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Tema 6 – Capacidades físicas básicas, su evolución y factores que influyen en su desarrollo.

Esquema:

Introducción.

Capacidades físicas básicas.

Su evolución. Factores que influyen en su desarrollo.

Conclusiones.

Referencias bibliográficas y documentales.

INTRODUCCIÓN.

Siguiendo al MEC (1992) “desde el área de Educación Física se intenta educar las capacidades motrices de los alumnos. Ello supone desarrollar destrezas y habilidades instrumentales que perfeccionen y aumenten su capacidad de movimiento, profundizar en el conocimiento de la conducta motriz como organización significante del comportamiento humano y asumir actitudes, valores y normas con referencia al cuerpo y a la conducta motriz”. (DCB, 1992).

La idea fundamental que se quiere transmitir a lo largo de este tema es que si realizamos un trabajo adecuado al momento evolutivo de los alumnos y alumnas de Educación Primaria, estaremos contribuyendo a la mejora de sus capacidades físicas básicas, lo que redundará en la mejora de su salud y de su calidad de vida.

Nos encontramos ante un tema de singular importancia, ya que si realizamos un trabajo adecuado de las capacidades físicas básicas en este nivel educativo estaremos contribuyendo a que se cumplan los objetivos que el currículo prescribe para el área de Educación Física en la Educación Primaria.

Dado el carácter globalizador de la Educación Física en la Educación Primaria, con las actividades en las que trabajaremos las capacidades físicas básicas desarrollaríamos todos y cada uno de los objetivos curriculares, sin embargo el trabajo de estas capacidades incide principalmente en los siguientes objetivos (RD 1513/2006):

Objetivo nº 2:

“Apreciar la actividad física para el bienestar, manifestando una actitud responsable hacia uno mismo y las demás personas y reconociendo los efectos del ejercicio físico, de la higiene, de la alimentación y de los hábitos posturales sobre la salud.”.

Objetivo nº 3:

“Utilizar sus capacidades físicas, habilidades motrices y su conocimiento de la estructura y funcionamiento del cuerpo para adaptar el movimiento a las circunstancias y condiciones de cada situación”.

Objetivo nº 5:

“Regular y dosificar el esfuerzo, llegando a un nivel de autoexigencia acorde con sus posibilidades y la naturaleza de la tarea”.

Estos objetivos se desarrollan a través de los bloques de contenido. El desarrollo es factible a través de todos ellos, sin embargo señalamos los que inciden especialmente en este desarrollo. Estos son (RD1513/2006):

Bloque 1: El cuerpo: imagen y percepción.

Bloque 2: Habilidades motrices.

Bloque 4: Actividad física y salud.

Este tema es un pilar muy importante tanto para el desarrollo armónico, saludable y físico de nuestros alumnos, como para el conocimiento del maestro/a de Educación Física, para poder aplicar las actividades y juegos de manera equilibrada y ajustada a cada etapa, ciclo, unidad didáctica, clase y alumnado. Haciendo una relación con el contenido del tema con respecto al temario, vemos que junto con el tema 10 “Evolución de las Capacidades Motrices” y al tema 17 “Desarrollo de las Capacidades Físicas Básicas” forman el bloque de Condición Física.

2. CAPACIDADES FÍSICAS BÁSICAS.

Siguiendo a Castejón (1998) “en el tratamiento de la actividad motriz, se consideran dos aspectos básicos relativos al movimiento. Estos dos aspectos, en la mayoría de los casos no admiten separación, pero para un mejor estudio conviene separarlos.

Por un lado tendremos los aspectos cualitativos del movimiento. Estos aspectos se refieren a la habilidad motriz, básica o específica, y que requieren un buén y sólido aprendizaje para obtener sólidos resultados. En estos casos el aspecto medida es de dificil apreciación. Además hay una unión clara entre áreas cognitivas y motrices.

Los aspectos cuantitativos del movimiento son aquéllos que pueden medirse en número y tienen una influencia clara sobre los aspectos orgánicos. Dentro de los aspectos cuantitativos se encuentran la fuerza, la resistencia, la flexibilidad y la velocidad. En todos los casos se puede medir la cantidad de fuerza, resistencia, etc., ya sea en centímetros, segundos o cualquier otro tipo de medida.

A los cuatro componentes cuantitativos se les denomina Cualidades Físicas Básicas. “(Castejón, 1998).

Con el trabajo de las cualidades, o también denominadas capacidades físicas básicas, se pretende la mejora de las capacidades orgánicas, anatómicas y fisiológicas de la persona, atendiendo a las posibilidades de edad y sexo de cada individuo. No significa que el único objetivo sea la forma corporal, pues será necesario en todo momento buscar objetivos totales relativos a la actividad motriz, aunque en este tema nos centramos prioritariamente en uno de ellos.

Una vez aclarada esta cuestión, se verá a continuación el concepto que los diversos autores aportan en relación a cada capacidad física básica.

Comencemos con el concepto de resistencia. Siguiendo a Weineck (1992) la resistencia es considerada como la capacidad psíquica y física que posee un deportista para resistir a la fatiga. Menshikov y Volkov, (1990) ( en García, Navarro y Ruiz, 1996) desde un punto de vista bioquímico la resistencia se determina por la relación entre la magnitud de las reservas energéticas accesibles para la utilización y la velocidad de consumo de la energía durante la práctica deportiva. Por su parte Hahn (1988) aborda el concepto de resistencia desde el deporte, diciendo que la resistencia se entiende en el deporte como la capacidad del hombre para aguantar contra el cansancio durante esfuerzos deportivos. Álvarez del Villar (1983) la define como la aptitud, capacidad, disposición o facilidad de acción parcial o general del individuo para realizar un esfuerzo activo muscular voluntariamente durante el mayor tiempo posible sin incurrir en los efectos de la fatiga. Por último, Romero (1992) la define como una cualidad psico-física que posee el sujeto, a nivel de su organismo, capacitándolo para soportar o demorar cualquier clase de fatiga, manteniendo el esfuerzo durante el mayor tiempo posible.

Siguiendo a García, Navarro y Ruiz (1996) al definir la fuerza nos encontramos con la necesidad de distinguir entre fuerza como magnitud física y fuerza como presupuesto para la ejecución de un movimiento deportivo. Desde la perspectiva de la actividad física y el deporte, la fuerza representa la capacidad de un sujeto para vencer o soportar una resistencia. Viene dada como resultado de la contracción muscular, que se adaptará a las características de tensión que puede generar cada grupo muscular a una velocidad específica de ejecución.

Según Morehouse (en Álvarez del Villar, 1983) fuerza puede definirse como la capacidad de ejercer tensión contra una resistencia. Esta capacidad depende esencialmente de la potencia contráctil del tejido muscular. Para Hahn (1988), la fuerza es la capacidad del ser humano de superar o de actuar en contra de una resistencia exterior basándose en los procesos nerviosos y metabólicos de la musculatura. Los músculos pueden desarrollar fuerza sin modificar su longitud (comportamiento estático), acortándola (comportamiento dinámico de superación) y alargándola (comportamiento dinámico de ceder).

Refiriéndose a la velocidad desde el punto de vista deportivo, García, Navarrro y Ruiz (1996) la definen como la capacidad de un sujeto para realizar acciones motoras en un mínimo de tiempo y con el máximo de eficacia. Harre (1987) la define como la capacidad que se manifiesta por completo en aquellas acciones motrices donde el rendimiento máximo no quede limitado por el cansancio.

Según Hahn (1988) la velocidad es la capacidad del ser humano de realizar acciones motrices con máxima intensidad y dentro de las circunstancias en un tiempo mínimo; presuponiendo que la tarea sea de corta duración y de que no se presente cansancio. Arranz y Morilla (1997) la definen como la capacidad que tiene el individuo de ejecutar uno o varios movimientos en el menor tiempo posible.

Álvarez del Villar (1983) define flexibilidad como la capacidad de realizar movimientos amplios. Por flexibilidad Hahn (1988) entiende la capacidad de aprovechar las posibilidades de movimiento de las articulaciones lo más óptimamente posible. Es dependiente del tipo de articulación, de la longitud y elasticidad de los ligamentos, de la resistencia del músculo contra el cual se ha de trabajar en el estiramiento y de las partes blandas situadas alrededor de la articulación. Por su parte García, Navarro y Ruiz (1996) comentan que el vocablo flexibilidad no engloba todo el contenido que nuestro entorno profesional nos demanda. La flexibilidad nos indica únicamente, la capacidad que tiene un cuerpo para doblarse sin llegar a romperse, mientras que con el término movilidad tratamos de abarcar un concepto más amplio. La movilidad en si misma, representa la capacidad de movimiento de una articulación, e incluye los siguientes factores:

Capacidad de estiramiento de las fibras de un músculo.

Capacidad de estiramiento de los tendones que afectan a esa articulación.

Capacidad de estiramiento de los ligamentos que rodean la articulación.

Capacidad de movimiento que nos permite la constitución de las paredes articulares.

Fuerza de los músculos antagonistas que afectan al movimiento de esa articulación.

Control del reflejo y contra-reflejo miotático.

SU EVOLUCIÓN. FACTORES QUE INFLUYEN EN SU DESARROLLO.

Con relación a la edad y a las capacidades físicas, es muy importante conocer las características físicas de las niñas y niños en las edades correspondientes a la Educación Primaria, para poder emplear adecuadamente los aspectos cuantitativos del movimiento.

Castejón (1998) señala que existen diferencias ostensibles entre los niños y niñas de 6 años con los de 12, en incluso las diferencias entre sexos nos lleva a trabajar con cuidado las capacidades físicas.

En las edades de Educación primaria, las diferencias en cuanto a tiempo de trabajo a favor del trabajo cualitativo son claras, de manera que en las primeras edades debe ser prioritario (añadiendo que este trabajo cualitativo desarrolla aspectos cuantitativos del movimiento), y va disminuyendo este trabajo y aumentando el aspecto cuantitativo a medida que las niñas y niños van creciendo. Hay que resaltar que la diferenciación cuantitativa y cualitativa en las primeras edades no se produce, y en todo caso tiene que hacerse más hincapié en los aspectos cualitativos. Se ha de tener en cuenta que la maduración provoca cambios, si bien no son perceptibles en las edades correspondientes a la Educación Primaria, a partir de la pubertad son ostensibles.

En cuanto a los determinantes genéticos, todos los factores afectan al rendimiento, es decir, los aspectos anatómicos y fisiológicos son determinantes a la hora de comprobar las capacidades físicas. Veamos a continuación la evolución de cada una de las capacidades físicas básicas.

Evolución y factores que influyen en el desarrollo de la resistencia.

Castejón (1998) afirma que la resistencia evoluciona linealmente con la edad. Los niños no poseen la misma potencia aeróbica que los adultos en relación con su peso. Además, la puesta en marcha del metabolismo en el niño es menor que en el adulto, por lo que sus posibilidades son menores. Sin embargo, las adaptaciones cardiovasculares y respiratorias son iguales en niños y en niñas, por lo que las diferencias se marcarán por las proporciones físicas (talla y peso).

En muchos casos, la falta de una respuesta adecuada es debida a que la presentación de esfuerzos de este tipo no corresponde con los intereses de los niños y las niñas. Hay que tener en cuenta que el nivel de pulsaciones en los niños es más elevado, de forma que es habitual que los niños de 6 y 7 años pueden producir ratios de 160 p/m durante la actividad diaria, que suele ser intermitente.

Con relación a las diferencias entre sexos, podemos decir que hay más similitudes y que los estudios no demuestran diferencias comparativas. La igualdad es un patrón de la edad prepuberal, y las diferencias a favor de los chicos se manifiestan en la pubertad. No obstante, dependerá mucho de la actividad que se realice, ya que encontraremos una predisposición distinta entre los chicos y entre las chicas, y esta disposición será la que permita que se desarrolle la capacidad de resistencia.

Arranz y Morilla (1997) presentan la evolución de la resistencia de los ocho a los dieciocho años. Centrándonos en las edades de la Educación Primaria encontramos que entre los ocho y los doce años se experimenta un crecimiento para mantener esfuerzos moderados y continuados. Por lo tanto, en esta primera fase de la evolución deben ejercitarse los esfuerzos aeróbicos, por tratarse de un desgaste metabólico bajo. Con ello también se facilitará el paso a la pubertad con una crisis menor.

El tipo de trabajo no debe ser intenso ni prolongado, ya sea continuo o en fracciones de tiempo (5-10´ hasta un total de 20-30´). Ya que no se trata de trabajar anaeróbicamente, el trabajo fraccionado es más recomendable, permite la restauración de los fosfágenos (ATP-PC) en el transcurso de un intervalo de reposo.

La curva que representa la evolución de esta cualidad es la siguiente:

Evolución y factores que influyen en el desarrollo de la fuerza.

Siguiendo a Castejón (1998) la fuerza ha sido considerada en nuestra cultura occidental como un atributo masculino. La capacidad del músculo para generar fuerza está asociada con el concepto de rendimiento motor. La fuerza es la medida de fortaleza que puede desarrollar un determinado grupo muscular. Las diferencias no son muy pronunciadas entre los sexos, aunque podemos encontrar diferencias a favor de los chicos en determinadas acciones, pero en la adolescencia es cuando aparecen las diferencias comprobándose hasta un 50% más de fuerza en los hombres sobre las mujeres (misma estatura y peso) y en la edad adulta.

Es posible que en algunos casos, la presión social y cultura impida establecer un criterio objetivo para medir la fuerza entre las niñas y los niños. Los estudios realizados expresan una diferencia de fuerza a favor de los niños en estas edades. Por ello, en ejercicios de lanzamiento a distancia y saltos de piernas (en longitud y/o altura) las mejores puntuaciones en los test las realizan los niños. La capacidad de fuerza aumenta proporcionalmente con la edad, de manera que si la edad de 6 años logra cierta distancia, ésta será más del doble a los 12 años. En el caso del salto hacia delante con pies juntos, esa distancia se llega a doblar. En ambos casos, en términos relativos, las diferencias con la edad entre hembras y varones no existe, pero sí en términos absolutos (Cratty en Castejón, 1998).

Por su parte, Arranz y Morilla (1997) comentan que en líneas generales la fuerza se desarrolla paralelamente según es propio desarrollo corporal; o lo que es lo mismo, la fuerza se desarrolla paralelamente a la evolución de las características fisiológicas y morfológicas. De ahí la importancia de que todo planteamiento se haga según el desarrollo y grado de preparación.

Hasta los 11 años la fuerza es igual en niños y niñas. A partir de aquí es mayor en el niño que en la niña. Incremento de la fuerza que está relacionado con el desarrollo. El músculo aumenta en longitud y grosor, simplemente debido al crecimiento, manifestándose un aumento del peso corporal.

La curva que representa la evolución de esta cualidad es la siguiente:

Evolución y factores que influyen en el desarrollo de la velocidad.

Castejón (1998) toma a dos autores de referencia al hablar de las diferencias en cuanto a la velocidad en las edades de Educación Primaria.

Según Astrand y Rodahl (1977), las diferencias en la velocidad vienen dadas por las proporciones corporales y la mejora en la coordinación general, pero es a partir de la llegada de la pubertad cuando las diferencias se manifiestan.

En palabras de Cratty (1982) “ellos a menudo exceden a las mujeres en la velocidad de la carrera”. No hay duda que ese “a menudo” significa que no siempre se produce, por lo que las diferencias en este trabajo nunca deben ser significativas. Cuando llega la pubertad, esas diferencias sí se hacen más significativas en los niños.

Según Arranz y Morilla (1998:206) de los 10 a los 12 años hay un continuo incremento de la velocidad. De los 8 a los 12 años se produce un aumento del 54%. Este se debe a dos factores principalmente:

La mejora de la fuerza como consecuencia del desarrollo biológico alcanzado.

La mejora de la coordinación mecánica que facilita la fluidez de movimientos. Esta coordinación neuromuscular es debida a la maduración neurológica que determina diferencias en el proceso de la información, como factores biomecánicos. (Bueno en al. , 1992:97; citado por Arranz y Morilla 1997)

Por consiguiente, entre los 10-12 años se da el máximo desarrollo de la capacidad de aumentar la frecuencia de movimientos realizados con poca resistencia. Por lo tanto, conviene plantear un trabajo no sistematizado, según formas jugadas.

La curva que representa la evolución de esta cualidad es la siguiente:

Evolución y factores que influyen en el desarrollo de la flexibilidad.

La flexibilidad, sin embargo, es una característica que favorece a las niñas en todas las edades.

En las observaciones habituales en las clases de Educación Física, desde los 6 años y hasta el Bachillerato, los valores absolutos son favorables a las niñas en todos los casos de flexibilidad, salvo raras excepciones. En este hecho, la composición muscular y la mejora en la movilidad articular de las mujeres les permite mayores puntuaciones en los test.

Con la pubertad, la disminución de la flexibilidad en los niños y adolescentes aumenta, debido también a cambios en las proporciones corporales. En las niñas y adolescentes ocurre lo mismo, pero la disminución no es tan marcada como en los varones. (Castejón, 1998).

Romero (1992) considera que la flexibilidad es una cualidad de involución, ya que se van perdiendo valores. Es decir, el individuo nace disponiendo de una gran flexibilidad y la ejercitación no se dirige a mejorarla, cosa realmente difícil, sin que sus objetivos van encaminados a mantener unos niveles óptimos, retardando sus pérdidas progresivas provocadas por la edad, falta de ejercitación adecuada, tipos de trabajo, etc.

Desde los 10 años disminuye (en edades muy tempranas y avanzadas es perjudicial el trabajo de la flexibilidad).

Hasta los diez años se puede decir que la pérdida de flexibilidad es nula. Según una serie de investigaciones, se demostró que la flexibilidad empieza a disminuir alrededor de los 10 años.

Con la pubertad, con el desarrollo muscular es cuando se va perdiendo de manera notoria, pudiéndose retrasar esta pérdida si se ha trabajado antes, con movimientos tanto pasivos como activos que hagan recorrer todas las grandes articulaciones.

Para Hollman (en Arranz y Morilla, 1997) la edad óptima para el desarrollo de la flexibilidad está comprendida entre los 11 y los 14 años. Más tarde resulta difícil alcanzar unos resultados rápidos y claramente favorables.

Sin embargo, el empleo exagerado de los ejercicios de flexibilidad a la edad infantil pueden tener complicaciones: un aumento brusco de los valores de elongación músculo-ligamentosa podría provocar una disminución de la coordinación dinámica general.

La curva que representa la evolución de esta cualidad es la siguiente:

CONCLUSIONES.

A lo largo del desarrollo del tema, se han expuesto de una forma clara y concreta las capacidades físicas básicas, qué son a través de los conceptos que de ellas dan los distintos autores en la bibliografía especializada, cuáles son, su evolución y los factores que influyen en su desarrollo, para trabajarlas de una forma adecuada en la Educación Primaria.

Entre las conclusiones principales que sacamos del estudio y desarrollo del tema destacan:

La importancia del tema, ya que si lo desarrollamos y trabajamos con el alumnado, contribuiremos a que se cumplan los objetivos (2, 3 y 5) y contenidos (El cuerpo: habilidades y destrezas; salud corporal) que el currículo establece para esta etapa educativa.

El conocimiento por parte del docente de las capacidades físicas básicas (resistencia, fuerza, velocidad y flexibilidad), y de sus características en la Educación Primaria, aspecto fundamental a la hora de elaborar la programación de aula.

Y lo que es fundamental, todo ello desde el marco de la LOGSE: la Educación Física implica mejorar las posibilidades de acción del alumnado y propiciar la reflexión sobre la finalidad, sentido y efectos de la acción misma, siendo el objetivo que el alumno tome conciencia de la responsabilidad que tiene con su cuerpo y sus condiciones de salud, para así optar a una mejor calidad de vida.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Y DOCUMENTALES.

Por un lado exponemos las disposiciones legales:

Ley Orgánica General del Sistema Educativo (LOGSE) de 3 de Octubre de 1990.

Real Decreto 1006/1991, de 14 de junio por el que se establecen las enseñanzas mínimas correspondientes a la Educación Primaria.

Real Decreto 1344/1991, de 6 de septiembre por el que se establece el currículo de Educación Primaria.

Diseño Curricular Base (1992). Área de Educación Física. Etapa de Educación Primaria. Madrid: MEC.

Ley Orgánica de Calidad de la Educación (LOCE) de 23 de diciembre de 2002.

Por otro las publicaciones de los autores especializados en el tema:

Álvarez del Villar, C. (1983). La preparación física del fútbol basada en el atletismo. Madrid: Gymnos.

Arnold, P. J. (1991): Educación física: movimiento y currículum. Madrid: Morata.

Arranz, J.; Morilla, M. (coords.); y cols. (1997). Materiales curriculares para el profesorado de Educación Física. Sevilla: Wanceulen.

Castañer, M. y Camerino, O. (1991). La Educación Física en al Enseñanza Primaria. Barcelona: Inde.

Castejón, F. J. (1998). ” Curso de especialización en Educación Física para Educación Primaria”. Volumen 3. Módulo 4. Teoría y práctica del acondicionamiento físico. Acondicionamiento Físico. Madrid: UNED.

Castejón, F. J. (1998). ”Curso de especialización en Educación Física para Educación Primaria”. Volumen 3. Módulo 4. Teoría y práctica del acondicionamiento físico. Métodos para desarrollar la condición física. Madrid: UNED.

García, J. M.; Navarro, M.; Ruiz, J. A. (1996). Bases teóricas del entrenamiento deportivo. Principios y aplicaciones. Madrid: Gymnos.

Hahn, E. (1988). Entrenamiento con niños. Barcelona: Martínez Roca.

Harre, D. (1987). Teoría del entrenamiento deportivo. Buenos Aires: Stadium.

MEC (1992). Cajas rojas de educación primaria. Área de educación física. Madrid: MEC.

MEC. (1992). Diseño y desarrollo del currículo para el área de Educación Física. Etapa de Educación Primaria. Madrid: MEC.

Mosston, M. (1982). La enseñanza de la Educación Física. Barcelona: Paidós.

Romero, C. (1992). Acondicionamiento físico 8-18 años. Sevilla: CEDIFA. Federación Andaluza de Fútbol.

Sánchez, F. (1984). Bases para una didáctica de la Educación Física y el Deporte. Madrid: Gymnos.

Vázquez, B. (1989): “La educación física en la educación básica”. Madrid: Gymnos.

Weineck, J. (1992). Biologie du sport. Paris: Vigot.

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