adquisición de normas y pautas de comportamiento y respeto.

Los niveles progresivos de logro infunden confianza y son estímulos que una persona con discapacidad necesita para explorar nuevas ambiciones. Por medio de la progresión, demostraciones repetidas desde lo que sabe, modificaciones, elogio, reconocimiento, paciencia, un participante llega a motivarse al pensar que puede conseguir las metas.

Los principios psicopedagógicos, la utilización de la pedagogía del éxito en niños con necesidades educativas especiales, en el área de educación física, responden a…

1) Identificación de las necesidades educativas especiales, recursos humanos y materiales necesarios.

2) Planificación y organización de las adaptaciones curriculares y de los refuerzos en el proyecto curricular.

3) Los movimientos deben ser enseñados tras la fase de ensayo y error, acompañados del consejo, ánimo, apoyo verbal y feedback sobre su actuación. Explicaciones breves y demostraciones globales acompañadas de variados estímulos y de apoyo manual (posición ideal y resistencia al movimiento para que sienta la acción muscular).

4) Tratamiento analítico o separación de las secuencias del movimiento: correr, coger el balón, lanzar… el niño puede estar limitado en el tratamiento y organización de la información.

5) Entre explicación y explicación, debe de existir tiempo suficiente de comprensión.

6) En algunos casos, el número de decisiones debe ser reducido.

7) Utilizar medios e instrumentos de aprendizaje variados, material creativo; eliminar las fuentes de distracción y utilizar una estructura ritual variando la forma del grupo y los miembros del mismo, relacionar con todos los compañeros.

8) Simplificar las percepciones utilizando material de colores vivos y de dimensiones más grandes, con buena diferenciación fondo/forma, y progresar en las acciones: rodar, rebotar, lanzar… cuidando altura y dirección del lanzamiento.

9) Simplificar el gesto, andar por correr, utilizar ingenios para desplazamientos, modificar la posición de equilibrio (sentados/de pie), eliminar obstáculos y dificultades.

10) Realización de actividades adaptadas o modificadas: más jugadores, menos tiempo, menos puntos, coger en lugar de golpear, puestos específicos y reducción de contactos físicos; participación en organización y arbitrajes.

Además, de forma más específica, en relación con los minusválidos sensoriales, es necesario pasar de lo simple a lo complejo, tratamiento analítico y de lo específico a lo general, del estatismo al dinamismo, realizar las repeticiones necesarias y las situaciones variadas, prestar la ayuda necesaria (tacto y oído), y el trabajo del compañero; además de programas de desarrollo individual con los equipos de apoyo y seguimiento.

Audífonos y sensaciones vibrotáctiles en manos y pies (suelos de madera) y ayudas con instrumentos musicales de percusión de tonalidad grave (tambor, pandero, etc.).

En algunos minusválidos motóricos, paralíticos cerebrales, se dan conductas reflejas de cerrar los ojos y abrir demasiado los brazos, por lo que hay que progresar y realizar repeticiones frecuentes desde brazos arriba soltar la pelota, brazos abajo soltar la pelota, pase de pecho, sentado, de pie, aproximaciones frontales, laterales y de espaldas; progresión desde almohadones, goma espuma, pelotas de plástico, de cuero… hasta balones medicinales. Previamente, deben de familiarizarse y responder a preguntas relativas al color, la forma, el manejo, lo que se puede hacer, la postura… en relación a la pelota.

Con minusválidos psíquicos, mentales, ayuda preparada previamente al alumno a reconocer las palabras y conceptos espacio–temporales que les resulten desconocidas; en la comunicación realizar todo tipo de gestos expresivos.

Otros aspectos importantes refieren la utilización de cuentos, música, grabaciones musicales, dramatizaciones, mimo, tacto y ayuda de compañeros/alumnos y de personal de apoyo: rehabilitación, fisioterapia…

3.3. respecto a la evaluación.

· Los aspectos generales que conviene evaluar son:

 La comunicación, la intención y la iniciativa.

 El lenguaje expresivo–comunicativo.

 La motivación intrínseca/extrínseca.

 El ambiente familiar: la sobreprotección, el rechazo o la carencia de estímulos.

 La movilidad y el nivel de movimiento: el nivel y el material auxiliar necesario.

· Respecto a los alumnos con necesidades educativas especiales sensoriales:

Los aspectos que es necesario conocer inicialmente para realizar las adaptaciones curriculares pertinentes, si bien teniendo en cuenta que las pruebas utilizadas son las comunes para los demás alumnos del grupo–clase, son:

å Centro de gravedad en relación a la postura.

å Distribución uniforme del peso del cuerpo.

å Manipulación y movimiento: examinar, modelar, verbalizar, construir…

å Lateralidad.

å Inhibición motriz voluntaria.

å Estructuración espacio–temporal. Coordinación y equilibrio.

å Nivel de habilidades básicas: gateo, trepa, salto, superación de obstáculos, etc.

å Fortalecimiento de los músculos del cuerpo.

å Memoria muscular.

å Otros sentidos: oído (identificación, localización, discriminación…), tacto (tamaño, forma…); vestibular (giro, aceleración, desaceleración…).

å Flexibilidad.

å Participación y realización de actividades y juegos de música y canto.

å Actividades propioceptivas: giros, inclinaciones laterales…

· Respecto a los discapacitados motóricos, para poder participar con los compañeros en las actividades de clase y juegos, realizadas las adaptaciones curriculares correspondientes, tenemos que observar su nivel de competencia, utilizando pruebas como…

å Lanzamiento de objetos, pelotas a encestar en aros, o cajas de 1, 2 ó 3 m. de diámetro, rodar un balón una distancia corta, lanzar a blancos de diferentes direcciones, distancias o alturas, pasar a un compañero a una o dos manos por encima o debajo.

å Golpear balones de esponja, parado o de rodillas; rodar algunos metros el balón; mantener un balón grande en el aire golpeándolo 5 ó 10 veces; golpear balones de rebote o lanzamientos desde distancias cortas; igual con un bastón, parado o en movimiento, con la mano o con una raqueta; realizar saques de voleibol.

å Atrapar el balón con una o dos manos, rodando, desde la altura de la cabeza, con rebote, contra el cuerpo, suspendido o con balanceos, con una mano, lanzar y atrapar…

· Respecto a los alumnos/as con discapacidades psíquicas, hay que señalar que la batería EUROFIT es válida para moderados, si exceptuamos la prueba del equilibrio. La batería AAHPER utiliza las siguientes pruebas:

å Resistencia muscular mediante flexión de brazos mantenida y abdominales en un minuto.

å Carreras de agilidad, velocidad 50 yardas.

å Resistencia cardiovascular 6/9minutos.

å Fuerza explosiva: salto horizontal y lanzamiento de balón medicinal.

La Asociación Nacional del Deporte Especial (ANDE) establece tres niveles (1989):

1) Andar 1 km.; subir y bajar un plano inclinado de 20º; andar hacia atrás (5×2); andar a cuatro patas 5 m., girar sobre el cuerpo, tumbados; pasar por debajo de un obstáculo; subir y bajar 10 escalones; saltar 3 cm. de altura sin caerse; superar 3 obstáculos de 3 cm. y 1 m. de separación; lanzar a un círculo de 1 m. de diámetro y a una distancia de 2 m. un balón de baloncesto.

2) Correr 5 minutos al lado del profesor; andar sobre el banco sueco y saltar al salir; correr 30 m. en menos de 10 segundos; andar en carretilla con la ayuda de un compañero; voltereta adelante, salto a la pata coja 5 veces con cada pierna; caer con pies juntos dentro de aros separados 20 cm.; subir espalderas y pisar el cuarto barrote; saltar un obstáculo de 70 cm. de altura y caer controlado; balancearse en una cuerda hasta los 2 m.; pasarse un balón 3 veces sin caerse; seguir un slalom simple.

3) Trotar 15 minutos; andar sobre una altura de 1,2 metros de largo, ida y vuelta; correr y saltar 30 cm.; hacer la carretilla, la voltereta hacia atrás; subir y bajar una escalera de 3m. inclinada 35 cm.; transportar un objeto 15 m. en menos de 30 segundos; golpear con el pie un balón y enviarlo a una portería de balonmano situada a 9 m.; hacer rodar una pelota de petanca 40 cm. y 8 m.; botar 10 m.; trepar 5 m.; saltar 5 veces la comba; golpear la pelota con raqueta contra la pared, con bote; montar en bici 30 m.; girar y volver; nadar 15 m. Habría que realizar al menos 9 de las 13 pruebas, y 1 de las 3 últimas.

En general, y a modo de resumen, el profesor de Educación Física ha de dar respuesta a problemas que son más o menos comunes para la mayoría de los alumnos con minusvalías, y que pueden ser las siguientes:

1) Déficit del esquema corporal: muy habituales en alumnos que durante la enseñanza primaria han dedicado poco tiempo a estructurarlo.

2) Disfunción perceptiva: falta de conciencia de la forma y de la posición en un espacio de dos dimensiones. La falta de movilidad arrastrada en los años anteriores, lleva a los alumnos a no haber vivido experiencias corporales en distintas posiciones respecto al espacio.

3) Hiperactividad.

4) Dificultades importantes en el equilibrio.

5) Torpeza motriz de origen cognitivo o perceptivo, neurológico, que suele desembocar en una actitud de inhibición, indiferencia o desidia, cuando los fracasos en la ejecución se repiten con más asiduidad de la deseada.

6) Pobre condición física: por obesidad, problemas cardiorrespiratorios, defectos neurológicos, alteraciones anatómico–funcionales, etc.

7) Escasa o nula capacidad de concentración.

8) Trastornos importantes en el tono muscular.

9) Trastornos habituales de ansiedad que dificultan sobremanera el trabajo motriz, incidiendo negativamente, incluso en las propias percepciones.

10) La alineación del cuerpo en los discapacitados visuales suele estar alterada, en mayor o menor medida, dependiendo de los casos; esta mala alineación puede conllevar un acortamiento de ciertos grupos musculares. Está demostrado que los ciegos totales de forma congénita, presentan mayor alteración en la alineación del cuerpo, equilibrio, coordinación, marcha, carrera, etc.

11) Parálisis cerebral, suelen tener trastornos del equilibrio.

3.4. algunas actividades para alumnos con minusvalías.

(A.N.D.E. [1982]; De Pauw [1987]; Linares y otros [1987]; A.N.D.E. [1989]; Contreras [1998]).

A través del deporte, del juego reglado, de cualquier tipo de adaptación, el alumno con minusvalía tiene la oportunidad de jugar, de expresarse, de superarse y medirse a los demás, y de alguna forma de realizarse y rehabilitarse mediante movimientos y formas lúdicas. Cualquier adaptación, por simple que ésta fuera, puede conseguir importantes logros, así se podrían conseguir adaptaciones:

· Buscando elementos y materiales simples que permitan una mejor adaptación al juego (balones sonoros para ciegos, por ejemplo).

· Proponer pocas reglas, y de fácil entendimiento para todos.

· Que no haya muchos jugadores practicando a la vez.

· Que el objetivo del juego o deporte sea fácilmente conseguible (por ejemplo, canastas a menor altura, porterías más grandes, etc.).

Existe una amplia gama de deportes para minusválidos, veamos algunos ejemplos dirigidos a personas con parálisis cerebral, como por ejemplo:

1) Boccia: Es un deporte parecido a la petanca, pero se juega con bolas especiales.

2) Kick–Ball: Golpeo de un balón de 32 cm. de diámetro con el pie.

3) Lanzamiento de saquito: Existen 3 modalidades: altura, distancia y precisión. El saquito relleno de alpiste pesa 150 g.

4) Club: Es una maza parecida a la de gimnasia rítmica, de madera y de 397 g. La prueba consiste en lanzarla lo más lejos posible.

5) Lanzamiento de balón: Se golpea con el pie el balón para llegar lo más lejos posible.

Todos los deportistas con minusvalías están clasificados en función de su grado de afectación, en caso de parálisis cerebral, según su grado de afectación neurológica. De esta forma, y después de pasar una comisión técnica (compuesta por un médico, un fisioterapeuta y un técnico deportivo), los deportistas compiten con otros de sus mismas características.

Es tan grande la riqueza que aporta el elemento deportivo y competitivo, que nosotros como educadores deberíamos animarles para que practicaran y compitieran en algún deporte adaptado a sus posibilidades, algunos de ellos incluso sobrepasan los ámbitos locales, regionales y nacionales, llegando a tener el carácter de Paralímpicos.

4. CONCLUSIONES.

Reivindicar una escuela igualitaria y comprensiva supone educar en el respeto de las peculiaridades de cada uno y en el convencimiento de que las motivaciones, los intereses y la capacidad de aprendizaje son muy distintos entre los alumnos, debido a un complejo conjuntos de factores, tanto individuales como de origen sociocultural que interactúan entre sí.

Buscamos por tanto un sistema abierto, acogedor de la diversidad, con multiplicidad de propuestas. Este es el reto de la escuela, ser capaz de ofrecer a cada alumno/a la ayuda pedagógica que necesita, ajustando la intervención educativa a la individualidad del alumnado, es decir, una enseñanza que respete el ritmo de cada individuo y posibilite una atención diferencial a sus necesidades, desde el déficit a la sobredotación. La dificultad de esta tarea es evidente, pero es la única manera de evitar que la escolarización no solo no colabore a compensar las desigualdades sino que incluso las aumente.

Puesto que la diversidad es un hecho inherente al desarrollo humano, la educación escolar tendrá que asegurar un equilibrio entre la necesaria comprensividad del currículum y la diversidad de los alumnos.

5. APLICACIÓN DIDÁCTICA.

Véase la Aplicación Didáctica del tema anterior (Tema 21), pues está realizada de forma conjunta y global. No obstante, veremos algunos ejemplos prácticos de las distintas actividades físicas adaptadas para niños con discapacidades:

1) Organización del Esquema Corporal:

a) Indicar y poner las manos en cada una de las partes del cuerpo.

b) Con los ojos cerrados, se dirá en voz alta dónde está la mano derecha, mano izquierda, pie derecho, pie izquierdo.

c) Desde la posición de sentado, y las dos manos colocadas sobre el tórax: “llenar el pecho” y soplar. Comprobación: el pecho sube y baja.

d) Desde tendido en el suelo, el niño deberá ir adoptando las posiciones de tendido supino, tendido prono, y posición lateral, según el profesor se lo vaya indicando.

e) En la posición inicial de cuadrupedia (“a gatas”):

e.1.) Realizar desplazamientos sobre los 2 pies y una mano.

e.2.) Sobre las dos manos y un pie.

e.3.) Pie y mano del mismo lado o del lado opuesto.

2) Equilibrio:

a) El niño caminará 3 metros empujando una silla, sin caerse.

b) En posición de pie y con pies juntos, el alumno inclinará lateralmente el tronco sin mover los pies.

c) El niño debe caminar por encima de un banco sueco (luego ídem, pero hacia atrás).

d) El niño saltará 3 aros pequeños a la pata coja, sin meter los pies en ningún aro.

e) Desde la posición de cuclillas y los brazos al frente, el niño no debe caerse ante los leves “toques” de un compañero.

3) Coordinación:

a) El niño tomará objetos adecuados que estén a su alcance y los tirará libremente al suelo.

b) Imitando al profesor, el niño subirá cuatro escalones, primero con dos apoyos, y luego con uno.

c) En posición de tendido supino, cuando lo indique el profesor el niño abrirá los brazos y piernas simultáneamente.

d) El niño botará una pelota tantas veces como pueda. Primero con la mano dominante, y luego con la menos hábil.

e) El niño recorrerá un espacio durante 15 segundos dando saltos, primero con los pies juntos, y luego con un sólo pie.

4) Percepción y Orientación Espacio–Temporal:

a) Cuando lo indique el profesor, el niño se situará con respecto a una silla u otro objeto, delante, detrás, lateral.

b) Durante el transcurso de una carrera, el alumno cambiará de dirección al oír la señal sonora del profesor.

c) El alumno correrá alrededor de cuatro aros colocados en el suelo.

d) A la orden del profesor, el niño se desplazará entre laberintos construidos con cuerdas en el suelo, encontrando la salida sin volver hacia atrás, y sin pasar por encima de la cuerda.

e) El niño reproducirá con palos el dibujo de un cuadrado, en el suelo, siendo su cuerpo uno de los lados de ese cuadrado.

5) Respiración:

a) Ante objetos muy ligeros (globos), el niño soplará desplazando dicho objeto.

b) El niño, en posición de tendido supino, y con un papel colocado sobre el vientre, tomará y expulsará aire para así levantar y bajar el papel.

c) El alumno, en posición de pie, manos en la nuca, inspirará profundamente y volverá a espirar suave y lentamente por la boca, tras retener el aire unos segundos.

6) Relajación:

a) De pie, brazos caídos a lo largo del cuerpo, el niño respirará lentamente, mientras procura relajar todo el cuerpo globalmente.

b) Tendido supino, cómodo sobre una colchoneta, centrará su atención en aislarse del mundo exterior, a través de palabras con una entonación muy suave o de música relajante.

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