Icono del sitio Oposinet

Tema 24A – Accidentes en la infancia: Accidentas infantiles. Concepto. Primeros auxilios. Cómo actuar en distintos tipos de accidentes. El botiquín de emergencias. La prevención.

1. PRIMEROS AUXILIOS: MARCO GENERAL CONCEPTO E INTERVENCIÓN

El objetivo es prestar unos primeros cuidados a un accidentado o enfermo repenti­no, en el lugar de los hechos, hasta la llegada de los profesionales especializados a los que compete la asistencia.

De estos primeros cuidados depende en muchos casos la evolución posterior del paciente. Uno de los principales objetivos es no agravar el estado de la persona y ase­gurar su traslado a un centro sanitario en condiciones adecuadas.

Se ha de tener tranquilidad, hacerse una composición de lugar, tener dominio de la situación, hacer sólo lo que se esté seguro de hacer; la más mínima duda debe de hacer desistir.

La valoración inicial del paciente se debe hacer en el lugar en el que se produce la situación: baño, cocina, etc. Consistirá en realizar una valoración global del estado de la persona al objeto de:

  1. Determinar el alcance de las lesiones o gravedad de la circunstancia.
  2. Establecer las prioridades de actuación.
  3. Adoptar las medidas adecuadas en cada caso.
  4. Asegurar el traslado del paciente a un centro sanitario en las condiciones adecuadas.

2. SIGNOS VITALES. VALORACIÓN PRIMARIA Y SECUNDARIA

La toma de los signos vitales es la comprobación de las funciones vitales.

a) Consciencia: Sistema Nervioso.

Valoración básica:

b) Respiración: Sistema Respiratorio.

Valoración básica:

c) Pulso: Sistema Circulatorio:

Valoración básica:

Valoración primaria

En ella se identifican las situaciones que supongan una amenaza inmediata para la vida del paciente. Debe consistir en un rápido reconocimiento de las constantes vitales. Simultáneamente, se iniciará la restauración de las constantes vitales en caso de que alguna no esté presente.

Se aplicará el plan de prioridades:

  1. Vías aéreas permeables.
  2. Ventilación. Respiración artificial: Boca a Boca.
  3. Circulación, Control de hemorragias.

Valoración secundaria

Se realiza una vez aseguradas las funciones vitales. Es la exploración detallada del paciente por sectores, de la cabeza a los pies, buscando posibles lesiones:

1. Examen neurológico básico:

2. Cabeza:

3. Cuello:

Ante la más mínima sospecha de fractura o cualquier tipo de lesión, por pequeña que sea, de la columna cervical, inmovilizarla con lo que se tenga a mano, sin cambiarle la postura del cuello, hasta que lleguen los profesio­nales sanitarios.

4. Tórax:

· Heridas, fracturas costales, etc. Heridas abiertas.

· Dolor torácico: Calidad de dolor.

5. Abdomen:

· Heridas, contusiones, etc. Heridas abiertas.

· Dolor abdominal.

· Hemorragia interna (sospecha).

6. Extremidades:

· Heridas sangrantes, contusiones, puntos dolorosos.

· Deformaciones de los miembros u otros signos de fractura.

     

Apertura de ojos

Espontánea

Al sonido

Al dolor

No hay respuesta

4

3

2

1

Respuesta verbal

Orientada

Confusa

Incoherente

Incomprensible

Sin respuesta

5

4

3

2

1

Respuesta motora

Obedece órdenes

Localiza el dolor

Retira el miembro

Flexión anómala (decorticación)

Extensión anómala (descerebración)

Sin respuesta

6

5

4

3

2

1

Escala de Coma de Glasgow

3. PRIMEROS AUXILIOS ANTE PROBLEMAS CARDIO-RESPIRATORIOS.

DEFINICIÓN

La parada cardio-respiratoria, se define como la interrupción brusca, inesperada, y potencialmente reversible de la respiración y de la circulación espontáneas.

La parada cardio-respiratoria (PCR), potencialmente reversible debe diferenciarse de aquella otra, no susceptible de tratamiento, al presentarse de forma esperada, como la evolución natural y terminal de una enfermedad incurable.

La PCR puede debutar como una parada respiratoria o como una parada cardiaca. Cuando lo que sucede inicialmente es una parada respiratoria, pero el latido cardiaco eficaz persiste durante unos minutos, una rápida actuación sobre la víctima puede im­pedir la parada cardiaca. Si la parada es primariamente cardiaca se produce un rápido deterioro de los órganos vitales por anoxia tisular.

INTERVENCIÓN

A. Control de la vía aérea

El protocolo de resucitación cardiopulmonar básica debe activarse ante cualquier víctima supuestamente inconsciente.

El reanimador deberá inmediatamente confirmar o eliminar la pérdida de consciencia; para ello analizará si existe respuesta o no a estímu­los; para ello, gritará a la víctima mientras la sacude por los hombros con suavidad. Si no responde debe colocarla en posición de RCP, es decir: decúbito supino sobre una superfi­cie lisa dura y firme con los brazos a lo largo del cuerpo, mientras SOLICITA AYUDA.

La solicitud de ayuda pone en marcha inmediatamente al servicio de emergencia

Una vez que se ha colocado a la víctima debe realizarse la apertura de la vía aérea. Esto se consigue con la maniobra frente-mentón, mediante la cual se logra la hiperextensión de la cabeza y la apertura de la boca. Para ello el reanimador desplaza con su mano derecha la frente hacia atrás mientras que con los dedos de la mano izquierda fracciona la mandíbula hacia arriba y hacia delante. Con esta maniobra se eleva la base de la lengua que al ocupar la hipofaringe puede obstruir la vía aérea superior.

Después de hiperextenderse la cabeza se debe revisar la cavidad bucal y eliminar los cuerpos ex­traños que puedan existir en la vía aérea superior (prótesis dentarias móviles, restos alimenticios. etc.). Para ello se utilizará el dedo índice como si de un gancho se tratara.

En este paso de la RCP básica se incluyen las técnicas de desobstrucción de la vía aérea supe­rior, tanto en los casos de consciencia como de inconsciencia. En estas situaciones puede inten­tarse la Maniobra de Heimlinch, que consiste en aplicar compresiones abdominales bruscas sobre el epigastrio de la persona afectada con el fin de generar altos flujos respiratorios que puedan conseguir la expulsión del objeto obstructor. Esta maniobra sigue siendo recomendada por la American Heart Association, aunque su fundamento y utilidad están en la ac­tualidad controvertidos. No se recomiendan en adultos los golpes en la espalda, pues pueden hacer progresar el cuerpo extraño haciéndolo inabordable.

B. Soporte ventilatorio

Desobstruida la vía aérea y si el paciente sigue sin respirar se procederá a la ventilación con aire inspirado, que puede ser de tres clases:

El volumen debe ser el suficiente para que el tórax se eleve. Se debe oír y sentir en la mejilla la salida de aire en la espiración.

– Que no se pueda abrir la boca de la persona.

– Que exista lesión severa de la boca o mandíbula.

– Que no se pueda hacer un buen sellado de la boca.

C. Soporte circulatorio

Tras ventilar adecuadamente al paciente se valorará la presencia o ausencia de la para­da cardiaca. Para ello se palparán los pulsos centrales. En ausencia de circulación espontánea se activará el sistema de urgencia y se iniciará el masaje cardiaco externo mediante compresiones esternales rítmicas. El lugar de aplicación en adultos es la línea media esternal, 3-5 cm por encima del apéndice xifoides.

El reanimador se sitúa a un lado de la víctima y coloca sobre ese punto el talón de una mano y sobre el dorso de esta la otra mano, entrelazando los dedos. La aplicación del masaje se realiza manteniendo las ma­nos lo más fijas posibles al tórax (lo que evitará fracturas costales), colocando los brazos perpendiculares al punto elegido y cargando el peso del cuerpo sobre estos. No flexionar los codos para así disminuir el esfuerzo físico del reanimador y mejorar la eficacia del masaje. La compresión esternal óptima es de 3-5 cms.

El ritmo de masaje dependerá del número de reanimadores para poder continuar simultáneamente con los tres componentes de la RCP básica, con carácter general se procede con 15 compresiones seguidas de 2 insuflaciones.

Debe obtenerse un ritmo de masaje cardiaco igual o superior a 80 por minuto. Es recomendable la coordinación de masaje-ventilación cuando no se dispone aún de ayuda especializada. La eficacia del masaje se comprueba con la pal­pación de un latido central simultáneo con las compresiones.

El control de cualquier punto sangrante externo constituye también una medida de soporte vital básico que debe aplicarse mediante compresión manual directa.

4. PRIMEROS AUXILIOS ANTE HERIDAS, CONTUSIONES Y HEMORRAGIAS.

HERIDAS

Concepto

Se llama herida a toda lesión traumática en la que el agente ha provocado una solución de continuidad de los tejidos. (Para diferenciarlo de amputación).

Clasificación

Las heridas se pueden clasificar desde distintos puntos de vista, pero la clasificación más común es la siguiente :

  1. Heridas simples: son heridas de bordes limpios, sin lesiones en la vecindad.
  1. Heridas complejas. Herida de bordes irregulares con lesiones agregadas en planos profundos. Algunos ejemplos son las siguientes: mordeduras, arrancamiento de cuero cabelludo, herida por hasta de toro, etc…

Los síntomas básicos que se describen en todas las heridas son 3 (su intensidad varía de un tipo a otro de herida):

– Dolor, cuyas características varían según el tipo de herida

– Hemorragia, cuya extensión y gravedad depende del tipo de herida, de su extensión y de la localización en el cuerpo.

– Separación de los bordes de la herida por la ruptura de las fibras elásticas de la piel; la separación depende de la profundidad y del ángulo que forma el agente causal de la herida y las fibras.

Cuando en la zona herida aparece rubor (enrojecimiento), calor, secreción y dolor se dice que la herida está infectada.

La repercusión sobre el estado general del individuo depende básicamente de los siguientes factores:

– Las características de la herida en cuanto a extensión, profundidad y complejidad.

– La situación en el cuerpo de la herida

– El estado previo del sujeto

Una herida complicada puede causar fiebre, estado tóxico, anemia , shock ,etc…

El tratamiento médico y/o quirúrgico de una herida debe ser realizado por personal sanitario, pero existe un grupo de heridas que por su localización en lugares poco comprometidos del cuerpo o por sus características benignas pueden ser atendidas al menos en primera cura por personal no cualificado sanitariamente pero con nociones básicas.

– Es preciso lavarse las manos antes de empezar a tratar cualquier herida.

– Hay que quitar las ropas del lesionado para explorarle: conocer la extensión y la gravedad de las heridas.

– Las heridas hay que lavarlas cuidadosa y exhaustivamente a ser posible con solución fisiológica o agua corriente hasta que estén libres de materiales extraños, coágulos (se entiende coágulos que estén libres; los demás coágulos no deben ser desprendidos) y gérmenes.

– La piel de alrededor de la herida debe quedar limpia, se limpiará con agua y jabón.

– Si la herida es pequeña se cubrirá con un apósito adhesivo.

– Si la herida es grande se cubre con compresas (apósitos) estériles impregnadas en solución fisiológica y se pide ayuda médica.

Cuidados a administrar

Ante una herida leve:

· Cohibir la hemorragia.

· Desinfección de las manos.

· Limpieza de la herida con agua oxigenada o con agua jabonosa, siempre del centro a la periferia de la herida.

· Si la separación de los bordes es importante, la herida necesitará suturarse, por lo cual se cubrirá con unas gasas estériles o con un apósito limpio y se sujetará hasta la llegada al centro hospitalario.

· Se tendrá en cuenta la protección antitetánica (calendario de vacunas)

· No utilizar directamente sobre la herida: alcohol, algodón o cualquier clase de pomadas.

Ante una herida grave

Ante heridas penetrantes en el tórax:

Ante heridas perforantes en abdomen:

Amputaciones traumáticas:

CONTUSIONES

Se diferencian de las heridas en que en estas no se pierde la integridad ni la conti­nuidad de la piel, y pueden ocultar lesiones internas.

Cuidados a administrar

HEMORRAGIAS

Concepto

Hemorragia es toda extravasación de sangre.

Clasificación

La clasificación más extendida de las hemorragias es la que se establece desde el punto de vista de su origen en:

– Arteriales: sangre rojo brillante que sale a chorro sincrónico con el latido cardíaco.

– Venosas : sangre que sale como babeante de un chorro continuo.

– Hemorragias capilares o hemorragias en sábana: sangre de características similares a las de la hemorragia arterial pero en pequeño volumen y por múltiples bocas.

Otra clasificación interesante es la que se hace desde el punto de vista de a dónde se vierte la sangre:

– Hemorragia externa: la sangre sale al exterior a través de una herida.

– Hemorragia interna: la sangre no sale al exterior, y puede ser:.

1. intersticial o difusa, si la sangre se queda en los tejidos

2. cavilaría, si la sangre cae a una cavidad.

Localmente se producen fenómenos de compresión e irritación que dependen del lugar de la hemorragia, de su origen y de a dónde vaya la sangre.

Valoración de la gravedad

Sistemáticamente, la gravedad de una hemorragia depende de la cantidad de sangre perdida, de la velocidad a la que se ha perdido esa sangre, de si es primaria, secundaria o repetida y de las características personales del sujeto.

Una pérdida de sangre pequeña y continua puede dar lugar a anemia. Pérdidas de sangre masivas pueden llevar al individuo al shock hipovolémico.

Existen algunos tipos particulares de hemorragia como son

– Otorragia ( hemorragia del oído)

La otorragia puede ser una hemorragia constante de sangre rojo brillante que suele proceder de rotura de tímpano o bien puede ser un goteo de sangre de color amarillento (mezclada con líquido cefalorraquídeo) ocasionado por una fractura de cráneo.

Se debe colocar a la persona sentada con la cabeza inclinada hacia la parte lesionada para facilitar la salida de la sangre. Después hay que acudir a un centro sanitario.

– Epistaxis (hemorragia por las fosas nasales).

La sangre que proviene de la nariz suele ser de color rojo brillante. Al sujeto que sangra se le sentará con la cabeza ligeramente inclinada hacia delante y se le pellizcará fuertemente la parte blanda de la nariz (el tabique cartilaginoso) con dos dedos al menos durante diez minutos; pasado este tiempo se le aligerará la presión y se mantendrás hasta que ceda la hemorragia. Si no cede de esta forma es conveniente acudir a un centro sanitario. El individuo debe escupir toda la sangre que le haya pasado a la boca.

Tratamiento y cuidados a administrar

El tratamiento de una hemorragia requiere hacer diferenciación entre el tratamiento local y el tratamiento general.

El tratamiento local tiene dos fases:

– Hemostasia (detención del flujo sanguíneo) provisional.

– Hemostasia definitiva.

Existen múltiples formas de realizar una hemostasia provisional: con un manguito neumático, con un torniquete, realizando un taponamiento, un vendaje compresivo, etc… pero, la forma más sencilla y con menos riesgo de complicaciones ( sobre todo de isquemia ) es la compresión digital sobre un plano duro que consiste en aplicar una presión directa en el punto de la hemorragia con los dedos, la palma de la mano o el puño para evitar la salida de sangre; el plano duro puede ser un hueso o bien la otra mano del que atiende al accidentado; es recomendable acudir a un centro sanitario.

Cuidados a administrar

En caso de hemorragias externas:

1. En el miembro superior, la arteria humeral.

2. En el miembro inferior, la arteria femoral.

En caso de hemorragias internas:

En caso de hemorragias exteriorizadas:

a) Otorragia:

– Posición lateral de seguridad, sobre el oído sangrante.

– Almohadillado bajo la cabeza.

– No taponar nunca el oído.

– Traslado al centro hospitalario.

b) Epistaxis:

– Compresión manual de la zona sangrante.

– Taponamiento anterior.

– Traslado al centro hospitalario si la epistaxis no cede, para proceder al taponamiento posterior.

c) Hematemesis: Es la hemorragia por boca, procedente del aparato digestivo.

– Valorar el A, B, C.

– Posición lateral de seguridad.

– Traslado al centro hospitalario guardando la muestra del vómito.

d) Hemoptisis: Es la sangre eliminada por boca procedente de las vías respira­torias.

– Posición de semisentado.

– Traslado al centro hospitalario guardando una muestra del esputo.

e) Rectorragias: Es la sangre eliminada por el recto.

Puede proceder del mis­mo recto y será de color rojo intenso, o proceder del tubo digestivo más alto siendo sangre digerida y adquirirá un aspecto como el alquitrán; esta sangre se conoce como «melenas».

5. PRIMEROS AUXILIOS ANTE FRACTURAS.

Concepto

Se denominan así las pérdidas de continuidad que se originan en un hueso cuan­do la fuerza qué se aplica en él es superior a su elasticidad. Para que se produzca una fractura en un individuo sano es necesario que exista un traumatismo previo, aunque en determinadas circunstancias este requisito no existe, denominándose entonces fracturas patológicas.

Clasificación

Se clasifican según los siguientes puntos de vista:

a) Estado de la piel:

  1. Desde fuera hacia dentro, cuando el agente traumático que produce la fractura rompe la piel, la cual se lesiona antes que el hueso.
  2. Desde dentro hacia fuera, cuando, una vez producida la fractura, uno de los fragmentos lesiona la piel.

b) Localización:

c) Mecanismo de acción del agente traumático:

d) Trazo de fractura: Cuando la lesión es completa, es decir que afecta a todo el espesor del hueso, la fractura puede ser:

e) Fracturas incompletas: Las fracturas incompletas se dan preferentemente en los niños, ya que la elasticidad de sus huesos es mayor que la de los adultos. Esta elasticidad se debe a la inmadurez de sus fibras colágenas, a la menor mineralización ósea y a la existencia de un periostio más grueso. Pueden ser:

Síntomas y signos

Cuidados a administrar

Como el tratamiento definitivo debe hacerse siempre en el medio hospitalario, mencionaremos los cuidados antes de dicho tratamiento y los que se han de adminis­trar después en el propio domicilio.

Ante la sospecha de cualquier fractura:

En la residencia o domicilio:

6. PRIMEROS AUXILIOS ANTE QUEMADURAS.

Concepto

Se denominan quemaduras a todas las lesiones producidas en los tejidos vivos como consecuencia de alteraciones térmicas determinadas por agentes físicos, químicos o biológicos.

Tipos

Según el agente causante

La quemadura es una patología relativamente frecuente en nuestro medio y puede tener consecuencias fatales para el sujeto, los niños pequeños suelen ser los más afectados y entre los adultos, los ancianos, los enfermos y los minusválidos son grupos de grave riesgo. Desde el punto de vista del agente que provoca la lesión, las quemaduras se clasifican del siguiente modo:

  1. Quemaduras térmicas, que son las más frecuentes:

– Secas, producidas por cuerpos calientes

– Escaldaduras, producidas por líquidos calientes.

  1. Quemaduras químicas, consecuencia de la acción de los ácidos y los álcalis.
  2. Quemaduras ígneas, debidas a la acción directa del fuego.
  3. Quemaduras eléctricas, ocasionadas por la electricidad.
  4. Abrasiones, producidas por altas temperaturas que se producen en la fricción.

Las quemaduras tienen efectos locales en la piel y pueden tener repercusiones clínicas generales.

Tipos de quemaduras según la profundidad

Las ampollas o flictenas son una finas burbujas, que se forman sobre la piel dañada por el calor o la fricción. Se deben a la penetración en el área quemada de suero por debajo de la superficie de la piel. Suelen aparecer en las quemaduras de segundo grado cuando los vasos dérmicos no están dañados.

Excepto las quemaduras poco profundas o muy localizadas, todas pueden producir efectos generales sobre el quemado de consecuencias fatales. El efecto más temido es el shock, otros efectos generales importantes son anemia, infección, deshidratación, alteraciones gastrointestinales, alteraciones electrolíticas, etc…

Tratamiento

El tratamiento de un quemado suele comenzar en el lugar del suceso. Los objetivos del tratamiento inmediato son los siguientes:

– Apartar al sujeto del foco térmico

– Comprobar que la función cardio-respiratoria está conservada.

– Impedir que los efectos del calor lleguen a los planos profundos de la piel.

Si el sujeto arde en llamas es preciso tumbarlo en el suelo y sofocar las llamas cubriéndolo con mantas o prendas de vestir no sintéticas o con tierra.

– Es conveniente aplicar agua fría a las escaldaduras hasta que desaparezca el dolor o éste sea pequeño, también se puede sumergir en agua la zona quemada.

– No utilizar agua si existen líquidos inflamables.

– Si se trata de quemaduras corrosivas es preciso lavar abundantemente a la persona con agua para arrastrar los restos adheridos a la piel.

Para el tratamiento local de quemaduras pequeñas se recomienda lavar abundantemente la zona quemada con agua fría, y sólo después de esta maniobra se puede cubrir con un tul graso la zona afectada. Las ampollas que aparezcan sólo serán manipuladas por personal sanitario por el peligro de infectarse. El tratamiento de las grandes superficies quemadas siempre requiere de ingreso hospitalario.

7. PRIMEROS AUXILIOS ANTE SITUACIONES DE INTOXICACIÓN.

Concepto

Se llama intoxicación a los cuadros clínicos y enfermedades resultantes de la introducción en el organismo de ciertas sustancias denominadas tóxicos o venenos.

La intoxicación es aún la causa más frecuente de accidente en el hogar pese a las muchas campañas educativas encaminadas a su prevención. Las intoxicaciones accidentales en el hogar o en los Centros se producen sobre todo por inhalación y contacto con gases, ingestión de líquidos tóxicos e ingestión de sustancias tóxicas.

Ante una intoxicación accidental, las claves respecto al tipo de tóxico pueden venir de la historia y de los objetos que se encuentran en la vecindad inmediata del intoxicado, tales como restos de alimentos, vasos de bebida, frascos u otros recipientes. Estos objetos deben guardarse para investigación.

Hay que determinar prontamente la necesidad de asistencia médica, teniendo en cuenta que muchas sustancias no exigen más medidas y que el exceso de tratamiento tiene que ser una preocupación potencial.

Intervención

Ante una intoxicación hay que:

  1. Determinar la adecuación de la función cardiaca y respiratoria y comenzar la reanimación en caso necesario.
  2. Diluir inmediatamente la sustancia tóxica y eliminarla del cuerpo.

– Si el tóxico ha sido ingerido: emesis (provocar el vómito), y a continuación lavado gástrico. NO si el intoxicado está en coma o ha ingerido sustancias corrosivas.

– Si el tóxico ha sido inhalado hay que separar al intoxicado del medio ambiente contaminado

– Contaminación de piel y ojos: quitar la vestimenta y lavar a fondo la piel sin frotarla enérgicamente. Irrigar los ojos con agua abundante.

3. Transportar al intoxicado al hospital más próximo.

INTOXICACIÓN POR CÁUSTICOS

Las fuentes principales son:

Los síntomas que presentan tales intoxicaciones son quemaduras corrosivas por inhalación , contacto con la piel, contacto con los ojos e ingestión. Se acompaña de dolor local de intensidad variable. El tratamiento consiste en:

INGESTIÓN DE BARBITÜRICOS.

Los síntomas son: dolor de cabeza, confusión, excitación, delirio, abolición del reflejo corneal, insuficiencia respiratoria, coma, etc… El tratamiento es el siguiente:

INTOXICACIÓN POR MONÓXIDO DE CARBONO.

Las fuentes que la suelen provocar son: Calefacciones, cocinas de gas, gas de iluminación, escapes de motores, etc…

Los síntomas fundamentales son: dolor de cabeza, vértigo, disnea, confusión, dilatación de las pupilas, convulsiones, y coma.

El tratamiento consiste en:

INTOXICACIÓN POR NAFTALENO.

Las fuentes que la suelen provocar son pastillas repelentes de naftalina, pastillas desodorizantes, etc…

En cuanto a los síntomas:

El tratamiento depende de la situación previa de intoxicación:

8. PRIMEROS AUXILIOS POR PENETRACIÓN DE CUERPOS EXTRAÑOS.

Concepto

Cuerpo extraño es cualquier materia externa que penetra en el cuerpo a través de una solución de continuidad de la piel (a través de una herida), o bien por los orificios naturales (boca, oído, nariz ,etc…).

Los cuerpos extraños pueden ser de todas clases y tamaños (desde pequeñas astillas a monedas, alfileres, imperdibles, botones, etc…) y la causa de la penetración suele ser accidental.

En los apartados siguientes se describen los casos de cuerpos extraños más frecuentes y algunas recomendaciones sobre cómo extraerlos y cuándo pedir ayuda médica.

Es importante insistir en este tema que si bien se puede afirmar como norma general que los cuerpos extraños deben ser extraídos siempre, hay un caso muy importante en que no debe ser así, y es cuando el cuerpo extraño está incrustado, actuando como tapón en una arteria y evitando las salida de la sangre, en este caso aunque sea muy fácil extraerlo, no debe retirarse hasta que llegue al hospital más cercano por el peligro de pérdidas sanguíneas y la entrada de aire en la arteria.

CUERPOS EXTRAÑOS EN LA NARIZ.

Puede tratarse de objetos pequeños alojados en la nariz o bien de objetos que estén dañando las estructuras nasales. Los dos casos requieren una atención inmediata porque pueden dificultar la respiración.

Se recomienda tranquilizar al sujeto, aconsejarle que respire por la boca y en ningún caso tratar de extraer el cuerpo extraño con pinzas o algún instrumento parecido por el peligro de empujar el cuerpo extraño aún más adentro. Hay que acudir al hospital.

CUERPOS EXTRAÑOS EN EL OÍDO.

En el caso de personas mayores o minusválidos suele tratarse de algún insecto que ha quedado atrapado, si es así se puede verter agua tibia lentamente por el oído para intentar que salga al exterior. Si se trata de otro tipo de cuerpo extraño (algodones, tapones de cera, minas de lapicero, etc…) no es conveniente tratar de sacarlo porque en la maniobra se puede introducir más adentro. Hay que acudir al hospital.

CUERPOS EXTRAÑOS EN EL OJO.

En el ojo suelen penetrar partículas de polvo, arena, pestañas desprendidas y se suelen extraer sin gran dificultad. Es conveniente situar al sujeto frente a un foco de luz y examinar el ojo afectado, para ello se le hará mirara en todas las direcciones (arriba y abajo, hacia dentro y hacia fuera) hasta localizar el cuerpo extraño. En la mayoría de los casos al irrigar el ojo con agua esterilizada o agua corriente (lenta y abundantemente) la partícula saldrá arrastrada.

Si ésta sigue alojada en los párpados, se procederá a levantar el párpado y extraer de forma manual con algún apósito estéril que no suelte pelo.

Hay 2 ocasiones en las que no se debe intervenir:

CUERPO EXTRAÑO EN EL ANO Y GENITALES

INGESTIÓN DE CUERPOS EXTRAÑOS.

La alarma ante la ingestión de un cuerpo extraño varía dependiendo de la naturaleza de éste f de las condiciones del sujeto. Si el objeto ingerido es pequeño y sin bordes afilados (cotones, monedas pequeñas, etc…) no suelen causar daños. Existen otros tipos de objetos que por su volumen pueden causar atragantamiento del individuo. Los objetos puntiagudos o con bordes cortantes (alfileres, agujas, etc…) pueden dañar los órganos al alojarse en ellos o en su recorrido.

En cualquiera de los tres casos, es conveniente no administrar nada a la persona por vía oral y trasladarlo al hospital. La urgencia del traslado dependerá del tamaño del objeto ingerido (por el peligro de asfixia) y de su peligrosidad (agujas, trozos de metal, etc…).

9. ALTERACIONES DE LA CONSCIENCIA

Síncope

Coma

Convulsiones

Ante una crisis convulsiva es importante observar:

10. ASFIXIAS

Concepto

La asfixia se puede definir como la supresión de la respiración por cualquier factor que impida el intercambio gaseoso normal en los pulmones.

Como consecuencia de este impedimento se produce anoxia por falta de 0^ y au­mento de bióxido de carbono (CO;,) en la sangre y en los tejidos.

La dificultad para que el oxígeno llegue a los pulmones se produce cuando la vía aérea es obstruida o cuando la respiración ha cesado.

Tipo y causas

Por tanto son múltiples las causas que pueden desencadenar asfixia:

1. Asfixia de origen mecánico: Se produce cuando hay un obstáculo en la vía aérea que impide el paso del aire. Estas a su vez se clasifican dependiendo del obstáculo en:

2. Por contracción de la musculatura respiratoria: El espasmo muscular que se produce dificulta o bloquea los movimientos respiratorios impidiendo el intercambio del aire. Ocurre en situaciones de convulsión muy intensa, crisis epilépticas, descargas eléctricas, etc.

3. Por inhalación de gases: Ocurre en emanaciones o escapes industriales de gas, grandes incendios (óxido de carbono).

Intervención

La asistencia a un paciente en situación de asfixia debe ser inmediata ya que su muerte es cuestión de segundos Dicha asistencia se basa en la práctica de la respiración artificial y en la desobstrucción de la vía aérea.

Si la asfixia es mecánica, por la presencia de un cuerpo extraño en la garganta, lo que se conoce vulgarmente como atragantamiento, hay que tener presente que se pueden dar dos situaciones, a saber:

a) El accidentado puede hablar, toser y respirar aunque con dificultad. Hay que decirle que tosa fuerte. No deben darse golpes en la espalda ni intentar sacar el objeto sin más puesto que se corre el riesgo de introducirlo más y que acabe taponando totalmente la vía aérea.

Si se trata de un niño pequeño hay que ponerlo con la cabeza hacia abajo y los pies hacia arriba, dándole golpes suaves, secos y rápidos en la espalda a la altura de las escápulas para facilitar la salida del cuerpo extraño por su propio peso.

Si es un niño/a mayor o adulto y está consciente y mantiene la respiración aun­que dificultosa es necesario aplicar la llamada Maniobra de Heimlich: estando ambos de pie colóquese detrás de la persona y rodee con sus brazos su cuerpo a la altura del ombligo. Una de sus manos con el puño cerrado debe quedar situada a la altura del ombligo y la otra encima de la anterior y sujeta a ella. Realice presiones fuertes y rápidas hacia arriba y hacia adentro.

b) Si el accidentado no puede respirar estamos en una situación de gravedad extrema puesto que su muerte puede ser inmediata.

Exige un traslado al hospital inmediato. Entre tanto:

En cualquiera de los casos no debe olvidarse el traslado urgente al hospital.

Salir de la versión móvil