ALMACENES
Las construcciones para el almacenamiento de maquinaria y materias primas embaladas se situarán en un lugar de fácil acceso, con el fin de evitar maniobras. Deben diseñarse diáfanos y amplios, sin pilares intermedios, ya que así permitirán un mejor aprovechamiento de la superficie cubierta y un manejo más adecuado de las máquinas.
La estructura puede ser de pilares o con muros de carga (fotos 1 y 2).
El cerramiento se hace de ladrillo o de bloque hueco de hormigón, material barato, y sin aislar (foto3).
En la construcción de estos almacenes se evitarán los materiales combustibles (madera,…).
La solera se forma con una capa de hormigón en masa de unos 15 cm de espesor, asentada o no sobre otra capa de zahorra o de piedra machacada, según la naturaleza del terreno. Se construirá con ligera pendiente hacia el exterior (< 1 %). Dependiendo del uso del almacén se pavimentará y/o se colocarán sumideros.
Si se esperan grandes pesos sobre la solera complementaremos el hormigón con una retícula de barras de acero o “mallazo” (foto 4), esta malla evitará también que el hormigón se “resquebraje”.
En climas fríos conviene cerrar en su totalidad la parte de almacén donde se guarden los tractores y otras máquinas provistas de motor, así como las materias primas (abono mineral, herbicida, combustible, lubricantes,…).
Las puertas metálicas han de ser amplias para permitir el fácil acceso de cualquier máquina. Se instalará canalón en todos los aleros (foto 5), que impida que el agua pueda acumularse en el suelo contiguo a la nave y pueda filtrarse a su interior.
Los almacenes abiertos en uno de sus frentes principales tienen la ventaja de que se aprovecha mejor el espacio. En el frente abierto se deben construir pilares de hormigón, mejor que metálicos o de ladrillo, pues un golpe fuerte de tractor pudiera originar el deterioro del pilar y la ruina del edificio. La solución en construcción metálica es envolver a los pilares por su parte inferior con hormigón en masa.
Su superficie y su altura estarán condicionadas por el material a almacenar y la altura de almacenamiento y/o por la maquinaria a alojar y el uso de ésta dentro de la nave.
Habrá que prever la superficie destinada a pasillos para un uso funcional de la construcción, que dependerá del uso que se haga de la maquinaria dentro de la edificación y de su necesidad de utilización en el almacenamiento (tabla 1).
En el correcto dimensionamiento de la construcción será determinante conocer las dimensiones de la maquinaria o herramientas a alojar , así como las densidades, presentaciones y alturas de almacenamiento de los productos a almacenar (tabla 2).
GRANEROS
Se trata de una construcción que ha de reunir unas condiciones que no se precisan en otras construcciones agrarias. En un almacén granero los muros soportan el empuje del grano almacenado a granel, a la vez que sirven de soporte a la cubierta (cuando ésta no se apoya en pilares) y cierran el edificio (esquema 1).
Existen diferentes tipos:
1) Graneros con muros de gravedad
2) Graneros con muros de hormigón o ladrillo armado.
GRANEROS CON MUROS DE GRAVEDAD
El propio peso del muro actúa de fuerza estabilizadora. A una determinada sección de muro le corresponde una cierta altura de almacenamiento del grano; un aumento de esta altura ocasiona un considerable incremento del empuje. Cuando los muros de un granero soportan mayores presiones de las previstas puede ocurrir lo siguiente:
a) Un fallo en el asiento del cimiento o la apertura de grietas de dilatación pueden ocasionar la ruina del edificio, debido a que el material del muro, ladrillo macizo, mampostería u hormigón en masa, está soportando unos esfuerzos que no le corresponden.
b) Una sobrecarga de viento o nieve puede ocasionar el hundimiento del edificio, ya que algunos elementos de la armadura de cubierta han de soportar mayores esfuerzos que los previstos.
La sección más adecuada para un muro de granero es la trapezoidal, con la cara interior vertical y la exterior formando talud. La inclinación de la cara exterior del muro afectará únicamente a la altura ocupada por el grano. Por encima de esta altura las dos caras serán verticales. El muro de sección trapezoidal tiene mayor resistencia al empuje que cuando las dos caras son verticales. Cuanto mayor es la inclinación de la cara exterior del muro, tanto más resistente resulta al empuje.
— > Los cimientos deberán profundizar hasta llegar a un firme capaz de soportar la carga; en un muro sometido a empuje, la compresión máxima sobre el terreno tiene lugar en la arista más exterior del fondo de la zanja. Se aumenta la resistencia al vuelco del muro dando al fondo de la zanja una ligera inclinación hacia el interior. Los cimientos se rellenan de un hormigón en masa que tenga la misma dosificación que el hormigón del muro, con el fin de evitar las juntas de trabajo horizontales.
— > Los muros se construyen de ladrillo macizo (más caro), mampostería o de hormigón en masa, cuya dosificación es de 200 – 250 kg de cemento. En la junta del cimiento con el muro, y cuando se interrumpe el hormigonado, se dejan piedras gruesas que sobresalgan para que la nueva obra trabe con mayor facilidad.
— > La solera, elevada sobre el terreno, estará formada por una capa de grava de 20 cm de espesor, y encima de ella otra capa de hormigón de 10 – 15 cm de espesor. En terrenos húmedos se interpone entre dos capas de hormigón un material impermeable (productos bituminosos o láminas de plástico) para impedir el paso de la humedad.
— > La separación o división de las celdas, trojes o compartimentos dentro de la nave puede hacerse con gruesos tablones de madera sostenidos por vigas metálicas en forma de “U”. En cada caso particular habrá que calcular el dimensionado de las vigas y tablones.
GRANEROS CON MUROS DE HORMIGÓN O LADRILLO ARMADO
En este tipo de graneros trabaja la armadura de acero, además de actuar el propio peso del muro como fuerza estabilizadora.
ESTERCOLEROS Y FOSAS DE PURÍN
Los estercoleros tienen por objeto almacenar el estiércol desde que se saca de los alojamientos hasta que se distribuye en el campo como abono orgánico. Se sitúan en lugares de fácil acceso, cercanos a los alojamientos de ganado y alejados de las viviendas y de los pozos o fuentes que suministren agua potable.
La plataforma está formada por una capa de hormigón en masa, de 10 – 15 cm de espesor, asentada o no sobre otra capa de grava, según la naturaleza del terreno (foto1).
Se hacen juntas de dilatación cada 4 m; para ello se interrumpe el hormigonado con una tabla delgada, que posteriormente se quita para rellenar el hueco con betún asfáltico. La superficie interior de la fosa, solera y muros, se enluce con un mortero de cemento de dosificación rica, al que se añade algún impermeabilizante, con objeto de evitar filtraciones (foto 2).
MODELOS DE ESTERCOLEROS
Estercolero sin fosa de purín
Estercolero con fosa de purín
Estercolero fosa
a) ESTERCOLERO SIN FOSA DE PURÍN
Consiste en una zanja abierta en el terreno, de profundidad y altura variable, revestida interiormente con un muro que sirve para sostenimiento de las tierras.
En climas lluviosos se cubre con alguna cubierta económica, que evita la entrada del agua de lluvia.
Las rampas de entrada y salida de vehículos tendrán una pendiente inferior al 10 %.
b) ESTERCOLERO CON FOSA DE PURÍN
Consta de una plataforma situada a nivel del suelo, con una ligera inclinación para que los purines y las aguas de lluvia (aunque, en la medida de lo posible, la entrada de esta se evitará colocando cobertura en el estercolero) escurran hacia la fosa de purín, donde se almacenan. Entre la plataforma y la fosa de purín se construye un pocillo de decantación donde se depositan las materias sólidas que pudieran acarrear los líquidos.
Las dimensiones de la plataforma varían con arreglo a la cantidad de estiércol producido, que, a su vez, depende de varios factores: régimen alimenticio, abundancia de cama, sistema de estabulación, etc.
La altura de almacenamiento no debe ser superior a los 2 m. La capacidad de la fosa de purín depende, fundamentalmente, del clima de la región y de que los líquidos del establo se conduzcan o no a la fosa. En general, la capacidad de la fosa será de 100 a 300 l/m2 de plataforma.
c) ESTERCOLERO FOSA
Este estercolero consiste en una fosa donde se almacena el estiércol semifluido procedente de las instalaciones ganaderas, juntamente con el agua de limpieza, que será el mínimo necesario. Las aguas pluviales se recogerán a través de otro sistema y nunca irán a parar a la fosa de purín (fotos 3, 4, 5, 6, 7y 8).
DIMENSIONAMIENTO DE ESTERCOLEROS
El volumen mínimo del estercolero y/o fosa será aquel que permita almacenar los residuos sólidos y/o líquidos generados por el ganado a lo largo de todo el periodo desde el vaciado del estercolero/fosa hasta el nuevo vaciado (fertilización de campos).
Una buena táctica será la de sobredimensionar esta instalación para el doble de este tiempo.
PAJARES
Los forrajes secos, henos y pajas, se almacenan en heniles y pajares.
CARACTERÍSTICAS
En climas secos, la paja y el heno se pueden almacenar al descubierto (foto 1 y 2). En otros casos se almacenan bajo una cubierta sostenida por una armadura de hierro o de hormigón y con todos los frentes abiertos.
En climas húmedos, los heniles se cierran en todos sus frentes o se deja uno descubierto, con el fin de facilitar el manejo del forraje.
La solera se forma con una capa de hormigón asentada sobre otra de grava. Conviene que esté un poco elevada sobre el terreno para evitar la entrada de agua por los frentes abiertos.
Los heniles situados encima de los alojamientos (actualmente este sistema de almacenamiento no se implanta) se aislarán convenientemente, pues los animales desechan el heno impregnado de su propio olor.
DIMENSIONAMIENTO DE UN PAJAR
Las tres dimensiones del cobertizo serán aquellas que ofrezcan un volumen igual al volumen necesario en el momento de máximo almacenamiento, ponderado con un factor de corrección del 5 %.
Si se espera ampliación en la explotación, aumento del número de animales o implantación de nuevas técnicas de producción que impliquen el consumo de más cantidad de paja o heno, el henil o pajar se dimensionará con estos datos. Siempre es más económico sobredimensionar en previsión de actuaciones futuras que plantear una ampliación de la edificación en ese futuro cercano.
SILOS
El ensilado es un modo de conservación de los forrajes verdes mediante una fermentación aeróbica del mismo durante unos 21 días, lográndose que el alimento conserve la misma humedad que cuando se inicio el proceso y unas muy buenas características nutricionales. Este tipo de alimentación está muy extendido en la alimentación de las vacas de leche y en la actualidad se está empleando también en el ovino.
Existen dos modalidades en la construcción de silos para la el almacenamiento de ensilado destinados a la alimentación de animales rumiantes:
SILOS HORIZONTALES (dimensionamiento)
SILOS VERTICALES
Las características más destacadas y de un modo comparativo se pueden observar en la tabla 1 y 2.
La modalidad de ensilaje en silos horizontales se puede realizar mediante los silos trincheras y silos zanja. Las características de ambos tipos de silos se describen a continuación.
SILOS HORIZONTALES
a) SILO ZANJA
Consiste en una excavación practicada en el terreno de sección trapezoidal cuya base menor es la inferior (foto 1). En la foto se observa el silo cerrado.
Existen riesgos de infiltración de agua, dificultades de drenaje y riesgos de contaminación del ensilado con tierra. Para evitar estos problemas pueden revestirse las paredes y el suelo con un plástico o bien con diversos tipos de materiales que eviten desmoronamientos y humedades, como son el hormigón en masa, mampostería de ladrillo, e incluso, hormigón armado.
b) SILO TRINCHERA
Está constituido por una solera de hormigón sobre la que van dos muros paralelos del mismo material (foto 2 y 3) que se elevan hasta 1’2 – 1’5 m ó 1’8 m y que pueden llegar a los 4 – 5 m cuando se utilizan desensiladoras.
El suelo de hormigón, tendrá una pendiente del 2 – 3 % hacia el frente de ataque, estando cerrado por otro muro el extremo opuesto.
En todos los casos es aconsejable disponer en uno de los extremos del silo de una solera hormigonada de la misma anchura del silo y de 5 – 10 m de longitud con el fin de facilitar la descarga del alimento, así como para evitar la formación de barro, que puede dificultar el acceso del ganado, y facilitar el contacto del alimento con la tierra.
La anchura mínima será de 5 m para poder apisonar correctamente con un tractor, necesitándose unos 25 cm por cabeza de bovino si se utiliza el autoservicio. La longitud, será como mínimo de 10 cm por día en invierno y 20 cm en verano a lo que es necesario añadir unos 2 m para tener en cuenta la pendiente a la entrada.
La altura dependerá de la anchura por animal y de su consumo. La capacidad no deberá ser en ningún caso inferior a los 70 m3, pues es a partir de este volumen en que se consigue un coste estable por m3, aumentando, en cambio, cuando la capacidad es menor.
Los silos pueden tener su solera con pendiente hacia el eje central o bien, longitudinalmente. Los silos de solera con pendiente hacia el eje central se utilizan, generalmente, cuando los silos son de gran longitud (20 m), El canal central, tendrá una pendiente hacia uno o los dos extremos del silo de 1 – 3 %, siendo mayor cuanto más acuoso sea el producto a ensilar. Los silos de solera con pendiente hacia el exterior se emplean cuando los silos son cortos de menos de 20 m de longitud y cuando se utilicen desensiladoras.
Para que la hermeticidad sea total, además de cubrir el silo con un plástico, es necesario la instalación de un sifón para la evacuación de jugos, que deberá llenarse, antes de la realización del silo, con agua, de forma que evite la entrada de aire y la salida de anhídrido carbónico.
SILOS VERTICALES
En la foto 4, se observa una batería de silos verticales. El diámetro más usual de los silos torre es de 6 m, aunque existen de 4’5 m y 9 m. La altura interesa que sea lo mayor posible, de forma que se asegure un buen prensado, 15 m es lo más normal. El interés mayor de los silos verticales se centra en la conservación de forraje semi-seco (40 – 45 % de MS) aumentando su rentabilidad mediante su utilización continua.
Se puede llegar a alcanzar capacidades de hasta 900 m3, aunque su instalación puede ser rentable a partir de los 200 – 250 m3.
En su construcción se emplean diversos materiales, siendo imprescindible que sean resistentes a la acidez y a los agentes atmosféricos, pudiéndose realizar en hormigón, acero (generalmente galvanizado o con esmalte vitrificado), poliéster u otros polímeros. Existen silos torre totalmente herméticos que son estancos, no sólo al agua, sino también al aire (foto 5).
La carga de estos silos se realiza mediante ensiladoras neumáticas o elevadores mecánicos de cadenas provistas de garfios.
Dimensionamiento de silos horizontales
Para un buen dimensionamiento es necesario, en primer lugar, definir las necesidades de los animales a los que se quiere alimentar, determinando a partir de las mismas la cantidad de forraje a ensilar. También se puede fijar el volumen de ensilado conociendo el forraje producido en la explotación, sistema éste que, en general, es menos utilizado. Las ecuaciones necesarias para el dimensionamiento se pueden observar en los esquemas 1 y 2.
Dimensiones del silo
Una vez determinado el volumen a ensilar se está en condiciones de dimensionar el silo. Primero determinaremos la altura (h) y anchura (a) del silo, que van a definir la superficie del frente de ataque S, deduciéndose, a partir de ésta, la tercera dimensión del silo (longitud L) mediante la relación entre el volumen diario total (V) y la superficie del frente de ataque (S).
La superficie del frente de ataque está influenciada por el sistema de utilización del ensilado, ya que éste puede ser mediante recogida del silo por el ganadero para su posterior distribución a los animales o bien ser consumido directamente por éstos.
Silo de autoservicio
En el caso de animales en autoservicio es necesario fijar una anchura mínima del silo que les permita a todos consumir su ración diaria. Si el ensilado constituye la base de la ración será de 0’25 m por cabeza para el vacuno adulto, 0’15 m para terneros de engorde y 0’04 m para ovejas adultas, siempre que el acceso al silo tenga lugar durante las 24 horas del día. Cuando el tiempo de acceso se reduce, será necesario aumentar la anchura del frente de ataque con el fin de que los animales mantengan el consumo de la ración fijada, aunque se podría compensar con un desprendido manual del ensilado que tomarían los animales al pie del silo.
La altura del frente de ataque, dependerá, por una parte, del tipo de animal que vaya a consumir el ensilado, siendo de 1’5 – 1’8 m en el caso del vacuno adulto, 1’3 – 1’5 m para terneros de engorde y 1’0 – 1’2 m para ovino adulto. En el caso del vacuno adulto se puede elevar hasta 2 m siempre que se realice un desprendimiento previo de la parte superior del silo. La altura deberá permitir que los animales consuman diariamente un volumen de alimento tal, que el frente de ataque avance diariamente un mínimo de 0’1 m en invierno y 0’15 m en verano, con el fin de evitar la oxidación del ensilado.
Conociendo el volumen (V) de alimento a ensilar y las dos dimensiones del frente de ataque, nos queda por determinar la longitud (L), calculándose ésta según el esquema 3.
Cuando el apisonado del ensilado se efectúa con un tractor, las extremidades del mismo no son verticales, sino que están inclinadas de 30º a 40º, por lo que es necesario añadir a la longitud antes calculada, una vez la altura del silo (h) cuando éste está abierto por un extremo y dos veces la altura (2h) cuando está abierto por los dos extremos, con el fin de obtener la longitud real.
Se debe tener la precaución de que la longitud máxima del silo, no supere de 2’5 a 3 veces la anchura del mismo, en especial cuando son estrechos (8 m), para evitar que los animales no consuman, por miedo, la parte final del silo (efecto pasillo).