INTRODUCCIÓN.
1. LA DRAMATIZACIÓN COMO JUEGO MUSICAL COORDINADOR DE LOS DISTINTOS TIPOS DE EXPRESIÓN.
1.1. La dramatización.
1.1.1. Concepto de dramatización.
1.1.2. Elementos dramáticos.
1.2. La práctica dramática.
1.3. La expresión dramática como juego.
1.4. El profesor.
1.5. La dramatización como juego musical coordinador de los distintos tipos de expresión.
2. DRAMATIZACIÓN DE CANCIONES INFANTILES Y POPULARES.
2.1. Consideraciones generales.
2.2. Recursos dramáticos.
2.3. Dramatización de canciones infantiles y populares.
3. CRITERIOS PARA LA SELECCIÓN DE CANCIONES DRAMATIZABLES.
3.1. Repertorio de canciones dramatizables.
4. PARTICIPACIÓN E IMPROVISACIÓN INSTRUMENTAL EN LA DRAMATIZACIÓN.
4.1. Improvisación instrumental melódica.
4.2. Improvisación instrumental rítmica.
INTRODUCCIÓN.
La dramatización es una actividad en la que aparecen distintos tipos de expresión, se cultiva la palabra, el gesto, la música y el movimiento. Los OBJETIVOS generales serán los siguientes:
– Desarrollar la expresión en sus más variadas formas.
– Potenciar la creatividad.
– Favorecer la comunicación.
La Expresión Dramática en la normativa que desarrolla la LOGSE.
La Reforma nace como consecuencia de mejorar los fallos del anterior Sistema educativo; si no alcanza de lleno a la Escuela, se quedará sólo en una utopía.
La práctica dramática no tiene una programación temporalizada con actividades secuenciadas en la enseñanza escolar, pero precisamente la Reforma propicia la libertad de programación para romper con programas caducos, y es por lo que la dramatización puede utilizarse como un instrumento valioso.
En el Decreto 105/1992 (C. A. A.), se considera la Dramatización como una de las formas de expresión y representación con la que se cuenta para comunicar la realidad exterior e interior.
En el BOJA nº 56 (20/6/92) se dice:
<<También la Dramatización ha de ser objeto de estudio preferentemente de la Educación Primaria. Se trata de una forma de representación que utiliza el cuerpo, la voz y el espacio y el tiempo escénico para expresar y comunicar ideas, sentimientos y vivencias. Los diferentes elementos que la componen reciben también tratamiento educativo desde otras áreas, en particular de la Ed. Física, que contribuye al dominio progresivo de los aspecto motores y de expresión corporal. Se vincula , en cambio, al área de la Ed. Artística, la adopción de roles o papeles de representación e interpretación de sucesos y de personajes. Se le atribuye también la dimensión estética y la integración en ella de los diferentes recursos y resortes expresivos.
Desde pequeños, los niños/as participan en situaciones en las que se escenifican y recrean personajes y formas de vidas habituales. El juego infantil tradicional es un juego en el que simbólicamente se adoptan formas y pautas de comportamiento diferente de las propias, estilos de conductas y valores diversos de las que habitualmente rige la vida de los niños/as en su comportamiento cotidiano. En el Área de Ed. artística y en lo tocante al ámbito de la dramatización, se trata de enriquecer los recursos expresivos y representativos que el niño posee: voz, disfraz, gesto dramático, movimiento corporal, procurándole medios para sistematizarlos y usarlos en la adopción de otros roles, ampliando así el campo de que dispone para comunicar a los demás un mensaje o un “efecto” determinado. De esta forma el alumnado toma progresiva conciencia de sus posibilidades y las canalizan al servicio de expresar y representar para otras personas y, en cierto modo, para sí mismos.
Las realizaciones dramáticas tienen mucho en común con otras posibilidades expresivas, con las que se complementan y enriquecen mutuamente: la música, la plástica, el tratamiento expresivo de la imagen… La percepción y realización del comportamiento dramático en la creación escénica supone utilizar muchas de las capacidades y destrezas que el alumnado posee, y que han podido ser adquiridas en otras áreas de: Lengua y Literatura, de Ed. Física, de Conocimiento del Medio, así como en otros campos del Área de Ed. artística.
En la dramatización ha de ponerse el acento en el conjunto de la integración de los diferentes elementos. Por su carácter eminentemente globalizador, la dramatización utiliza, de forma interrelacionada, contenidos contemplados en otras áreas y en otros campos artísticos. En ella se conjuga el lenguaje y la comunicación verbal, a través de movimientos, gestos corporales y expresiones faciales. La dramatización también puede realizarse a través de sustitutos simbólicos de las personas humanas, como son el “guiñol” o las marionetas. A través de estos sustitutos, los niños/as pueden, ya identificarse, ya distanciarse de los roles y de los acontecimientos escenificados.
La escenificación, tanto con el propio cuerpo, como a través de sustitutos simbólicos, puede llevarse a cabo con sujeción o no, a un texto o a un guión previo. Muchas de las propuestas y posibilidades de expresión dramática parten de elementos ya conocidos: textos dramáticos, argumentos o guiones para representarse individualmente o en grupo. Entre los contenidos de la dramatización en esta etapa, ha de estar el desarrollo de la capacidad para desempeñar otros papeles, representando, expresando y explotando a través de ellos posibilidades del propio der. Todo esto puede hacerse de forma específica, a través del juego dramático, la pieza teatral, el mimo, pero, ante todo, en el llamado “juego de roles”, donde sobre una pauta sumamente genérica y sin un texto previamente definido, los individuos desarrollan espontáneamente una escena, en la que cada cual desempeña un papel y trata de sujetarse al argumento general de la situación simulada. También puede hacerse en la representación sujeta a un texto, como ocurre en la interpretación de breves escenas teatrales, tomadas de la Literatura Infantil o elaboradas de l todo o en parte por los propios niños y niñas.
1. LA DRAMATIZACIÓN COMO JUEGO MUSICAL COORDINADOR DE LOS DISTINTOS TIPOS DE EXPRESIÓN.
Podríamos considerar la dramatización como un juego de comunicación donde lo que se pretende es estimular la comunicación entre los alumnos e intentar romper la unidireccionalidad de la comunicación verbal en el grupo en la que normalmente se establecen unos papeles muy determinados.
Se intenta favorecer la escucha activa y la comunicación verbal y por otra parte, estimular la comunicación no verbal (expresión gestual, contacto físico, mirada,..), para establecer nuevas posibilidades de comunicación.
La dramatización ofrece para ello un nuevo espacio para distintos canales de expresión de sentimientos hacia el otro y la relación en el grupo. Se favorece unas relaciones más cercanas y abiertas.
La dramatización es un medio de gran eficacia para desarrollar en el niño la creatividad, memoria, imaginación, improvisación, psicología del gesto, espíritu de colaboración etc. y es una poderosa ayuda para la educación de la voz, vencimiento de la timidez y formación de la sensibilidad pudiéndosela considerar además como excelente disciplina del ocio.
La dramatización es una forma de representación que utiliza el cuerpo, la voz, el espacio y el tiempo escénico para expresar y comunicar ideas, sentimientos y vivencias. Los diferentes elementos que la componen reciben también tratamiento educativo desde otras áreas en particular desde el área de educación física, que contribuye al dominio progresivo de los aspectos motores y de expresión corporal. Se vincula en cambio, al área de educación artística la adopción de papeles de representación e interpretación de sucesos y de personajes. Se le atribuye también la dimensión estética y la integración de los diferentes recursos expresivos.
Desde pequeños, los niños/as participan en situaciones que escenifican y recrean personajes y formas de vida habituales. El juego infantil tradicional de jugar a papás y mamás, a tiendas, a médicos, etc. es un juego simbólico en el que se adoptan formas y pautas de comportamiento diferentes de las propias.
En el área de educación artística y respecto al ámbito de la dramatización, se trata de enriquecer los recursos expresivos y representativos que el niño posee: voz disfraz, gesto dramático, movimiento corporal, procurándoles medios para sistematizarlos y usarlos en la adopción de otros papeles, ampliando así el campo de que disponen para comunicar a los demás un mensaje determinado. De ese modo el alumno/a toma progresiva conciencia de sus posibilidades para expresar y representar para otros.
Las realizaciones dramáticas tiene mucho en común con otras posibilidades expresivas con las que se complementa y enriquece mutuamente: la música, la plástica, el tratamiento expresivo de la imagen. Asimismo la percepción y realización del comportamiento dramático en la creación escénica supone utilizar muchas de las capacidades y destrezas que el alumno posee y que han podido ser adquiridas en otras áreas.
En este ámbito de la dramatización se pondrá el acento en el conjunto de la integración de los diferentes elementos. Por su carácter eminentemente global, la dramatización utiliza. De forma interrrelacionada, contenidos contemplados en otras áreas y otros ámbitos del campo artístico. En ella se conjuga el lenguaje y la comunicación verbal con la expresión y comunicación no verbal, a través de movimientos, gestos corporales y expresiones faciales. La dramatización también puede realizarse a través de sustitutos simbólicos de la persona humana (guiñol o marionetas) con los que los niños y niñas pueden bien identificarse, bien distanciarse de los papeles y de los acontecimientos escenificados.
Tanto la escenificación como el propio cuerpo, como a través de sustitutos simbólicos, puede llevarse a cabo sujetándose o no a un léxico o guión previo. Muchas de las propuestas y posibilidades de las propuestas y posibilidades de expresión dramática parten de elementos ya conocidos: una palabra, una canción, una vivencia, o de propuestas específicas para ese fin: textos dramáticos, guiones individuales o grupales.
Entre los contenidos de la dramatización en esta etapa ha de estar la dramatización de la capacidad para desarrollar otros papeles, representando, expresando y explorando a través de ellos posibilidades del propio ser.
Todo esto puede hacerse de forma específica a través del juego dramático, la pieza teatral, el mimo, pero ante todo el juego de roles, donde sobre una pauta sumamente genérica, y sin un texto previamente definido los individuos desarrollan espontáneamente una escena, en la que cada cual desempeña un papel y trata de sujetarse al argumento general de la situación simulada. También puede hacerse la representación sujeta a un texto, como ocurre en la interpretación de breves escenas teatrales tomadas de la literatura infantil o elaboradas por los propios niños/as total o parcialmente.
Los contenidos que darán soporte al dominio del lenguaje corporal y al conocimiento del juego dramático deben ir progresando paulatinamente a lo largo de la etapa de la educación primaria. Es obvio también que la sensibilización y las bases motrices iniciales habrán iniciado su andadura en la escuela infantil y que continuarán a lo largo de la etapa de educación secundaria.
Entendemos por lo tanto, que nos hallamos inmersos en un proceso cuyo desarrollo es necesario organizar y ayudar a llevar a cabo. Los criterios en torno a los que se vértebra dicho proceso son el movimiento corporal expresivo y el evolutivo. Ambos van muy unidos, pues el primero deberá ir ampliándose y aumentando en complejidad al tiempo que los alumnos/as van evolucionando globalmente en su maduración corporal y motriz.
a) En el PRIMER CICLO destacarán todas las referencias básicas a la expresión corporal, el juego y la danza, asimismo los inicios del control respiratorio como soplar, inspirar…, en relación o con independencia de la relajación (tensión, distensión…) serán la bese del movimiento expresivo que permitirá la imitación y creación de personajes.
Mención especial requieren en este ciclo los conceptos que hacen referencia a la propia orientación espacial, a la direccionalidad corporal y a las trayectorias que marcan las distintas posibilidades de desplazamiento en el espacio de forma aislada y/o combinada.
La percepción sensorial y la exploración del propio ritmo hallarán en este ciclo su plena expansión. Será asimismo, el momento de iniciarse en el dominio de técnicas dramáticas como títeres, marionetas, sombras chinas,…
b) En el SEGUNDO CICLO destacarán la toma de conciencia de las posibilidades corporales como forma de relación y las combinaciones rítmicas que permitirán la expresión de movimientos espontáneos en una búsqueda de la armonía corporal, al tiempo que facilitarán los juegos de mímica y de dramatización en general.
Se continuará profundizando en la interiorización del ritmo respiratorio y en las posibilidades ofrecidas por este.
Toma especial relevancia en este ciclo el trabajo del control postural, ya que es en estas edades cuando los niños toman conciencia de la propia posturas y de las modificaciones que esta puede sufrir. Nuevamente la escenificación de pequeñas obras puede constituir un apoyo esencial para lograr los propósitos. Los objetos continuarán jugando un importante papel en el desarrollo de la creatividad espontánea, y ayudarán a la estructuración espacio-temporal y a la adaptación y dominio del espacio escénico.
c) En el TERCER CICLO la transformación corporal, en conjunción con todos los elementos posturales adquiridos, y con el dominio del movimiento, será la base del proceso expresivo que debe fomentarse para mantener su desarrollo de una forma progresiva.
Los juegos en sus distintas formas, las danzas y la interpretación de obras teatrales constituirán la culminación de la educación artística considerada desde su perspectiva corporal, y la base a partir de la cual se proseguirá en la educación secundaria.
1.1. La dramatización.
1.1.1. Concepto.
Se entiende por dramatización la conversión en materias dramáticas de todo aquello que de por sí no lo es en su origen.
El drama en su concepción inicial significaba acción. El drama era un género opuesto a la tragedia y a la comedia. Se puede decir que el drama responde a una de las exigencias permanentes del teatro, representar una acción sin limitarla, pasando a lo largo de la historia por distintos géneros: drama satírico, litúrgico, musical,…
Desde antiguo, el hombre se transformaba, cambiaba de personalidad y le era permitido reproducir aquellas situaciones que le producían placer. Para el alumnado esta perspectiva representa un reto o desafío, es decir romper con la vida cotidiana y transportarse a otra dimensión va a producir un desarrollo del sentido artístico, creando o recreando situaciones que le satisface.
Esta actividad escolar, toma pues ese nombre de uno de los aspectos del teatro, es decir, fundamentalmente el drama es un espectáculo con público, pero en la escuela ese requisito no se da y ocurre que objetos, hechos, personajes,…, van a representar otro papel que convencionalmente no poseen.
Los niños/as juegan a reproducir acciones con total espontaneidad, repartiendo papeles y creando un espacio dramático sin saberlo, tienen gran facilidad para crear objetos, personajes y situaciones.
Dramatizar es dar forma y condiciones dramáticas. Exagerar un suceso o situación con el fin de interesar y conmover.
La dramatización es la acción y el efecto de dramatizar.
En definitiva, el concepto escolar de dramatización es dar una estructura teatral a algo que en un principio no la tiene, utilizando técnicas teatrales pero con un objetivo lúdico o pedagógica didáctico sin tener en cuenta el resultado final, aunque sí se valorará la improvisación y la imaginación creadora, porque se adentra en el campo de la libre expresión.
1.1.2. Elementos dramáticos.
Los elementos básicos del drama son:
– Personajes.
– Conflictos.
– Espacio.
– Tiempo.
– Argumento.
– Tema.
Los PERSONAJES son los que hacen posible que la acción vuelva a realizarse.
El CONFLICTO surge de la relación que se establece entre los personajes (cariño, ayuda, odio, venganza,…). Puede haber más de un conflicto, y a lo largo de la obra evolucionar dando nuevos matices. También puede darse el caso de que un personaje entre en conflicto consigo mismo.
El ESPACIO es aquel donde se reproduce la acción, pudiendo llegar a imaginarse el espacio real donde ocurrieron los hechos.
EL TIEMPO es la época donde hay que reproducir el drama, y no la duración del tiempo de la acción.
EL ARGUMENTO es el conjunto de elementos que forman toda la historia dramática.
EL TEMA es el significado último del argumento.
1.2. La práctica dramática.
La dramatización debe ejercitarse sin desligarla del juego, de los elementos psicomotrices, etc…; es decir, “es un recurso que se debe utilizar en la escuela para desarrollar la creatividad y la expresión”.
Su práctica continuada va modelando lentamente la sensibilidad y aporta nuevos conocimientos. En el 1 ciclo la educación es casi de manera exclusiva sensorial, ya en el 2 ciclo aporta nuevas posibilidades y descubrimientos de manera elemental a través de la repetición y la transmisión de sensaciones, para el 3 ciclo ser capaz de interpretar y analizar por sí mismo.
Si tenemos en cuenta que estamos inmersos en un proceso donde es necesaria la organización y secuenciación de contenidos en paulatino progreso, se irá ampliando y aumentando la complejidad según la evolución global de la maduración motriz y del cuerpo, así la programación de las actividades va a depender de las disparidades que encontremos en el alumnado, por tanto las necesidades van a imponer la marcha de ellas y no hay que hacer un cuestionario cerrado que cumplir.
En esta materia los objetivos fundamentales deben marcar el realizar y descubrir, más que el aprender.
1.3.- La expresión dramática como juego.
El juego infantil es una forma elemental de expresión, entendiendo ésta como una manifestación interna donde va a utilizar la imaginación. El alumnado debe aprender a expresar todo lo que lleva dentro, debe resultarle agradable, debe sentirla como una manifestación útil y que le merezca la pena realizar.
La expresión dramática estará basada en el juego. Este provoca un ambiente de “desorden” que los adultos consideran perturbador al igual que algunos educadores, además del temor que produce la visión crítica que el alumnado pueda desarrollar; la dramatización es un instrumento pedagógico con excelentes posibilidades educativas en este sentido.
Con el juego el alumnado va a aprender a relacionarse, aprende a socializarse actuando en una colectividad. El desarrollo lúdico de la actividad facilitará la maduración psicológica provocando un dominio de sí y control de su interacción con su entorno.
Los juegos que conciernen a los sentidos, la respiración, la relajación, la localización en el espacio y en el tiempo, están fundamentados en la percepción, la expresión y el dominio motor por lo que son muy apropiados para la educación infantil y primaria. Aquellos que ya aportan una reflexión, son los que se aplicarán más tarde.
1.4.- El profesor.
El educador debe tener en su interior la voluntad de participar junto a sus educandos en el juego, complacer en moverse y gesticular. La formación del profesor empezará en el momento que practica, observa, confecciona fichas,…
La experiencia dramática será más fácil de realizar cuando exista una buena comunicación entre el educador y el grupo.
Toda experimentación debe ofrecer “un mejorar” la calidad y creatividad en la enseñanza, así la dramatización será una alternativa que por sus características mejorará la formación del alumnado.
Por parte del profesor sería necesario hacer un fichero de juegos lo más completo posible para aplicar según las circunstancias y las necesidades.
En las fichas se describirán el juego, su realización y aplicación, el material que se necesita y los objetivos que cubren. Además se dejará un apartado para observaciones, donde se anotará todo aquello que vaya surgiendo y sea necesario para aclarar o rectificar.
1.5.- La dramatización como juego musical coordinador de los distintos tipos de expresión.
El análisis de la dramatización integra:
– La expresión lingüística que recoge las manifestaciones que tienen como base la palabra (efectos sonoros expresivos, interpretación que produce un sentimiento afectivo,…). Es un medio importantísimo de expresión y comunicación clave para el desarrollo integral.
– La expresión corporal que recoge las manifestaciones gestuales y que conduce a un desarrollo normal psicomotriz.
– La expresión plástica que recoge las manifestaciones artísticas y técnicas de las posturas físicas del cuerpo.
– La expresión rítmica-musical que recoge las manifestaciones que emplean el movimiento y sonidos reglados.
Considerando estos distintos recursos expresivos, cabe descubrir que existen infinidad de posibilidades educativas y que es necesario empezar a usarlas desde muy temprana edad.
Los instrumentos naturales: palmas, pies, rodillas, muslos, pitos, al igual que la utilización de los objetos del entorno o el canto a boca cerrada, silbidos, o tarareos, son recursos que nos van a ayudar en nuestra labor.
Es importante no encasillar las actividades en este o aquel tipo de expresión, sino que pueden estar interrelacionadas y cubrir objetivos básicos de varias a la vez.
Como principio a tener en cuenta será no cortar nunca la espontaneidad que pueda surgir sino potenciarla; partir de todo aquello que motive y utilizar una metodología global sin olvidar el aspecto lúdico de toda actividad.
2. DRAMATIZACIÓN DE CANCIONES INFANTILES Y POPULARES.
2.1.- Consideraciones generales.
Teniendo en cuenta las posibilidades que ofrece la dramatización, podríamos completar los ejercicios expresivos musicales desde los siguientes puntos de vista:
a) Expresión rítmico musical: la canción se dramatizará respetando íntegramente la letra y la melodía. El movimiento podría ser:
– Rítmico y arítmico:
* Girar alrededor de sí mismo y sin desplazamiento.
* girar alrededor del grupo con desplazamiento.
* De traslación.
* De rotación y traslación combinados.
Se puede aplicar con la música producida por los propios sujetos, bien por tarareos prescindiendo de la letra, o bien con la canción completa, completando sus ejercicios con palmas, pitos, chasquidos, etc., O aplicarse con música grabada.
b) Expresión corporal y plástica: las distintas posiciones del cuerpo, van a corresponder a distintas actitudes, y con los elementos de que se dispongan, se pueden crear espacios escénicos. Será importante que los movimientos sean los más oportunos y los gestos los más convenientes.
c) Incorporación de la danza: el resultado del acoplamiento de música, expresión corporal y movimiento será una danza.
2.2.- Recursos dramáticos.
La dramatización puede ser dialogada o mímica. Bases fundamentales de la misma son la expresión oral y la expresión corporal.
Es necesario trabajar la técnica de la voz hablada (respiración, vocalización, articulación, entonación y modulación).
También la expresión corporal requiere una técnica basada en la sensibilización y agilización del cuerpo para que pueda traducir las impresiones del espíritu. Se trabajan las posturas, ejercicios corporales, ejercicios de continuidad, de movimiento.
El mimodrama, con los siguientes elementos (personaje, decorado, movimiento del personaje, acción y desenlace).
Psicodrama, es el mismo drama cuando expresa estados de ánimo.
Teatro: interpretar un texto dado o crear unas escenas propias.
Las actividades de dramatización conllevan generalmente la realización de un proyecto expresivo de manera común. En estos proyectos los alumnos/as comparten ideas, actitudes y sentimientos, gozan de los descubrimientos que realizan y buscan los modos de expresión adecuados para llevarlos a cabo, contribuyendo con ello de forma específica al desarrollo de la capacidad de socialización, creando hábitos de organización y cooperación mutua. El aprendizaje de roles nuevos permite desarrollar la capacidad de observación de la propia conducta y la de otros.
En las sesiones de dramatización el alumnado descubre el placer que proporcionan el trabajo para el cuerpo y el lenguaje, utilizando el espacio y los objetos para representar personajes y situaciones reales e imaginarias. Es importante recoger las iniciativas de los niños/as y trabajarlas para que tomen forma de guión, escena o dramatización. Asimismo el juego espontáneo que se inicia en la clase o en el patio de recreo pueden ser objeto de este mismo tratamiento.
Las actividades espontáneas pueden compartirse con otras más estrictamente planificadas dedicadas a aprender las capacidades necesarias para ganar expresión gestual y riqueza en la puesta en escena. El conocimiento de recursos y técnicas de diálogo, gestuales, escénicas, etc., puede utilizarse para mejorar la participación en grupo y para comprende con mayor profundidad las representaciones dramáticas de los otros, bien sea en el ámbito escolar o fuera de él.
En el juego dramático el alumno puede mostrar con distintas imágenes corporales la alegría, el cansancio, la timidez, el enfado, y para ello no necesariamente ha de utilizar la palabra. La habilidad para la representación dramática va ligada por un lado , a las oportunidades que haya tenido el alumno de expresar espontáneamente su visión de la realidad, y por otro, a la adquisición de recursos teatrales que, convenientemente adaptados a la realidad, sirvan para mejorar técnicamente dicha expresión.
Las marionetas y los títeres permiten, a través de objetos usuales y de fácil manejo dar vida a los personajes, crear historias y situaciones dramáticas y desarrollar la imaginación en el trabajo con las formas y la utilización de lenguajes múltiples. Tienen un gran poder evocador y onírico, lleno de simbolismo. Dentro de este ámbito, los gigantes y cabezudos y el teatro de calle son formas populares de teatro que, aún teniendo un gran valor educativo, no pierden sin embargo su fuerza lúdica.
Con materiales muy simples (pantalla o tela blanca y un foco de luz) se desarrolla un interesante trabajo de sombras, en el que los alumnos pueden confrontar la realidad de un objeto con las manifestaciones y proyecciones distintas que se pueden originar a partir de la manipulación de la luz, el espacio, el cuerpo y la silueta.
Las máscaras y el maquillaje son recursos que permiten transformar el rostro, contribuyendo a crear cierto espacio de seguridad entre el niño que actúa y los que le ven actuar. Esta distancia no es un obstáculo para expresarse, sino que por el contrario, facilita la comunicación, pues el alumno puede sentir con este tipo de recursos una especie de protección frente a los otros.
Los objetos constituyen, un poderoso recurso para la sensibilización y la improvisación dramática. Los alumnos/as explorarán sensorialmente objetos de distinta procedencia determinando sus cualidades a través de la relación corporal que establecen con ellos (pelotas de distinta textura, objetos de uso cotidiano, telas, etc.); jugarán y disfrutarán con el descubrimiento del espacio; se relacionarán con el otro (encontrar un ritmo y desplazamiento común o contrapuesto, abandonarse o proyectarse en él); y transformarán su uso habitual (una escoba se convierte en un violín, la cuerda es una serpiente venenosa, etc.); elaborarán pequeñas improvisaciones individuales o colectivas (un teléfono que nos transmite una feliz noticia, un paraguas robado por un ladrón, etc.). Asimismo pueden convertirse en parte importante de la ambientación plástica y musical que queramos realizar (escenografía, percusión e invención de ritmos, etc.).
El aprendizaje paso a paso de las relaciones entre el lenguaje verbal y el icónico se puede hacer a través del conocimiento de los mass media, pudiéndose realizar juegos sobre la publicidad, fotos de prensa, programas de televisión, etc.; permiten descubrir los rituales de la palabra y los de la representación. No hay que olvidar que los programas de televisión vistos regularmente por los niños modelan sus juegos, su percepción, interiorizando estereotipos que utilizan después en sus improvisaciones dramáticas.
El motivo para el juego dramático o la representación puede ser variado: una noticia de prensa, un cuento, un texto libre, una historia contada, un sueño, un elemento musical o sonoro, etc.
La progresión en el control del texto y la representación debe iniciarse desde el trabajo con situaciones muy simples como vestirse y desnudarse, beber y comer, con diferentes ritmos. Son importantes también las representaciones de oficios y, posteriormente las de sensaciones y sentimientos. En cualquier caso, el gesto ha de traducir la actividad que se representa de modo que sea inteligible para quién lo observa.
2.3.- Dramatización de canciones infantiles y populares.
La canción es una actividad musical en la que los alumnos se sienten muy integrados, siendo dentro de la formación musical un elemento integrador esencial por su melodía, ritmo y armonía.
La canción infantil y popular es un instrumento pedagógico fundamental por poder adecuarle en su aprendizaje una propuesta lúdica, pero conviene destacar algunas exigencias:
– La estructura de la canción ha de ser propicia para el juego (texto, ritmo y melodía).
– El tema responderá a los intereses psicológicos infantiles.
– Los gestos, movimientos y dramatización apoyarán el aprendizaje de la canción.
– El acompañamiento deberá ser sencillo.
Las canciones, para ser dramatizadas, deben tener un fondo argumental que permita desarrollarlas, debemos tener en cuenta las situaciones y personajes que plantean.
Al principio es conveniente hacer pequeños grupos de cuatro o seis, para ir ampliándolos paulatinamente a todo el grupo, así se podrá ir graduando las dificultades que se presenten.
Conviene empezar con la dramatización libre, cantando en grupo la canción, moviéndose al ritmo y con gestos que se crean oportunos, persiguiendo con estas improvisaciones el fomentar la creatividad.
La formación de coros que se contestan y dialogan, coros y solos, danzas por parejas, cantores y actores que miman una situación, etc…, todos estos recursos pueden usarse para dramatizar canciones. También se pueden usar instrumentos musicales para potenciar la capacidad expresiva de las canciones.
No hay que olvidar que la dramatización en las canciones se presenta como motivación, pero el objetivo fundamental será la formación musical.
La música y la dramatización coinciden en las siguientes formas:
– Dramatización de poemas, cuentos, retahílas, textos de canciones mediante la explotación del ritmo.
– Dramatización de canciones incorporando gestos corporales o danzas.
– Dramatización de poemas, cuentos, retahílas, textos de canciones mediante acompañamiento instrumental.
La dramatización de canciones es un recurso que se utiliza en la educación musical, sobre todo en los niveles iniciales de primaria para atraer la atención de los niños y conseguir que el proceso de enseñanza-aprendizaje sea más eficaz y adecuado.
Cuando las letras o las canciones son muy largas resultaría tremendamente árido el aprendizaje de las mismas por el procedimiento de la repetición, sin embargo a través de la dramatización se despierta el interés, pues tienen una vivencia y una continuidad lógica de los acontecimientos que se van relatando, ayudando a fijar la letra sin necesidad de tanta repetición, además de que les ayuda a entender y comprender los distintos conceptos y situaciones que a través del texto le queramos enseñar.
En las dramatizaciones puede y debe tener participación la música. Su incorporación a las mismas es lo que constituye el montaje musical. Puede hacerse de dos formas: utilizando fragmentos de discos, que sirvan de fondo musical y ambientación de algunas escenas o intercalando en al acción intervenciones musicales, que pueden ser melódicas (vocales, instrumentales o mixtas) rítmicas (con instrumentos o elementos naturales) o de movimiento ( danza, etc.).
Hay muchas canciones en el folklore español susceptibles de dramatizarse, bien dialogadas o con mimo. Ej: “estaba una pastora”.
Otra forma muy interesante en la dramatización son los romances en los que se puede combinar la parte musical con el recitado y el canto a solo y coro. Ej: “el Conde Olinos”.
3.CRITERIOS PARA LA SELECCIÓN DE CANCIONES DRAMATIZABLES.
Para seleccionar canciones susceptibles de ser dramatizadas o mimadas hay que tener en cuenta la edad y nivel educativo de los alumno que van a interpretarlas, la temática del texto, que sea sugerente y se preste a ser escenificada.
Deberán adaptarse en lo posible a la secuenciación por ciclos de objetivos y contenidos de dramatización.
Las canciones que se eligen para que se dramaticen, han de ser, lógicamente las más adecuadas a las características del alumnado, es decir, teniendo en cuenta el grado de posibilidades con que cuentan para abordar y sentir la música, por su edad y condiciones vocales, psicomotrices y musicales.
Los criterios para seleccionarlas, se basan en los siguientes aspectos:
a) texto: debe ser adecuado y comprensible, para que se grabe y perduren. Al presentar la canción hay que interesar al alumnado por el tema. Se recita lentamente, como si se contase un cuento, se hace el texto completo. Se explican las palabras de significados desconocidos.
Es necesario hacer una recopilación de canciones, teniendo la disposición en cada momento, habiendo canciones para la mañana, la noche, el sol, la luna, la lluvia el viento, estaciones del año, bromas, burlas, marchas, fiestas, colores, etc.
Es preciso prestar atención a las palabras en sí mismas, pues la alocución a una muñeca trae consigo el gesto de mecer y acostar, o a un gato acariciar o reprender, etc. De estas formas las canciones se ordenaran según el contenido y no por el estilo, vinculandola más, de esta manera, a lo cotidiano.
Hay que tener en cuenta que las canciones dramatizables van a mejorar las condiciones vocales e interpretativas, desarrollando la interpretación lingüística y la puesta en escena.
Se estimulará el cultivo de aquellas canciones que acerquen a la emoción, como por ejemplo los romances que son un género que despierta interés al escucharlos, al recitarlos, al cantarlos y al ponerlos en escena.
En general, en los primeros años, gustan los textos líricos con elementos animistas y humorísticos para más tarde completarse con los textos dramáticos.
b) melodía: el conjunto de canciones que se seleccione debe tener un ámbito melódico que no sobrepase la tesitura de la voz infantil. Deben poseer una melodía sencilla que ofrezca la posibilidad de ser cantada y solfeada, y a la que se le pueda acoplar juegos que desarrollen la atención, la lateralidad, la coordinación espacio temporal, expresión corporal, etc…
Dramatizaremos utilizando como recursos el cuerpo y el ritmo, en cuanto al desarrollo del movimiento, y la melodía en cuanto a la expresión de sensaciones.
Recordemos que la canción popular es un medio estupendo para encaminar al alumnado hacia el placer de la belleza del arte musical. Son canciones con un alto valor expresivo de belleza, con una riqueza sonora que arraiga en los sentimientos más profundos, llevándolos hacia la esencia del sentir del pueblo.
Por tanto, utilizar canciones populares para la actividad de dramatización, es un recurso muy apropiado por el arraigo que estas tienen dentro del plano cultural y afectivo, seleccionándose aquellas de dificultad adecuada al nivel y edad del alumnado.
c) instrumentación: se utilizarán distintos instrumentos para apoyar las propuestas lúdico-dramáticas.
La música será un elemento clave para desencadenar acciones y reacciones. Se utilizarán los elementos naturales para, posteriormente, de forma gradual, introducir los instrumentos de percusión de sonido indeterminado y determinado, y luego podrán agregarse los melódicos y los armónicos. El interés será máximo cuando pueda improvisar o crear un acompañamiento rítmico, usando el “obstinato y/o el bordón” o bien un acompañamiento melódico.
Por tanto la interpretación instrumental debe cuidarse para darle un sentido expresivo a la actividad dramática.
d) Interdisciplinariedad: el proceso formativo del individuo se completa con una sensibilización hacia el área de educación artística. Este área no puede considerarse de manera aislada, sino que el desarrollo del currículo entre las diferentes áreas de conocimiento y experiencia, deben entrelazarse en el proceso cotidiano de las aulas, para alcanzar de forma efectiva los objetivos generales de esta etapa educativa.
La canción tiene un papel coordinador. Se seleccionarán aquellas canciones que tengan mayores posibilidades para la danza y para el juego dramático. Al inicio de la educación primaria, existe una madurez lingüística y psicomotriz, que posibilitan el éxito de estas actividades de dramatización con canciones.
Con la canción se pueden realizar ejercicios de:
– Relajación.
– Psicomotricidad y ritmo.
– Vocalización.
– Expresión corporal.
– Improvisación.
– Mimo y pantomima.
– Danza y movimientos libres.
– Desarrollo de conceptos…
3.1. Repertorio de canciones dramatizables.
Hay canciones que en su estructura contienen elementos dramáticos y otras que no son dramáticas, pero en su estructura narrativa admiten la escenificacion. Al escenificarlas se tomará la precaución de que se mantenga el ritmo durante todo el juego.
Para la dramatización de canciones que permita la danza, habrá que procurar:
– Que se domine perfectamente la canción (letra y música).
– Que el movimiento sea sencillo y cerrado, siendo uniforme desde el principio hasta el final.
Las canciones populares se pueden encontrar en cancioneros infantiles; señalamos a continuación algunas con posibilidades dramáticas:
– Aserrín aserrán: marcar el movimiento de la sierra.
– A Atocha va una niña: inventar un gesto cada vez al cantar “carabí, carabirurá”.
– Cómo planta usted las flores: marcar el pulso con palmadas y mover la parte del cuerpo nombrada.
– Cucú, cucú: identificar personajes, imitar en eco.
– Din, don: hacer el balanceo de las campanas.
– El Conde Olinos: permite hacer un grupo que cante y otro que se transforme en los personajes y actúen.
– El patio de mi casa: juego de corro, dar vueltas, agacharse, bailar, etc.
– El sol se llama Lorenzo: expresión corporal (calor al salir el sol; frío al salir la luna).
– Estaba el señor don gato: juego de corro; al decir “miau, miau” se imita al gato y se gira en sentido contrario.
– La pastora: gesticular según la marcha del texto.
– Los pollitos: buscar maíz y cobijar a los polluelos.
– Mi tía Mónica: marcar el movimiento de la parte del cuerpo u objeto que se nombre.
– Que llueva, que llueva: gesticular según la marcha del texto.
– Ratón que te pilla el gato: imitar movimientos de escabullirse y huir.
– Soy la reina de los mares: saltar a la comba, tirar el pañuelo y recogerlo.
– Tarde de mayo: gesticular según la marcha del texto.
– Tengo una muñeca: danzar en corro.
4. PARTICIPACIÓN E IMPROVISACIÓN INSTRUMENTAL EN LA DRAMATIZACIÓN.
La dramatización necesita de una ambientación musical que puede ser pregrabada o interpretad por los propios alumnos con los instrumentos escolares, bien con fragmentos previamente preparados o, a través de la improvisación.
Los acompañamientos instrumentales se harán en forma de obstinatos, muy sencillos y combinando pocos instrumentos entre sí, y con notas pedales en los instrumentos de placa.
También se puede emplear para acompañar cuentos identificando a los personajes, objetos o situaciones con determinados instrumentos.
Se debe procurar que los niños hagan sus propias creaciones tanto por lo que respecta a la parte literaria como musical. También debe ser labor de ellos seleccionar las piezas literarias que mejor se presten a la ilustración musical, en la medida de lo posible.
Los alumnos deben acostumbrarse a cantar y tocar al mismo tiempo los acompañamientos.
4.1.- Improvisación instrumental melódica.
Para improvisar en un instrumento de placa, conviene dejar estos en la escala pentatónica, que no presenta problemas tonales. No importa que los niños no conozcan las notas, ya que se trata de jugar con las distintas sonoridades.
La improvisación debe iniciarse libremente, aunque en
las dramatizaciones es más conveniente asignar un tipo de instrumento a un personaje o acción y en el momento de su intervención, que puede ser individual o en grupo, es cuando tendrá libertad para crear el acompañamiento que quiera.
Es conveniente que como preparación se deje a los niños manejar los instrumentos para que se familiaricen con ellos.
4.2.- Improvisación instrumental rítmica.
Antes de llegar a este tipo de improvisación en una dramatización, los niños deben hacer práctica de ejercicios rítmicos en eco, con gestos sonoros, hasta que tengan cierta soltura.
No debe admitirse como acompañamiento la versión rítmica de una melodía.
Es preferible emplear pocos instrumentos, teniendo en cuenta que no por introducir mayor número de combinaciones tímbricas se consiguen mejores efectos.
Los instrumentos juegan un papel muy importante en la lectura o escenificación de cuentos.