Intervalo, línea melódica, frase melódica. Reconocimiento de la melodía. Tonalidad, modalidad y transporte de canciones. Armonización de canciones y obras instrumentales. Recursos didácticos para trabajar en el aula.
1. La melodía en la Educación Musical:
La melodía es uno de los aspectos fundamentales y constitutivos de la música, y por tanto, uno de los aspectos fundamentales y constitutivos de la educación musical, tanto en la etapa primaria como en cualquier otro ámbito.
Los objetivos, contenidos, propuesta de actividades, criterios de evaluación y demás elementos del proyecto educativo en cuanto a música, van encaminados al desarrollo del niño y de su percepción auditiva, su expresión musical, su interpretación de la música y, en general, su sentido musical. Y en todos estos aspectos está presente la melodía, pues la música no se hace con sonidos, sino con relaciones sonoras, y con el intervalo melódico, pues, empieza la música.
Saber discriminar auditivamente los sonidos y saber cantar son las metas más concretas de la educación musical desde el punto de vista de la percepción melódica.
La forma melódica es tributaria del ritmo que, por ser el elemento más material, tiene prioridad. Sin embargo, la melodía tiene la primacía y es por lo que se configura el elemento más característico de la música, sobre todo en los primeros niveles de la educación musical, en los que se atenderá a repertorio tradicional e infantil que procuren una adecuada base al niño para un posterior descubrimiento de otros aspectos.
La verdadera melodía parte de una emoción, de un sentimiento, no de un acto físico. La melodía puede tener numerosas fuentes de inspiración exteriores, pero la fuente real de la melodía, la fuente psicológica, se encuentra en nuestras propias emociones y sentimientos. Por tanto, el maestro debe llevar al alumno a establecer un contacto directo entre la vida musical exterior y su propia alma. Uno de los mejores modos de conocer la melodía es el estudio de los intervalos melódicos por su valor expresivo. Cada intervalo representa un tipo de afectividad, una emoción producida por las relaciones sonoras. Además, las canciones que se traten con los niños deben ser cantos populares, simples y profundos, que satisfagan al niño y con una letra clara que él entienda.
La mayoría de las melodías evolucionan dentro del límite de las escalas, que se presentan como elementos simples y naturales, frecuentemente cantadas por instinto.
En la percepción infantil, la melodía aparece al principio como un totalidad de contornos imprecisos pero con sentido. Al principio sólo los rasgos que por su carácter más atractivo o contrastante sobresalen por sus propios medios, son los discriminados por el niño. Detalles como un salto brusco en la melodía, la repetición insistente de un intervalo, etc., pueden adueñarse de una melodía, a la que imprimen un sello inconfundible.
2. Melodía y conceptos relacionados:
La melodía, en una acepción extendida y clara, es una sucesión de sonidos, de distinta duración y altura, que se ejecutan como expresión de una idea estética.
La melodía tiene dos elementos constitutivos:
§ Altura o línea melódica: son las diferentes alturas de los sonidos que forman la melodía.
§ Duración o ritmo melódico: son las distintas duraciones que de los sonidos que forman la melodía.
El tono es la diferencia de entonación que existe entre todos los sonidos naturales excepto mi-fa y si-do, donde hay un semitono (1/2 tono).
2.1 Intervalos:
El intervalo es la diferencia de entonación entre dos sonidos. Los intervalos pueden ser:
§ Armónicos, si las dos notas se emiten a la vez, o melódicos, si se suceden la una a la otra.
§ Ascendentes, si la primera nota es más grave que la segunda; o descendentes, si es más aguda.
§ Conjuntos, si las notas que lo forman son dos grados inmediatos; o disjuntos, si no son grados inmediatos.
§ Simples, si están dentro del ámbito de la octava; o compuestos, si la sobrepasan.
Los intervalos se miden según la distancia de sus notas, contando de la primera a la segunda incluyendo las dos. Así el intervalo Do3-Sol3 está a una distancia de 5ª (Do-Re-Mi-Fa-Sol). Si el intervalo lo forman dos notas del mismo nombre y sonido se le llama unísono. Aunque varios intervalos sean numéricamente iguales, la cantidad de tonos y semitonos que haya entre sus notas puede ser distinta. Así, el intervalo Do3-Sol3 es una 5ªJusta, pero si tuviéramos Do3-Sol#3, seguiría siendo una 5ª, aunque aumentada esta vez..
Por tanto los intervalos pueden ser:
§ Según su grado pueden ser: 1ª (cuando son la misma nota pero distinto sonido, p.e. Do3-Do#3, ya que con el mismo sonido tendríamos el unísono), 2ª, 3ª, 4ª, 5ª, 6ª, 7ª, 8ª, 9ª…
§ Según su especie: justos, mayores, menores, aumentados y disminuidos.
He aquí algunas nociones de clasificación de intervalos. No entraré más en el tema de la medida por ser demasiado vasto y complejo para explicarlo aquí.
La inversión de intervalos: invertir un intervalo es situar las dos notas que lo forman en posición inversa, subiendo una octava el sonido gravo, o bajando una octava el sonido agudo. Al invertirse los intervalos cambia su grado, que se obtiene de restarle el intervalo primitivo a 9, así una 2ª se convierte en 7ª; y cambia su especie, que se convierte en la opuesta, y de un intervalo mayor obtenemos uno menor, de un disminuido un aumentado, etc. Los intervalos justos son los únicos que no varían.
La escala es una sucesión ordenada de sonidos. Hay muchos tipos de escalas dependiendo de los intervalos que la conformen.
2.2 La frase melódica y su construcción:
Una frase melódica es un ciclo completo de una idea melódica integrado por ideas parciales que dan lugar a la formación de elementos cada vez más pequeños y menos independientes, y que concluye con una cadencia o punto de reposo.
En la música tradicional e infantil y en algunos períodos y formas de la música clásica, suele atender a un número predeterminado de compases, con una estructura muy clara y marcada, lo que nos ayudará en el trabajo y el análisis de las canciones con los pequeños.
Existen muchas denominaciones para señalar las secciones y subsecciones en que se divide la frase.
La frase es la estructura primera y la verdadera unidad musical que determina las funciones, la jerarquía y relaciones de sus elementos. Pero ella misma está subordinada a la unidad superior del conjunto de la composición. Su longitud es variable.
§ Célula rítmica, motivo o inciso: es la unidad más pequeña y está constituida por la reunión de notas que poseen, por lo menos, dos tiempos (fuerte y débil). El acento rítmico de una célula (ictus) debe coincidir con la parte fuerte del compás. Tiene una configuración de fácil retención en la memoria y se define por su nivel de independización: se lo puede repetir, puede aparecer sobre otro grado de la escala, etc.
§ Semifrase: es la reunión de dos o más células rítmicas representando la segunda un sentido expresivo de respuesta (grave) en relación con la primera, de pregunta (leve). La semifrase se puede constituir por repetición (exacta o a la octava), por repetición por transposición, por repetición por inversión, por repetición con variante, por células diferentes.
§ Frase: es la reunión de dos o más semifrases. Es una unidad conceptual que termina en un punto de reposo o cadencia no conclusiva. Existen muchos tipos de frases tanto regulares (formados por semifrases simétricas) como irregulares (formados por semifrases asimétricas).
§ Período: es la reunión de varias frases, casi siempre con sentido acabado, terminando la última de ellas en una cadencia conclusiva
Tipos de periodos:
♪ Binario: consta de dos frases separadas por una cadencia.
♪ Ternario: Tres frases separadas por dos cadencias.
♪ Cuadrado: cuatro frases separadas por tres cadencias.
Los periodos pueden ser regulares (si las frases son simétricas) o irregulares (si las frases son asimétricas).
3. Reconocimiento de la melodía: la percepción melódica.
El oído, como órgano musical de la audición, es el intermediario entre el mundo objetivo de las vibraciones y el mundo subjetivo de las imágenes sonoras. Por tanto, lo más importante es el oído, pues son las sensaciones auditivas lo que forma la materia del arte.
Entre los niños más pequeños habrá los que no son capaces todavía de cantar una canción, ni siquiera de repetir correctamente un solo sonido. Hay que introducirlos en la música atrayéndolos con diversos instrumentos sonoros pequeños. La curiosidad primero, el interés después, llevarán al niño a reconocer y a imitar los sonidos. Se aprovechará también la necesidad de movimiento que tiene el niño y su gusto por el ruido haciéndole ejecutar movimientos y hasta ritmos. El ritmo, el ruido y el sonido se unirán al canto para ilustrar las primeras clases..
Los niños reconocen espontáneamente diferencias de altura, intensidad y timbre sonoros, reaccionando a veces en forma ostensible frente a las variaciones bruscas dentro ce cualquiera de estas cualidades. Así, el paso de un piano a un fortísimo, puede provocar el llanto de un pequeño, mientras que el tránsito de un fuerte a un súbito pianissomo lo desconcierta y extraña, o le fascina.
Del mismo modo, la irrupción de un instrumento de timbre peculiar o desconocido para ellos, o de registro muy grave como la tuba, puede provocar risas, así como los pasajes ejecutados por instrumentos de registro agudo (flautines…) o de timbre cristalino (arpa, xilófono…) suelen llenarles de gozo y es frecuente que se identifiquen con ellos.
Mediante la educación musical esta percepción se afinará en búsqueda de apreciar las variaciones y los detalles sonoros más sutiles. Actividades sensoriales básicas que se desarrollarán desde la educación infantil, discriminando y representando con movimientos corporales percusiones, sonidos graves y agudos, fuertes y suaves, voces y timbres de los instrumentos.
La educación musical permitirá reconocer y diferencias diferentes líneas melódicas, que será más fácil si la línea melódica es:
§ característica y atrayente, con frases cortas bien diferenciadas entre sí;
§ fáciles de entonar y pegadizas;
§ con ritmos precisos y acentos claros;
§ con una extensión de quinta o sexta.
§ Sin cambios de tonalidad.
Estas son características del repertorio de canciones que usaremos con los pequeños para su discriminación y aprendizaje, pero no siempre nos encontraremos con ellas cuando hagamos una audición:
♪ La melodía puede estar acompañada y su reconocimiento estará en función de si el acompañamiento es extraño o no a la frase melódica.
♪ La polifonía puede presentar tipos de frases melódicas más complejas donde a veces su continuidad resulta de la superposición en contratiempo de las frases melódicas, en que los acentos y las pausas solo coinciden al final del periodo para formar una cadencia armónica. Las grandes divisiones de la fuga son de ello notables ejemplos.
♪ En la música orquestal la combinación de los timbres multiplica aun las redes de las relaciones internas, que se canalizan de alguna manera para formar la textura concreta de la frase.
♪ Una sucesión de acordes es lo que se llama melodía de acordes, que forman una complicada trama en la que es imposible discriminar una línea melódica.
4. Tonalidad, modalidad y transporte de canciones.
4.1 Tonalidad y modalidad:
La tonalidad es la organización de la música alrededor de una determinada nota, llamada tónica, que sirve centro y guía principal y atrae a las demás, como la gravedad.
La “lealtad a la tónica” nos la inculca la mayor parte de la música que oímos. Es la fuerza unificadora de la escala.
Cada tonalidad toma el nombre de la nota que ejerce función de tónica. Cualquier sonido es válido para ser tónica, y son las notas restantes las que se disponen de forma que le permitan a la tónica desempeñar su papel.
La escala diatónica es la escala de siete sonidos en la que cada nota figura una sola vez, con o sin alteración, y sus grados o notas se suceden por tonos y semitonos diatónicos.
La modalidad es el carácter que tienen las escalas diatónicas según sus disposición de tonos y semitonos. Las escalas diatónicas pueden ser:
§ Mayores: sus notas están a distancia de tono excepto los intervalos entre los grados III y IV; y VII y VIII, que están a distancia de medio tono.
§ Menores: sus notas están a distancia de tono excepto los intervalos entre los grados II y III; y V y VI, que están a distancia de medio tono.
Se usan como modelos de las escalas de Do Mayor y La menor, por ser las dos únicas que se componen sin alteraciones.
Si, partiendo de cualquier tónica, una escala tiene una estructura interna en el reparto de tonos y semitonos igual a la modelo de Do Mayor, tendremos una escala mayor. Si es igual a la modelo La menor, la escala será menor.
De cada escala diatónica obtenemos una tonalidad. Así, de la escala de Do Mayor tenemos la tonalidad de Do Mayor, que se compondrá, principalmente, con las notas que forman la escala y se dispondrán de modo que el Do ejerza su hegemonía en la composición.
Las alteraciones que posea la escala diatónica correspondiente a la tonalidad, serán las alteraciones que conformen la armadura de la tonalidad.
Las tonalidades se agrupan por pares atendiendo a las notas que las componen. Así, Do Mayor y La menor están emparentadas entre sí porque se componen por los mismos sonidos, aunque agrupados de diferente modo. Así nos encontramos a Re Mayor y Si menor, Fa Mayor y Re menor, etc. Entre estos pares siempre existe una distancia de 3ª menor descendente.
4.2 Transporte de canciones:
Transportar es escribir o interpretar una obra musical en una tonalidad más grave o más aguda que la original, sin que varíe su estructura melódica.
La trasposición de una composición hace posible que una voz o instrumento la puedan ejecutar, aunque la tesitura original se lo impida.
El transporte puede ser mental o escrito. Existen unas leyes fáciles de cumplir para la realización del transporte, que será más fácil escrito que mental, por la rapidez en que se desarrolla el proceso musical.
La misión del transporte es modificar la tonalidad (que no la modalidad) para hacer más grave o más aguda la melodía
Para realizarlo, a la tónica original se le sube o baja el intervalo a transportar y el resultado es la nueva tónica, de la que deduciremos la nueva tonalidad.
Al realizar el transporte hay alteraciones accidentales que sufren modificación . la diferencia entre la tonalidad original y la resultante da lugar a la llamada teoría de las diferencias:
§ Se producen diferencias ascendentes cuando pasamos de una tonalidad de bb a b, de b a 0, de 0 a # y de # a X.
§ Se producen diferencias descendentes cuando pasamos de una tonalidad de X a #, de # a 0, de 0 a b, de b a bb.
§ El número de diferencias se obtiene, si pasamos de bemoles a sostenidos, o viceversa, sumando las alteraciones de las dos armaduras. Si las tonalidades original y resultante tienen bemoles ambas o sostenidos ambas, se restarán el número de alteraciones.
§ Los sonidos afectados son, si las diferencias son ascendentes, los que alcance contando las diferencias obtenidas en el orden de los sostenidos. Si son descendentes, será contando las diferencias obtenidas en el orden de los bemoles.
5. Armonización de canciones y obras instrumentales.
Armonizar es componer los acordes (armonía) que van a acompañar a una melodía.
Desde el punto de vista escolar hemos de tener en cuanta a qué niños va dirigido un determinado trabajo, puesto que de eso dependerá, tanto su estructura como su dificultad. Si bien a este respecto lo primero que hay que decir es que una armonización de una obra, demasiado recargada y alejada del buen gusto, lejos de cubrir ningún objetivo pedagógico, contribuirá sólo a fomentar el desencanto y la vulgaridad entre nuestros alumnos.
Los acordes que más usaremos en nuestras armonizaciones, especialmente con los alumnos más pequeños, aunque con todos en general, son los basados en los grados tonales de la escala (I, IV y V), aunque no se eliminarán acordes de otros grados. Las reglas a usar son las mismas y básicas de la armonía tradicional: evitar quintas paralelas, evitar disonancias, usar preferentemente movimientos fuertes y medio que débiles, etc.
Para nuestro trabajo en el aula tenemos varios tipos de armonizaciones:
5.1 Armonización de una canción a voces solas:
· Armonización con bajos:
Es uno de los primeros trabajos que se puede hacer con los alumnos. Consiste en la colocación de los bajos correspondientes a melodías sencillas del repertorio infantil, utilizando la nota fundamental del acorde que usemos. Tendremos así dos líneas melódicas, la melodía principal y el acompañamiento de bajos.
Dichos bajos pueden materializarse también en la tercera del acorde, usándola como de paso para llegar a otra nota más estable, y cuando esta no esté ocupada por la melodía principal.
· Armonización por terceras:
Hay melodías que parecen haber sido compuestas para ser cantadas en terceras: basta con tomar con exactitud la nota de partida para continuar con éxito hasta el final, imitando fielmente por abajo la voz principal.
Completando la segunda voz de tercera por abajo con los bajos fundamentales que hemos visto antes, obtendremos sencillas versiones a tres voces que permitan a los alumnos familiarizarse con los rudimentos de la armonía, al mismo tiempo que realizan un trabajo musical mucho más completo.
· Armonización por arpegios:
Resulta bastante complicada por la dificultad de afinar los saltos de los arpegios de la segunda voz, aunque si se consigue es muy beneficiosa para captar la unidad del acorde. Además, suele resultar muy repetitiva, aunque otorga al producto final un carácter activo y dinámico si se consigue.
5.2 Acompañamiento instrumental.
Además de lo ya expuesto sobre sencillez y elegancia, y el uso de los acordes fundamentales (I, IV y V), se cuidará lo siguiente:
§ Se tratará que los timbres de los instrumentos elegidos sean los más adecuados a la canción, y la naturaleza en sí de los instrumentos, la más adecuada al nivel musical de los alumnos.
§ Los acordes se desplegarán entre los instrumentos elegidos, adjudicando siempre la fundamental al instrumento más grave.
§ Evitaremos doblar la voz cantada con otros instrumentos, que se limitarán a sostener armónicamente la melodía.
§ A melodía o pasaje más recargado, corresponderán menos notas de instrumentación, la cual puede intensificarse en momentos de descanso de ésta.
Todo esto se observará a lo largo de todas las harmonizaciones que realicemos, y siempre y cuando no se pretenda algún efecto especial, en algún momento determinado de la melodía, en el que se requiera romper alguna de estas normas para darle ese cariz al pasaje.
En el caso de querer armonizar obras instrumentales para la educación primaria, por la complejidad de estas, tendremos que utilizar todos los grados de la tonalidad. El proceso será algo parecido al que usaremos con las canciones, pero poniendo especial cuidado por la complejidad de grados a usar y de sonidos a ejecutar. Determinaremos en primer lugar la melodía principal, con sus acordes, y seguiremos después el proceso normal. Se tratará de evitar la modulación, o modular a una tonalidad vecina, si es que evitarla fuera imposible.
6. Recursos didácticos para trabajar en el aula.
Saber discriminar auditivamente los sonidos y saber cantar son las metas más concretas de la educación musical desde el punto de vista de la percepción melódica.
Para ello existen numerosos recursos didácticos, destacando entre todos ellos las canciones
6.1 Canciones.
La canción es el recurso más asequible en el aprendizaje musical del niño. En ella se encuentran dos de los elementos de la música, el ritmo y la melodía, y es susceptible de ser acompañada por un instrumento armónico o por conjunto instrumental.
A partir de la canción podemos realizar un número importante de actividades relacionadas con los diversos aspectos que componen la Educación Musical en primaria. Refiriéndonos más concretamente a la melodía, nos encontramos que una canción nos puede servir como ejercicio rítmico-melódico para la práctica interválica. Además, una misma canción puede ser base para una obra coral, puede ser adaptada para una banda rítmica, o simplemente acompañada por el profesor con un instrumentos polifónico; practicando en todos los casos la percepción y expresión melódica.
Naturalmente, y por el cuidado que exige una correcta emisión vocal, la canción puede ser también un interesante ejercicio de técnica vocal usando la línea melódica.
Como vemos la canción contribuye a desarrollar el sentido melódico en los niños en todos sus aspectos, aplicando directamente los progresos obtenidos sobre el material de estudio, ya que la canción es a su vez un recurso didáctico y el modo por excelencia de manifestar los progresos.
Las canciones (y cualquier otra melodía) se cantarán con expresión, sin acentuar con el cuerpo y cuidando la calidad del sonido. El profesor propondrá las canciones cantándolas suavemente de manera que puedan ser escuchadas por los niños y se establecerá un juego de escuchar y repetir, dirigido por el profesor, hasta que se aprenda la nueva melodía o canción.
6.2 Canciones de intervalo.
Se llaman canciones de intervalo a las que empiezan con un salto melódico característico. Así, y una vez que estas canciones se han fijado en la memoria, no habrá más que recurrir a ellas (o mejor dicho a sus comienzos) para reproducir el intervalo requrido.
Son, según Willems (“Las Bases Psicológicas de la Educación Musical”, 1979), especialmente interesantes las que comienzan con intervalos de tercera, quinta, sexta y séptima. Se pueden señalar interesantes intervalos tanto en canciones populares e infantiles como en las obras musicales. Corresponde al profesor ayudar al alumno a sentir los intervalos y a tomar conciencia de ellos.
6.3 Los dictados melódicos:
Tienen como objeto reconocer los esquemas melódicos reproducidos. Pasos a seguir:
- Antes de compensar se marcará claramente el tempo.
- Se entonará la nota de comienzo, primero con su nombre y después con una sílaba sonora.
- Inicialmente las fórmulas constarán solo de dos compases, que posteriormente pueden ampliarse, pero siempre proponiéndose en fragmentos de dos compases.
- Se repetirá cada fórmula más de una vez.
- Se dibujarán primero en grafía significativa no convencional y posteriormente se irá haciendo la metamorfosis hacia los símbolos convencionales.
- La evaluación se hará sugiriendo que varios niños escriban en la pizarra lo que escucharon, entonando lo que escribieron, que es lo que escucharon. Finalmente el profesor escribirá la fórmula correcta y se entonará por parte de todo el grupo.
6.4. La improvisación melódica.
Citando a Willems: “Todo alumno, desde el comienzo hasta el final de sus estudios, para estar en la línea musical natural debería practicar un mínimo de improvisación”.
En la improvisación una cierta intuición de la unicidad de la música favorece la fusión de los diversos elementos rítmicos, sensoriales, melódicos y armónicos. Aunque se puede sentir esa unicidad escuchando obras maestras, hay en la improvisación un elemento personal de vida interior, de creación, de apertura de alma a una inspiración auténtica a la que nada puede reemplazar.
La improvisación explora las estructuras musicales y organiza el pensamiento sonoro. Es el lenguaje hablado de la música.
El niño pequeño está inmerso en el mundo del juego, le gusta que le cuenten historias y contarlas a su vez él mismo y se crea un mundo de imágenes interiores. Apoyándonos en este placer del juego y de las historietas, la improvisación trata de ayudarle a crear un mundo de imágenes sonoras, a través de gesto o tanteos vocales e impulsos rítmicos y motores. Esto le conducirá a escuchar, producir y expresar su afecto.
La improvisación será utilizada como desarrollo de la creatividad y como motor para tomar conciencia e interesar al niño por el lenguaje musical.
Algunas sugerencias para el desarrollo de a creatividad e improvisación son:
- Disponer de tiempo libra para cada alumno o grupos pequeños.
- Realizar breves improvisaciones en pequeños grupos con instrumentación Orff sobre premisas dadas (escala determinada, ritmo específico, etc.)
- Estimular a los alumnos a recrear una canción sobre un esquema musical dado, unos ciertos intervalos, ritmo y tempo predeterminado.
- Estimularles a experimentar con nuevos instrumentos no familiares al alumno.
- Hacerles oír la gran variedad de registros de sonidos de la naturaleza que nos ofrecen diferentes grabaciones musicales.
- Invitar a los estudiantes a imaginar y describir una composición en la que les gustaría utilizar todos los sonidos que les rodean, y posteriormente invitar a crearla.
- Animar a los alumnos a realizar arreglos musicales de canciones, improvisar a solas, realizar un discanto con otro, añadir una introducción, interludio o coda a una canción
Los distintos niveles y actividades de improvisación que se han descrito será aplicadas según la edad y la habilidad e interés de los alumnos, a discreción del profesor. Además, el alumno debe ser el juez de su propia experimentación evaluándose a sí mismo, no coartando el profesor estos primeros atisbos de improvisación.